Indicadores de gestión de enseñanza de la Universidad del Zulia
- Resumen
- Introducción
- Características
de la institución - Planteamiento
del problema - Marco
teórico - Marco
metodológico - Análisis
de la información - Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
Durante
más de una década en Venezuela se han venido realizando esfuerzos
para desarrollar indicadores, definiciones, clasificaciones y metodologías
de medición que, aplicados a las casas de estudios, contribuyan a mejorar
el conocimiento del estado y la dinámica de la docencia y la investigación
en las universidades.
Antecedentes significativos al respecto
han sido los cuestionarios y encuestas que al respecto aplica el CONICIT, la OPSU
y el CNU para la acreditación de Programas de estudios de IV nivel. Recogiendo
los resultados obtenidos de algunos talleres y transformando algunos elementos
de estos ejercicios, la Universidad del Zulia desarrolló en el lapso de
octubre de 2000 y noviembre de 2002 un procedimiento de evaluación que
suministra la información en relación con procesos evaluativos en
las diferentes instancias o niveles y que ha aplicado en los últimos años.
El presente trabajo tiene como finalidad la construcción
de un Manual de indicadores de gestión de enseñanza adaptado a las
necesidades de la Facultad de Odontología de la Universidad del Zulia,
tomando como fuente de información el Manual de indicadores de La Universidad
del Zulia y las encuestas del CONICIT y La Facultad de Odontología.
PALABRAS
CLAVES: Indicadores de Gestión, enseñanza, División de
Estudios para Graduados, Instituto de Investigaciones.
ABSTRACT
For
more than a decade, in Venezuela they have made efforts to develop indicators,
definitions, classifications and methods of measuring, that applied to institutions,
have contributed to improve our knowledge of the status and dynamics of university
teaching and research. Consequently, significant records on this field are applied
by The CONICIT (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas), The OPSU
(Oficina de Planificación del Sector Universitario) and The CNU (Consejo
Nacional de Univerisdades) to certify and accredit post-graduate programs. Focusing
on the results of specialized workshops and changing some of their elements, the
University of Zulia developed, from October 2000 to November 2002, an evaluation
procedure that provided information related with the evaluation processes at different
levels. This procedure has been applied during the past years. This study intends
to design an indicator manual, based on the information from the management indicators
manual of LUZ and surveys from The CONICIT and The FACOLUZ (Facultad de Odontología
de La Universidad del Zulia), to be adapted to a needs analysis of the Faculty
of Dentistry.
KEY WORDS: Performance indicators,
teaching, Division of Graduate Studies, Investigation´s Institute.
El
presente trabajo fue realizado en la Facultad de Odontología de la Universidad
del Zulia, específicamente en la División de Estudios para Graduados
e Instituto de Investigaciones, con la finalidad de construir un manual de indicadores
de gestión de enseñanza para estas direcciones.
La Facultad de Odontología es una institución
pública cuya finalidad esencial radica en tres principios: Docencia, Investigación
y Extensión y dada su importancia surge la presente investigación
estructurada metodológicamente en cinco capítulos.
El
capítulo I describe las características de la institución,
la actividad a la que se dedica y su estructura organizativa.
En
el capítulo II se hace referencia al planteamiento del problema y la justificación
de la investigación, el objetivo general y los objetivos específicos;
así como también, la delimitación de la investigación
donde se reflejan los límites espaciales y temporales del problema estudiado.
En
el capítulo III se sistematizan los antecedentes teóricos, se establecen
las bases teóricas y se definen los términos básicos para
darle mayor comprensión y un mejor sentido a la información.
El
capítulo IV comprende el marco metodológico, en el cual se describe
el tipo de estudio, las técnicas de recolección de datos empleados
en el trabajo.
Posteriormente, en el capítulo V se
desarrollan los objetivos específicos planteados en la investigación,
haciendo un análisis de la información suministrada por la institución
y por las fuentes primarias y secundarias.
Por último,
se presentan las conclusiones y recomendaciones efectuadas en base a los resultados
logrados en el estudio.
CAPITULO
I
RESEÑA
HISTÓRICA DE LA INSTITUCIÓN
La Facultad
de Odontología de la Universidad del Zulia fue creada por resolución
del Consejo Universitario, en reunión ordinaria del 10 de agosto de 1948,
e inaugurada el 15 de octubre del mismo año.
Es
a partir del primer semestre de 1952, cuando se hace mención sobre "cursos
de Postgrado en Odontología" en nuestra casa de estudios. Pero no
es sino en el año de 1968 cuando se crea una estructura académico-administrativa
para la prosecución de estudios de cuarto nivel de forma funcional y reconocida
a nivel nacional e internacional.
Así mismo, el 25
de febrero de 1959, se acordó en reunión ordinaria del Consejo Universitario
la creación del Instituto de Investigaciones, pionero a nivel nacional
en su categoría, y su inauguración se produce mediante acto solemne,
por el Rector Dr. Antonio Borjas Romero, el 23 de mayo de 1959.
ACTIVIDADES
A LAS QUE SE DEDICA
Continuando con los lineamientos
generales de la Universidad del Zulia, la Facultad de Odontología concentra
su razón de ser institucional en la Investigación, Docencia y Extensión.
En
este sentido Morón y colaboradores (1996), expresan que el modelo educativo
de la Facultad de Odontología en su tendencia actual se enmarca en los
principios curriculares que tienen su génesis en la visión, misión
y valores de la universidad venezolana, a saber: pertinencia académica
y social como principio integrador de la docencia-extensión-investigación-producción;
principio de calidad, correspondencia entre el ser y el quehacer de la institución
con su deber ser, y la integralidad y el equilibrio armónico entre la formación,
la capacitación profesional y las experiencias personales y sociales.
En
el contexto universitario, la función de docencia puede ser definida como
la actividad sistemática de planificación, desarrollo y evaluación
de los procesos de enseñanza y aprendizaje y otras actividades relacionadas
con la generación, construcción y difusión del conocimiento
en un área o disciplina determinada. Asociados a esta definición
de docencia, se consideran relevantes los atributos siguientes: dominio de la
disciplina o disciplinas objeto de la docencia; disposición manifiesta
al autodesarrollo pedagógico, actualización y desarrollo continuos;
disposición al cambio y la innovación; habilidad para estimular
la capacidad cognitiva y meta cognitiva de los estudiantes; habilidad comunicativa
y capacidad evaluativa.
En cuanto a la investigación,
se parte de la premisa según la cual debe existir una estrecha relación
entre docencia e investigación/creación, la cual se proyecte en
la función de extensión, y más ampliamente, en la función
social de la universidad. Desde esta perspectiva, la investigación/creación
abarca un amplio espectro de procesos, actividades y productos que constituyen
la expresión del talento en sus múltiples manifestaciones: científicas,
tecnológicas, artísticas y filosóficas, realizadas tanto
en forma individual como en grupo.
En relación
a la extensión, se entiende esta como la proyección en forma integrada,
de las funciones de docencia e investigación, mediante la interacción
permanente y continua con la comunidad local, regional o nacional, con el propósito
de difundir y aplicar los conocimientos científicos, tecnológicos
y humanísticos, así como de fomentar y promover actividades culturales
y deportivas y contribuir a la solución de problemas de la comunidad.
La
gestión universitaria está asociada al concepto general de gestión
o gerencia estratégica. Desde esta perspectiva, y según David (1994)
la gerencia estratégica se define como "la formulación, ejecución
y evaluación de acciones que permitirán que una organización
logre sus objetivos" (p.11) A partir de esta definición, la formulación
de estrategias supone una secuencia que incluye la identificación de las
debilidades y fortalezas internas de la organización; la determinación
de amenazas y oportunidades externas; el establecimiento de misiones; la fijación
de objetivos; el desarrollo y análisis de estrategias alternativas, y la
decisión de escoger las más convenientes.
En
el contexto específico de las universidades venezolanas, el proceso de
gestión abarca la dirección, jefatura y/o coordinación que
incluyen la formulación, ejecución y evaluación de estrategias,
acciones, operaciones y tareas, tanto en forma individual como en grupo, orientadas
a la realización de procesos y al logro de los objetivos y metas de unidades
o programas académicos en diferentes niveles de la organización.
DESCRIPCIÓN
DEL DEPARTAMENTO DONDE SE REALIZÓ LA PASANTÍA
El
Decanato de la Facultad de Odontología de la Universidad del Zulia es el
ente coordinador de las actividades que se realizan en la misma, por tanto están
entre sus funciones:
- Coordinar y vigilar, de
acuerdo con el Consejo de la Facultad, las labores de enseñanza, de investigación
y las otras actividades académicas de la respectiva Facultad. - Representar
a la Facultad en el Consejo Universitario. - Presidir
la Asamblea y el Consejo de Facultad. - Mantener
el orden y la disciplina en la Facultad, tomando las medidas pertinentes, previa
consulta al Consejo de Facultad, y de acuerdo a la Ley y su Reglamento. - Preparar
el Proyecto de Presupuesto Anual de la Facultad y presentarlo al Consejo de la
misma. Una vez aprobado por éste, presentarlo al Rector, quien lo utilizará
en la preparación del Proyecto de Presupuesto de Rentas y Gastos de la
Universidad, que deberá someter a la consideración del Consejo Universitario. - Someter
a consideración del Consejo Universitario los acuerdos y medidas adoptadas
por el Consejo o la Asamblea de la Facultad. - Proponer
al Rector el nombramiento o remoción de los empleados administrativos de
la Facultad. - Proponer al Consejo Universitario
el nombramiento o remoción de los Directores de Escuela, previo acuerdo
del Consejo de la Facultad. - Rendir cuenta
al Rector de los asuntos de la Facultad. - Someter
a la consideración de la Asamblea de Facultad un informe anual del estado
y funcionamiento de la misma. - Conocer y
decidir sobre los permisos de ausencia de los miembros del Personal Docente y
de Investigación, previa solicitud escrita del interesado, con el aval
del Jefe de Cátedra y departamento y que no exceda de siete días. - Autorizar
las reuniones que propendan a la superación científica, cultural
y social de la Odontología. - Completar
las listas de jurados examinadores cuando, por impedimentos legales, se hubiere
agotado la nómina designada por el Consejo de Facultad.
MISIÓN
Y VISIÓN DE LA INSTITUCIÓN.
Misión:
La
Facultad de Odontología es el ente encargado de planificar, gestionar,
gerenciar y evaluar todos aquellos procesos que conlleven a la formación
y capacitación integral de profesionales de la Odontología, con
capacidad de liderazgo, asertividad, pertinencia social y comprometidos con las
principios éticos de la Universidad del Zulia, igualmente, constituye el
centro productor de conocimiento científico, de servicios y de tecnología
en el marco de la transformación social y económica del país
y la región.
Visión:
La Facultad de
Odontología de la Universidad del Zulia, centra todas sus acciones en el
desarrollo de un Modelo Educativo, cuyas características le permitan constituirse
en una institución líder en América Latina, capaz de formar
recursos humanos odontológicos a nivel de pre y postgrado, de alta competencia
científica, ética y moral, de generar conocimiento científico
competitivo y comprometido con las necesidades del país y de realizar una
actividad extensivista capaz de fortalecer el vínculo universidad-sociedad
y ofertar los escenarios asistenciales que se requieren para incidir en la calidad
de vida y salud del venezolano.
La División de Estudios
para Graduados de L. U. Z. tiene como misión fundamental el "fortalecimiento
de la enseñanza de Pre-grado, para lograr que el profesional egresado de
nuestra casa de estudios mantenga un alto nivel, mediante la confrontación
de nuevas ideas técnicas y conceptos científicos, que los mantengan
inquietos por los problemas de la Odontología y su realidad social."
Así mismo, el Instituto de Investigaciones tiene
como propósito "planificar, organizar, dirigir y evaluar los programas
y proyectos de investigación en el áreas odontológica, esto
a través de procesos gerenciales efectivos y considerando las nuevas visiones
curriculares, la vinculación con la docencia y la extensión, contribuyendo
a dar respuestas a las necesidades y exigencias del entorno social de referencia".
El
área donde se realizó las pasantías son el Decanato de la
Facultad y el tercer y cuarto piso del Edificio "Ciencia y Salud", donde
están ubicadas las áreas administración de La División
de Estudios para Graduados e Instituto de Investigaciones de la Facultad de Odontología
de la Universidad del Zulia.
ESTRUCTURA
ORGANIZACIONAL DE LA INSTITUCIÓN
Organigrama de la División de Estudios para Graduados
de la Facultad de Odontología / LUZ
Fuente:
Decanato de La Facultad de Odontología de LUZ
CAPÍTULO
II
PLANTEAMIENTO
DEL PROBLEMA
La postura
seguida a nivel global hacia una mayor eficiencia y optimización de los
recursos estimulan a las autoridades de la Universidad del Zulia a centrar sus
esfuerzos en localizar las áreas en las cuales poseemos ventajas comparativas
y así definir lineamientos en cuanto a investigación, formación
y extensión, y así de esta manera orientar los recursos por medio
de ajustes concertados entre las autoridades y la comunidad académica.
La crisis por la cual atraviesa nuestra sociedad nos compromete a integrar todos
los sectores y campos en torno a la búsqueda de soluciones específicas
y prácticas.
A nuestro modo de ver, unos indicadores
de gestión para la Facultad de Odontología no pueden estar orientados
a comparar la gestión de una institución educativa pública
que proporciona no solo servicios educativos; (Postgrados, Cursos de Educación
Continua, Foros, Seminarios, etc.), así como aportes científicos,
por medio de los proyectos de investigación realizados por su personal
docente y servicios a la comunidad por medio de la atención clínica
realizada por el personal docente, cursantes de los postgrados e investigadores,
con organismos privados (Laboratorios de investigación y Clínicas),
cuando estas últimas trabajan bajo la premisa de administrar con criterio
de escasez con la finalidad de obtener el máximo beneficio, eso si, bajo
normas estrictamente racionales.
Es así, como
la educación superior debe estar insertada en un proyecto de nación,
donde las responsabilidades deben ser compartidas. Esto nos lleva a inducir que
unos indicadores de gestión para un componente del sector salud deben ser
integrales, de fácil interpretación y no simples indicadores de
eficacia y eficiencia, donde se visualice el papel que juegan los diferentes actores
universitarios en el conjunto de la economía, y la estrecha relación
entre educación y desarrollo.
JUSTIFICACIÓN
DE LA INVESTIGACIÓN.
Hasta hace dos décadas,
los criterios de competitividad giraban en torno del costo; es así como
la producción de bienes y servicios en general no poseían características
innovadoras ni de calidad. Con el correr de los años se apoyó en
la publicidad, donde los medios de comunicación jugaron un papel primordial
y de primera índole.
Con la saturación
de los mercados, la innovación fue adquiriendo su rol de primer orden,
donde el producto o servicio no va a diferenciarse solamente gracias a su nombre,
sino que se establece gracias a algunas características incorporadas por
su creador. Allí, el conocimiento tecnológico juega un papel importante
y coloca a la investigación y a la actualización en un primer plano.
En la actualidad, la calidad de los productos y servicios constituye el principal
criterio a la hora de escoger en la compra por parte de los consumidores.
La
organización de las empresas ha ido evolucionando desde la racionalización
de la producción (principios empleados por Taylor, Fayol y Ford, entre
otros) a la planificación estratégica y el control de calidad, pasando
por varios estratos. Esas características que dominan el mercado nacional
e internacional, exige un cambio de formación y calificación que
deben tener los profesionales en general para insertarse en el mercado laboral.
Por todo esto, lo diseños, funcionamiento y evaluación de las carreras
universitarias deben corresponder al comportamiento del mercado y a su entorno.
La
educación superior en América Latina, y en especial en Venezuela,
enfrenta una serie de retos para su superación, entre las que tenemos:
- La incorporación al mercado de una serie de
instituciones universitarias (Institutos Universitarios y Universidades) privadas - Nuevas formas de valoración de la educación superior por
parte de entes privados y gubernamentales.
Todo
esto hace que la universidad realice un enfoque hacia la comprensión de
los signos que la sociedad le envía, y si esta realiza procesos de cambios
radicales, esta debe seguir sus pasos, no solo en la académico, sino también
en la forma como la sociedad la ve.
Visto desde una óptica
objetiva, las universidades venezolanas nunca fueron evaluadas. La función
contralora se centraba principalmente en la parte presupuestaria.
Hoy
en día algunas casas de estudios, entre ellas la nuestra, en su afán
por su reconocimiento internacional, para así adaptarse a las nuevas realidades
a nivel global, han iniciado un proceso de identificación de las áreas
a las cuales tiene que enfocar su potencial y así definir los lineamientos
en cuanto a docencia, investigación y extensión, mediante presupuestos
acordes con sus necesidades.
Es así como empieza
a surgir una tendencia hacia la evaluación en las instituciones de educación
superior, con un claro desplazamiento en sus objetivos:
- De una estructura básicamente burocrática a una productiva,
que va de un control administrativo de tipo rígido y sin una finalidad
formal, se pasa a una búsqueda de la evaluación de los resultados,
fortaleciendo sus funciones normativas. - De
los insumos y procesos a productos y resultados, donde se busca vincular la asignación
de recursos a metas alcanzados antes que asociarlas a condiciones o planes previos. - De una evaluación administrativo-burocrática a una de actores
múltiples; donde la localización de los agentes involucrados y el
proceso evaluador se desplaza de los organismos gubernamentales hacia los organismos
involucrados, y estos a su vez, incorporar los procesos de tomas de decisiones
a sus actores institucionales.
Nuestra Carta
Magna (artículo No. 102), reconoce:
"La
educación como un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática,
gratuita y obligatoria. El estado asumirá como una función indeclinable
y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento
de conocimiento científico, humanístico y tecnológico al
servicio de la sociedad. Dicho acceso y el desarrollo de la investigación,
la ciencia y la difusión de los valores culturales de la nación
deberán estar garantizados".
Para puntualizar, el artículo subsiguiente (art. 103) define que:
"El estado realizará una
inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones de la Organización
de las Naciones Unidas. El estado creará y sostendrá instituciones
y servicios suficientemente dotados para asegurar el acceso, permanencia y culminación
en el sistema educativo".
Más
adelante, en el artículo 109, reconoce la autonomía al afirmar que
"
"Las universidades
autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración
eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca
la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar,
elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión".
Por
todo esto, y dado que en nuestra Carta Magna estipula la obligatoriedad de las
universidades de aportar un sistema educativo de calidad, nuestras autoridades
ven necesario construir un sistema de evaluación que establezca un patrón
específico en cuanto a la calidad de la enseñanza y así mismo
les proporcione los correctivos necesarios a corto plazo en todas las instancias
evaluativas.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
Objetivo general:
- Construir
un modelo de indicadores de gestión de enseñanza de la Universidad
del Zulia. Caso: División de Estudios Para Graduados e Instituto de Investigaciones
de la Facultad de Odontología.
Objetivos
específicos:
- Conocer las características
específicas de la División de estudios para Graduados e Instituto
de Investigaciones de la Facultad de Odontología de la Universidad del
Zulia. - Evaluar la utilidad de los indicadores
de gestión estandarizados, propuestos por la Dirección General de
Planificación Universitaria a las características específicas
de la División de Estudios para Graduados e Instituto de Investigaciones
de la Facultad de Odontología de la Universidad del Zulia. - Construir nuevos indicadores de gestión de enseñanza, basados
en las necesidades de la División de Estudios para Graduados e Instituto
de Investigaciones de la Facultad de Odontología de la Universidad del
Zulia.
DELIMITACIÓN
Para el Trabajo Especial de Grado se realizó una revisión
en el Decanato, la División de Estudios Para Graduados y el Instituto de
Investigaciones de la Facultad de Odontología de la Universidad del Zulia,
Núcleo Salud, Municipio Maracaibo, sitio seleccionado para la realización
de las Pasantías. El período de análisis estuvo comprendido
entre el 11 de octubre del 2004 y el 15 de enero de 2005.
El
soporte para la construcción de los indicadores de gestión de enseñanza
lo constituyen principalmente los Manuales realizados por la Dirección
General de Planificación Universitaria, algunas encuestas propuestas por
el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICIT), para la evaluación
de Centros de Investigación, así como varios documentos que se encuentran
en la Web, sobre la experiencia latinoamericana en la construcción de indicadores
de gestión de enseñanza.
CAPÍTULO
III
ANTECEDENTES
DE LA INVESTIGACIÓN.
Existen diversas investigaciones
dirigidas a revisar y optimizar los procesos utilizados en las instituciones de
educación superior para organizar las acciones inherentes a sus funciones,
ubicándose en las diferentes bibliografías que informan acerca de
la construcción de indicadores a nivel nacional e internacional.
La
construcción de indicadores de ciencia y tecnología se realiza,
a nivel internacional, a partir de la aplicación de metodologías
diseñadas, principalmente, por dos organizaciones: La Organización
de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) y la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Estas metodologías,
cuya versión más actual se compila en los manuales de la OCDE, donde
proponen, en términos generales, definiciones, clasificaciones, criterios
y herramientas para la recolección e interpretación de información
sobre: Insumos para la investigación y el desarrollo experimental (Manual
de Frascati, 1963, 1970, 1976, 1981, 1983, 1994); Recursos Humanos para la Ciencia
y la Tecnología (Manual de Canberra); Innovación Tecnológica
en las Empresas (Manual de Oslo 1992, 1996); utilización de los datos de
patentes como indicadores de Ciencia y tecnología (Manual de Patentes,
1994) y recuento e interpretación de datos sobre Balanza de Pagos Tecnológica
(Manual de Balanza de Pagos Tecnológica, 1990).
Las
recomendaciones del Manual de Frascati relativas a la normalización internacional
de las estadísticas sobre Ciencia y Tecnología fueron adoptadas
por la Conferencia General de la UNESCO en 1978. Allí se estudiaron las
formas de mejorar y desarrollar nuevas estadísticas para la Docencia e
Investigación. En 1984, publico un manual con estas normas y, desde entonces,
aparecen publicadas en su Anuario Estadístico. No es sino a partir de 1995
cuando esta organización se dedica a la recolección, análisis,
publicación y normalización de datos de ciencia y tecnología
en los países miembros. Estas estadísticas se realizan teniendo
en cuenta los principales objetivos socioeconómicos de la investigación.
En
Latinoamérica, los esfuerzos por construir indicadores de Ciencia y Tecnología
estuvieron descuidados por largo tiempo; sólo a partir de la década
de los 90 fueron retomados con la creación de la Red Iberoamericana de
Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), quien se ha nutrido del conocimiento
y experiencia que sobre indicadores han acumulado las organizaciones internacionales
mencionadas.
Sin embargo, los esfuerzos han estado dirigidos,
principalmente, a construir indicadores de insumo y de resultado.
En
cuanto al caso venezolano, podemos nombrar algunas experiencias evaluativos en
el país: Núcleo de Planificadores Universitarios, que cubre la etapa
de 1983 hasta 1994; el diseño de un sistema de indicadores cualicuantitativos
para la evaluación institucional de la universidad venezolana (OPSU,
1994); un conjunto de evaluaciones universitarias ad hoc que realizara
el Departamento de Evaluación Institucional de la OPSU a solicitud de las
propias instituciones, por encargo del Consejo Nacional de Universidades (Sardi,
1994); la creación de un sistema de acreditación de estudios de
Postgrado, desde 1996; las experiencias de diferentes universidades en autoevaluaciones
institucionales como la de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador
(UPEL, 1985), Simón Rodríguez, Simón Bolívar, y un
sin fin de documentos realizados en la mayoría de las universidades nacionales,
a veces con el asesoramiento de organismos internacionales como el Proyecto Columbus,
que realizó durante el período de 1998-2000 una auto evaluación
de algunas facultades de Ingeniería.
Sustentando
la necesidad de homogeneizar estos criterios, la OPSU presentó una propuesta
para diseñar, conjuntamente con las universidades, un sistema de evaluación
y acreditación de las universidades nacionales, que fue aprobado a principios
del 2001, donde propone un instrumento de evaluación y acreditación
que abarque dos niveles académicos: el pre y postgrado, donde sea obligatorio
en lo que respecta a la evaluación y voluntario en lo que se refiere a
acreditación, donde refleje la calidad académica de todo el subsector
y promueva y certifique la excelencia académica de las instituciones que
lo conforman, permitiendo evaluar las instituciones y programas en su pertinencia,
eficiencia y eficacia.
BASES TEÓRICAS.
El marco teórico que sirve de sustentación al
presente estudio tiene como referencia fundamental los conceptos de gestión
universitaria, regulación, auto regulación, evaluación, auto
evaluación, presentación de cuentas, toma de decisiones, evaluación
institucional y validación, ubicados en el contexto de las universidades
venezolanas. Estos conceptos están estrechamente vinculados a la utilización
de indicadores de gestión, por cuanto constituyen marcos de referencia
para un uso adecuado y válido de tales instrumentos.
Aunque son numerosos y variados los puntos de vista y opiniones respecto del grado
de eficiencia (o ineficiencia) de las universidades, e implícitamente,
del mayor o menor grado de calidad que las caracteriza, en este trabajo se aborda
el problema de la pertinencia y utilidad de un sistema de indicadores que contribuya
a transformar los procesos de gestión que se realizan en estas instituciones
y, en consecuencia, a elevar su nivel de calidad, es decir, su funcionamiento
integral en atención a su misión y funciones de docencia e investigación.
Desde una perspectiva amplia, el tema de la pertinencia forma parte de la agenda
de transformación de las universidades latinoamericanas, objeto de estudio
por destacados investigadores, entre éstos Brunner, (1997), Crespo (1997)
y García Guadilla (1997), entre otros.
Regulación
Este concepto implica, en el contexto universitario, el examen
o diagnóstico del desempeño o funcionamiento de una institución
de educación superior y las acciones o mecanismos que se proponen para
mantener o cambiar tal nivel de desempeño. En efecto, este concepto tiene
un alcance mayor que los conceptos de control o control de calidad, y aunque incluye
el proceso de evaluación y la presencia de estándares de desempeño
relativo respecto de ciertas expectativas o normativas, éste opera en un
campo más amplio que el concepto convencional de evaluación.
Por consiguiente, regular el desempeño de una universidad o programa supone
evaluar el desempeño a la luz de los propósitos o estándares
de dicho programa, decidir acerca de los cambios requeridos y su ejecución.
En síntesis, el proceso de regulación requiere poder, liderazgo,
la búsqueda del mejoramiento del sistema y una disposición a la
negociación.
Bajo esta perspectiva, el concepto de
calidad es "inherente" al proceso de regulación, en tanto que
dicho proceso juzga la calidad relativa del programa o institución de que
se trate, es decir, su grado de desempeño respecto de estándares
normativos de comportamiento institucional. En este sentido, es de importancia
crucial determinar claramente por parte de los organismos o agencias responsables
del proceso de regulación, bajo qué acepción o acepciones
se utilizará el concepto de calidad: si se trata de proporcionar al público
interesado seguridad acerca de ciertos niveles de calidad alcanzados por la institución
(garantía o seguridad de calidad institucional); si el propósito
central es mejorar la calidad de la institución (evaluación de la
calidad, control o gestión), o si el propósito es categorizar a
las instituciones según rangos diferenciales, es decir, juzgarlas comparativamente.
Las decisiones respecto de los propósitos y usos que se harán del
concepto de calidad, determinarán enfoques, los métodos y procedimientos
a utilizar en el proceso de regulación. Bajo esta premisa, el uso de indicadores
puede ser relevante en cualquier de los enfoques más conocidos: logro de
objetivos, ambiente institucional y procesos, y cumplimiento o satisfacción
de estándares.
Auto regulación
El concepto de auto regulación está estrechamente
asociado al de auto evaluación, en tanto que supone juzgar, según
ciertos criterios y estándares, el propio desempeño o progreso de
un programa o institución respecto de determinadas metas u objetivos, con
el propósito de mejorar dicho desempeño. En un proceso de auto regulación,
la institución organiza y ejecuta diagnósticos, estudios o revisiones
de sus programas por sí misma, e informa acerca de los resultados a una
instancia o agencia externa.
Evaluación institucional.
La evaluación institucional puede ser definida como
el proceso sistemático de diagnóstico y solución de los problemas
que presenta la institución tanto en sus diversos componentes como en su
totalidad, cuyo objetivo es dar respuestas a dichos problemas en correlación
con el ambiente sociocultural y político que lo rodea, además de
contribuir a su mejoramiento continúo.
Auto
evaluación
La autoevaluación es
un proceso cuyo propósito central es revisar y actualizar los objetivos,
programas, políticas, procedimientos, servicios y el ambiente organizacional
y académico de la institución, así como su desempeño
general, con miras a su mejoramiento, estimulando el compromiso de poner en práctica
los procedimientos recomendados para introducir los cambios requeridos.
Como
puede observarse, pareciera que los conceptos de evaluación institucional
y auto evaluación son sinónimos, sin embargo, no es así,
por cuanto la evaluación institucional puede ser realizada por agentes
u organismos tanto internos como externos (por ejemplo, la revisión por
pares o "peer review"), en tanto que la auto evaluación es eminentemente
un proceso de auto estudio, basado en la reflexión, análisis y diagnóstico
efectuados por los propios actores dentro de la institución: profesores,
estudiantes, personal administrativo y otros agentes relevantes.
Presentación
de Cuentas y Estado Evaluativo.
El concepto
de presentación de cuentas se ha convertido en uno de los lugares comunes
de uso más frecuente en el ámbito educativo venezolano, y en particular
de las universidades. Una explicación posible de tal frecuencia en el uso
de esta expresión reside en las deficiencias generalmente asociadas a la
gestión de estas instituciones, y a la preocupación concomitante
de ciertos sectores de la sociedad por disponer de alguna evidencia respecto de
la racionalidad y eficiencia con las cuales se utilizan los recursos financieros
otorgados por el gobierno a las universidades públicas. Así, la
presión que se registra por parte de algunos sectores respecto de la necesidad
de una rendición o presentación de cuentas, tanto al estado como
a la sociedad, está estrechamente vinculada a la crisis económica
que confronta el país, y la consiguiente contracción de recursos
disponibles para la educación superior, unidas a la necesidad de sustituir
el modelo del Estado benefactor acostumbrado a suministrar grandes recursos financieros
a estas instituciones sin exigir, a cambio, resultados que se correspondan, en
cantidad y calidad, con la magnitud de tales erogaciones.
Esta
situación está asociada al surgimiento, en los países europeos
durante la década de los años ochenta, del denominado Estado evaluativo,
como respuesta a la necesidad de mantener o mejorar la calidad de la educación
superior dentro de nuevas circunstancias tales como el incremento del estudiantado,
el número de áreas de estudio y las restricciones presupuestarias
que comportan cuestiones relacionadas con la calidad de los procesos y productos
de la educación superior. Como señala Brunner (1997: 25)
"(…) los gobiernos se han visto
llevados, por este camino, a ser más cuidadosos con el gasto público,
a exigir value for money y a reclamar de las instituciones de educación
superior que se hagan responsables frente a la sociedad y las autoridades por
el uso de los recursos provenientes del tesoro público y por la efectividad
de sus resultados y la calidad de sus productos (accountability)"
El
Concepto de Calidad: Diversas Acepciones
El Concepto Tradicional
de Calidad
Este concepto está asociado a la
idea de proporcionar un producto o servicio distintivo y especial, el cual confiere
estatus al propietario o usuario y supone el establecimiento de elevados
estándares, así como costos muy elevados que hacen tal producto
o servicio inaccesible a la mayoría de personas. Desde este punto de vista,
la calidad es algo exclusivo, es decir, al alcance sólo de unos pocos.
Además, la calidad no es determinada mediante una evaluación del
producto o servicio que se ofrece, sino que es identificada con la exclusividad
o inaccesibilidad de éste, por lo cual la calidad es convertida en
una suerte de categoría metafísica la cual escapa a la evaluación
según ciertos criterios, considerándose inherente al objeto que
la posee.
En el caso venezolano, es posible encontrar ejemplos
de tal percepción de la calidad. Sin embargo, juzgar a las universidades
de conformidad con los estándares de excelencia de Harvard, Oxford o Cambridge
sería, además de injusto, inútil, por cuanto no es posible
establecer criterios y estándares de validez universal y además
sería irreal pretender hacerlo, dados su carácter exclusivo y los
elevados estándares que supone. El concepto de calidad es relativo y no
absoluto, y en consecuencia debe responder al contexto sociocultural en el cual
se utiliza.
Una versión educativa del concepto de
calidad como algo distintivo o excepcional asocia ésta con la excelencia,
en el sentido de sobrepasar altos estándares, e identifica sus componentes
destacando la dificultad presente en el logro de dichos estándares. La
concepción basada en los recursos descansa en la idea según la cual
la excelencia depende fundamentalmente de la abundancia de recursos, existiendo
una relación directa entre ambas. Tales recursos son de tres tipos: financieros,
personal docente y de investigación de alta calidad, y estudiantes de alto
rendimiento, para cada uno de los cuales existen los criterios de evaluación
correspondientes.
Calidad como conformidad con ciertas
especificaciones o estándares
Este concepto
está asociado a la noción de "control de calidad" en la
industria, y supone que la calidad de un producto se evalúa en términos
de su correspondencia con ciertas especificaciones, y se atribuye a aquellos productos
que satisfacen estándares mínimos establecidos por el fabricante,
descartándose los que no satisfacen tales estándares. Según
este punto de vista, la calidad mejora si se elevan los estándares, por
lo que una educación que satisface elevados estándares es considerada
como de alta calidad.
En el caso de Venezuela, si
se considera la educación como un servicio y a los estudiantes, padres
o representantes como los "usuarios", de aplicarse estrictos controles
de calidad al desempeño de estas instituciones, probablemente surgirían
conflictos de difícil solución.
Calidad
como adecuación a un propósito
Según
este punto de vista, la calidad es juzgada en términos del grado en que
un producto o servicio satisface los propósitos establecidos previamente.
Este concepto es utilizado con frecuencia por los analistas de la educación
superior, ya que ofrece un modelo que especifica lo que el producto o servicio
debe ser en diferentes niveles de la institución, y además toma
en consideración los cambios en el tiempo. Sin embargo, su mayor desventaja
reside en las dificultades que comporta la definición de los propósitos
o finalidades de la universidad, ya que puede haber tantos propósitos como
puntos de vista, dependiendo de los sectores y grupos sociales y políticos
involucrados y de quiénes tengan acceso a la definición de tales
propósitos.
Evidentemente, existen modelos diferentes
de universidad, cada uno con propósitos más o menos definidos. Así,
existe la universidad cuya finalidad fundamental es ofrecer educación al
mayor número de personas; la universidad con fines eminentemente académicos
y profesionales, y la institución cuyos fines fundamentales son la investigación.
En Venezuela, la redefinición del rol social, la
misión y funciones de la universidad constituye un problema prioritario.
Por consiguiente, los dilemas de excelencia frente a masificación, calidad
frente a cantidad, universidad elitesca frente a universidad popular, eficiencia
frente ineficiencia, entre otros, tendrán que ser analizados en profundidad
y habrá de decidirse cuál es el modelo de universidad que más
conviene al país, ante los cambios que tienen lugar en ámbitos diversos.
Así, las funciones tradicionales de docencia, investigación y extensión
están siendo revisadas críticamente, y se están estableciendo
sistemas de indicadores de calidad y excelencia para cada función, de conformidad
con la situación y los nuevos roles que le corresponde cumplir a la universidad
venezolana en particular y a la educación superior en general.
Calidad como efectividad en el logro de fines institucionales
Este concepto es una variante del concepto de calidad
como adecuación a un propósito, pero referido a la evaluación
de la calidad a nivel institucional general. En el caso de Venezuela, la misión
establecida en la Ley de Universidades -promulgada en 1958 y reformada en 1970-
para estas instituciones, se expresa, aunque no en forma explícita, en
las finalidades de docencia, investigación y extensión, correspondiendo
la realización de las dos primeras a las escuelas y los institutos, respectivamente,
y la tercera a la institución en su conjunto, a través de programas
diversos, auspiciados a diferentes niveles organizativos.
Aunque
se han registrado numerosos intentos orientados a introducir algunas formas de
control en el desarrollo de las actividades de docencia, investigación
y extensión, y cada nuevo equipo de autoridades generalmente trae en su
agenda de gobierno nuevas ideas y nuevos proyectos los cuales son ampliamente
promocionados durante el primer año de la gestión respectiva, se
trata siempre de proyectos que no logran la credibilidad y el apoyo necesarios
como para propiciar la participación de profesores, estudiantes y personal
técnico y administrativo en las proporciones requeridas por un proyecto
de carácter institucional.
Cada rector y cada vice-rector
suelen ser conocidos o recordados por algún plan innovador cuya denominación
varía según el estilo personal y los propósitos que cada
uno persiga: auditorias académicas, planes de reforma académica,
evaluaciones académicas o institucionales, rediseños curriculares
y otras denominaciones, las cuales son sólo variaciones sobre el mismo
tema de la innovación y el mejoramiento académico. Un proceso similar
tiene lugar en el ámbito de cada facultad o estructura equivalente, pero
generalmente bajo un clima de improvisación, discontinuidad en el esfuerzo
y desconocimiento de los resultados, si es que alguna vez se obtienen.
El
clima mencionado, el cual caracteriza a la mayoría de las universidades
públicas venezolanas, pone de relieve la ausencia de mecanismos y procedimientos
que aseguren o garanticen, en algún grado, el logro y mantenimiento de
la calidad institucional, por lo que resulta muy difícil la puesta en práctica
del concepto de la calidad como efectividad en el logro de las metas o misión
institucional, ya que éste está asociado a la existencia de los
mecanismos y procedimientos mencionados antes. De aquí que el presente
trabajo constituya un paso de avance en la dirección de realizar estudios
que conduzcan a la puesta en práctica de procesos de planificación,
toma de decisiones y evaluación que contribuyan efectivamente a canalizar
los recursos disponibles en la dirección de obtener resultados que puedan
ser sometidos a discusión por los diversos sectores y grupos que integran
la educación superior.
Calidad como Satisfacción
de las Necesidades de los Consumidores
La definición
de calidad como "satisfacción de las necesidades de los consumidores",
como las definiciones anteriores, confronta algunos problemas para los cuales
no hay soluciones fáciles. Uno de tales problemas se refiere a los conceptos
de "cliente", "usuario" y "consumidor". ¿Quién
es el consumidor en educación superior? ¿Es el usuario del servicio, en
este caso el estudiante, o es la entidad u organismo que paga por el servicio,
el empleador? ¿Y en cuanto al estudiante, es éste el consumidor, el producto
o ambos? En efecto, los conceptos de "productor" y "consumidor"
difícilmente pueden ser equivalentes a los conceptos de profesor y estudiante,
respectivamente, dadas las características de la relación que tiene
lugar entre ambos, por lo cual adquiere aun mayor importancia definir la calidad
tomando en consideración las características específicas
de la educación superior en cada contexto sociocultural y político,
sin perder de vista que la calidad y la excelencia no están en conflicto
con la utilidad y la pertinencia social.
Calidad como
presentación de cuentas.
El concepto de calidad
asociado a la "presentación de cuentas" es, sin duda, el concepto
más controversial respecto de la calidad de la educación superior,
debido a las implicaciones que presenta. Evidentemente, por una parte, supone
la competición por recursos financieros entre instituciones o programas,
así como una estrecha relación entre el mercado y sus fluctuaciones
y mecanismos y, por otra, el proceso de financiamiento está relacionado
con la evaluación de la calidad, y en consecuencia implica la injerencia
del gobierno en la evaluación de la institución, lo cual puede implicar
a su vez el uso de la evaluación con propósitos punitivos o de discriminar
entre instituciones de "baja" y "alta" calidad.
En
estrecha relación con el concepto de calidad como "accountability"
o expresión de la eficiencia de una institución o programa, se ha
desarrollado, durante los últimos veinte años, aproximadamente,
especialmente en los países de Europa Occidental, el concepto de "indicadores
de desempeño", los cuales cumplen una función de gran importancia
en el control de la calidad de los procesos propios de la educación superior.
Según la definición de la OCDE (1994), "los indicadores son
señales derivadas de bases de datos o de datos de opinión que indican
la necesidad de explorar las desviaciones con respecto a niveles normativos u
otros niveles preseleccionados de actividad o ejecución.".
Esta
noción ha sido diferenciada por la OCDE en tres categorías: (a)
indicadores para controlar la respuesta institucional a metas o políticas
gubernamentales; (b) indicadores de enseñanza/aprendizaje, investigación
y servicio; y (c) indicadores requeridos en la gerencia universitaria. En este
sentido, los indicadores propuestos en la primera fase del Proyecto Interinstitucional
Indicadores de Gestión para las Universidades Venezolanas, incluye indicadores
que corresponden a las dos últimas categorías, en tanto que la primera
puede ser incluida en la segunda fase.
Desde la perspectiva
de los países de Europa Occidental, la selección y refinamiento
de indicadores de desempeño ha constituido una tarea de gran importancia,
no obstante las dificultades de diversa índole confrontadas hasta ahora.
Sin embargo, en los países latinoamericanos, y particularmente en aquellos
con sistemas educativos centralizados, como es el caso de Venezuela, las reservas
y dudas respecto del uso de indicadores no son del todo infundadas, ya que tales
indicadores se prestan a ser utilizados como fines en sí mismos, en lugar
de como medios para el logro de un fin legítimo como es el mejoramiento
de la calidad de una institución o programa. En efecto, el uso inadecuado
de indicadores en evaluación de la educación superior podría
conducir a una situación análoga a la de "estudiar para el
examen", es decir, focalizar la atención de la institución
o el programa en ciertos aspectos generalmente cuantificables y relativamente
fáciles de observar, en desmedro de otros de mayor relevancia o trascendencia,
y de aspectos o dimensiones cualitativas difíciles de evaluar.
Calidad como transformación
El
concepto de calidad como transformación sugiere ciertas reminiscencias
filosóficas, en tanto que alude a la concepción dialéctica
de los fenómenos, es decir, a la conversión de ciertas cosas en
otras mediante cambios cualitativos. En el contexto educativo esta noción
de calidad adquiere una relevancia extraordinaria, por cuanto el objeto central
del proceso educativo, el estudiante, no es de la misma naturaleza ni puede ser
considerado de la misma manera que se consideraría cualquier otro
"consumidor" o "usuario". De hecho, el proceso educativo es
interactivo, dialógico, y en consecuencia entraña cambios significativos
en el estudiante, no sólo expresados en la adquisición de conocimientos
y destrezas, sino más importante aun, en sus cambios actitudinales y de
valores.
Como puede observarse, el concepto de calidad
como trasformación tiene un cierto matiz utópico, pero no hay que
perder de vista que el impacto resultante del paso por la institución,
espera aún por su evaluación en términos comprensivos y realmente
válidos.
Respecto de las definiciones generadas
en el propio seno de la universidad, éstas también son múltiples,
pero en general se relacionan con los conceptos de insumos, procesos y productos
de una institución, así como con el concepto de "valor agregado".
En consecuencia, definir la calidad de la educación superior supone definir
criterios que reflejen tales conceptos. Así, juzgar la calidad desde el
punto de vista de los insumos, significa tomar en consideración la naturaleza
y magnitud de los recursos disponibles, las características de los estudiantes
que ingresan, las características del profesorado, la dotación de
las bibliotecas y otras instalaciones y los recursos financieros, en tanto que
evaluar la calidad de los procesos supone considerar la participación de
los diferentes grupos que interactúan en los procesos académicos,
administrativos y gerenciales de la institución.
Puede
concluirse, entonces, que la definición de la calidad constituye un problema
más propicio a la negociación que al logro de un acuerdo unánime,
dado el carácter relativo de este concepto. En efecto, siempre habrá
tantas definiciones de calidad como puntos de vista de los sectores o grupos involucrados
en el debate.
Además, la definición de la
calidad dependerá también de las circunstancias y de los cambios
sociales, políticos y culturales que tienen lugar en un período
de tiempo determinado. Como el concepto de belleza, el concepto de calidad no
es estático sino dinámico, cambiante y sujeto a los factores sociales
circundantes en el momento en que es definido. Por consiguiente, la evaluación
de la calidad de la educación superior requiere, como condición
básica, la definición clara y precisa de los criterios e indicadores
a partir de los cuales se han de emitir juicios de valor acerca de sus aspectos
o dimensiones relevantes.
Sin tal definición y una
clara articulación entre los criterios e indicadores seleccionados y los
instrumentos y procedimientos a utilizar, la evaluación que se realice
carecerá de validez, es decir, no reflejará plenamente el acuerdo
y la congruencia que debe existir entre los resultados obtenidos y los valores
implícitos en los diferentes puntos de vista expresados por los distintos
actores involucrados.
Las consideraciones anteriores conducen
a concluir que la evaluación de la calidad y la excelencia de la universidad
requiere tomar en cuenta dos premisas: en primer lugar, la búsqueda sistemática
y continua de la calidad sin perder de vista el concepto de pertinencia,
pero desde una perspectiva multidimensional, como la concibe García Guadilla
(1997), es decir, no sólo como la atención a necesidades locales
inmediatas, sino también en términos de la selección de la
información más relevante en relación con el contexto en
que operan las instituciones de educación superior, la organización
trans disciplinaria del conocimiento, una nueva concepción de las profesiones,
una nueva función social de la universidad y una nueva visión del
desempeño de sus egresados. Esta visión de la pertinencia institucional,
ha de responder, como se dijo al comienzo, a la contextualización de la
evaluación, dentro de una atmósfera de confianza propicia a los
cambios que se proponen.
En segundo lugar, una concepción
de la evaluación que tenga como marco de referencia la institución
en su totalidad, ubicada dentro de un contexto sociocultural con características
que lo diferencian de otros contextos y que en consecuencia considera que el mejoramiento
institucional continuo sólo es posible si se logra el mayor grado de participación
y compromiso por parte de todos los sectores, grupos y personas interesados en
el desarrollo y permanencia de la universidad.
Así,
del análisis de todas las definiciones consideradas es posible concluir
que el concepto de calidad es un concepto multidimensional, relativo, y fuertemente
influido por el aspecto o componente central a considerar, por ejemplo, dentro
de una perspectiva sistémica, los insumos, procesos o productos; los fines
que orientan su estudio; las funciones que se consideren fundamentales como expresión
de la misión institucional: docencia, investigación, extensión
y servicio; o criterios extrínsecos e intrínsecos relacionados con
la calidad.
Sin embargo, el estudio del concepto
de calidad no debe conformarse sólo con el análisis de los atributos
o rasgos que lo caracterizan, sino que es necesario, además, ubicarlo en
el contexto socio cultural e histórico del cual es parte la institución
o programa objeto de evaluación. La calidad es un concepto con profunda
consistencia histórica, el cual ha respondido siempre a expectativas muy
diversas, asociadas a movimientos y desarrollos sociales pertenecientes a épocas,
culturas y momentos definidos, cada uno de los cuales caracterizado por intereses
y exigencias relacionados con la calidad, pero susceptibles de integración
en una perspectiva de la evaluación y de la calidad cuyo propósito
central sea el cambio y mejoramiento general de la institución.
Indicadores de gestión.
Se
entienden como la expresión cuantitativa del comportamiento o el desempeño
de toda una organización o una de sus partes, cuya magnitud al ser comparada
con algún nivel de referencia, puede estar señalando una desviación
sobre la cual se tomarán acciones correctivas o preventivas según
el caso. Son un subconjunto de los indicadores, porque sus mediciones están
relacionadas con el modo en que los servicio o productos son generados por la
institución. El valor del indicador es el resultado de la medición
del indicador y constituye un valor de comparación, referido a su meta
asociada. Es una unidad de medida que permite el seguimiento y evaluación
periódica de las variables claves de una organización, por comparación
entre información interna de distintos años, por comparación
con información externa de otras organizaciones, y por comparación
con valores preestablecidos.
En el desarrollo de los Indicadores
se deben identificar necesidades propias del área involucrada, clasificando
según la naturaleza de los datos y la necesidad del indicador. Esto es
fundamental para el mejoramiento de la calidad, debido a que son medios económicos
y rápidos de identificación de problemas.
El
principal objetivo de los indicadores, es poder evaluar el desempeño del
área mediante parámetros establecidos en relación con las
metas, así mismo observar la tendencia en un lapso de tiempo durante un
proceso de evaluación. Con los resultados obtenidos se pueden plantear
soluciones o herramientas que contribuyan al mejoramiento o correctivos que conlleven
a la consecución de la meta fijada.
Cada medidor o indicador debe satisfacer los siguientes
criterios:
- Medible: El medidor o indicador
debe ser medible. Esto significa que la característica descrita debe ser
cuantificable en términos ya sea del grado o frecuencia de la cantidad. - Entendible: El medidor o indicador debe
ser reconocido fácilmente por todos aquellos que lo usan. - Controlable: El indicador debe ser controlable dentro de la estructura
de la organización.
En el contexto de orientación
hacia los procesos, un medidor o indicador puede ser de proceso o de resultados.
En el primer caso, se pretende medir que esta sucediendo con las actividades,
en el segundo se quiere medir las salidas del proceso.
También
se pueden clasificar los indicadores en indicadores de eficacia o de eficiencia.
El indicador de eficacia mide el logro de los resultados propuestos. Nos indica
si se hicieron las cosas que se debían hacer, los aspectos correctos del
proceso. Los indicadores de eficacia se enfocan en el qué se debe hacer,
por tal motivo, en el establecimiento de un indicador de eficacia es fundamental
conocer y definir operacionalmente los requerimientos del cliente del proceso
para comparar lo que entrega el proceso contra lo que él espera, de lo
contrario, se puede estar logrando una gran eficiencia en aspectos no relevantes
para el cliente.
Los indicadores de eficiencia miden el
nivel de ejecución del proceso, se concentran en el Cómo se hicieron
las cosas y miden el rendimiento de los recursos utilizados por un proceso. Tienen
que ver con la productividad.
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