- Definición
- Descripción del
parásito - Distribución
- Síntomas
clínicos - Diagnóstico
- Ciclo
Biológico - Medidas de
prevención - Tratamiento
- Bibliografía
consultada
Las formas parasitarias han acompañado al hombre
desde su aparición en la tierra y han constituido y
constituyen una de las principales causas de enfermedades, unas
veces provocándoles la muerte y otras deteriorando su
salud durante largos años afectando su calidad de vida. El
enfrentamiento a estas dolencias es quizás una de las
más difíciles por cuanto el suelo representa el
hábitat en que normalmente permanecen hasta que alcanzan
al huésped definitivo, que puede ser el hombre o los
animales. Erradicar las formas parasitarias resulta pues, una
tarea casi imposible, probada por la experiencia que la lucha
contra estos agentes nos demuestra.
El parásito es un ser vivo con capacidad de
evolucionar y adaptarse a las variables condiciones del medio
ambiente como una necesidad para perpetuarse como especie. Esto
hace aún más difícil su erradicación
y sólo el conocimiento de su biología nos
permitirá, sino su erradicación al menos su
control.
Las condiciones ambientales pueden favorecer o
desfavorecer su desarrollo, lo que resulta de extrema importancia
para el control que del mismo podamos ejercer. Así, ante
la presentación de fenómenos naturales extremos
como intensas lluvias, inundaciones o intensas sequías su
ciclo biológico puede verse beneficiado o no. Esta
realidad nos obliga a considerar estos cambios en el medio
ambiente como un elemento más para su
prevención.
El Ancylostoma es una especie parasitaria
que está ampliamente diseminada en las zonas subtropicales
y tropicales húmedas y afectas a millones de personas a
nivel mundial. En los países sub desarrollados, es causa
indirecta de una mortalidad infantil alta, al incrementar su
susceptibilidad a otras infecciones.
En muchos animales jóvenes es causa importante
de mortalidad
y pérdidas debidas al retardo en el crecimiento y
gastos en una alimentación y cuidados que no son
compensados
Es una enfermedad causada por la infestación
de varios géneros que atacan al hombre y los
animales; en el hombre se han descrito dos especies, Necator
americanus y Ancylostoma duodenale, aunque un pequeño
grupo que infesta preferentemente a los animales puede invadir y
parasitar al hombre entre ellos Ancylostoma ceylanicum o
Ancylostoma braziliense, Bunostomum phlebotomum, Gaigeria
pachyscelis, Uncinaria stenocephala.
En sentido general son gusanos blanquecinos, filiformes.
Las hembras son más grandes que los machos y su
tamaño varía con el género, así
tenemos que: las hembras adultas de Ancylostoma duodenale
alcanzan un tamaño entre 10 a 13 mm y las de Necator
americanus entre 9 y 11 mm. Mientras los machos adultos miden
entre 8 a 11 mm y 7 a 9 mm respectivamente. Los huevos miden de
67-75 por 43-47 micras con dos a ocho esferas de
segmentación, rara vez alguna más
Presenta amplia distribución mundial. Es la
segunda infestación helmíntica en humanos,
aventajada solo por la ascariasis. Aparece en zonas de
temperatura cálida y ambiente húmedo. Ancylostoma
duodenale y americanus se han diagnosticado en África,
Asia y las Americas aparece en el cono Sur de Sudamérica,
cuenca mediterránea y se superpone con Necator en el
Sudeste Asiático y el Pacifico.
La anquilostomiasis en los animales puede presentar
distintas formas clínicas. La más frecuente es la
infestación débil, con síntomas que van
desde una anemia ligera hasta signos respiratorios, alteraciones
cutáneas, falta de apetito y pérdida de
peso.
Varios de los síntomas siguientes pueden aparecer
de forma aisladas o combinados durante la enfermedad entre
ellos:
- Erupción pruriginosa
- Diarreas
- Heces oscuras
- Pérdida del apetito
- Incremento en la producción de
flatulencias - Encías pálidas
- Anemia
- Deshidratación
- Debilidad
- Fatiga
- Tos
- Presencia de huevos del parásito y sangre en
las heces
Una de las especies más afectadas es la canina,
especie que precisamente es la que mayor convivencia tiene con el
hombre, y por tanto es la que más fácilmente
contribuye a su infestación, por tanto es con la debemos
mantener un control más estricto.
Los cachorros con infestaciones severas de anquilostomas
pueden morir por pérdida aguda de sangre antes de llegar a
las 3 semanas de edad. Los cachorros infestados pueden parecer
saludables durante la primera semana de vida, pero se deterioran
rápidamente en la segunda o tercer semana.
Dichos cachorros exhiben encías pálidas y
heces muy oscuras que indican la presencia de sangre. Los
cachorros pueden sucumbir a la infestación antes de que
los huevos sean detectados en sus heces lo cual no ocurre hasta
14 ó 16 días después de la
infección.
Los perros adultos con infestaciones ligeras no muestran
síntomas, pero aquellos con infestaciones de
Ancyilostoma severos pueden presentar anemia,
deshidratación, debilidad e inquietud. Las heces son de
color rojo oscuro o negras por la presencia de sangre.
También puede presentarse diarrea.
En los gatos la infestación por Ancylostoma es
siempre crónica cursando con anemia moderada y
diarrea.
El síntoma más común en el hombre,
por la infestación de Ancylostoma es la anemia
ferropénica causada por la pérdida de sangre por
los sitios de ataque de los vermes adultos, que pueden estar
acompañados por complicaciones cardiacas, así como
trastornos metabólicos y nutricionales que ocasionalmente
aparecen.
Puede también observarse manifestaciones locales
en la piel, los ancylostoma también constituyen una
amenaza para la salud humana. Cutaneous larval migrans o
"erupciones progresiva" es el término que describe a las
infecciones larvales en los humanos.
Las personas se pueden afectar, al ponerse en contacto
con arena húmeda o tierra que contiene estas larvas
infecciosas y éstas ingresan directamente en la piel de la
persona causando la enfermedad debido a la penetración de
los estadios larvales (L3), pueden además aparecer
síntomas respiratorios causados por la migración de
las larvas por los pulmones.
Durante el desarrollo de fenómenos naturales
extremos, al perderse el control de los cánidos afectivos,
aumenta el riesgo de propagación de esta
parásitosis, y por otra parte en los casos donde se lleve
a afecto la evacuación de personas con sus mascotas, los
funcionarios de salud pública y los servicios
veterinarios, deben extremar las medidas, para la
protección de los animales y el hombre.
El diagnóstico, además de la
sintomatología presentada por el animal requiere un
estudio copro-parásitológico, por el método
de flotación, por cualquiera de los métodos
conocidos, para la identificación de los huevos de
Ancylostoma y un análisis hematológico para
determinar la posible presencia de anemia. Para diferenciar los
huevos de Ancylostoma con los de Uncinaria stenocephala u otros,
se aconseja realizar cultivo de larvas y su identificación
microscópica.
En el diagnóstico post mortem a través de
los hallazgos de la necropsia es característico el
reconocimiento de numerosas lesiones de la mucosa intestinal y la
presencia de los parásitos adultos.
En ambiente húmedo con acceso de aire y sin luz
solar directa o en la oscuridad, las larvas dejan el huevo entre
24 y 36 horas después, a temperatura óptima de 25 a
35 grados centígrados, luego se alimentan de bacterias
vivas de las heces. Después de dos mudas aparece la
tercera larva, infestante, cubierta por dos capas. Es muy
movible, y con temperatura y humedad favorables, pueden vivir de
6 a 7 meses en la superficie o en las capas más altas del
suelo.
Suele trepar por los objetos salientes. Efectuada la
invasión, sale de la cápsula y de 12 a 14
días después, adquiere la madurez sexual. Las
larvas invaden el cuerpo, de una parte por la boca,
esófago y estómago y de otra por la piel y las
mucosas bucales y faríngeas intactas, en ambos casos
emigran a través de los pulmones, vías
aéreas, faringe y estómago.
Las que llegan directamente al intestino, perforan la
pared intestinal, entran en la sangre de la vena porta, son
llevados al hígado y, desde aquí al corazón
y a los pulmones. Las de la mucosa bucal y faríngea o de
la superficie cutánea (que penetran por los
folículos pilosos), despojándose de su cubierta
capsular, se adentran en las venas y vasos linfáticos y,
con la sangre y la linfa, van al corazón derecho y,
finalmente también a los pulmones.
Las que quedan en los capilares pulmonares, perforan
éstos, entran en los alvéolos y, recorriendo los
bronquios, tráquea y laringe, llegan a la faringe, donde
son deglutidas, para ir al estómago y por último al
intestino delgado. Algunas de las larvas detenidas en los
pulmones circulan por los capilares y venas pulmonares y luego
van a la circulación mayor y, por medio de ella, a la
pared intestinal.
En la invasión cutánea por la piel del
vientre, ciertas larvas, después de perforar la pared
abdominal, van a los diversos órganos, desde cuya
superficie, y atravesando el diafragma, penetran también
en la cavidad toráxica y en el tejido pulmonar. Algunos
quedan en los ganglios linfáticos y, después de
morir, se enquistan; otras en cambio emigran, sin regularidad,
por el tejido conjuntivo, en el que pueden vivir por cinco
años o más.
También es posible una invasión
intrauterina desde la circulación mayor; pero las larvas
llegadas a los pulmones fetales permanecen invariables, y
sólo continúan su desarrollo después del
nacimiento del feto. (Se han encontrado en cachorros de 2 a 15
días)
Seguidamente se muestran los esquemas del ciclo
biológico de estos parásitos en los animales y el
hombre.
Las medidas que deben encararse para prevenir esta
parásitosis son; mantener la higiene ambiental del lugar
donde un animal defeca habitualmente, recogiendo en forma
periódica sus heces para evitar que los huevos del
parásito que pudieran estar allí presentes maduren
hasta llegar al estadio de larvas infestantes.
La rotación en los pastos es una medida de gran
utilidad en el caso de Anquilostomiasis, porque las larvas suelen
subir por las hierbas, pero una correcta rotación rompe
con el ciclo biológico y la larva muere sin encontrar
hospedero.
Otra medida es el control periódico de las
mascotas, realizando análisis de materia fecal y la
correspondiente desparasitación, cuando sea necesaria.
Esto evita la diseminación de la forma infestante de los
parásitos.
Se debe tener en cuenta las medidas de higiene y
limpieza. Para ello hay que eliminar las heces de perros y gatos
a diario. Manejar con cuidado los alimentos, las carnes crudas;
lavar muy bien las verduras y comer las carnes bien cocidas y
evitar andar descalzo por los lugares que se sospeche que exista
la enfermedad.
Si un propietario saca a su mascota a un lugar
público debe evitar el contacto del animal con la materia
fecal de otros. Al mismo tiempo debe asumir una conducta
responsable sobre la tenencia de su mascota recogiendo los
residuos que ésta pudiera generar en la vía
pública.
Cualquiera que trabaje en áreas potencialmente
contaminadas tales como perreras o refugios, debe usar zapatos,
guantes y otras prendas protectoras.
Resulta de gran utilidad para evitar la
diseminación de esta parásitosis el concebir
qué hacer con los animales afectivos, principalmente
perros y gatos ante la presentación de situaciones
emergenciales, como desastres originados por fenómenos
naturales o antropogénicos, ya que el deambular sin
control unido a la desarticulación de los sistemas de
salud y control veterinario puede agudizar el riesgo de esta
zoonosis.
El control farmacológico de las
parásitosis producidas por Ancylostoma se basa
habitualmente en la utilización de antiparasitarios de
amplio espectro. Entre las drogas más empleadas se hallan
los bencimidazoles, de los cuales el albendazol, pirantel,
oxfendazol, febantel y el febendandazol son los más
frecuentemente elegidos. Se sabe que los bencimidazoles alteran
el transporte y el sistema tubulina-dependiente y que esta
acción letal se debe a efectos acumulativos por lo que se
necesita un prolongado contacto parásito-droga.
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Pablo Valerino Cambar
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