- Necesidad de la asociación
política - Importancia de las asociaciones
y en, particular, de los sindicatos, para contribuir a lograr
fines del Estado social de Derecho - El diálogo social, como
alternativa a la crisis de la organización
sindical
En los inicios de este nuevo siglo es evidente que
el hombre no
puede vivir solo, que necesita de otro igual a él que lo
complemente y le perfeccione su quehacer. Su naturaleza es
la de ser gregario, insertado dentro de una organización política, llamada
sociedad, de
la cual toma todo lo necesario para su supervivencia.
No se conciben seres humanos aislados y solitarios, sino
uniones de hombres capaces de transformar el entorno en el que se
encuentran. La asociación es necesaria por diversas
razones: porque llena necesidades que ninguna otra entidad puede
colmar; además refleja una parte de la vida del individuo en
el que éste vive en común con otros hombres, y
finalmente la asociación es un todo compuesto por
contribuciones mensurables efectuadas por sus
miembros.
El iusnaturalismo moderno retoma la idea de Derecho
natural del estoicismo. No apela a entidades
trascendentales, ni ideológicas, sino que apela a la
razón e intenta hacer del derecho una ciencia
demostrativa. El estado
de naturaleza, es un estado de
libertad,
donde no existe la ley, ni la
propiedad
privada, ni el Estado. Es un "Estado apolítico y
anti- político".Es un Estado que surge como antitesis del Estado
político, donde los individuos no se encuentran
asociados, sino por el contrario, aislados e independientes.
En el estado de naturaleza, los hombres se encuentran libres
e iguales con respecto a los demás, es un estado donde
reina la libertad y la igualdad.
"El estado de naturaleza se construye haciendo
abstracción de toda institución
política, imaginando la vida de los individuos, en
ausencia de todo poder
superior"Hobbes describe ese estado de naturaleza como una
situación de guerra de
todos contra todos, un mundo sin derecho, donde se vive la
discordia, el miedo recíproco de los unos por los
otros, la voluntad de agredirse mutuamente, un mundo lleno de
incertidumbre y carente de paz. El hombre se
encuentra en un estado de guerra permanente que atenta contra
su conservación, esto lo lleva a entrar a la sociedad
civil, por el miedo que le produce morir ferozmente. Este
miedo recíproco que sienten los unos por los otros, es
lo que da origen al pacto. "Es el cuidado de su propia
conservación, y por añadidura, el logro de una
vida mas armónica; es decir el deseo de abandonar esa
miserable condición de guerra"Según Hobbes
"la naturaleza ha hecho a los hombres
tan iguales en las facultades del cuerpo y del
espíritu que, si un hombre es más fuerte de
cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando
éste se considera en conjunto, la diferencia entre los
hombres, no es tan importante. De manera que estos puedan
reclamar a base de ella y para sí mismos, un beneficio
cualquiera al que otro no pueda aspirar".Al parecer, todos los hombres contienen en su fuero
interno y externo, las mismas características, que los
hace similares y semejantes entre sí. Esto nos
podría llevar a pensar en una armonía de los
unos con los otros, pero es necesario, en este caso, recurrir
a un elemento particular, la insatisfacción, lo cual
hace, que los hombres se encuentren en un perpetuo e
incesante afán de poder que cesa solamente con
la muerte.
Es así, como cada uno de los individuos busca
sobrepasar y sobresalir por encima de los demás, sin
importar el más mínimo derecho que pudiere
tener el otro.En el estado de naturaleza, Hobbes ve a un hombre
que no mira más que a sí mismo, carente de un
lenguaje
que le permite comunicar a otros sus pensamientos y sus
invenciones, de modo tal que, como lo expresaba Rousseau:
"El arte
perecía con el inventor". El estado de naturaleza,
niega cualquier forma de reconocimiento con el otro, no se
identifica al vecino como semejante, carece de cualquier
manifestación de unión y ayuda
mutua.Se establece entonces, que para Hobbes se hace
ineludible salir del estado de naturaleza, por la
condición miserable en la que se encuentra el hombre;
Y esa partida se llevará a cabo, por medio de un pacto
de asociación, que aseguré la protección
y el derecho a la vida para todos los ciudadanos. Ya los
individuos, no representaran una masa de hombres aislados los
unos de los otros, viviendo en desconfianza y terror mutuo,
obedeciendo a sus propias pasiones, alimentando su vanidad y
la vanagloria, sino que se encuentran a las puertas de una
sociedad
civil, que se rige bajo las directrices establecidas por
el soberano.Se advierte entonces la necesidad innegociable de
salir del Estado de naturaleza para liberarnos del
egoísmo del hombre, y hacer parte de una sociedad que
puede regirse, por principios
básicos de unidad y paz. Es importante reconocer en el
otro una oportunidad de construcción. Es con el otro donde
conozco lo desconocido para mí, lo que sale de mi
posibilidad de acercamiento. Para salir del estado de
naturaleza, los contractualistas proponen un pacto o contrato
social, que asegure la creación de normas
efectivas para el desarrollo
de la sociedad civil, y que propenda por un mejor vivir para
todos.Previo a este pacto, aparecen dos momentos
fundamentales: el momento de la asociación, y el
momento de la concertación. La asociación le
permite a sus incorporados salir de sí mismos, y
encontrar en el otro una posibilidad adicional a la de ellos
mismos, bien sea a nivel laboral,
económico, social, entre otros.En esta etapa o estadio, el hombre se percata de lo
eficiente que es trabajar en equipo. La concertación
es el momento previo al pacto, donde se crean normas con las
cuales se beneficie a la mayoría. Es importante
aclarar, que cada individuo, tendrá que hacer una
renuncia particular, para alcanzar el beneficio
común.Como lo veremos a lo largo del ensayo,
esta renuncia se ve compensada con los logros obtenidos por
la asociación. Podemos concluir entonces que se logra
la concertación social cuando un grupo de
individuos se unen, o se asocian, congregados por un fin
común, todo en aras de lograr un mayor beneficio para
todos.- NECESIDAD DE LA
ASOCIACIÓN POLÍTICALas sociedades
posmodernas hacen una fuerte crítica al liberalismo. "El liberalismo está
fundado en la idea de un yo presocial un individuo solitario
y a veces heroico, confrontado con la sociedad. En esta
medida el liberalismo tiende hacia la inestabilidad y la
disociación. Las sociedades occidentales
contemporáneas son tomadas como el hogar de individuos
radicalmente aislados, egoístas racionales y agentes
existenciales, hombres y mujeres protegidos y divididos por
sus derechos
inalienables"Reconociendo las fallas presentadas, los
comunitaristas dirigen su mirada hacia los pequeños
grupos,
gremios y asociaciones, las cuales posibilitarían en
estos grupos, un mejor desarrollo del diálogo y la concertación.
Walzer no pretende retornar a las asociaciones naturales
(la
familia, las tribus, las congregaciones religiosas)
porque sabe que estas ya se han transformado, pero destaca la
importancia de las asociaciones artificiales.Las asociaciones artificiales son aquellas donde
todo individuo elige libremente pertenecer a dicha sociedad,
no hay ningún tipo de coacción o motivación distinta al simple
desarrollo de la autonomía de la libertad. Ya no
estamos en el plano Hobbesiano, donde nos asociábamos
por el miedo a la muerte,
hoy nos convoca el deseo racional de obtener un mayor
beneficio. El tipo ideal de sociedad, es donde individuos
libres, se asocian de manera libre.Dentro de estas asociaciones encontramos a los
sindicatos, que no son mas que asociaciones que buscan lograr
la redistribución de la riqueza socialmente producida;
mejorar las condiciones de trabajo y
de vida de sus asociados; prestar ayuda solidaria; dignificar
el
trabajo; buscar el progreso social y la vigencia de los
derechos
humanos; participar en las instancias gubernamentales en
procura de ampliar y consolidar la democracia
política, económica y social.Las sociedades occidentales modernas, son sociedades
democráticas, en su gran mayoría, Estados de
Derecho. En el artículo 1 de la Constitución Política se
establece el tipo de Estado que es Colombia.
De manera textual el artículo reza:"Colombia es un
Estado social de derecho, organizado en forma de
república unitaria, descentralizada, con
autonomía de sus entidades territoriales,
democrática, participativa y pluralista,
fundada en el respeto de la dignidad humana, en el
trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en
la prevalencia del interés
general".A lo largo de este ensayo, se ha hecho un análisis de la teoría hobbesiana, y su postura liberal
en contraposición con el socialismo
planteado por Walter. Estas posturas se refieren a la
concepción del ser humano frente al Estado y el tipo
de relación existente entre ellos.El liberalismo de corte netamente individualista, y
el socialismo de corte netamente colectivista. Al uno le
interesa el sujeto libre del Estado, concebido como un
individuo meramente económico; al segundo, le interesa
el Estado, mientras esté comprometido con la vida de
sus ciudadanos y las relaciones que se tejen entre ellos.
Cada uno de estos tipos de estado tiene diferentes maneras de
percibir lo moral,
político, social y económico. Para diluir esta
pugna aparece el Estado Social de Derecho modelo de
organización política por el cual se decanta la
constitución colombiana.Este tipo de Estado busca suplir las demandas
insatisfechas de la población más vulnerable, entre
ellas la
educación, la cultura,
la salvaguarda de los bienes
públicos y el respeto de
los derechos humanos, buscando un equilibrio
entre la democracia y la justicia
social.El Estado Social de Derecho debe convertirse en un
ente regulador ya que a él le corresponde establecer
las reglas de juego de
la economía privada, de manera tal que
garantice a todos el ejercicio de la libertad
económica. Así pues, el Estado debe promover,
estimular, y fomentar el desarrollo de actividades que
fortalezcan la economía nacional, sin dejar de lado la
igualdad que se constituye en el fundamento de los derechos
sociales, económicos, y culturales.Con esta inclusión el Estado liberal
desaparece pero su legado de proteger los derechos
individuales no, pues la tutela de
estos últimos aparece vinculada a los derechos de
segunda generación que en el desempeño de sus funciones han
de estar sometidos a la constitución y las leyes.El ordenamiento jurídico Colombiano se basa
en el respeto del hombre y su dignidad
humana, y esto se atiende con un modelo de Estado Social de
Derecho. Esto supone la participación y el apoyo
estatal a los movimientos comunitarios, las minorías y
demás grupos, que busquen llevar a cabo políticas en pro de sus asociados. No
basta con la agrupación de hombres libres, hoy
Colombia necesita de asociaciones fortalecidas, capaces de
hacer exigibles sus derechos, y que igualmente, desarrollen
políticas internas en las que procuren por el
desarrollo político, económico y social del
país. Los sindicatos son una propuesta capaz de lograr
una triada perfecta entre asociación,
concertación y diálogo social. Una alternativa
al fiel desarrollo del Estado social de Derecho, y una
herramienta en la protección de derechos sociales y
civiles.La Constitución política expresa en el
Artículo 38. "Se garantiza el derecho de libre
asociación para el desarrollo de las distintas
actividades que las personas realizan en sociedad". Y el
artículo 39 "Los trabajadores y empleadores tienen
derecho a constituir sindicatos o asociaciones, sin
intervención del Estado. Su reconocimiento
jurídico se producirá con la simple
inscripción del acta de constitución".
Además la Ley 50 de 1990 y el artículo 1, Ley
584 de 2000 declaran el apoyo estatal a este tipo de
asociaciones.Los sindicatos son una de las formas más
extendidas de organización de los trabajadores a nivel
mundial. Como toda organización social son un medio
para alcanzar ciertos objetivos
y para materializar unos propósitos. Surgen como
mecanismo de resistencia a los abusos de los empleadores en
países recién industrializados. Inicialmente
sus peticiones no iban más allá de la
disminución en las jornadas de trabajo y mejores
salarios.En sus orígenes tales asociaciones
hacían parte de la ilegalidad, hoy son reconocidos por
la regulación laboral interna de los Estados y
avaladas por La
Organización Internacional del Trabajo, OIT. Los
sindicatos constituyen un subsistema importante dentro del
sistema de
economía de mercado de
carácter democrático. "Los
sindicatos se comprometen a luchar por la equidad y
la igualdad, a favor de las capas sociales mas débiles
e indefensas frente al libre juego de las fuerzas del
mercado. Asimismo, trabajan en unión con los
demás interlocutores sociales para incrementar la
productividad
y compaginarlo microeconómico y lo
macroeconómico, contribuyendo de ese modo al
crecimiento y la estabilidad global. Desde el punto de vista
de la democracia, los sindicatos defienden los intereses del
personal
cuando se adoptan las desiciones dentro de la empresa y
representan también la posición de los
trabajadores en los órganos consultivos que dictaminan
acerca de los planes y medidas de los poderes
públicos. Participan incluso en la política
nacional y local por medio de sus propios delegados, o
apoyando a los partidos
políticos"Las asociaciones de trabajadores permitieron el
trato entre iguales, y la disminución de la brecha
entre burgueses y obreros, además de que brindaron no
solo la fortaleza para adelantar las luchas, sino que
forjaron una cultura obrera, base de la identidad
para construir un proyecto
histórico como clase.En Colombia está consolidación como
clase no es muy clara, lo cual se explica por diversas
razones, entre ellas, la baja tasa de obreros en la estructura
productiva nacional, lo cual dificulta el desarrollo de
proyectos de
identidad y cultura, que actuarían como factores de
cohesión del quehacer político, en segundo
lugar la proliferación de sindicatos de empresa, y
los pocos sindicatos de industria
y gremiales, lo que impide el fortalecimiento de la
institución generando una dispersión
organizativa.Al respecto señala Luís Norberto
Ríos Navarro, director general de la ENS: "Esa
limitada masa de afiliados se disemina en cerca de 2800
sindicatos de empresa, gremio e industria. Lo cual
además de poner en debilidad numérica a los
sindicatos, coloca el promedio de afiliación por
sindicato
en 300, implicando un inmenso desperdicio de recursos,
con no menos de 2000 sedes sindicales e infraestructura
básica para ellas , usando las mismas, o más
actividades , podrían hacerse con menos
infraestructura y de esa manera liberar recursos para
potenciar la acción." En Colombia se necesita
"Menos sindicatos, y mas afiliados".Los trabajadores
colombianos, no son propiamente obreros, que se dirigen a las
instalaciones fabriles de la revolución
industrial, hoy nos encontramos con una pluralidad de
individuos subordinados y sometidos por sus empleadores, (que
no es propiamente un "burgués"), a maltratos y
abusos.Esta masa de trabajadores, son los obreros de este
nuevo siglo, que no se aglomeran en grandes empresas,
sino que trabajan para independientes y pequeñas y
medianas empresas que no cumplen con los requisitos legales
para la creación de sindicatos. El sindicalismo pues, debe modernizar sus
presupuestos y salir a la vanguardia
de la modernidad, buscando una alternativa para este
tipo de trabajadores que también desea hacer exigibles
sus derechos. Lo anterior, permite comprender por que la
clase obrera aun no ha logrado constituirse en una clase con
identidad y pensamiento propio, capaz de influir en el
gobierno
nacional, tampoco ha desarrollado un proyecto
ideológico y cultural que pueda ser reconocido por la
comunidad.No sólo es la falta de consolidación
como clase obrera, sino la pérdida de credibilidad.
Los sindicatos y demás asociaciones han sido vistos
como obstáculos en el camino del progreso y la
ganancia de los capitalistas, siendo objeto de
represión y persecución. Se les considera
asociaciones de izquierda, en búsqueda de poder
político e intereses personales, incapaces de
construir una cultura social que aporte al crecimiento de la
empresa. Y como consecuencia, no han recibido ningún
tipo de apoyo estatal, lo que ha contribuido al
desencadenamiento de una gran crisis, que tiende al
desaparecimiento de la estructura sindical.Nuestro país tienes arraigada en su cultura
un fuerte antisindicalismo, considerando a la
institución como una amenaza a la autonomía
absoluta de gestión y administración de las empresas y un
temor a ver afectadas la ganancia de éstos con la
participación de los trabajadores en ella. En una
encuesta
realizada en el año 2005, el 31% de los empresarios
consultados opinó que una tarea de
reestructuración del Estado era acabar con los
sindicatos.Este antisindicalismo se manifiesta "en el
descabezamiento de generaciones de dirigentes sindicales, las
constantes amenazas de muerte a sindicalistas y sus familias,
la toma por parte de la derecha de las organizaciones sindicales llevándolas
hacia el estancamiento, la conciliación y la
desmovilización, aislamiento mediante el terror y el
debilitamiento, del movimiento
obrero y sindical del conjunto de la sociedad" Esto ha
hecho que las organizaciones sindicales carezcan de
influencias políticas, y de mecanismos efectivos que
consoliden su función en la sociedad.No solo se amenaza la estructura sindical con el
rechazo que reciben por parte de los empleadores y el Estado,
sino también se ven sometidos a los cambios laborales
que trae consigo la
globalización. Se puede hablar de una creciente
disminución de los contratos
laborales y la flexibilización de éstos,
además de las nuevas formas de contratación,
que niegan la posibilidad de asociación
sindical. - IMPORTANCIA DE
LAS ASOCIACIONES Y, EN PARTICULAR, DE LOS SINDICATOS,
PARA CONTRIBUIR A LOGRAR LOS FINES DEL ESTADO SOCIAL DE
DERECHO. - EL
DIÁLOGO SOCIAL COMO ALTERNATIVA A LA CRISIS DE LA
ORGANIZACIÓN SINDICAL.
Ante esta crisis que amenaza con el desmembramiento de
la organización sindical, hoy se plantea el diálogo
social como una alternativa, que puede superar la difícil
situación por la que atraviesa sindicalismo. El
diálogo social, suele confundirse con la
concertación social, pero se trata de mecanismos capaz de
diferenciarse entre si. Así, la
Concertación social corresponde a un tipo de
política de acuerdo social en la que los tres
protagonistas principales de la vida económica (Estado,
empleadores y trabajadores) conciertan sus voluntades para
enfrentar situaciones críticas. Ésta puede mirarse
desde dos puntos: como una nueva forma de intervencionismo
estatal o como una nueva forma de negociación colectiva.
El diálogo social, es un concepto
más amplio, es una posibilidad alternativa, con la que
cuentan los actores sociales del conflicto, no
se requiere un acuerdo, como si en la concertación. Se
hace necesario un intercambio de opiniones, datos,
propuestas, peticiones, que hacia el futuro pueda dar origen a un
acuerdo o pacto social.
La concertación, corresponde a un tipo de
política de acuerdo social, en el que los actores
conciertan sus voluntades para enfrentar situaciones
críticas. La concertación constituye un mecanismo
de resolución
de conflictos, entra en el escenario político cuando
hay discrepancia entre las partes, o cuando situaciones externas,
alteran el orden social. No es posible hablar de
concertación, por fuera de este evento.
En el diálogo social, la temática no esta
restringida a temas laborales, sino que abarca otros temas, de
interés
para las partes, todo en búsqueda de mejores
posibilidades. Por esta razón es constante ver en el
diálogo social, actores diferentes a los empleadores,
trabajadores y estados.
Según lo define la OIT, el diálogo social
comprende todo tipo de negociaciones y consultas, entre
representantes de los gobiernos, los empleadores y los
trabajadores sobre temas de interés común relativos
a las políticas económicas y sociales. Este
diálogo debe darse en condiciones que así lo
permitan.
Deben existir organizaciones de trabajadores y de
empleadores sólidos e independientes, con la capacidad
técnica y el acceso a la información necesaria, debe existir la
voluntad política y el compromiso de todas las partes
interesadas, el respeto a la libertad sindical y la
negociación colectiva, así como un apoyo
institucional adecuado. El diálogo social adopta
múltiples formas, puede tratarse de procesos
tripartitos o bipartitos. En el primero el gobierno interviene
como parte oficial, en el segundo se establecen solo entre
empleadores y trabajadores. Los órganos bipartitos o
tripartitos pueden entablar negociaciones y suscribir
acuerdos.
El Estado tiene gran incidencia en el diálogo
social, éste no puede adoptar un papel pasivo, es
más, debe prestar un apoyo a las iniciativas de las
partes, debe crear un clima
político cívico estable,
que genere seguridad a los
trabajadores, sin temor a las represalias y, lo mas importante,
debe ofrecer marcos jurídicos e institucionales necesarios
para que se pueda actuar con eficacia. El
papel del Estado, será elemento esencial para el buen
desarrollo del diálogo social.
En el mundo actual el diálogo social y la
concertación laboral se han convertido en un imperativo
ético, político y social para el tratamiento de los
conflictos,
las diferencias y los intereses de las partes. Éstos
varían de país a país, teniendo en cuenta el
contexto cultural, histórico y político. No es
posible establecer un modelo exportable a otros países,
cada país debe adaptar el diálogo social a la
situación de facto, asegurando que los actores nacionales
hagan suya la responsabilidad del proceso. En el
mundo laboral estos mecanismos constituyen una herramienta y una
pedagogía necesaria para construir la paz,
y por tal motivo deben estar a disposición de los
trabajadores y sus organizaciones, de los empleadores y sus
corporaciones y del Gobierno y las instituciones
del Estado para promover y ejercer nuevas relaciones
democráticas que permitan un tratamiento civilizado de los
conflictos socio laborales.
La crisis sindical colombiana exige que los procedimientos de
diálogo que se adelanten entre los entes del conflicto,
vayan más allá de la concertación social y
la creación de la convención colectiva. La
alternativa de diálogo social, permite a sus actores,
entrar en un entorno diferente a la alta tensión que se
genera frente a la convención o pacto
colectivo.
El diálogo propicia un ambiente de
intercambio, donde los trabajadores, empleadores y estado
expresan sus inconformidades y necesidades, y con la ayuda de
interventores y demás mediadores, vallan fluyendo
posibilidades de acercamiento.
En el diálogo social, no se está sujeto a
los formalismos legales, ni se está esperando la
creación del pacto o la convención. No, el
diálogo social es permanente y continuo, lo cual propicia
el acercamiento entre las partes, y va creando lazos de confianza
entre los actores.
El diálogo social deviene entonces como una forma
laxa de negociación, junto a determinadas instancias de
consulta. La relación entre diálogo y
negociación colectiva se advierte si se entiende que
"la negociación colectiva es un proceso de
composición de intereses que incluye todo tipo de
discusiones tripartitas sobre problemas
laborales que directa o indirectamente afectan a un grupo de
trabajadores(…) así, la interpretación amplia de la
expresión negociación colectiva también
admite la inclusión de algunas formas de
negociación política y de cooperación
tripartita, además de la negociación colectiva
propiamente dicha"
Se abre la posibilidad de entender la convención
o negociación colectiva, como una manera de llevar a cabo
un diálogo social, y que no este ligado con el
único fin de evitar la huelga. Cada
trabajador perteneciente a una empresa tiene
un universo de
situaciones extras al trabajo, que lo aquejan. Su relación
familiar, consigo mismo y con su entorno, hacen de su vida toda
una complejidad.
El diálogo social, favorece el desenvolvimiento
del hombre en su totalidad, le devuelve su carácter
integral, no es solo el obrero que transforma la materia prima
para generar un capital, sino
que es el ser humano, capacitado para forjar relaciones
armoniosas, capaces de generar un ambiente armónico al
interior de la empresa, que aumente su productividad. En la
medida que cada uno de los trabajadores, sienta su lugar de
trabajo como una posibilidad de desarrollarse a si mismo, y de
contribuir a su entorno social, y como consecuencia fortalecer al
economía nacional, genera en el individuo un sentido de
pertenencia que lo lleva a laborar con un mayor grado de
responsabilidad.
Mediante el diálogo social, la
concertación y la negociación colectiva
"trabajadores, empleadores y el gobierno, generalmente
contraen compromisos destinados a encuadrar su conducta, dentro
del marco, de una política
económica dirigida, mediante esfuerzo conjunto, a la
superación de la dificultades económicas y a la
conducción de las relaciones de trabajo en beneficio de
los intereses generales del país" En ningún
tipo de acuerdo, prevalecerá el interés particular,
sobre el general. El fin último de estos acuerdos, siempre
será el poder lograr un pacto social que genere el mayor
beneficio para la asociación.
El diálogo social, surge como uno de los
mecanismos mas adecuados para evitar la excesiva conflictividad
del pluralismo en las sociedades democráticas.
Además constituirse en herramienta legítima para
construir el orden y la justicia social. Pero es preciso que el
esté mediado por actos comunicativos de entendimiento
recíproco entre las partes, para así poder alcanzar
el fin propuesto por el diálogo social.
Lo que Habermas llama Ética comunicativa se basa
en las normas fundamentales del habla racional. La
comunicación orientada al logro de la
comprensión envuelve el recíproco reconocimiento de
una serie de pretensiones de validez. Una vez radicalmente
cuestionadas, las pretensiones de verdad o rectitud sólo
podrán ser reivindicadas a través del discurso
argumentativo conducente a un consenso racionalmente motivado. El
análisis de las condiciones de ese discurso y ese consenso
racional desde la perspectiva de la pragmática universal,
demuestra que dichas condiciones descansan en la
suposición de una "situación ideal del habla" o
diálogo caracterizada por una efectiva simetría de
las oportunidades de tomar parte en este
último.
La racionalidad comunicativa sería aquella que
preside la acción comunicativa, entendida a su vez como
aquella que se orienta a la comprensión entre dos o
más sujetos. Sin embargo en Habermas la comprensión
no habla tanto de entender como de "llegar a un entendimiento",
esto es un acuerdo o consenso.
Como consecuencia el diálogo social tendrá
que estar mediado por una racionalidad comunicativa, que
asegurara el éxito
de este proceso. En el evento en que no estuviera presente este
elemento, el diálogo social fracasaría así
se llegará a una convención o pacto, ya que en este
caso, se estarían compilando posturas parciales, pero no,
posturas concertadas fruto de diálogos serios.
El diálogo social exige todos los actores del
proceso tengan plena claridad sobre las diferentes posturas, y
que juntos construyan el pacto social que aseguré el mayor
beneficio para todos. Previamente, se establecía que en
este beneficio común es posible que los actores tengan que
hacer algún tipo de renuncia. Esta renuncia debe ser
recíproca, en igualdad de condiciones, donde no se generen
desventajas para un sector.
Es ineludible que al evaluar los pactos y convenciones,
todos los actores se encuentren satisfechos con el trabajo
realizado, y que vean en tal compilación el desarrollo de
su voluntad negociadora, capaz de generar espacios de paz y
convivencia.
Es importante que en el avance del diálogo
social, las partes comprendan el deseo y la intención del
otro. No basta con ejecutar peticiones de parte, es ineludible
encontrar la
motivación que lo lleva a manifestar su
petición. Como lo plantea Habermas, se debe llegar a un
entendimiento tal, que facilite el diálogo y la
concertación social. En la medida en que las partes,
conozcan y comprendan la motivación de las peticiones de cada uno de
los actores, y reconozcan la importancia del otro en el proceso
productivo, se podrá llegar a acuerdos, pactos y
convenciones que faciliten las relaciones entre las partes, y que
propendan por el crecimiento progresivo de las empresas y cada
uno de los que la integran.
El escenario político y la problemática
sindical exigen un cambio de
paradigma,
inexorablemente se deben evaluar los procesos organizacionales,
los cuales deben estar enfocados y dirigidos a lograr el buen
clima de trabajo. Se debe construir toda una cultura
organizacional que aseguré la inserción desde
las altas esferas administrativas, hasta el último
renglón de los trabajadores. No se debe hacer
ningún tipo de exclusión. Hay que reconocerle a
cada trabajador la importancia del desempeño de su labor,
y que el es un eslabón de una serie concatenada que forma
un todo, y que permite la supervivencia de cada uno de
éstos. El desarrollo de la empresa u organización
se hace más efectivo en la medida que cada uno de los que
la componen lleva a cabo su trabajo con plena responsabilidad,
conciente de que su trabajo no solo le genera su salario, sino que
permita que la organización mejor su productividad y
crezca, y en esta medida, el también va a lograr un
beneficio.
El diálogo social, es una herramienta para
empleadores y trabajadores sindicalizados y no sindicalizados,
que asegura una mejor calidad de
vida para todos los involucrados, y que igualmente reporta un
beneficio económico. No cabe duda que un trabajador
motivado, trabaja mejor, un sindicato amigo del empleador llega
con una actitud
diferente a la mesa de negociación, lo cual facilita el
diálogo social.
Los sindicatos están llamados participar
positivamente de los procesos productivos, y los empleadores a
reconocer los derechos mínimos legales de los
trabajadores. Aunque no basta con los mínimos, se
necesitan empleadores comprometidos con la vida de sus
trabajadores y sus familias, gestores de una nueva cultura
organizacional, que de paso a nuevas tendencias de diálogo
y convivencia al interior de las empresas. Se podría
llegar a pensar que el diálogo social obstaculiza el libre
desarrollo sindical, yo no lo pienso así. Creo que se
llevan a cabo todos los presupuestos de la organización
sindical, pero con un cambio de perspectiva. A mi modo de ver,
esta es la única y última opción que les
queda a los sindicatos en Colombia.
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