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Evolución de los envases inteligentes en la industria alimenticia



    1. Clasificación de los
      envases
    2. Envases
      Activos
    3. Sistemas para el control de la
      humedad
    4. Sistemas absorbentes de
      etileno
    5. Sistemas absorbentes de
      o2
    6. Sistemas para el control del
      co2
    7. Sistemas de envasado
      antimicrobiano
    8. Sistemas de envasado con
      adición de aditivos para usos
      específicos
    9. Envases
      inteligentes
    10. Indicadores
      tiempo-temperatura
    11. Nuevas tendencias de los envases
      inteligentes
    12. Bibliografía
    13. Anexos

    INTRODUCCION.

    Los alimentos han
    sido envasados o empacados en muy diversas maneras desde hace
    miles de años. Sin duda lo primero que el hombre
    aprendió a envasar fue el agua, y
    lentamente esta práctica se extendió a otros
    productos
    porque los mantenía limpios, secos, no se contaminaban con
    otros elementos, hacía fácil el transporte e
    impedía que los insectos u otros animales los
    consumieran. La experiencia también enseñó
    que el envasado ayudaba a preservar los alimentos al protegerlos
    de agentes ambientales dañinos como el agua, el
    aire o la
    luz.

    Las características de los envases con comodidades son tan
    numerosas como diferentes. Son ligeros y, por tanto, manejables;
    se pueden abrir y cerrar de nuevo sin necesidad de utensilios,
    llevan una etiqueta de seguridad para
    garantizar su autenticidad; es posible calentar los alimentos o
    acabar de prepararlos en su envase tanto en el microondas
    como en el horno; son reciclables o se pueden aprovechar para
    otros usos y su tamaño es el correspondiente a un
    determinado número de porciones. Además, los
    productos envasados se distinguen por su largo período de
    conservación.

    En nuestra sociedad el
    papel del envase es esencial para la comercialización de cualquier producto. En
    las últimas décadas el envasado ha adquirido un
    papel fundamental desde el punto de vista del marketing y de
    la conveniencia para el consumidor. Por
    una parte, los métodos
    modernos de marketing necesitan un envasado atractivo que
    comunique algo al consumidor para que de esta forma el consumidor
    adquiera el producto.

    Hasta comienzos de este siglo, los envases de alimentos
    eran esencialmente rígidos (frascos, latas, bidones,
    barriles); y se fabricaban básicamente apelando al uso de
    metales
    (predominantemente acero) y vidrio.

    En la actualidad se dispone de una amplia gama de
    envases y embalajes de muy diversos materiales y
    características para satisfacer la demanda de la
    gran cantidad de productos alimentarios que existen en la
    actualidad. Debido a esta enorme variabilidad de productos no es
    posible el uso de un envase ideal que sea válido para
    todos ellos y, por tanto, es necesario seleccionar para cada uso
    el envase y tecnología de
    envasado más adecuado en función de
    distintos parámetros como son las características
    del producto, forma de transporte y distribución comercial, vida útil
    esperada, costos,
    posibilidad de reutilización o reciclado de los
    materiales, compatibilidad medio ambiental etc.

    ENVASE es, según la Directiva Europea
    94/62/CE, todo producto fabricado con cualquier material de
    cualquier naturaleza que
    se utilice para contener, proteger, manipular, distribuir y
    presentar mercancías, desde materias primas hasta
    artículos acabados, y desde el fabricante hasta el usuario
    o consumidor. Los objetos desechables con estos mismos fines se
    considerarán también envases.

    Palabras claves: alimentos envasados, envases
    activos e
    inteligentes.

    DESARROLLO

    Clasificación de los
    envases.

    Existen varias clasificaciones de envases, según
    el uso o la función que realice, el material con el que se
    confeccione, Etc.

    Según el material:

    • Flexible.
    • Rígido.

    Según su función de barrera entre el
    alimento y el medio:

    • Pasivos.
    • Activos. (Inteligentes o no).

    Envases
    Activos:

    Existe una gran cantidad de opiniones en cuanto a la
    definición de envase activo dada por diversos autores.
    Rooney considera que un envase puede calificarse como activo
    cuando desarrolla alguna otra función que la de
    proporcionar una barrera inerte frente a las condiciones
    externas.

    Hotchkiss presenta la definición de envase
    activo
    , aquel que interacciona directamente con el producto y
    / o con su entorno para mejorar uno o más aspectos de su
    calidad o
    seguridad; y por oposición también habla de
    envases pasivos, aquellos que actúan como una
    barrera pasiva para separar el producto del medio
    ambiente. De otro modo podemos definir el envase activo como
    el sistema
    alimento-envase-entorno que actúa de forma coordinada para
    mejorar la salubridad y la calidad del alimento envasado y
    aumentar su vida útil. Fernández lo concibe como
    toda técnica que pretende algún tipo de interacción favorable entre el envase y el
    producto, con el objeto de mejorar su calidad y
    aceptabilidad.

    Muchos materiales nuevos y combinaciones de ellos se han
    desarrollado para volver activos los envases pasivos. Por
    ejemplo, existen innovaciones en los envases pasivos que
    incrementan la función de proteger (sirviendo de barrera)
    al producto del ambiente.
    Sería el caso de seleccionar materiales impermeables o de
    permeablilidad selectiva, a fin de que los envases se ajusten a
    productos que respiran. En la mayoría de los casos, las
    recientes innovaciones están ligadas al costo y a la
    optimización del desempeño de la función barrera del
    envase.

    Con un envase activo, se logra aumentar la vida
    útil del alimento. Ello suele ser sinónimo de
    proteger contra agentes responsables de alteración, ya sea
    ésta física, química,
    enzimática o microbiológica. Con el envasado
    tradicional manteníamos estáticos los niveles de
    los parámetros causantes de procesos de
    degradación. Sin embargo en este tipo de envasado
    introducimos un dinamismo, incremento o disminución de
    variables, que
    va a actuar a nuestro favor. Las interacciones beneficiosas
    creadas entre alimento y envase pueden basarse en la
    regulación del contenido en gases
    (oxígeno, dióxido de carbono,
    etileno, etc); en el control de la
    humedad (aditivos antivaho, absorbentes, etc); en la acción
    de diversas enzimas (control
    del colesterol y la lactosa); en la liberación de
    sustancias antimicrobianas (etanol, agentes quelantes, ácidos
    orgánicos, dióxido de azufre o de cloro,
    antibióticos, bacteriocinas, fungicidas.

    Reconocemos muchas de las ventajas que nos ofrecen los
    envases activos en sus diferentes manifestaciones:

    • Capacidad de respuesta del envase frente a los
      cambios que en el se producen
    • Realización de operaciones
      como calentamientos, enfriamiento, o fermentaciones, que se
      pueden ya realizar dentro del mismo envase
    • Reducción del empleo de
      aditivos o conservantes, que recordemos inquietan al
      consumidor, pudiendo incorporarse en el mismo
      envase
    • Reducción de costes en envasado bajo
      técnicas de atmósfera modificada, ejerciendo un
      control de ésta en productos individuales
      (anteriormente sólo se era posible en productos a
      granel).

    Podemos distinguir dos formas básicas de
    actuación según el componente activo se encuentre
    en el interior del envase activo o bien forme parte del material
    de envasado, es decir incluyendo el componente activo en todo el
    material de envase, o gracias a la utilización de sobres,
    bolsitas o etiquetas que contiene el producto activo. Esta
    última posibilidad no exige cambios en el diseño
    del envase, pero impone una separación física
    segura y estable para impedir el contacto de ese componente con
    el alimento.

    Como alternativa al uso de bolsas se están
    desarrollando materiales para envasado, películas
    sintéticas y comestibles
    , que contienen el principio
    activo en su estructura
    (aditivos, agentes antimicrobianos, enzimas,…). Se basa en
    fenómenos deseables de migración,
    ya que se ceden al producto envasado sustancias
    beneficiosas.

    Como ventajas de esta técnica cabe destacar que
    se consigue que toda la superficie del componente activo entre en
    contacto con el producto y que el consumidor no encuentre
    ningún elemento extraño en el producto
    adquirido.

    A la hora de envasar un producto se tienen en cuenta una
    serie de variables como son: Contenido de humedad, etileno,
    oxígeno, dióxido de carbono y la carga microbiana
    que pudiera estar presente.

    Con vistas a eliminar los daños que pueden
    ocasionar estos factores al alimento se presentan una serie de
    sistemas para su
    control.

    SISTEMAS PARA
    EL CONTROL DE LA HUMEDAD

    Absorbentes de humedad: Se emplean para
    retener los líquidos que puedan desprenderse por
    exudación del producto envasado. Básicamente
    consisten en un polímero superabsorbente y granular (sales
    de poliacrilato, amidas modificadas o copolímeros de
    almidón) protegidos por dos capas de polietileno o
    polipropileno. Estos dispositivos se suelen colocar en las
    bandejas de comercialización de productos frescos, entre
    ellos los vegetales.

    Plásticos con aditivos antivaho:
    Estos aditivos, del tipo de los etoxilatos no iónicos o
    monoglicéridos, presentan el grupo apolar
    unido al plástico y
    el polar en la interfase. Su función será reducir
    la tensión superficial del agua condensada en el interior
    del plástico haciendo que las gotas se unan y formen una
    película continua manteniendo la transparencia del
    envase.

    Reguladores de humedad: Buscan disminuir
    la humedad relativa en el interior del envase controlando,
    así, el desarrollo
    microbiano.

    Generalmente en el mercado se
    utilizan sobres en los que la materia activa
    puede ser gel de sílice, óxido de calcio o algunas
    sales de cloruro sódico, existiendo también
    etiquetas con la misma función. A nivel de materiales de
    envasado que contengan compuestos absorbentes en su propia
    estructura tenemos como ejemplo el propilenglicol, sustancia
    absorbente protegida por dos capas de plástico
    (polivinilalcohol) muy permeables al vapor de agua.

    Películas comestibles:
    Generalmente se utilizan en forma de ceras para evitar la
    deshidratación de frutas y hortalizas y mejorar la
    apariencia comercial. También se pueden utilizar
    películas mixtas a base de derivados de celulosa,
    gomas, gluten, almidón, combinados con sustancias
    lipídicas ya que éstas ofrecen una importante
    barrera a la humedad, pero pueden tener problemas de
    estabilidad (fundamentalmente fenómenos de
    oxidación), e influir en la textura y
    características organolépticas.

    SISTEMAS
    ABSORBENTES DE ETILENO

    Para eliminar el etileno de la atmósfera que
    rodea al producto se utilizan sustancias con capacidad de
    ab-/adsorción. A nivel comercial destacan:

    • permanganato potásico (KMnO4)
      inmovilizado sobre sustrato mineral inerte como perlita,
      alumina, zeolita, carbón activo, gel de sílice,
      cristobalita. El KMnO4 actúa oxidando el
      etileno a etilenglicol y éste a CO2 y
      agua).
    • metales catalizadores (paladio,…) sobre
      carbón activo, éste absorbe al etileno y el
      catalizador lo degrada.

     Bolsas o sobres: Es una de las formas
    que podemos encontrar en el mercado, los compuestos anteriores se
    presentan en el interior de bolsas que colocaremos en el interior
    del envase.

    Películas plásticas
    absorbedoras de etileno:
    En este caso el componente
    absorbente forma parte de la estructura de la película
    plástica o se disgregan sobre ella.

    SISTEMAS
    ABSORBENTES DE O2

    Como materia activa absorbente de oxígeno se
    suele utilizar: ácido ascórbico, sales de hierro o
    sistemas enzimáticos como la glucosa
    oxidasa/catalasa.

     Bolsas o sobres: Los absorbedores de
    oxígeno están constituidos por sustancias
    fácilmente oxidables contenidas en pequeñas bolsas
    con capacidad de absorción de oxígeno variable, de
    los 5 a los 2000 ml. Estos dispositivos consiguen llegar a
    valores
    inferiores al 0,01% de oxigeno
    residual en el envase.

    Como principales ventajas de este sistema destacan:
    fácil de usar, previene el crecimiento microbiano, evita
    el desarrollo de sabores, aromas y colores
    indeseables en el alimento, mantiene la calidad del producto sin
    usar aditivos, menores costes en equipos generadores de gases,
    así como en productos químicos para prevenir el
    daño
    por insectos. En cambio, su uso
    no es posible en alimentos líquidos.

    Para ser efectivos, se han de utilizar con envases lo
    más impermeables posible al oxígeno siendo los de
    aluminio, EVOH
    (alcohol
    vinílico) y PVDC (policloruro de vinilideno), los
    más adecuados.

    Películas plásticas
    absorbedoras de oxígeno:
    Son plásticos
    formados por polímeros absorbentes o bien las
    moléculas activas se disuelven o disgregan en la
    lámina de envase, es decir, el material absorbente puede
    estar incluido en la estructura del sólido o disponerse
    como adhesivo, tinta, laca o esmalte. A diferencia de los
    dispositivos anteriores, las películas mantienen toda su
    superficie en contacto con el alimento a desoxigenar o para
    protegerlo de la entrada de oxígeno del
    exterior.

    Películas comestibles: Son
    recubrimientos con permeabilidad selectiva a los gases lo que
    permite reducir la degradación de algunas frutas y
    hortalizas. Las mejores son de naturaleza proteica y las
    constituidas por polisacáridos.

    SISTEMAS PARA
    EL CONTROL DEL CO2

     Bolsas o sobres: Podemos encontrarnos
    con absorbedores de CO2 donde la materia activa es
    hidróxido cálcico o carbón activo, o bien
    con emisores de CO2 a base de bicarbonato
    sódico. Es interesante que los envases en los que sean
    utilizados, la permeabilidad al dióxido de carbono sea
    mínima, para ello se suele utilizar PVDC (policloruro de
    vinilideno). A nivel comercial encontramos sobres con una doble
    función: emisores de CO2 y absorbedores de
    O2.

    Películas comestibles: Son
    recubrimientos con permeabilidad selectiva a los gases lo que
    permite reducir la degradación de algunas frutas y
    hortalizas. Interesa una alta permeabilidad al CO2.
    Las más adecuadas están constituidas por proteínas
    y polisacáridos, con mayor permeabilidad al CO2
    que al O2.

    SISTEMAS DE
    ENVASADO ANTIMICROBIANO

    Podemos hacer uso de compuestos con acción
    antimicrobiana: etanol, dióxido de azufre, dióxido
    de cloro, ácidos orgánicos, aceites esenciales,
    compuestos quelantes (EDTA), metales (plata), enzimas (glucosa
    oxidasa, muramidasa), bacteriocinas, antibióticos y
    fungicidas. En cuanto a las distintas formas de
    presentación:

    Sobres: El etanol es un buen agente
    antimicrobiano resultando efectivo en forma de vapor. Bajas
    concentraciones de alcohol ( 20% v/v) demuestran tener una
    acción persistente sobre los microorganismos. Generalmente
    se presenta en sobres donde el etanol está adsorbido a gel
    de sílice liberándose gradualmente a través
    de las paredes del mismo cuya permeabilidad es selectiva. El uso
    de estos dispositivos debe acompañarse con
    plásticos de envase con impermeabilidad media / alta al
    etanol, permeabilidad menor a 2
    g/m2/día.

    Otras sustancias con efecto antimicrobiano y que pueden
    presentarse en sobres son: dióxido de carbono y
    dióxido de azufre.

    Películas plásticas
    antimicrobianas:
    Constituyen una técnica de gran
    potencial puesto que permiten una lenta liberación e
    incorporación al alimento de sustancias bactericidas o
    funguicidas perfectamente compatibles con los alimentos.Algunas
    de las materias activas utilizadas como aditivos en
    películas plásticas con efecto antimicrobiano son:
    iones de plata, ácidos orgánicos, enzimas (nisina,
    muramidasa).

    Películas antimicrobianas
    comestibles:
    Pueden aplicarse para controlar y modificar las
    condiciones superficiales, reduciendo algunas de las reacciones
    deteriorativas . El mantenimiento
    de la estabilidad microbiana puede obtenerse usando
    recubrimientos comestibles con acción antimicrobiana y
    combinarlos con refrigeración y atmósfera
    controlada. Para las frutas se suelen utilizar ceras con
    adición de ácido sórbico y sorbatos como
    antifúngicos.

    SISTEMAS DE
    ENVASADO CON ADICIÓN DE ADITIVOS PARA USOS
    ESPECÍFICOS

    El consumidor cada vez está más preocupado
    por la presencia de aditivos en los alimentos. Resulta de gran
    interés
    incorporar parte de ellos en los envases con lo que conseguimos
    que la liberación de los mismos al alimento se haga de
    forma gradual y que su contenido en el propio alimento se vea
    reducido. Así, podemos incorporar aromas, edulcorantes,
    nutrientes, antioxidantes
    (BHT, vitamina E), enzimas.

    Para el caso de los zumos de cítricos se pueden
    desarrollar sabores amargos debidos a la presencia de narangina
    (uno de los principales compuestos amargos en los cítricos
    encontrándose en el zumo en cantidad equivalente a cien
    partes por millón) y limonina. Se están estudiando
    envases de triacetato de celulosa y de papel acetilado que
    incorporen inmovilizada la enzima naringinasa. Cuando el zumo
    entra en contacto con el polímero, la enzima hidroliza los
    azúcares de la narangina y al mismo tiempo la
    limonina es absorbida por la película de éster de
    celulosa.

    Envases
    inteligentes.

    Los que se pueden considerar como un caso
    específico dentro de los envases activos son los llamados
    Envases Inteligentes, los que son motivo de una amplia
    discusión a nivel mundial.

    Estos envases despiertan un gran interés en la
    industria alimentaria y la prueba de ello radica en que se
    está produciendo actualmente un gran esfuerzo en el
    desarrollo e investigación de este tipo de envases. Los
    envases activos e inteligentes pueden ser vistos como la
    próxima generación en el envasado de
    alimentos.

    Las finalidades de los llamados envases inteligentes son
    diferentes, y ello justifica su separación con una
    designación especial. Su acción posibilita un
    sueño en las pretensiones del consumidor del mundo
    moderno, siendo el envase mismo el que habla de su calidad o de
    los sucesos que han marcado su procesado, actuando como chivato
    de posible mal estado o
    degradación, así como de un mantenimiento,
    transporte o distribución inadecuada.

    Como "envases inteligentes" se clasificarían
    aquellos que utilizan bien propiedades, bien componentes del
    alimento o de algún material del envase como indicadores
    del historial y calidad del producto; se trata fundamentalmente
    de indicadores de tiempo-temperatura,
    indicadores de calidad microbiológica, indicadores de
    oxígeno o dióxido de carbono.

    Dentro de este grupo se encuentran los envases que
    portan etiquetas, tintes o esmaltes, que se utilizan como
    indicadores de la calidad, seguridad o tratamiento del producto
    envasado. Se fundamentan en reacciones
    físico-químicas, enzimáticas u otras, que
    dan lugar, generalmente al cambio de color del
    dispositivo, señalando de esa forma el daño o
    cambio que tuvo lugar en el alimento.

    INDICADORES
    TIEMPO-TEMPERATURA

    Los indicadores tiempo – temperatura son una parte del
    desarrollo en envases activos que ofrecen al consumidor la
    información que éste requiere, como
    la estimación de la calidad, integridad y autenticidad del
    producto.

    Existen dos tipos de dispositivos, aquellos que reflejan
    el efecto acumulativo de tiempo y temperatura por la exposición
    del producto a temperaturas superiores a un nivel crítico
    (indicadores tiempo-temperatura, TTI), y aquellos que informan si
    el producto ha sido sometido a temperaturas superiores o
    inferiores a un valor umbral
    (indicadores temperatura, TI).

    Los indicadores de temperatura
    (TI) consisten en unas etiquetas adheridas al envase que
    informan de la historia térmica del
    producto basándose en distintos principios
    físico-químicos, tales como reacciones
    enzimáticas, fusión de
    compuestos, procesos de polimerización?; reacciones que
    deben ser sensibles a las variaciones de temperatura gradual e
    irreversiblemente, siendo los dispositivos activos continuamente
    o de activación previa.

    Los indicadores de tiempo y temperatura (TTI), a
    su vez, pueden clasificarse en indicadores de historia parcial
    que no responderán a menos que se sobrepase la temperatura
    umbral, y en indicadores de historia completa, que
    responderán independientemente de la temperatura crítica.

    Además, existen una serie de
    características que se les exigen a los indicadores, tales
    como que sean fácilmente activables y de uso sencillo,
    deben presentar una respuesta exacta e irreversible, con
    correlación con el deterioro del producto y con la cadena
    de distribución de tiempo y temperatura.

    SISTEMAS INDICADORES

    Los sistemas indicadores tiempo-temperatura constituyen
    uno de los sistemas de envasado activo más extendidos
    actualmente, de hecho existen más de un centenar de
    patentes en el mercado, de las cuales un elevado porcentaje son
    europeas.

    A continuación se enumeran y explican brevemente
    algunos tipos de etiquetas indicadoras presentes en el
    mercado.

    Los termómetros graduados de Cristal
    Líquido pueden presentarse en diferentes formatos como
    etiquetas adhesivas o diseñadas para mostrar
    temperaturas seleccionadas como el Hemotemp II.

    El indicador Freezewatch es un simple indicador
    irreversible de temperatura, que al alcanzar una temperatura de –
    4 ºC, el líquido contenido en una ampolla se
    descongela y moja el papel indicador.

    Chillchecker contiene un papel indicador separado
    de un reservorio poroso que contiene un compuesto coloreado; al
    ponerse en contacto por presión y
    alcanzarse la temperatura de descongelación se
    producirá la modificación del
    dispositivo.

    Los indicadores 3M Monitormark son indicadores de
    historia parcial que consisten en papel secante donde hay
    incorporados productos químicos con un punto de
    fusión característico y un compuesto azul, y una
    guía por donde difundirán los productos
    químicos una vez alcanzado el punto de fusión;
    ambas partes del dispositivo están separadas por una
    película de poliéster que se quitará para
    activar el indicador.

    Las etiquetas I Point son indicadores de historia
    completa que muestran respuesta independientemente de la
    temperatura umbral. El dispositivo consiste en dos partes, una
    contiene una solución enzimática, la otra una
    sustancia lipídica y un indicador de pH. Para
    activarlo, se rompe la separación entre las partes y ambos
    compuestos se mezclan. Mientras la reacción tiene lugar,
    la sustancia lipídica se hidroliza y el cambio de pH se
    observa con una variación de color. La reacción es
    irreversible y será más rápida cuanto
    más se incremente la temperatura, y más lenta si
    ésta se reduce.

    Las etiquetas Lifelines Fresh-Scan ofrecen
    también una historia completa independientemente de la
    temperatura umbral. Este sistema consiste en tres partes,
    indicador que contiene compuestos polímeros que cambian de
    color como resultado de una acumulación de
    exposición de temperatura, un microcomputador con banda
    óptica
    para leer el indicador, y un software para el análisis de datos.

    Los indicadores Lifelines Fresh-Check son
    etiquetas con un anillo central polimérico que, por
    acción de la temperatura, se oscurece, informando al
    consumidor de no consumir el producto.

    Marupfroid (París, Francia) ha
    desarrollado una etiqueta de historia parcial basada en el punto
    de fusión del hielo. Se coloca dentro del envase y cuando
    el producto se descongela se observa externamente la respuesta
    del indicador que consiste en un cambio de color del
    mismo.

    Oscar Mayer Foods Corp. (Madison, USA) ha desarrollado
    un indicador de frescura de los productos, basado en un
    dispositivo con un compuesto sensible a los cambios de
    pH.

    Imago Industries (La Ciotat, Francia) ha lanzado su
    reutilizable marcador de temperatura, cuyo elemento principal es
    una aleación con memoria de forma,
    ya que "memoriza" dos formas distintas según temperaturas
    predeterminadas.

    Una patente de Microtechnic (Alemania)
    utiliza la alineación de dos imanes como indicador de la
    descongelación de la comida congelada.

    De los dispositivos citados anteriormente, los tres
    más importantes en la actualidad son: 3M
    Monitormark
    , las etiquetas I Point y Lifelines
    Fresh-Scan
    y Fresh-Check; las cuales han sido objeto
    de numerosos tests independientes de validación en
    diferentes alimentos y por distintos autores.

    Limitaciones.

    Los productos refrigerados y congelados deben
    almacenarse a temperaturas adecuadas, las cuales además
    deben permanecer constantes. Sin embargo, existen ciertos puntos
    de la cadena de distribución en los que se alcanza la
    temperatura ambiente, periodos que deben ser lo más cortos
    posibles. Actualmente, la mayoría de los indicadores no
    responden rápidamente ante estos regímenes de
    temperatura. Además presentan otros inconvenientes como
    aquellos relacionados con la reproducibilidad, sensibilidad al
    abuso de temperatura durante tiempos cortos, la respuesta a la
    temperatura ambiente pero no necesariamente a la temperatura del
    alimento, y sus costes.

    Por otra parte, cada indicador debería ir
    acompañado de una serie de aclaraciones para el productor,
    distribuidor… sobre cual es la temperatura umbral precisa, o la
    combinación tiempo-temperatura a la que responde el
    indicador, y así optimizar el uso del mismo.
    Además, este tipo de indicadores no deben suponer un
    riesgo para el
    consumidor en caso de ingestión.

    OTROS TIPOS DE INDICADORES.

    Además de las etiquetas indicadoras de
    temperatura, existen también indicadores de O2
    y CO2, que tienen como objetivo
    controlar el correcto envasado de los productos, la existencia de
    fugas en el envasado aséptico o en las atmósferas
    modificadas. Estos dispositivos se basan, fundamentalmente, en
    reacciones
    químicas y/o enzimáticas que ocasionan un
    cambio de color en el indicador. El ejemplo típico de este
    tipo de indicadores es el Ageless Eye (Mitsubishi Gas Chemical,
    Japón),
    que acompañando al absorbente de oxígeno cambia de
    color en función de la concentración del gas en el
    interior del envase, será de color rosa si ésta es
    inferior al 0,1% y azul si la concentración supera el
    0,5%. Su uso está más generalizado en Japón,
    sin embargo presentan el inconveniente de que pueden ofrecer una
    información errónea debido al consumo de
    oxígeno por parte de los microorganismos presentes en el
    producto, y enmascarar así la alteración del
    alimento envasado.

    Por otra parte, y también incluidos dentro de los
    indicadores de calidad/seguridad/tratamiento, se están
    desarrollando (actualmente en estudio) los indicadores de
    crecimiento microbiano, los cuales se basarían en la
    detección de distintos metabolitos volátiles como
    CO2 , acetaldehído, amoníaco, alcoholes y
    ácidos grasos, así como en la indicación de
    cambios de pH debido a la presencia de
    microorganismos.

    NUEVAS TENDENCIAS
    DE LOS ENVASES INTELIGENTES.

    En la actualidad existe una necesidad creciente en el
    mercado por el aumento de la comodidad en la manipulación
    y preparación de los alimentos, que es sin duda alguna una
    tendencia universal. El refinamiento de las soluciones
    aumenta al mismo ritmo que las pretensiones de los clientes de los
    supermercados. Un buen ejemplo de ello son aquellos envases a los
    que se les agregó un elemento refrigerante o calorífero.

    Evases Caloríferos.

    A finales de 2001 se lanzó al mercado en Estados Unidos y
    en el Reino Unido una técnica perteneciente al segmento de
    los envases que se calientan automáticamente. Se trata de
    un recipiente de una sola pieza y sin costura, de plástico
    moldeado por inyección, que tiene como particularidad
    varias cámaras interiores con las que se produce el
    calentamiento automático, por efecto de una
    reacción exotérmica que se produce cuando el
    consumidor despega una lámina y presiona en el fondo del
    recipiente. Los elementos que intervienen en el proceso
    químico son piedra caliza molida y agua pura.

    Envases Refrigerantes.

    En Estados Unidos y en consonancia con los
    hábitos de consumo de ese país, la
    refrigeración es uno de los objetivos de
    la industria de envases y embalajes. "Instant Cool" (I.C.) se
    llama un método
    tecnológico de actualidad, según el cual para que
    se refrigere un envase tienen que incorporar un condensador, un
    colector de vapor y un desecativo a base de sal, porque los vahos
    y el líquido que se producen a raíz de la
    activación tienen que ser recogidos en el fondo del
    envase. Este procedimiento es
    aplicable en envases rígidos, como latas y botellas, y en
    bolsas. Hay noticias de
    que por este método la temperatura del envase y de su
    contenido ha descendido en pocos minutos en casi 17º C
    (30º F). Los expertos esperan que las dos empresas
    estadounidenses que han inventado este procedimiento concedan
    licencias en exclusiva correspondientes a diversos tipos de
    recipientes y regiones del globo.

    De la refrigeración se ocupa asimismo otra
    innovación denominada "Instantcool". Este
    procedimiento patentado parece ser que es aplicable a recipientes
    de aluminio. El proceso de refrigeración se inicia al
    abrir el bote. La universidad de
    California ha seguido la labor de desarrollo del fabricante
    californiano. También en este caso se confía en que
    el negocio prospere mediante licencias nacionales e
    internacionales.

    Además se conoce una tercera vía que fue
    desarrollada tratando de minimizar los costos. Se trata de un
    pequeño accesorio que puede ser incorporado en botellas
    normales, latas y cajas de cartón, si bien ocupa
    ahí casi un tercio de la capacidad del
    recipiente.

    Técnicamente se trata de una pequeña bolsa
    de vinilo llena de agua. Al ser abierto el envase, el
    líquido contenido en la bolsa refrigerante es comprimido y
    se evapora. A su vez, el vapor substrae calor al producto, de
    modo que éste se enfría. El vapor que se precipita
    en la bolsa es captado mediante una materia secante a base de
    arcilla. También en este caso es considerable el descenso
    de la temperatura, según indica el fabricante. Con
    "CoolBev", la temperatura del producto baja 18º C (32º
    F) en dos o tres minutos.
    Envases que hablan.

    Los envases del mañana reflejarán los
    avances técnicos y además de brindar comodidad al
    consumidor serán una ayuda en la cocina y en el trabajo
    doméstico. Ahora los fabricantes de
    electrodomésticos están actuando en
    cooperación con universidades e institutos de
    investigación con el propósito de presentar a la
    industria de artículos nuevos modelos que
    según indican investigadores de la Universidad Rutgers de
    New Jersey (EE UU), combinará la tecnología
    alimentaria con el desarrollo de envases y embalajes y
    aplicaciones informáticas.

    El objetivo es proyectar envases que emitan mensajes
    inteligentes. A título de ejemplo, cabe imaginarse la
    aparición de envases provistos de código
    de barras que transmitan a diversos aparatos de cocina la
    información que sea necesaria para elaborar cualquier
    plato o la referente al plazo de caducidad. De esa manera se
    podrá crear el entorno técnico óptimo para
    el producto, si el menaje de cocina dispone de posibilidades para
    "entenderse" con el envase.
    Al consumidor, el trato con el producto le resultará
    más sencillo y más cómodo que hasta ahora,
    pues ya no tendrá que ocuparse de nada en cuanto a la
    conservación y a la elaboración de los alimentos.
    Mejores oportunidades comerciales se vislumbran ante todo en
    relación con aquellos consumidores que tienen las
    facultades visuales disminuídas. Por eso, los
    códigos de barras nuevos contendrán
    información de seguridad. También es probable que
    se incluya información de interés para
    alérgicos y datos relativos al período de
    conservación a diversas temperaturas o a posibles acciones
    pretéritas de retirada de productos por el fabricante.
    Desde luego, el desarrollo se encuentra todavía en la fase
    inicial, pero los ingenieros se muestran entusiasmados de las
    posibilidades que ofrecen los envases inteligentes y asimismo las
    empresas envasadoras ya han demostrado un vivo interés por
    el asunto. Los consumidores partidarios de la comodidad
    impulsarán en todo el mundo la demanda de productos
    alimenticios contenidos en envases de esta
    índole.

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      De la protección pasiva a la defensa activa de los
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    ANEXOS

    Cuadro 1. Ejemplos de sistemas de envases
    activos.

    (Fuente: Fernández, 2000)

    Técnica

    Dispositivo

    Principio /
    reactivo

    Aplicación

    Absorbentes de humedad

    láminas

    Sales de poliacrilato

    Amidas modificadas

    productos frescos

    Reguladores de humedad

    sobres

    etiquetas

    películas

    Gel de sílice

    Propilenglicol

    Ceras

    verduras frescas

    Tratamientos antivaho

    películas

    Etoxilatos no iónicos

    Monoglicéridos

    verduras frescas

    Absorbentes de O2

    sobres

    etiquetas

    bandejas

    películas

    Hierro en polvo

    Ácido ascórbico

    Enzimas (glucosa oxidasa)

    todo tipo de alimentos

    Emisores de CO2

    sobres

    Bicarbonato sódico

    verduras

    Absorbentes de CO2

    sobres

    Hidróxido cálcico

    Carbón activo

    frutas

    Absorbentes de etileno

    sobres

    películas

    Reactivos (permanganato
    potásico)

    Materiales absorbentes (carbón activo,
    zeolita)

    verduras frescas

    Envasado antimicrobiano

    sobres

    películas

    Etanol

    Ácidos orgánicos

    Plata

    Enzimas (glucosa oxidasa)

    Bacteriocinas

    frutas

    Incorporación de aditivos

    películas comestibles

    Aromas

    BHT

    frutas

    Indicadores

    Temperatura

    O2/CO2

    Crecimiento microbiano

    Polimerización

    Fusión de compuestos

    Reacciones enzimáticas

    Indicadores redox

    Reacciones enzimáticas

    Indicadores de pH

    Detección de metabolitos

    cadena de frío

     

     

    Datos del autor.

    Lic. Maydel Hernández Ruiz

    ,

    Licenciada en Química.

    Profesora de Química de Los Alimentos.

    Facultad de Química – Alimento. Universidad de
    Camagüey.

    Camagüey. Cuba.

    Categoría de la monografía.

    Ciencia y Tecnología.

    Monografía escrita en diciembre 2005.

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