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Trabajo de Ética. El alma de la toga



    1. ¿Quién es
      Abogado?
    2. La Fuerza
      Interior
    3. La sensación de
      Justicia
    4. La Moral del
      Abogado
    5. La
      Hipérbole
    6. El Secreto
      Profesional
    7. La Mujer en el
      Bufete
    8. La Chicana
    9. Conclusiones
    10. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    En este trabajo
    veremos las situaciones cruciales, buenas o malas, en que se
    encontrará un abogado a lo largo de su trayectoria
    profesional. El libro en
    comento es una excelente oportunidad para poner a prueba nuestros
    valores, hasta
    que punto dejaremos de lado la percepción
    de ingresos por
    perseguir el ideal de justicia.
    Definitivamente es más fácil decirlo que hacerlo y
    para ello el autor menciona los casos problemáticos,
    dándonos en algunos casos la solución y en otros,
    nos deja a libre albedrío la respuesta.

    Los valores
    morales son inculcados en el individuo
    desde pequeños, tanto en el hogar como en su familia, y no es
    una carrera, sea derecho o ninguna otra, la que después de
    formados, le indicará como conducirse en la vida. Es
    verdad que son consejos prácticos, como una guía,
    pero es el mismo individuo el que según sus valores, con
    los que se ha conducido durante toda su vida, escogerá
    entre lo que considera correcto o incorrecto.

    Siento que este libro amplia mucho la mentalidad de los
    estudiantes que como yo, nos estamos formando en esta carrera, y
    nos brinda los parámetros de conducción que deben
    ser tomados como correctos por los jóvenes, para que en un
    futuro, y frente a una disyuntiva, sepan escoger el camino
    correcto, el camino de la Justicia.

    1. ¿Quién es
      Abogado?
      1. Lo que dice el Autor al
        respecto:
      2. Nuestra Opinión al
        respecto:

      Según entendimos de la lectura de
      este primer capítulo, el hecho de estudiar la
      licenciatura de Derecho y Ciencias
      Políticas, no le adjudica per se
      la calidad de
      abogado a una persona.

      Los abogados deben soportar los calificativos
      peyorativos que sobre ellos recae gracias a la mala fama que
      tiene su profesión, comentarios que van de lo
      ridículo a lo ofensivo.

      Es una profesión que en vez de estar
      consagrada académicamente, esta un poco mal vista por
      la sociedad.
      A mi juicio esto carece de justicia, porque tal vez haya
      licenciados en derecho que tratan de ser "juega
      vivos
      ", pero son los más los que se apegan a la
      ley y a la
      justicia. Dentro de todo, la sociedad no puede catalogar una
      profesión de buena o mala por la actuación de
      sus protagonistas, ya que ella misma debe hacerse un mea
      culpa de los
      valores que enseña a sus conciudadanos.

      Esto lo ejemplarizamos cuando en las aulas de clases
      no se enseña a discernir, a valorar a los
      demás, a reflexionar ni a tener un punto de vista
      crítico de las cosas. Tal vez en todos los casos no
      sea así, porque a titulo personal me
      ha tocado el privilegio de aprender con excelentes
      catedráticos, verdaderos maestros del derecho, pero a
      su vez ha habido profesores que intentan crear estudiantes
      mecanizados, memorizadores de conceptos, como muy bien lo
      señala Osorio: "el bagaje cultural del alumno
      más aprovechado no pasa de saber decir de 25 maneras
      – tantas como profesores – el concepto del
      derecho…"
      Este comentario del autor me causo pavor al
      observar que no esta lejos de la realidad, pero allí
      interviene el mismo alumno al convertirse en agente
      autodidacta, lo que no se le enseña, trata de
      aprenderlo por otros medio, no se conforma.

      Algo que también llamó mi atención fue leer que solo en la ciudad
      de Madrid
      existen aproximadamente 12,000 licenciados en derecho pero no
      son todos los que se dedican a la profesión
      permanentemente. Con esto sé que el Licenciado que no
      se dedica a la profesión en un 100%, podrá ser
      muy Licenciado pero no un verdadero abogado.

      1. Lo que dice el Autor al
        respecto:
      2. Nuestra Opinión al
        respecto:

      Un verdadero abogado debe creer en si mismo, en sus
      ideas, en lo que dice su yo interior. No se deja llevar por
      la crítica, el doctrinarismo o la
      injusticia. Debe actuar siempre como lo dicta su moral, y
      aunque puede consultar las opiniones de los autores y leer
      jurisprudencia, debe hacer exactamente lo que
      le indica su conciencia.

      No debe dejarse llevar por el resarcimiento
      económico que puede obtener de tal o cual caso. En
      Panamá
      y en el resto de los países, esto es más
      complicado de lo que aparenta. Un abogado es bien visto
      cuando defiende criminales famosos, aun a sabiendas que son
      culpables de los delitos de
      los que se les acusa. En algunos casos son delitos
      gravísimos, homicidio
      de niños, abusos de mujeres y ancianos,
      tráfico de drogas,
      con las cuales cercenan la conciencia de nuestra juventud,
      etc. Este abogado, conciente de la culpabilidad de su cliente,
      aun así lo defiende porque la remuneración
      económica es jugosa. Pero en este momento, me pregunto
      yo: ¿y donde esta la conciencia de este abogado? y si
      hubiera sido su familia la afectada, ¿también
      lo hubiera defendido?, ¿no previene que si ayuda a
      este criminal a obtener su libertad,
      otros más pueden ser futuros afectados?

      A diario se encontrara el abogado con la injusticia.
      En cada Tribunal, en cada fallo, en los clientes,
      en lo que le rodea, pero no por eso el abogado se debe
      convertir en u ser injusto, ya que son sus actuaciones los
      que hablaran bien o mal de el. No existirán las
      excusas, ya que solo él, será responsable de
      sus fallas o aciertos.

      Otra cosa que aprendí es que un buen abogado
      no debe ser vanidoso, aunque esto a mi juicio, no solo se
      aplica a la carrera de derecho sino para la vida personal. Al
      contrario de vanidoso, debe ser digno, orgulloso. No debe
      titubear al momento de tomar una decisión y si vacila,
      mejor es que renuncie para no parecer payaso. El mejor aliado
      del buen abogado es su fuerza interior, su conciencia. Debe
      elevarse al resto de la sociedad, y si en algún
      momento duda sobre cometer una injusticia, debe cambiar de
      oficio.

    2. La Fuerza
      Interior

      1. Opinión del Autor al
        Respecto:
      2. Nuestra Opinión al
        Respecto:

      No es en el derecho
      positivo donde el jurista encontrara el basamento de sus
      actos y decisiones. El derecho es cambiante, dinámico
      y lo que hoy era bueno, mañana no lo sea. Lo que era
      un sistema
      perfecto, tal vez sea modificado para mejorarlo. Aunque el
      autor cita como ejemplo el caso del derecho
      laboral, que con anterioridad solo era visto en un plano
      de comisión u omisión, creando una nueva fuente
      de responsabilidad como lo es el patrono; yo
      prefiero citar otro ejemplo, aunque esta bastante
      relacionado: la esclavitud.

      Anteriormente la esclavitud era bien vista, la alta
      sociedad tenia sus esclavos, a los cuales podía
      vender, permutar y hasta matar. Las mujeres esclavas eran
      obligadas por sus dueños para que le tuvieran hijos,
      en el caso que la dueña de la casa no pudiera hacerlo,
      pero los nacidos no eran considerados hijos de ellas, sino de
      sus "amos". La esclavitud era total, y en algunos casos,
      dependiendo de la actitud de
      los dueños, le permitían al esclavo comprar su
      libertad.

      Esto cambió con el tiempo,
      los esclavos fueron aumentando en cantidad, se fueron
      organizando y fueron luchando por sus derechos,
      hasta hubieron guerras
      por ello. Con este ejemplarizamos que antes si era bien vista
      la esclavitud, le daba status a los que la realizaban, ahora
      es un barbarismo y es condenado por el resto de la
      sociedad.

      Otro apartado que cautivo mi atención es que
      el abogado no puede abocarse únicamente a los textos,
      porque si es cierto estos son un guía, no es menos
      cierto que se quedan atrasados, no van al mismo paso que los
      cambios requieren. El buen abogado debe ser realista, debe
      acostumbrarse a los cambios, a la modernización. Se
      adapta. No ve sólo hasta donde llega su nariz, y es
      empático, es decir, se pone en el lugar de los otros y
      ve si sus actuaciones perjudican a los demás. El
      abogado que se excusa en lo que dicen los códigos para
      justificar sus actuaciones, aun a sabiendas que son
      incorrectas, no merece el titulo de abogado.

      Lo que debe hacer un buen abogado es poner en la
      balanza de sus valores, de su ética,
      de su conciencia los pasos que va a dar y solo entonces,
      dirimir entre lo correcto e incorrecto haciendo lo mejor para
      si y para la sociedad.

      En la vida diaria el abogado se encontrará en
      la diatriba de escoger entre lo correcto (según su
      conciencia) y lo correcto (según la doctrina, libros o
      jurisprudencia). Nada de esto alterara al buen abogado, que
      seleccionara de acuerdo a lo que dictan sus pensamientos, su
      conciencia, debe perseguir la justicia…

    3. La
      sensación de Justicia


      1. Opinión del Autor al
        respecto:
      2. Nuestra opinión al
        respecto:

      No todos los casos que asuma un abogado son buenos,
      moralmente hablando. Siempre escuchamos términos como:
      "el abogado del diablo", "los abogados venden hasta el alma
      por un caso". Los mismos abogados en vez de ayudar a eliminar
      esas malas concepciones y comentarios, lo empeoran. Ya lo
      vemos en los cientos de casos denunciados en el Colegio de
      Abogados por faltas a
      la ética a la moral.
      Cuantas denuncias no hay por abogados que cobran un caso y no
      lo defienden y más recientemente, el caso de las
      abogadas que se prostituían dentro de cárceles
      panameñas, aprovechando sus privilegios de
      juristas.

      Otra lamentable situación es como "grandes"
      abogados saltaron al estrellato basados en casos infames de
      criminales detestables o crímenes atroces. Todo esto
      lo hacen para vanagloriarse de su fama y aumentar el caudal
      de sus bolsillos.

      Pienso que estos letrados, tal vez sean acaudalados
      en riquezas materiales
      mas no en espíritu; ni creo q se sientan felices
      consigo mismas. Tal vez ni sus propias familias o amigos los
      quieran verdaderamente y si no tienes con quien compartir
      ¿de que te sirve tanta riqueza? Para despilfarrarla
      con amigos oportunistas, si es que se les puede decir amigos,
      que están solo en los momentos de gloria y ante el
      fracaso y la pobreza
      desaparecen.

      Hay muchos casos en donde el abogado se ha envuelto
      en la duda de lo que es correcto moralmente o correcto
      legalmente. Para ello el autor hace énfasis en estos
      casos y la forma de resolverlos. Coincido con el autor en
      todas sus apreciaciones referentes a las formas que el
      abogado tiene para zafarse de problemas
      en que constriñan su moral y el negocio
      jurídico a defender. En todas ellas su conciencia y su
      moral deben prevalecer sobre el conflicto
      y perseguir siempre la justicia.

    4. La Moral del
      Abogado

      1. Opinión del Autor al
        respecto:
      2. Nuestra Opinión al
        respecto:

      La hipérbole, según la Real Academia
      de la Lengua
      Española, no es más que una figura
      retórica que consiste en exagerar la expresión
      para producir una fuerte impresión. Proviene del
      griego hyperballo: lanzar más
      allá
      .

      Es muy común en nuestra sociedad la
      percepción de que los abogados son unos leguleyos, que
      todo lo exageran, y que hablan muy complicado, para confundir
      a los demás. Aunque esta afirmación no es del
      todo cierta, si debemos aceptar que tenemos, y me incluyo ya
      que en un futuro próximo seré abogada, muchos
      "habladores de más" o "hablantines" como se les conoce
      comúnmente. Con este vocabulario y lenguaje
      corporal, tratan de aparentar mucha seguridad
      y conocimiento de diversos temas, y en realidad
      lo que buscan es esconder sus sentimientos de inferioridad, y
      logran, al final de todo, la mofa de la sociedad.

      A las personas les gusta que se les hable en un
      lenguaje fácil de entender, no como lo hacen los
      médicos, por ejemplo, que utilizan términos
      técnicos, pero en su profesión es bastante
      comprensible y hasta aceptable que los utilicen, por el tipo
      de actividad que realizan. En la profesión de abogado,
      no es necesario, en la mayoría de los casos, pero lo
      hacen para confundir al cliente y tratar de demostrar suprema
      capacidad intelectual.

      Aunque debo hacer énfasis que no solo en la
      carrera de derecho se da este tipo de hipérbole, ya
      que son muchos los que la utilizan de manera exagerada, pero
      lastimosamente las personas siempre la asocian con nuestra
      carrera. Debemos tratar de ser más ecuánime en
      nuestras opiniones y desechar los pasionismos, para que la
      misma sociedad olvide los calificativos despectivos y
      empiecen a apreciar más una carrera tan bella como la
      nuestra.

    5. La
      Hipérbole:

      1. El abogado guarda el se- El
        Abogado debe reservarse Siempre el abogado,
        en

        creto aun a costas de su para
        sí una información, que casos graves debe
        decir

        propio mérito. le
        fue dada, aunque afecte a
        la verdad a la
        sociedad,

        alguien. para que se
        enjuicie

        al culpable.

      2. Opinión del Autor al
        respecto:
      3. Nuestra opinión al
        respecto:

      Está claramente contemplado en el Código Penal panameño, Art. 170
      que sanciona con prisión de 10 meses a 2 años
      la revelación de un secreto, al que haya tenido
      conocimiento una persona por razón de su oficio,
      empleo,
      profesión, u arte.
      Además establece la pena accesoria de
      inhabilitación de profesión hasta por dos
      años. Con esta sanción vemos que la sociedad,
      tanto panameña, como extranjera, no tolera la
      indiscreción, a tal punto que lo tipifica como
      delito,
      imponiéndole una sanción al que lo
      realice.

      En nuestra sociedad es muy frecuentemente ver que
      las personas confían secretos muy íntimos a los
      demás y al transcurrir del tiempo, nuestro secreto no
      es tal porque toda la comunidad lo
      conoce. Por ello, el buen jurista debe entender que su
      relación abogado – cliente no es, ni un mandato,
      ni un arrendamiento de servicios,
      ni un servicio
      público.

      Contiene aspectos que lo asocian a todas a la
      vez, pero con características muy particulares que nos
      llevan a pensar que no cabe con exactitud en
      ninguno.

      A mi parecer, el secreto profesional es una
      responsabilidad grandísima, a veces llega a ser una
      carga insoportable, y es entonces que el abogado, demuestra
      que en realidad es una persona con formación moral y
      ética, al no revelar secretos, aun cuando la
      revelación sea de su conveniencia.

      Pero me llamo mucho la atención el caso en
      que el abogado se haga de conocimiento de una
      información y la revele para evitar un daño mayor, como fue el caso del
      homicidio, donde el homicida es cliente del abogado X, y le
      confiesa ser el asesino de una persona, pero por este caso
      están enjuiciando a otro. El abogado, que debe siempre
      defender la justicia, impide la muerte
      de un inocente, denunciando a su cliente. Aunque suena muy
      difícil de realizar, el buen jurista deberá en
      todo momento ser garante de la verdad y
      defenderla.

    6. El Secreto
      Profesional:

      1. Opinión del Autor al
        respecto:
      2. Nuestra Opinión al respeto:

      Como mujer, me identifico plenamente con este
      capitulo. Las mujeres, por nuestra calidad de seres humanos
      excepcionales somos sumamente intuitivas y asertivas.
      Coincido con el autor en que las mujeres tienen una
      influencia saludable, tanto en las decisiones del hombre
      abogado, como en sus propias decisiones como
      profesionales.

      Este sitial alto en la sociedad, le ha costado
      mucho esfuerzo a la mujer,
      muchas batallas que ha sabido ganar con tenacidad y esmero.
      Las cosas nunca han sido fáciles, pero jamás
      desfallece en el intento. Siempre ha sabido
      mantenerse.

      Por esta y muchas mas razones, ha sabido ganarse
      el respeto de sus colegas, de sus esposos y de sus clientes.
      Aunque no falta el imprudente que trate de disminuirla,
      lanzándole reprimendas groseras, de que no es capaz de
      meterse en X o Y asunto, que no sabe nada, etc; la mujer debe
      ignorar y continuar con su lucha, con su peregrinación
      de llegar algún día, como en efecto lo esta
      logrando, a las mas altas magistraturas, a los mejores
      puestos y a la igualdad
      verdadera entre ella y el
      hombre.

    7. La Mujer en
      el Bufete:

      1. Opinión del Autor al
        respecto:
      2. Nuestra Opinión al
        respecto:
    8. La
      Chicana:

    Entiendo que la chicana es una triquiñuela usada
    por los abogados, para dilatar los procesos, para
    obtener una ventaja cierta sobre alguna causa, demorar un pleito
    lo más posible, ya sea para la obtención de alguna
    prueba o la presentación de algún
    cliente.

    En la mayoría de los casos, la chicana no debe
    ser utilizada por el abogado honesto. Esto deja mucho que decir
    de su profesionalidad y honradez, pero el autor nos deja ciertos
    casos en los cuales sí se puede usar. Paso a detallar cada
    caso para una mayor comprensión, exponiendo nuestros
    puntos de vista al respecto:

    1. En el caso de una transacción que se esta
    llevando a cabo en un pleito y se llega en el proceso al
    término de alegatos, el abogado defensor deberá
    utilizar una chicana para evitar que su cliente pierda el
    litigio. En este caso, a mi juicio, sí es correcto usar la
    chicana, no solo por no perder el proceso, sino porque se pelea
    un juicio justo, porque consideramos que nuestro cliente tiene la
    razón, y nosotros debemos defender la causa justa, y en
    este caso en particular, si nos asiste la verdad, no importa
    cometer un acto incorrecto, como lo es la chicana, para hacer
    prevalecer la justicia.

    2. Si necesitamos presentar en el juicio la
    declaración de un testigo, pero este se encuentra en un
    país lejano y las circunstancias le impiden llegar al
    momento oportuno del juicio, el autor nos deja la libertad de
    sopesar que es lo que debemos hacer, lo correcto o lo incorrecto.
    Mi opinión, es que si la causa que defendamos es justa y
    estamos totalmente convencidos de que para salvar el pleito, la
    presentación del testigo es vital, entonces
    podríamos usar algún recurso dilatorio, o sea una
    chicana, para demorar el proceso y poder
    presentar el testigo.

    3. En el caso que un acreedor falso se ampare en un
    pagare, que aunque sea legitimo, ya fue honrado por el deudor, y
    aun a sabiendas de esto, el acreedor instala un proceso para
    cobrar lo cobrado. En este caso podemos usar algún ardid
    judicial para zafarnos de esto, hasta que nuestro defendido,
    pueda presentar las pruebas
    necesarias que le acreditan el pago realizado. Pienso que esto se
    resuelve con una chicana, no solo porque nuestro defendido es
    inocente, sino para darle un escarmiento al falso acreedor y
    ganarle limpiamente en el proceso ordinario.

    4. Este fue el caso que más llamó mi
    atención, ya que se han dado casos en que los abogados
    ayudan a sus clientes a fugarse. Si lo hacen a sabiendas que el
    procesado es totalmente inocente, que lo que se le ha montado es
    una artimaña política para
    desacreditarlo, que los Tribunales de Justicia no
    ampararán sus derechos, entonces y solo entones, debemos
    proteger la justicia de nuestro defendido y permitirle la fuga.
    Estaríamos en paz con nuestras conciencias y con nosotros
    mismos sabiendo que hicimos lo correcto.

    CONCLUSIONES

    Para un buen abogado, los valores son fundamentales, son
    los que indicarán su trayectoria profesional, como se
    conducirá en su vida, tanto personal como social y
    señalará el norte de sus actos.

    La carrera de Derecho no es como otras profesiones,
    requiere solvencia moral, ética, valores y sobre todo
    sentimiento de perseguir justicia. Si alguien ingresa a esta
    carrera solo por la remuneración económica,
    entonces mejor que se cambie, porque un abogado ambicioso y
    codicioso, recibirá buenas divisas,
    más no tendrá paz con su conciencia ni imagen ante la
    sociedad.

    En su trayecto de Abogado, deberá resolver muchos
    litigios, no sólo en las Cortes, ni en los Juzgados sino
    de orden moral. Deberá decidir entre lo correcto
    según los libros y lo correcto según su conciencia,
    y es en base a esta última que deberá decidir. El
    cliente, quien deposita su confianza en el abogado espera que
    este lo defienda con todos los recursos que
    tenga a su alcance, pero si en el transcurrir del proceso el
    abogado intuye que su cliente le miente, o que no le
    acompaña la razón ni la justicia, entonces
    deberá desistir.

    Para mí, este trabajo ha sido sumamente
    instructivo y beneficioso, nos otorga herramientas
    valiosas para defendernos en el ejercicio de la carrera, nos
    introduce de una forma fácil, en casos reales y cuales son
    las mejores formas de resolverlos. Son casos que nos
    encontraremos a diario en nuestras actividades y ya tenemos un
    basamento moral para decidir y tomar la decisión
    correcta.

    BIBLIOGRAFÍA

    CODIGO PENAL. Editorial Mizrachi &
    Pujol. Panamá, 2002.

    EL ALMA DE LA TOGA. Ángel Osorio.
    Valleta Ediciones. Argentina. 1997.

     

     

    Presentado por la estudiante:

    Nadia Yannick Del Río

    Año 2006

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