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Estilos de aprendizaje y rendimiento académico en estudiantes de la Universidad
Católica Santo Toribio de Mogrovejo




Enviado por José Gómez Cumpa



Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Marco
      teórico
    3. Rendimiento
      académico
    4. Metodología de la
      investigación
    5. Resultados
    6. Discusión
    7. Conclusiones y
      recomendaciones
    8. Bibliografía

    Resumen

    El presente trabajo de
    investigación se elaboró y
    desarrolló para identificar los estilos de aprendizaje de
    mayor predominancia en los estudiantes de primer año de la
    Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT),
    permitiendo así ser una herramienta docente muy
    útil. Asimismo para poder
    determinar el grado de correlación entre los estilos de
    aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes
    de primer año de las carreras profesional de la
    Universidad.

    Para ello se aplicó el Cuestionario
    de Honey Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA), validado y
    sometido a pruebas de
    confiabilidad. Los resultados obtenidos indican que el estilo de
    aprendizaje de mayor predomina en los estudiantes del primer
    año de estudios generales de la USAT, es del tipo
    Reflexivo, seguido por el Teórico, Pragmático y
    Activo.

    La Prueba no paramétrica de Friedman nos indica
    que sí existe diferencia estadística significativa en las
    puntuaciones de los cuatro estilos de aprendizaje en los
    estudiantes del primer año de la USAT y mediante la Prueba
    no paramétrica de Kruskual Wallis nos indica que existe
    diferencia estadística significativa para el Rendimiento
    Académico en función a
    las siete carreras profesionales en los estudiantes del primer
    Año de la USAT. Finalmente el desarrollo de
    esta metodología utilizando el instrumento
    cuestionario CHEA se considera de mucha utilidad e
    importancia en el ámbito de la investigación
    educativa universitaria permitiendo al profesor una
    línea referencia en cuanto a los estilos de aprendizaje de
    mayor predominancia de sus estudiantes pudiendo desarrollarse y
    completarse en futuros estudios en los cuales se puedan
    relacionar con otras variables de
    la psicopedagogía

    Abstract

    The present research work was designed and developed to
    identify the preferred learning styles of the first year students
    of the University Catholic Santo Toribio de Mogrovejo (USAT), let
    it to be a teaching tool very useful. In addition to determine
    the level of correlation among the learning styles and academic
    yield of the first year of students of the professionals careers
    of the University. For this I applied the Honey Alonso Learning
    Style Test, validated
    and submitted to trusty test. The results obtained showed the
    most preferred learning style in the first year students of the
    USAT was Reflexive followed in a decreased order by Theoretical,
    Pragmatic and Active.

    The Non parametric Friedman Test showed us that there is
    significant difference in the punctuations of the four learning
    styles in the first year students of the University and by the
    Non parametric test of Kruskual Wallis showed us that there is
    significant difference for the academic yield about the seven
    professionals careers in the first year students of the
    University. Finally the develop of this methodology used the
    Honey Alonso Learning Style Test is considered very important in
    the university educative research field let to the professor a
    reference about the most preferred learning style of his students
    and the possibility to do further futures studies are required to
    determine if preferred styles and others variables of the
    psychopedagogy.

    Introducción

    Por lo general se acepta que no todos aprendemos de la
    misma manera ni al mismo ritmo ya que cada uno de nosotros
    utiliza su propio método o
    estrategias.
    Así los estilos de aprendizaje se definen como los rasgos
    cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como
    indicadores
    relativamente estables, de cómo los discentes perciben,
    interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje (Keefe,
    1988).

    Tanto desde el punto de vista del profesor como del
    estudiante, el concepto de los
    estilos de aprendizaje resulta especialmente interesante porque
    nos ofrece una teoría
    sustentada en sugerencias y aplicaciones prácticas con
    grandes posibilidades de conseguir un aprendizaje mucho
    más efectivo. Y por tanto cuanto mayor sea la información que el formador recabe del
    discente, mayores serán las posibilidades de acercamiento
    entre los tres vértices del triángulo del proceso de
    aprendizaje: estudiante, profesor y materia de
    estudio.

    Por todo ello, el
    conocimiento del estilo de aprendizaje predominante en las
    aulas universitarias podría ser una herramienta docente
    muy útil para adaptar el estilo de enseñanza del profesorado de cara a un
    mejor rendimiento académico (Duda y Riley, 1990; Lemmon,
    1982) a la vez que permitiría diseñar métodos de
    evaluación más apropiados para
    comprobar el progreso de los estudiantes en general (Lochart y
    Schmeck, 1983). Así mismo para los estudiantes
    sería de una gran utilidad porque podrían
    planificar el aprendizaje
    según sus estilos, evitando así bloqueos y
    optimizando sus resultados (Alonso y cols., 1994).

    El instrumento de diagnóstico del estilo personal de
    aprendizaje utilizado en esta investigación fue el
    Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA)
    (Alonso y cols., 1994). Basado en teorías del
    aprendizaje de tipo cognitivo, este cuestionario coincide con
    el inventario ya
    clásico de Kolb (1984) al atender a dos dimensiones
    principales durante ell proceso de aprendizaje: por un lado el
    cómo percibimos la nueva información y por otro
    cómo procesamos lo que percibimos. En función de la
    primera dimensión, el proceso de aprendizaje se presenta
    como un bajo el indicador constructor "Activo" en un extremo y el
    indicador constructor "Teórico" por el otro. En el segundo
    caso nos encontramos ante otro indicador en cuyos extremos se
    encuentran las categorías "Pragmática" y
    "Reflexiva

    El objeto de estudio del presente trabajo de
    investigación "Estilos de aprendizaje y rendimiento
    académico en estudiantes de la Universidad Católica
    Santo Toribio de Mogrovejo" es el análisis de las estrategias que conforman
    los estilo de aprendizaje de los estudiantes y su
    correlación sobre el rendimiento académico en
    aquellos estudiantes que cursan el primer año de la
    diferentes carreras profesionales de por el hecho que las
    organizaciones
    empresariales y educativas, según Driscoll y Vergara
    (1997), tomado por Capella y otros (2003), actualmente se
    encuentran bajo un proceso que implica la "transmisión de
    conocimientos" a la "construcción del conocimiento"
    y desde este enfoque se considera que una comunidad de
    aprendizaje infunde en una cultura de
    aprendizaje, en ella en donde el aprendizaje y la creatividad
    son apoyados y estimulados a través de estrategias que
    ayudan a los que aprenden a establecer metas posibles y a regular
    el propio comportamiento
    para lograr las metas.

    En todos los países del mundo se vienen dando
    cambios en las concepciones y estrategias de los sistemas
    educacionales. Los actuales consensos sobre cambio y
    transformación, privilegian a la educación, al
    conocimiento y al aprendizaje como factores centrales del
    crecimiento, desarrollo y la competitividad
    de las naciones, por lo que tenemos la necesidad de educar y
    formar a nuestros alumnos para que respondan a esta sociedad
    cambiante, donde existe una creciente demanda de
    habilidades de aprendizaje.

    Uno de los indicadores que permite modelar el
    comportamiento y la capacidad de desarrollar una meta cognitiva
    es el estilo que son las conclusiones a las que llegamos acerca
    de la forma como actúan las personas, es decir las
    características estilísticas que son los
    indicadores de superficie de dos niveles profundos de la menta
    humana: el sistema total de
    pensamiento y
    las peculiares cualidades de la mente que un individuo
    utiliza para establecer lazos con la realidad. Estos estilos de
    aprendizaje son considerados variables educativas sustentadas en
    la forma o camino individual de interacción con el entorno en el proceso
    mismo de aprendizaje.

    Por otro lado la variable educativa rendimiento
    académico es entendida como una medida de las capacidades
    que responden o que son indicativas y se manifiestan, en forma
    estimativa, lo que una persona ha
    aprendido como consecuencia de un proceso de instrucción o
    formación, así mismo, desde la perspectiva del
    estudiante, se define al rendimiento como la capacidad de
    respuesta de éste frente a estímulos educativos,
    susceptible de ser interpretado según objetivos o
    propósitos educativos preestablecidos.

    Así mismo también es definido como el
    grado de logro o resultado de los objetivos establecidos en los
    programas
    oficiales de estudio o de la acción
    educativa sobre el sujeto, valorado y acreditado por el propio
    sistema
    educativo. Actualmente existe una visión muy optimista
    acerca de las facultades humanas para la instrucción y los
    potenciales humanos para el aprendizaje, especialmente en las
    orientaciones instrumentales de la educación. Para
    algunos autores, la noción relativa a que cuando se
    entregan a todos los alumnos las más apropiadas
    condiciones o ambientes de aprendizaje, éstos son capaces
    de alcanzar un alto nivel de dominio.

    En cambio Gardner (1994) ha puesto de manifiesto el
    problema que han tenido que afrontar todas las sociedades
    modernas al momento de resolver el problema educativo; esto es,
    supeditar sus propias opciones al mundo del desarrollo y la
    industrialización de la sociedad. Esto ha significado que
    cualquiera que sea el tipo de sociedad, ha tenido que adaptarse a
    formas tradicionales de transmisión del conocimiento, y
    por ende, a los criterios restringidos de evaluación y de
    aceptación de rendimiento por parte de los alumnos.
    Postula en su defecto, actuación, logros, proyectos
    contextualizados, significativos y auténticos, derivados
    de instrucciones diferenciadas.

    Por ello se sustenta que tanto los estilos de
    aprendizaje, como reflejo de la interacción de los
    estudiantes, con el rendimiento académico se pueden
    establecer en una correlación que permita efectivamente
    determinar en principio cuáles son aquellos estilos de
    aprendizaje que presentan aquellos estudiantes que egresan de un
    sistema educativo escolar e ingresan a un sistema universitario,
    específicamente a nuestra universidad, en donde fieles a
    nuestra axiología se fortalece no en la
    enseñanza o la simple transmisión del conocimiento
    sino la construcción del mismo pero integrando actitudes y
    habilidades de allí es que se correlaciona con el
    rendimiento académico el cual a pesar de ser un
    parámetro complejo de determinar podemos definirlo en los
    resultados justamente a partir de esta aplicación
    integradora de las actitudes, habilidades y conocimientos que
    generan los estudiantes del primer año de las diferentes
    carreras profesionales.

    Al establecer ambas variables estilos de aprendizaje y
    rendimiento académico nos permitirá reorientar
    cómo son los mecanismos de aprendizaje por parte de
    nuestros estudiantes y así establecer estrategias
    más efectivas para un logro significativo en la mejora del
    rendimiento académico. Según Rafael Cellorio (1999)
    manifiesta la influencia notable sobre el rendimiento
    académico de indicadores pedagógicos como el
    estudio de los estilos de aprendizaje, así como la
    percepción del profesor, técnicas de
    estudio y otras variables. Honey y Mumford (1986) quienes
    basándose en las teorías
    y cuestionarios de Kolb establecieron una taxonomía
    a partir de la aplicación de su propio cuestionario CHAEA.
    Honey afirma que todo el mundo fuera capaz de experimentar,
    reflexionar, elaborar hipótesis y aplicarlas.

    Es decir que todas las virtualidades estuvieran
    repartidas equilibradamente, pero lo cierto es que los individuos
    son más capaces de una cosa que de otra Los estilos de
    aprendizaje serán la interiorización por parte de
    cada sujeto, de una etapa determinada del ciclo de aprendizaje
    sustentado en un modelo activo,
    reflexivo, teórico y pragmático y así
    permitirá proporcionar datos
    significativos sobre el aprendizaje individual y el aprendizaje
    de otros miembros del grupo discente
    , con los que debe compartir su caminar diario en las sesiones de
    aprendizaje.

    Esta investigación abarca el objetivo de
    identificar los estilos de aprendizaje de mayor predominancia en
    los estudiantes de primer año de la Universidad
    Católica Santo Toribio de Mogrovejo, permitiendo
    así ser una herramienta docente muy útil, y
    determinar el grado de correlación entre los estilos de
    aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes
    de primer año de las carreras profesional de la
    Universidad.

    Para cumplir este gran objetivo, se debe analizar y
    comparar los estilos de aprendizaje entre los estudiantes del
    primer año de las diferentes carreras profesionales;
    analizar y comparar el rendimiento académico semestral de
    los estudiantes de primer año de las diferentes carreras
    profesionales; y analizar los estilos de aprendizaje que permitan
    evaluar un mejor rendimiento académico en los
    estudiantes.

    MARCO
    TEÓRICO

    En las primeras décadas del siglo veinte se
    originaron muchas corrientes psicológicas con tendencia al
    conocimiento del hombre. Se han
    dividido en tres grandes bloques: teorías
    psicológicas cuyo paradigma es
    el conductismo o
    reflejo condicionado, teorías cognoscitivas que se ubican
    dentro del paradigma constructivista y las corrientes
    psicológicas cuya teoría es el
    estructuralismo

    Una de las corrientes teóricas
    contemporáneas del aprendizaje como es la del
    condicionamiento estímulo – respuesta (Skinner 1971),
    ha sido la base conceptual de las tecnologías
    educativas vigentes en el Perú y gran parte del mundo
    hasta los años ochenta. Para los defensores de dicha
    teoría el aprendizaje es un cambio conductual que se
    produce por medio de estímulos y respuestas, y que se
    relacionan por medio de principios
    más o menos mecánicos.

    El otro enfoque teórico es el de las
    teorías cognoscitivas de la familia del
    campo de la gestalt, bajo
    este enfoque el aprendizaje es un proceso de obtención o
    modificación de insights, perspectivas o patrones del
    pensamiento. Al pensar en los procesos de
    aprendizaje de los alumnos, dichos teóricos prefieren los
    términos de persona a organismo, ambiente
    psicológico a medio físico o biológico, e
    interacción a acción o reacción.

    Desde una perspectiva cognitiva del aprendizaje, se
    vienen haciendo numerosas propuestas. Entre ellas, tenemos las de
    Jean Piaget
    (Psicología
    Genética o
    Teoría del Desarrollo Cognitivo), David Ausubel
    (Teoría del Aprendizaje
    Significativo), J. Bruner (Teoría del Aprendizaje por
    Descubrimientos), y Lev S. Vigostky (Teoría Sociocultural
    del Aprendizaje). A partir del gestáltico, surgieron
    varias escuelas, una de las cuales es la teoría del campo
    cognitivo, con su mejor representante Kurt Lewin (1990). El cual
    se fundamenta en el concepto de campo o espacio vital, así
    todos los sucesos psicológicos, ya sean el actuar, pensar,
    soñar, esperar confiadamente, o cualquier otro, son
    función de un espacio vital de la persona, es decir, del
    conjunto formado por ella y su ambiente, concebidos como una
    constelación de fuerzas interdependientes.

    La corriente pedagógica del cognitivismo,
    considera al aprendizaje como un proceso de modificación
    interna, con cambios no sólo cuantitativos sino
    también cualitativos; se produce como resultado de un
    proceso interactivo entre la información que procede del
    medio y el sujeto activo.

    Esta corriente ha encontrado un campo muy fértil
    de aplicación en la educación, tanto para explicar
    el desarrollo psicológico de los niños y
    adolescentes,
    como para orientar el aprendizaje escolar e inclusive en la
    educación
    superior universitaria. Según Capella, 2001, las
    diferentes instituciones
    educativas peruanas en la actualidad están aplicando un
    nuevo paradigma educativo, oficialmente denominado "nuevo enfoque
    pedagógico" el cual se centra fundamentalmente en el
    aprendizaje del estudiante y no en la enseñanza por parte
    del profesor. Esta es una corriente mundial, que llega
    tardíamente al Perú, y está cambiando los
    procesos de enseñanza – aprendizaje, generándose
    paulatinamente una nueva cultura educativa.

    El enfoque constructivista ha logrado su apogeo en los
    últimos años y por medio del mismo los estudiantes
    poseen estructuras
    cognitivas a partir de las cuales perciben y procesan sus
    experiencias por este hecho el aprendizaje debe iniciarse con el
    conocimiento de aquel repertorio cognitivo, sólo de esta
    manera se podrán lograr aprendizajes
    significativos.

    En este sentido el proceso de
    enseñanza-aprendizaje es una relación horizontal
    entre profesores y estudiantes. La concepción de esta
    teoría se basa en que las funciones
    psíquicas se adquieren en el plano interpersonal, para
    luego internalizarse, es decir desde lo social-externo a lo
    individual-interno. Por ello la importancia de la
    interacción social en el aprendizaje ya que el educando en
    cualquier etapa de su vida aprende de manera más efectiva
    en contacto y en colaboración con los demás,
    entonces esta relación entre el individuo y el ambiente es
    una gran contribución de la teoría del
    campo.

    Según estos enfoques, la comprensión de la
    conducta (en
    nuestro caso, el estilo de aprendizaje del estudiante y el estilo
    de enseñanza del docente), requieren conocer no
    sólo las experiencias pasadas, las actitudes actuales, y
    las expectativas futuras de una persona, sino también su
    contexto o situación inmediata. Como afirma Piaget (1984,
    1999, 1994), el proceso de modificación interna originado
    por la interacción información – sujeto, es
    lo que origina aprendizajes significativos (Ausubel) que se
    generan en un contexto social y cultural organizado (Vigotsky).
    Como plantea Bruner, "el educador debe construir un andamiaje
    para que el alumno pueda asumir conscientemente y bajo su propio
    control, la tarea
    que antes sólo podía hacerla con ayuda".

    El reconocimiento de los estilos de aprendizaje en los
    estudiantes universitarios puede ayudar a constituir ambientes
    que propicien una buena disposición para producir un
    aprendizaje eficaz. Las distintas teorías existentes sobre
    estilos de aprendizaje, son modelos
    explicativos que han sido obtenidos de situaciones
    experimentales, y que pueden ayudar a entender relativamente el
    funcionamiento real de los procesos naturales del aprendizaje
    informal y formal.

    Así las personas perciben y adquieren
    conocimientos, tienen ideas, piensan y actúan de manera
    distinta. Además tienen preferencias hacia una o
    más estrategias cognitivas que les ayudan a dar
    significado a una nueva información. Por tanto cuando
    aprende un nuevo concepto, algunas personas pueden centrarse en
    los aspectos detallados del mismo, mientras que otras se centran
    en los aspectos lógicos; algunos son más
    independientes y quieren aprender solos, mientras que otros, en
    el caso de los estudiantes, prefieren estudiar junto a otros
    compañeros o cerca de sus profesores; algunos prefieren
    leer o asistir a conferencias, mientras que otros prefieren
    realizar actividades prácticas. Entonces, el
    término estilo de aprendizaje se refiere a aquella
    estrategia o
    enfoque que permite de manera más específica,
    recopilar, interpretar, organizar y pensar sobre nueva
    información (Gentry 1999).

    Es posible encontrar distintas definiciones sobre
    estilos de aprendizaje, entre otras: Keefe (1988) los define como
    "los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que
    sirven como indicadores relativamente estables, de cómo
    los discentes perciben, interaccionan y responde a sus ambientes
    de aprendizaje".

    Para Honey y Mumford (1982) los estilos de aprendizaje
    son una descripción de las actitudes y
    comportamientos que determinan la forma preferida de que un
    individuo pueda aprender. El modelo teórico de Schmeck
    (1980) hace mención de tres dimensiones de estilos de
    aprendizaje, a saber: procesamiento profundo, procesamiento
    elaborativo y procesamiento superficial. En la dimensión
    primera el estudiante basa su aprendizaje en las asociaciones que
    le sugiere el concepto, más que al concepto mismo, es
    decir el estudiante toma más tiempo en
    pensar que en repetir, pone atención a los rasgos semánticas y
    es capaz de clasificar, comparar, contrastar, analizar y
    sintetizar.

    En el segundo procesamiento la información se
    hace personalmente más relevante, y el estudiante la
    elabora pensando en ejemplos personales y logra expresarse en sus
    propias palabras.

    En la tercera dimensión la estrategia que utiliza
    el estudiante prefiere asimilar la información tal como la
    recibe en vez de re-expresarla, replantearla o repensarla,
    atendiendo más a los aspectos fonológicos y
    estructurales de la información. Invierten mucho tiempo
    repitiendo y memorizando información en su forma
    original.

    A pesar de la cantidad y diversidad de acepciones que se
    pueden encontrar sobre estilos de aprendizaje, es posible
    establecer que la mayoría de los autores coinciden en que
    trata de cómo la mente procesa la información, del
    cómo es influenciada por las percepciones de cada
    individuo, todo con la finalidad de lograr aprender
    eficazmente.

    El logro de una estrategia de aprendizaje de mayor
    calidad
    garantiza la permanencia del conocimiento, pero además y
    principalmente conforma un sistema que trasciende el modo de
    afrontar una situación particular. Por esta razón
    es importante tener presente las características de los
    estilos de aprendizaje, al planificar la labor educativa. Los
    estilos de aprendizaje pueden cambiar y conforme los estudiantes
    avanzan en este proceso, descubren mejores formas o modos de
    aprender.

    Los estilos de aprendizaje son modificables en
    función a su mejora y perfeccionamiento permanente,
    ningún estilo dura toda la vida y conforme avancen en su
    propio proceso permiten desarrollarse dependiendo del enfoque que
    se oriente. En diferentes situaciones los estilos se presentan
    variados de acuerdo a la edad y niveles de exigencia en la tarea
    de aprendizaje. En estudiantes universitarios estos estilos
    permiten identificar y mejorar los estilos personales de cada uno
    de ellos, enseñarle con sus estilos de aprendizaje
    predominantes y seleccionar metodologías educativas
    según los estilos de aprendizaje del grupo.

    En consecuencia, si la meta del
    educador es que el estudiante aprenda a aprender, el que este
    último identifique su propio estilo de aprendizaje, le
    permitirá: controlar su propio aprendizaje, diagnosticar
    sus puntos fuertes y débiles, identificar las condiciones
    en que aprende mejor, aprender de la experiencia de cada
    día y superar las dificultades que se le presentan en su
    proceso de aprendizaje. Entonces, ¿cuál es la
    aplicabilidad didáctica que tienen los estilos de
    aprendizaje en el aula o salón de clase?, la
    respuesta es que los distintos estilos de aprendizaje requieren
    distintos modos de enseñar y que es de importancia
    identificar el estilo predominante de los estudiantes.

    Conociendo la predominancia de algún estilo se
    podrá utilizar metodologías y recursos que
    estén al alcance de los docentes y
    estudiantes concientes de sus preferencias en cuanto a cada
    estilo de aprendizaje, se hagan esfuerzos por
    optimizarlos.

    Las personas aprenden de diferente forma y estas
    diferencias dependen de muchos aspectos: quiénes somos,
    dónde estamos, cómo nos visualizamos y qué
    nos demandan las personas, (Mc Carthy, 1987). Cada uno de
    nosotros procesamos la información de acuerdo con el
    estilo de aprendizaje de preferencia. Estas preferencias
    responden en la forma en que se procesa la información en
    nuestro cerebro. En los
    estudios realizados por el Roger Sperry y asociados, ellos
    encontraron que los dos hemisferios cerebrales procesan la
    información de manera diferente, que somos especies con
    dos cerebros, cada uno con un proceso mental diferente y, por
    último, que ambos hemisferios son igualmente importantes.
    Por lo tanto, el educador debe ayudar a nuestros estudiantes a
    desarrollar el uso de ambos hemisferios del cerebro y a
    desarrollar e integrar varios estilos de aprendizaje. Es decir,
    debemos proveer experiencias de aprendizaje que permitan a los
    estudiantes memorizar, interactuar, demostrar, practicar,
    preguntar, reflexionar, evaluar, crear, crecer, .El aprendizaje
    nos abre a nuevas formas de pensar y de hacer las cosas. Eso
    significa salirnos de nuestra zona cómoda y
    flexibilizarnos ante nuevas experiencias. Nos permite abrazar lo
    confuso y errático, a admitir que no tenemos todas las
    respuestas, a estar dispuestos a descomponer las cosas en sus
    partes para crear nuevas combinaciones.

    El contexto del proceso de enseñanza –
    aprendizaje depende de características sociales,
    físicas y personales del aprendiz, así como del
    contenido y del ritmo para aprender. Un elemento importante para
    facilitar el proceso de enseñanza – aprendizaje es
    ayudando al aprendiz a reconocer su estilo de aprendizaje. Estos
    estilos se presentan como una combinación de
    características cognoscitivas, afectivas y una
    psicológicas que sirven como indicadores relativamente
    estables sobre la manera de cómo los aprendices perciben,
    interactúan y responden a su ambiente.

    Los estilos de aprendizaje se ajustan dependiendo de la
    tarea a realizarse y al estilo de enseñanza que se utiliza
    en el salón de clase. Los estilos de aprendizaje han sido
    tema de estudio en el campo de la educación y han servido
    para iniciar cambios significativos en el proceso de
    enseñanza-aprendizaje. Varias universidades
    norteamericanas han adaptado la práctica de identificar
    los estilos de aprendizaje de los estudiantes con el fin de
    diseñar estrategias de enseñanza a tono con el
    perfil del grupo.

    Linda Silverman (1988), recalca que se debe exponer a
    los estudiantes frente a diferentes experiencias de aprendizaje
    para que ellos ganen confianza, muestren interés en
    aprender, desarrollen destrezas de razonamiento, análisis,
    solución de problemas y
    desarrollen otros estilos de aprendizajes. Una buena experiencia
    de aprendizaje reta las capacidades del aprendiz, por lo tanto,
    se debe establecer un balance al propiciar maneras alternas para
    aprender. La literatura nos señala
    que existe una brecha cuando los estilos de enseñanza del
    profesor y los estilos de aprendizaje de los estudiantes no
    corresponden.

    Esta situación puede provocar desinterés
    en el estudiante así como pobre aprovechamiento
    académico, participación, asistencia, e
    insatisfacción. Esta información nos hace
    reflexionar que debemos estar más conscientes sobre las
    diferencias entre los estilos de aprendizaje y las estrategias de
    enseñanza que tenemos disponibles. Implica que el educador
    debe ser atento, flexible y receptivo a las necesidades del
    educando. (Brundage and Mackaracher, 1980). El balance entre
    ambos aspectos estimula la colaboración y la
    participación del aprendiz en el proceso de
    enseñanza – aprendizaje, haciendo que sea más
    significativo y efectivo.

    Según Capella, Riera y otros, (2003), los
    estilos, son las conclusiones a las que llegamos acerca de la
    forma cómo actúan las personas., pueden resultar
    útil para clasificar y analizar los comportamientos., sin
    embargo, tiene el peligro de servir de simple etiqueta. Aunque
    para ciertos autores el estilo es un concepto superficial
    compuesto por comportami8enots externos, pero al ser una
    expresión o manifestación externa es consecuencia
    de algo tiene un fondo más intrínseco.

    Desde una perspectiva fenomenológica, las
    características estilísticas son los indicadores de
    superficie de dos niveles profundos de la mente humana: el
    sistema total de pensamiento y las peculiares cualidades de la
    mente que un individuo utiliza para establecer lazos con la
    realidad.

    Este punto de vista significa que las
    características personales como la preocupación por
    el detalle o el uso fácil de la lógica
    para determinar la verdad, la búsqueda de significados, la
    necesidad de opciones, no son simples casualidades sino aspectos
    muy unidos a elementos psicológicos. Por otro lado tenemos
    que los estilos educativos, se aprenden en la interacción
    con los demás, y además se confirman, modifican o
    adaptan. En el lenguaje de
    Lewin se trataría de field forces (campo de
    fuerzas) y, según otros autores, locus of control
    (
    lugar de control). Los elementos del estilo de
    aprendizaje y educativo son dinámicos y están
    siempre en relación, necesitan un espacio amplio de tiempo
    para que puedan ser estudiados a fondo.

    Ello por cuanto el concepto de educación es
    más amplio, dirige su atención no solamente al
    aprendizaje, sino también a la manera en que un individuo
    se compromete, se orienta o combina varias experiencias
    educativas.

    Leichter, afirma que el centrarse en el estilo de
    aprendizaje, implica un cambio básico en el enfoque de los
    problemas educativos. Sin embargo, el número de variables
    a estudiar es muy elevado y difícil de controlar. Por eso
    hay quienes trabajan los estilos de enseñanza y los
    estilos de aprendizaje, conceptos que tienen menor alcance pero
    que resulta más cercano y concreto.

    En relación al debate sobre
    las teorías del aprendizaje y sobre los estilos de
    aprendizaje se debe partir de la definición de
    aprendizaje, Alonso (1997), precisa que el "Aprendizaje es el
    proceso de adquisición de una disposición,
    relativamente duradera, para cambiar la percepción o la
    conducta como resultado de una experiencia."

    Los comportamientos característicos de los
    estudiantes en base a cuatro aspectos importantes del
    funcionamiento cognoscitivo:

    • Las cualidades espaciales se refieren al espacio
      concreto y al espacio abstracto. El espacio concreto lo
      conectamos con los sentidos;
      el espacio abstracto con la inteligencia; las emociones, la
      imaginación y la intuición.
    • El tiempo es controlado por el orden y la
      estructuración de las realidades, este orden puede ser
      secuencial (lineal) o aleatorio (no lineal,
      multidimencional).
    • Los procesos mentales de deducción e inducción.
    • Las relaciones, que se mueven dialécticamente
      entre reafirmarse en su individualidad y compartir y colaborar
      con los otros.

    La mente humana es capaz de utilizar estos elementos
    bipolares de diferente forma, según situación en
    que se encuentre. Cada persona tiene una predisposición a
    relacionarse mejor con ciertas condiciones para su crecimiento y
    desarrollo personal.

    Kolb (1984), menciona dentro de su modelo de aprendizaje
    el concepto de estilos de aprendizaje y lo describe como "algunas
    capacidades de aprender que se destacan por encima de otras como
    resultado del aparato hereditario, de las experiencias vitales
    propias y de las exigencias del medio ambiente
    actual."

    Llegamos a resolver de manera característica, los
    conflictos
    entre el ser activo y reflexivo y entre el ser inmediato y el
    analítico. Algunas personas desarrollan mentes que
    sobresalen en las conversiones de hecho dispares en
    teorías coherentes, y, sin embargo, estas mismas personas
    son incapaces de deducir hipótesis a partir
    de su teoría o no se interesan por hacerlo; otras personas
    son genios lógicos, pero encuentran imposible sumergirse
    en una experiencia y entregarse a ella.

    Ante este panorama de definiciones es fácil estar
    de acuerdo con Curry (1983), cuando afirma que uno de los
    obstáculos más importantes para el progreso y
    aplicación de las teorías de los estilos de
    aprendizaje en la práctica educativa, es la
    confusión de definiciones y el amplio panorama de
    comportamientos que pretenden predecir los modelos de estilos de
    aprendizaje.

    Considero que una de las definiciones más claras
    y ajustadas es la que propone Keefe (1988), precisando que: "los
    estilos de aprendizajes son los rasgos cognitivos, afectivo y
    fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente
    estables, de cómo los discentes perciben, interaccionan y
    responden a sus ambientes de aprendizajes".

    Cuando hablamos de estilos de aprendizaje tenemos en
    cuenta los rasgos cognitivos, incluimos los estudios de
    psicología cognitiva que explicitan la diferencia en los
    sujetos respecto a las formas de conocer. Este aspecto cognitivo
    es el que caracteriza y se expresa en los estilos cognitivos. Los
    cuatro aspectos fundamentales nos ayudan a definir los factores
    cognitivos:

    • Dependencia-independencia de campo.
    • Conceptualización y
      categorización.
    • Reflexividad entre a impulsividad.
    • Las modalidades sensoriales.

    El factor dependencia-interdependencia en situaciones de
    aprendizaje, los dependientes de campo prefieren mayor estructura
    externa, dirección e información de retorno
    – feedback – , están más a gusto con la
    resolución de problemas en equipo. Por el contrario, los
    independientes de campo necesitan menos estructura externa e
    información de retorno, prefieren la resolución
    personal de los problemas y no se sienten tan a gusto con el
    aprendizaje en grupo. Kagan (1963) citado por Revilla y Capella
    (2003) ha investigado durante años el factor de
    conceptualización y categorización. Los sujetos
    demuestran consistencia de cómo forman y usan los
    conceptos, interpretan la información, resuelven
    problemas.

    Hay quienes prefieren un enfoque relacional contextual y
    otros un enfoque analítico-descriptivo. La
    dimensión reflexividad-impulsividad parece cercana a la
    noción de "precaución" y"aceptación de
    riesgo",
    objetiva las diferencias en rapidez y adecuación de
    respuesta ante soluciones
    alternativas que exigen un pronunciamiento. Las modalidades
    sensoriales preferidas por los sujetos permiten organizar la
    información en: visual o icónico, orientada al
    pensamiento espacial; auditivo o simbólico que lleva al
    pensamiento verbal y cinético que lleva al pensamiento
    motoro.

    Cada persona aprende de manera distinta a las
    demás: utiliza diferentes estrategias, aprende con
    diferentes velocidades e incluso con mayor o menor eficacia incluso
    aunque tengan las mismas motivaciones, el mismo nivel de
    instrucción, la misma edad o estén estudiando el
    mismo tema. Sin embargo, más allá de esto, es
    importante no utilizar los estilos de aprendizaje como una
    herramienta para clasificar a los estudiantes en
    categorías cerradas, ya que la manera de aprender
    evoluciona y cambia constantemente.

    El estudiante universitario es un ser desarrollado en lo
    físico, en lo psíquico, en lo social, capaz de
    actuar con autonomía en su grupo social y que decide sobre
    su propio destino. Este tipo de educación se fundamenta en
    dos postulados: se necesita aprender bajo cualquiera
    condición biopsicosociológica, mediante una
    realidad física
    y social que constantemente se modifica y así poder
    enfrentarse con éxito a
    cada situación específica.

    Revilla (2000) destaca, finalmente, algunas
    características de los estilos de aprendizaje: son
    relativamente estables, aunque pueden cambiar en situaciones
    diferentes, son susceptibles de mejorar cuando se trabaja con
    estudiantes según su propio estilo de aprendizaje
    así aprenden con más Según Woolfolk,
    1996:12, los educadores prefieren hablar de ‘estilos de
    aprendizaje’, y los psicólogos de ‘estilos
    cognoscitivos’, para este autor las preferencias son una
    clasificación más precisa, y se definen como las
    maneras preferidas de estudiar y aprender, tales como utilizar
    imágenes en vez de texto,
    trabajar solo o con otras personas, aprender en situaciones
    estructuradas o no estructuradas y demás condiciones
    pertinentes como un ambiente con o sin música, el tipo de
    silla utilizado, etc.

    Otros autores, por último, sugieren hablar de
    ‘preferencias de estilos de aprendizaje’ más
    que de ‘estilos de aprendizaje’. La preferencia de un
    estilo particular tal vez no siempre garantice que la
    utilización de ese estilo será efectiva de
    allí que en estos casos ciertos estudiantes pueden
    beneficiarse desarrollando nuevas formas de aprender.

    En las últimas décadas se han elaborado
    todo tipo de teorías y modelos para explicar las
    diferencias en la forma de aprender. Pero, de todas esas
    teorías y modelos ¿cuál es la buena?, la
    respuesta es que todas y ninguna. La palabra "aprendizaje" es un
    término muy amplio que abarca fases distintas de un mismo
    y complejo proceso. Cada uno de los modelos y teorías
    existentes enfoca el aprendizaje desde un ángulo distinto.
    Cuando se contempla la totalidad del proceso de aprendizaje se
    percibe que esas teorías y modelos aparentemente
    contradictorios entre sí no lo son tanto e incluso se
    complementan.

    Una posible manera de entender las distintas
    teorías es el siguiente modelo en tres pasos:

    • El aprendizaje parte siempre de la recepción
      de algún tipo de información. De toda la
      información que recibimos seleccionamos una
      parte.
    • Cuando analizamos como se efectuó un
      análisis previo de la información podemos
      distinguir entre alumnos visuales, auditivos y
      kinestésicos.
    • La información que seleccionamos la tenemos
      que organizar y relacionar. El modelo de los hemisferios
      cerebrales nos da información sobre las distintas
      maneras que tenemos de organizar la información que
      recibimos y una vez organizada esa información la
      utilizamos de una manera o de otra.

    Naturalmente, esta separación en fases es
    ficticia, en la práctica esos tres procesos se confunden
    entre sí y están estrechamente relacionados. El
    hecho de que se tenga una mayor tendencia en seleccionar la
    información visual, por ejemplo, afecta a nuestra manera
    de organizar esa información. No podemos, por tanto,
    entender el estilo de aprendizaje de alguien si no le prestamos
    atención a todos los aspectos., Gardner rechaza el
    concepto de estilos de aprendizaje y dice que la manera de
    aprender del mismo individuo puede variar de una inteligencia a
    otra, de tal forma que un individuo puede tener, por ejemplo, una
    percepción holistica en la inteligencia lógico –
    matemática
    y secuencial cuando trabaja con la inteligencia
    musical.

    Así mismo Gardner rechaza la noción de los
    estilos de aprendizaje como algo fijo e inmutable para cada
    individuo. Pero si enfocamos el estilo de aprendizaje como las
    tendencias globales de un individuo en el momento de aprender y
    si partimos de la base de que esas tendencias globales no son
    algo fijo e inmutable sino que están en continua evolución, vemos que no hay
    contraposición real entre la teoría de las inteligencias
    múltiples y las teorías sobre los estilos de
    aprendizaje.

    La explicación viene sustentada por el hecho de
    que en a teoría de las Inteligencias Múltiples,
    Gardner define la inteligencia como el conjunto de capacidades
    que nos permite resolver problemas o fabricar productos
    valiosos en nuestra cultura. Además define ocho grandes
    tipos de capacidades o inteligencia: lingüística,
    lógico-matemática, corporal-kinestésica,
    musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal.
    Todos desarrollamos las ocho inteligencias, pero cada una de
    ellas en distinto grado. Aunque parte de la base común de
    que no todos aprendemos de la misma manera.

    Honey, Mumford y Alonso (1986) basándose en
    teorías y cuestionarios de Kolb – Learning Style
    Inventory (1984), establecieron una taxonomanía a partir
    de la aplicación a de su propio cuestionario CHAEA. Lo
    ideal, afirma Honey (1986), es que todo el mundo sea capaz de
    experimentar, reflexionar, elaborar hipótesis y
    aplicarlas.

    Es decir, que todas las virtudes estuvieran repartidas
    equilibradamente. Pero lo cierto es que los individuos son
    más capaces de una cosa que de otra. Los estilos de
    aprendizaje serán la interiorización por parte de
    cada sujeto, de una etapa determinada del ciclo. Por tanto los
    estilos, en consecuencia, para Honey y Mumford son también
    cuatro, que a su vez son las cuatro fases de un proceso
    cíclico de aprendizaje: activo, reflexivo, teórico
    y pragmático. Siendo la clasificación que se
    presenta la siguiente:

    ESTILO ACTIVO, Las personas que tienen
    predominancia en estilos activos se
    implican plenamente sin perjuicio en nuevas experiencias. Son de
    mente abierta, nada escépticos y realizan con entusiasmo
    las tareas nuevas. Son personas que se desarrollan en el presente
    y les fascina vivir nuevas experiencia. Piensan que por lo menos
    una vez hay que intentarlo todo. Al terminar una actividad entran
    rápidamente en otra, les aburre los plazos largos, son
    personas leales al grupo, se involucran en los asuntos de los
    demás y centran a su alrededor todas sus
    actividades.

    ESTILO REFLEXIVO, les gusta considerar las
    experiencias y observarlas desde diferentes perspectivas. Son
    personas prudentes que gustan considerar todas las alternativas
    posibles antes de realizar un movimiento.
    Disfrutan observado la actuación de los demás,
    escuchan a los demás y no intervienen hasta que se han
    adueñado de la situación. Crean a su alrededor un
    aire ligeramente
    distante y condescendiente.

    ESTILO TEÓRICO, adaptan e integran
    las observaciones dentro de las teorías lógicas y
    complejas. Enfocan los problemas de forma vertical, escalonada,
    por etapas lógicas. Tienden a ser perfeccionistas.
    Integran los hechos en teorías coherentes. Les gusta
    analizar y sintetizar. Son profundos en sus sistemas de
    pensamiento, a la hora de establecer principios, teorías,
    y modelos. Buscan la racionalidad y la objetividad, huyendo de
    los subjetivo y lo ambiguo.

    ESTILO PRAGMÁTICO, el punto fuerte
    de las personas con predominancia en estilo pragmático es
    la aplicación práctica de ideas. Descubren el
    aspecto positivo de las nuevas ideas y aprovechan la primera
    oportunidad para experimentarlas. Les gusta actuar
    rápidamente y con seguridad con
    aquellas ideas y proyectos que le atraen. Tienden a ser
    impacientes cuando hay personas que teorizan. Pisan la tierra
    cuando hay que tomar decisiones o resolver un problema. Su
    filosofía es "siempre se puede hacer mejor", "si funciona
    es bueno".

    El término 'estilo de aprendizaje' se refiere al
    hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros
    utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque
    las estrategias concretas que utilizamos varían
    según lo que queramos aprender, cada uno de nosotros
    tiende a desarrollar unas preferencias globales. Esas
    preferencias o tendencias a utilizar más unas determinadas
    maneras de aprender que otras constituyen nuestro estilo de
    aprendizaje.

    Las diferencias o variaciones en un proceso de
    aprendizaje son el resultado de muchos factores, como por ejemplo
    la
    motivación, el bagaje cultural previo y la edad. Pero
    esos factores no explican porque con frecuencia nos encontramos
    con alumnos con la misma motivación
    y de la misma edad y bagaje cultural que, sin embargo, aprenden
    de distinta manera, de tal forma que, mientras a uno se le da muy
    bien redactar, al otro le resultan mucho más fácil
    los ejercicios de gramática. Esas diferencias si
    podrían deberse, sin embargo, a su distinta manera de
    aprender.

    Tanto desde el punto de vista del alumno como del punto
    de vista del profesor el concepto de los estilos de aprendizaje
    resulta especialmente atrayente porque nos ofrece grandes
    posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje
    más efectivo.

    Rendimiento
    Académico.

    Muchos autores han establecido definiciones sobre
    rendimiento académico. Carpio (1,975) define rendimiento
    académico como el proceso técnico pedagógico
    que juzga los logros de acuerdo a objetivos de aprendizaje
    previstos; Supper dice, rendimiento académico es el nivel
    de progreso de las materias objeto de aprendizaje; Aranda
    considera que es el resultado del aprovechamiento escolar en
    función a diferentes objetivos escolares (1,998) y hay
    quienes homologan que rendimiento académico puede ser
    definido como el éxito o fracaso en el estudio, expresado
    a través de notas o calificativos.

    En el Perú la deserción y repitencia en la
    universidad indican con claridad que el proceso de
    admisión no ha podido detectar a quienes realmente
    valían para los estudios universitarios; que por muy
    variados motivos; un número significativo de alumnos no ha
    sabido responder a las exigencias que le hubieran conducido a
    logros satisfactorios en la universidad. (Montes,
    1,992).

    Pero, ¿Cómo se realiza la
    evaluación del rendimiento académico?. Esta se
    realiza con instrumentos y calificaciones asignadas por los
    profesores, pero estas no tienen un cero absoluto, es decir no
    son escalas de razón. Las calificaciones obtenidas por los
    alumnos en las diferentes asignaturas, criterio usado para medir
    el rendimiento, no permite una comparación válida,
    ni del rendimiento de cada alumno en las distintas asignaturas,
    ni de los alumnos en la misma materia.

    Esto, debido a que las pruebas que se utilizan no
    están estandarizadas, y la confiabilidad de las
    calificaciones son muy bajos. Sin embargo dado que sería
    imposible estandarizar todas las evaluaciones usadas se toman las
    calificaciones como un parámetro de medición que sugiere el rendimiento del
    alumno en determinada materia, por otro lado probablemente los
    sesgos se producirán de igual manera al hacer
    comparaciones de una asignatura a otra, e incluso en la misma
    materia. Una manera de contrarrestar los sesgos en la
    evaluación es no tomar las notas obtenidas tal y como se
    presentan sino reajustar ese puntaje obtenido al creditaje de
    cada curso de tal manera que puedan obtenerse pesos ponderados
    por cada asignatura.

    Algunos estudios realizados para identificar el
    rendimiento académico manifiestan la importancia de usar
    los créditos de las asignaturas para asegurar
    la exactitud y precisión de las variables. Fournier (1984)
    enfatiza que los créditos son de enorme utilidad no solo
    para labores de diagnóstico, sino sobre todo a nivel de
    investigación sobre rendimiento ya que posibilita un
    manejo mas exacto de esta variable, facilitando la
    comparación de grupos de
    escuela a Al
    momento de buscar las causas del fracaso escolar se apunta hacia
    los programas de estudio, la masificación de las aulas, la
    falta de recursos de las instituciones y raras veces al papel de
    los padres y su actitud de
    creer que su responsabilidad acaba donde empieza la de los
    maestros.

    Por su parte, los profesores en la búsqueda de
    solución al problema se preocupan por desarrollar un tipo
    particular de motivación de sus estudiantes, "la
    motivación para aprender", la cual consta de muchos
    elementos, entre los que se incluyen: la planeación, concentración en la
    meta, conciencia
    metacognoscitiva de lo que se pretende aprender y cómo se
    pretende aprenderlo, búsqueda activa de nueva
    información, percepciones claras de la retroalimentación, elogio y
    satisfacción por el logro y ninguna ansiedad o temor al
    fracaso (Johnson y Johnson, 1985). El éxito escolar, de
    acuerdo con la percepción de Redondo (1997), requiere de
    un alto grado de adhesión a los fines, los medios y
    los valores de
    la institución educativa, que probablemente no todos los
    estudiantes presentan.

    Aunque no faltan los que aceptan incondicionalmente el
    proyecto de vi
    da que les ofrece la Institución, es posible que un sector
    lo rechace, y otro, tal vez el más sustancial, sólo
    se identifica con el mismo de manera circunstancial.

    Aceptan, por ejemplo, la promesa de movilidad social y
    emplean la escuela para alcanzarla, pero no se identifican con la
    cultura y los valores
    escolares, por lo que mantienen hacia la Institución una
    actitud de acomodo, la cual consiste en transitar por ella con
    sólo el esfuerzo necesario. O bien se encuentran con ella
    en su medio cultural natural pero no creen o no necesitan creer
    en sus promesas, porque han decidido renunciar a lo que se les
    ofrece, o lo tienen asegurado de todos modos por su
    condición social y entonces procuran disociarse de sus
    exigencias.

    Sería excelente que todos los alumnos llegaran a
    la escuela con mucha motivación para aprender, pero no es
    así. E incluso si tal fuera el caso, algunos alumnos
    aún podrían encontrar aburrida o irrelevante la
    actividad escolar. Asimismo, el docente en primera instancia debe
    considerar cómo lograr que los estudiantes participen de
    manera activa en el trabajo de
    la clase, es decir, que generen un estado de
    motivación para aprender; por otra parte pensar en
    cómo desarrollar en los alumnos la cualidad de estar
    motivados para aprender de modo que sean capaces "de educarse a
    sí mismos a lo largo de su vida" (Bandura, 1993) y
    finalmente que los alumnos participen cognoscitivamente, en otras
    palabras, que piensen a fondo acerca de qué quieren
    estudiar.

    METODOLOGÍA
    DE LA INVESTIGACIÓN

    Se aplicó el cuestionario Honey-Alonso de Estilos
    de Aprendizaje (Alonso, Gallego y Honey, 1994), que consta de 80
    preguntas, este cuestionario es un instrumento de
    diagnóstico del estilo personal del aprendizaje; y se basa
    en teorías del aprendizaje de tipo cognitivo, cuyos
    autores más sobresalientes son: D. KOLB (1984), B. JUCH
    (1987), P.HONEY y A. MUMFORD (1986). Todos ellos, coinciden en la
    definición y desarrollo del proceso del aprendizaje como
    un proceso cíclico dividido en cuatro etapas, en las que
    influiría en un alto porcentaje las experiencias vividas,
    las circunstancias medio-ambientales, y lo heredado.

    Este cuestionario CHAEA ayuda al estudiante y
    profesor a perfeccionar y mejorar el aprendizaje considerando las
    preferencias durante el proceso educativo. Así mismo ayuda
    a los estudiantes en aplicar técnicas
    de auto-observación y puedan detectar la forma en
    que aprenden según el contexto en que se encuentran: aula,
    grupo de trabajo, tutoría, taller o laboratorio,
    etc., de modo que pudiesen comprobar cuánto de su estilo
    cambia según las situaciones y cuáles son las
    preferencias que se mantienen estables.

    Por ello en la metodología planteada se
    trabajó adicionalmente con el registro de
    evaluaciones y así poder identificar el aspecto
    académico, traducido en calificaciones,
    interrelacionándolos con los estilos obtenidos mediante la
    aplicación de este instrumento. Se trabajó con
    estudiantes del primer año de estudios de la Universidad
    Católica Santo Toribio de Mogrovejo con el objetivo
    primero de identificar los estilos de aprendizaje (Estilo Activo,
    Reflexivo, Teórico y Pragmático) con mayor
    predominancia; a una muestra
    conformada por 452 estudiantes de ambos sexos, pertenecientes a
    las siete carreras profesionales que fueron seleccionados por un
    muestreo
    aleatorio simple.

    El cuestionario se aplicó de manera
    anónima a los estudiantes seleccionados en la muestra,
    durante un plazo máximo de 30 minutos, para lo cual se
    coordinó con los Jefes de carrera correspondiente a cada
    Escuela Profesional. Además se efectuó una breve
    presentación de la investigación y del
    cuestionario, tratando de no generar la introducción de variables extrañas y
    no controladas al momento de la aplicación de los
    instrumentos, haciendo especial hincapié en que se
    contestara todos los ítems.

    La metodología fue aplicada tomando como
    referencia las investigaciones
    similares realizada por Alonso, Gómez, Capella y otros,
    quienes al poner en práctica este cuestionario y su
    posterior análisis para determinar las estilos que
    predominaban en los diferentes grupos a los cuales se les
    aplicó este cuestionario, sin embargo al relacionarlos
    directamente con el rendimiento académico y saber
    verdaderamente si la predominancia de un estilo de aprendizaje
    está relacionado con el dicho rendimiento.

    Prueba de Confiabilidad del Cuestionario de Honey
    – Alonso de los Estilos de Aprendizaje

    Se aplicó el cuestionario Honey-Alonso de Estilos
    de Aprendizaje (Alonso, Gallego y Honey, 1994) , que consta de 80
    preguntas a los estudiantes del primer año de estudios de
    la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo en le
    año 2003; con el objetivo de identificar los estilos de
    aprendizaje (Estilo Activo, Reflexivo, Teórico y
    Pragmático) con mayor predominancia; a una muestra
    conformada por 452 estudiantes de ambos sexos, pertenecientes a
    las 07 carreras profesionales, seleccionados por un muestreo
    aleatorio simple.

    Se utilizó el cuestionario Honey – Alonso de
    Estilos de Aprendizaje (Alonso, Gallego y Honey, 1994) que consta
    de 80 preguntas (20 ítems para cada uno de los cuatro
    estilos) a las que se responde dicotómicamente
    manifestando si está de acuerdo (signo +), o en desacuerdo
    (signo -).

    La puntuación máxima que se puede alcanzar
    en cada estilo es 20. En este sentido convendría matizar
    que la puntuación obtenida en cada uno de los estilos es
    relativa y así no significa lo mismo obtener una
    puntuación de 13 en estilo activo que un 13 en estilo
    reflexivo.

    Para conocer el grado de confiabilidad (fiabilidad,
    consistencia o precisión de una escala) del
    cuestionario, se utilizó el coeficiente ALFA DE
    CRONBACH.

    Para ello se calcularon primero las varianzas de cada
    ítems y la varianza total de la escala. También se
    ha calculado el coeficiente ALFA DE CRONBACH para cada
    estilo de Aprendizaje, de forma que hemos calculado la
    consistencia interna de cada estilo.

    TABLA N° 01

    COEFICIENTE ALFA DE
    CRONBACH.

    (80 items , 452 estudiantes)

    α = 0.81

    TABLA N° 02

    COEFICIENTE ALFA DE CRONBACH PARA
    CADA ESTILO DE APRENDIZAJE.

    (20 items , 452 estudiantes)

    ESTILO DE APRENDIZAJE

    ALFA DE CRONBACH

    ACTIVO

    REFLEXIVO

    TEORICO

    PRAGMÁTICO

    0.58

    0.65

    0.62

    0.54

    Partes: 1, 2

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