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Las implicancias pedagógicas y sociales del auge de los soportes digitales y virtuales



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    1. Resumen
    2. El libro
    3. Lo digital
    4. La realidad
      virtual
    5. Lo virtual
    6. La biblioteca
      infinita
    7. La organización interna:
      el hipertexto
    8. Bibliografía

    RESUMEN

    El paso de la sociedad y
    la
    educación basadas en el libro a la
    sociedad y educación basadas en
    los soportes digitales y virtuales; incidiendo en sus
    características tecnológicas y sus implicancias en
    el proceso de
    enseñanzaaprendizaje.

    INTRODUCCIÓN

    El presente artículo pretende llamar la atención sobre procesos
    sociales (y pedagógicos) que estamos viviendo, pero en
    muchos casos de manera desapercibida; pese a que implican
    cambios, en algunos casos tan profundos, como los que
    sufrió el feudalismo para
    dar paso al capitalismo.
    Estamos asistiendo, casi sin darnos cuenta, al nacimiento de un
    nuevo tipo de sociedad que viene cargada de peligros gigantescos,
    pero también de posibilidades impresionantes. Aquí,
    contrariamente a nuestro talante habitual, hemos asumido una
    posición optimista, no porque lo seamos, sino porque los
    objetivos que
    nos planteamos al escribir este artículo nos lo
    exigían.

    Así, hemos prestado especial consideración
    a la Internet y su
    servicio
    estrella: la Web; así
    como a las enormes ventajas que nos otorga la tecnología
    hipertextual como nueva forma no sólo de organizar la
    información, sino de consumirla y
    principalmente de producirla. Siempre intentando ligar todo esto
    a la educación y más específicamente al
    proceso de enseñanza aprendizaje.

    Las nuevas
    tecnologías que aquí comentamos nos dan la
    posibilidad de formar a las nuevas juventudes más
    eficientemente en lo mismo, o por el contrario, y esa es mi
    apuesta, a formarlos y dejar que se formen en una cultura y en
    una ideología completamente diferentes a las
    hegemónicas. En dónde la libertad no
    sea la del consumo, sino
    la de la existencia propiamente y plenamente dicha. En ese
    sentido, tómese este artículo como un texto
    inacabado, inténtesele libremente completarlo, corregirlo,
    contradecirlo o negarlo. Me apunto con quienes quieren acabar con
    la privatización del conocimiento
    (el copy right) e instaurar su disfrute solidario (el copy
    left).

    1. EL
    LIBRO

    El proceso de enseñanza-aprendizaje se ha basado,
    entre otras cosas, desde hace varios siglos en el libro.
    Entendiéndose por tal a un conjunto de páginas
    impresas y empastadas que posee un único orden dado por la
    secuencia de sus renglones (leídos de izquierda a
    derecha), párrafos, páginas, capítulos,
    etc.

    El libro resulta algo así como un depósito
    de conocimientos donde gente que domina algún tema ha
    escrito algo sobre él, para que los demás puedan
    leerlo y así se produzca el correspondiente "traslado" de
    los conocimientos.

    La comunicación se da entonces en el esquema
    de la denominada comunicación masiva caracterizada por la
    presencia de un sólo (o unos pocos) emisor (es) y muchos
    perceptores y una nula o casi nula posibilidad de una
    comunicación bidireccional.

    El libro es, a fin de cuentas, un texto
    con una sola opción de lectura
    escrito por alguien, denominado autor, y consumido por muchos
    lectores.

    Somos consientes que estamos utilizando un esquema
    bastante rígido para el proceso de escritura y
    lectura, obviando que para cada lector habrán un conjunto
    de referencias distintas que lo remitan a experiencias u otras
    lecturas también diferentes, desatándose la
    intertextualidad y otros procesos creativos que hacen que el
    lector no sea un mero consumidor
    pasivo. Pero lo hacemos, con fines didácticos, para que
    sean más obvias las diferencias entre el libro y los
    soportes digitales y virtuales que intentamos explicar en este
    artículo.

    La cultura moderna, e incluso la sociedad toda
    según Mc Luhan, se organiza en torno al libro,
    pese a que existen muchos otros productos
    culturales (la pintura, el
    teatro, el
    cine, la
    fotografía, la música, etc.), es
    innegable que aparece como más culto aquel que ha
    leído más libros. Se
    trata del reinado del texto, pues aunque cada vez sea más
    común que los libros contengan imágenes
    de diversa índole, un libro es siempre, sobre todo, un
    texto.

    2. LO
    DIGITAL

    El matemático Boole, basándose en la
    presunción que nuestro sistema
    numérico tiene diez dígitos por la simple y
    arbitraria razón de que tenemos diez dedos, explora
    distintas posibilidades con otros sistemas
    numéricos que no usen la base 10; pues es
    perfectamente posible un sistema numérico de 8
    dígitos, 6, 4 o 2. Cuando elegimos, como lo hizo el
    matemático inglés,
    un sistema de base 2, estamos hablando de un sistema
    binario, de una matemática
    que únicamente utiliza los dígitos cero y
    uno.

    La matemática booleana resulta fundamental cuando
    en los años 60 se inician las investigaciones
    para lo que en los años 70 serían las inmensas
    computadoras
    corporativas y lo que hoy en día son las potentes
    PC.

    Una computadora no
    puede, a fin de cuentas, reconocer más que ausencias y
    presencias de pulsos eléctricos o de otro tipo, en
    intervalos de tiempo
    determinados, nanosegundos, por ejemplo. Así, una
    computadora sabe si en el primer nanosegundo marcado por su reloj
    interno hubo o no un pulso eléctrico, y también lo
    sabe para el segundo nanosegundo y para el tercero y así
    hasta el infinito.

    Una vez logrado esto, sólo tiene que asignarse el
    valor de cero
    a la ausencia de pulso eléctrico o magnético o
    lumínico o lo que fuera, y uno a la presencia del pulso.
    En otras palabras la computadora
    ya puede reconocer los dígitos cero y uno; y Boole ya
    había demostrado que esos dígitos bastan para
    realizar todos los cálculos matemáticos que
    conocemos. La computadora está lista para ser un
    complejísimo y veloz procesador
    matemático.

    Pero luego vendría la idea de los bytes y los
    bits y con ello la posibilidad de convertir en ceros y unos a las
    letras y por tanto a los textos. Es decir que cada letra
    tendrá un valor equivalente en ceros y unos y por tanto la
    computadora será capaz de reconocerlas. Así un
    libro que es en última instancia un conjunto de letras,
    quedará convertido en un conjunto más o menos largo
    de ceros y unos. Estamos ante un libro digital.

    Este libro ya no es un conjunto de páginas
    impresas, sino meros ceros y unos que pueden estar grabados en el
    disco duro de
    alguna computadora, en un disquete o en un disco compacto
    (CD). Esto trae
    enormes ventajas con respecto al libro tradicional, pero
    también algunas desventajas por la necesidad de una
    computadora para realizar la
    lectura.

    Entre las ventajas está la reducción de
    los costos de
    reproducción a límites
    cercanos a cero, el ahorro de
    espacio físico, dado que un CD puede contener varios
    cientos o miles de libros; pero sobre todo las ventajas
    están por el lado de que los formatos digitales no
    sólo pueden contener textos (el denominado lenguaje
    multimedia) como
    veremos a continuación, y por la
    organización de los contenidos que va a revolucionar
    el proceso de escritura lectura y por tanto el de
    enseñanza aprendizaje, hablamos del hipertexto sobre el
    que abundaremos más adelante.

    Pero los esfuerzos por digitalizar los productos
    culturales no se detuvieron en los textos, sino que los
    científicos pronto encontraron la manera de convertir las
    imágenes fijas en ceros y unos y después las
    imágenes en movimiento y
    los sonidos; permitiendo que en formato digital no sólo
    podamos tener libros, sino también pinturas,
    fotografías, películas, música; es decir,
    que hoy en día, prácticamente cualquier producto
    cultural puede ser transformarlo en ceros y unos, y por tanto
    puede estar contenido en discos duros o
    flexibles o en los ya populares discos compactos.

    A todos ellos se les conoce como soportes digitales,
    precisamente, por el hecho de que contienen únicamente
    ceros y unos.

    Lo que estamos diciendo es que todos los productos
    culturales de la humanidad pueden ser transformados a lenguaje
    binario y por tanto ser grabados en soportes digitales, con las
    ventajas que ya hemos mencionado. Esto debe constituir,
    necesariamente, una revolución
    en el proceso de enseñanza aprendizaje.

    3. LA REALIDAD
    VIRTUAL

    Pero la tecnología no se ha detenido allí,
    sino que ha creado espacios tridimensionales que están
    constituidos, otra vez, por ceros y unos. A estos espacios se les
    llama "espacios virtuales" por los cuales podemos pasear tal y
    como si existiesen en la realidad (inmersión). Lo que
    estamos diciendo es que la arquitectura
    también ha sido digitalizada y en esos espacios virtuales
    puede suceder todo lo que queramos y con sensación real,
    ya que a las imágenes tridimensionales se suman sonidos de
    característica real y la posibilidad de interactuar con
    los objetos virtuales que encontremos en esos espacios
    virtuales.

    Es decir, a través de la tecnología de
    "realidad
    virtual" podemos construir lugares imaginados o que en verdad
    existen, con características tales que podemos pasear por
    ellos tal como lo haríamos sin en verdad
    estuviéramos en los mismos, o incluso más porque
    podríamos hacer algunas cosas que en la vida real no nos
    estaría permitido, pasar nuestros dedos por los labios de
    la Mona Lisa, por ejemplo.

    Lo que intento decir es que ya no es necesario viajar a
    Egipto para
    conocer las pirámides, ni ir a Paris para visitar el museo
    de Louvre, bastará con conectarnos a una computadora lo
    suficientemente potente y contar con el hardware mínimo que
    requiere la Realidad Virtual (HMD, dataglove).

    Si pensábamos que la teletransportación y
    la máquina del tiempo eran pura ciencia
    ficción estábamos equivocados, con la realidad
    virtual podemos desplazarnos instantáneamente a cualquier
    lugar del mundo y a cualquier época, pasada o futura. Y
    todo esto, en base a ceros y unos.

    4. LO
    VIRTUAL

    Lo virtual es la representación de lo real, hace
    sus veces pero no es lo mismo, lo imita, lo representa. El ser
    humano desde su aparición sobre la faz de la Tierra
    siempre ha tendido a virtualizar su realidad circundante,
    producto de ello son las pinturas rupestres milenarias que
    encontramos en diferentes lugares del mundo.

    En esas pinturas aparecen escenas de caza, pero no son
    la caza, es su virtualización; cazadores, pero no son
    cazadores, son su virtualización; y los animales que
    yacen muertos no son los animales, sino su virtualización.
    Se trata de un antiquísimo antecedente de la "realidad
    virtual".

    En la Edad Media es
    sabido que los reyes y su corte se hacían retratar con los
    pintores de moda, pero en
    esos cuadros no están ni el rey ni su corte, sólo
    su virtualización; pero a ellos eso no les importaba,
    estaban seguros que
    así trascenderían. Lo virtual, a diferencia de lo
    real, puede vencer a la
    muerte.

    Con el invento de la fotografía, otra vez,
    quienes tenían los recursos
    económicos necesarios posaban largos minutos
    inmóviles para quedar retratados por esas antiguas
    máquinas que necesitaban mucho tiempo de
    exposición para fijar la imagen. Pero los
    sacrificios no importaban, la virtualización hacía
    que valgan la pena.

    Pero va a ser a fines del siglo XIX cuando la
    virtualización va a dar el gran salto con la
    invención del cine. Una virtualización de una
    realidad cualquiera resulta mucho más impresionante si se
    mueve. El impacto es tal, que desde un inicio los espectadores
    empiezan a confundir lo real con lo virtual; así en una
    memorable función de
    los hermanos Lumiere, la audiencia saldría corriendo
    despavorida al ver que un tren virtual se les venía
    encima. Temieron que lo virtual podría matarlos
    realmente.

    Este impacto no se ha detenido, por el contrario se ha
    acentuado, así es común que el público
    llore, ría, se asuste, se enternezca, se asquee, suspire o
    maldiga con lo que ve en la pantalla como si esto fuera real, a
    pesar de que es plenamente consciente de que es meramente
    virtual.

    Y aún más, no faltan quienes se enamoran
    de algún personaje como si el amor no
    distinguiera de realidades y virtualidades; y aún cuando
    el deseo amatorio surja por la o el artista y no por los
    personajes que representan, el asunto sigue siendo puramente
    virtual. Pues los amantes nunca han conocido ni conocerán,
    ni siquiera han visto ni verán al objeto de sus amores,
    sólo conocen y han visto su
    virtualización.

    Con el invento de la
    televisión la virtualización se torna
    imperante. El televisor se instala en medio de nuestras casas y
    en medio de nuestras vidas, las que en gran medida giran
    alrededor de lo que el susodicho aparato transmite. Nuestra
    realidad cada vez cede más espacio a lo virtual al punto
    de casi instalarnos por completo en la virtualidad. Así
    empezamos a vivir la historia de las novelas como si
    fuera nuestra biografía, la
    experiencia vicaria que nos proporcionan los talk y reality shows
    se va convirtiendo en nuestro gesto más vital. Nada
    más arriesgado que practicar el paracaidismo desde nuestro
    sofá ubicado frente al televisor.

    De pronto la realidad que nos rodea se va tornando
    puramente virtual, y como el proceso se da a espaldas de nuestros
    deseos conscientes no nos percatamos del fenómeno y vamos
    cada vez más confundiendo los ámbitos real y
    virtual. Así, cuando vemos al presidente en la pantalla
    del televisor, de verdad creemos que es él, pero no lo es,
    es su virtualización. Y cuando vemos noticieros creemos
    estar siendo testigos de los hechos, pero no son los hechos los
    que están ante nuestros ojos sino su mera
    virtualización.

    Además, la virtualización no
    necesariamente se corresponde objetivamente con la realidad. Las
    posibilidades de manipulación en el mundo virtual casi son
    infinitas en el nivel tecnológico de la sociedad
    contemporánea, y de ello no somos plenamente
    conscientes.

    Resumiendo esta parte, podríamos decir que la
    historia de la relación entre lo real y lo virtual ha
    sufrido un proceso notorio de cambio. En un
    principio lo virtual simplemente intentaba representar a lo real.
    Luego lo real para serlo tenía que haber sido
    virtualizado, es decir que la condición de real de las
    cosas no fue suficiente para dar cuenta de su realidad,
    paradójicamente, su realidad para ser plena necesitaba de
    su virtualización; es decir, salgo en la televisión, luego existo. Y hoy en
    día lo virtual incluso ha logrado desprenderse de lo real,
    ya no lo necesita de referente para dar signos de
    realidad, lo virtual se basta a sí mismo.

    Ya no es la imagen en el espejo de alguien que se mira
    en él, sino que ese alguien se construye en base a la
    imagen del espejo. Soy virtual, luego soy real aunque no exista.
    Se trata de la imagen del Gran Hermano de la novela "1984"
    de George Orwell, que sólo es vista en los afiches y en
    las pantallas, nadie sabe con certeza si existe realmente, pero
    eso no importa, su poder es
    incuestionable.

    Con la invención de las computadoras el reino de
    lo virtual se fortalece aún más, dando lugar a la
    denominada sociedad virtual. Pero va a ser una innovación
    tecnológica ligada a la informática la que en verdad va a crear un
    mundo paralelo, un mundo virtual en donde las relaciones
    humanas se trastocarán y el espacio y el tiempo
    parecen desaparecer. Estamos hablando de Internet y el cibermundo
    que encarna, con sus cibernautas, ciberdelitos,
    ciberpolicías, cibersexo, ciberinfidelidades,
    ciber-romances, ciber etc. etc.

    Internet es un conjunto bastante grande de computadoras
    conectadas entre sí y distribuidas a través del
    mundo con características muy peculiares y más o
    menos anárquicas en el sentido no tanto del desorden sino
    de la libertad. Y es en ese tejido físico donde se
    sobreponen una serie de servicios como
    el de la Web que es un tejido virtual, porque se tratan de
    millones de páginas electrónicas interconectadas
    entre sí, pero que a final de cuentas son ceros y unos
    grabados en los discos duros de las computadoras que forman parte
    de Internet, pero como no sabemos ?y no importa saberlo- en
    qué computadora exactamente está grabada qué
    página, hablamos no ya de soportes digitales, sino de
    soportes virtuales. Y es en este inmenso soporte virtual donde la
    idea de infinito se hace aprehensible.

    5. LA BIBLIOTECA
    INFINITA

    Las bibliotecas
    históricamente han tenido diversas funciones, entre
    ellas las de atesorar el
    conocimiento humano y la de poner al alcance del
    público ese conocimiento. Tal vez nunca como hoy, esas dos
    funciones aparecen perfectamente integradas; o mejor, nunca como
    ahora la tecnología nos da la posibilidad de integrar
    productivamente esas dos funciones.

    Internet, con sus múltiples servicios, es la
    tecnología que hace posible el sueño de la
    biblioteca infinita y la posibilidad real de pasear por sus
    pasadillos y husmear en sus anaqueles, y, por qué no,
    llevarnos algún tesoro a casa.

    Es la World Wide
    Web, o simplemente Web, la biblioteca de Babel sobre la que
    escribió Borges. Y el
    correo
    electrónico, el chat
    multimedia, el vídeo bajo demanda, la
    transferencia de archivos, las
    listas de interés,
    los grupos de
    discusión y los cada vez más impresionantes
    servicios que ofrece Internet, la nueva relación entre el
    bibliotecario y el usuario, o mejor entre la biblioteca y el
    usuario.

    Y es que por un momento parece como que ya no fuera
    necesario el bibliotecario en cuanto intermediario entre la
    biblioteca y el usuario, pues en cuanto a organizador de la
    información su papel, hoy más que nunca, sigue
    siendo fundamental. Pero ni su papel de intermediario debe
    desdeñarse ya que si bien la biblioteca está al
    alcance de la mano del usuario, esta está toda revuelta y
    es imprescindible, si se quiere eficacia y
    eficiencia,
    contar con personal
    calificado para navegar en el caos y alcanzar al usuario lo que
    anda buscando o cuanto menos instalar algunos faros de referencia
    en el cada vez más grande mar de la
    información.

    Supongamos por un momento que todo el saber humano, o
    mejor, que todos los productos culturales estén colgados
    en la red;
    imaginémonoslo sin temor porque es tecnológicamente
    posible hacer esto hoy. Tendríamos una suerte de
    biblioteca infinita al alcance de un clic, pero no sólo
    eso, también una pinacoteca, una fonoteca, una
    videoteca, hemeroteca, etc. La visión es maravillosa en el
    sentido exacto de la palabra.

    Pero no sólo eso, esta biblioteca carece de
    espacio y de tiempo. La información que contiene puede
    estar en cualquier parte y eso a fin de cuentas no interesa, lo
    importante es que está a nuestro alcance, las barreras del
    espacio han caído derrotadas. Y con el tiempo sucede lo
    mismo, puesto que inmensas cantidades de información
    pueden ser obtenidas en tan sólo unos segundos, acceso en
    tiempo real que le dicen.

    Resulta entonces, que todos los productos culturales
    creados a lo largo de la historia pueden estar a nuestro alcance
    sin tener que esperar ni desplazarnos, sino hasta donde exista
    una computadora conectada a Internet.

    Podríamos entonces suponer que la Web es una
    especie de edificio inmenso que contienen todos los productos
    culturales y cuenta con elevadores ultra rápidos que nos
    permiten movernos a gran velocidad para
    revisar la información que nos interesa. Pero ni esta
    metáfora resultaría suficiente, porque no
    podríamos llevarnos a casa cuanto quisiéramos;
    tendríamos que colocar en cada uno de los pasillos una o
    más fotocopiadoras, reproductoras de vídeo,
    grabadoras, etc. que nos permitan obtener las copias
    deseadas.

    Pero, ni aún así, y es que la nueva
    biblioteca infinita, y esa es su característica más
    importante, no condena al usuario al papel de lector, sino que le
    da la posibilidad de convertirse en autor o en mero comentarista
    de lo que lee, esto gracias a la facilidad de colgar nuevas
    páginas electrónicas, pero sobre todo gracias a la
    tecnología hipertextual.

    El hipertexto, no obstante, tendrá otro papel
    fundamental en la biblioteca infinita y es la de establecer
    relaciones infinitas entre los infinitos productos culturales
    existentes en ella. Así uno podrá empezar leyendo
    La Divina Comedia de Dante y terminar escuchando a Paganini o
    algún tema de Marilyn Manson, no sin antes revisar la obra
    de van Gogh. O empezar por la Divina Comedia, pasar a "Lo que el
    viento se llevó" y terminar escuchando alguna ópera
    de corte amoroso; porque la obra de Dante habla del infierno,
    pero también del amor. Lo que
    trato de decir es que el hipertexto da la posibilidad de
    innumerables conexiones que no necesariamente exigen concluir lo
    que se lee, escucha o se ve, es lo que se ha llamado la crisis de la
    linealidad.

    Atención, estamos describiendo una biblioteca
    infinita que está formada por infinidad de productos
    culturales, pero que al mismo tiempo forma un solo producto
    cultural que los integra a todos. Sé es uno y muchos al
    mismo tiempo, la idea parece religiosa, pero es
    tecnológica.

    En ese único producto cultural integral es en el
    que viaja el usuario con infinitas posibilidades de ruta, cada
    una de ellas es, a fin de cuentas, también otro producto
    cultural.

    Infinitos productos culturales que son uno al mismo
    tiempo que se deja pasear de diferentes modos, constituyendo cada
    uno un nuevo producto cultural. Esta es la sagrada trinidad de la
    biblioteca infinita.

    6. LA
    ORGANIZACIÓN INTERNA: EL HIPERTEXTO

    Estamos en una época a la que algunos han llamado
    "era de la información" por el papel fundamental que
    ésta, entendida como conocimiento, juega en la economía
    mundial. En el ámbito académico el espectacular
    desarrollo
    tecnológico que la acompaña suele marearnos y
    creemos estar ya a la par cuando tenemos acceso a sus productos:
    la computadora personal, Internet, etc.; pero cuidado, esto no
    basta; pues como bien dice Roberto Aparici: "Para la sociedad
    informatizada, las nuevas tecnologías de la
    información constituyen uno de sus elementos claves y su
    incorporación en contextos educativos en función
    del modelo
    económico actual, suele implicar un uso mecánico y
    eficientista.

    Este modelo casi uniforme y extendido a escala mundial no
    sólo es fomentado por las empresas sino
    también por los propios administradores educativos que, la
    mayoría de las veces, no tienen las competencias
    mínimas en este campo, pero son los responsables de la
    toma de
    decisiones en un ministerio o en una universidad"
    (APARICI).

    No basta entonces con que una universidad o un colegio
    posea cientos de computadoras, ni que estas estén
    conectadas a Internet, sino que lo que nos coloca a la altura o
    no de la sociedad de la información es la manera como
    utilizamos estas tecnologías.

    Hay limitaciones económicas, sin duda, pero
    también hay limitaciones de imaginación e
    iniciativa, las que precisamente por nuestras carencias
    presupuestales, resultan imperdonables.

    Reducir el uso de Internet a la búsqueda de
    información sobre un determinado tema es no sólo
    desperdiciar las potencialidades tecnológicas que tanto
    nos ha costado tener, sino también -y es lo más
    grave- repetir errores pasados con tecnologías modernas
    (la búsqueda en Internet puede reducirse a "marcar todo",
    "copiar", "imprimir"). De nada sirve reemplazar la tiza de yeso
    por el computador si
    los esquemas de enseñanza-aprendizaje siguen siendo los
    mismos. Toda nueva tecnología de comunicación exige
    un nuevo lenguaje, toda nueva tecnología
    educativa reclama nuevos métodos de
    formación académica.

    Con este artículo, precisamente, lo que
    pretendemos es sugerir el uso del hipertexto y su soporte
    tecnológico como una nueva propuesta de enseñanza ?
    aprendizaje, sobre todo para las ciencias
    sociales.

    Uno de los "problemas"
    fundamentales de las ciencias
    sociales es su carácter multiparadigmático, es
    decir la coexistencia de varias teorías
    para explicar de manera diferente los mismos fenómenos,
    con el agravante de que algunas teorías presumen de tener
    carácter científico y que todas niegan, por lo
    menos en parte, la validez de sus adversarias.

    El proceso de enseñanza de las ciencias sociales
    en estas condiciones fácilmente puede derivar en sectario,
    cuando el profesor
    presenta el paradigma que
    profesa como verdad o como postura única y la labor de los
    alumnos queda reducida al aprendizaje de la estructura
    teórica de dicho paradigma y en el mejor de los casos a su
    aplicación para casos concretos.

    Pero aún cuando el docente se preocupe por
    presentar diferentes paradigmas,
    el aprendizaje
    seguirá siendo pasivo o aplicativo, y no crítico,
    ni creativo, si es que no se promueven los debates y el ejercicio
    de opinar y argumentar. Y aquí chocamos con las barreras
    que nos ponen clases masificadas y un número limitado de
    horas para cada asignatura. La tecnología del hipertexto
    puede acudir en nuestra ayuda.

    Cuando Borges describe el Aleph lo hace de forma
    sucesiva, pese a que el Aleph es todo lo contrario, y lo hace
    "porque el lenguaje lo
    es" (sucesivo).

    El autor de Ficciones, reclamaba de esta forma, acaso de
    manera inconsciente, el nacimiento de una nueva tecnología
    que permitiera un lenguaje no secuencializado, un lenguaje que
    pretenda no ser lineal y que aspire a contenerlo todo como el
    Aleph, el hipertexto.

    Para describir el origen del hipertexto y
    sus características fundamentales, seguiremos a Roque
    Molluso (MOLLUSO).

    Este autor cita a Vannevar Bush ("El conjunto de la
    experiencia humana está creciendo a un ritmo prodigioso,
    pero los medios que
    empleamos para desplazarnos por este laberinto…son los mismos
    que utilizábamos en los tiempos de las carabelas") para
    explicar las razones que movieron al invento del Memex, el
    antecedente tecnológico del hipertexto. El Memex bushano
    consistía en un dispositivo en el que se guardaban libros,
    archivos y comunicaciones, y que podían ser
    consultados con gran rapidez y flexibilidad. Se trataba de un
    sistema de búsqueda rápida de archivos
    microfilmados que podían ser observados a través de
    una pantalla transparente; pero que además, y es lo
    más trascendente, permitía agregar notas,
    comentarios, etc. Estamos a mitades del siglo XX.

    Molluso sigue: "Mediante este inicial
    antecedente del hipertexto se comenzaba a abrir la posibilidad de
    una relación asociativa entre artículos con lo que
    se iba conformando un recorrido no lineal ni único, sino
    que dependía de los intereses del proto-navegante,
    conformando trayectos mas acordes con el funcionamiento
    asociativo de la mente humana". Esto "lleva a plantear la
    necesidad de crear un texto virtual en el cual se permita una
    mayor interacción que trascienda los
    límites físicos del libro" El Memex, de hecho, ya
    permitía saltar automáticamente de un
    artículo a otro, según el interés del
    lector, esta capacidad es lo que se va a llamar link o nexo en
    los actuales sistemas
    hipertextuales.

    En 1989 el Laboratorio
    Europeo para la Física de
    Partículas, el CERN, inició el trabajo de
    lo que en 1992 se convertiría en la World Wide Web, la red
    de páginas electrónicas en las que el hipertexto
    tendrá el papel estrella. Pero su definición es
    más antigua, en la década del ´60 Theodor
    Nelson precisa: "Con hipertexto, me refiero a una escritura no
    secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector
    elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva.

    De acuerdo con la noción popular, se trata de una
    serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos,
    que forman diferentes itinerarios para el usuario". Cuando lo que
    se conecta no es sólo texto, sino sonido,
    imágenes fijas, imágenes en movimiento,
    animaciones, paseos virtuales, etc. estamos hablando de
    hipermedia, aunque es bueno precisar que en el lenguaje
    común y aún en el académico la tendencia es
    a que el término hipertexto englobe al de hipermedia,
    cuando en estrictu sensu es exactamente lo contrario.

    Robert Horn propone otra definición
    más técnica para el hipertexto: "La existencia de
    una liga o lugar en cualquier parte de un texto almacenado en la
    computadora que vincule dicho documento con otro lugar en el
    mismo o diferente texto, el acceso será rápido y
    facilitado por botones o cualquier otra herramienta para una
    navegación no-lineal" (AGUILAR y CUENCA).

    Esta definición establece que el hipertexto
    incluye no sólo su estructura, sino también su
    soporte informático, aunque esto no quita que puedan
    encontrarse otros soportes en los que puedan aparecer algunas de
    las características estructurales del hipertexto, incluso
    libros escritos para una lectura no secuencial como el conocido
    ejemplo de Rayuela de Cortázar.

    Al mismo tiempo, es necesario precisar que un
    emparejamiento mecánico de la WWW con el hipertexto es
    erróneo, pues aunque en ésta existan abundantes
    ligas, vínculos o links, son necesarias otras
    características más complejas y profundas para que
    podamos hablar de un hipertexto propiamente dicho, como veremos
    en los párrafos que siguen.

    Manuel Francisco Aguilar Tamayo e Iliana Cuenca
    Almazán nos hablan de los tres elementos del hipertexto:
    "los nodos o lexias, los vínculos o ligas y el interfaz de
    navegación. Los nodos o lexias, son ´núcleos
    de contenido´ o unidades de información que
    podrán contener información a manera de texto,
    información gráfica o sonora… Por tanto, un nodo
    o lexia será una ´unidad´ en cuanto contenga
    significados suficientes para dar un sentido y que sea coherente
    por si misma, es decir sea una unidad de significado.

    Por ello, una lexia podría tener la forma de un
    enunciado, un párrafo
    o un conjunto de párrafos cuya significatividad no
    requiera de ninguna otra lexia. Con respecto a los
    vínculos o ligas, estos son las relaciones que se
    establecen entre los nodos o lexias y que pueden ser establecidas
    en distintos momentos y bajo distintas perspectivas.

    Es posible que los vínculos sean marcados por el
    autor del hipertexto, o bien por el lector del mismo, ambos por
    un criterio semántico o asociativo o como parte de una
    estrategia de
    lectura. Ya que… el hipertexto tiene una existencia
    informática, es decir, debe ser soportado por la
    computadora, la visualización, selección
    y acceso a las lexias requieren de vínculos que necesitan
    de una activación por parte del lector, de ahí la
    necesidad de un interfaz… cuya activación se realiza
    mediante la selección y acción
    del mouse o de
    alguna tecla o botón. El aspecto visual del interfaz
    facilita comprender o representar la estructura o contenidos del
    hipertexto ayudando al lector/usuario a tener el acceso a la
    información y la recuperación de esta". (AGUILAR y
    CUENCA).

    La World Wide Web es el lugar donde se halla por
    excelencia el hipertexto; se trata de millones de links,
    vínculos o nexos que nos permiten saltar de un lugar a
    otro, de una información a otra. Semejante cantidad de
    posibilidades hace que la Web se publicite como interactiva, es
    decir como un espacio en que el usuario o usuaria no es mero
    receptor o receptora, sino que tiene un papel activo. Sin
    embargo, esto no es tan cierto cuando los múltiples
    caminos han sido trazados de antemano y nuestra libertad se
    restringe a la elección de los caminos prefijados, es
    decir se trata de una libertad de consumo, pero no de producción.

    La WWW posee en comparación a sus
    espacios cerrados muy pocas páginas en las que el usuario
    o usuaria tiene la posibilidad real de producir mensajes con
    contenido cognoscitivo o ideológico. Se trata entonces de
    un hipertexto cuya mayor riqueza es la gran cantidad de
    ramificaciones que nos ofrece, y su peor miseria la poca o nula
    capacidad de participar en la creación de nuevas
    ramificaciones.

    Esta no es una limitación tecnológica,
    pues es perfectamente factible abrir los hipertextos a nuevos
    planteamientos, se trata más bien de un limitante
    político-comunicacional que es resultado del nuevo orden
    mundial en que bajo la apariencia del libre acceso a la
    información, subyacen sistemas profundamente
    asimétricos en las etapas de producción,
    circulación y consumo de esa
    información.

    Pero ese no es el tema de este artículo, sin
    embargo era necesario referirlo para escapar del círculo
    de quienes embobados por los avances
    tecnológicos pierden de vista las connotaciones
    políticas, culturales e ideológicas
    que sustentan su uso en la sociedad
    contemporánea.

    La defensa que hacemos aquí del hipertexto es en
    cuanto a las posibilidades que nos da su preformance
    tecnológica y no en cuanto al modelo de su uso que se ha
    impuesto en la
    denominada sociedad de la información.

    De otro lado, es necesario anotar que si bien el
    hipertexto tiene su hábitat
    natural en la Web, es posible construirlo prescindiendo de ella a
    través de las últimas versiones de los procesadores de
    textos, lo que redunda en un menor requerimiento económico
    y tecnológico, pero que al mismo tiempo no nos encierra,
    como pudiera parecer, en un círculo pequeño de
    hiperlectores e hiperescritores, pues es posible en cualquier
    etapa del desarrollo del hipertexto colgarlo en la
    telaraña mundial de la información.

    Pero en la actualidad también existe software que se adecua
    bastante bien a las estrategias de
    enseñanza en base al hipertexto, tal es el caso del Atlas
    TI, el que gracias a sus características "amigables"
    permite a los profesores y estudiantes concentrarse en las
    actividades de aprendizaje, obviando los aspectos netamente
    tecnológicos o computacionales; lo que no ocurre por
    ejemplo cuando se intenta construir hipertextos mediante la
    elaboración de páginas
    web o de un producto multimedia.

    "El Atlas TI, es una herramienta que permite
    desarrollar, alrededor de documentos (en
    varios formatos como: fotografía, gráficos, imágenes, video, audio o
    texto), una estructura interrelacionada de notas y reflexiones
    sobre el análisis de los documentos seleccionados.
    Atlas TI permite utilizar las interrelaciones entre notas,
    reflexiones y los documentos para crear ligas o vínculos
    entre ellas, es decir, ayuda a elaborar nodos y a vincularlos,
    construyendo progresivamente una estructura hipertextual"
    (AGUILAR y CUENCA).

    La forma lineal que tenemos de escribir y leer nos viene
    de siglos y según algunos investigadores tiene su
    nacimiento primigenio en la forma en que están
    estructuradas nuestras neuronas. De hecho, mucho de lo que
    hacemos lo hacemos linealmente y hasta se recomienda en la
    sabiduría popular "no hacer más de una cosa a la
    vez". Se trata de la cultura del libro, en la que el orden es
    secuencialidad.

    Sin embargo, desde hace algunos años, otras voces
    sostienen exactamente lo contrario y atribuyen nuestro
    ordenamiento neuronal, precisamente, a la práctica
    extendida mundialmente de la escritura y la lectura lineal; y
    aún van más lejos y sostienen que esta forma de
    estructuración de nuestras neuronas no es la más
    "natural", sino que es más bien "forzada".

    Y ¿cuál es entonces la forma "natural" que
    tienen nuestras neuronas de conectarse? La de redes, ramificaciones que
    derivan en ramificaciones, dando posibilidades a procesos mucho
    más complejos que los que permite una organización lineal. Se trata de la
    suposición de que la mente funciona por asociación
    de ideas en base a intrincadas tramas formadas por las células
    del cerebro. De
    allí la facilidad con la que los internautas aprendices
    navegan por la Web sin haber recibido mayor entrenamiento
    para semejante empresa.

    También aquí tiene cabida el tema de la
    lateralidad cerebral, pues el hipertexto se relaciona
    básicamente con el hemisferio derecho del cerebro, ese que
    prácticamente ha sido ignorado por la cultura occidental,
    sobre todo por sus instituciones
    académicas, es decir por las universidades y los colegios
    en los que nos formamos y en los que formamos.

    Según Bernardo Ceprián Nieto si se
    incluyera las capacidades del hemisferio derecho del cerebro en
    el proceso de enseñanza-aprendizaje académico, las
    implicaciones didácticas pueden llegar a ser
    impresionantes, "Pues bien, se sabe que este arrinconado,
    olvidado y marginado hemisferio… es un hemisferio esencialmente
    analógico, es decir, establece relaciones entre los hechos
    concretos como estructuras
    globales a partir de la semejanza, no respondiendo al modelo
    causal y analítico característico del hemisferio
    izquierdo… Se trata, por tanto, de un hemisferio intuitivo,
    altamente emotivo… El hemisferio derecho es asimismo
    predominantemente holístico, multidimensional y
    cualitativo; nada cuantificador, por tanto; y procesa la
    información como un impacto vivo que metaboliza e integra
    al instante en una totalidad, como si tal impacto surgiera de
    dentro, ajeno luego a los referentes externos de donde han
    provenido dichos impactos.

    Por eso, para este hemisferio es real todo lo que siente
    como tal, no distinguiendo entre el yo y los otros o entre un
    dentro y un afuera. Por lo mismo, su verdad es siempre una verdad
    sentida, altamente emotiva, poco que ver con la verdad
    supuestamente objetiva o la verdad expresada y elaborada
    culturalmente por el hemisferio izquierdo…

    Una característica llamativa de los procesos
    perceptivos del hemisferio derecho es su desconocimiento del
    espacio y del tiempo. Aunque lo que percibe este hemisferio
    transcurre siempre en un escenario determinado, la línea
    argumental de lo percibido, como ocurre en los sueños, no
    sigue nunca un orden lógico y temporal… Si
    efectuáramos un contraste entre esta manera
    específica de procesar la información del
    hemisferio derecho y el lenguaje utilizado por la publicidad, el
    cine, y, en general, por todos los medios audiovisuales, se
    entendería mejor la fuerte capacidad de seducción
    de dichos lenguajes, su capacidad hipnótica, el
    embelesamiento, la obnubilación y la gran capacidad de
    identificación que provocan, así como el alto
    despliegue de emotividad y creatividad
    simbólica que con frecuencia derrochan… La cultura
    occidental basada hasta ahora en el desarrollo y predominio
    abusivo – casi paroxístico – del hemisferio izquierdo, no
    sólo ha ignorado olímpicamente esta manera de
    percibir, sino que ha provocado una escisión que ha
    derivado en un exceso de abstracción,
    conceptualización y análisis a expensas
    precisamente de la emotividad, la creatividad, la
    analogía, las verdades sentidas y el simbolismo… Una
    didáctica de la lengua y la
    literatura, por
    ejemplo, que ignore los procesos perceptivos del hemisferio
    derecho, en mi opinión, habitará permanentemente en
    la inopia. Si la palabra no consigue alucinar – impactar -, si no
    recupera su capacidad de embrujo desde una estética distinta de la retórica
    convencional dominante en la mayoría de las instituciones
    educativas actuales, no resultará extraño que
    la
    comunicación verbal tienda a retraerse y busque cobijo
    en expresiones telegráficas…" (CEPRIAN)

    Sin embargo, y como se deduce del párrafo
    anterior, no se trata ahora de olvidarnos del hemisferio
    izquierdo. "El riesgo al que
    asistimos en la actualidad, sin embargo, puede radicar
    precisamente en bascular en exceso hacia el hemisferio derecho,
    lo que filogenéticamente constituiría una
    involución, sacralizando de forma confusa la no
    linealidad, la hipertextualidad espectacular, vertiginosa y
    totalmente aleatoria, relegando la capacidad de discernimiento
    crítico del hemisferio izquierdo. Tal protagonismo
    descompensado del hemisferio derecho -potenciado ahora por la
    revolución tecnológica que estamos viviendo- nos
    podría retrotraer como especie a una fase… infantiloide
    observable sintomáticamente en determinados lectores
    hipertextuales tipo zombi… de tal suerte que se
    cortocircuitarían los procesos de maduración de
    aprendizajes basados en las conquistas culturales definitivas del
    hemisferio izquierdo (conceptualización,
    abstracción, interpretación, análisis, …)…
    Sería indispensable, desde luego, una educación
    rigurosa en la sincronización hemisférica, toda vez
    que la ciencia
    desde muchas vertientes confirma permanentemente nuestra
    enigmática lateralización cerebral"
    (CEPRIAN).

    Es cierto, que algunas de las cosas que aquí se
    han dicho pueden ser calificadas de mera especulación
    científica, pues los estudios del funcionamiento del
    cerebro humano aún son incipientes pese a los avances
    logrados en los últimos años. Pero eso no invalida
    que merezcan tenerse en cuenta y bastan para promover, por lo
    menos como alternativa complementaria, el uso del hipertexto como
    herramienta pedagógica.

    Roque Molluso ha recolectado las posiciones de grandes
    pensadores sobre una nueva forma de leer y de escribir que bien
    podrían encarnarse en el hipertexto. Barthés dice:
    "En este texto ideal, abundan las redes que actúan entre
    sí sin que ninguna pueda imponerse a las demás;
    este texto es una galaxia de significantes y no una estructura de
    significados; no tiene principio, pero sí diversas
    vías de acceso, sin que ninguna de ellas pueda calificarse
    de principal; los códigos que moviliza se extienden hasta
    donde alcance la vista; son interminables…; los sistemas de
    significados pueden imponerse a este texto absolutamente plural,
    pero su número nunca está limitado, ya que
    está basado en la infinidad del lenguaje".

    Baudrillard apunta: "El texto electrónico es el
    primer texto en que el elemento de significado, la estructura y
    el aspecto visual son básicamente inestables. A diferencia
    de la imprenta, o de
    los manuscritos medievales, la informática no impone que
    ningún aspecto de lo escrito quede determinado para toda
    la vida del texto. (…) Toda la información, todos los
    datos del
    mundo informático son una especie de movimiento
    controlado, por lo cual la predisposición natural de la
    escritura electrónica es hacia el cambio". Y Foucault
    añade: "…las fronteras de un libro nunca están
    claramente definidas… atrapado en un sistema de referencias a
    otros libros, otros textos, otras frases: es un nodo dentro de
    una red… (…)
    …una red de referencias". (MOLLUSO) Tanto el texto ideal de
    Barthes como la red de referencias de Foucault en el momento en
    que fueron planteadas sólo existían en el cerebro,
    en la actualidad siguen sin ser palpables, pero son ya
    virtualmente existentes en las estructuras
    hipertextuales.

    El hipertexto da origen a la hiperpoesía, a la
    hipernarrativa, y la hipermedia a la hipermúsica, al
    hipercine; estamos hablando, téngase en cuenta de la
    renovación del arte como lo
    conocemos, del nacimiento de una nueva cultura. Nuestro cerebro
    siempre ha sido hiper, puesto que ofrecía para cada
    percepción infinitos enlaces posibles, hoy
    los objetos percibidos pueden también ser hiper en
    sí, sin tener que pasar por nuestro cerebro.

    El proceso de enseñanza a fin de cuentas puede
    reducirse a un discurso, y
    por tanto el aprendizaje dependerá en gran medida de las
    características de éste. Creemos que en Latinoamérica predomina el discurso
    educativo que surgió junto con la modernidad y sus
    paradigmas, tema que no desarrollaremos aquí, sino
    sólo en cuanto a los objetivos de nuestra
    exposición: proponer al hipertexto como un nuevo
    "discurso" de enseñanza más acorde con el tipo de
    aprendizaje que los paradigmas posmodernos exigen.

    La modernidad en esencia es lineal, desde la
    percepción que tiene del tiempo hasta las fajas de
    producción, pasando por su propuesta de desarrollo y su
    ordenamiento de la historia. La educación moderna no
    escapa a esta fórmula que queda perfectamente
    explícita en la denominada clase
    magistral.

    La clase magistral tiene un perfecto orden y sólo
    en ocasiones es interrumpida por preguntas que constituyen, en
    última instancia, tan sólo obstáculos a
    salvar a fin de mantener la secuencia lineal, entendida como
    rigurosidad científica y claridad de
    exposición.

    La forma de la clase magistral está conectada,
    sin duda, a la habitual manera que tenemos de organizar nuestros
    discursos
    escritos, tanto en su producción misma (el acto de
    escribir) como en su consumo (el acto de leer).

    En el texto se recrea el paradigma de la
    educación tradicional según el cual el profesor es
    el que sabe y los alumnos los que ignoran, convirtiéndose
    el proceso de enseñanza-aprendizaje en un proceso de
    traslado de conocimientos del profesor a los alumnos. Lo mismo
    sucede con el texto, decíamos, el autor es el que sabe y
    los lectores los que ignoran, la lectura es así el
    mecanismo a través del cual los conocimientos del autor se
    trasladan a los lectores.

    Con el hipertexto la cosa es diferente, el (hiper)
    lector es al mismo tiempo, o por lo menos puede serlo, autor; y
    entonces la lectura se convierte en una confrontación de
    ideas que puede manifestarse en una adhesión o en un
    disentimiento, pero lo más importante aquí es que
    esa adhesión o disentimiento se hipertextualiza, de tal
    manera que será materia de
    lectura para nuevos lectores que enfrentarán al hipertexto
    ya modificado con las mismas prerrogativas que el lector
    primigenio, y así hasta el infinito.

    El hipertexto, fomenta el debate,
    mientras el texto es más proclive a la aceptación,
    al sometimiento. La Biblia sólo pudo ser escrita en texto,
    este es la forma natural de los dogmas. Y en ciencias sociales,
    ¿a cuántos libros, a cuántos textos hemos
    convertido en biblias? Una actitud
    librepensante reclama el hipertexto como herramienta de
    exposición de ideas, cuánto más si se trata
    de formar a los jóvenes. (Hacemos la salvedad que tanto la
    Biblia cristiana como las otras "biblias" suelen ser utilizadas
    "hipertextualmente" en el sentido de acceder a la
    información que contienen no en forma lineal, sino
    acudiendo indistintamente a capítulos o estructuras
    textuales más pequeñas, pero en ambos casos lo
    leído tiene las condiciones de inmutable e incuestionable,
    lo que contradice la esencia misma de lo que aquí llamamos
    hipertexto).

    "Sin embargo, en lo que respecta para fines educativos,
    el que un software cumpla con un "funcionamiento" hipertextual no
    basta para provocar ciertos aprendizajes sobre todo aquellos
    aprendizajes deseables curricularmente… Por ello el implemento
    del hipertexto como estrategia de enseñanza y aprendizaje
    requiere de tomar a consideración otros elementos
    más que la simple elaboración de documentos
    hipertextuales…. Los usos del hipertexto en la educación
    son variados y dependerán de la perspectiva que se asuma
    acerca de aquello que es: el aprendizaje, la enseñanza, la
    evaluación de lo aprendido, los tipos de
    contenidos o conocimientos que se pretenden enseñar y
    aprender y, la aplicación o uso que se supongan para tales
    conocimientos y aprendizajes" (AGUILAR y CUENCA).

    En ese sentido, Aguilar y Cuenca proponen el enfoque de
    Jonassen, Peck y Wilson para el uso de la tecnología con
    fines pedagógicos, el cual "rechaza de entrada una
    concepción de la tecnología como medios para la
    "entrega" de información y se preocupa por un uso de la
    tecnología como facilitadoras y provocadoras de los
    aprendizajes que permitan la construcción de conocimiento por parte de
    los aprendices" (AGUILAR y CUENCA). Estamos en los terrenos del
    constructivismo.

    El hipertexto reniega de la linealidad y de la unidad
    como valores, por
    tanto concuerda con los paradigmas de la posmodernidad,
    y permite, además, el desarrollo de la creatividad, el
    trabajo en equipo
    y que el alumno juegue un papel más protagónico en
    el proceso de la enseñanza-aprendizaje.

    Nos parece que al menos en ciencias sociales -en otras
    latitudes ya hay experiencias considerables en la
    enseñanza de la literatura- el hipertexto puede trabajar
    muy bien, pues en tiempos de incertidumbre los discursos acabados
    suenan a fundamentalismo y a imposición; y el hipertexto
    es un discurso en esencia inacabado, abierto incluso a
    contradicciones y hasta negaciones del discurso "madre". Nada
    más acorde para esta época en que las verdades
    sólo lo son hasta que se demuestra lo
    contrario.

    En esta perspectiva, cada capítulo de una
    asignatura podría estructurarse en un hipertexto
    construido tanto por el docente como por los alumnos, y al mismo
    tiempo se ligaría con los hipertextos de los otros
    capítulos, convirtiéndose la asignatura toda en un
    gran hipertexto siempre vivo y siempre sujeto a revisión
    por las promociones futuras de estudiantes y profesores. Pero si
    nos ponemos este límite, estaríamos en contra de la
    misma esencia del hipertexto que es su desconocimiento de
    límites temáticos; y aquí surge el temor del
    extravío en una maraña de conocimientos que recorre
    todas las ramas del saber humano y el consecuente fracaso en el
    encausamiento de los alumnos por parte del docente en unos
    objetivos bien definidos y explicitados en el
    sílabo.

    Tecnológicamente es posible poner los
    límites de los que renegamos y terminar con el miedo al
    extravío, pero acaso ese miedo sea cultural y el
    extravío relativo, y entonces estamos frente a un reto
    mayor que consistiría en revolucionar la cultura de
    nuestras instituciones académicas de tal forma que
    extravío signifique no salirse del cauce.

    Como bien dice Bernardo Ceprián Nieto "al no
    existir una ruta correcta y única condicionada por
    necesidades curriculares como ocurre actualmente en cualquier
    centro de enseñanza, los conceptos de asignatura, de
    especialidad, de selección y distribución de contenidos por cursos,
    niveles, años escolares, etc. acusarían una
    profunda conmoción".

    De hecho, hasta lo que actualmente se
    considera valioso en el acto del conocimiento, según este
    autor, sufriría un vuelco: "El conocimiento adquirido por
    el usuario con una sola entrada en la red sería en
    sí mismo la experiencia de haber navegado por la red, del
    mismo modo que conocemos las calles de una ciudad, es decir, el
    viaje sería más valioso que el destino y las
    relaciones entre los datos más valiosas que éstos".
    Y hasta la misma inteligencia
    sería replanteada: "La inteligencia… no radicaría
    sólo en la capacidad para procesar, integrar, almacenar y
    memorizar información, sino en la imaginación con
    que cada persona
    construiría su propio viaje".

    No estamos entonces, frente a poca cosa, el reto es
    inmenso, pero según nuestro autor podemos ser optimistas
    si tomamos una "… clara conciencia de lo
    que ya ha comenzado a gestarse, valorándolo y
    analizándolo como se merece, no… dando la espalda a los
    nuevos síntomas evidentes o, lo que es peor, desde la
    ignorancia, aceptando de una vez por todas que nos encontramos
    ante algo radicalmente nuevo y de consecuencias imprevisibles
    tanto socioculturales como cognitivas". Además debemos
    "Continuar profundizando en los conocimientos secuenciados y
    lineales que hasta ahora habían sido y continúan
    siendo su fuerte (de las instituciones educativas), pero desde
    una lógica
    más borrosa, con perspectivas más flexibles, dando
    entrada en las aulas al pensamiento
    imaginativo para establecer sincronías y
    diacronías, recomponer déficits, promover sinergias
    críticas e interrelaciones significativas… Pero sobre
    todo, las instituciones educativas habrán de replantearse
    desde unas premisas distintas la epistemología y la metodología para acceder al saber en las
    aulas presenciales, insuflando derivaciones sociales distintas
    para el conocimiento académico, promoviendo esta nueva
    conciencia ecológica global que parece despuntar
    lentamente y subrayando a la vez una sutil y profunda solidaridad entre
    todo lo existente que habrá que reformular de nuevo"
    (CEPRIAN).

    En este artículo no estamos pidiendo tanto, pero
    por algo hay que comenzar, "caminante no hay camino, se hace
    camino al andar", escribió Machado, y el verso calza
    perfectamente en el hipertexto como en la actitud que debemos
    tomar frente a semejante reto.

    La tecnología por fin nos ha dado una herramienta
    para el pensamiento posmoderno -fragmentado, imaginativo le dicen
    otros- y no podemos desaprovecharla.

    El soporte tecnológico que demanda no es muy
    costoso y la mayoría de nuestras instituciones educativas
    ya cuentan con él en medida suficiente para iniciar un
    proyecto
    piloto al menos.

    Aguilar y Cuenca justifican la necesidad de integrar
    tecnologías como la del hipertexto en la educación
    superior por el hecho de que "las nuevas tendencias en la
    forma de trabajo,
    investigación y representación del
    conocimiento implican cada vez más el uso de las nuevas
    tecnologías, el uso de estas va más allá de
    una pericia técnica, implican el conocimiento de nuevas
    formas de relación del investigador con su objeto de
    estudio, nuevas formas de colaboración para la
    construcción de conocimiento, nuevas formas de comunicar
    el conocimiento e incluso de validarlo, y por supuesto nuevas
    formas de aprender y explicar lo que se aprende" (AGUILAR y
    CUENCA).

    Además y reiterando, el lector del hipertexto a
    diferencia del lector del texto, puede ser al mismo tiempo autor,
    esto es, puede ampliar el hipertexto original para aclararlo,
    para adecuarlo a sus intereses, para corregirlo, o para negarlo y
    eso es, a fin de cuentas, poder.

    Una juventud
    educada bajo estos esquemas que proponemos será
    fructífera intelectualmente, pero acaso lo más
    importante sea que, como dice Roque Molluso, así se
    estaría dando paso a la creación de una nueva
    subjetividad, en mi opinión mucho menos propensa a aceptar
    las jerarquías rígidas y menos dispuesta a que el
    partido se juegue teniéndola de mera espectadora. Acabamos
    de definir, sin proponérnoslo, la participación ciudadana.

    Sostenemos que, el hecho de que un sector apreciable de
    la población latinoamericana siga teniendo el
    problema del analfabetismo
    absoluto y funcional no constituye excusa para no afrontar el
    problema del "hiperanalfabetismo" (ausencia de la capacidad de
    escribir y leer hipertextos), por el contrario, este problema se
    nos presenta como una gran responsabilidad y como una gran oportunidad al
    mismo tiempo, pues por un lado los llamados infopobres son cada
    vez más manipulables, y por otro podemos destacarnos
    académicamente ya que son muy pocos los centros de estudio
    que actualmente le dan la importancia que se merece al hipertexto
    como herramienta pedagógica. Hasta nosotros – y pedimos
    disculpas por la paradoja- queremos explicar las ventajas del
    hipertexto a través de este texto tradicional.

    BIBLIOGRAFÍA

    AGUILAR TAMAYO, MANUEL y CUENCA ALMAZÁN, ILIANA:
    Hipertexto y Aprendizaje en la Educación Superior,

    http://laguna.fmedic.unam.mx/mensajebioquimico/Mensaje_Bioquimico_Cuenca%

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    Distancia y de las Nuevas Tecnologías,
    www.uned.es/intedu/espanol/temas-de-debate/mitos/index.htm

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    Chile, Ed. Pontificia Universidad Católica de Chile,
    s/f.

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    Hipertexto, www.fortunecity.com/campus/mcat/178/p2.html

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    Internet, www.fortunecity.com/campus/mcat/178/p2.html

    CEPRIAN NIETO, BERNARDO: ¿Estamos Informados
    Globalmente?

    www.fortunecity.com/campus/mcat/178/p2.html

    CEPRIAN NIETO, BERNARDO: Hipertexto,
    Nanotecnología y Educación: sobre redes, nudos y
    bucles, www.fortunecity.com/campus/mcat/178/p2.html

    I PUIG, CARLES TOMAS: Del Hipertexto al Hipermedia: Una
    aproximación al desarrollo de las obras abiertas,
    www.iua.upf.es/formats/formats2/tom_e.htm

    MOLLUSO, ROQUE: Hipertexto y Democracia, www.hipersociologia.org.ar/papers/mollusosp.html

    RUEDA ORTIZ, ROCÍO: Hipertexto, ambientes de
    aprendizaje y formación, www.ciberespiral.org/bits/hiperte.htm

    RUEDA ORTIZ, ROCÍO: Hipertexto:
    representación y aprendizaje, www.ciberespiral.org.bits/hipertex.htm

     

    José Luis Ramos Salinas*

    * Docente del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de
    San
    Agustín de Arequipa, Perú. Otros trabajos del
    autor se pueden leer en su blog: http://el7mocirculo.blogspot.com

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