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Resumen de la obra María



    1. Personajes
    2. Temas claves de la
      obra
    3. Análisis detallados de
      Efraín y María
    4. Localización
      geográfica
    5. Espacio
    6. Tiempo
      cronológico
    7. Figuras
      literarias
    8. Expresiones
      literarias
    9. Vocabulario

    Enmarcada por la espléndida geografía del Valle
    del Cauca, en épocas pasadas floreció la hacienda
    «El Paraíso». Allí, rodeados por la
    bondad de sus padres y tíos, crecieron dos jovencitos de
    nombres Efraín y María, primos hermanos, quienes
    desde su más tierna infancia se
    hicieron inseparables compañeros de juego y
    alegría. Muy pronto, sin embargo, el camino de los dos
    primos se separó.

    Efraín, alcanzada la edad necesaria para
    emprender una sólida educación, fue
    enviado por sus padres a la ciudad de Bogotá, en donde,
    tras seis anos de esfuerzo, consiguió coronar sus estudios
    de bachillerato.

    María, entre tanto, lejana ya las delicias de la
    infancia, se había convertido en una bellísima
    muchacha, cuyas dotes y hermosura encandelillaron al
    recién llegado bachiller.

    Ciertamente la sorpresa del muchacho fue compartida.
    También María se sintió vivamente
    Impresionada ante las maneras y el porte de su primo, y aquella
    mutua admiración dio tránsito a un vehemente
    amor que se
    apoderó de sus corazones, sin que ellos mismos pudieran
    comprenderlo o sentirlo.

    El cariño de los jóvenes progresó
    dulcificado por las bondades de su medio y muy pronto, a pesar de
    que ellos quisieron ocultarlo, los ojos de sus mayores recabaron
    en este mutuo afecto. Entonces, una sombra dolorosa se interpuso
    entre los dos enamorados.

    Los padres de Efraín, quienes abrigaban un
    vivísimo amor por su sobrina, no podrían olvidar
    una penosa circunstancia .que señalaba indefectiblemente
    su destino. Tal como su madre, muerta bastante tiempo
    atrás. Marta daba muestras de padecer una dolorosa
    enfermedad. Aquella dolencia, que llevara a la muerte a
    quienes la padecieran, tarde o temprano, empezaba a notarse en el
    semblante juvenil de la muchacha. Ningún alivio era
    suficiente, y aunque el ánimo de los buenos señores
    se inclinara favorablemente al amor de los muchachos, la
    posibilidad, casi indudable, de la muerte
    temprana de María, los obligaba a oponerse.

    A pesar de ello, sus acciones no
    revistieron crueldad o torpeza. Todo lo contrario, el padre
    llamó a Efraín a su lado y sin mostrar señal
    alguna de su íntima determinación, lo instó
    a viajar a la lejana Europa a fin de
    adelantar estudios superiores de medicina.
    Aquella solicitud conturbó el ánimo de la
    enamorada, quien veía con profundo pesar la forzosa
    distancia que entre los dos pudiera interponerse.

    Sin embargo, la voluntad paterna fue determinante y tras
    una serie de obstáculos y aplazamientos que llenaron de
    felicidad el corazón de
    los amantes, Efraín enderezó sus pasos rumbo a
    Londres. El dolor de los primeros tiempos de separación
    fue mitigado por las incontables cartas que los
    muchachos se enviaban.

    Muy pronto, Efraín resintió las dilaciones
    y tardanzas de su amada. Y cuando esta situación
    más lo mortificaba y ofendía, supo por boca de un
    amigo recién llegado a Inglaterra, que
    la joven María había sido postrada por una dolorosa
    enfermedad que la amenazaba cruelmente y que requería su
    presencia. Inauditos fueron entonces los dolores de Efraín
    tratando de encontrar vías inmediatas para su
    desplazamiento desde Europa.

    Las enormes distancias y la lentitud de los transportes
    se erigía como otras tantas lanzas que mortificaban su
    corazón. Días y días se sucedían, sin
    que la añorada patria asomara en el horizonte. Llegaron
    después tas penalidades de la travesía de
    ríos y montanas, los accidentes,
    las lluvias, la crueldad de la naturaleza que
    inconmovible asistía a los agónicos esfuerzos del
    enamorado. Cuando ya Efraín consiguió descabalgar
    en tierras de «El Paraíso» y saludó emocionado a
    sus padres, por el semblante de aquellos adivinó la
    verdad: sus esfuerzos fueron vanos.

    La amada no pudo aguardar su llegada y con su nombre
    entre los labios falleció.

    La desesperación de Efraín lo condujo
    hasta el pie de la tumba de María, en donde los recuerdos
    de las alegrías pasadas que la llevaron hasta la
    postración. Finalmente, incapaz de soportar la vida en
    medio del maravilloso valle que fuera escenario de su amor y que
    lo inundaba cada instante con su alud de recuerdos y emociones,
    Efraín decidió abandonar para siempre la tierra de
    sus mayores y se adentró en lo desconocido.

    PERSONAJES

    PRINCIPALES

    EFRAÍN, joven protagonista de la novela,
    enamorado de María, que luego de comprometerse en matrimonio con
    ella a su regreso de Europa, ve frustradas sus ilusiones al
    encontrar que ha fallecido en su ausencia.

    MARÍA, novia de Efraín, hija de
    Salomón, judío de Jamaica que antes de morir la
    deja bajo ci cuidado de! padre del protagonista. Al padecer la
    misma enfermedad que terminó con la vida de su madre, ve
    que ésta se recrudece por la ausencia de Efraín.
    Pide a este que vuelva a su lado, pero sus fuerzas se debilitan y
    su vida se agota antes de tener e! remedio de su
    presencia.

    EL PADRE, bondadoso hacendado del Valle del Cauca, en
    cuya casa permanece María bajo su cuidado. Es quien
    dispone e! viaje de su hijo Efraín a Europa a continuar
    los estudios de medicina, pero lamentablemente esta es la
    razón por la cual se intensifica la enfermedad que lleva a
    María a una muerte temprana.

    LA MADRE, buena mujer,
    típica esposa tradicional de carácter .sumiso, cuya presencia en la
    novela es
    símbolo de prudencia y buen consejo en los

    momentos adversos.

    EMMA, hermana de Efraín y confidente de los
    enamorados. Siempre dispuesta a crearles momentos propicios y a
    servirles de consuelo en las

    dificultades.

    SECUNDARIOS

    JULIAN, hermano de Efraín, estrechamente unido a
    María, de quien recibe un amor casi maternal.

    DOÑA ANDREA, madre del anterior.

    LUCAS, neivano agregado de una hacienda vecina a la de
    José, que forma parte del grupo que va a
    la cacería del tigre.

    TIBURCIO, otro participante en la cacería del
    tigre. Novio de Salomé.

    MARTA, cocinera de la posesión de José y
    su familia.

    FELICIANA, negra aya de María, que en el pasado
    tuvo el nombre de Nay. Era hija de un guerrero achanti del
    África, pero capturada por uno traficantes, fue conducida
    a América
    en calidad de
    esclava.

    ESTEFANA, negrita de doce años, hija de esclavos
    que sirve en la casa. Tiene un afecto fanático por
    María.

    CAMILO, criado de la familia de
    Efraín enviado a Cali por correspondencia que
    esperaban.

    EL CURA, anciano religioso que oficia la boda de
    Tránsito y Braulio.

    SEÑOR A, caballero con quien viaja Efraín
    a Europa y quien le da

    la noticia de la gravedad de María.

    MAGMAHU, guerrero achanti padre de Nay
    (Feliciana).

    SAY TUTO KUAMINA, rey achanti a cuyo servicio
    estuvo Magmahú.

    ORSUÉ, caudillo de los achimis, muerto por
    Magmahú.

    SINAR, hijo del anterior y esposo de Nay. Luego de ser
    capturado por unos traficantes es separado para siempre de su
    mujer, con quien ha tenido un hijo, el negrito Juan
    Ángel.

    WILLIAM SARICK, irlandés dueño de la casa
    donde fue dejada Nay (Feliciana) por los traficantes en calidad
    de esclava.

    GABRIELA, mujer del anterior. Nay encuentra en ella
    consuelo por la pérdida de su esposo y buen consejo en la
    desesperación.

    EL YANKEE, americano que intenta comprar a Nay para
    llevarla a su país, donde el hijo de ésta
    será esclavo por siempre.

    CUSTODIO, chagrero compadre de Efraín a quien
    pide lleve a su hija Salomé a su casa para alejarla de la
    tentación de Justiniano, hermano de Carlos, que parece
    acecharla con propósitos no muy honestos.

    TEMAS CLAVES DE LA
    OBRA

    El amor

    María es un ingenuo idilio sentimental,
    romántico, que ha sido comparado con Pablo y Virginia de
    J. H. Bernardin de Saint Fierre (obra donde el autor
    francés trabaja el exotismo paisajístico y el
    sentimentalismo), y con Átala de Chateaubriand, serie
    también de relatos exóticos, como también
    hubiera podido serlo, en cierto modo, la novela pastoril Dafnis y
    Cloe del sofista griego Longo, pero que no es imitación
    servil de nadie, sino espontáneo y sentido recuerdo de un
    primer amor purísimo, ideal en el más alto grado de
    romanticismo.
    Pero lo anterior no excluye cierto sensualismo, algo de
    fetichismo -por supuesto, muy delicado y cándido por parte
    de Efraín quien se extasía en más de una
    ocasión besando y observando las prendas de la
    muchacha.

    No duda en hacer elogios muy detenidos del cuerpo de
    ella. Sus codos, la blancura de sus brazos; su cuello y sus
    manos, los pies desnudos que la joven pretende cubrir en actos
    púdicos, son materia de
    largas descripciones que obviamente nos indican pasión
    velada con delicadeza de palabras respetuosas.

    Este amor es eterno pues cubre la totalidad de la vida
    del personaje que narra y se ha inmortalizado en las
    páginas de la novela de Isaacs.

    Por su parte, en María encontramos el amor que
    aguarda. Es la paciencia pura, la resignación que
    jamás es vencida y que, al contrario, se acrecienta con
    los obstáculos. Es el amor que destruye la materia antes
    que agotarse en sí mismo. Es decir, en ella el amor todo
    lo puede porque es espiritual.

    Aunque la novela toca otros temas importantes, desde un
    comienzo entendemos que el amor ocupará la generalidad de
    la obra, porque María sólo se puede concebir como
    símbolo de amor, A lo largo de todo el texto, sus
    actitudes,
    pensamientos y conductas están al servicio de! amor. No
    hay un solo episodio donde nos encontremos con una María
    diferente a la María-amor, y no hay un pasaje de amor en
    donde no aparezca la imagen de
    María como arquetipo, como modelo
    indicativo de lo que es o debe ser un verdadero sentimiento
    amoroso, a pesar de que en aquellos se halle el ideal de
    antemano. Ella es la perfección, ella es amor.

    La muerte

    Como es común en el romanticismo, el amor y la
    muerte van unidos en una conjunción trágica. Desde
    el comienzo de la novela, y aunque la muerte no haya sido
    mencionada, se percibe cierta atmósfera densa,
    cierta inclinación a lo desconocido, que nos anuncia
    turbulencias y estados de ánimo agónicos. La simple
    partida del chiquillo Efraín fuera del seno familiar, no
    hace más que presentarnos una especie de muerte a escala menor. El
    hijo parte y el llanto invade un hogar. El dolor reina y el hijo
    debe experimentar lo desconocido.

    A su regreso todo parece brillar por la ilusión,
    pero no tardan en aparecer signos
    inequívocos de angustia. María se retira temprano a
    su habitación porque le duele la cabeza; falta a la mesa
    del comedor en un acto inusual en las costumbres de la
    época y… su mano tiembla. Su primer ataque oscurece la
    dicha y un ave negra que golpea la mejilla de Efraín, nos
    hace perder toda esperanza contra lo fatal: es la alegoría
    de la muerte que sonríe por primera vez y nos indica que
    su atención se ha depositado en aquella
    muchachita indefensa y amada para no desviarse ya a ningún
    otro lugar, porque es implacable y saborea con su rigor el
    padecimiento de quienes se le oponen.

    Todo en adelante será ilusorio para los
    personajes de la novela y para el lector ingenuo. El ave sigue
    apareciendo siempre con azotes de humor negro y nos
    acompañará hasta el final de la novela.

    La esclavitud

    Aunque muchos críticos han afirmado que la
    sociedad
    plasmada en María es un mundo idealizado en que todos los
    personajes son buenos y nobles, se puede cuestionar dicha
    afirmación. Ante todo, nada de noble tiene una sociedad
    que admite la institución abominable de la esclavitud.
    Isaacs demuestra la preocupación del Realismo al
    censurar esta vulgaridad inhumana.

    Efraín pregunta a Emigdio por qué un
    muchacho tiene el brazo mutilado; su amigo contesta que lo
    había metido en el trapiche, y se queja de la estupidez de
    los esclavos, y añade que ya el joven no sirve más
    que para cuidar caballos. La simple inclusión de este
    pasaje nos muestra que el
    autor se aterra ante tal desconsideración. Pero la mayor
    protesta contra la esclavitud la encontramos en el relato de Nay
    y Sinar; el dolor de los desgraciados que se ven separados de sus
    familias; los horrores de los buques que transportan los
    esclavos, las propuestas depravadas que hacen algunos traficantes
    a las negras más bonitas, etc. Es pues, un tanto
    apresurado afirmar que la novela nos presenta una sociedad
    idealizada.

    ANÁLISIS
    DETALLADOS DE EFRAÍN Y MARÍA

    Efraín

    La atracción sexual de María representa
    una actitud sana
    por parte de Efraín hacia la pasión amorosa; el
    amor espiritual no debe estar separado del amor
    físico.

    Los rasgos definidores de la sicología de
    Efraín (su orgullo como miembro de la aristocracia local,
    su interés
    en los humildes, sus sensualidad, su condición de poeta,
    su amor a la naturaleza) están ampliamente documentados en
    la
    personalidad de su creador. Salta a la vista, entonces, que
    Efraín no es un estereotipo literario, como suele declarar
    la crítica, sino que es un autorretrato de su
    autor. Es cierto que Efraín coincide con el típico
    héroe romántico en su gran capacidad emocional y en
    su tendencia a creerse un dandi de la época.

    María

    María muestra ser dulce y sumisa desde su
    aparición inicial; al contrario de otras mujeres, ella no
    recibe placer de las pequeñas riñas de novios, y
    hace lo posible por evitarlas. Ella cree en la superioridad
    intelectual de los hombres, y piensa que las mujeres no deben
    ofrecerles consejos.

    El temperamento manso y pacífico de María
    no la coloca en una posición de desventaja respecto al
    novio más dominante; es precisamente su suavidad lo que
    más atrae y cautiva a Efraín. En pocas palabras,
    María es una mujer verdaderamente femenina, que sabe
    comunicar su amor sin que se note.

    Esta característica de feminidad es lo que hace
    de María la mujer
    ideal.

    Aunque inteligente, María no tiene
    educación formal otro ideal romántico. En el siglo
    diecinueve en Colombia, lo
    normal era que las niñas sólo aprendieran los
    oficios de la casa y que se dedicaran exclusivamente a sus
    familias. Los instintos maternales de María cumplen otro
    requisito del Romanticismo, igual que su firme fe religiosa, su
    languidez amorosa.

    Es dificil crear una relaciónmas exacta de los
    otros personajes pues son mas efimeros y de menos importancia en
    la obra

    LOCALIZACIÓN
    GEOGRÁFICA

    El aspecto espacial de María tiene
    características muy curiosas y hasta desconcertantes. El
    crítico norteamericano Donaid McGrady es quizá
    quien mejor ha investigado y comprendido este fenómeno, y
    por tanto es conveniente seguirlo en sus
    planteamientos.

    Dice el investigador que casi siempre Efraín
    especifica con una puntualidad minuciosa los lugares por los que
    pasa en Colombia. Esto se ve continúa sobre todo en los
    capítulos LVII a LX, donde el narrador describe su viaje
    por el río Dagua y por el camino a Cali, región en
    la cual Isaacs trabajó cuando empezaba a escribir
    María. En estos capítulos menciona lugares tan
    pequeños que hoy día se ignoran los nombres que
    tenían en aquella época.

    ESPACIO

    Sin embargo, en algunos casos, Isaacs abrevia u omite
    ciertos topónimos; estas omisiones y abreviaturas tienen
    por propósito disfrazar superficialmente el escenario
    principal de María: la hacienda llamada "El
    Paraíso" y sus alrededores.

    Nunca se menciona este nombre, ni los de las otras
    haciendas ("La Manuelita" y "La Rita") que perdió la
    familia Isaacs unos años antes de la publicación de
    la novela. Esta técnica de omisión refleja la
    afición romántica por todo lo vago e impreciso;
    menudean los casos en las novelas del
    francés Alphonse de Lamartine y del novelista inglés
    Walter Scott, por ejemplo. Además, es posible que hubiera
    motivos no literarios para algunas de estas omisiones. En el
    capítulo XXXIII Isaacs hace unas alusiones personales muy
    denigrantes a los nuevos dueños de las haciendas que
    habían sido de sus padres; quizá el autor
    disimuló los nombres de las propiedades para evitar
    posibles pleitos por calumnia.

    TIEMPO
    CRONOLÓGICO

    María, dice que puede fecharse de una manera
    aproximada. Como en la novela existe todavía la
    esclavitud, abolida en Colombia a principios de
    1852, se desprende que la trama tiene lugar antes de ese
    año.

    Otro dato que apunta hacia la misma fecha es !a
    referencia (XXIII) al periódico
    "El Día", que dejó de publicarse en julio de 1851.
    El colegio del doctor Lorenzo María Lleras, adonde
    asistió Efraín, funcionó de 1846 a 1852.
    Así es que el idilio de Efraín y María
    transcurriría hacia el año 1850. Esto quiere decir
    que Efraín, que tiene veinte años al comienzo de la
    novela, es siete años mayor que Isaacs, quien nació
    en 1837.

    Isaacs insertó tantas referencias al tiempo en su
    novela. Y piensa que probablemente la razón es que
    así se carga el énfasis sobre la inminencia del
    viaje de Efraín, el cual causará la muerte de
    María. La obsesión con el tiempo constituye una
    manera de preludiar el fallecimiento de la heroína, que
    para Efraín será el momento en que cese totalmente
    el tiempo.

    FIGURAS
    LITERARIAS

    Metáfora

    Esta figura consiste en expresar una idea a
    través de otra con la cual guarda analogía o
    semejanza. Entre las tantas cualidades de María, sin duda
    se debe mencionar la poesía;
    su forma lírica de expresarse es de gran luminosidad para
    ilustrarnos de manera más estética las ideas, acudiendo para ello a
    la gama de posibilidades que le brinda la preceptiva.

    • "… Entonces caemos en una postración
    celestial…"

    • "Antes de ponerse el sol, ya
    había yo visto blanquear sobre la falda de

    la montaña la casa de mis padres."

    • "Las herraduras de mi caballo chispearon sobre el
    empedrado patio."

    Símil o comparación

    Semejanza directa existente entre dos términos.
    Las comparaciones son permanentes en la novela. Es como si la
    realidad no mereciera ser denominada directamente. El estilo de
    Isaacs, romántico, cargado de giros que quieren insinuar
    dulzura, perdería bastante de su belleza si fuera directo
    y escueto:

    • "Y sus ojos estaban humedecidos aún, al
    sonreír a mi primera expresión afectuosa, como los
    de un niño cuyo llanto ha acallado una caricia
    materna."

    • "Algo oscuro como la cabellera de María y
    veloz como el pensamiento

    cruzó por delante de nuestros ojos."

    Personificación

    Figura retórica que consiste en darle
    características humanas a los objetos o a los animales. Menos
    frecuente que las anteriores, de todos modos es una figura que
    enriquece la novela por la espontaneidad que otorga al
    texto.

    • "Cuando en un salón de baile, inundado de
    luz, lleno de
    melodías voluptuosas…"

    •"Es necesario que vuelvan al alma
    empalidecidas por la memoria
    infiel."

    EXPRESIONES
    LITERARIAS

    De contenido

    Tipos de descripción

    De lugares

    Sus descripciones de lugares son numerosas en la obra.
    En ellas imperan el idilio, la idealización y, en
    ocasiones, tanto el realismo como el costumbrismo. Veamos algunos
    ejemplos:

    • "El cielo tenía un tinte azul
    pálido: hacia el oriente y sobre las crestas
    altísimas de las montañas, medio enlutadas
    aún, vagaban algunas nubecillas de oro, como las
    gasas del turbante de una bailarina esparcidas por un aliento
    amoroso."

    • "Atravesé un corto llano en el cual el
    rabo de zorro, el friega-plato y la zarza dominaban sobre los
    gramales pantanosos; allí ramoneaban algunos caballejos
    molenderos rapados y mutilados por el carguío de
    leña y la crueldad de sus arrieros…"

    • "En la casa llamaban la atención a un
    mismo tiempo la sencillez, la limpieza y el orden: todo
    olía a cedro, madera de que
    estaban hechos los rústicos muebles, y narcisos con que la
    señora Luisa había embellecido la cabañita
    de su hija: en los pilares había testas de venados, y la
    patas disecadas de los mismos servían de garabatos en la
    sala y en la alcoba."

    En la descripción de personas, como en casi todo
    tipo de descripción del autor, el adjetivo es fundamental
    y está usualmente dirigido a embellecer y dar gracia, a
    exaltar cualidades o dar un toque de colorido a lo descrito. Por
    regla general es muy claro en sus juicios. Apreciemos estas
    cualidades en una descripción de María:

    • "Ella estaba tan hechicera como mis ojos debieron
    decírselo: un gracioso sombrero de terciopelo negro,
    adornado con cintas escocesas y abrochado bajo la barba con otras
    iguales, que en el ala dejaba ver, medio oculta por el velillo
    azul, una rosa salpicada aún de rocío, descansaba
    sobre las gruesas y lucientes trenzas cuyas extremidades
    ocultaba: arregazaba con una de las manos la falda negra, que
    ceñía bajo un corpiño del mismo
    color

    • un cinturón azul con broche de brillantes,
    y una ancha capa se le desprendía de los hombros en
    numerosos pliegues."

    De situaciones

    En este tipo de descripción, Isaacs tiende a ser
    cinematográfico, muy explícito y con mucho grado de
    tensión y espectacularidad:

    "José disparó: el tigre rugió de
    nuevo tratando como morderse el lomo, y de un salto volvió
    instantáneamente sobre Braulio. Este, dando una nueva
    vuelta tras los robles, lanzóse hacia nosotros a recoger
    la lanza que le arrojaba José. Entonces la fiera nos dio
    frente. Sólo mi escopeta estaba disponible:
    disparé; el tigre se sentó sobre la cola,
    tambaleó y cayó."

    VOCABULARIO

    Hartón: fruto de cierta especie de
    plátano: es muy grande y común en el Valle del
    Cauca.

    Holán: batista, tela delgada muy
    fina.

    Horrarse: de bono: se aplica a vacas y otras
    hembras de animales cuando se malogra la cría. Entre
    jugadores, devolverse el tanto expuesto en la partida.

    Hu turutas: interjección de
    desaprobación o impaciencia.

    Jigra: mochila grande de mallas de cabuya o de
    correíllas de cuero.

    Jilo: en derechura. Rectitud,
    integridad.

    Lajero (perro): de caza.

    Lambido: relamido, presuntuoso.

    Machetona: navaja grande.

    Manatí: corbacho,
    látigo.

    Mandinga: Diablo, demonio.

    Manea: traba que se pone en las patas traseras a
    la vaca que se ordeña.

    Maneto: deforme de uno o ambas manos; se dice de
    los cuadrúpedos.

    Mangón: potrero pequeño.

    Manzanillo: color amarillo
    tiznado; se aplica a los caballos.

    Mecha: broma.

    Mechoso: haraposo, sucio.

    Medalla: onza de oro.

    Mezquinar: librar de un castigo.

    Mocho: caballo malo, o sin una oreja.

    Montarrón: selva grande.

    Montuno: montaraz. Que anda por los
    montes.

    Mote o mute: maíz
    cocinado.

    Ña: abreviación de señora;
    se usa solamente antepuesto a los nombres de la gente
    plebeya.

     

    Karol Paola CANO MONTES

     

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