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La población en Lambayeque (Perú), siglos XVI-XIX




Enviado por José Gómez Cumpa



    1. El contexto: El común de
      indios del pueblo de Lambayeque Colonial
    2. Lambayeque, Siglos XVIII y
      XIX
    3. Cambios en la
      composición por etnias 1784-1853
    4. La población de la ciudad
      de Lambayeque en el censo de 1853
    5. Los inmigrantes de la
      población de Lambayeque
    6. Las actividades
      económicas, los sectores
      económicos
    7. Los hogares de los criollos, y
      los esclavos en Lambayeque, 1853
    8. Conclusiones
    9. Fuentes y
      bibliografía

    Usando fuentes
    primarias y secundarias, hacemos un recorrido por la historia colonial y
    republicana temprana de Lambayeque, región ubicada en el
    nor-septentrional de Perú.

    El contexto: El
    común de indios del pueblo de Lambayeque
    Colonial

    El común de indios fue la institución
    representativa de la población indígena a lo largo
    de la época colonial, ante la cual se plantearían
    los reclamos por reivindicaciones de derechos de tierras y aguas
    ante las entidades dominantes en la colonia (Cabildo de
    Españoles. Corregimiento, Audiencia de Lima.
    Virrey).

    Dentro del "Común de Indios" se expresaba
    también la
    organización social de la población
    indígena, ya que estaban representandas las parcialidades
    que al parecer agrupaban a los campesinos con derechos a
    determinada porción territorial. Ya hemos señalado
    algunos nombres parcialidades reducidas en el pueblo de
    Lambayeque (Ñan. Corñan, Xacap, Eten,
    Esquén). La situación se complica cuando observamos
    las parcialidades de origen de los feligreses de las cuatro
    parroquias de Lambayeque, como vemos a
    continuación:

    Parcialidades en parroquias de
    Lambayeque colonial

    Ramadas

    Santa Catalina

    Santa Lucía

    San Roque

    San Pedro

    Parcialidades

    comunes

     

     

    Parcialidades

    Pares

     

    Parcialidades

    Singulares

    Fotasteros

    Yanaconas

    Del cacique

     

    Yéncala

    ——

     

    Lizeros

    Segundos

    Fotasteros

    Yanaconas

    Del cacique

     

    Jacap

    Fill

    Huerta

     

    Nonchuc

    Chanlobo

    Hebsquen

    Collocsil

    Fotasteros

    Yanaconas

    Del cacique

     

    Fill

    Huerta

     

    Xieloc

    Enec

    Fotasteros

    Yanaconas

    Del cacique

     

    Jacap

    Yéncala

    —–

    —–

     

    Huicop

    Olleros

    Jicloc

    Sensiac

    Fuente: Libros de
    Bautismos, Archivo
    Parroquial de Lambayeque.

    Dejando de lado las parcialidades que se repiten en
    las cuatro ramadas, encontramos que el término
    "parcialidad" se aplica a conocidas toponimias locales
    (Yéncala, Huerta, Chalobo, Collocsil) así como
    apellidos de mandones o nobles yungas locales (Hebsqen o
    Esquén, Huicop, el mismo Huerta, p.ej.); y por
    último se refiere a algunas especialidades laborales muy
    concretas (chicheros, olleros, " lizeros" (sic).

    Hasta donde estas connotaciones del término
    parcialidad corresponden a contenidos o adaptaciones hispanas
    es algo que no podemos responder aquí, pero la evidencia
    nos sirve para conocer algo de la organización interna de nuestro
    común de Indios de Lambayque. Señalemos de paso
    que las parcialidades detectadas en pueblos vecinos como
    Chiclayo Ferreñafe tienen sentido similar.

    En Chiclayo son conocidas las parcialidades se Sinto.
    Collique y Forasteros, mientras en Ferreñafe las de
    Chiclef, Serquén. Falén Chanamé ,
    Siensiec. Calansec, Senseg, Luchfac. (Vinculadas a apellidos de
    mandones indígenas y toponimias locales), así
    como las especializadas de Pescadores, Carpinteros,
    Alcabaleros, al lado de las siempre comunes del Del Cacique,
    forasteros y Segunda Persona. Los
    trabajos que están haciendo César Sevilla,
    Alfonso Samamé y Pedro Chimoy en la actualidad,
    contribuirán a eludicidar la naturaleza y
    características de éstas parcialidades y su
    función dentro del orden colonial
    indigena.

    La población tributaria indígena se
    desenvolvía en actividades agrícolas que eran su
    fuente principal de ingreso, de donde conseguía recursos para el
    pago del tributo.

    La población indígena que residía
    en el pueblo de Lambayeque estaba disponía de cuatro
    parcialidades o "suertes de tierras" llamadas Culpón,
    Chancay, Cadape y Sialup, que en 1712 tenían un total de
    6888 fanegadas, conforme lo establece una visita de deslinde de
    tierras hecho por el Visitador Antonio Sarmiento de Sotomayor ese
    año. Teniendo en cuenta esta extensión de tierras
    este visitador debía asignar la cantidad de tierras
    adecuadas para la población indígena, y
    según sus instrucciones, acordes con la política vigente
    entonces, rematar las tierras sobrantes a los vecinos
    españoles que ofrezcan las sumas adecuadas de dinero.

    Según la información proporcionada por los curas de
    Lambayeque, la que fuera confrontada con el padrón de
    tributarios del pueblo existía una población de
    1134 indios originarios, de los cuales 596 eran tributarios por
    lo que les correspondía, de acuerdo a las reales
    ordenanzas dos fanegadas de tierras a cada uno; 538 eran indios
    reservados, a los que les correspondía una fanegada a cada
    uno.

    De esta manera, se distribuyó las tierras, en tal
    forma que se repartieron 2136 fanegadas de tierras a la
    población indígena, de las 6888 disponibles en las
    cuatro parcialidades. Quedaron 4721 tierras "vaças o
    realengas", para las cuales se hizo una composición y
    remate, en que se favorecieron vecinos criollos.

    Esta distribución se ejecutó el 5 de
    agosto de 1712 ante el cacique principal Don José
    Bernardino Temoche Farrochumbi, así como ante el
    Procurador y alcaldes, y en presencia del Protector de Naturales,
    quien al requerírsele por los sitios en que se les
    asignaría las 2167 fanegadas para la población
    indígena, en nombre del "común de indios"
    señaló se les asigne en las tierras Cadape y
    Sopillent.

    En estas mismas tierras de Cadape y Sopillent se
    realizó la composición y venta de las
    tierras realengas, las que fueron adjudicadas a los siguientes
    personajes:

    Capitán Diego de Soto Mayor

    Lic. Don Julián Ternero
    Mingolla

    Lic. Don José de Vera y
    Escobar

    Don Tomás Huycop del Risco

    Don Sebastián de Azabache

    Colegio de la Compañía de
    Jesús

    Don Francisco Antonio Infuc

    Mujer de Fco. Antonio Infuc

    Herederos de Don Miguel Huerta

    Herederos de Miguel de Azabache

    120 fanegadas

    122 fanegadas

    123 "

    26

    64

    20

    7

    10

    8

    66

    Quedó como sobrante 19 fanegadas

    El sobrante sumado a las otras "suertes de tierras"
    vacías suman un total de 4,147 tierras vacas y
    realengas.

    Un detalle interesante es que varios de los rematistas
    de las tierras realengas fueron caciques indígenas:
    Azabache, Huycop, Infuc y su esposa, los herederos de Huerta, lo
    cual es sumamente interesante y nos demuestra el estatus especial
    que conservaban todavía los herederos de los antiguos
    caciques lambayecanos, ahora seguramente más
    "españolizados", como anunciaba, en los años
    setenta del siglo XVI Fray Reginaldo de
    Lizárraga.

    Como vemos, de haber ocupado antes de la llegada de los
    conquistadores todo el espacio agrícola disponible, como
    lo señalan evidencias
    histórico demográficas y arqueológicas, la
    población indígena de Lambayeque de había
    visto reducida a una "suerte de tierras", a un área
    geográfica que incluso no llegaban a ocupar
    completamente.

    Es evidente la caída en estos casi doscientos
    años de presencia colonial, de la población
    cíclicamente, así como la sujeción a los
    fenómenos ecológicos, frente a los cuales
    habían perdido mucho de su capacidad resistencia por
    la relativa desarticulación social que implica la
    presencia colonial, que impedía o dificultaba, por
    ejemplo, la limpia y mejora de las acequias existentes, frente a
    lo cual la abundancia de aguas rea fatal y generaba quiebras de
    las acequias y las consiguientes inundaciones y pérdidas
    de las cosechas, con lo que permanentemente se sensibilizaba
    más la población a las epidemias.

    Jorge Zevallos señala para el siglo XVIII
    epidemias en los años 1758,1760-66 y 1775, 1784 que
    tuvieron influencia significativa en el estancamiento de la
    población (ZEVALLOS 1959). La explicación
    común a la mortandad era la que daba José Ignacio
    de Lequanda en 1793, quien señalaba que la causa era que
    los indios no se habían desprendido de la
    idolatría, lo que los hacía muy
    infelices,

    "… así se han visto unas pestes que los
    han desolado, naturalmente permitidas por la providencia para
    su castigo" (LEQUANDA 1793)

    A pesar de esto, hacia el último tercio del s.
    XVIII la situación tendía a cambiar, al parecer.
    Según la "Matrícula de Tributarios de la
    Provincia de Lambayeque (Zaña) en 1780"
    hecha por
    la Comisión de la Visita General había habido un
    significativo aumento de la población.

    Frente al evidente incremento de la población
    indígena de Lambayeque que así llegaba a igualar al
    volumen de
    población de fines del quinientos (muy menor, sin embargo,
    del volumen de la población prehispánica), el
    cacique principal Eugenio Victorio Temoche Farrochumbi Puiconsoli
    con fecha 4 de abril de 1781 pide se haga un deslinde de
    medida y repartición de tierras de Sialupe
    , que se
    hallaban "vacas y realengas", adjudicándoseles a los
    tributarios de Lambayeque. Denunciaba el cacique Temoche la
    usurpación del cura Villada quien, sin derecho alguno,
    ocupaba Sialupe. Fundamentaba el cacique que había habido
    un considerable aumento de la población, que llegaba a
    4108 entre originales y forasteros, por lo que se requería
    ampliar las tierras asignadas.

    El pedido fue acogido por el señor Juan
    Muñoz y Villegas, juez Comisionado para la Visita General
    de la Provincia de Zaña, cuyo máximo director era
    el hoy famoso José Antonio de Areche.

    De acuerdo a las Ordenanzas Reales, a los tributarios de
    tasa entera se les debía asignar dos fanegadas de tierras
    y a los de segunda categoría (media tasa) se les asignaba
    una fanegada, mientras que a los otros grupos no se les
    asignaba cantidad alguna de tierra,

    Para completar los requerimientos de tierras de acuerdo
    a esta nueva dimensión de la población eran
    necesarias 3781 fanegadas (incluidas las tierras del cacique y
    según la persona). Las tierras de Sialupe y Cadape sumaban
    4,150 fanegadas sobrando 369 fanegadas.

    Hay que recordar que la parcialidad de Corñian o
    Corñán, la que según algunos testimonios
    estuvo reducida en la ramada de San Roque, y tenía algunas
    peculiaridades por la posesión de algunas salinas en sus
    tierras, lo que le daba a esta parcialidad un estatus especial al
    interior del común de Lambayeque. Corñán
    poseía 61 fanegadas en Culpón. Otros indios de
    Lambayeque poseían 230 fanegadas en total, lo que
    significaba que la población indígena de Lambayeque
    poseía 4.441 fanegadas.

    El reparto de estas tierras en las áreas o
    "suertes de tierras solicitadas", se hizo a cargo del propio
    cacique Eugenio Victorio Temoche Farrochumbi Puiconsoli, previa
    convocatoria del común de indios de las cuatro ramadas de
    Lambayeque. Así, el 25 de noviembre de 1.781, Eduardo
    Uchofan, secretario del Cabildo de los Naturales del Pueblo de
    Lambayeque hizo saber al común de indios del auto de Juan
    Muñoz y de Villegas en que se asignaba las tierras
    mencionadas a la población.

    Previamente el pregonero público Antonio Pisfil
    hizo la convocatoria para esta reunión, en las cuatro
    ramadas, "donde estaban juntos en sus respectivas doctrinas"
    Así se realizó el reparto de tierras dentro de los
    linderos indicados por Juan Muñoz de Villegas en
    1.781.

    En esta provisión se señala claramente los
    límites
    de la propiedad de
    las tierras asignadas en hitos doblemente interesantes pues se
    trataba de huacas que entonces conservaban sus nombres
    originales. Estas tierras no podían enajenarse, ni
    venderse, salvo comunicando a la autoridad del
    Juez Real y "solo para los efectos de pagos de tributos
    ú otras necesidades del común".
    Estas operaciones no
    menoscababan el derecho de
    propiedad perteneciente a su Majestad : sólo se
    asignaba el derecho de uso y usufructo a los indios.

    A manera de balance, podemos decir que el siglo XVIII
    fue un siglo de expansión de la población de
    Lambayeque, expansión poblacional que probablemente sea un
    fenómeno colonial en general (SÁNCHEZ-ALBORNOZ
    1985, WACHTEL 1980). En el caso de Lambayeque, este crecimiento
    fue tan notable que motivó a los caciques hacer el reclamo
    que permitió quede documentada una serie de informaciones
    que hemos anotado.

    Este proceso debe
    haber sido lento, pero sostenido. Se habría consolidado a
    partir de 1720, por razones de ordenamiento
    urbano-político, al convertirse Lambayeque en sede
    regional del poder
    colonial, por el traslado de éste desde la arruinada
    Zaña, que sufrió una catastrófica
    inundación, que es ilustrada en un acta que es transcrita
    por Carlos J. Bachmann en 1921.

    1. LAMBAYEQUE, SIGLOS
    XVIII Y XIX

    La actual ciudad de Lambayeque, se inició como
    simple reducción indígena, fue organizada a partir
    del agrupamiento de algunas parcialidades indígenas por el
    Oidor de la Audiencia de Lima, Doctor Gregorio González de
    Cuenca, en su visita que con intenciones de reordenamiento
    jurídico y administrativo, hiciera al norte de la
    audiencia de Lima, en la segunda mitad de los años sesenta
    del siglo XVI.

    El Oidor Gregorio González de Cuenca fue el
    "fundador" de Lambayeque, aunque estrictamente este adjetivo no
    es correcto en este caso, ya que la "fundación de
    ciudades" es un proceso que tanto ritual como substancialmente es
    muy diferente – tal como indicamos más adelante – a la de
    creación de una reducción o pueblo indígena,
    como fueron los casos de Chiclayo, Lambayeque, Ferreñafe y
    tantos otros antiguos "comunes de indios" del actual departamento
    de Lambayeque.

    La población indígena que residía
    en el pueblo de Lambayeque estaba disponía de cuatro
    parcialidades o "suertes de tierras" llamadas Culpón,
    Chancay, Cadape y Sialup, que en 1712 tenían un total de
    6888 fanegadas, conforme lo establece una visita de deslinde de
    tierras hecho por el Visitador Antonio Sarmiento de Sotomayor ese
    año.

    El Partido de Saña o Lambayeque, era ya en el
    Siglo XVII una de las poblaciones de más importancia en la
    Costa. Según Ricardo Miranda el corregimiento de Trujillo
    fue desmembrado para crear el de Saña, al que se le
    agregó el Partido de Chiclayo,

    El Partido de Lambayeque tenía un activo comercio por
    mar y tierra, realizándose el trabajo
    marítimo por el Puerto de Chérrepe (en la
    desembocadura del río Zaña), exportando a Panamá
    (harina, arroz, maíz); y
    otros productos a
    Lima (jabón, cueros, azúcar). Este apogeo de la provincia estuvo
    ligado al de la Villa de Santiago de Miraflores de Saña,
    el que duró hasta fines del Siglo XVII.

    La mayor parte de la población de esta Villa,
    pasó a vivir a Lambayeque, antigua capital del
    corregimiento de Saña, por haber sido saqueada en 1686 por
    el pirata flamenco Eduardo Davis, quien desembarcó en la
    Caleta de Chérrepe, permaneciendo siete días
    robando templos y casas. A esta calamidad siguió 34
    años más tarde otra mayor: la inundación del
    15 de marzo de 1720, determinando así su completa ruina
    (Bachmann 1921: 16).

    El pueblo de Lambayeque quedó desde esta
    época erigido en capital de la provincia o Partido de
    Saña. En el año 1753, la Ciudad de Lambayeque,
    llegó a contar con más de 10,000 habitantes,
    contribuyó a este progreso el tener a San José como
    Puerto Mayor, pues canalizaba la exportación que partía de la ciudad
    de Lambayeque; existían también más de 50
    tinas y trapiches con importantes volúmenes de producción (MENÉNDEZ RÚA: 39
    – 40).

    La población era conformada por habitantes de
    diferentes etnias: españoles, que incluían a los
    eclesiásticos, aunque en la información estadística aparecen desagregados;
    hacendados y comerciantes; mestizos en menor cantidad, dedicados
    al arrieraje, algunos vivanderos, artesanos y agricultores. En
    cuanto a los pobladores de la etnia negra se
    veían muy pocos libres: casi todos eran esclavos de las
    haciendas, de fábricas de jabón, azúcar y
    panllevar, como también de servicio
    doméstico; los mulatos y zambos se encontraban algunos en
    condición de esclavos, y otros se mantenían en
    diferentes oficios (LEQUANDA 1793: 62).

    La agricultura,
    la manufactura y
    el comercio eran actividades económicas importantes, los
    lambayecanos se dedicaban a cultivar los campos, arroz,
    caña de azúcar, etc., a la fabricación de
    jabones y cordobanes, llegando a abastecer a Lima, a Cajamarca y
    otros, incluso se exportaba a Chile, España,
    Guayaquil, asimismo se producían vinos, obrajes de
    tejidos de
    algodón, hilazas y contaban con
    factorías de tabaco y sal etc.
    (LEQUANDA 1793: 76 – 83).

    En la República, la situación
    cambió. El geógrafo y naturalista Antonio Raimondi
    quien pasó por la región en 1868, comentaba que en
    Lambayeque se observaban muestras de una antigua opulencia, pero
    "si actualmente Chiclayo progresa todos los días
    Lambayeque va al contrario, decayendo un poco; se diría
    que la primera población le absorbe toda su vida;
    aún su principal industria la
    fabricación de jabón, tan floreciente en el siglo
    pasado, está actualmente abatida…"
    (RAIMONDI
    1956).

    Así, en el período 1628 -1754, la
    población decreció a una tasa promedio anual de
    -0,251, es decir, tendía a reducirse lentamente.
    Después, más bien vemos una tendencia marcadamente
    creciente de la población: en el período 1754-1795
    la población de esta provincia creció a un ritmo
    alto, según estos datos
    estadísticos: una tasa promedio anual de 2,35.

    Baltazar Jayme Martínez Compañón
    nos alcanza un cuadro de la población del obispado de
    Trujillo en los años ochenta del siglo XVIII, en que se
    incluyen los datos correspondientes a la provincia de Saña
    o Lambayeque, que presentamos en el siguiente cuadro:

    Cuadro 1:

    Matrícula de la
    población del pueblo de Lambayeque,
    1784

    Reli-giosos

    Espa-ñoles

    Indios

    Mixtos

    Pardos

    Negros

    Totales

    Saña

    10

    73

    0

    39

    370

    90

    582

    Chérrepe

    1

    0

    139

    0

    0

    0

    140

    Santa Lucía

    3

    487

    1256

    646

    286

    338

    3016

    San Pedro

    8

    316

    1577

    523

    461

    83

    2968

    Santa Catalina

    13

    303

    1134

    381

    379

    305

    2515

    San Roque

    11

    406

    1935

    475

    538

    160

    3525

    Jequetepeque

    2

    86

    720

    259

    76

    0

    1143

    Chiclayo

    9

    408

    4244

    883

    635

    0

    6179

    Mocupe

    1

    0

    110

    0

    0

    0

    111

    Mochumí

    1

    0

    350

    0

    0

    0

    351

    Ferreñafe

    6

    248

    3160

    798

    166

    60

    4438

    Mórrope

    1

    4

    1317

    67

    0

    13

    1402

    Jayanca

    2

    89

    313

    228

    0

    84

    716

    Illimo

    1

    0

    54

    10

    0

    0

    65

    Reque

    1

    2

    481

    4

    7

    0

    495

    Monsefú

    1

    0

    1516

    16

    0

    0

    1533

    San Pedro de Lloc

    1

    54

    746

    213

    72

    0

    1086

    Ingenios

    2

    17

    0

    8

    14

    319

    360

    Chepén

    11

    100

    356

    318

    148

    308

    1241

    Pueblo Nuevo

    1

    0

    343

    6

    0

    0

    350

     

    Esta información demográfica nos da
    ocasión de comparar con los datos de nuestros censos, y
    ensayar una interpretación de los cambios ocurridos
    entre 1784 y 1853. Lamentablemente no contamos con
    información más detallada, para el siglo XVIII, que
    nos diga de la estructura de
    edades, otros datos como ocupación, etc.,

    La población total en el año de 1784 de
    Lambayeque fue de 12024 habitantes. En el censo de 1853 se
    registraron 8551 habitantes, lo que indica que la
    población disminuyó en un 28,88%. Es difícil
    de explicar las razones de este suceso en forma definitiva.
    Podemos afirmar sin embargo que la importancia relativa de la
    ciudad de Lambayeque baja mucho en términos regionales por
    la emergencia de Chiclayo como nuevo eje regional. Los
    testimonios de muchos viajeros coinciden en ese sentido
    .

    Este cambio de
    importancia entre las ciudades de Lambayeque y Chiclayo, se
    generó debido a las graves inundaciones que
    prácticamente arrasaron la Ciudad entre 1791 y 1828
    (VELARDE 1902) otros autores entre ellos Miranda (1727) coinciden
    en esta explicación catastrófica-ecológica
    de la decadencia de Lambayeque (Menéndez Rúa 1953)
    en su estudio sobre la Iglesia de
    Lambayeque señala que en el período 1791-1925 esta
    ciudad sufrió graves inundaciones en los años
    1791-1815-1828-1835-1857-1871- y 1925, que prácticamente
    arrasaron la Ciudad.

    Sin embargo la decadencia de Lambayeque, a pesar de ser
    evidente a partir de la Independencia,
    no fue un fenómeno que repercutió inmediatamente en
    el florecimiento de la ciudad de Chiclayo, entre 1820 y 1840
    aproximadamente. La situación se mantendría en un
    punto muerto por la profunda desarticulación interna de la
    economía
    peruana, en esta etapa especial en el Departamento de Lambayeque
    que se crearía recién en el año
    1874.

    De hecho, hay una nueva estructura urbano regional que
    se expresa seguramente, entre otros aspectos en desplazamientos
    de actividades y de población hacia Chiclayo. Tiene que
    ver seguramente en este fenómeno tanto la ubicación
    de Chiclayo en la ruta entre los puertos y las haciendas, como
    las inundaciones sucesivas que destruyeron Lambayeque en las
    primeras décadas del siglo XIX.

    A inicios del siglo XIX encontramos la siguiente
    población del partido o provincia de Lambayeque estaba
    formado por 20 doctrinas y 7 pueblos, que en conjunto
    tenían la siguiente población (ver cuadro 2).
    Notamos aquí la neta predominancia de la población
    indígena, y la importancia de la población mestiza,
    que llega al 13% de la pblación del partido. LA
    correlación va a ser distinto al interior de cada pueblo,
    aunque un importante columen de los españoles van a
    corresponde, obviamente a la población de Lambayeque,
    entonces aún sede del poder colonial en este partido
    .

    Cuadro 2

    Población del partido
    de Lambayeque en 1812

    Etnía


    personas

    %

    Clérigos

    62

    0,1

    Religiosos

    27

    0,1

    Españoles

    2299

    5,4

    Indios

    29513

    69,7

    Mestizos

    5448

    12,9

    Pardos

    3192

    7,5

    Esclavos

    1831

    4,3

    Total población

    42372

    100,0

    FUENTE: Col. Vargas Ugarte, Vol. 18 (10). Doc.
    77. "Estado del Censo del Virreynato del
    Perú, formado en diciembre de
    1812"

     

    El geógrafo Carlos J. Bachmann explica el proceso
    de cambio en la jerarquía urbano regional tanto por las
    inundaciones, como por la emergencia de Chiclayo como eje de una
    nueva economía regional (BACHMANN 1921: 26-27).

    El ilustrado Padre Ángel Menéndez
    Rúa complementa lo afirmado por Bachmann, al desarrollar
    la explicación catastrófica o ecológica de
    la decadencia de Lambayeque:

    "…Siete fueron las principales, que
    señalamos a continuación: En 1791 ha habido
    fuertes lluvias en el pueblo… en 1815… las inundaciones no
    fueron grandes en intensidad pero sí en duración.
    Las de 1828, por el contrario, fueron tan fuertes, que de haber
    durado mucho tiempo, no
    hubiera quedado casa en pie… se perdió la mitad del
    barrio de la otra banda. En 1835 las lluvias dejaron arruinada
    la población; en esta fecha se destruyó
    totalmente el hospital de la ciudad…" (MENÉNDEZ
    RÚA 1935: 85)

    En un expediente conservado en el Archivo Arzobispal de
    Trujillo, referente a un censo realizado en 1838, los
    párrocos de Lambayeque informaban que por el año en
    que fue levantado el censo ocurrió la salida del
    río que

    "… ha arruinado la población de la Otra
    Banda, quando ya se había tomado razón de sus
    vecinos, de los que unos pocos residen aún en medio de
    las ruinas, y los demás se hallaban presentes
    diseminados en esta población…"

    Efectivamente, las continuas inundaciones contribuyeron
    a la decadencia de Lambayeque como centro urbano, pero la
    emergencia de Chiclayo como eje urbano alternativo tiene su
    propia dinámica por su rol articulador de la nueva
    economía de exportación que se empieza a contruir
    desde mediados del siglo XIX.

    Cambios en la
    composición por etnias 1784-1853

    Aparte de la disminución absoluta de la
    población, los censos indicados nos muestran cambios
    relativos a la composición por etnias de la
    población, como puede apreciarse en el siguiente
    gráfico:

    Haciendo una comparación entre ambos censos, con
    respecto a las etnias (o más precisamente etnias), podemos
    observar en el anterior gráfico los cambios ocurridos
    entre 1784 y 1853, es decir en un periodo de sesentinueve
    años. Podemos afirmar lo siguiente:

    1. En general, de un censo a otro el número de
      personas por etnias disminuye considerablemente, en
      términos absolutos, a excepción de la etnia mixta
      o mestiza que aumenta en un 57%.
    1. El incremento de la etnia mestiza se da en detrimento
      de las demás etnias que se reducen incluso en
      términos relativos. Por ejemplo en la etnia blanca
      disminuye en 41%, la negra o morena en 59%, la parda o mulata
      en un 15% y la etnia indígena en un 55%.
    1. La etnia indígena es la que presenta mayor
      porcentaje de disminución absoluta. Lo mismo ocurre con
      la negra. Ello seguramente se debe más que a un
      fenómeno racial o étnico a un proceso social
      relacionado con la necesidad de evadir la condición de
      tributario de la población indígena. Recordemos
      que hasta el gobierno de
      Castilla se da la abolición del tributo indígena
      junto con el de la esclavitud.
      Además es una evidencia al nivel de todo el país
      la emergencia de los grupos mestizos, tanto de blanco con indio
      (mixto) como entre blanco con negro (pardo, mulato) y con todas
      las posibilidades intermedias que estas mezclas y
      los cruces de etnias que se dan por la misma lógica.
    1. En ambos censos se nota que la etnia negra es la
      menos significativa en volumen, disminuyendo del 7 al 4% de la
      población total.

    2. LA
    POBLACIÓN DE LA CIUDAD DE LAMBAYEQUE EN EL CENSO DE
    1853

    Estructura por sexo y
    edades

    El censo de la ciudad de Lambayeque de 1853 nos muestra que esta
    ciudad contaba con una población total de 8551 habitantes
    de las cuales 3244 (37,94%) eran hombres y 5037(62,06%) eran
    mujeres.

    Si observamos el siguiente gráfico, sobre la
    estructura por sexos y edades de la población total,
    observamos que existen grandes diferencias por grupos
    etáreos.

    1. En general, es una pirámide de base ancha,
      aunque sumamente irregular.
    1. La mayoría de la población es femenina
      (62,06%).
    1. Esta diferencia arroja bajos índices de
      masculinidad de 61,13 en la población total. Este
      índice bajo de masculinidad se da en todos los grupos
      etáreos, aunque en algunos grupos etáreos llega a
      extremos como en el grupo de 0 a
      4 años en que llega a un índice de masculinidad
      de 40,37. Esto quiere decir que por cada cuatro hombres de este
      grupo habían diez mujeres. El extremo más alto de
      masculinidad está en el grupo etáreo de 30 a 34
      años donde el índice de masculinidad es de 74,57,
      lo que significa que por cada siete hombres habían 10
      mujeres en este grupo etáreo.
    1. La irregularidad de la pirámide se presenta a
      través de algunos estrechamientos en los grupos
      etáreos de 15 a 19; 35 a 39; 45 a 49; 55 a 59 y 60 a 64.
      Estas reducciones de la poblaciones de estos grupos
      etáreos podrían indicar eventos como
      epidemias, que habrían reducido el tamaño de las
      respectivas cohortes.
    1. Así mismo, se observan reducciones no
      proporcionales de la población masculina en los grupos
      etáreos de 0 a 4 años y 25 a 29. Esto puede estar
      asociado a una mayor mortalidad de la población
      masculina o a una fuerte omisión censal por razones
      tributarias. Se analizará más profundamente en el
      tema que se tratará cuando se analice la estructura por
      etnias.
    1. El grupo etáreo de 65 años a más
      es bastante reducido en ambos sexos, 103 hombres y 171 mujeres;
      lo que indica que la esperanza de vida para ambos es
      baja.
    1. El índice de masculinidad de la
      población total es de 61,13; lo cual indica un amplio
      predominio de la población femenina.
    1. El índice de masculinidad por grandes grupos
      de edad indica un predominio de las mujeres en todos los grupos
      de edad: en el grupo de cero a catorce años es de 59,49;
      mientras que el grupo de quince a sesenta y cuatro años
      es de 62,41; y el grupo de sesenta y cinco es de
      60,23.

    Esta misma característica de la mayor
    proporción de mujeres respecto a los hombres
    también se puede observar en la clasificación por
    etnias y sexo.

    Estado civil de la población de Lambayeque
    en 1853

    Con respecto a la situación del estado civil de
    esta población mayor de 18 años, podemos observar
    el siguiente gráfico que se adjunta:

    1. Existía un alto porcentaje de personas
      solteras (que incluyen a la situación de convivencia)
      para todas las etnias.
    1. El mayor porcentaje de personas casadas se ubican en
      la etnia indígena.
    1. La población mixta, que es la ampliamente
      mayoritaria presenta una mayor proporción de
      población soltera.
    1. En general, la proporción de viudos es muy
      reducido.
    1. Existía un alto índice de ilegitimidad
      en la formación de las parejas.
    1. La etnia indígena es la que observa con
      más cumplimiento por la institucionalidad del matrimonio.
      Quizás se deba a que el rigor y el impacto de la
      dominación colonial estaba orientada a la
      catequización justamente de la población
      indígena sobre la cual tenía todo un sistema de
      control
      directo a través del sistema religioso. No olvidemos que
      los censos y los padrones de población eran llevados las
      parroquias.
    1. Una de las características del mestizaje era
      la gran informalidad que en la institucionalidad de la familia
      se introduce. Esto es un fenómeno ya comentado por
      algunos sociólogos e historiadores que se refieren a la
      situación de la familia y la
      institución matrimonial en las sociedades
      mestizas como la peruana (SARA-LAFOSSE 1986).
    1. Se evidencia el bajo índice de matrimonio que
      se da en todas las etnias y condiciones. Ello puede indicar un
      escaso acatamiento de las normas de la
      iglesia católica, que siempre ha condenado la
      convivencia. Los casos más saltantes corresponden a la
      población mestiza y esclava, donde podemos intentar
      interpretaciones diferentes sobre la razón del escaso
      índice de matrimonios.
    1. En el caso de los esclavos (etnia negra) puede ser
      por restricciones impuestas por los amos, a los cuales puede no
      haberles convenido el matrimonio de su personal,
      más aún cuando ello signifique un peligro para la
      eficiencia del
      esclavo en las labores domésticas. Recordemos el
      trabajo de
      Christine Hünefeldt, donde tomando el caso de Lima de la
      primera mitad del siglo XVIII explica las dificultades u
      oposiciones abiertas que encontraban muchas parejas de esclavos
      para llegar al matrimonio (HÜNEFELDT 1988:
      24-9).
    1. Los mestizos, que también observan un alto
      índice de soltería, puede quizá explicarse
      por la escasa sujeción a las normas de la religión
      católica. Violeta Sara-Lafosse ensaya una
      explicación por la informalidad impuesta en el acto
      mismo de la conquista colonial y el mestizaje ilegítimo
      que se instituye como parte de la cultura
      familiar real, aunque la prédica cristiana siempre ha
      enfatizado el respeto a
      las instituciones formales familiares. Mientras que
      en los mestizos, pardos y negros observamos un comportamiento, digámoslo así,
      relajado en lo que se refiere al matrimonio, en las etnias
      blanca e indígena, el comportamiento es muy diferente:
      habían altos índices de nupcialidad, lo que nos
      dice mucho de las características
      sicosociológicas de la población del Perú
      en la época.
    1. Por situación social y tradición
      cultural, las etnias blanca e indígena han tenido un
      contacto más estrecho con la religión
      católica. En el caso de los esclavos hay que matizar la
      información con las características concretas de
      la vida familiar en Lambayeque a mediados del siglo pasado.
      Debemos anotar sin embargo el altísimo índice de
      bastardos encontrados en el censo que estamos
      comentando.

    3. LOS INMIGRANTES
    DE LA POBLACIÓN DE LAMBAYEQUE

    A continuación incluimos un resumen de la
    información sobre el origen de la población,
    ordenada por distancias.

    En el gráfico anterior se aprecia que la gran
    mayoría de la población es de origen local. Los
    indígenas, mulatos y negros son los que mayormente
    proceden del mismo pueblo de Lambayeque. En menor medida los
    blancos y mestizos.

    Se observa también que son los mestizos quienes
    aparecen con mayor movilidad, como etnia, en términos
    relativos.

    Es interesante anotar que casi el treinta por ciento de
    la población de mestizos es inmigrante de otras provincias
    del país. Le sigue en orden de importancia (porcentual) la
    etnia blanca, que presenta un 25% de su población
    inmigrante. Así mismo se denota una pequeña, aunque
    ya algo significativa población extranjera, mayormente
    mestiza de los países vecinos, y europeos. Aún no
    se registraba la inmigración china, que se
    asentaba en esa temprana época en las zonas
    rurales.

    En el cuadro y gráfico siguientes, se detalla
    algo más pormenorizadamente la población por lugar
    de procedencia, anotando la distancia de origen.

    Como se puede notar, especialmente en el gráfico
    que ha sido elaborado teniendo en cuenta sólo la
    población migrante a Lambayeque, la mayor
    proporción de inmigrantes de Lambayeque procedían,
    según el censo de 1853, de la misma región norte:
    Piura, Cajamarca, y los otros pueblos de Lambayeque.

    Como habíamos anotado, son los mestizos los que
    expresan mayor movilidad. siendo así mismo ellos los que
    tienen mayor crecimiento demográfico en la ciudad (y en el
    país, de acuerdo al estudio de Bruno Lesevic sobre la
    demografía del siglo XIX) (Cf. LESEVIC
    1986). Así mismo se observa la muy limitada movilidad de
    los indígenas, que en cualquier caso se restringía
    a espacios pequeños, indudablemente por su
    condición de tributarios matriculados en el padrón
    de la parroquia correspondiente.

     

    4. LAS ACTIVIDADES
    ECONÓMICAS, LOS SECTORES ECONÓMICOS

    Respecto a las ocupaciones, la estructura del empleo, hay
    una información muy rica en el censo de 1853. Cada uno de
    los censados registra su ocupación., que indudablemente
    contribuye a conocer aspectos importantes de la estructura
    económica de nuestra región a mediados del siglo
    XIX.

    Para un mejor análisis, hemos elaborado un gráfico
    que expresa visualmente esta estructura laboral.. para
    esto, se ha identificado sólo a las personas mayores de 18
    años, como un criterio convencional, aunque muchas otras
    personas tienen actividad productiva.

    Una primera gran observación es que la población
    indígena mayormente se dedica a actividades de
    producción primaria y secundaria. En el sector primario la
    actividad predominante es la de "labrador" y jornalero, tanto
    entre los indígenas, mestizos y mulatos.

    Curiosamente aparecen cuatro indígenas
    pescadores, seguramente de San José. Así mismo se
    registran 19 hacendados, por supuesto de etnia blanca o criolla,
    y 31 labradores de esta misma, seguramente cultivadores
    independientes.

    En la actividad secundaria es muy notable la presencia
    de la mujer como
    costurera en todas las etnias: el 44,84% de la PEA estaría
    conformado por esta especialidad, que caracteriza a las mujeres,
    aunque predominan ampliamente las mestizas (casi el 45% del total
    de las costureras de Lambayeque). También declaran este
    oficio 155 mujeres de la etnia dominante, representando el 3,26%
    de la PEA. Una profesión similar, pero propia de hombre, como
    es la de sastre ocupa al 2% de la población. La
    carpintería y zapatería también ocupaban a
    buen número de mestizos y mulatos.

    Las actividades terciarias, que hemos dividido en varios
    rubros por su complejidad, están claramente segmentadas
    por etnias, aunque encontramos 13 escribientes indígenas,
    lo cual quizás se explique por su servicio en algunas
    oficinas públicas de Lambayeque.

    La población indígena desempeñaba
    funciones en
    artes: músico, cantor, arpista. Las profesiones de
    prestigio y poder, en manos de los criollos: abogados,
    médicos, enfermeros, cura y sacerdote, escribiente (aunque
    habían 5 enfermeros indígenas). En algunas de estas
    ocupaciones aparecían ya algunos mestizos.

    Los puestos de la
    administración civil en manos de los criollos, salvo
    un caso de un mulato que aparece como alcaide. El comercio era
    una actividad propia de los criollos (131 comerciantes de esta
    etnia, más del 70% de los comerciantes), aunque
    había un número de 26 comerciantes
    mestizos.

    En este sector terciario hemos incorporado
    también a los carreteros y marineros, predominantemente
    indígenas. Las otras profesiones menores de servicios
    (industrioso, lavandera, leñador, pulpero, sirviente,
    entre otros), eran acaparados por los mestizos y mulatos, aunque
    algunos esclavos también se desempeñan en ellos. Se
    nos informa de la existencia de 7 barberos indígenas, al
    lado de 4 mestizos de esa profesión.

    5 LOS HOGARES DE
    LOS CRIOLLOS, Y LOS ESCLAVOS EN LAMBAYEQUE, 1853

    Del total de 519 hogares que aparecen en el censo de
    1853 como de etnia blanca, hemos confeccionado el siguiente
    cuadro, para apreciar la composición, por lo menos
    cuantitativa de estos hogares. Surge que la mayoría (28%
    de los hogares) son compuestos por una sola persona. Lo que nos
    hace pensar en personas que se encontraban en la ciudad
    desarrollando alguna actividad económica, lejos de sus
    familias, en tránsito. Sin embargo, aparecen
    también un elevado porcentaje (27%, es decir 54 familias),
    que tenían más de 6 miembros por familia.
    Así, vemos que la mayoría de este segmento
    poblacional formaba parte de hogares de 5 ó más
    miembros: el 77% de los criollos eran parte de hogares de
    más de 5 miembros.

    Un elemento que sirve para medir el nivel de vida o la
    riqueza de la población criolla es la tenencia de
    esclavos.

    Los esclavos eran o negros o mulatos. Hay que indicar
    que tanto los negros como los mulatos podían ser libres o
    esclavos, dependiendo de una serie de circunstancias,
    relacionados con el favor del amo o hasta por situaciones
    románticas (Cf. el trabajo de C. Hünefeldt al
    respecto).

    en el siguiente gráfico resumimos la
    información sobre le número de esclavos por etnia
    negra o mulata (eufemísticamente llamados morena y pardo,
    respectivamente). Observamos que la mayoría de pardos o
    mulatos era libre, mientras que cerca del 30% de los negros eran
    libres en Lambayeque.

    Un procesamiento realizado permite detectar el
    número de esclavos por hogar. Del análisis de esta
    información, se desprende que la gran mayoría de
    los hogares no disponía de esclavos: el 94,2%. El restante
    5,8% de los hogares (116 hogares) disponía por lo menos de
    un esclavo, aunque cerca del 25% de ellos disponía de
    más de 5 esclavos. Como resultado de esto, el 70,7% de los
    esclavos estaba acaparado por esta minoría rica
    (hacendados). El restante de los 602 esclavos (176 esclavos
    hombres y mujeres) eran propiedad de 85 familias "medianas",
    aunque, lógicamente debían haber gradaciones o
    estratos en este sector medio de los criollos.

    CONCLUSIONES

    1. Parte del proceso de transformación y
      desestructuración de la sociedad
      mochica lambayecana se expresa en los mestizajes producidos a
      partir de la llegada de españoles y negros esclavos.
      Ello genera una peculiar estructura de etnias, cuyo
      desenvolvimiento podemos seguir hasta nuestros días,
      pero que es retratado en un momento determinado de su evolución, por el censo de la ciudad de
      Lambayeque de 1853.
    2. En el siglo XIX, si bien en general hay un proceso de
      recuperación de la población, como parte del
      proceso nacional de lento crecimiento demográfico, no se
      da en la misma forma en Lambayeque. Por lo menos es lo que se
      desprende de la comparación de los volúmenes de
      población de los censos de Lambayeque de 1784 y 1853. La
      emergencia de Chiclayo es parte de la explicación de
      este fenómeno, así como las particularidades de
      la situación política y económica de la
      ciudad de Lambayeque, que dejó de ser eje regional, por
      la competencia del
      moderno pueblo comercial de Chiclayo.
    3. La población indígena seguía
      siendo la dominante a mediados del siglo XIX, aunque presenta
      una contracción en términos relativos. El
      mestizaje se incrementa. Este es un fenómeno
      sociológico importante, ya que la emergencia de los
      grupos mixtos (mestizo y mulato) van paralelos con la
      modernización de las actividades productivas y con la
      expansión de algunas pequeñas actividades
      productivas.
    4. Cada etnia tiene su propia dinámica
      poblacional. Por ejemplo la población de etnia blanca
      indica un cierto predominio del Índice de Masculinidad,
      en algunas cohortes, mientras que en la población
      indígena la proporción de hombres es bastante
      baja. ¿Omisión censal por eximirse de las cargas
      tributarias? Es un interrogante que no podemos responder
      taxativamente, sin embargo, es conocido que el estatus de
      forastero era mucho más benigno para los
      indígenas, por lo que muchas veces es probable que
      sectores indígenas hayan preferido ser forasteros en
      otras tierras antes que tributarios en la suya. Recordemos que
      en el período del censo aún no se eliminaba la
      tributación indígena, ya avanzado el
      período colonial.
    5. Las poblaciones negra y mestiza también
      presentan particularidades, una de las que es de destacar es la
      predominancia de mujeres, dedicadas mayormente al servicio
      doméstico y a actividades caseras. En el caso de las
      mulatas, sus actividades productivas se orientaban a costura,
      lavado de ropa, entre otras
    6. Los pardos o mulatos también presentaban un
      bajo índice de masculinidad, y por lo tanto,
      predominancia de mujeres (61%).
    7. Se observa un alto grado de ilegitimidad en las
      uniones, lo que se expresa en un alto índice de
      "solteros", que es muy elevado entre los negros, mestizos y
      mulatos. Mientras que entre los indígenas y
      españoles los índices de soltería son
      bajos (28% y 39%, respectivamente). Ello indica mayor
      sujeción a las normas eclesiásticas y a la
      institución colonial del matrimonio. Así mismo
      indica cierto relajamiento de la vida familiar, dada la
      mentalidad y los patrones culturales de la
      época.
    8. La mayoría de la población de
      Lambayeque de todas las etnias, según el censo de 1853,
      era nativa (78% del total). Estos porcentajes variaban por
      etnias, siendo los mestizos y los blancos los que presentan
      mayores componentes relativos de procedencia externa a la
      ciudad. Había un volumen menor de extranjeros (1,4%),
      conformado mayormente por negros esclavos (4,2% de esta
      etnia).
    9. Respecto a actividades económicas, hay cierta
      especialización en las etnias. Los indígenas
      actúan mayormente en actividades primarias y secundarias
      (40% y 53%, respectivamente), mientras los mestizos mayormente
      (71%) en actividades secundarias. Los negros incursionaban en
      forma similar en actividades secundarias y terciarias (48% y
      45%, respectivamente). Las ocupaciones dominantes eran
      desempeñadas por los blancos criollos, que ostentaban
      los mecanismos de empleo relacionados con el prestigio y la
      propiedad.

    FUENTES Y
    BIBLIOGRAFÍA

    FUENTES PRIMARIAS

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    Autor:

    José Gómez Cumpa

    Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo

    Licenciado en Sociología, Maestro en Ciencias,
    Doctor en Ciencias de la
    Educación, Coordinador de la

    Maestría en Evaluación
    y Acreditación Educativa, UNPRG, Lambayeque

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