- Consideraciones
generalesControl de calidad de
las formulacionesLos bioplaguicidas
basándose en hongos producidos de amplio
usoVentajas y
limitantes - Conclusiones
El desarrollo y
aplicación de agentes de control
biológico de plagas adquiere una importancia relevante
como una alternativa en el desarrollo de una agricultura
sostenible que preserve los recursos
naturales y el medio ambiente
para las futuras generaciones. La aplicación controlada en
agroecosistemas de organismos vivos o sus metabolitos para el
control de
plagas y enfermedades, implica el
mejoramiento de los cultivos, al proteger las plantas del
deterioro producido por agentes fitopatógenos.En la
naturaleza,
los hongos
entomopatógenos pueden eliminar o mantener las plagas en
niveles que no ocasionan daños económicos a los
cultivos. Estos hongos se encuentran en rastrojos de cultivos,
estiércol, en el suelo, las
plantas; logrando un buen desarrollo en lugares frescos,
húmedos y con poco sol. Constituyen, además, el
grupo de mayor
importancia en el control biológico de insectos plagas.
Prácticamente, todos los insectos son susceptibles a
algunas de las enfermedades causadas por hongos.Se conocen
aproximadamente 100 géneros y 700 especies de hongos
entomopatógenos. Entre los géneros más
importantes están: Metarhizium, Beauveria, Aschersonia,
Entomophthora, Zoophthora, Erynia, Eryniopsis, Akanthomyces,
Fusarium, Hirsutella, Hymenostilbe, Paecelomyces y
Verticillium.Para utilizar hongos entomopatógenos como
insecticidas deben producirse cantidades masivas del hongo, el
cual debe mantener su capacidad infectiva por un período
de tiempo
considerable. Los hongos se han reproducido para su uso como
agentes biológicos de plagas desde hace 100 años,
para lo cual se ha utilizado diferentes métodos de
reproducción. Entre ellos, el uso de
sustratos como arroz, trigo y medios
líquidos mediante técnicas
más sofisticadas.La explotación de los hongos para
el control de plagas (invertebrados, malezas y enfermedades)
implica una amplia investigación donde se involucran
disciplinas como la patología, ecología, genética,
fisiología, producción masiva, formulación y
estrategias de
aplicación.
En este artículo se reseñan los tipos de
formulaciones que se pudieran desarrollar con hongos para ser
utilizados como control biológico, además de los
principales resultados obtenidos hasta el momento en este
tema.
Una buena formulación es la base para el éxito
de un bioplaguicida de origen microbiano; la posibilidad de
obtener productos
adecuados depende de las propias características del
microorganismo
y su relación con los componentes de la formulación
(excipientes) y el ambiente de
almacenamiento.Para el desarrollo de nuevos
productos de origen biológico se deben tener en cuenta
diferentes aspectos: primeramente definir un medio de cultivo
óptimo y el mejor sistema para la
obtención masiva de inóculo que permita una buena
relación costo –
rendimiento en la producción; establecer ensayos de
producción a pequeña escala;
garantizar la estabilidad del producto y
determinar las condiciones de almacenamiento; poder utilizar
la maquinaria standard de cualquier explotación
agrícola para su aplicación, y ser efectivo a unas
dosis parecidas a las utilizadas para los agroquímicos
así como bioensayos de laboratorio,
invernadero y campo que confirmen la efectividad del producto una
vez formulado.El objetivo de
una formulación de hongos entomopatógenos es
aumentar la estabilidad durante el almacenamiento y
después de la aplicación Las propiedades
físicas y biológicas de la formulación deben
permanecer estables por un tiempo mínimo de 12 meses, pero
es recomendable que se mantengan durante 18 meses para permitir
su comercialización. Además de mejorar
la adhesión a la cutícula del insecto; aumentar o
mantener la virulencia y permitir su aplicación con
equipos de volumen ultra
bajo.En condiciones de laboratorio es difícil mantener la
viabilidad de hongos entomopatógenos por mucho tiempo. De
esta manera, formular un entomopatógeno consiste en
adicionarle determinados compuestos que mejoran su desempeño en el campo, facilitando su
manejo, aplicación y permita su almacenamiento en
condiciones que disminuyen el costo, con una pérdida
mínima de las cualidades del producto. Para ser formulado,
la viabilidad del hongo no debe ser menor de 95 % y el contenido
de humedad entre 4 – 6 %.Los materiales
utilizados en la formulación no deben tener actividad
biológica; ni afectar la actividad del hongo, deben ser
inocuos al ambiente, presentar características
físicas adecuadas para mezclarse con los conidios;
facilitar la aplicación del producto y ser economicamente
rentables.Existen varios tipos de formulaciones, el que una
sustancia activa dada se presente de una forma u otra
dependerá básicamente de sus propiedades
físico-químicas (solubilidad, tamaño de
partícula, densidad,
fluidez), de la maquinaria de que dispone el aplicador y de
factores económicos. En la siguiente tabla se detallan
algunas de los tipos de formulaciones más usadas en el
desarrollo de productos fitosanitarios.
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