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El proceso de construcción de la tesis doctoral en ciencias sociales: Apuntes vivenciales




Enviado por Julio C. Valdez



    1. Condiciones para la
      construcción de una tesis
    2. Trabajando con el
      método
    3. La realidad social en
      estudio
    4. Sobre el proceso del
      conocimiento
    5. El método a
      emplear

    Inicialmente, podemos mirar el proceso de
    construcción de una tesis doctoral
    como un espacio de encuentro entre los requerimientos
    institucionales y las acciones que
    han de realizar los estudiantes para generar un producto
    intelectual. Visto así, parece sencillo. Pero el asunto se
    vuelve complejo en la medida que lo vamos
    problematizando.

    ¿Qué es eso llamado "requerimientos
    institucionales"? Si miramos la normativa del Consejo Nacional de
    Universidades (CNU), y aún las normativas institucionales,
    de seguro
    tendremos algunos elementos racionales sobre la forma y el
    alcance de las tesis doctorales.

    No obstante, aún esas normativas requieren de
    interpretación. Por ejemplo, el hecho de
    que la tesis doctoral "debe constituir un aporte original y
    relevante a la ciencia, la
    tecnología
    o a las humanidades", y, además, "reflejar la
    formación humanística y científica del
    autor" (art. 28 de la Normativa General de los Estudios de
    Postgrado para las Universidades e Instituciones
    debidamente autorizadas por el Consejo Nacional de
    universidades).

    Esto de seguro ha de significar cosas distintas para
    diferentes personas. Por otra parte, los "requerimientos
    institucionales" no terminan allí, sino que se encarnan en
    las interpretaciones particulares (añadiduras incluidas)
    de los docentes
    responsables de cursos de investigación y seminarios, de los
    asesores, y hasta de los mismos tutores, cosa que incide en la
    forma como los tesistas elaboran el "deber ser" de sus procedimientos.

    De ese modo, podemos visualizar el proceso de
    construcción de la tesis doctoral, en este caso en
    Ciencias
    Sociales, como una acción
    personal
    compleja que implica, por una parte, una búsqueda de
    sí, en cuanto el tema, la problemática, su
    pertinencia social, y el procedimento de la investigación,
    y, por otra parte, una integración a una normativa sujeta a
    diferentes interpretaciones para diversos sujetos
    sociales.

    En este trance, usualmente los tesistas pueden
    encontrarse ante un trilema (disculpas por el término): 1)
    Han de atender a sus propias inclinaciones y preferencias,
    así como a la relevancia que puede tener el trabajo
    para otros actores y autores sociales, 2) Han de atender a los
    requerimientos normativos nacionales e institucionales
    para una tesis doctoral. Y, 3) Han de recorrer un camino
    estratégico y metodológico
    que, a la vez que
    adecuado para lo que se quiera investigar, sea
    "convincente" para ciertos actores vitales en el proceso
    (tutor y jurados). ¿Es posible hacer las tres cosas a la
    vez? ¿Se puede emprender la aventura de ser fiel a
    sí mismo, generar un aporte relevante, cumplir con la
    normativa y a la vez transitar un método
    "reconocido y aceptado" (o al menos, "reconocible" y "aceptable")
    por la institución? Sobre esto haremos ciertos comentarios
    en las próximas líneas.

    CONDICIONES PARA LA CONSTRUCCION DE UNA
    TESIS

    Este proceso requiere, por una parte, atender diversos
    factores de manera simultánea; y, por la otra, establecer
    prioridades y secuencias para el desarrollo de
    las acciones. Vamos a ver este proceso desde factores "internos"
    (personales y cotidianos) y factores "externos" (sociales,
    institucionales, normativos).

    Factores internos:

    El primer punto a considerar es la apertura de un
    espacio desde la vida cotidiana
    . Se trata de un espacio
    personal, puesto que, en gran parte, la realización de la
    tesis doctoral es un trabajo
    solitario. Esta "soledad" es un factor que pone las cosas a
    contracorriente para muchos. La apertura de este espacio requiere
    de organizar la vida de modo de dejar parte del día para
    el tema de estudio, los libros, el
    computador y
    la búsqueda de información.

    ¿Qué implica esto? Implica, por una parte,
    establecer una especie de ritual en solitario, que incluye darnos
    un tiempo/espacio
    para nosotros, nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestra
    búsqueda de información (entrevistas,
    visitas a bibliotecas,
    internet).
    Apropiarnos de ese tiempo significa un compromiso con nosotros
    mismos y un esfuerzo para que el tiempo/espacio sea sagrado. Por
    otra parte, lo anterior nos pide negociar permanentemente con
    todas aquellas personas con quienes nos relacionamos
    cotidianamente (cónyuge, familiares, jefe,
    compañeros de trabajo), y "ganarlos para la causa", con el
    fin de mantener –y si es posible, aumentar- la sacralidad
    del tiempo/espacio.

    Esto se hará tal vez a expensas de invertir luego
    horas "libres" para mantener saludables las relaciones y honrar
    los compromisos con los otros. ¿Es posible asumir, primero
    para nosotros mismos, la apertura de este tiempo/espacio?
    ¿Podemos defenderlo de nosotros mismos (intentaremos
    autosabotearnos una y otra vez) , y de las presiones de los
    demás, especialmente de nuestros más allegados?
    ¿Sabemos negociar con los otros para preservar este
    espacio sagrado?

    Un segundo punto tiene que ver con la
    definición de la temática general de la
    tesis
    (no nos atrevemos a hablar aún del foco o
    problema de investigación). Es probable que, en un primer
    momento, pensemos abordar un tema similar al del trabajo de grado
    de la maestría, o uno de los trabajos de ascenso.
    Después de todo, ¿no tuvimos éxito
    con ese tema en su momento?

    Sin embargo, hay elementos nuevos: 1) Puede que de
    entrada encontremos un tema que nos haga vibrar, y del que no
    queramos desprendernos, o por el contrario, que no terminemos de
    dar con un tema que nos satisfaga enteramente. 2) En la
    línea de investigación, probablemente encontraremos
    un cuerpo de interrogantes que nos llame fuertemente la atención, así como las directrices
    de los otros miembros que nos suponen aptos para ciertos
    contenidos. 3) Por otra parte, de seguro pensaremos en un tema
    con el que podamos "conquistar" a un eventual tutor.

    Esto nos lleva a considerar que la elección del
    tema tiene implicaciones valorativo-afectivas, e implicaciones
    prácticas. Sin dejar de lado estos elementos (de los que
    puede depender el avance académico-administrativo del
    trabajo de tesis), tal vez nos convenga pensar desde algunos
    interrogantes a la hora de decidir el tema el trabajo: 1)
    ¿Cuáles cosas nos interesan mucho, nos enamoran de
    veras, que puedan ser plasmados en una tesis? 2) ¿Eso que
    nos interesa mucho es importante para otros? ¿Para
    quiénes? ¿De qué modo? ¿Cuál
    es el posible beneficio o trascendencia social e institucional?
    3) ¿Ese tema es articulable con la misión y
    las políticas
    institucionales? 4) ¿Qué puede aportar ese tema a
    nuestra línea de investigación? ¿De
    qué forma y en qué medida? 5) ¿Se trata de
    un tema con información más o menos disponible?
    Luego, nos corresponderá negociar con los integrantes de
    la línea, sobre nuestros aportes al campo del conocimiento,
    y con el eventual tutor, sobre los intereses mutuos implicados en
    la tesis.

    Un tercer punto lo constituye la definición
    de la forma metodológica
    de la
    investigación. Creemos que es muy difícil empezar
    de una vez con el planteamiento del
    problema y desde allì desplazarnos hacia el
    método más adecuado. Generalmente, el
    método, de entrada, condiciona la forma de abordar y
    plantear el llamado problema de investigación.

    En este momento, cabe preguntarnos cuál es el
    método que va mejor con nuestra manera de pensar y actuar.
    ¿Necesitamos demostrar algo, mas o menos definido, con
    ayuda de alguna teoría
    existente, para lo cual hemos de recorrer un camino más o
    menos establecido desde el principio hasta el final? ¿Nos
    sentimos mejor con un método de tipo deductivo, que nos va
    señalando con cierta certeza los pasos a seguir? ¿O
    es que queremos abordar algo no tan claro desde el principio, que
    hemos de descubrir y nombrar claramente a lo largo (y sobre todo
    al final) del proceso? ¿Requerimos acaso una estrategia
    más bien de tipo inductivo, y aventurarme a esbozar o
    señalar nuevos caminos teóricos?

    Un cuarto punto, como lo hemos visto, lo constituye la
    necesidad de negociar. Sin llegar a plantear estrategias
    específicas (abunda la literatura al respecto),
    sólo reseñaremos acá la necesidad de que
    tengamos la mayor convicción posible en el trabajo que
    hacemos. En la medida que estemos convencidos de la relevancia
    del futuro producto intelectual, tendremos un piso firme para
    convencer a otros de que lo que hacemos vale la pena.

    Ahora bien, esto ha de estar basado en la sinceridad con
    nosotros mismos. Mientras no tengamos un tema al que amemos con
    todo nuestro eros investigativo y creativo, conviene que sepamos
    escuchar, y que estemos abiertos a nuevas posibilidades de
    elaboración para enfocar el tema central de la tesis. Por
    otra parte, de seguro nos conviene ponernos en el lugar de los
    otros (beneficiarios de la investigación, miembros de la
    línea, tutor) y ensayar sus puntos de vista, para negociar
    con ellos sobre una mayor base.

    Esta visión de la construcción de la tesis
    doctoral desde lo personal-cotidiano, se imbrica también
    en los requerimientos institucionales y normativos. A estos los
    llamaremos factores "externos" (lo de "externos", sabemos, es
    relativo, por cuanto han de internalizarse en las personas para
    que estas puedan actuar).

    Desde los factores "externos":

    En primer lugar, encontramos los requerimientos
    institucionales
    explícitos y latentes, que ya
    comentamos. Los explícitos se refieren a las normas del CNU y
    las de la institución correspondiente. Generalmente, se
    refieren a condiciones y aspectos formales del trabajo, en el
    sentido de la necesidad de emplear un método considerado
    científico y que constituya un aporte original al campo
    del conocimiento.

    Estos elementos nos permitirán orientar nuestros
    trabajos, cubriendo las formalidades respectivas. Caso aparte lo
    constituyen los requerimientos latentes o implícitos, que
    cada línea o docente, desde sus esquemas y experiencia
    previa, añaden a los requerimientos institucionales. Estos
    tenen que ver, por ejemplo, con el modo de abordar la
    teoría (o con el empleo de
    ciertas teorías
    o autores específicos, que segùn ellos son mejores
    que otros, o los procedimientos particulares ("artesanía
    intelectual") para recoger y analizar
    información.

    Creemos que, aquí, es peligroso que nos
    dediquemos sólo a "complacer" al personal docente
    (potenciales miembros del jurado de nuestro proyecto y de
    nuestro trabajo final), cuyas exigencias muchas veces tienen que
    ver con sus temas vitales y sus formas específicas de
    concebir los procesos de
    producción de conocimientos. Este esmero en
    complacer a como dé lugar a los que nos evaluarán
    duante la defensa, puede llevarnos a una especie de "esquizofrenia
    metódica". Esto no quiere decir que no vamos a tomar en
    cuenta sus observaciones y a pensarlas con detenimiento, hemos de
    aprovechar al màximo sus conocimientos y sus experiencias.
    Pero, finalmente, es nuestra la decisión de qué
    vamos a incorporar al trabajo y el modo de hacerlo. Más
    bien, se trata de avanzar, y fortalecer un trabajo que sea
    sólido y fuerte por sí mismo, producto de nuestras
    propias convicciones, y ello redundará en nuestra
    disposición psicológica para presentarlo y
    defenderlo –si es el caso- en cualquier terreno. En esto,
    es clave el aporte del tutor.

    En segundo lugar, tenemos la figura del
    tutor
    . Institucionalmente, se trata del
    docente-investigador que, mediante su orientación, y sus
    aportes desde lo epistemològico, lo teórico y lo
    metodológico, constituye el apoyo necesario para que el
    tesista culmine con éxito su labor. Mas, podemos decir que
    la relación tesista-tutor no es, para nada,
    esquemática.

    Podemos pasearla por distintos momentos: 1) Una selección
    recíproca, una especie de enamoramiento tutor(a)-tesista,
    donde se combinan elementos profesionales y personales (no nos
    ocuparemos acá de los elementos mercantiles). 2)
    Está el asunto de poner el tema por escrito,
    con su correspondiente delimitación, que pasa por
    una rigurosa negociación con el tutor.

    Hay tutores que, por una u otra razón,
    sólo atienden a tesistas que compartan sus temas vitales,
    y que están dispuestos a trabajar en aristas que
    éllos requieren para probar o fundamentar teorías.
    Es posible que, entonces, traten de imponer a sus tesistas una
    temática dada, o un procedimiento
    científico particular.

    Otros, pueden encontrar puntos comunes entre los temas
    con los cuales trabaja, o el empleo de cierto método, y
    los intereses del participante. 3) La discusión para
    aclarar hasta dónde pretendemos llegar con nuestra tesis y
    cómo queremos abordar el recorrido: ¿verificaremos
    una teoría, o descubrimos y propondremos una nueva, o
    algunas implicaciones sistemáticas de algo?
    ¿Expondremos o justificaremos un modelo?
    ¿Qué es lo que finalmente queremos hacer? ¿Y
    cuál es la estrategia que nos conviene para llegar hasta
    allá? 4) Establecer la frecuencia y los modos de
    reflexión conjunta con el tutor: ¿conversaciones
    para prever próximos pasos? ¿Discusión sobre
    avances o capítulos enteros? ¿Reflexión
    sobre temas centrales o aledaños?

    En todo caso, creemos recomendable pensar en que un
    tutor, por lo menos, sea un investigador activo, es decir, que
    desarrolle proyectos
    intelectuales,
    incluyendo investigaciones
    científicas, que publique resultados, entre otras cosas.
    Ello podría darle los elementos que requerimos de
    él/ella para la construcción de nuestra tesis. En
    todo caso, en la relación tutor-tesista, se impone el
    diálogo y
    la negociación permanente. Es un actor clave que afecta de
    manera directa el éxito o fracaso del proceso. El rasgo
    más importante que debe exhibir este actor es su
    producción investigativa generada a través de
    diferentes medios y
    presentada en escenarios diversos.

    En tercer lugar, tenemos la administración del proceso, conectado
    directamente a los puntos anteriores. Ello implica el manejo del
    espacio/tiempo, de los recursos materiales
    (transporte,
    reproducción), del ya comentado acceso a la
    información, etc.

    TRABAJANDO CON EL
    METODO

    Una vez que se ha avanzado en este proceso, apuntalando
    un tiempo/espacio personal, íntimo, propio para pensar,
    buscar información, leer y sobre todo escribir; que hemos
    podido delimitar una temática que nos guste mucho y sea
    pertinente para otros; que tengamos idea del posible
    mètodo a emplear; que tengamos una interpretación
    clara de los requerimientos institucionales, y, mejor aún,
    que podamos diferenciarlos de las "añadiduras" de
    profesores y líneas de investigación; que contemos
    con un tutor del cual sepamos qué podemos esperar, el tipo
    de apoyo específico que nos dará, así como
    sus limitaciones, estaremos listos para abordar la
    metódica del proceso.

    Claro que, desde el punto de vista vivencial, se trata
    de un proceso altamente complejo y contingente. En estas
    líneas, inevitablemente pecaremos de esquemàticos,
    intentando esbozar una guía aproximada para seguir
    adelante.

    La
    realidad social en estudio

    Desde nuestra experiencia, existen dos formas gruesas de
    mirar la realidad. Una, donde nos apostamos a cierta distancia de
    ella, y nos fijamos en aquellas aristas que sean observables por
    unos y por otros, y preferiblemente cuantificables. Se trata de
    observar cualidades resultantes de aspectos comunes de diversos
    fenómenos, y buscar relaciones explícitas entre
    ellas. Tomàndonos cierta licencia, podríamos decir
    que se trata de llegar adonde debemos llegar, si seguimos el
    procedimiento adecuado.

    La otra forma de mirar la realidad, es apreciar las
    vivencias humanas (con lo que estas tienen de diverso y de
    particular), expresadas mediante el lenguaje, o
    en la consideración de la relación entre los seres
    humanos en particular y la sociedad como
    totalidad. No es nada que "esté a la vista", sino a lo que
    se llega luego de una indagación de la cual, en tanto
    seres humanos, somos parte, yendo màs allà de lo
    aparente para llegar a lo sustancial.

    En el primer caso, la mirada en lo tangible, en lo que
    se pueda comunicar de manera neutra y hasta donde se pueda,
    unívocamente, nos enfrenta a las regularidades más
    o menos permanentes, los aspectos similares, comunes o
    equivalentes, de los seres humanos en nuestro devenir social.
    Para ello, hemos de apelar a la teoría, de modo de avanzar
    en el proceso desde una plataforma conceptual adecuada. La
    interpretación de los fenómenos, tras una
    repetibilidad que los valida desde lo numérico,
    ayudará al avance teórico tendente a la
    universalización de lo que se conoce. Se trata de intentar
    dar explicación a algo que "está
    ahí".

    En el segundo caso, la mirada está puesta mas
    bien en fenómenos que no se ven directamente, sino a
    través de la mediación del lenguaje y lo
    subjetivo. Son aspectos únicos, personales, a veces
    íntimos, que revelan el ser y el hacer de las personas en
    la sociedad, por lo que hay que formalizar y expresar de manera
    coherente y comprensible los hallazgos. Se trata de descubrir
    algo que subyace en la estructura,
    los procesos y en el comportamiento
    de un grupo
    social.

    Sobre el proceso del conocimiento

    Atendiendo a lo anterior, y recordando que ahora no nos
    queda màs remedio que ser esquemáticos, creemos
    visualizar tres vìas para el desarrollo del proceso del
    conocimiento en la tesis doctoral.

    Estas vìas las podemos denominar: 1) Estudio de
    la realidad para determinar sus regularidades y relaciones
    constantes, 2) Comprensión de la realidad sin modificarla,
    para arribar a teorías con fundamento, y 3)
    Comprensión de la realidad en tanto ella se
    modifica.

    1. Estudio de la realidad para determinar sus
      regularidades y relaciones constantes. La finalidad de este
      proceso es establecer, con la mayor precisión posible,
      las relaciones mas o menos permanentes entre variables
      presentes en la realidad estudiada. Por lo tanto, hay que
      manejar, desde el principio, definiciones y conceptos lo menos
      ambiguo posibles, y proceder a aislar las variables
      significativas para el estudio. El proceso parte de un piso
      teórico lo más sólido posible, mas en el
      camino puede ser que verifique o respalde la teoría, o
      muestre sus debilidades y debamos acudir a formulaciones
      teoricas ad hoc que soporten las explicaciones. Se trata, pues,
      de lograr una teoría lo más universal posible,
      imperfecta, pero perfectible.
    2. Comprensión de la realidad sin modificarla,
      para arribar a teorías con fundamento. En este caso, el
      propósito es observar y aprehender, mediante
      descripciones y observaciones minuciosas, el comportamiento de
      un (o más) grupo(s) en toda su complejidad y en su
      natural devenir, descubriendo los patrones y estructuras
      que subyacen a esa realidad en estudio (Por ejemplo, patrones
      de comunicación, estructuras de
      relación en grupos
      informales, etc.). Ese descubrimento implica aproximaciones
      sucesivas y elaboraciones teóricas.
    3. Comprensión de la realidad para modificarla.
      Esta vía se propone desarrollar un conjunto articulado
      de acciones para la transformación de una
      situación dada. La comprensión de la realidad
      ocurre durante ese proceso de cambio, que
      incorpora a diversos actores en reflexiones compartidas. La
      realidad no está ante el investigador, y los sujetos de
      la investigación, sino que coexiste con
      éllos. Este camino puede llegar a formalizar
      ciertas hipótesis y teorizaciones, siempre
      ligadas a las acciones en desarrollo y a las posibilidades
      futuras de acción.

    El
    método a emplear

    Una vez que hemos llegado a este punto, ya no parece tan
    difícil el abordaje metodológico. La forma como
    caracterizamos la realidad a estudiar, y el proceso de
    conocimiento que puede corresponder a esa realidad, nos da
    nociones de la preferencia de uno u otro método (hablamos,
    esquemáticamente, de un mètodo cualitativo o de
    otro cuantitativo). Cada uno de estos métodos,
    sabemos, es sólo una puerta a mundos màs complejos,
    diversos y sin certezas absolutas.

    Sabemos, pues, que la asunción
    metodológica no es nada esquemática, y mucho menos
    automática. La reflexión siempre estará
    presente a cada paso que demos, y la duda no se irá de
    nuestro lado. Sólo podemos señalar que la
    escogencia del método nos obliga a pensar en el camino a
    seguir. ¿Queremos explicar algo, desde algún campo
    teórico conocido? ¿O queremos, de alguna forma, con
    la mínima teoría de partida, descubrir algo algo
    que aún no parece existir del todo?

    Si queremos explicar formas de relación de
    variables definidas con ayuda de una fuente teórica
    válida, de seguro nos conviene un camino predominantemente
    (no absolutamente) deductivo. De la teoría, y la observación de la realidad, sustentaremos
    los conceptos, determinaremos las variables y formularemos
    hipótesis que luego verificaremos mediante la
    recolección y el procesamiento de la data, lo que nos
    ayudará evaluar la eficacia y el
    alcance de la teoría.

    Si queremos comprender una realidad compleja, abierta en
    todas direcciones, en toda su multidimensionalidad, desde una
    plataforma teórica mínima que pueda ayudar a
    orientar el proceso, nos conviene un camino preferentemente
    inductivo. Con un foco delimitado sobre ciertos aspectos de esa
    realidad, intentaremos captar al màximo lo que allì
    ocurre, elaborando cuidadosamente las informaciones e
    integràndolas en categorías y conceptos màs
    generales, que soportarán las formulaciones
    teóricas que de allí se deriven.

    En fin, todos estos comentarios son sólo ideas
    para la reflexión en un aspecto vital, como lo es la
    elabración de la tesis doctoral.

     

    Julio C. Valdez

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