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Inteligencia emocional y el empresario



    Abstract de Taller de "Inteligencia
    Emocional: ¿Es de utilidad para los
    Empresarios?" a cargo de Eric Gaynor Butterfield (RODP),
    Argentina. Año 2005.

    A veces es bueno realizar una corta revisión
    hacia atrás para quizás poder
    comprender mejor algo que está sucediendo ahora. En el
    caso de la moda que existe
    actualmente en relación con el tema de Inteligencia
    Emocional y que parece ser un tema altamente prioritario dentro
    del mundo empresarial, queremos señalar que hace unos
    cincuenta años atrás en el monumental trabajo de
    James March y Herbert Simon ("Organizations"; Wiley and Sons
    – 1958) quedaron plasmados los "límites de
    la racionalidad". Allí ambos autores dejaron bien en claro
    que las empresas,
    organizaciones
    y las personas (incluso aquellos que están en la
    cúspide) operan bajo lo que ellos denominaron como
    "racionalidad limitada".

    En pocas palabras esto significa que las empresas no
    maximizan sino que simplemente alcanzan algunos niveles de
    "satisfacción" en lo que buscan.

    También mucho antes del famoso trabajo de Daniel
    Goleman ("Inteligencia Emocional; Bantam Books – 1995) el
    notable experto Chris Argyris sugería que el "aprendizaje
    llevado a la acción"
    (que es el que caracteriza a los empresarios) tiene mucho que ver
    con los afectos y sentimientos.

    Durante los últimos 5 años nos han llegado
    cada vez más requerimientos y preguntas sobre
    "Inteligencia Emocional", como se relaciona con el Desarrollo
    Organizacional, qué hacer con ellas en la empresa, sus
    ventajas y desventajas, los riesgos que se
    han de asumir, y particularmente como implementarla de la manera
    más provechosa para la
    organización.

    Ahora bien ¿que es la "Inteligencia Emocional"
    (I. E.) según Daniel Goleman? ¿Existe realmente un
    límite en cuánto a la aplicación de la
    "Inteligencia Cognitiva"? De acuerdo con la perspectiva de Daniel
    Goleman "Una visión de la naturaleza
    humana que pasa por alto el poder de las emociones es
    lamentablemente miope.

    El mismo nombre de Homo Sapiens, la especie pensante,
    resulta engañoso a la luz de la nueva
    valoración y visión que ofrece la ciencia con
    respecto al lugar que ocupan las emociones en nuestra
    vida.

    Como todos sabemos por experiencia, cuando se trata de
    dar forma a nuestras decisiones y a nuestras acciones, los
    sentimientos cuentan tanto como el pensamiento, y
    a menudo más. Hemos llegado muy lejos en lo que se refiere
    a destacar el valor y el
    significado de lo puramente racional – lo que mide el
    cociente intelectual – en la vida humana. Para bien o para
    mal, la inteligencia puede no tener la menor importancia cuando
    dominan las emociones."

    Los empresarios con quienes nos hemos vinculado nos
    manifiestan que "parece muy difícil poner en
    práctica" lo que Goleman sugiere. Es por ello que nosotros
    sugerimos definir de un modo distinto a la I. E. Decimos entonces
    que la "Inteligencia Emocional es la capacidad de sentir –
    percibir, entender, controlar y modificar tanto las emociones
    propias como las ajenas". Y aquí es donde ya se comienzan
    a vislumbrar las enormes ventajas de llevar a la práctica
    los conceptos e ideas de la Inteligencia Emocional.

    Si podemos llegar a aprender respecto del sentir de
    nuestros Clientes y
    proveedores, y
    también de aquellos que procesan nuestros productos y
    servicios (es
    decir nuestro personal), y
    también podemos llegar a entender, controlar y modificar
    las emociones de ellos como así también las
    nuestras, como empresarios, podríamos decir que nuestra
    empresa deja
    entonces de correr los riesgos de todo negocio y podríamos
    comenzar a operar como lo hacen la inmensa mayoría de los
    Bancos: con
    una tasa de riesgo que es
    prácticamente cero.

    Charles Darwin ("On the
    origin of species" – 1859) muy tempranamente ha
    señalado que las emociones se han desarrollado
    inicialmente, con el propósito de preparar a los animales para la
    acción, y esto es particularmente cierto en situaciones
    críticas y de emergencia.

    ¿Cuántas veces como empresarios hemos
    tenido señales
    de peligro a las que no le hemos prestado atención como en el caso de las gacelas
    donde siempre existe una de ellas que prefiere comer una
    porción extra de pasto para terminar siendo la gacela que
    es devorada por un león?

    ¿Cuántas veces en nuestra calidad de
    empresarios nuestros impulsos han manejado nuestras acciones para
    luego encontrarnos en situaciones perjudiciales para nuestro
    cuerpo o donde nos posicionamos vulnerables ante
    otros?

    De allí que Sócrates
    manifestara que "Las pasiones y los caprichos de los deseos nos
    conducen a una vida sin sentido.

    Lejos de ser libres y poderosos como empresarios, somos
    entonces esclavos y dependientes. Inteligente, en consecuencia,
    es el hombre
    libre, el que se gobierna y solo él, por lo tanto, puede
    gobernar a los demás. La verdadera libertad es
    consecuencia de educar a las personas y hacerlas inteligentes en
    su propio autogobierno".

    Posiblemente haya sido V. J. Wukmir quien ha elaborado
    la formulación más acertada respecto de la función de
    las emociones hace unos 30 años atrás, aunque, por
    desgracia, ha sido, y sigue siendo, ignorada por la psicología
    tradicional. ¿Cuántos mensajes engañosos
    tratan de alterar nuestras emociones?

    Actualmente estamos literalmente rodeados de mensajes
    cuyo único fin es alterar el buen funcionamiento de
    nuestras empresas y de nosotros como empresarios.

    Los medios orales,
    escritos y en imágenes
    nos bombardean minuto a minuto y nos resulta muy difícil
    conseguir que nuestra empresa sobreviva ante tamaño asedio
    que es practicado sistemáticamente sobre nuestro sistema
    emocional.

    Por lo general, aquellos que NO son empresarios como
    Usted, y que tienen mucho tiempo libre
    para emitir señales, pueden vivir sin trabajar tanto como
    Usted, alterando negativamente su vida, tomando recursos de su
    empresa y por supuesto perjudicando su salud.

    Como decía Wukmir, "las emociones son siempre
    reales, pero pueden no ser verídicas" y que "lo importante
    (para sobrevivir como empresario) es
    que las emociones sean verídicas". El mecanismo de las
    emociones puede comprender fácilmente si imaginamos que
    somos un barco que se gobierna mediante un piloto
    automático, guiado por una brújula
    que señala en cada momento el camino que vamos a
    seguir.

    El barco siempre obedece a la brújula
    (emociones), es decir, va hacia donde señala la
    brújula, que está especialmente diseñada
    para conducirnos en la difícil tarea de
    sobrevivir.

    ¿Cuáles son entonces los principales
    componentes del sistema emocional? Las emociones son, en esencia,
    impulsos que nos llevan a actuar, programas de
    reacción automática con los que nos ha dotado la
    evolución y que nos permiten afrontar
    situaciones verdaderamente difíciles; un sistema con tres
    componentes:

    – el perceptivo, destinado a la detección de los
    estímulos elicitadores (promotores de cambios
    fisiológicos); que incluye elementos hereditarios, como en
    nuestra predisposición a valorar el vacío, los
    lugares cerrados, los insectos o las serpientes…, como
    posibles situaciones peligrosas, y a veces fruto de las
    experiencias, como puede ser el surgimiento de una fobia o la
    ansiedad a los exámenes, o el placer por una buena
    nota.

    – el emocional, encargado de impulsar, mantener y
    dirigir la conducta, gracias
    a su relación con el sistema hormonal: por ejemplo, el
    miedo nos impulsa a la evitación.

    – el conductual, que hemos de analizar en su triple
    manifestación, reacción fisiológica
    perceptible, pensamientos y conductas manifiesta. Es el elemento
    más influido por las experiencias de aprendizaje previo y
    el medio cultural.

    Por ejemplo: la expresión de la pena en distintas
    culturas o el desarrollo de
    estrategias de
    evitación de las situaciones de prueba en el ámbito
    escolar o las fobias escolares.

    Aspectos prácticos para los
    Empresarios

    Goleman hace referencia a las siguientes 5 habilidades
    prácticas de la Inteligencia Emocional:

    1. La Auto-conciencia

    2. La Auto-regulación o control
    emocional

    3. La Motivación

    4. La Empatía

    5. Las Habilidades Sociales.

    Pongamos foco inicialmente en sólo una de ellas,
    la auto-conciencia. Usted
    es un empresario que dedica tiempo a "informarse" y durante los
    últimos 3 años ha recibido datos de
    distintas fuentes que le
    dicen (cognitivamente) que la economía ha mejorado
    año tras año más del 7%. Incluso algunos
    años ha crecido prácticamente el 10 %. ! Como
    empresario esta parece ser una muy buena noticia.

    Por otro lado usted siente (emocionalmente) que ya no le
    va tan bien en su empresa como le iba muchos años
    atrás.

    Antes trabajaba menos horas, facturaba más, sus
    utilidades eran mayores, y además vivía con menos
    estrés.
    Incluso ahora tiene sobre sus espaldas como empresario, los
    estrés de los demás.

    En algunos casos el estrés de su familia. Pero
    además del estrés de su familia le llega el
    estrés de "sus Clientes" (las ventas ya no
    son tan fáciles), y de su personal (muchas veces ha tenido
    que hacer cambios en los productos y servicios y el personal no
    siempre lo ha podido acompañar). Su opción en el
    caso de contratar reemplazos con las nuevas competencias
    necesarias le ha hecho prescindir del personal
    "anterior".

    Pero usted sabe muy bien que incluso aquellos que no
    están en la planilla de pagos pueden seguir siendo
    consumidores de los recursos de su empresa. Y no hay empresa que
    pueda tener un cuerpo de titulares y suplentes.

    Los empresarios no se pueden dar esos gustos pues es un
    privilegio que no comparten con ellos las empresas que operan
    como monopolio o
    como oligopolio.

    Entonces usted tiene en su cabeza (en realidad es en su
    mente pero preferimos hablar metafóricamente de la cabeza)
    un archivo de
    tipo cognitivo que le dice que "las cosas están mejorando"
    pero por otro lado su cuerpo está siendo cada vez
    más vulnerable: usted siente, percibe, recibe
    señales que "sus cosas NO están
    mejorando".

    Hasta este momento usted estaba preparado para lidiar
    con situaciones de cambio
    "incremental" donde incluso usted tenía un rol pro-activo
    que le daba ventajas competitivas y en base a ello es que ha
    logrado su éxito
    histórico como empresario.

    Pero ahora el cambio ya no es incremental sino que es de
    tipo transformacional. Ya no existen "reglas" fijas. Y cuando
    estas existen son modificadas sin que se lo consulte como
    empresario.

    Usted puede tener dinero en una
    entidad bancaria el viernes y espera poder retirarlo el
    día lunes siguiente, pero eso está en su cabeza
    solamente. Y usted – luego de un par de experiencias donde
    aprende que las reglas de juego no
    existen claramente y que cuando sí existen pueden ser
    modificadas en contra suyo – siente en su cuerpo "de una
    manera que no condice con lo que usted tiene en su cabeza" (otra
    vez metafóricamente).

    Y nosotros humildemente solamente podemos llegar a
    asegurarle a usted como empresario – y lo hacemos con el
    enorme respeto que le
    tenemos por ser usted quien realmente crea trabajo genuino – que
    es muy difícil para un empresario resultar exitoso en su
    negocio cuando existe una brecha entre lo mental y lo corporal /
    afectivo. Y eso que hemos explorado solamente la primera de las
    habilidades prácticas a que hace referencia Daniel
    Goleman.

    Podemos seguir, pero nosotros también somos
    empresarios dentro del área de conocimiento y
    no quisiéramos aburrirle sin estar seguros de que
    estamos haciendo una contribución genuina.

    Con la auto-conciencia (que es solamente una
    habilidad práctica) hemos de estar en condiciones de saber
    quienes son los Clientes que contribuyen a nuestra empresa y
    también podremos reconocer quienes de todos los que
    conforman nuestro personal realmente hacen aportes genuinos
    … y también hemos de poder reconocer quienes "no
    son nuestros amigos", más puntualmente, quienes son
    nuestros enemigos.

    Usted puede contactarnos, si es que percibe que las
    habilidades prácticas de la Inteligencia Emocional le
    pueden ser de ayuda, a:
    haciendo mención que es un lector de la
    página: www.ciar

    Sus sugerencias y comentarios como así
    también recomendaciones son muy bienvenidas.

    Muchas gracias por compartir.

     

    Eric Gaynor Butterfield

    Presidente The O. D. Institute International, Latin
    America

    www.theodinstitute.org

    Board Member of The O. D. Institute – Worldwide
    (The Leading Institution in Organization Development)

     

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