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Pandora – Lo que todo hombre debería saber antes de enamorarse (página 2)




Enviado por Steel Nobles



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5

LO SINIESTRO

Lo que tú
ves es lo que te llega, querido.

Flip
Wilson.

DE LA
SIMULACION.— 1
¿Y qué ocurre con Pandora
cuando contrae sagradas nupcias? Por lo visto, simplemente
estará condenada a representar una parodia. A asumir una
actitud
antinatural, cansadora, aburridora y socialmente tan necesaria
aunque transitoria. La que sobrellevará sólo a
través de su espíritu acostumbrado a ponderar si el
negocio es bueno. Por esto, no se puede esperar que su matrimonio sea un
estado de
excepción que nos permita catalogarla de: mujer normal.
Menos aun cuando resuelve ponerle cuernos a su confiado
cónyuge, sin consideraciones, o cuando se resigna a
ponérselos sólo con el pensamiento. Y
muy diferente a la mayoría de nosotros los hombres que,
una vez alcanzados ciertos grados de madurez y conciencia, se
nos hace del todo inaceptable y contraproducente compartir la
mujer del prójimo. 2 Además, dicha
promiscuidad desatada siempre esconde la homosexualidad
no asumida del falso varón.

¿Y
qué existe en el corazón de
la mujer normal
cuando da el sí a su enamorado? Todo lo contrario a lo que
existe en el corazón férreo de Pandora. Vale decir:
que por sobre todo existe un inmenso amor y un
profundo respeto por el
que será su esposo.

DE LA INDUCCIÓN.— 3 Salvo excepciones,
los varones poseemos una delicadeza espiritual y física que Pandora
desconoce absolutamente. Dicho esto —y por justicia— primero que nada sería
pertinente preguntarse: ¿y qué ocurre con la
asistencia de varones a los burdeles? Simple: como nosotros
propendemos a la fidelidad a causa de nuestra naturaleza
espiritual y nos escabullimos de las relaciones carentes de
afecto, suele transcurrir largo tiempo antes
de que nos encontremos con una mujer que nos inspire una
relación completa. Y dado que la masturbación nos
resulta penosa, por milenios hemos debido recurrir a
profesionales del sexo, que
muchas veces puede ser la misma Pandora en una de sus versiones
predilectas, aunque más discreta u oculta.

4
«Cuando una mujer desfachatada deriva en ramera, ya no
ejerce por apetencias económicas sino por dar rienda
suelta a una libidinosidad morbosa que le resulta fascinante y,
de paso, le permite sacar provecho económico sin hacer
esfuerzo significativo alguno. Fíjate, quién hace
notar el asunto —y lo estimula— es ella misma. Y si
te fijaras un poco más te darás cuenta de que la
muy cínica, a la vez de insinuarse víctima, te
está avisando de lo que está dispuesta a "sufrir"
si te lanzas sobre ella, al estilo de un energúmeno, o con
el billete grande, en ristre.

5
Finalmente somos los hombres quienes le permitimos ese usufructo,
tal vez como forma de pagar un delito que
cometemos contra nosotros mismos ¡Y para qué hablar
de los burdeles masculinos! ¡Son los más rentables!
6 Por esa razón nunca les creas, ni aceptes que te
cuenten historias sobre lo pervertidos y canallas que somos los
varones con ciertas damiselas y sus discípulas, porque
podrían concientizarte a niveles invalidantes
terminales.

7 De su
meretricia lógica,
al final se deduce el axioma más elemental: tú eres
perverso, ella es buena; tú pagas, ella cobra; tú
pierdes, ella gana. De este logro nada comprende la mujer fiel y
sincera. Pues ella posee tal sentido de la propia y ajena
dignidad, que
le resulta inaceptable transgredir algún principio de la
vida natural y digna. Por ejemplo:
prostituirse».

DE LA VIOLENCIA.— 8 Para nuestra
desgracia varios medios de
comunicación —azuzados por Pandora y
Cía.— suelen informarnos de golpizas, violaciones y
malos tratos a granel de que ella es objeto en manos de su
compañero de turno. Sin embargo poco o nada se informa
sobre el origen y estimulación de estos hechos y, una cosa
muy curiosa, nunca se reporta frías venganzas brutales por
parte de la mayoría de los varones que sufren agresiones
pandorianas de todo tipo y por largo tiempo ¿Acaso, ser
hombre de
mayorías significa ser tonto, indiferente… o sometido?
De ningún modo. Ser hombre de mayorías —en
los tiempos actuales— es ser despierto, precavido y saber
apartarse de Pandora, con dignidad, convicción y
discreción, aunque el corazón se nos haga
trizas.

9 La
crónica feminista cosecha y divulga testimonios bestiales
en forma frenética, pero lo que en verdad hace es mostrar
la acción
de pandoreados, drogadictos, borrachos y enfermos mentales
agresivos; pero todo este montón corresponde a
alópatas que requieren tratamiento médico y ser
retirados de circulación. Luego, generalizando en forma
desmesurada pretenden involucrarnos a todos los varones, como
copartícipes y responsables permanentes de hechos escasos
que —siendo muy lamentables— se vuelven comprensibles
cuando descubrimos que Pandora los genera y estimula en nuestra
mente desde el primer contacto con ella, tal cual ya vimos en el
capítulo 3.

DE LA CORRUPCIÓN.— 10 Un hecho
gravísimo está ocurriendo en perjuicio de nuestra
especie. Muchísimas mujeres han escapado del arcaico
machismo masculino, para luego ser seducidas por la moda del
neomachismo de bajos fondos autodenominado feminismo.
Este constituye un pret a porter que las top
model de la casa Pandora exhiben glamorosas en las
rutilantes pasarelas de la
comunicación masiva; con el exclusivo propósito
de destruir la indispensable y armoniosa complementación
que debería existir entre ambos sexos en toda
temporada.

11
Valdría la pena no perder esta última perspectiva,
porque de persistir semejante moda habría que realizar los
estudios sociológicos y sicológicos pertinentes y
adoptar las medidas correctivas necesarias en función y
cumplimiento del mandato divino "amaos los unos a los otros" a
pesar de… 12 Para el efecto es necesario relacionar
algunos hechos, y obtener el perfil sicológico acabado de
Pandora Siglo XXI, el que lamentablemente yo no estoy llamado a
realizarlo en propiedad;
aunque, sin embargo, mucha razón pudiera tener Marshall
McLuhan cuando dice: "No sé quién sería el
que descubrió el agua, pero
estoy seguro de que no
fue un pez".

En fin, penetrar
la intimidad de Pandora, conocer su software espiritual,
sigue y seguirá siendo tarea de profesionales
especialistas. Mas ¿cómo hacer para incentivar a
sociólogos, sicólogos y siquiatras si al respecto
muchos de ellos están ocupados haciendo precisamente lo
contrario? 13 Algunas autoras célebres como Robin
Norwood, socióloga norteamericana, no hacen sino echarle
leña al infierno. Norwood, en su libro
«Las mujeres que aman demasiado» —texto sagrado
de muchas— les enseña, y en diez pasos, a las hijas
de Eva, todas las estratagemas para enamorar al goma ideal, sin
enamorarse de él. Ellas sí aprenden a no tener
sentimientos o a sublimarlos y reprimirlos. A dominar las
emociones
cautivantes que les limiten su frío manejo del amor que
nos despiertan.

Ahora
¿cuantos de nosotros tenemos conciencia de esta actividad
"cultural" pandoriana, o siquiera sospechamos de la enorme
actividad disolutoria desplegada a nuestras anchas y
desguarnecidas espaldas, en relación a estas materias? No
me extrañaría que futuras investigaciones
determinen que, más de dos tercios de la energía
pandoriana desplegada durante una vida, precisamente se consume
en la famosa «guerra de los
sexos» o lucha por la hegemonía histeroide en la
relación de pareja. De la hegemonía lésbica
y su vinculación al pandorismo, hablaremos más
adelante.

DE LA
BUSCONERÍA.— 14
Como Pandora sabe que
corazón y razón no pueden convivir, que donde entra
uno el otro sale, ella prefiere separarlos para que no se
excluyan. En consecuencia: enamorar a hombres trabajadores,
inteligentes y perseverantes, para sacarles el mayor provecho
material y espiritual. Y enamorar a hombres serios y abnegados,
para efectuar sus transacciones mercantiles. Pero —a la
hora del fornicio— los prefiere más patanes,
carnales, impulsivos y superficiales, que: serios, abnegados,
trabajadores, inteligentes o espirituales.

15
Además detesta ser fiel como la mujer normal y
común; de modo que la "entrega total" de Pandora, en cada
caso es el resultado del cálculo
matemático, la entretención, el fornicio y la
siempre urgente necesidad de amparo, servicio,
manutención y compañía. Todo, como principio
y consecuencia de su compulsivo afán de "cosechar". A modo
de paradoja: si ella corre riesgo de perder
alguna vez, es precisamente cuando se enamora de rufianes y de
otros miembros de su misma Plaga. Retomaremos este tema en el
subcapítulo «El Vampirismo» (de este mismo
capítulo).

16
«Si acaso, por accidente, una aprovechadora se enamorara
de ti, pasado breve tiempo se recuperará totalmente de lo
que ella considera una caída fatal, o un anacronismo; y
ese amor, ese deseo y esa pasión que hicieron creerte
James Bond, desaparecerán de tu vida dando paso
—según le convenga a ella— a la ruptura
violenta y definitiva, o a la hipocresía, o bien al
desplazamiento por la extensa gama de actitudes
comprendida entre estos extremos. En síntesis:
de todo lo bueno que creíste ver en ella, nada
quedará; ni siquiera un gesto, una palabra o acción
que agradecerle.

DIOS TE PILLE
CONFESADO… SI CAYERAS EN SU TRAMPA

17 Si
estás en la mira de ella, debes saber que puedes llegar a
ser su esposo, a enamorarte perdidamente, incluso a hacerte
sentir cierta felicidad. Pero ¡qué ironía! te
enamorarás de una dama a la que nunca podrás
comprender y, mucho menos, contentar de verdad. Nunca
sabrás qué esperar de ella y la tensión
ambiente se
volverá insoportable.

18 Como
la aprovechadora jamás se va a resignar a vivir a tu lado
reprimiendo y simulando "hasta que la muerte los
separe", rápidamente obtendrá de ti todo lo que
puedas darle: casi siempre se trata de hijos, dinero y
bienes
materiales.
Bien sabe que un buen día ella estallará y
tú, que ni por casualidad vas a comprender el motivo de lo
ocurrido, correrás el grave riesgo de transformarte
—y de un instante a otro— en suicida, homicida o
paria».

19 Tal como
dice don Demetrio Spina, en relación a esta materia: "Si
la sacas barata caerás en una depresión
profunda, de la que saldrás a medias y después de
años, a fuerza de
drogas y de
higienistas mentales. Sepa Dios si te haces drogadicto y terminas
transformado en zombi". Tu núcleo afectivo más
inmediato sentirá lástima de ti y tratará de
ayudarte, aunque hasta por ahí no más. 20 En
este mundo, el perdedor es excluidos hasta de su propia familia, pues
él constituye una especie de lepra con SIDA.
Además, para peor de tus males ella te va a despojar de tu
dignidad, de tu hogar, de tus hijos y de todo cuanto formaba
parte de tu felicidad; luego te acosará de por vida con
demandas judiciales de tipo económico y otras de variado
orden.

21 Para
entonces necesitarás de un verdadero milagro si deseas
rehacer tu vida, aunque sea sólo a medias. Y que nadie te
convenza de que esto ocurre por igual, a Pandora y a las mujeres
en general, porque es falso. 22 Si los medios
económicos nos lo permiten, es de común y natural
ocurrencia que aceptemos con agrado compartir nuestra vida y
nuestros bienes, con una mujer separada y con hijos; incluso
asumir en plenitud como padres y jefes de hogar. Lo que, en el
caso inverso, es una rareza que pocas veces perdura en el tiempo.
Casi siempre es fuente de conflictos
insolubles permanentes y de sobreactuadas y agotadoras
hipocresías.

DEL
ALERTA.— 23
«Si deseas vivir feliz, tu
felicidad jamás debe depender de otra persona, y mucho
menos de una aprovechadora. Es preferible que vivas solo,
ojalá en lo propio y cómodamente. Paga por los
servicios que
demandas. Pretender que ella te atienda por amor o agradecimiento
es un craso error.

24
Si deseas una vida saludable, dedica, como mínimo, ocho
horas diarias al trabajo
productivo, ocho horas al estudio y a la recreación
sana, y ocho horas al descanso reparador, para que tu cuerpo
permanezca sano y tu mente esté siempre
alerta»
.

"El verdadero
ngillatún, al igual que para los antiguos héroes y
tokis de mi raza, era el estar siempre despierto, o sea el
vigilarse a sí mismo, cada momento del día y cada
día del año" Testimonio mapuche (Siley
Mora).

Además,
vive con austeridad y cuida tu dinero; sin embargo date la
libertad de
invertirlo o gastarlo en cosas que te reporten verdadero agrado y
tranquilidad. "El dinero y el
sexo son fuerzas demasiado ingobernables para la razón",
nos advierte Michael Korda en su magistral obra «El
Poder».

25
«Si las relaciones
sexuales te son imprescindibles, dale cabida a las mujeres
sin pretender de ellas algo más que pasar gratos momentos,
o sea, sin
masoquiarte. Puedes,
incluso, dejarlas a pernoctar junto a ti, siempre y cuando no
intenten posesionarte ni te quiten muchas horas de sueño.
Durante el día permite que compartan contigo si
están dispuestas a mantener el ambiente de equilibrio y
armonía. Que a tus compañeras sexuales no les quede
la menor duda de que son ellas quienes se han ajustado a tu
sistema y que
deben aceptarlo del mismo modo que las aceptas a ellas, es decir,
con reciprocidad y respeto.

26
Cuando ellas quieran irse, pretextando molestias o
disconformidades, déjalas que se vayan. Si no regresan,
despreocúpate, no intentes buscarlas. Lo más
probable es que estés deshaciéndote de mujeres en
extremo peligrosas. Si alguna retorna arrepentida, dialoga con
ella hasta obtener algunas precisiones y seguridades que te
permitan reaceptarla de buen grado. Pero igual prosigue haciendo
tu vida para que, cuando surja el afiatamiento de pareja, sea en
base a las condiciones de mutuo acuerdo por ti establecidas, las
cuales —aunque sean malas— siempre serán
mejores que las de una manipuladora
profesional».

27 Y tal
como dice F. Perls, a tu pareja podrías decirle, en
algún momento propicio: "Yo soy yo, y tú eres
tú, ni yo he venido a satisfacer tus expectativas, ni
tú has venido a satisfacer las mías. Pero, si en
alguna ocasión coincidimos: bien. Si no coincidimos:
entonces no hay solución".

DE LA
AUSTERIDAD.— 28
Ten siempre presente: la austeridad
que Pandora tanto aborrece, aunque siempre declara
lo contrario es el principio fundamental que
debería regir toda tu existencia si deseas vivir contento,
tranquilo, y tener una compañera buena y confiable. "Por
eso el hombre
dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su
esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne"
(Génesis). 29 Si esto forma parte de tu
preocupación o interés,
deshazte de cuanto sea ostentoso, lujoso o prescindible. Basta
con lo bueno y bello. 30 Si eres incapaz de hacerlo, mejor
olvida este libro y sus recomendaciones. A lo mejor no eres
más que esos objetos de los cuales no te puedes
desprender. Para el efecto sería muy saludable convencerse
que: "La paz comienza cuando las expectativas terminan", del
«Esquiador Centrado» de Crichinmoy. Y, "bueno le
sería al hombre no tocar mujer" 1 Corintios
7:1.

DE LA ASERTIVIDAD.— 31 Suele ser muy posible y
natural que en la vida de pareja, por armonizada que esté,
surjan desacuerdos o desavenencias, dile a ella —clara y
oportunamente— tus razones y aprehensiones y jamás
calles; evita dar cabida en tu mente, y en la de ella, a
lucubraciones corrosivas. 32 Si ella reacciona en forma
negativa o está en desacuerdo con esta práctica,
pídele que se vaya porque rechazas la falta de
correspondencia y reciprocidad que virtualmente debe existir
entre las personas. Si se va, es Pandora; si se queda, es una
mujer recapacitada, amable y honesta… y te merece.

33 En esto
especialmente quisiera que no haya malos entendidos. No se trata
de ser tiranuelo con las mujeres, ni un gruñón o un
hombre que a menudo confiese y ordene en mala forma a su mujer,
esta actitud hasta puede matar el amor de una
santa. Se trata de asertivizar en la relación de pareja, y
así conocer de los aportes que efectúa cada
cual más allá de exterioridades probablemente
engañosas o de relativo valor; porque,
más adelante, una vez comprometidos los sentimientos, las
desavenencias profundas —que siempre nacen de la mala
comunicación, de la incomunicación y
de la mentira— con Pandora podrían resultarles
funestas a ti, a tus hijos y, en último término, a
la  Humanidad entera.

DE LA
NEGLIGENCIA.— 34
«Si te equivocas y
eliges por pareja a una manipuladora, ella será siempre la
que "razone" y decida por ti, aunque por momentos te parezca lo
contrario. Ella será siempre la que sienta y proceda sin
respeto alguno por tus sentimientos, pensamientos e intereses
personales escondiéndose tras una careta de racionalidad
aparente, más bien de justificaciones. El varón,
que debería ser la cabeza de la relación de pareja,
tal cual lo prescriben las Sagradas Escrituras, tendrá que
resignarse a cumplir el papel pasivo de oyente y amanuense, a ser
un pisado por su mujer y terminar transformado en
pelele».

DE LA
DESIGUALDAD.— 35
Tal vez sea por esta razón que
cuando Pandora se transforma en cabeza del hogar, comienza a
sufrir de jaquecas, pues no está hecha para
eso.

36 Es falso
lo que ella suele decir a quienes quieran escucharla: "hombres y
mujeres somos iguales". Este sofisma se debe a que ella es
altamente organizada en todo cuanto le conviene; astuta y
movediza en las tareas que se propone, tomando iniciativas,
creando. Hasta este punto, podríamos decir que está
en lo cierto, que en algo se nos parece.

37 En
seguida deberíamos preguntarnos: ¿qué
ocurre, entonces, con la volubilidad, la inestabilidad, la
imprevisibilidad, los terrores, la histeria, la hipocresía
permanente, la traición reiterada, la intolerancia extrema
y la mentira compulsiva? Por fortuna, Pandora jamás se nos
parecerá.

38 Sin
embargo lo que nosotros somos —y que ella no lo es—
lo iremos develando poco a poco para evitar el agobio por
comparaciones que puedan resultar odiosas y tiendan a
desincentivar tu viril deseo de penetrar a fondo la verdad,
aunque "a veces la verdad entra a la historia cabalgando a lomo
del error", advierte, Reinhold Niebuhr.

DEL
VALOR.— 39
Por muy útil que sea la verdad,
cuesta enfrentarla, escucharla, y más aun leerla cuando es
amarga; "El alma de todo
hombre posee el poder de aprender la verdad y el órgano
con el cual verla…", según Platón.
Mas, produce pánico
la verdad de saberse expuesto a la dominación, la
explotación, la traición y al daño
moral ¡A
ser tragado vivo!

40 Es
así cómo muchos varones ya prefieren adoptar la
solución del avestruz, para no ver ni reconocer su triste
realidad. Por eso, ser hombre implica inevitablemente ser
valiente. "… Pues la verdad está más allá
de toda conmiseración", puntualiza, Máximo Gorki.
Para evitar suspicacias quiero aclarar que no me refiero a la
valentía del mentecato ni al arrojo suicida del loco.
Recuerdo 1964. Cierto compañero mío, de gimnasio,
se enamoró de la separada de un tipo "pegajoso".
Según ella, éste la acosaba; mi compañero
—transformado en Otelo— lo buscó, lo
encontró y le aplicó su mejor "karatazo". El
agredido, desde el suelo y en
defensa propia lo ametralló, y el "valiente"
terminó en silla de ruedas para el resto de sus
días. Ella a su vez lo abandonó y se lanzó a
vivir con un lolosaurio que la ametrallaba, aunque con billetes
de alta denominación.

DE LA
LEALTAD.— 41
La verdad es que los hombres somos
diferentes a Pandora —por más que ésta
intente imitar nuestros modos y costumbres— y muy
diferentes —como debe ser— a las, cada día
más escasas, mujeres normales y equilibradas, de Dios, que
van quedando.

42 Por
ejemplo: nosotros somos proveedores
desinteresados y no alardeamos de ello, más bien nos
sentimos impulsados a proteger con todo y hasta las
últimas consecuencias si fuese necesario, lo que es
nuestro núcleo familiar, incluyendo a Pandora. Esto, salvo
por estricta conveniencia personal, es algo
que ella no haría jamás por nadie, y menos por su
pareja.

43 En
Pandora ocurre que, cuando su compañero le ha entregado
todo lo que tenía o —peor todavía—
cuando él ha caído víctima de enfermedad, de
la adversidad, o ha sido incapaz de resolverle a tiempo y en
forma debida algunos problemas
económicos, ella se olvidará de juramentos y
promesas hechas ante Dios y la ley terrenal y,
más pronto que tarde, podría arrojarlo de su lado.
El hombre, en tal percance, deberá sufrir un shock
severo y quedar cual pájaro acéfalo que
habrá de abandonar por las buenas o por las malas el nido
que con amor, fe y sudor, contribuyó a crear.

44 Pandora
es siempre atenta y muy paciente en estos trámites, sabe
esperar el mejor momento para cortar —fría y
despiadadamente— una relación que deja de ser
realmente ventajosa para ella. La lealtad, la fidelidad y la
compasión no existen en el plan de Pandora,
salvo cuando —y siempre que ella no se perjudique— se
vuelcan a sus hijos, a sus padres, hermanos, o a cualquiera que
se convierta en su esclavo incondicional, pero jamás a su
enamorado. Muchas veces la veremos volverle las espaldas a todo y
a todos, para marcharse en busca de otra aventura, lejos de
quienes llegaron a conocer su siniestra intimidad.

DEL
RESGUARDO.— 45
«Si, como es natural,
deseas surgir tal si fueras un seguro triunfador en la lucha por
la vida; entonces debes liberar tu mente de prejuicios y tener
poder total y exclusivo sobre cuanto bien poseas.

46
Jamás dale ingerencia alguna a la aprovechadora en aquello
que sea importante para ti; por ejemplo: tus actividades
sociales, religiosas, filosóficas, artísticas y
económicas, y —muy en particular— sobre tus
bienes materiales».

DE LA
DERROTA.— 47
Si ocurriera que la situación te
fuera adversa y tuvieras que perder; debes saber que
perderás en términos absolutos. Tal como le dijo el
General Ulysses Grant al General S. B. Buckner: "No es posible
aceptar otros términos como no sea la rendición
incondicional". Así, y luego firmada el acta de tu
rendición, ella te hará quedar como abusador frente
a los demás y les dirá, a quienes deseen
escucharla, lo mal que le pagaste y lo pésimo que lo
pasó junto a ti. Hablará de todos los sacrificios
que tuvo que hacer por culpa tuya, de todo lo que soportó
esperando el merecidísimo reconocimiento que jamás
llegó. "Todas íbamos a ser reinas", ironiza en
versos nuestra Gabriela Mistral y, dignamente en ninguno de ellos
culpa de esa frustración, a los varones.

48 Lo que
pretendo con lo expuesto, no es sólo despertar conciencia
—hasta donde pueda— que Pandora siempre se impone y
obtiene todo lo que desea; sino además: no agradece,
ofende, desprestigia, daña y humilla sin consideraciones
ni limitaciones.

DE LA
TENTACIÓN.— 49
Volvamos a la puerta del hogar
donde vive ese hombre independiente, digno y práctico, que
Franco nos mostró en el subcapítulo «Del
Alerta». Volvamos a ese punto de encuentro entre un mundo
de cosas ajenas (el afuera), agitado, casi siempre azaroso y
hostil; y ese otro mundo pequeño (el adentro) que es el
lugar de solaz y reposo, donde te reencuentras a diario contigo
mismo, para hacer o dejar de hacer lo que te venga en ganas sin
tener que mirarle la cara a nadie.

Ese lugar donde
duermes cada noche ese sueño reparador del que te hablaba;
el que te permite volver cada mañana a tu trabajo, lleno
de energías y optimismo. ¿Qué te parece la
idea de que el día menos pensado esa misma puerta se abra
para darle paso a la amiga de lo ajeno que, escondida en la
figura magnética de Pandora, te enamore, y a fuerza de
hipocresías y brujerías te obligue a soñar
con un hogar bien compartido, con hijos y con todas esas cosas
tan anheladas conque el amor nos envuelve habilidosamente en su
manto de ilusiones, regalándonos la impresión de
que el mundo confluye en la más perfecta armonía?
Creo que tal idea te parecerá malísima
¿Verdad?

50 Pero
debo advertirte: lo más probable y seguro es que
estarás impedido de reconocer a Pandora si no has tenido
alguna experiencia junto a ella; más, no me
extrañaría que, aun presintiéndola o
reconociéndola, igual la dejes entrar en tu
vida.

51 Porque
no existe nada más engañoso que la idea de que la
experiencia traumática funciona como vacuna o
antídoto seguro para evitar recaídas. En tal caso,
Pavlov habría errado en su tesis de los
reflejos condicionados. Incluso y contrariamente, hasta nos
entusiasma la ilusión que, con los sufrimientos podemos
desarrollar capacidades superiores. "La mejor escuela de
sabiduría es el dolor", dice, Buda.

Entonces te
preguntarás: ¿para qué seguir dándole
vueltas al tema? Ni yo, ni nadie, puede pretender que tú,
o cualquier otro hombre estén a salvo de caer en las
garras de Pandora y sufrir las consecuencias. Tal vez no en vano,
diga el místico sufí Jalil-Al-Din: "La cura del
dolor está en el dolor. El bien y el mal se entremezclan.
Si ambos no residen en ti, no eres de los nuestros".

EL VAMPIRISMO:
¡SUCCIONANTE NEGOCIO DE PANDORA!

DE LA
CONVENIENCIA.— 52
Sólo existe un tipo de hombre
que ella no cotizará jamás —excepto
emergencia sexual, por supuesto—, es el sinvergüenza,
el vivaracho, el aprovechador, el Pandoro (que es
minoría). Puede que se genere una simbiosis
transitoria-conveniente entre Pandora y Pandoro; no obstante, es
muy improbable que esta relación dure en el tiempo y con
similares beneficios para ambos.

53 Cabe
recordar que "entre gitanos no se ven la suerte". Bonnie and
Clyde son personajes imposibles en la vida de las parejas
sanamente constituidas. Pandora jamás aceptaría que
en su jueguito del tira y afloja participe alguien capaz de
arrancársele con el botín. "En la vida nada es
gratis", dice ella, y es el dicho que mejor cuadra con su "ley
del embudo". Todo cuanto una mujer normal, común y
corriente, dona o entrega sin recibir nada a cambio,
más que la propia felicidad de dar a los suyos, para
Pandora es sólo mercancía a transar.

54 Ella
comienza a sentir felicidad, en tanto y cuanto las transacciones
le sean favorables.

«Si
deseas una caricia, un beso, una relación sexual con una
sinvergüenza, esto no constituye reciprocidad y tiene un
costo que no se
cancela según tarifa ordinaria. Deberás pagar con
todos tus bienes terrenales, y hasta celestiales, para
convertirte en su goma matafantasmas y sin derechos que ella necesita
para su vejez.
55 El estudio de esta materia es más trascendente
para ti que tu profesión o tu carrera, ello te
reportará el beneficio impagable de no ser cogido de
sorpresa (el factor sorpresa es muy usado por la mujer
oportunista) por sucesos que en otras circunstancias
podrían costarte la vida terrenal, lo mismo que me
sucedió a mí».

DE LAS
PROYECCIONES.— 56
Lo más penoso y destructivo
para nuestra alma, ocurre cuando la dura traición
inesperada deja caer todo su peso sobre nuestros sueños
más queridos; sepultándolos tal vez para siempre
como en el caso de mi gran amigo Franco, el suicida.

57 Porque
la crueldad de Pandora no está en que nos niegue
abiertamente la felicidad, por el contrario, nos deja
soñar con la dicha y se deja amar; nos deja ir en lo que
ella denomina: la volada. Sólo que esta dama siempre
termina correspondiendo mal a nuestros sentimientos y esfuerzos.
En síntesis y para hacerlo fácil: ella no es
nuestra Rut, la fiel moabita que aparece en la Biblia,
haciéndonos suspirar de amor. ¡Lástima que
sólo nos enteramos cuando ya es demasiado tarde para
escapar y salvarse!

58 Tal vez
inconscientemente y considerándolo lo más natural y
normal, Pandora detesta a quien la enamora. Es posible que ella
vea, en el varón que la seduce, la mala imagen de
sí misma y no el complemento genérico indispensable
en una relación enriquecedora y necesaria para el natural
desarrollo de
nuestra especie, como sí nos ocurre junto a toda mujer
normal y equilibrada.

DE LA
OBSECUENCIA.— 59
Por ello resulta peligroso confiar en
Pandora y entregársele sin previo conocimiento,
y no sólo en el plano sentimental, sino también en
el material. Por ejemplo, depositar parte de nuestros bienes en
manos de Pandora o depender de ella en lo económico
sería fatal. Para el caso convendría recordar ese
antiguo proverbio español
que dice: "Donde las dan; pues, las toman".

60
«Podría suceder que vivieras en el mismo
departamento que le regalaste a la desfachatada; de paso,
quizás recuerdes que también le regalaste el ajuar
hogareño, el automóvil, los gastos de
embellecimiento de la fisonomía de ella y las diversiones
compartidas. Si no tienes bien claro y muy presente que ya eres
prácticamente un allegado que debe portarse como tal, el
día más imprevisto te verás tirado en la
vereda y junto a una maleta zarrapastrosa; desposeído de
tu fuerza, sin dinero, sin saber adonde ir y, con la moral y el
corazón destrozados».

Si por esas cosas
del destino te encontraras en similar situación, tal vez
podrías hacer tuyas las palabras de Samuel T. Colerige
cuando dice en su Balada del Viejo Marino: "Desde entonces, a
horas inciertas, torna ese dolor, y hasta que cuento mi
pavorosa historia se abrasa este corazón dentro de
mí" ¡Pobrecito amigo mío! ¡Qué
ejercicio más inútil! Para entonces sólo te
quedará el consuelo amargo de suponer que no fuiste
exonerado de tu propio hogar. Ese hogar del que muy pronto otros
varones sacarán provecho, nunca fue tuyo aunque mucho te
costó.

61 Por tu
bien, debes saber que todo cuanto Pandora utiliza es
posesión exclusiva de ella, tan sólo compartes su
uso en su compañía mientras le
resulte conveniente. De lo contrario ella te lanzará,
haciéndote los mismos cargos que, a fuerza de
artimañas y neurastenia, desarrolló en ti (celoso,
mezquino, cobarde, mentiroso, agresivo, vicioso, torpe,
irresponsable, frío, etcétera).

DE LA
CONFIABILIDAD.— 62
No faltará quien pretenda
contrarrestar esta verdad sacando a colación algunas
excepciones, como si fuesen casos de mayor ocurrencia. Los
varones no sólo somos despreocupados en nuestra defensa
moral; además, somos muy confiados en lo bueno de la vida
y —en gran mayoría— somos, en verdad,
confiables. Sin ir muy lejos: la palabra de hombre es nuestro
distintivo y suele tener más valor que un papel firmado
ante notario, siendo de escasa ocurrencia el que la
empeñemos sin cumplir nuestro compromiso.

63
Admitamos que esta norma moral, la palabra de hombre, propia de
un ser superior, solemos, por extensión y terrible
descuido, creerla propia también de Pandora y así
nos equivocamos con lamentables consecuencias.

¡ALARMA!:
MORAL CON GUERRERA CAQUI.

DE LA
INGENUIDAD.— 64
Después de haber hecho el amor a
Pandora y antes de que recuperemos un poco de aire,
energía y lucidez, lo más probable es que ella
intente —bajo esta misma situación—
arrancarnos promesas o compromisos que la favorezcan y a nosotros
nos compliquen la existencia. En esta circunstancia
cuídate de lo que digas o prometas, porque, después
¿qué es lo primero que Pandora nos vocifera cuando
supone que estamos faltando a la palabra empeñada?
"¡No seas marica!", vale decir, poco hombre o "mujerzuelo",
"no seas como yo".

65 Es
cierto, Pandora tiene el privilegio de traicionar la confianza de
su compañero, o de quien sea, sin denigrarse en su
género
ni sufrir reproches de persona alguna. Durante toda su vida puede
agredir, mentir y traicionar con amplia libertad y
aprobación. 66 Creo que los hombres somos medio
ingenuos, por decirlo con buenas palabras, y vamos al encuentro
de Pandora de una manera tan amable, alucinada y desprevenida,
que al final terminamos protagonizando el papel de
tontos.

67 Desde
tiempos inmemoriales circula en boca de muchos jóvenes
—y otros, no tanto— una muletilla engañosa
que, desde luego, ofende a las damas: "todas son iguales",
repiten con "mundano" desprecio. Cuando en verdad lo que saben y
piensan —tendidos en sus lechos, con una sonrisa que les
cubre el rostro— es lo siguiente: "ya que en el fondo todas
son iguales, a la más bella enamoraré, a ella la
moldearé a mi manera, será mi compañera y me
gratificará durante toda mi vida".

68 De este
modo, su ingenuidad base se suma a su fe ciega en sus encantos
varoniles, en sus artes amatorias y escasísima experiencia
en el juego
seductor. Así, el joven, autoconvencido, se convierte en
orfebre imaginario y secreto, confiando en su seudo capacidad
para confeccionarse joyas espirituales a su medida, donde ni
siquiera existe material noble en estado primitivo. Y en Pandora,
más bien existen valores
aparentes, impulsos negativos reprimidos y antivalores
hábilmente ocultados.

69 A veces
ni los continuos y dolorosos fracasos con ella consiguen
"aterrizar" al novel y brioso galán que, como aquellos
boxeadores picados, insiste en seguir peleando después de
recibir la cuenta de diez. En otras ocasiones se
autoengaña al suponer que serían obras de su
mérito y gracia esas auténticas joyas naturales
como la Mujer de Dios. A muchos jóvenes donjuanes
podría resultarles más rápido, simple y
económico, hacerse una réplica exacta del joyel de
la corona británica, antes que una sortija
pandoriana.

DE LOS
MODALES.— 70
Lo más irónico es que: aun,
hombres mayores, solemos soñar con los ojos abiertos.
Algunos ordenamos —con tonito autoritario— que
Pandora nos ayude en tal o cual cosa en forma urgente, con la
certeza de saber que lo que estamos ordenando es por el bien de
ambos. Puede que nos responda con un sí. Ella
también sabe nuestros derechos divinos. De este modo
quedamos muy confiados en que seremos obedecidos; sin embargo, y
enseguida, las cosas no serán como esperabas: serán
al revés. Entonces reclamarás y Pandora
gritará ofuscada que hizo lo contrario porque ella no es
geisha de nadie ¿Qué esperabas? Pandora
sólo accederá, reverente, presurosa y sonriente, a
todo cuanto le ordenes, siempre y cuando el resultado sea para su
beneficio propio y exclusivo. Tal cual te lo dije en el
versículo 61.

En esta interacción, la mujer normal sabe
que ciertas tareas —primordiales, o secundarias— ella
las realiza más seguramente, más fácil y
mejor, que el varón. Por lo mismo no escatima esfuerzo y
entusiasmo en aportar lo que le es propio cuando la solicitud es
justa, oportuna y respetuosa. Por desgracia, y como era de
esperar, los modales de buena crianza y las buenas costumbres se
han ido perdiendo en medio de la pandorización social, y
—por el bien de hombres, y de mujeres— es de extrema
urgencia recuperarlos, valorizarlos, difundirlos y
practicarlos.

DEL DOBLE
STANDARD.— 71
La hibridez espiritual de que
sufre Pandora, la exime como mujer propiamente tal; por
consiguiente y en estricto rigor, no debe obediencia a su esposo.
Por eso, ella no falta a la ley de Dios; y, como ante la ley de
los hombres la obediencia al varón era sólo un mal
chiste —que el juez civil nos leía del código
en la más solemne tomada de pelo cuando nos
casábamos— tampoco derivó nunca en problemas
judiciales para ella.

72 Al
respecto, como en la actualidad existe absoluta
contradicción entre la ley de Dios y la de los mortales,
al menos debería brindársenos la posibilidad de
elegir por cual de las dos casarse, y así disponer de
reglas claras y coherentes.

73 Frente
al desacato de su esposa, la postura del marido es frustrante y
aleve, en especial si él cree en Dios. A causa de este
impasse, lo más probable es que se desate
rápidamente la guerra sucia por el poder. Guerra que los
varones tenemos perdida de antemano. ¡No sabemos guerrear
sucio!

DE LA
GUERRA.—
74 En las estrategias
bélicas de la Antigüedad se contemplaba una serie de
modalidades de combate que eran caballerosas y nos revelaban un
elevado sentido espiritual, aun en la animosidad extrema. Los
vencidos tenían la seguridad de
salvar sus vidas e integrarse al nuevo orden en virtud a
compromisos previos suscritos por los bandos en litigio. En
aquellos tiempos era de cobardía imperdonable atacar al
enemigo por la espalda. La traición era propia de plebeyos
y maleantes. Era de flagrante cobardía cavar trincheras
para esconderse como ratas, y los uniformes de combate eran
multicolores, de modo que la presencia del soldado fuese bien
notoria e infundiese temor.

75 El quid
del asunto es que toda esta fanfarria guerrera, bastante ingenua,
constituye hasta ahora la modalidad natural masculina en la lucha
estéril por crear una relación armoniosa con
Pandora. 76 Retornando a los campos de batalla, todo fue
siempre de esa manera hasta que apareció Pandora vestida
con guerrera caqui. Por tanto, no nos extrañemos que ahora
tengamos no sólo trincheras y camuflajes; los tratados
internacionales son transgredidos; se bombardean hospitales;
se dispara contra ancianos y niños;
se viola a la mujer del enemigo y del amigo, y los que se rinden
son fusilados.

En resumen, los
que ganan son los traidores, los simuladores, los inescrupulosos
y los cobardes. Ocurre que: si un soldado encañona a su
enemigo para tomarlo prisionero, es muy posible que surja desde
algún escondite el grito de Pandora exigiéndole que
lo mate. Son muchos los ejemplos de la frialdad
estratégica y pragmatismo
inhumano de esta imitadora de la Judit bíblica, experta en
degollinas, para enfrentar toda suerte de encrucijadas, tanto
militares, como laborales, seudoamorosas, mercantiles… y
sociales.

DE LAS
ESTRATEGIAS.— 77
No arriesgues tu cabeza en
confrontaciones bélicas (tampoco: laborales, amorosas, o
mercantiles, que para el presente caso da lo mismo) con Pandora,
si no eres un avezado estratega capaz de citar de memoria las obras
completas de Karl von Klausewits, y del General Sun Tzu;
así también, citar en orden y sin titubear, el
código estratégico de la mafia ciciliana; y,
finalmente y además, ser egresado con honores de alguna de
las Academias de Guerra de las Fuerzas Armadas, con amplia
experiencia en diversos campos de batalla. Aun así no
pienses que te harás un picnic con Pandora, porque al lado
de ella seguirás siendo un canapé… con alguna
posibilidad de salvarse.

78 Y ya que
de confrontaciones hablamos, permíteme contarte cierto
entredicho casual que tuve con una alta ejecutiva de una
importante industria de
vestuarios. Me comentaba, jactanciosa: "yo contrato
preferentemente a mujeres separadas, con niños
pequeños, con escasa ayuda económica, o sin ayuda.
Esto resulta ideal, porque por poco dinero ellas trabajan como
robots (¿fabricados por Vulcano?), y ya que en sus hogares
deben atender problemas de sus hijos y otros de variada
índole, no les queda tiempo ni energías para
pololeos que se transformen en relaciones serias que las alejen
de la
empresa.

Además,
ellas cuidan su puesto más que a su vida". Le
pregunté si no creía que su sistema crearía
obra de mano estresada y deficiente. Respondió incomodada:
"nos subestima. Le aseguro que si Chile estuviese en manos de las
madres separadas, en corto plazo sería potencia
mundial". Una fuerte carga adrenosa se volcó en mi
torrente sanguíneo; le respondí que, de ser cierta
su tesis, sólo muy pocos chilenos —y hasta cierta
edad— tendríamos que realizar un solo trabajo:
engendrar hijos, para luego desaparecer en el aire. Aunque
habría que conseguir —con ayuda de la SOFOFA—
que se dictara una ley industrial de aborto selectivo
obligatorio, para que sólo nazcan "chilenitas" (y no
"chilenitos" con vocación de mamá), destinadas a
obra de mano dócil y barata que se dejen explotar por
ejecutivas "eficientes" (como ella), en empresas
"ultramodernas". La impecable ejecutiva se indignó y me
acusó de exagerado y machista.

79 No
podía ser de otra manera: ella era separada.
Moraleja: jamás te permitas el descuido de discutir con
Pandora en forma muy abierta y apasionada —menos aun,
descontrolada— aunque tengas toda la razón. Y si
ella es tu compañera, más te valdrá coger tu
chaqueta y tu cepillo dental, echarte a volar y regresar luego
que haya transcurrido un par de horas, días o semanas.
Mejor aun si te marchas para no volver nunca
más.

80 Los
frecuentes accesos de histeria, sufridos por Pandora, son
devastadores. Lo tira todo, lo rompe todo, platos, ceniceros,
retratos, pero cuida mucho en no desatar sus iras despedazando
esos floreros de la dinastía Ming, que te hizo adquirir
para ella, sudando la gota gorda donde un anticuario de la calle
Merced. Tampoco arrojará al suelo los chanchitos de
Pomaire que les regaló el compadre patas negras, devorador
de anzuelos.

81 Mas,
cuando ella no encuentra el blanco de su histeria, todo el odio,
el resentimiento y el afán de aniquilación se
vuelven en contra de su estética: se traga en un abrir y cerrar de
ojos una caja de castañas glasé, o un litro
de cerveza que
deberá transpirar en su sesión de aeróbica,
en un lujoso gym. 82 Si logra salvarse a sí
misma, cuando vuelvas todo será como si nada hubiese
ocurrido, y hasta es posible que en algún momento
adecuado, Pandora te encuentre la razón y te invite
—¡cuidado!— a comprar algunos enseres para
reemplazar los que por "azar" destruyó al tropezar con
ellos.

83 Ella
puede ser medio sicopática, pero nunca tonta. Sabe que
perderte definitivamente aun no le conviene, y si le das en el
gusto en todo lo que quiere, puedes conseguir un mejor trato al
final del combate y sellar el armisticio con un beso. En otras
palabras, en una relación que siempre resultará
desfavorable para ti, tu posibilidad de salir librado estriba en
cuanto ella pueda considerarte cada vez menos hombre; vale decir:
más dócil, resignado y cobarde. Porque de lo
contrario, ella tenderá a ser cada vez más exigente
y agresiva en la búsqueda de sus objetivos.

EL ARTE DE FAENAR EL
AMOR

DE LAS
ESTRATAGEMAS.— 84
Nunca se te ocurra terminar tu
relación con Pandora y luego, arrepentido, querer
reconciliarte. No lo hagas ni aunque tengas el mejor pretexto o
emplees esas débiles estratagemas infantiles que nos
caracterizan para la ocasión. Por ejemplo, un
sábado a medio día llamarla por teléfono, para avisarle: "esta noche paso
por la casa a retirar la corbata que se me quedó sobre la
mesa de centro". Lo más probable es que te reciba
haciéndose la desentendida y hasta te colabore en el
empeño, pero justo entonces habrán bajado tus
bonos a un
décimo.

85 Y desde
ese momento en adelante, llegarás a conocer lo que hace
Pandora cuando se siente segura de sí misma y,
especialmente, de tu debilidad. Ni pienses que en algún
instante vas a recuperarte y repuntar. Todo lo contrario.
Primero, serás metafóricamente faenado como buey,
todo lo que de ti se pueda aprovechar se aprovechará. Una
vez desollado y deshuesado por Pandora, todo lo útil de ti
será sistemáticamente extraído y puesto a
buen recaudo; luego los desechos serán lanzados a la
calle, sin tarro ni bolsa basurera. A este rito sacrificial es lo
que la sabiduría popular llama "ir por lana…"
¡Aquí no hay fairplay que valga, ni santo que
te ampare!

RESGUARDO: SI TE
VAS… ¡NO VUELVAS!

DEL RESGUARDO
(2).— 86
¡Cuidado! Al pasar por trances de esta
naturaleza, puedes llegar a desarrollar una capacidad de odio
ilimitada e incluso puedes involucrarte en un drama de esos con
los que las feministas ponen su grito en el cielo. 87
Permíteme insistir: no se te vaya a ocurrir recaer y
volver junto a ella. Más te vale esperar con buen apoyo
siquiátrico, medio dopado, a que ella te busque, porque es
seguro que te va a buscar… si aun respiras. Te sugiero que no
vuelvas jamás; no obstante si esto te es emocionalmente
imposible, al menos hazle difícil el triunfo, si por
debilidad hicieses lo contrario no provocarías
ningún cambio favorable para ti. Lamentablemente: "Maestro
es, en verdad, tu infortunio, Prometeo", de Prometeo Encadenado
(Esquilo).

88 Ponerte
al alcance de Pandora, equivale a mostrarte ansioso de volver a
verla, de querer disfrutar del placer masoquista que sólo
ella sabe darte.

89 En este
punto, te conviene —si acaso estás alerta y te queda
autocontrol— hacerte el interesante, el inaccesible, el
Humphrey Bogart u otro de su estirpe. Si estás aun
inseguro, oblígate al menos a parecerlo. Para ese fin
podría ser bueno que hicieras lo siguiente: con tinta
indeleble grábate, tatúate sobre el tórax
una viuda negra y ponle el nombre de pila de tu Pandora. Esta
maniobra, tan ridícula, te podría obligar a
permanecer lejos de ella aunque te llame, sollozante. Sólo
de este modo la obligarías a darse el trabajo de
buscarte. ¡Y olvídate de la corbata, ya que
ésta podría transformarse en el dogal de tu
cadalso!

90 Darse un
trabajo equivale a hacer una inversión, y una inversión es algo
que ella jamás pierde. Recuérdalo, para cuando
Pandora te encuentre (después que se haya borrado la
araña sobre tu tórax), tendrás un valor
agregado.

91
Podría ofrecerte una larga serie de consejillos
útiles que te harían creer, erróneamente, en
el triunfo final. Lo efectivo es que son tan sólo meros
recursos para
salir del mal paso o llegar a conocer la verdad; pero a la larga
sólo le servirán a Pandora para mantenerse en
training durante la guerra sicológica.

92 Si
ocurre que ella no te busca y aun eres capaz de mantenerte lejos,
ten al menos la total convicción de que te has librado de
la relación más peligrosa y estresante a que puede
acceder el hombre común, a pesar de lo muy imprescindible
y seductora que esta mujer aparezca a la luz de tus
sueños. Porque la felicidad junto a Pandora sólo es
posible y duradera en ese plano, y nunca en su real proximidad.
Parodiando a Jean Baudrillard, te diré: Pandora es tan
sólo un banal sueño del hombre; Dios la sacó
del hombre durante su sueño. Tiene, pues, todos los rasgos
del sueño y los restos dispersos, contradictorios e
incompatibles de lo real.

93 De
manera que olvídate de ella, deshazte de todo objeto que
te haga recordarla y te despierte soterradas y ya olvidadas
emociones venenosas. Cualquier fisiólogo podrá
informarte que las emociones negativas —aparte de originar
hondas depresiones que pueden ser fatales— afectan el
sistema inmunológico dañando órganos en
forma irreversible. Cáncer, diabetes,
cardiopatías y otras enfermedades graves, pueden
llegar a desarrollarse en tu organismo, amando a Pandora. Por
tanto, es más rápido y fácil morir junto a
ella, que intentar vivir con ella. Piensa siempre que a la larga
las emociones mueren solas cuando uno no las alimenta. Haz cosas
nuevas que te desvíen la atención que aun tienes sobre
Pandora.

94
Además, resulta demencial y extenuante vivir con una dama
que siempre espera que uno le adivine sus necesidades, deseos,
sentimientos y pensamientos, y que —a fin de evitarnos
sorpresas ingratas— nosotros tengamos que meditar y pensar
con extremo cuidado antes de dirigirle la palabra, pero sin
pensar ni un momento en nosotros ni en nuestra situación
con respecto a ella.

Los hombres
temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra
cosa en el mundo; más que a la ruina, incluso más
que a la muerte… Y es
el temor el que detiene al hombre, temor a que sus creencias
entrañables vayan a resultar tan sólo
ilusiones.

Bertrand
Russel

95 Dado
que, cristiana y kármicamente todo lo malo termina mal, a
la hora del ajuste de cuentas entre
tú y Pandora no habrá concesión alguna por
parte de ella. Desde ya tu ruina moral y material no la
hará tener ni un ápice de misericordia ni sentir
arrepentimiento, a no ser que otra conveniencia mayor la haga
echar pie atrás por un instante.

En
síntesis: déjala y aprovecha tu nuevo excedente
energético trabajando más que nunca. Rodéate
de buenos amigos, de personas constructivas y alegres.
Jamás te aísles, ni te aturdas con aventurillas
amorosas forzadas. Así pronto estarás en mejores
condiciones que antes para emprender una mejor relación
amorosa con una verdadera y noble fémina.

6

LO DESPIADADO: LA
CASTRACIÓN SICOLÓGICA.

Que otra cosa
ves en el tenebroso fondo abismo tiempo.

Williams
Shakespeare

DE LA SEXUALIDAD.— 1 A pesar de ser el
sexo el talón de Aquiles y primer estigma del
varón, no pretendo abogar por el celibato, además
que la sexualidad —como parte de la Naturaleza— no es
tan amenazadora y puede ser muy deleitosa si sabemos ejercer
autocontrol y dominio sobre
ella y, sobre su inspiradora, Pandora-Eva. Esto es lo más
importante para nuestra salvación en la vida
presente.

2 La
sexualidad es la manifestación espiritual-material
más importante en la vida humana, y los varones,
así también las hijas de Eva, en ese terreno
corremos serio peligro de transformarnos en víctimas o
victimarios de la peor agresión que puede sufrir la
persona. En este plano y hasta este momento, Pandora nos supera
en toda la línea.

3 Por muy
frígida que sea, es casi imposible que ella falle una vez
llegada la instancia —que es lo determinante desde el punto
de vista objetivo— porque posee la peculiaridad de no
llegar a sentirse humillada a consecuencia de la frigidez, del
desamor y la tensión emocional. Para Pandora su sexo es
una herramienta confiable, siempre disponible, que ella maneja
con soltura —apoyada en pildoritas, dispositivos
intrauterinos y abortos— para componer y descomponer su
relación con nosotros según sus conveniencias o
deseos personales, por supuesto que al margen del
amor.

Por ejemplo: al
comienzo ella se te va a entregar "íntegra e
intensamente". Será su convincente demostración de
"amor" y anzuelo maestro. Sin embargo, cuando ya te vea
engolosinado, esa "entrega incondicional" desaparecerá
pronto y Pandora se aprovechará de tu febril entusiasmo,
para fijar aquellas primeras condiciones ventajosas para ella,
las mismas que ya señalamos en el subcapítulo
«Del Alerta».

4 El placer
por el placer, en Pandora no tiene sentido alguno, aunque muchas
veces les mienta a personas de su confianza contándoles
que ella se conformaría si san Antonio
introdujese en su lecho algún compañero aunque
fuera tan sólo para calentar sus piececitos.

LA SEXUALIDAD COMO
ARMA DE EXTERMINIO

En verdad, a ella
lo que más le interesa es manipular y explotar
sistemáticamente la sexualidad de su macho, con el avieso
propósito de domarlo y someterlo. Veamos un ejemplo de
común ocurrencia: mientras su compañero, ansioso y
ardiente se dispone en la cama para hacerle el amor, ella
apartará sus pies, de los pies de él, por muy
calientitos que éste los tenga y se los
ofrezca.

Muy a la inversa
de lo que su enamorado espera, de inmediato ella va a proceder a
calentarle la cabeza con recriminaciones gratuitas y monsergas
enervantes, hasta hacérsela estallar. Así por la
mañana, Pandora dispondrá de un estropajo
somnoliento, de pie frío y con jaqueca, al que
podrá juzgar, hacerle y decirle todo lo que le venga en
ganas a fin de rematarlo moralmente, sin que él disponga
de la energía mínima que le permita defenderse. Le
reprochará de no haber querido hacer el amor con ella, o,
tal vez, lo azote con el látigo de la indiferencia.
Posiblemente le espete, con ironía: "parece que ya no
sirves ni para la cama".

Situaciones
similares a ésta se repiten por millones cada día y
cada noche en todo Occidente, y cada día y cada noche
millones de hombres se sienten deprimidos, no saben qué
les ocurre, ni saben qué hacer, se llenan de angustia, se
enferman, se mueren… o se matan. No es por inferioridad
biológica que el varón occidental
—según estadísticas— viva de 10 a 20
años menos que la mujer.

5 Lo que
Pandora emprende —en el caso antedicho— es un trabajo
biológico-sicológico que muy pocos conocemos
¿En qué consiste este trabajo? Primero: hacer que
toda la sangre que
necesita el pene para alcanzar su erección, fluya hacia la cabeza de su
"bienamado", hacia su cerebro, para
asistirlo en sus nuevos pensamientos angustiantes —todos
provocados por ella— y, además, exacerbados por
violentos golpes de adrenalina. Así, la posibilidad de una
erección es casi nula. Segundo: el cerebro de su enamorado
termina sobrecalentado a causa de haber transitado toda la noche
en vela, pasándose "rollos" destructores y, de paso y en
respetuoso silencio, permitirle a ella dormir tranquila y bien
desahogadita. Este tratamiento, bien llevado, hace que el
varón pierda buena parte de su autoestima y
se vaya volviendo, poco a poco, más débil,
más servil y obediente con… su depredadora.

6
¡Pandora sabe muy bien que: son la potencia sexual de
él, y los orgasmos de ella, los culpables de que a su
hombre le aumenten —hasta tocar las estrellas— su
seguridad personal y su autoestima. En consecuencia,
maléficamente, sistemáticamente, se los regatea o
abiertamente se los niega!

Desde otra
perspectiva, Pandora teme que, a causa de la potencia y seguridad
sexuales de su hombre, él crea tener un dominio absoluto
sobre ella ¡O él crea que ella es su geisha!
Estos dos últimos temores le resultan muy amenazantes a
Pandora, y por lo mismo: inaceptables, porque constituyen una
amenaza a la consecución de sus objetivos intransables;
recordemos al menos uno: vivir como la diosa de un planeta
dominado por el sexismo y la locura, tal cual ocurrió en
Sodoma y Gomorra.

7 De tal
modo, Pandora apuesta siempre a su propio sexo y a la capacidad
que éste tiene para enloquecernos. En cambio nuestro sexo
(¡qué ironía!) es una baratija que
sólo hace enloquecer a las "locas" (perdóname el
pleonasmo, amigo mío). Lo cierto es que nosotros no
podemos jugar con nuestro sexo, podríamos fallar
miserablemente y hacernos famosos. Son varios los elementos
síquicos que pueden jugarnos una mala pasada, por ejemplo:
el hecho de no estar enamorados, el sentirnos extenuados,
presionados, traicionados, ofendidos, menospreciados, enfermos,
etcétera. 8 En consecuencia somos fáciles
candidatos a la impotencia y al ridículo. ¡Y en gran
medida esta candidatura depende sólo de ella!

Como yo no estoy
facultado para hablar sobre los fundamentos de esta
anomalía terrible, ni este libro trata de ésta, me
limitaré a formularte una sugerencia y dos advertencias
para evitar que te veas en la penosa situación de
retirarte a los cuarteles de invierno en plena primavera. Primero
la sugerencia: no ingieras alcohol;
cualquier médico especialista te pondrá al tanto
que en la vida los varones tenemos que decidir por una de dos
cosas: las mujeres, o el alcohol. Ambas opciones jamás
serán compatibles. Si decides por un poco de cada una,
entonces corres peligro de ser comparado con un abstemio, y en el
momento menos pensado puedes quedarte solo o, Pandora te
mantendría a su lado para sacarte provecho no sexual, si
es que vale la pena.

9 Ahora las
advertencias: jamás nadie como Pandora tendrá el
poder de provocarte un trauma síquico tan brutal, violento
y profundo. Si confías en ella y para peor de tus males la
amas —independiente al tema de si la provees o no de goce
sexual— bastará que ella te "ponga cuernos"; que a
tus artes amatorias les haga cierta crítica
destructiva, o se burle de ti con el objeto de: dejarte inhibido,
impotente o medio impotente durante largos períodos,
quizás por el resto de tu vida. No conseguirás
hacer justicia tratando de replicarle con el mismo esquema. El
"diente por diente", tal cual ya pudiste ver, aquí no
funciona.

Para la
ocasión y muy femeninamente, ella intuirá tus
intenciones y a continuación no necesitará
esforzarse lo más mínimo para conseguir en forma
inmediata un macho más maduro, ostentarlo y, de paso,
dejarte definitivamente fuera de circulación, en
ridículo, y con la "brújula
perdida". Finalmente: jamás podrás librarte de
estos peligros y sufrimientos mientras vivas con
Pandora.

10 Como
Pandora suele ser irracional —a causa de su impulsividad, y
no porque haga tonterías (recuerda que su software
fue diseñado en otro Universo, con
otra "racionalidad")—, es el tipo de hembra más
incontrolable y agresivo de la fauna antihombre
y antimujer. De todo cuanto hace con esa indignación y
resentimiento brutales que la caracterizan, distinguirás
tres actividades claras y permanentes, que conviene anotar. Ellas
son: la explotación de tus celos, la verborrea
recriminatoria y la incomunicación total, incluida la
sexual.

Déjame
advertirte: con esta triple combinación, y pasado un
tiempo, Pandora te destruirá sexual y síquicamente,
y nunca en tu vida lograrás recuperarte, salvo que seas
masoquista superdotado o, un eximio idiota. En todo caso: un
récord para el libro de Guinness.

11 En
términos muy generales, el sexo de Pandy siempre funciona
como trampa infalible, que atrapa y no suelta; a veces castra
sicológicamente, y otras veces… mata. También es
factible compararlo con el Triángulo de las Bermudas,
tragándose en un santiamén todo lo que transite
próximo a él. Portaviones, submarinos
atómicos; escuadrones completos, de bombarderos; son
algunos tentempiés de lo que será la cena
propiamente tal.

 

7

LA SOSPECHA: ¿REAL IGUALDAD O
SÓLO DESPOTISMO FEMINISTA?

Estamos
siguiendo su consejo, Vladimir Ilich (Lenin), penetrando
más y más profundamente en los planes del
enemigo.

Felix
Dzerzhinski

DE LA
IGUALDAD.— 1
Todo parece demostrar que los varones
—habiendo perdido muchas batallas en los últimos
tiempos, y parte importante de nuestro fuego interior, como dice,
Castaneda— estamos siendo demasiado condescendientes y
paternalistas con ciertas damas prosélitas y su jefa
Pandora. 2 Varios nos hemos dejado persuadir
—mediante propaganda y
tergiversación de hechos— por la idea de que resulta
ya imprescindible el advenimiento de un hombre más
"evolucionado", más al gusto de ellas. Hombre que colabore
con sumiso agrado al desarrollo del machismo en la mujer; hasta
que ésta consiga esa igualdad —tan ansiada por
Pandora— con aquel gorila marciano que, hace milenios,
según leyendas,
habría infectado nuestros genes.

3 Por el
bien de la humanidad y de las personas en particular, no permitas
ni te permitas participar en ninguna liberación que
promueva abolir las funciones
diferenciadas en la relación genérica,
armónica y naturalmente heredada; menos aun, el avieso y
espurio cambio o permuta de ellas. 4 Todo este fraude
—respaldado por un falso humanismo tan
lastimero como vengativo— nace de la falsa y popular
premisa de que "hombres y mujeres somos iguales". Esto, porque no
existen fundamentos históricos, biológicos,
filosóficos, religiosos ni científicos que
acrediten tal igualación.

5
¡Qué extraño! Hasta ahora ninguna autoridad en
la materia nos explica, rectamente, si esa igualdad se refiere al
derecho inviolable que tiene cada cual a desarrollar sus
particulares e indelegables potenciales ¿O se refiere a
que los hombres debemos proceder como mujeres, de mujeres que
procedan como hombres? En fin, parece que en verdad nadie sabe
nada, y todo cuanto se dice al respecto podría ser un
discursillo histérico, demagógico, politiquero, y
sin fundamento valedero alguno.

Creo que, al
igual que la masculinidad, la feminidad es un bien fundamental e
insustituible
para la humanidad; pero, es un bien tan
minimizado, y a veces derechamente tan despreciado por las
emergentes ideologías
materialistas – pro
consumistas, que ya ninguna mujer quiere asumirlo; y

paradójicamente, como algunas bien saben que la
humanidad desaparecería si no existiese

feminidadentonces intentan adjudicársela
al hombre, en la creencia de que hombres y mujeres somos
iguales.

Rayo

Pienso que ya
llegó el momento en que los varones tomemos conocimiento
de este problema, para que le demos un corte conciente,
rápido, inteligente, justo y pacífico; y no
desesperado, ciego y violento como podría ocurrir en una
reacción nuestra puramente emocional. Debemos meditarlo
poniendo todas las cartas sobre la
mesa.

DE LA
SABIDURÍA.— 6
Los Vedas son los libros
sagrados más antiguos (5.000 años) e importantes de
la India, y de
cuya sabiduría beben las más avanzadas
investigaciones del alma humana. Ellos nos cuentan que Agni y de
Soma son los principios
fundamentales del Universo. Agni o el Eterno masculino constituye
el intelecto creador, y es el Espíritu puro proveniente
del cosmos.

En cambio, Soma o
el Eterno femenino, se constituye como el Alma del mundo.
Principio creador de todo lo visible e invisible, Soma es la
Naturaleza o materia en sus infinitas transformaciones.
Finalmente, la unión perfecta de ambos (o
complementación genérica) constituye la esencia del
Ser supremo (Dios).

DE LA
CIENCIA.— 7
También de la ciencia y en
particular de la genética,
nos viene otra verdad a palos, inmutable, incuestionable,
definitiva. Ella es: la existencia de los cromosomas, y sus
condicionamientos naturales e inmodificables. Existen dos
cromosomas: el cromosoma femenino, denominado X; y el cromosoma
masculino, denominado Y. Mayoritariamente los humanos estamos
formados de dos cromosomas; la mujer está formada por XX,
y el varón común esta formado por XY. Y es por esta
misma realidad que los varones somos los únicos y
exclusivos representantes de la masculinidad, (al menos en
nuestro planeta).

8 Tampoco
la masculinidad es un puro asunto circunscrito a nuestros
genitales tal cual pretenden hacérnoslo creer
maliciosamente las feministas y sus lacayos.

9 Por lo
tanto y en consecuencia sería procedente e
importantísimo preguntarnos de dónde sacan las
mujeres su cromosoma Y, para igualarse a nosotros.
Quizá haya por ahí algún nuevo
descubrimiento científico que sólo ha sido revelado
a ellas. Esto último es sólo lucubración.
Pero si Pandora insiste en que toda esta verdad genética
es mentira, mas le vale que Vulcano la retorne a su
fábrica de origen y la deje allá.

10 mientras
tanto, lo cierto y seguro es que los heterosexuales XY seguiremos
siendo los seres humanos más completos, complejos y
versátiles. Y es así que podemos ver, conocer,
evaluar y manejar fenómenos de la vida y de la Naturaleza,
con dos prismas diferentes: lo práctico, y lo
especulativo.

11
Cromosomáticamente considerada la relación
hombre-mujer, ellas podrían tener ninguna conexión
ni afinidad con nuestros procesos
mentales, con nuestras motivaciones y acciones
masculinas precondicionadas por Y. Así, resultaría
absurdo esperar que ellas nos comprendan, y menos aun que nos
contribuyan con aportes apropiados al común desarrollo;
debido a que —dentro de nuestro plano cromosomático
Y— toda buena comunicación con ellas permanece
bloqueada a causa de la total desconexión y
desconocimiento que las mujeres tienen con, y de, nuestra Y;
Además, a causa de su natural e insalvable impedimento de
vivenciar Y (para comprenderlo en forma apropiada y valedera),
resulta impropio y peligroso admitir como si fuera cierto que las
mujeres tengan y comprendan ese lado masculino por el que tanto
se ensoberbecen ahora muchas de ellas… ¡Con qué
ropa! digo, yo.

12 Esta
podría ser una legítima explicación para
comprender su nulo aporte social a nivel de las grandes ideas, y
su consiguiente fracaso como gobernantas autónomas de una
sociedad
comprendida sólo a medias. En cambio, se torna muy
comprensible nuestro liderazgo en
ésta y otras materias de vital importancia universal.
También es válido considerar que nuestro cromosoma
X les ofrece a ellas un mundo de amplios desarrollos, de suyo
irrealizable debido a su natural e inevitable limitación
genética. Así mismo los XY heterosexuales somos
actores plenamente capacitados para comprender y resolverles, con
toda propiedad, problemas exclusivos del género de ellas,
de sus "equis"… y sin dejar de ser nosotros ciertamente
masculinos. En consecuencia, no nos sorprendamos de que las
mujeres digan que los hombres les resultamos seres del todo
extraños e incomprensibles y; para algunas:
terribles.

13 En
síntesis: en toda la Naturaleza conocida, lo masculino, y
lo femenino, el ying y el yang, yacen claramente presentes y
debidamente diferenciados —en la forma y en el fondo—
por condicionantes genéticas y espirituales que son
transversales a toda la existencia y, en particular, a las
especies vivas, incluido el reino vegetal donde las especies se
multiplican y se desarrollan en perfecta armonía familiar
¿Será, acaso, porque las plantas son mudas
y además no pueden apartarse entre ellas libremente?
Además, en toda la Naturaleza circundante nada es igual,
ni siquiera una vulgar piedra es igual a otra. Tampoco en
el Universo
existen estrellas o planetas
iguales. Menos aun que éstos puedan cambiar o intercambiar
sus funciones cósmicas específicas regidas por
leyes
inmutables. Por ejemplo: nuestra luna no puede reemplazar al sol
porque la noche se volvería eterna y en nuestra Tierra se
acabaría la vida ¡Y cada vez que tratemos de cambiar
la Naturaleza (pulsión histérica), nuestra vida
estará en peligro (En verdad ¿Quedará
alguien capaz de entender bien todo esto; me pregunto,
yo).

14
Concluidas estas aclaraciones fundamentales y
científicamente incuestionables —y un poco
más abierta nuestra conciencia— queda la
perturbadora impresión de que el ideal femenino o Eterno
femenino ya no existe, al menos en forma manifiesta, operativa, y
que existe entre un sinnúmero de mujeres, sólo un
pervertido y definitivo ideal para el siglo XXI: el machismo
putativo practicado por ellas, sin tregua, limitaciones ni
paliativos… y en forma tan injustificada… gratuita
¡Qué barbaridad. 15 Por lo bajo, y por lo
menos, la práctica de este tipo de machismo las deja en
desventaja para seguir compitiendo en bestialidad, al menos con
dos tipos opuestos de hombres: aquellos que por su cultura,
madurez, sensibilidad, habilidad y experiencia, no
aceptarán tal desafío y se alejarán
serenamente. Y los cuasi irracionales integrantes de la Plaga
transgénica que cogen el guante lanzado por su madre
Pandora, con el envalentonamiento que les da su masa muscular
(materia-Soma) y su manifiesta inconciencia (ausencia de Agni)
¿Cual es la solución? En el capítulo 18,
versículo 6, propondremos una solución justa y
constructiva a este impasse crucial espiritual y
planetario. Ahora continuemos con las evidencias
¿Aunque no sirvan para nada?

Dicen que santo
Tomás dijo: "ver, para creer". Ahora parece que todos
dicen: "creer, para no ver". Según el sabio norteamericano
James Hurtak (excientífico de NASA), nuestro sistema solar
pasa por una etapa de polaridad neutra (¿Nihilismo?).
Yo veo que, al menos la Tierra,
pasa por un período surrealista muy peligroso. Ver,
para… saber.

DE LA
COMPLEMENTACIÓN.— 16
Destacados dignatarios de
movimientos feministas suelen vocear a los cuatro vientos que las
mujeres han sido oprimidas, discriminadas y tratadas con
desprecio por los hombres. Acusación históricamente
inadmisible por dos grandes razones. Una: no existe lugar en el
planeta donde la mujer no haya sido —y siga siendo—
objeto de nuestro amor, admiración, protección y
veneración. La mayor parte de cuanto hacemos lo hacemos
pensando en ellas. Dos: hemos solicitado de ellas una
participación que, de ningún modo, podría
calificarse de denigrante o abusiva, puesto que su función
irreemplazable de madre, de ángel guardián del
hogar, consejera sincera y oportuna, distribuidora de amor y
cariños en la familia,
constituyen pruebas
irrefutables de la confianza que hemos tenido y tenemos en
nuestras encantadoras compañeras.

DEL
RECONOCIMIENTO.—
17 De igual modo apreciamos su
sensualidad, su fidelidad, su maternidad, su franqueza, su
tolerancia, su
dulzura, su sacrificio, su trabajo y su generosidad. Ellas son
nuestras Ruts, Penélopes, Ofelias, Dulcineas, Kadigas,
Sujyatas, Vestas, Venus, devasis, Julietas y Candelarias, por
nombrar sólo algunas. A ellas debemos gran parte de lo que
somos. Es por eso que las hemos amado y les hemos evitado
participar en muchas tareas necesarias para el desarrollo humano
integral e integrador, para las cuales ellas no fueron concebidas
en el plano original de la divina creación.

Esther Vilar,
sicóloga famosa, autora del controvertido libro «El
varón polígamo» —aunque exhibe en
él un muy deplorable concepto del
varón— reconoce nuestra compulsiva y enorme
generosidad para con las mujeres; generosidad que muchas no
reconocen, pero les gusta, la exigen… y aceptan con toda
naturalidad, porque la necesitan.

18 Y su
otro libro, «El varón domado», Esther Vilar lo
dedica a "los pocos hombres que no se dejan amaestrar y a los
pocos seres afortunados que no tienen valor mercantil, por ser
demasiado viejos, demasiado feos o demasiado enfermos".
Lamentablemente ella omitió —en este último
libro suyo— a los hombres demasiado ricos, pues ellos
resultan ser los trofeos principales de la cacería
pandoriana, sin importar que éstos sean demasiado viejos,
feos y enfermos.

DEL ETERNO
MASCULINO.— 19
Mientras las grandes religiones, las
filosofías, las ideologías, las artes, las ciencias y
todos los historiados descubrimientos sigan surgiendo de la mente
de pensadores valerosos, de científicos, artistas,
inventores y aventureros exitosos; resulta natural, lógico
e inevitable que el universo espiritual y neuronal nos pertenezca
—somos Agni—, y es por estas mismas razones que
"nadie nos expulsará del paraíso que G. Cantor
creó para nosotros" (David Hilbert, insigne
matemático, 1926), ni nos impedirá volver al cielo,
o nirvana, del que procedemos y del que somos parte.

20 Los
grandes Iniciados, los verdaderos líderes —que no
los voy a citar para no caer en superabundancia de
obviedad—, sin excepción, todos han sido varones
dignos, con su alma y sus cojones bien puestos, que han visto en
la humanidad la proyección de sí mismos y que han
llegado a ser ejemplos inmortales, y no por lo conseguido
externamente —con el fin de compensar agobiantes
vacíos interiores, o completar incompletitudes
exteriores— sino por lo que han sido como personas
auténticas y asumidas como tales. Todo el respeto de las
generaciones posteriores, su admiración y su eterna
gratitud, son reconocimientos espirituales y nunca materiales;
por tal razón "no pierdas jamás la fe. Pues
fortaleza muy poderosa es nuestra matemática", ironiza para los
escépticos, Stan Ulam.

Es muy posible que
todas estas valoraciones espirituales, que son ciertas,
demostrables e indestructibles, las feministas y Pandora,
obviamente no las entiendan y ni siquiera les interesen ya que
para ello es necesario poseer amor, honestidad,
creatividad,
entrega, sensibilidad social y visión amplia y completa de
la realidad humana… Además es necesario tener
corazón humano, no igual a ese que late dentro del pecho
de la artificial Pandy.

… a pesar de
un superávit del "tener", padecemos un déficit del
"ser": nuestro "ser" es frecuentemente miserable.

Elisabeth
Lukas

DE LA
SUPREMACÍA.— 21
Siempre dentro del ámbito
espiritual de Agni, nuestra tarea ha sido, desde siempre —a
modo de proceso
naturalmente devenido— el trabajar la tierra, dominar las
bestias, combatir al enemigo, controlar el fuego, el agua y el
aire. Nosotros surcamos océanos e inspeccionamos sus
profundidades. Además: soportamos la intemperie del
desierto y de la alta montaña para extraer sus riquezas
subterráneas. Penetramos junglas repletas de amenazas.
Volamos y exploramos el espacio exterior. Vale decir: asumimos
riesgos
mortales en resguardo de ellas y en pro del desarrollo de
todos.

22 Pero,
esto fue sólo el comienzo. Para mayor beneficio de la
ciencia y de toda la humanidad, los hombres hemos trascendido a
la capacidad espontánea de nuestros propios sentidos,
inventando y fabricando sofisticados instrumentos que nos
permiten descubrir campos de energía mil millones de veces
más pequeños que el tamaño de un átomo.
Igualmente, descubrir en el sinfín del Universo, al polvo
cósmico dando origen a nuevas galaxias. Y todo esto, y
más, lo hacemos con la misma naturalidad con que
observamos en el entorno inmediato, el vuelo de la aves, y las
hileras que forman las hormigas. No obstante, y a pesar de todo
esto, Pandora nos tilda de incapaces cuando, por
abstracción, se nos quema un pan sobre el tostador
(?).

23 En
resumen: los hombres hemos aportado la genialidad, la inteligencia
superior y la voluntad que nos vienen de Dios, y que,
además, nos hace inmortales como especie. Los grandes
pensamientos, los grandes descubrimientos, los grandes inventos, las
grandes empresas, las grandes aventuras y todos los
desafíos que se nos han planteado para lograr nuestro
retorno al Paraíso, han sido hasta ahora protagonizados
por nosotros con la ayuda preciosa de mujeres positivas y
asumidas como tales. Todo este universo de creaciones nos ha
identificado cada día más con las estrellas, con el
propósito trascendental de intentar ser a imagen y
semejanza de nuestro Creador..

24
Nosotros, los hombres, siempre hemos esperado el reconocimiento
de nuestras mujeres; sin embargo, muchas comienzan a
desconocernos, a convertirse en detractoras sistematizadas de
nuestra condición naturalmente devenida, ahora segregada y
perseguida cual condición criminal que debería
llenarnos de vergüenza ¿Y qué otra cosa
debemos ser, para algunas? Lo ignoro. Sólo sé que
muchas de ellas han sido envenenadas por el consejo y ejemplo que
les brinda Pandora Siglo XXI, y que además,
existirían otros interese ocultos jugando su papel
criminal en esta especie de linchamiento sicológico de
nuestra masculinidad, aparentemente dirigido y ejecutado por
mujeres asistidas por plagarios. Intentemos
visualizarles.

INFERENCIA ACERCA
DE LA CONJUNCIÓN DE FEMINISMO, LESBIANISMO, REVOLUCIÓN, CONSUMISMO, PANDORISMO E
IGUALDAD.

DE LA IGUALDAD
SEXUAL.—
23 La igualación de sexo, entre
el del hombre y el de la mujer, es un tema que ha ido tomando
fuerza en el tiempo, fuerza ciertamente infundada que vale la
pena explorar para beneficio de la verdad, y terminar de una
buena vez con las equivocaciones… o mentiras. El proceso
investigativo responsable de este ensayo me
llevó a inferir que aquella envidia —que
según Freud nos tienen
las mujeres porque nosotros poseemos pene y ellas no—
sólo subsistiría en lesbianas e histéricas
obsesionadas en homologar el clítoris, con el pene,
omitiendo ellas todas las diferencias biológicas y
funcionales existentes entre ambos.

El clítoris
es apenas un órgano; desde luego no es penetrador, no es
inseminador ni evacuador como lo es nuestro pene. En cambio,
nosotros sí poseeríamos una especie de
clítoris pequeño entre el meato urinario y el
frenillo; se trataría de una prominencia de tejido mucoso,
cuya función sería estimular el orgasmo, y en
ningún caso se trata de un segundo pene levemente
sobresaliente del primero ¿Clítoris atrofiado?
¡Gran tema éste, para pintar cuadros surrealistas al
más puro estilo Picasso; pero,
lamentablemente para ellas, no alcanza para efectuar
homologaciones científicas!

DE LA IGUALDAD
GENÉRICA.—
24 Con el pretexto sin base,
de igualdad genérica —tal como ya pudimos ver y
comprobar en el capítulo 7 vers. 3 al 13— las
feministas pretenden lograr la masculinización de la mujer
y la feminización del hombre, no sólo con un
engañador propósito reivindicacionista, sino, y
principalmente, por sus deseos de vengarse de ese machismo que
ahora ya no existe —más bien sería de
arrebatarnos nuestra natural masculinidad— y siempre dentro
de la ley del Talión, por supuesto.

25 En este
punto estaríamos hablando de una acción premeditada
claramente maldadosa y sustentada por la ignorancia, el
resentimiento, la degeneración, la envidia genética
y social, y que en la práctica sólo han logrado
apartar a las mujeres, de su exclusiva condición, de su
dignidad, de sus hogares, de sus esposos e hijos, con el avieso y
único propósito de destruir a la familia,
separarlas de nosotros los hombres; y extirparles sus equis para
reemplazárselas por yees. A esta causa habrían
adherido las histéricas: locas obsesionadas y obstinadas
en transformar la naturaleza
humana y toda la Naturaleza. Y toda clase de
mujeres odiosas, degeneradas, resentidas, ignorantes, poco
inteligentes… y una que otra vivaracha, para terminar viviendo
—todas ellas— una vida cada vez más frustrada
y peligrosa.

DE
REVOLUCIONES.—
26 La simpatía
lésbica por las ideas revolucionarias de la lesbiana y
escritora francesa Olimpia de Gauges (1748-1793); y
después la conveniencia sexual de la lesbiana francesa,
feminista, socialista, revolucionaria, y reconocida "madre" del
feminismo mundial: Flora Tristán (1803-1844), fueron los
hitos determinantes que instrumentalizaron el odio y ligaron una
supuesta liberación de la mujer a la de todo el
proletariado.

Fueron ellas las
que con sus legados
exacerbaros la androfobia y alentaron —al calor de la
revolución de 1848— con arengas prolibertinas y
provengativas, bajo el nombre de reivindicativas, la
formación de los primeros clubs femeninos que en su
seno facilitaron la incubación y eclosión del
feminismo; o sea, de un seudo feminismo muy sui géneris
cuyo propósito final fue, y es, inducir y gatillar en
mujeres sanas y normales, profundas crisis de
identidad que
favorecieran principalmente a los intereses lésbicos
escondidos —y desde el génesis mismo de esta
historia— tras la fachada de movimiento
proletario, azuzado por la argucia violentista de Olimpia de
Gauges, y posteriormente reforzado con la insidia refinada y
disociadora de Flora Tristán.

Y, así
funcionó ¡Lo mismo que la luz de la vela… y las
polillas! ¡Estaba cantado… Esto iba a ser el golpe
más artero y brutal que la degeneración, la envidia
y el odio podían propinar a las mujeres normales y sanas,
y a sus familias naturalmente constituidas!

27 Fue en
los albores del siglo XX, que el mal llamado feminismo se
mimetizó estratégicamente con el comunismo. Lo
integró, y lo usó a fin de incentivar a las mujeres
a abandonar sus hogares, a sus hijos y a sus esposos, y
participar de hecho en la violencia extremista, en las masacres y
purgas bolcheviques. Fue de este modo que lograron destruir a las
primeras familias, y sentar las bases para la
lesbianización masiva.

 

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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