- Introducción
- Pobreza
- Ingresos
- Egresos
- Gasto público
- Gasto privado
- Desempleo
- Explicar la forma de medir el desempleo en
Venezuela - Marginalidad social
- Conclusión
- Bibliografía
El trabajo que a
continuación se presente se abordan temas muy importantes
en la cátedra de geografía, como lo
son: La pobreza
absoluta y relativa, marginalidad
social, ingresos y
egresos, gasto
público y privado y como se mide el desempleo en
Venezuela.
Es la
circunstancia económica en la que una persona carece de
los ingresos suficientes para acceder a los niveles
mínimos de atención médica, alimentos,
vivienda, ropa y educación.
La pobreza
relativa: es la experimentada por aquellas personas cuyos
ingresos se encuentran muy por debajo de la media o promedio en
una sociedad
determinada.
La pobreza
absoluta: es la experimentada por aquellas personas que
no disponen de los alimentos necesarios para mantenerse sanos.
Sin embargo, en el cálculo de
la pobreza según los ingresos también hay que tener
en cuenta otros elementos esenciales que contribuyen a una vida
sana. Así, por ejemplo, las personas que no pueden acceder
a una educación o a servicios
médicos deben ser considerados en situación de
pobreza aunque dispongan de alimentos.
Causas: Las personas que, por cualquier
razón, tienen una capacidad muy por debajo de la media
para ganar un salario es
probable que se encuentren en situación de pobreza.
Históricamente, este grupo viene
formado por personas mayores, discapacitados, madres solteras y
miembros de algunas minorías. Hoy un sector considerable
de población en situación de pobreza
está constituido por madres solteras con
hijos.
Esto no se debe
únicamente a que las mujeres que trabajan fuera de casa
suelen ganar menos que los hombres, sino fundamentalmente a que
una madre soltera tiene dificultades para poder cuidar a
sus hijos, ocuparse de su casa y tener unos ingresos adecuados al
mismo tiempo.
Otros grupos son los
discapacitados con personas a su cargo, familias numerosas y
otras en las que el cabeza de familia
está en situación de desempleo o tiene un salario
mínimo. La falta de oportunidades educativas es otra
fuente de pobreza, ya que una formación insuficiente
conlleva menos oportunidades de empleo. Gran
parte de la pobreza en el mundo se debe a un bajo nivel de
desarrollo
económico.
Efectos: Decenas de miles de personas en
situación de pobreza fallecen cada año a causa del
hambre y la malnutrición en todo el mundo. Además,
el índice de mortalidad infantil es superior a la media o
promedio y la esperanza de vida inferior.
Parece inevitable
que la pobreza esté, según los criminólogos,
vinculada de una forma estrecha al delito, aun
cuando la mayor parte de los pobres no son delincuentes y estos
últimos no suelen sufrir graves carencias. Otros problemas
sociales, como las enfermedades mentales y el
alcoholismo,
son más habituales, debido a que son causas y efectos de
la escasez de
recursos
económicos y de una atención médica
inadecuada.
Distribución La pobreza ha sido
considerada como indicador de desigualdad de clase social y
sexo en las
sociedades
industriales, en donde las mujeres que viven solas y las familias
de clase baja presentan el nivel más bajo de pobreza.
Asimismo, ha sido considerada como un indicador de trato
económico desigual entre los países desarrollados y
en vías de desarrollo, estando la riqueza acumulada en los
primeros y la pobreza en los segundos, lo que forma la denominada
línea norte-sur. Las zonas más pobres del mundo
son: el sur de Asia (Bangla
Desh, India y
Pakistán), los países subsaharianos, África
del Norte, Oriente Próximo, Latinoamérica y Asia oriental (China).
Dinero, o
cualquier otra ganancia o rendimiento de naturaleza
económica, obtenido durante cierto periodo de tiempo. El
ingreso puede referirse a un individuo, a
una entidad, a una corporación o un gobierno.
Se pueden
distinguir diversos tipos de ingresos tanto en el sector privado
como en el sector
público de una economía.
En el sector
privado podemos distinguir cuatro clases de ingresos: los
salarios, que
es la remuneración del trabajo; la renta, que es el
rendimiento de los bienes
inmuebles; el interés,
que es el rédito del capital; y los
beneficios, que son los rendimientos que obtienen los
propietarios de las empresas de
negocios.
Al hablar del
sector público, hacemos referencia a la renta nacional,
que supone la medida, en dinero, del
flujo anual de bienes y servicios de una economía, que se
calcula sumando los ingresos de todos los agentes que la
conforman.
Aunque el ingreso
se suele medir en términos monetarios, a veces se utilizan
otro tipo de medidas, sobre todo en teoría
económica. La renta real no representa el ingreso
monetario, sino la capacidad que determinada cantidad monetaria
tiene para adquirir bienes y servicios cuyos precios
están sujetos a variaciones.
Erogación
o salida de recursos financieros. En el ámbito personal las
causadas por el compromiso de pago de algún bien o
servicio
recibido o por algún otro concepto. En el
ámbito empresarial lo constituyen los desembolsos o
salidas de dinero, aún cuando no constituyan gastos que
afecten las pérdidas o ganancias. En el ámbito de
Contabilidad
Gubernamental, los pagos que se hacen con cargo al presupuesto
público.
El gasto
público es aquel en que el Estado
incurre para sostener las instituciones
gubernamentales centrales y para financiar servicios
públicos prioritarios que permanecen en manos
estatales; es decir, la cantidad de recursos con que puede
funcionar el Estado para el
ejercicio de sus diversas funciones.
Se incluye el
gasto social, que es el subconjunto del gasto público que
agrupa los recursos que el Estado destina directamente para
atender el desarrollo y el bienestar de su población. Hay
diferentes criterios sobre las partidas presupuestarias que deben
incluirse en el cómputo del gasto social, pero hay acuerdo
respecto a sectores básicos tales como: educación,
salud, seguridad social,
cultura y
comunicación social, ciencia y
tecnología, vivienda y servicios y desarrollo
social.
Es desembolso
realizado por un individuo para satisfacer sus necesidades
particulares o por una empresa para satisfacer los
requerimientos necesarios para su funcionamiento.
Es el paro forzoso o
desocupación de los asalariados que pueden
y quieren trabajar pero no encuentran un puesto de trabajo. En
las sociedades en las que la mayoría de la
población vive de trabajar para los demás, el no
poder encontrar un trabajo es un grave
problema.
Debido a los
costes humanos derivados de la privación y del sentimiento
de rechazo y de fracaso personal, la cuantía del desempleo
se utiliza habitualmente como una medida del bienestar de los
trabajadores. La proporción de trabajadores desempleados
también muestra si se
están aprovechando adecuadamente los recursos
humanos del país y sirve como índice de la
actividad económica.
Causas: Los economistas han descrito las
causas del desempleo como fricciónales, temporales,
estructurales y cíclicas.
El desempleo
friccional se produce porque los trabajadores que están
buscando un empleo no lo encuentran de inmediato; mientras que
están buscando trabajo son contabilizados como
desempleados. La cuantía del desempleo friccional depende
de la frecuencia con que los trabajadores cambian de empleo y del
tiempo que tardan en encontrar uno nuevo.
El cambio de
empleo se produce a menudo y un importante porcentaje del
desempleo es friccional y sólo dura un corto espacio de
tiempo. Esta clase de desempleo se podría reducir de
alguna manera con servicios de colocación más
eficientes. Sin embargo, siempre que los trabajadores puedan
abandonar libremente su trabajo se producirá un desempleo
cíclico.
El desempleo
temporal se produce cuando las industrias tienen
una temporada de baja, como durante el invierno en la industria de
la construcción o en otros sectores de
producción cuyas tareas se realizan a la
intemperie. También se produce al finalizar el año
escolar, cuando muchos estudiantes y licenciados se ponen a
buscar trabajo.
El desempleo
estructural se debe a un desequilibrio entre el tipo de
trabajadores que requieren los empresarios y el tipo de
trabajadores que buscan trabajo. Estos desequilibrios pueden
deberse a que la capacitación, la localización o las
características personales no sean las adecuadas. Por
ejemplo, los desarrollos tecnológicos necesitan nuevas
cualificaciones en muchas industrias, y dejan sin empleo a
aquellos trabajadores cuya capacitación no está
puesta al día. Una fábrica de una industria en
declive puede cerrar o desplazarse a otro lugar, despidiendo a
aquellos trabajadores que no pueden o no quieren
desplazarse.
Los trabajadores
con una educación inadecuada, o los trabajadores
jóvenes y los aprendices con poca o ninguna experiencia,
pueden no encontrar trabajo porque los empresarios creen que no
producirán lo suficiente como para que merezca la pena
pagarles el salario mínimo legal o el salario pactado en
el convenio colectivo con los sindicatos.
Por otro lado,
incluso los trabajadores muy cualificados pueden estar
desempleados si no existe una demanda
suficiente de sus cualificaciones. Si los empresarios discriminan
a algún grupo en razón de su sexo, raza, religión, edad o
nacionalidad
de origen, se puede dar una alta tasa de desempleo entre estas
personas aunque haya muchos puestos de trabajo por cubrir. El
desempleo estructural es especialmente relevante en algunas
ciudades, profesiones o industrias, para aquellas personas con un
nivel educativo inferior a la media y para otros grupos de la
fuerza
laboral.
El desempleo
cíclico es el resultado de una falta de demanda general de
trabajo. Cuando el ciclo económico cae, la demanda de
bienes y servicios cae también y, por lo tanto, se despide
a los trabajadores.
Medición: El método
más utilizado para medir el desempleo se desarrolló
en Estados Unidos
en la década de 1930; muchos países utilizan este
sistema bajo la
recomendación de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). Con un
seguimiento mensual de una muestra de familias representativas de
toda la población civil se obtiene información sobre la actividad de cada
persona en edad activa. Para asegurar la precisión de los
datos y
facilitar su recopilación, los encuestadores preguntan
qué es lo que hizo la gente en una semana
determinada.
Una persona que
realizó cualquier tipo de trabajo durante esa semana para
recibir una paga o un beneficio, trabajó quince o
más horas como un trabajador sin paga en una empresa familiar
o tuvo un trabajo del que estuvo temporalmente ausente, es
considerado como empleado. Una persona que no estuvo trabajando
pero que buscaba trabajo o estaba despedido y disponible para
trabajar se considera como desempleado.
A
continuación, el número de desempleados se divide
por el número de personas de la fuerza laboral civil (es
decir, la suma de empleados y desempleados) con el fin de
calcular la tasa de desempleo. En algunos países, en vez
de elaborar una encuesta
especial, la estimación del desempleo se realiza a partir
de los datos de la cantidad de personas que buscan empleo a
través de las oficinas públicas de empleo o de la
cantidad de personas que reciben compensaciones por desempleo. En
España
se utilizan los dos sistemas
simultáneamente. Por un lado, todas las semanas se realiza
la Encuesta de Población Activa (EPA) entre 60.000
familias y se publica la media trimestral cada tres
meses.
EXPLICAR LA FORMA DE MEDIR EL DESEMPLEO
EN VENEZUELA
Según el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Venezuela el
desempleo se mide a través de un índice. El
índice o tasa de desempleo es un cociente entre el
número de personas que (estando en edad y
disposición de trabajar) se encuentran desocupados, y el
total de personas en edad y disposición de trabajar
(ocupados y desocupados). Es lo mismo que decir que la
Tasa de Desocupación es el porcentaje de la
Población Desocupada con respecto a la Población
Económicamente Activa. Tanto numerador como
denominador dependen de fenómenos complejos, tales como la
tasa de crecimiento poblacional, la deserción
escolar, la efectividad y cobertura de los programas
sociales, el crecimiento
económico y del número de personas que, estando
en edad y disposición de trabajar, desean efectivamente
hacerlo. Esa complejidad hace del desempleo una estadística atractiva para la
práctica de la transformación.
TASA DE DE DESEMPLEO = DESEMPLEADOS . X POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE |
Cabe destacar
que, al menos en lo que se refiere al indicador de desempleo, la
estadística del INE coincide con el criterio utilizado
internacionalmente, cosa que hace posible la comparación
de los índices de desempleo entre países. Esto es
cosa cierta, como también lo es el hecho de que, al menos
en el caso venezolano, la medición subestima considerablemente el
fenómeno del desempleo en su sentido más amplio.
Después de todo, en la situación actual de
Venezuela son muy pocos los que no son capaces de buscar una
solución parcial a su problema de
empleo.
De acuerdo a la
tasa de medición de desempleo se
considera:
Población Desocupada: A las
Personas de 15 años o más, de uno u otro sexo,
quienes declararon que durante la semana anterior al día
de la entrevista
no estaban trabajando y estaban buscando trabajo con
remuneración. Asimismo, se incluyen aquellas personas que
nunca han trabajado y buscan trabajo por primera
vez.
Población Económicamente
Activa: Está constituida por todas las personas de
15 años y más con disposición y
disponibilidad para trabajar en el período de referencia,
que es la semana anterior a la realización de la entrevista.
¿Qué se considera una persona
desempleada? De acuerdo con la definición universalmente
aceptada, están desempleados personas mayores de 15
años quienes respondan "no" a la siguiente
pregunta: "La semana pasada, de lunes a domingo, ¿ha
realizado un trabajo remunerado (en metálico o especies),
asalariado o por su propia cuenta, aunque sólo haya sido
por una hora o de forma esporádica u
ocasional?".
VARIACIÓN DE LA TASA DESEMPLEO EN
VENEZUELA EN EL AÑO 2005
Tasa De
Desempleo Mensual y su variación (2004 –
2005)
mes | ene. | feb. | marz. | abr. | may. | jun. | jul. | agost. | sept. | oct. | nov. | dic. |
2004 | 19.1 | 17.1 | 15.6 | 16.3 | 15.8 | 15.5 | 15.3 | 14.2 | 14.5 | 13.7 | 12.8 | 10.9 |
2005 | 15.5 | 14.0 | 13.5 | 12.1 | 12.6 | 11.8 | 12.6 | 12.1 | 11.5 | 11.4 | ||
*VAR. | 3.6 | 3.1 | 2.1 | 4.2 | 3.2 | 3.7 | 2.7 | 2.1 | 3 | 2.3 |
*
variación
º
Análisis Comparativo Septiembre 2005 –
Octubre 2005
La
población desocupada en octubre de 2005 (1.398.677
desocupados: 11,4%), permaneció estable en términos
estadísticos al compararla con la estimación del
mes anterior (1.395.740 personas: 11,5%). Igual comportamiento
se observa por sexo y grupos de edad.
Análisis Comparativo Octubre 2004 – Octubre
2005
La tasa de
desocupación en octubre de 2005 es 11,4% (1.398.677
desocupados), siendo en el mismo mes del año 2004 igual a
13,7% (1.661.785 personas), una disminución de 2,3 puntos
de porcentaje, que equivale en términos absolutos a la
reducción de 263.108 desocupados, distribuidos en 108.643
hombres y 154.465 mujeres.
Por grupos de
edad, se observa una reducción relevante
estadísticamente en los rangos centrales, ocurriendo la de
mayor magnitud en la población desocupada de 25 a 44
años: 145.721 desocupados menos en el
período
Análisis Comparativo Septiembre 2005 –
Octubre 2005
La
estimación de la tasa de actividad para el mes de octubre
de 2005 es 67,1% (12.260.489 activos), que al
compararla con la estimación del mes anterior 66,5%
(12.095.365 activos), refleja estabilidad en términos
estadísticos la población activa. Igualmente por
grupos de edad.
Por sexo, se
observa el incremento de 181.454 mujeres activas entre septiembre
y octubre de este año.
Dentro de las
categorías de clasificación de la población
activa (ocupados y desocupados), no se observa movimientos
estadísticamente significativos entre septiembre y octubre
de este año.
Análisis Comparativo Octubre 2004 – Octubre
2005
La
población económicamente activa en octubre de 2005
(12.260.489 activos: 67,1%) muestra estabilidad en
términos estadísticos, en comparación con la
estimación de octubre de 2004 (12.116.973 activos:
68,3%).
Por sexo, destaca
el incremento de 148.251 hombres activos en la comparación
interanual.
Por grupos de
edad, no se registraron cambios significativos en términos
estadísticos.
Con respecto a la
desagregación de la población activa, se observa la
disminución 263.108 desocupados y el aumento de 406.624
ocupados.
Para el cierre
del mes de septiembre de 2005, el Instituto Nacional de
Estadísticas (INE) anunció que la tasa de desempleo
se encontraba en 11,5%, una cifra 3,0% inferior al 14,5%
registrado a estas mismas alturas del año anterior. Esa
disminución, si bien se encuentra alineada con el proceso de
crecimiento económico que ha experimentado Venezuela en
estos doce meses, no coincide con la percepción
de estómago del ciudadano común en relación
con el tema: "uno no siente que la situación del empleo en
Venezuela haya mejorado significativamente".
Siendo el
desempleo un cociente, es posible que las disminuciones en la
estadística se deban a aumentos en el numerador (puestos
de trabajo), o disminuciones en el denominador (número de
personas buscando trabajo). Las estadísticas del INE tanto
de septiembre de 2004 y 2005 hacen posible cuantificar
específicamente qué proporción de la
caída es atribuible a cada factor:
Para septiembre
de 2004 Venezuela contaba con 26.087.042 habitantes, de los
cuales 17.701.156 tenían quince años o más.
De esta última cifra, 12.247.300 (69,2%) se encontraban
activos, es decir, ocupados, o activamente buscando
ocupación. Ese porcentaje es lo que se conoce como la tasa
de actividad. La diferencia (30,8%) está representada por
mayores de quince años que se encontraban estudiando, o
discapacitados, o sencillamente con medios
suficientes para subsistir sin necesidad de trabajar. Para
septiembre de 2004 existían en el país 10.472.578
ocupados ("aunque sólo haya sido por una hora"), y, en
consecuencia, 1.774.722 desocupados. Esta última cantidad,
dividida entre el número de personas activamente buscando
trabajo, determinó la tasa de desempleo para la fecha
(14,5% = 1.774.722 / 12.247.300).
Para septiembre
de 2005, la población había crecido a 26.562.642,
de los cuales 18.191.910 tenían quince años o
más. De esta cifra, 12.095.365 (66,5%) se encontraban
activos. Para esa fecha existían 10.699.625 ocupados y
1.395.740 desocupados, de donde se deriva la estadística
de desempleo más reciente (11,5% = 1.395.740 /
12.095.365).
De este sencillo
conjunto de cifras se desprenden varios aspectos
importantes:
- En primer
lugar, el número de personas en edad de trabajar (15
años o más) creció en 490.754, una cifra
similar (acaso un poco mayor) a su promedio de los
últimos siete años (416.932). - A pesar de lo
anterior, el número de personas en edad y
disposición de trabajar (fuerza laboral) cayó en
151.935. - Como
consecuencia de lo anterior, la tasa de actividad de la
economía venezolana cayó de 69,2% (septiembre de
2004) a 66,5% (septiembre de 2005). - Como se puede
apreciar en el cuadro I, esa caída en la tasa de
actividad se encuentra fuertemente concentrada entre las
mujeres.
Es posible
calcular qué hubiese sucedido con la tasa de desempleo si
la economía venezolana hubiese mantenido su tasa de
actividad en 69,2%, considerando el crecimiento poblacional y el
número de puestos de trabajo (incluyendo parciales) que se
crearon. Ese cálculo ha sido hecho en la última
columna del cuadro I: la tasa de desempleo al cierre de
septiembre de 2005 sería de 15%, es decir, 0,5% mayor a la
registrada hace un año.
Lo anterior no
quiere decir que no se hayan creado puestos de trabajo. El
número de personas que se consideran "ocupadas"
aumentó entre ambos períodos 227.047. Lo que sucede
es que la población también va creciendo y quienes
se encuentran en edad de trabajar crecen a un ritmo superior a
400.000 cada año, de manera que aun cuando se creen nuevos
puestos de trabajo, es perfectamente posible que la tasa de
desempleo continúe aumentando. De hecho, para el
período estudiado, si se hubiese mantenido constante la
tasa de actividad, la tasa de desempleo hubiese aumentado 0,5%, a
pesar de la creación de 227.047 puestos de trabajo. Esto
no representa ninguna novedad. En Venezuela desde 1978 el drama
no ha sido la destrucción de puestos de trabajo, sino el
hecho de que los puestos creados son muy inferiores al
crecimiento de la fuerza laboral
¿Por
qué ahora, proporcionalmente hablando, hay menos gente que
quiere trabajar que hace un año? Una respuesta posible
podría estar en los programas sociales del Gobierno, que
llegan para asistir, a veces en especie y a veces en ingresos, a
un sector importante de la población. Ese sector obtiene
un ingreso que antes no tenía, lo que podría
disminuir su propensión a buscar de forma activa un
trabajo. Por esta razón, la Encuesta de Hogares del INE
podría registrar una caída en la tasa de actividad,
que a su vez se traduce en una caída en la tasa de
desempleo. Técnicamente es correcto considerar a estas
personas fuera del espectro laboral activo. Sin embargo, conviene
tener en cuenta que si la efectividad o cobertura de los
programas sociales se deteriora en el futuro, ya sea por falta de
eficiencia o
porque se hacen escasos los fondos públicos con los que
éstos se financian, esas personas regresarán al
mercado laboral.
Si eso ocurriera hoy en día, Venezuela amanecería
con una tasa de desempleo superior a la que tenía hace un
año, a pesar de haber crecido aceleradamente en ese
período.
Otra hipótesis que ha surgido de algunos colegas
es que el proceso de crecimiento económico registrado el
año pasado ha provocado un efecto de ingreso en el sector
femenino de la fuerza laboral. Según esta
hipótesis, este
hecho es consistente con la evidencia empírica a escala
internacional, según la cual la disposición a
trabajar de la fuerza laboral femenina disminuye en
períodos de crecimiento
económico.
En mi
opinión, esta hipótesis pierde fuerza en el caso
venezolano, puesto que si se considera el crecimiento
económico en términos agregados en los
últimos siete años, promedian 0,5%, lo que produce
un Producto
Interno Bruto por habitante de 10,3% menos al cierre de 2004
(versus 1997). En otras palabras, en términos agregados no
hay crecimiento, por lo que la disposición a trabajar de
la fuerza laboral femenina debería ser similar a la de
hace siete años.
En
conclusión, las variaciones en las estadísticas de
empleo y desempleo resultan un espejismo, en tanto no cambien los
factores estructurales que predominan en el mercado laboral
venezolano:
- Los bajos
niveles de inversión pública o privada,
nacional o extranjera. - Los
elevadísimos costos
laborales (costos de contratar y despedir gente): no se olvide
que Venezuela es el país en donde resulta más
caro contratar y despedir gente, después de todo, hay
que aumentarles el sueldo por decreto, hay inamovilidad
laboral, y cuando se logra despedir, se incurre en los costos
de despido más altos de América
Latina. - El bajo
crecimiento económico registrado, negativo en
términos per cápita (no se olvide que a pesar de
crecer 17,4% en 2004, al promedio de los últimos 7
años es apenas de 0,5%, y el promedio 1978-2004 es
apenas 1,3%).
Mientras eso no
ocurra, el fenómeno del desempleo se reduce a la
disponibilidad de suficiente renta petrolera como para crear
empleos en el sector público y mantener alejada del
mercado laboral a una parte de la población por la
vía de los programas sociales y las transferencias. El
día que esa renta vuelva a faltar, se acabarán los
efectos de la alquimia.
Marginalidad
social, es la falta de integración de una persona o de una
colectividad en las normas sociales
comúnmente admitidas O son sectores de la población
segregados en áreas no incorporadas al sistema de
servicios urbanos en viviendas improvisadas y sobre terrenos
ocupados ilegalmente
La Marginalidad
social responde a ciertos desajustes producidos en el
tránsito de una sociedad tradicional, hacia una moderna,
como supuestamente. Esta situación debía, por
consiguiente, ser objeto de intervenciones específicas
tendientes a corregirla. Se concebía así un campo
de acción-reflexión en torno de la
marginalidad-integración. Desde este punto de vista, se
tornan marginales sociales aquellos grupos y territorios que
exhiben un retraso respecto de la porción
«moderna» de la sociedad. En resumidas cuentas, la
marginalidad social es la resultante de un alejamiento temporal
del sendero «natural» por el que toda sociedad
transita hacia la modernización.
En
contraposición a las anteriores afirmaciones, desde una
segunda perspectiva se sostiene el carácter relacional existente entre la
marginalidad, el mercado de trabajo y el sistema de relaciones
socioeconómicas imperante en la región. Un rasgo
distintivo de este abordaje es que ya no se define a los
marginalidad social en función de
«desajustes ocasionales» producto del desarrollo
«natural» de la sociedad, sino –y muy por el
contrario a partir del lugar ocupado en el mercado de trabajo y
de cómo la conformación de este mercado guarda
relación, al mismo tiempo, con el modelo de
desarrollo de las sociedades.
En este marco
interpretativo se abandona o, para ser más exactos, se
refuta aquella afirmación según la cual ser
marginal significaba «estar fuera» del sistema de
relaciones económicas y sociales, idea que de alguna
manera estaba presente en la teoría de la
modernización. Es preciso recordar que parte de la
literatura
abocada a la marginalidad sobre todo la inscrita en la anterior
perspectiva distinguía entre los estratos bajos o
populares «establecidos» (sean obreros, urbanos o
rurales) y la población marginal, situada fuera del
sistema de estratificación, acaso como una forma de
outcasts
En realidad,
percibir al sector marginal como fuera del sistema de clases
sociales (y ya ni siquiera como el estrato más bajo
del mismo) implica desconocer por completo a la marginalidad como
un proceso y una relación social, presentándola,
por consiguiente, como un insólito e inexplicable factor
emergente de la situación latinoamericana. De este
modo,
puede sostenerse
que el marginal, en lugar de ser un outsider del sistema social,
es más bien una emanación de él. No
está, por lo tanto, fuera de la escala; más bien
constituye el último peldaño de ésta. En
consecuencia, los roles y funciones que ocupa están
situados en los niveles más bajos. Es la víctima de
un círculo vicioso socioeconómico en el que, a
menudo, el punto de partida es el presagio infalible del punto de
llegada, con excepción de algunos pocos
casos…
En
relación con lo anterior, cabe agregar que la marginalidad
social se origina en los cambios en la estructura de
relaciones entre capital y trabajo asalariado, los que son
producidos por una tendencia del capital –apoyada en el
desarrollo tecnológico– que lleva al gradual
predominio del trabajo acumulado sobre el trabajo
vivo dentro del capital. Esa particular tendencia de movimiento del
capital implica que una proporción creciente de fuerza de
trabajo queda sobrante respecto de las necesidades del
capital.
Esa
población excedentaria es la que se denomina
«marginalizada», y son las fuerzas del capital las
que tienden a marginalizar a los trabajadores, por eso se habla
de proceso. He aquí el por qué de hablar
también de relaciones sociales. Este proceso (lejos de ser
inesperado» o «inexplicable») es el producto
predecible de este tipo de sistema de relaciones
económicas. Quedan a un lado, pues, aquellas explicaciones
con énfasis en el sujeto, en la cultura, en la
disposición geográfica y los desajustes en el
desarrollo histórico «natural» de la
sociedad.
En consecuencia,
puede sostenerse que la marginalidad, y en particular este polo
marginal, consiste en un modo identificable de pertenencia y de
participación en la estructura general de la
sociedad.
De
múltiples modos, los integrantes de hogares marginales
latinoamericanos obtienen medios mínimos para su
subsistencia al producir bienes y generar servicios en
actividades de muy baja productividad,
que no requieren un capital importante puesto que utilizan
«obsolescencias» del resto de la sociedad. En
ocasiones, el mercado al que destinan sus esfuerzos está
constituido por los sectores obreros, cuyos ingresos son
insuficientes para permitirles el acceso a bienes y servicios
«modernos».
La pobreza se hace notar en la carencia que sufre una
persona/hogar por la falta de bienes y servicios considerados
indispensables para cubrir las necesidades vitales: vivienda y
todo lo que comporta el alojamiento, vestimenta, alimentación,
protección sanitaria, formación (escolar,
profesional, universitaria), etc. En el grado de incapacidad para
participar en todos los aspectos de la vida (social, cultural,
cívica, profesional), así como en la imposibilidad
de comunicarse.
Es imprescindible mencionar que la pobreza tiene serios
efectos sobre las personas. La impotencia que sienten ante la
imposibilidad de modificar su situación se traduce en
menosprecio propio, menosprecio el país, depresión
anímica y social, violencia y
quebrantamiento de la ley.
Además, provoca el resentimiento hacia los que tienen,
refuerza el racismo y mata la
sensibilidad humana.
Planteado en estos términos el problema de la
pobreza se ve fundamentalmente influido por los componentes
inherentes a las variables
utilizadas en su medición, en tal sentido: "La pobreza se
reducirá siempre y cuando los ingresos nominales medios
crezcan mas rápidamente que los precios", por tanto el
objetivo
central de una política de
reducción de la pobreza se fundamenta en la posibilidad de
lograr una mejora del ingreso real de las familias. Crecimiento
económico y control de la
inflación serían las metas por excelencia de una
política
económica que tratara de enfrentar con alguna
posibilidad de éxito
el problema de la pobreza. Esta afirmación, la cual no
deja de ser cierta, nos deja sin embargo con muchos asuntos aun
sin responder; tal como apuntamos, la relación existente
entre el crecimiento económico y la reducción de la
pobreza dista mucho de ser una relación lineal.
La
Depresión económica por la que pasa actualmente
nuestro país presenta una producción y unas
ventas
reducidas, y al mismo tiempo altas tasas de desempleo y de
quiebras empresariales. Una depresión es el punto
más bajo de un ciclo económico. Casi todas las
teorías
económicas modernas consideran que las depresiones son el
resultado de una caída de la demanda, junto a una
disminución de la inversión y de los salarios, que
reducen el nivel de consumo.
- BANCA Y NEGOCIOS. Indicadores
Latinoamericanos (2005). - BOTTO, Justina y FENOGLIO, Magdalena, Moulia Lourdes
justina5@
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JUANA
VILLALVA
PUERTO LA CRUZ –
VENEZUELA