- Resumen
- Antecedentes, consideraciones
básicas. Alcances. Repercusiones - Beneficios,
ventajas, de los tratados bilaterales
Brasil-Venezuela - Pymes
venezolanas y su rol en los tratados con
Brasil - Debilidades y
repercusiones entre los tratados Venezuela-
Brasil - ¿Qué
representa el MERCOSUR para Venezuela? - Notas
significativas de Venezuela en el MERCOSUR
Brasil siempre va a representar para Venezuela una
gran oportunidad de participar en sus mercados,
más ahora con su adhesión al mercosur,
independientes de los acuerdos que ambos países han
firmado a trasvés de su bilateralidad.
Para todo estudioso del comercio
internacional, especialmente es este nuevo paso que ha dado
Venezuela con su adhesión al Mercosur constituye un tema
de interés
de estudio análisis por lo que representa para la
economía
venezolana, especialmente para su sector empresaria sus
posibilidades de desarrollo.
ANTECEDENTES,
CONSIDERACIONES BÁSICAS. ALCANCES.
REPERCUSIONES
Al adentrarnos en el análisis de este tema la
cátedra de Comercio
Internacional de La Maestría en Administración mención mercados de
la Universidad de
Carabobo a través de sus foros abiertos, sus talleres, ha
opinado lo que ello representa, en esta oportunidad dentro de las
líneas de investigación concerniente a tratados
internacionales de Venezuela, se ha seleccionado la
aportación que nos lega la participante Gresenda
Suárez, quien al respecto nos hace referencia que
consideremos que hay una amplia historia de acuerdos
fronterizos y económicos conforma el escenario
histórico de ambas naciones, siendo algunos de ellos:
– Tratado de Límites y
Navegación Fluvial:
Efectivo a partir del 5 de
mayo de 1859, estableció como límite el Divisor de
Aguas en el cual Brasil renuncia a
favor de Venezuela a todos los posibles derechos portugueses en las
cuencas de los ríos Orinoco y Esequibo, y Venezuela
renuncia a los posibles derechos españoles en la hoya del
río Amazonas.
– Acuerdo de Complementación Económica No 27
Brasil-Venezuela:
Efectivo a partir del 15 Julio 1997,
estableció la conveniencia de ofrecer a los agentes
económicos reglas claras y previsibles para el desarrollo del
comercio y la inversión, propiciando una
participación más activa en las relaciones
económicas y comerciales entre Venezuela y el Brasil, en
el marco de la Comunidad
Andina.
Ahora Brasil y Venezuela inician una nueva era de negociaciones
abundantes en materia
energética, conscientes de la importancia que esta fuente
de energía tiene en el comercio internacional.
A ello se debe agregar la relevancia de tomar en cuenta
l algunos aspectos básicos de ambos actores, así se
puede señalar con respecto a Brasil que posee un
volumen
demográfico y económico que lo convierte en el
país más poderoso del MERCOSUR, siendo un
importante exportador de más de 70 millones de
dólares.
En su política exportadora, figura Venezuela
alcanzando cada vez menor volumen dependiente de los productos del
país vecino, pero con aspiraciones de acrecentar las
exportaciones
dentro de la incorporación de nuestro país al
Mercado del
Sur.
Luego de la grave crisis
eléctrica de Brasil en 2001-2002, la dinámica se ha vuelto más compleja,
por lo cual el apoyo comercial de Venezuela, le
proporcionaría la estabilidad interna en esta materia, y
la posibilidad de aprovechar las terceras mayores reservas de
gas de
Latinoamérica, incrementando su
explotación en el corto plazo.
Por otra parte VENEZUELA, en donde es conocido que las
exportaciones de Venezuela a Brasil también han disminuido
en los últimos años, pero al igual que Brasil, una
recuperación en la economía venezolana
podría significar una colocación 4 veces mayor
dentro del ámbito del MERCOSUR.
Brasil reviste en la actualidad una especial importancia para
Venezuela, por su significación estratégica en las
aspiraciones nacionales con el pacto regional del MERCOSUR, de
allí que la primera visita que realizara el presidente
Chávez como jefe de Estado electo
fue a este país.
Venezuela ocupa el octavo lugar en reservas naturales de gas a
nivel mundial, con reservas probadas de 148,9 billones de pies
cúbicos, muy dispersas en el territorio nacional.
Adicionalmente, el 91% de ellas, son de gas asociado
conjuntamente a la producción petróleo, y las restantes están en
proyectos poco
desarrollados y por ello requieren el acuerdo de apoyo
técnico y capacitación de Brasil.
La industria
petrolera nacional requiere el 70% del gas para su proceso de
reinyección y uso local y sólo el 30% va al mercado
interno, que sería el que pasaría por el gasoducto
del Sur, cubriendo un suministro por día a través
de él, que no justificaría la inversión.
De esta forma, el gasoducto no tendría, al menos sentido
técnico y económico en la generación de
ingresos para
la nación
en relación con el volumen de inversión requerido
en su construcción y operaciones.
Estratégicamente, estos elevadísimos riesgos
tendrían menor posibilidad de incertidumbre, si se lleva
el gas en sistemas
eficientes de generación distribuida a aquellas regiones
donde lo justifique la actual infraestructura eléctrica, o
la ausencia de ésta, así como envasarlo y enviarlo
en buques a sitios de consumo que
resulten beneficios económicamente.
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