- Planteamiento de la
problemática histórica: - ¿Cuantos años
tiene un día? - El Exilio de Don Gabriel
Alarcón - Conclusión
- Bibliografía
Parte importante de nuestra identidad ha
sido moldeada por hechos, lo que se demuestra en nuestra forma de
relacionarnos, de cómo nos vemos los unos a los otros, sin
embargo, muy pocas veces ponemos atención en esto, y no reparamos en el
hecho de que nuestra percepción
del otro depende de los procesos
históricos anteriores.
Dentro de ese pasar sin recordar, ya sea por que no
queremos hacerlo o por que existen intereses que quieren que no
lo hagamos existe la posibilidad de que tomemos el camino
contrario, el de mirar hacia atrás, no con nostalgia
inhibidora, sino, con la finalidad de comprender la realidad, el
presente, y además de comprenderlo ser capaz de
transformarlo.
Según lo que plantea M. Halwachs
"Hay que renunciar a la idea de que el
pasado se conserva tal cual en las memorias
individuales. Los hombres viviendo en sociedad usan
palabras de las cuales ellos comprenden el sentido: es la
condición del pensamiento
colectivo. Ahora bien, cada palabra se acompaña de
recuerdos y no hay recuerdos a los que no podamos hacerles
corresponder palabras. Nosotros hablamos nuestros recuerdos antes
de evocarlos: Es el lenguaje y
es todo el sistema de
convenciones sociales que le son solidarias que nos permite en
cada instante reconstruir nuestro pasado".
De esta manera entendemos la memoria
colectiva como la totalidad de las menorías individuales
respecto a un hecho o un período en común, sin
embargo, es necesario aclarar que aunque un hecho sea
común para muchos, de ninguna manera la percepción
va a correr la misma suerte, de tal manera que la memoria colectiva
sería la conjugación de la totalidad de las
percepciones de los individuos frente a un hecho que ha tenido
real significancía en sus vidas, puesto que "un
recuerdo rara vez es una idea abstracta o un objeto sin sentido.
Memoria es significación, es
sentido", por lo tanto el
sentido como la percepción es individual y colectivo a la
vez.
Uno de los hechos más traumáticos de la
historia reciente
que nuestro país ha vivido ha sido el conflicto
político-ideológico de la década de los
setenta, crisis que ha
llevado a profundas divisiones y grandes llagas que
todavía no somos capaces de cerrar completamente, y lo que
no será posible si no somos capaces de mirar hacia
atrás y conocer en parte el verdadero peso de este
complejo proceso para
quienes fueron parte activa de este, ya que, parte importante de
las contradicciones e injusticias que vivimos en este momento son
producto del
intento de tapar el sol con un
dedo y de seguir adelante como si detrás de nosotros no
existiera nada.
PLANTEAMIENTO DE LA
PROBLEMÁTICA HISTÓRICA:
El exilio como el alejamiento
forzado de una persona de su
patria es una definición literal que cualquier persona
puede manejar, pero de ninguna manera podremos comprender a
cabalidad la cantidad de emociones y
sentimientos que esta palabra causa a una persona que ha sido
desarraigada de su historia y que ha debido continuar una vida
lejos de sus vínculos más íntimos, por
tanto, es nuestro deber recuperar los testimonios de aquellas
personas que sufrieron en carne propia el resultado de un proceso
histórico marcado por la polarización de
convicciones ideológicas evidentemente políticas
y que han dejado una marca indeleble
en nuestra historia como país.
Chillán no es ajeno al proceso anteriormente
nombrado y por tanto fueron bastantes las personas que tuvieron
que soportar la fuerte represión del régimen
instaurado, parte de las cuales fueron exiliadas, por lo cual,
pretendemos recoger el testimonio de una de esas personas, el del
señor Gabriel Alarcón quien fue forzado a salir del
país el año 1978, y cuyo retorno solo fue posible
con el retorno de la democracia en
el año 1990.
A las 11:00 AM. Del día 11
de Septiembre de 1973 el palacio de la Moneda fue bombardeado, el
vuelo de los Hawker Hunter se presentaba como una línea
divisoria entre el antes y el después, ese antes en el que
vastos sectores marginados de la sociedad se habían visto
representados, y un después representado por la
represión y la supresión de las libertades
individuales.
Don Gabriel Alarcón Durán, a la edad de 24
años cursaba cuarto año de Antropología en la Universidad de
Concepción, encargado de la FER (Frente de Estudiantes
Revolucionarios), era miembro de la dirección local del MIR de Talcahuano,
posterior al derrocamiento de Allende comienza el trabajo
encubierto mientras las medidas represivas se hacen cada vez
más fuertes de esta manera se trabaja en formas de
boicotear el régimen de facto, el cual pensaban
sería solo por un par de meses por lo que ponían
todo su esfuerzo en debilitarlo.
El 30 de Septiembre de 1973 Gabriel Alarcón es
detenido en casa de un amigo por carabineros de Talcahuano, el
motivo del arresto: permanencia en grupo
paramilitar y pertenencia ilegal de armas en tiempo de
guerra, desde
aquel momento no volvería a sentir la libertad en su
país hasta 16 años después cuando la
democracia retornara al país, sin embargo, esto nunca
pasó por su mente, existía el convencimiento junto
a los compañeros que se encontraban en igual
situación de que la democracia se reestablecería en
poco tiempo, lamentablemente erraban en sus percepciones, pero a
pesar de la incertidumbre en que se encontraban consideraban la
cárcel como "una escuela de
formación revolucionaria", por el hecho de que
ponían a prueba sus convicciones y el real sustento de su
ideología.
La 2° comisaría de Talcahuano fue el primer
lugar donde comenzó su larga reclusión de cuatro
años, en esta comisaría estuvo desde el 28 de
septiembre de 1973 hasta el 05 de Octubre del mismo año,
es en este lugar donde comienza una seguidilla de de actos de
tortura y amedrentamiento las cuales van disminuyendo en forma
gradual en la medida que don Gabriel se hace más conocido
y recorre en calidad de
prisionero político los distintos recintos con que el
gobierno militar
disponía para estos.
Un secreto a voces eran las torturas sufridas por los
prisioneros políticos a lo largo del país, estando
don Gabriel en su primer lugar de detención fue victima de
distintas torturas tanto físicas como psicológicas,
amenazas de violación a su mujer,
quién estaba en la 4° comisaría de Talcahuano;
quemaduras de cigarrillos en la espalda y el pecho; golpes de
corriente de 220 w, con dos extensiones, una en la boca, oreja y
otra en los testículos
y pene.
De esta manera se intentaba obtener información de dirigentes y redes de operación
del MIR como de distintos grupos
paramilitares que actuaran de forma ilegal contra el nuevo
régimen, llama la atención el hecho de que solo
después del mes de Noviembre de 1973 las torturas
físicas aplicadas fueran con vendaje ocular de la
víctima, quizás por que se venía venir un
largo procesos de torturas y por un largo tiempo por lo que los
victimarios intentaron esconder sus características
físicas ante futuras acusaciones.
El día 05 de octubre de 1973 don Gabriel es
trasladado a la base naval de Talcahuano y posteriormente al
Fuerte Borgoño, en el que es nuevamente torturado,
"entre 8 a 10 compañeros se les
obliga a dormir desnudos y aplastados uno encima de otros, dando
órdenes violentas se montaba uno encima de otro siendo
golpeados y nuevamente tirándose en el suelo en una
pieza de 1 por 1,80 m2, lamentablemente uno de los
compañeros se intenta suicidar cortándose las venas
con algo que encontró en el suelo. Al darse cuenta se nos
obligó a limpiar la sangre derramada
en el piso con la lengua";
"ingreso desnudo a un pozo negro, junto a
tres compañeros, siendo golpeados con culatas de fusil
desde arriba", estos testimonios corresponden a
un par de las distintas e "ingeniosas" torturas aplicadas a los
prisioneros políticos y vividas por don
Gabriel.
Después de los primeros meses de estar como
prisionero político tienen la garantía de recibir
visitas, las cuales aparte de saludarlos y preocuparse de su
estados emocional y físico llevan alimentos para
complementar la ración diaria entregada por lo gendarmes,
de esta manera pueden recibir ciertas noticias
importantes de lo que estaba sucediendo afuera y en la medida que
don Gabriel comienza a "visitar" distintos recintos se va
haciendo conocido y adopta cierta jerarquía entre los
compañeros que corrían su misma suerte, tanto
dentro del recinto en que se encontraba como en los otros donde
se encontraban amigos, es cuando se encuentra en la cárcel
de Temuco, nota con algunos compañeros que existe cierta
desigualdad en la dieta de los que se encontraban detenidos,
puesto que en tiempos de visita algunos recibían gran
cantidad de víveres y alimentos, en cambio otros
muy poco y algunos nada ya que no recibían visitas, por lo
tanto comenzaron a organizar los denominados "comedores comunes",
donde reunían todo lo recolectado por quienes se
encontraban en la cárcel para hacer las comidas más
equitativas dentro de los recintos, luego esta idea fue apoyada
por la vicaría de la solidaridad y se
extendió a todos los recintos donde se encontraban presos
políticos para tratar de otorgar un trato más digno
a quienes se encontraban sin libertad por motivos
ideológicos.
Un hecho que marca un cambio de esquema a futuro en la
mente de don Gabriel Alarcón es el asesinato de Miguel
Henríquez, fundador y dirigente máximo del MIR el
05 de Octubre de 1974, de alguna manera toda la esperanza puesta
en una pronta recuperación de la libertad y un regreso a
la democracia se esfumaban, ya que comenzaban a presentir que la
junta militar que se encontraba en el poder iba a
comenzar a institucionalizarse y las ideas totalitarias de este
comenzarían a expandirse por todo el país ,
pasarían varios años para volver a verla en el
país.
En vista de que la democracia no retornaría con
la prontitud que habían previsto, familiares de quienes se
encuentran prisioneros comienzan a movilizarse, de alguna manera
gestionar por medio de distintos organismos como la vicaria de la
solidaridad, cruz roja, y la embajadas principalmente de
países europeos para que recibieran a los prisioneros
políticos, son estos últimos los que solidarizan
con el caso chileno y abren las puertas de sus países para
acogerlos.
Hacia el año 1977 es trasladado a la
cárcel de Capuchinos, en la cual ya existe un trato
diferente, principalmente por el hecho de que al haber viajado
por distintas cárceles del país le había
permitido conocer a distintas personas, las cuales habían
ido rotando por los recintos por esa cantidad de años al
igual que el, mientras esto sucedía su mujer se encontraba
gestionando su salida del país a través de las
embajadas.
El
Exilio de Don Gabriel Alarcón
Tras cuatro años de estar detenido en distintas
cárceles del país, Gabriel Alarcón, es
aceptado por la embajada holandesa, la cual envía en forma
inmediata un diplomático encargado de hacerse cargo de
quiénes habían aceptado como nuevo ciudadano, desde
el momento en que esto sucede Gabriel Alarcón y su esposa
son tratados con sumo
cuidado hasta llegar al país que los
acogió.
En la historia de nuestro país, el exilio a sido
una constante, podemos señalar que el exilio o destierro a
tenido dos variantes a lo largo de la historia: uno es el exilio
voluntario y se da cuando las condiciones sociales,
políticas, religiosas o económicas, llevan a un
individuo o a
un grupo de personas a la determinación de autoexiliarse
en busca de un pasar mejor. El segundo tipo de exilio es el de
tipo forzado y se produce debido a determinaciones legales o
arbitrarias de la
administración política de turno.
En Chile, el exilio ha tenido un carácter fundamentalmente político y
se ha institucionalizado en el sistema legal Chileno como pena a
delitos contra
la patria, traición, conspiración o
sublevación. Durante el período colonial, el
destierro incluía tanto la expulsión de personas
fuera del territorio, como la prisión o destierro en zonas
apartadas del país, lo que posteriormente se llamó
relegación. La fecha que dio inicio al destierro masivo de
personas en el país fue el año 1767, cuando se
expulsó a los jesuitas de
todas las zonas bajo el dominio del rey
de España
Carlos III.
Durante el siglo XIX, desde la fundación de la
república como nación
organizada, Chile se ha visto envuelto en numerosos conflictos
políticos, unos más violentos que otros, muchos de
los cuales terminaron con la expulsión de los vencidos del
país. Desde entonces, y hasta la actualidad, son miles los
chilenos que como don Gabriel Alarcón han tenido que dejar
el país, como consecuencia de las diversas crisis
políticas que ha enfrentado la sociedad chilena. Primero a
causa de las guerras de la
independencia,
luego de las guerras civiles de 1851 y 1859 y, al finalizar el
siglo XIX, debido a la Guerra Civil de 1891.
Durante el siglo XX, bajo el gobierno de Carlos
Ibáñez del Campo entre 1927 y 1931, algunos
chilenos vivieron el exilio. También bajo el gobierno del
radical Gabriel González Videla éste fue legalizado
bajo la "Ley de defensa de
la democracia" de 1948.
Sin embargo, fue durante la dictadura del
General Augusto Pinochet (1973-1989), donde salió de Chile
el mayor número de exiliados políticos de la
historia.
A partir de entonces en Chile, la reflexión sobre
el exilio ha estado
centrada sobre todo en la experiencia del retorno, en el
sentimiento de desarraigo profundo de la identidad individual y
colectiva que ha hecho del exilio una experiencia
traumática. De ello hablan por sí mismos los
numerosos testimonios que nos ha heredado la historia y en
especial el testimonio de nuestro entrevistado don Gabriel
Alarcón.
En el año 1978, don Gabriel llega a Holanda con
28 años de edad, aquí este país lo
acogió junto con su esposa, le proporcionó de
manera de inmediata la posibilidad de integrarse a la sociedad a
través de estudios del idioma, además de
proporcionarle tratamiento psicológico, aquí
comparte con otros compatriotas que vivían su misma suerte
y que este país recibe sin ningún inconveniente.
Según nos cuenta don Gabriel las relaciones entre Holanda
y Chile adquirieron especial importancia a fines de los
años sesenta. La sociedad Holandesa seguía de cerca
el proceso político que se vivía en Chile con la
llamada "Revolución
en libertad", liderada por el demócrata cristiano Eduardo
Freí Montalva.
La reforma universitaria y agraria, y la
nacionalización del cobre eran
algunos de los grandes temas que dinamitaban la vida
política chilena, en plena resonancia con el clima de cambios
que se respiraba en todo Occidente. Además, la sociedad
Holandesa miraba con simpatía los esfuerzos de ese
país lejano y pobre por encontrar su propio camino al
desarrollo. La
elección del socialista Salvador Allende como presidente,
en 1970, y el inicio de un proceso político mucho
más radical que el liderado por Freí,
aumentó el interés
por Chile en todo el mundo.
El Gobierno de Unidad Popular era visto como una
posibilidad única para llevar a cabo una revolución
socialista por medios
democráticos. Esta ilusión se fue desvaneciendo con
rapidez, tanto por los enfrentamientos internos de las fuerzas
políticas que formaban la Unidad Popular como por la
campaña de destrucción desplegada por el Gobierno
norteamericano de la época, encabezado por Richard Nixon.
La Casa Blanca temía una segunda Cuba en el
extremo sur de América
Latina y no escatimó esfuerzos políticos ni
económicos para desbaratar el proyecto de la
llamada "Revolución con empanadas y vino
tinto".
El golpe de Estado
de septiembre de 1973 en Chile desató en Holanda una ola
de solidaridad con escasos precedentes. El mismo día del
golpe se organizaron marchas de protesta y se iniciaron los
preparativos para ayudar a las víctimas de la violencia
militar y recibir refugiados. Gracias a la acción
de la Casa Real, de partidos
políticos y de organizaciones
civiles y religiosas Holandesas, se salvó la vida de
centenares, o quizás miles, de Chilenos. En los
años venideros, mientras en Chile se fortalecía la
dictadura, en Holanda los chilenos encontraron espacio y financiamiento
para llevar a cabo acciones
concretas de resistencia al
régimen de Augusto Pinochet, así como para lanzar
proyectos de
alcance político cultural como el Instituto para el Nuevo
Chile (INC) y el Centro Cultural Salvador Allende, ambos con sede
en Rótterdam. A su ves la tarea de Don Gabriel fue
difundir junto con otros compatriotas con panfletos y afiches la
situación vivida por nuestro país. A la vez, tanto
el INC como el Centro Salvador Allende fueron lugares de
encuentro de exiliados Chilenos de toda Europa, y
contribuyeron, por lo mismo, al nacimiento de amistades y
relaciones de trabajo, en
áreas que van desde las artes, la literatura y las ciencias
sociales, hasta la importación y exportación de frutas, muchas de las cuales
se mantienen hasta hoy día.
Don Gabriel Alarcón vivió en Holanda
durante 18 años, aquí además de difundir la
situación Chilena, se le dio la oportunidad de estudiar en
un instituto de formación a nivel técnico la
carrera de educación
diferencial, cuando llego el momento de realizar su tesis, le
ofrecen la posibilidad de realizarla en Nicaragua, así es
que parte hacia este país. Aquí realiza su tesis
durante seis meses y hace causa común con el frente
Sandinista de liberación nacional, experiencia inolvidable
para don Gabriel.
En sus 18 de años de exilio, don Gabriel
vivió sin problemas en
aquel país, uno de los factores que según el ayudo
mucho a poder adaptarse en aquel país extraño fue
el hecho de irse con su esposa, ya que muchos Chilenos llegaron
solos y sufrieron el desarraigo, la desadaptación y la
soledad. Por esto surgen en distintos países de Europa los
denominados "Ghettos" que según nos cuenta don Gabriel
eran barrios enteros de chilenos, en donde compatriotas
conversaban de la situación de Chile.
El 11 de Diciembre de 1989, don Gabriel, seguía
junto con otros compatriotas desde el exilio lo que
acontecía en Chile y al enterarse del triunfo del
candidato de la concertación en las elecciones
presidenciales, nuevamente llega un momento muy decisivo para su
vida ya que tras vivir 18 años en Holanda, después
de haberse acostumbrado a una cultura
completamente distinta a la suya y sobre todo de considerar las
ventajas que tiene vivir en un país desarrollado, se
enfrenta a la disyuntiva de quedarse en Holanda con una vida ya
reconstruida o regresar a su país de donde había
sido echado.
En efecto el retorno significa una serie de grandes
problemas; volver a una sociedad que a cambiado radicalmente y
que prácticamente no tiene parecidos a donde a vivido por
18 años, además surgen los problemas de empleos,
vivienda, salud,
previsión, etc. la decisión según nos cuenta
don Gabriel la tomo después de reflexionar y pensó
que francamente seria una inconsecuencia quedarse en aquel
país después de haber luchado por tanto tiempo,
para que la democracia volviera a su país, después
de haber trabajado para que en Europa no se olvidara de lo que
ocurría en Chile. Entonces se decidió por volver a
Chile con su esposa y comenzó a preparar su
retorno.
En 1990 se creo la oficina nacional
del retorno, además surgieron programas
específicos a cargo de ACNUR, CIME, FASIC, la vicaria de
la solidaridad, PREAL, comité pro retorno entre otros,
principalmente destinada a enfrentar estas dificultades que no
solo eran el problema de don Gabriel, si no de la mayoría
de los exiliados que estaban repartidos por Europa. Es así
como don Gabriel recibe la ayuda del gobierno para poder volver a
su país, esta ayuda corresponde en la facilidad de traer
todo sus vienes y además un préstamo que le
servirá para emprender un negocio para poder vivir
dignamente en Chile. Desde Holanda adquiere su casa a
través de una hermana en la ciudad de Chillan Viejo y en
1993 don Gabriel regresa definitivamente después de 18
años de exilio a su país.
El exilio fue uno de los instrumentos represivos usados
más masivamente y tuvo efectos muy desintegradores desde
el punto de vista social. Por una parte significó la
división y dispersión de la familia, la
reconstrucción de la familia en el
exterior y la vuelta a reconstruir el hogar en Chile al retorno.
Significó un proceso de aculturación de miles de
chilenos y la pérdida de ellos en forma definitiva para la
sociedad chilena.
Por otra parte el país quedó dividido
entre un Chile interno y uno externo. Sin embargo el exilio tuvo
facetas positivas: simultáneamente al aislamiento del
gobierno en el plano internacional, se dio la más profunda
campaña de solidaridad internacional que haya existido
hacia algún país y los dinamizadores de esta
campaña fueron los exiliados. El exilio, de ser un
disvalor, pasó a ser un valor, al
incorporar a los niveles profesionales y académicos
europeos y americanos a miles de chilenos.
Actualmente don Gabriel Alarcón, vive en la
ciudad de Chillan viejo, en la Av. O’Higgins, aquí
se dedica a atender su negocio, una especie de almacén,
donde tiene un club de ajedrez y
venta de juegos de
azar, tiene una vida tranquila junto a su esposa.
Don Gabriel fue protagonista de uno de los momentos mas
difíciles que vivió nuestro país y su
testimonio representa el de miles de chilenos que fueron
torturados, y exiliados y por ende una fuente directa de esta
situación tan injusta que se dio en nuestro país.
Aun así don Gabriel se siente afortunado ya que su suerte
pude ser peor ya que muchos de sus amigos y compatriotas
jamás podrán contar su historia.
La información disponible nos permite estimar el
exilio total hacia 1980, en unas 435.000 personas, aunque la
información no es exacta ya que se trata de una
aproximación muy global.
A través del siguiente trabajo de investigación, hemos querido abordar un
tema que es parte de la historia contemporánea de Chile y
que se vivió durante la dictadura de Augusto Pinochet
Ugarte, esto es la tortura y el exilio que vivieron miles de
chilenos y que a través del testimonio de Don Gabriel
Alarcón queremos mostrar una realidad que fue muy triste y
muy dolorosa para aquellas personas que la vivieron. Pero la
tortura y el exilio no es un tema poco común, si no que se
ha dado en todos los países del mundo, y a través
de distintas circunstancias a lo largo de la historia, y nuestro
país no es una excepción.
Sin lugar a dudas que con este trabajo apelamos a la
memoria histórica, esperando que situaciones como estas no
se olviden jamás, para que en futuras generaciones no se
cometan estos hechos por pensar de forma distintas, por nuestra
parte lucharemos día a día para vivir dentro de una
sociedad tolerante y respetuosa de nuestros derechos y para que en
nuestro país no vuelvan a ocurrir este tipo de
abusos.
Para terminar queremos agradecer, a quien
nos hizo posible realizar nuestra investigación
aportándonos con su testimonio y por su siempre buena
disposición el señor Gabriel
Alarcón.
- Almazán, Virginia y Otros "Gran enciclopedia
de Chile" Editorial Océano Barcelona
(España). - Uribe, Armando y Opaso, Cristián
"Intervención norteamericana en Chile" Editorial
Sudamericana Chile. - Aylwin, Mariana y Otros "Chile en el siglo XX"
Editorial Planeta Santiago (Chile). - Correa, Sofía y otros "Historia del siglo XX
chileno" Editorial Sudamericana, Santiago (Chile) - Anexo Relato de la Tortura y Recinto, documento
testimonial entregado por la víctima, en este caso do
Gabriel Alarcón para su inclusión en el Informe de
la Comisión de Prisión Política y
Tortura.
Autor del trabajo:
Felipe Bakit
Estudiante de Historia y Geografía de la universidad del
Bio-Bio
Categoría: Historia social