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La prostitución en el Ecuador (página 2)



Partes: 1, 2

 

El mercado del
placer

Del latín prostituire (comerciar, traficar),
prostituirse quiere decir ofrecer el cuerpo para fines sexuales,
a cambio de
dinero u otros
bienes o
servicios. La
prostitución masculina es relativamente
nueva, pero su presencia se ha tornado cada vez más
importante no solamente por la mayor tolerancia a la
homosexualidad, sino también porque la
prostitución masculina heterosexual pone en evidencia los
conflictos de
muchas mujeres, que recurren a estos hombres ya sea porque
están solas o bien porque se sienten insatisfechas en sus
relaciones.

Comerciar, traficar, vender. ¿Cuál es el
objeto de este singular negocio? ¿Qué se busca en
ese encuentro entre un varón y una mujer en el que
no media ninguna otra relación que no sea la establecida
por los servicios prestados y por el dinero
pagado? Probablemente, éste es el aspecto que pone en
contradicción la sexualidad
vivida en la pareja amorosa y la relación entre la
prostituta y su cliente: la
ternura y la reciprocidad del placer, que son reemplazadas por el
acuerdo de servicios pagados.

Cuando el hombre
está solo, cuando le es difícil o hasta imposible
construir y sostener una relación entre dos, cuando se
sabe que, con su pareja estructurada no puede dar pábulo a
sus deseos que, quizás, bordean lo perverso; cuando la
insatisfacción le tiene siempre mal, entonces alquila por
unos momentos un cuerpo que le permita sentir placer.

Porque algo que caracteriza a mujeres y varones es su
perenne búsqueda de lo gratificante y de lo placentero.
Pese a la enfermedad y el sufrimiento, más allá de
las calamidades, al ser humano le mueve el deseo de lograr el
bienestar total y el goce absoluto. Sin lugar a dudas, cada mujer
y cada varón viven múltiples situaciones y
experiencias gratificantes y placenteras, que proveen de sentido
a la vida. Pero la relación sexual suele representar la
más gozosa de las experiencias.

El matrimonio o una
vida de pareja estable y supuestamente armoniosa no garantizan,
de modo alguno, el placer y la satisfacción de la pareja.
A lo mejor, tanto el varón como la mujer poseen
historias conflictivas en su sexualidad, que les impide vivirla
con libertad y
satisfacción. Existen mujeres frígidas, que no han
legitimado un ejercicio placentero de la sexualidad o mujeres que
se niegan a la libertad de gozar en la intimidad compartida de
los cuerpos, las fantasías y los deseos; se transforman en
malas compañeras sexuales, que crean compañeros o
esposos insatisfechos. A ello se añade la situación
social y religiosa de la sexualidad femenina. Pese a los cambios
importantes que se han producido en las últimas
décadas, la mujer sigue ocupando un segundo lugar, por
obra del crónico sistema de
exclusiones…

También cuentan los varones solos y
aquéllos a quienes resulta difícil o hasta
imposible construir y sostener una relación entre dos. Y
los que, por antiguas fallas en su sexualidad, se muestran
impotentes o eyaculadores precoces con su pareja y son lo
contrario con la prostituta. Existe el grupo de
quienes con sus esposas no pueden realizar ciertas
prácticas sexuales ya que ellas no se las permiten pues no
les agradan, porque atentan contra su pudor o porque, al ser casi
perversas, contradicen lo que la cultura
dispone para el ejercicio de la sexualidad.
La prostitución termina transformándose en una
suerte de supermercado al cual cualquiera puede acudir para
satisfacerse, llenar un vacío, realizar sus exigencias y
secretas fantasías. Desde las creencias sociales, la
prostituta es la gran maestra: ella sabe todo y es capaz de todo.
Tras el guiño de un ojo está la invitación
al encuentro. La apertura provocativa de un escote o la cortedad
de la falda aseguran el placer. Con sus labios rojos llama,
convoca, invita a un placer del cual ella se presenta como
dueña absoluta.

LOS ADOLESCENTES Y
LA PROSTITUCIÓN

Más del 40% de adolescentes ecuatorianos
confiesan haber tenido experiencias con prostitutas y el 26,5%
afirma que conoce a chicas de su edad que ejercen la
prostitución.

Detrás de estos índices, no pocas veces se
expresa una arraigada visión machista, que tiene el birdel
como un espacio casi obligado de iniciación sexual. Por
ejemplo, algunos paseos escolares pasan por la visita a la zona
roja.
Los jóvenes necesitan una orientación franca de
padres y educadores acerca del ejercicio responsable de su
sexualidad.

Las de la vida
alegre

Hay mil nombres para llamarlas: prostituta, ramera.
meretriz, buscona, golfa, perra, fulana, perdida… En la
actualidad, se ha propuesto llamarlas trabajadoras sexuales, con
el ánimo de erradicar el oprobio social del cual son
víctimas que, por supuesto, no desaparece porque se cambie
el nombre.
Cada una de esas designaciones incluye dos aspectos
fundamentales: la venta de un
placer, que no es vendible, y la baja calaña de quien se
dedica a este negocio.

Nombres equívocos e insinuantes al mismo tiempo,
quizás cualquiera de ellos es el más grave de los
insultos dados a una mujer porque pretende indicar que la
prostitución implica la degradación absoluta de la
mujer que se vende, que entrega su cuerpo a todos quienes lo
solicitan, que ha echado al basurero el sentido del honor, la
privacidad y la intimidad.

Sin duda, el nombre más agresivo que se les ha
dado es el de mujeres de la vida alegre. Un nombre que pretende
tapar la verdadera realidad que se esconde en la inmensa
mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución.
¿Son, acaso, alegres porque salen a las calles,
exhibiéndose de todas las formas posibles, con tal de
conseguir un cliente que las provea del dinero para sobrevivir?
¿En dónde su alegría, cuando son
víctimas de toda clase de
violencias, oprobios, agresiones y explotaciones?

Mujeres de la vida alegre. ¿Acaso la vida de las
otras, las de la casa, es triste y aburrida? La verdad es que no
hay alegría en esas mujeres que, por lo general, saben muy
poco o casi nada de lo que significa placer y de la
alegría en una relación amorosa y tierna. El
alquiler del cuerpo, en efecto, no suele incluir sino la
pantomima de un goce que ellas no buscan en sus clientes.

Si no es alegre esa vida, ¿por qué se
dedican a ella, por qué no buscan otros trabajos
más honrados, más gratificantes, más
aceptables? Estas y otras preguntas similares esconden siempre el
rechazo social y, al mismo tiempo, pretenden desconocer las
complejas razones que conducen a una mujer a la
prostitución. Ni es cierto que para todas las mujeres
existen las mismas oportunidades, ni tampoco que todas las que
trabajan en el mundo de la prostitución lo hacen por
decisión libre y personal.

Se ha investigado poco y ellas mismas prefieren callar.
Porque, detrás de esa supuesta vida alegre, existen
historias de violencia,
abuso sexual,
incesto, violación, engaño, presión,
chantaje.
Niñas prostituidas por su madre a los 10 – 11 años
de edad; obligadas por una tía o una abuela,
comúnmente también prostitutas, a recibir clientes
en casa o a irse con ellos, o vendidas a traficantes
internacionales o locales para los grandes
prostíbulos.

De hecho, existen redes internacionales de
tráfico de mujeres de todos los países. O son
llevadas a la fuerza, o con
el engaño de lucrativos trabajos, que nada tienen que ver
con la prostitución. Ya fuera de casa o del país,
se las obliga, bajo amenaza, a trabajar en centros nocturnos a
cambio de pagas, con frecuencia, miserables.

Ante el agravio del incesto o de la violación,
algunas no encuentran otra vía de escape que la
prostitución, porque, desde su imaginario, así
pretenden vengarse de la sociedad y
la familia.
Una agresión que, desde luego, conlleva siempre una grave
autoagresión.

Algunas fueron engañadas y seducidas por un
hombre, que
las llevó consigo bajo la promesa de tomarlas por esposas,
al tiempo que les ofreció todo. Luego de un pequeño
tiempo, fueron obligadas, con amenazas y maltratos, a trabajar en
los prostíbulos o en la calle.

Trabajar para
sobrevivir

La prostitución y la trabajadora sexual han
ingresado, desde sus orígenes, a esas formas ambiguas y
equívocas de los discursos
sociales en los cuales aparecen como la profesión y la
profesional más antiguas del mundo. Este calificativo
remite a una amplia serie de significaciones. En primer lugar, se
trata de un trabajo
socialmente legitimado, elevado al rango de profesión, y
no cualquiera sino la más antigua entre todas. Y de a una
profesional, es decir de una auténtica especialista que
sabe del arte, que lo
domina y que, además, lo transmite de generación en
generación. El arte de brindar toda clase de placeres
sexuales.

De esta antigüedad se desprenden su necesidad y su
valor en la
sociedad, al tiempo que resulta más difícil
aún entenderla únicamente como una compra – venta
de cuerpos y placeres. Probablemente, su origen se deba al
carácter mítico y sagrado de la
misma sexualidad humana. Sin embargo, en todo esto existe una
suerte de ironía, que se ha evidenciando cada vez
más por cuanto el ejercicio de la moral la ha
condenado, mientras a la prostituta acude el padre con su hijo
adolescente para que lo introduzca en el mundo de la sexualidad,
del placer y del goce. Para que brinde a este muchacho el
certificado de una heterosexualidad fuera de toda
duda.

De la "hospitalidad sexual" que implicaba prestar una
noche la mujer al huésped en señal de estima, se
pasó a la comercialización del cuerpo de la mujer. En
la época de Solón (64O- 558 ac), se habría
establecido la primera casa de tolerancia con su respectivo
reglamento.

La mujer que vende, por momentos, su cuerpo ausente de
placer, debía diferenciarse de toda otra mujer que,
supuestamente, no gozaba sino que cumplía con el derecho
del esposo a poseerla como bien raíz.

En el Código
de las Siete Partidas, de Alfonso X, se normatiza el ejercicio de
la prostitución en España,
ejercicio al que se lo califica de "oficio a salario". Las
mujeres están obligadas a usar atuendos que se transformen
en indicadores
inequívocos de su condición, al tiempo que se
prohíbe a los sacerdotes recibir las ofrendas y
limosnas de las prostitutas. Porque, pese a la licencia real y a
la demanda
social, se tratará siempre de un dinero mal habido,
profano y pecaminoso.
Resulta difícil definir el concepto de
actividad económica cuando se trata de evaluar el trabajo de
la mujer. Ello determina que un porcentaje de las mujeres
aparezca, estadísticamente considerado, dentro de la
población inactiva, pese a que realiza un
sinnúmero de actividades de diferente índole. De
entre otras actividades, algunas están- destinadas a la
obtención de ingresos que
aseguren su subsistencia y la su familia. Esto se
evidencia más cuando se trata de ubicar la
prostitución dentro de lo productivo.

La sociedad exige explícita e
implícitamente que cada una de las actividades que
desarrollan sus miembros, por más sencillas e
insignificantes que parezcan, posean su aval, que les confiere el
sentido de legitimidad. Aquí radica lo contradictorio de
la prostitución puesto que, por una parte, las leyes y
reglamentos la autorizan y, por otra, su ejercicio es criticado y
perseguido por muchos actores sociales. Es una "profesión"
y, sin embargo, el dinero que adquiere la prostituta es
calificado de mal habido y sucio. Esta doble y contradictoria
posición social ubica a esta actividad en un
callejón sin salida y la deja siempre al borde de lo
delincuencial, que sirve para legitimar el abuso y la
agresión que se ejercen contra las prostitutas.

Se trata de una forma de vida que permite la
supervivencia de muchísimas mujeres y sus familias. Un
trabajo sumamente conflictivo y de alto riesgo que, como
dicen ellas mismas, cubre parte del gran desempleo en el
que viven las mujeres de los estratos pobres y marginales de los
países en vías de desarrollo.
"Para el Estado
significa también una cómoda alternativa
al desempleo femenino, el mismo que se deriva de su propia
incapacidad para resolver las más apremiantes necesidades
de supervivencia de amplios sectores de la población. El
control y la
lucha contra la prostitución sólo significan,
entonces, represión contra la mujer que la misma sociedad
obliga o condena a prostituirse" (Asociación de
trabajadoras autónomas, 22 de junio", El Oro).
Y cuanto más se agrava la crisis
económica, tanto mayores son las alternativas para la
prostitución, que aparece como una carta más
del naipe que la sociedad, y también la feminidad, poseen
para enfrentar la pobreza. Las
nuevas exigencias sociales obligan a que ingresen adolescentes y
pre-adolescentes al mercado de la prostitución porque son
las preferidas. Así habla una joven mujer-trabajadora
informal: "Ahora la prostitución es muy grande. Antes se
veía poquita gente, pero ahora en las calles y en los
cabarets se ven chicas muy jovencitas. Hay niñas de 11
años, que son prostitutas a quienes sus mamás les
dan clientes, Yo conozco muchas jovencitas. En este sector; por
ejemplo, hay una niña que tiene hasta menos de 16
años".
En el afán de comprender los modos de inserción de
la mujer en la economía informal y
su participación tan significativa en las estrategias de
sobrevivencia de la familia, se ha afirmado que la mujer tiene
éxito
porque prolonga fuera de casa lo que realiza dentro de ella. Si
este principio fuese cierto, la opción de la
prostitución, como estrategia de
sobrevivencia, no requería más explicaciones. Si
dentro de casa le corresponde el tránsito de la sexualidad
en la pareja, ser objeto de goce del otro, al ofrecerse como
meretriz, no haría sino sacar al mercado lo que posee y lo
que sabe hacer. Esta explicación es demasiado pobre y
fatalista.

La mujer se prostituye porque éste es uno de los
riesgos no
sólo de la marginalidad en
sí, sino de la calle que moldea, de manera casi amorfa, y
en donde crecen muchas niñas. La calle es un lugar
abierto, perennemente expuesto y en el cual se dan cita los
múltiples acontecimientos de la urbe y de los
sujetos.

Con mundos
vacíos

La irrupción del otro en el cuerpo de la
prostituta será siempre un misterio. Desde el machismo que
ha regulado la sexualidad dejando fuera a las mujeres,
¿cómo la niña, la adolescente, la adulta
prostituidas recibirán una y otra vez una demanda que las
deja siempre al margen?, ¿cómo esas niñas
organizarán su feminidad y su deseo de mujer frente a cada
cliente que viene a ella con una demanda, casi exclusivamente
física, y
sin que ella pueda formular nada, más allá de
extender la mano y recibir lo pactado?

Seguramente, quedarán estructurándose
siempre con heridas que nadie verá, pero que ellas
sentirán y por las cuales atravesarán la
maternidad, la ternura, el amor y el
odio, la frustración y el éxito. Señaladas
con el dedo de la culpa ajena, saben que sus vidas están
vacías por dentro y por fuera. "Nosotras estamos por el
trabajo, no por el placer. Para eso (el placer) tenemos nuestro
compañero. Con el cliente, no hay placer, es sólo
un trabajo".

Desde luego que la prostitución propaga las
enfermedades de
transmisión genital, y ésta es otra de las razones
de su persecución. La epidemia del sida las ha
estigmatizado aún más, pues se la considera como
una de las vías importantes de transmisión de esta
enfermedad incurable Pero, antes que nada, las prostitutas son
sus primeras víctimas; con estas enfermedades viven y
mueren, numerosas veces, sin saberlo porque en la mujer muchas de
estas enfermedades son asintomáticas.

Lo
pornográfico

Una invasión por las pistas
electrónicas

Prostitución y pornografía no son lo mismo aunque, en
general, se hallan íntimamente ligadas en cuanto quienes
se dedican a la pornografía suelen ejercer la
prostitución. Pero no al revés. De hecho, entre una
y otra existe una relación etimológica porque
pornografía proviene del griego porne que significa
prostituta, y grafo, describir. Lo que caracteriza lo
pornográfico es el carácter obsceno de ciertos
escritos, obras, representaciones y relaciones que presentan la
sexualidad con toda crudeza, buscando la excitación del
lector o espectador.
En la pornografía existe una intencionalidad clara de
demostrar de manera excesivamente cruda y explícita la
sexualidad, sacándola de su intimidad y privacidad para
transformarla en vergonzosa. Rompe el misterio del placer y del
goce con la pretensión de volverlos obvios y tangibles; se
deteriora lo erótico y sensual del cuerpo al convertirlos
en elementos de indecencia y violencia en tanto rompen con
ciertos principios
culturales que gobiernan la sexualidad.
El material obsceno despoja a la sexualidad de sus elementos
tiernos y la viste de una violencia francamente ofensiva, con la
intención de destruir los valores
personales y sociales.

Aunque su presencia en el mundo es casi tan antigua como
la prostitución, sin embargo su edad de oro, si vale la
expresión, es ésta, la segunda mitad del presente
siglo.

Los adelantos tecnológicos en las comunicaciones
han facilitado la extensión de la pornografía, la
mayor producción de inimaginables materiales
pornográficos. Por ejemplo, en las ciudades de los
Estados Unidos
existen más centros de venta y distribución de material
pornográfico que restaurantes McDonald's.

Se ha producido una explicitación de la
ornografía, aparentemente legitimada por los cambios
importantes que se han dado respecto a la sexualidad. Existen
radioemisoras que incluyen mensajes claramente indecentes e
inclusive obscenos. Se han construido redes internacionales de
teléfonos a los que las personas llaman para recibir
mensajes obscenos. En todos los países, vía
TV-cable, se exhiben películas llamadas de mayores y que
son pornográficas. A esto se ha unido la
utilización del Internet para el
tráfico de programas y
mensajes pornográficos.

Las leyes condenan la pornografía destinada a
menores de 18 años. Si embargo, en todos los países
de occidente, son precisamente los muchachos de 12 a 17
años los mayores consumidores de la pornografía.
Para este grupo, la pornografía posee dos destinos
fundamentales-: la información y la excitación. De
hecho, a partir de los dos últimos años de
primaria, tanto las chicas como los muchachos llevan revistas
pornográficas como elemento informativo sobre sexualidad.
Y tanto más lo hacen cuanto más el sistema
educativo se resiste a hablar sobre la sexualidad. Pero no
sobre una sexualidad que se agota en la anatomía y fisiología, sino una sexualidad que tome en
cuenta sus aspectos lúdicos, placenteros y
culturales.

Probablemente, lo más grave de la presencia
masiva de la pornografía es la inclusión de los
niñas y las niñas. En primer lugar, pese a las
persecuciones legales, cada vez más se los utiliza para la
producción de material pornográfico. Como este
material prohibido posee una gran demanda, se han establecidos
redes internacionales de producción y tráfico
similares a las de las drogas. En
todos los países, pero de manera muy particular en los
países de Indochina, se compra o se rapta a niñas y
niños
para luego destinarlos a producción pornográfica y
a la prostitución.

El acceso de niños y niñas a cualquier
clase de material pornográfico es ofensivo a su identidad. De
alguna manera, se trata de una auténtica violación
puesto que se atenta contra la realidad de su vida sexual que no
es comprable a la de los adolescentes o adultos; se les deja sin
las expectativas de su sexualidad infantil y, sobre todo, se
destruye su mundo imaginario y mágico en el cual crece y
se desarrolla su sexualidad.

La verdad es que cada día aumenta el
número de niñas y niños expuestos de manera
directa a lo pornográfico, ya sea porque los adultos
permiten hacerlo o bien porque ellos mismos lo hacen utilizando
la
televisión y el Internet.

 

PERCEPCIONES COLECTIVAS

La encuesta fue realizada entre un grupo de
ecuatorianos y extranjeros. En cada caso, la barra de la
izquierda representa el punto de vista de los
ecuatorianos; la de la derecha, la de los
extranjeros.
En esta encuesta, sobre una muestra de 200 entrevistados, la actitud de los ecuatorianos tiende a
presentarse como algo más comprensiva y tolerante
que la de los extranjeros frente a la
prostitución.

Otras encuestas, en cambio, muestran frente al
homosexualismo una actitud más intolerante de los
ecuatorianos que de los extranjeros.

¿Piensas que la
prostitución

debería ser ilegal?

Ecuatorianos Extranjeros

SI 26.74% 29.63%

Probablemente SI 12.79% 11.11%

No sé 12.79%

Probablemente NO 10.47% 9.26%

NO 33.72% 18.52%

Del trabajo
doméstico a la prostitución

En todos los sectores, incluyendo los marginales, se han
producido importantes movimientos orientados a rescatar el papel
y los derechos de la
mujer en la familia y la sociedad. La mujer busca recuperar
su autonomía, la capacidad de decisión y de
elección.

En los estratos marginales, estas nuevas actitudes se
revelan, por ejemplo, en la crítica
a ciertas ocupaciones y oficios antiguamente típicos de la
mujer y que, para ciertos grupos, se
presentaban como casi la única y mejor alternativa. Hay un
proceso de
revalorarse a sí mismas a través de sus oficios y
trabajos.

Por ejemplo, las adolescentes y mujeres jóvenes
de los sectores pobres, campesinos y marginales ya no consideran,
como antes, al trabajo doméstico como la mejor fuente de
ingresos porque lo califican de esclavizante. Prefiere, por
ejemplo, el trabajo en las fábricas.

En cambio, cuando fallan otras alternativas, pueden
optar por la prostitución que, aunque no se la ejerza de
manera permanente, produce más dinero y ofrece más
libertad. Este es el testimonio de una vendedora ambulante: "Una
se da cuenta de que esas niñas ya no están
trabajando en una casa, cuando se las ve todas pintarrajeadas y
con vestiditos muy altos. Entonces ellas se han ido a trabajar o
en bares o en casas de citas. Allá ellas ganan más
que haciendo otras cosas".

Rodrigo Tenorio A. Estrategias de sobrevivencia de la
mujer marginal

Niñas en el
burdel

Niñas y adolescentes son

víctimas del abuso sexual; muchas
de

ellas son prostituidas

El siguiente es el testimonio de una joven prostituta
que da cuenta cómo crece el número de niñas
y adolescentes en el trabajo de la prostitución y
cómo son explotadas por otras mujeres.

"La mayoría son muchachas, así
jóvenes. Y les amenazan que les van a decir al papá
o a la mamá o a los hermanos. Hay mujeres que están
en el ambiente desde
los once y doce años. Me contó una amiga que
aquí, en esta semana, en Santa Rosa, en los cabarets hay
una niña, y dice que hasta las lágrimas se le iban,
y dice que es una chica a la que le han llevado ahí a la
fuerza.

Le dan de tomar. Y como es chiquita, es parte del show
del cabaret. Saben que apareció con una tal Liliana. Esa
mujer es la explotadora, ya que hay hombres que a una le han
pagado y dicen que le traiga una chica joven, una carne fresca.
'Tráeme una muchachita que sea virgo', piden. Hay trata de
blancas, bastante. Hay chicas trabajando, ni los senos les salen
todavía".

Rosa Manzo, et al. Nosotras, las señoras
alegres

Niños, Internet
y prostitución

Riesgos y precauciones

Dos son los mayores riesgos de los niños y el
Internet

  1. Los niños acceden con mucha facilidad a la
    pornografía

2. La paidofilia accede fácilmente a los
niños.

Algunos consejos para proteger su hogar y a los
menores:

– Dedique tiempo, cualitativamente bueno, para estar
con sus hijos e hijas y conversar sobre los programas que
ofrece la computación.
– Mantenga el computador
en un área pública de la casa, y no en el
dormitorio de los niños o niñas.

– Tómese tiempo para instruirse sobre las
condiciones, cualidades y alcances del computador que utiliza
su hijos y sobre lo que el internet le ofrece.
– Si su hijo o hija recibe una revista de
computación, revísela con él y discuta
sobre cuáles serían los programas adecuados e
inadecuados y por qué.
– Si usted encuentra a su hija o hijo con material
cuestionable, no le regañe. Aproveche la oportunidad
para hablar, discutir y enseñar. No destruya el material
bibliográfico.

– Chequee cuánto tiempo dedica su hijo o hija
al uso del Internet.
– Si su computador posee un servicio de
programas de mayores, sería mejor que considere su
cancelación.

– No permita que sus hijos tengan acceso a los
programas "chat" o "CB"
en los cuales ciertas personas anónimas conducen, de
manea simultánea, discusiones sobre temas aparentemente
inofensivos.

– Jamás permita que su hija o hijo den
información personal por medio del internet-: su nombre
real, dirección de la casa, número
telefónico.
– Enséñele a que comente con el papá o la
mamá, si encuentra material raro o desnudos en el
internet.

– Dé importancia y valor cuando su hija o hijo
comenta estas cosas. Permítale explicitar sus
opiniones

Pornografía y erotismo

Entre erotismo y pornografía media un abismo. En
la última se expresan la sexualidad y el placer
subordinadados al negocio; el punto de vista estético y lo
lúdico se reducen a una mercadería. Lo
pornográfico mutila lo humano y, por ello, es una
experiencia que enajena y deforma. La experiencia erótica
valoriza la belleza de los cuerpos y la gratuidad de los gestos;
es indagación en el instinto, exaltación del placer
y los sentidos,
asedio a la totalidad humana. Gracias a una determinada
configuración sociocultural, acciones,
objetos y representaciones son susceptibles de provocar una
respuesta sexual.

Estas acciones no necesariamente tienen que ser directa
e inmediatamente físicas. Lo erótico está
vinculado a la cultura y es una de las vetas del arte y la
literatura, a lo
largo de la historia. Reproducimos las
respuestas de dos de los periodistas ecuatorianos más
leídos a quienes se les planteó el tema de las
diferencias entre lo erótico y lo
pornográfico.

Tientos y
diferencias

1. ¿Cuál es la diferencia entre
erotismo y pornografía?

2. ¿Qué manifestaciones de éstos
observa en la actual sociedad ecuatoriana?
"Los besos pornográficos"

  1. La diferencia está en el matiz. Casius Clay
    "revoloteaba como una mariposa y picaba como una
    avispa".

Primo Carnera atacaba casi a ciegas. Ambos eran
boxeadores.
"El Viti" marcaba con perfección los tiempos antes de
ejecutar el volapié.
"El Cordovez" se lanzaba sobre el morrillo. Ambos eran
matadores de toros.
"El Ministro" Lecaro salía jugando la pelota, tras
dominarla. Alfonso Quijano la reventaba. Ambos eran
defensas.

El erotismo tiene unas calidades que sugieren, que va
más allá del hecho mismo. La pornografía
no: es como un trompón de Primo Carnera. A lo bestia.
Sirve para derribar lo que se pone adelante. Y lo que se pone
adelante es el misterio, elemento fundamental del erotismo.
¿Está claro? ¿No? ¡Mejor!

2. El erotismo está en todo. O casi. La
moda ¿no es erótica? ¿Y el baile?
¿Y el saludo con un beso, cuando las mejillas apenas se
rozan? ¿Esa escena en que a Marilyn, parada sobre una
chimenea del subway, se le alza su vestido blanco? En cambio,
esos besos que se dan en las telenovelas venezolanas, son
pornografía pura. Y los discursos de la mayoría
de los diputados, también.

"Entre la sabiduría y la
inocencia"

  1. Lo erótico en la calidad de lo
    sensual entre la inocencia y la sabiduría. Comienza con
    lo instintivo en cuanto proceso hacia la unión y culmina
    con la aceptación de la fugacidad de lo
    espontáneo. Sabe a juventud
    sazonada, va envuelto en lo estético, se justifica por
    la finalidad del proceso. Lo pornográfico es la
    perversión de lo sensual en tanto ha dejado de ser
    inocente para buscar su razón de ser fuera del proceso;
    la comercialización, el dominio al
    otro, la crueldad, la vulgaridad y sobre todo la insensatez de
    no querer reconocer los límites
    de lo temporal y lo medido.
  2. No alcanzó a discernir en este punto algo
    específico de nuestra sociedad. Participa ella de la
    liberalización de Occidente y se ha erotizado en la moda
    del vestir, la música,
    los bailes, la unión libre, ciertos anuncios
    publicitarios y en una mayor naturalidad en el trato entre los
    sexos. La antigua pornografía, ocultada por la sociedad
    puritana y religiosa del Ecuador, se
    ha vuelto pública: han caído barreras, hay
    medios
    más refinados, hay un mercado mayor.

La preocupación por el placer, sin embargo, no
caracteriza a la sociedad ecuatoriana ocupada en no morir. Esa
es la gran diferencia de calidad con los brasileños, que
sobreviven y gozan. La sociedad ecuatoriana tiene que encontrar
la inocencia y el goce de vivir.

¿Conocía
usted?

  • En los países latinoamericanos, entre el tres
    y el 13 por ciento de las jóvenes de 15 a 19 años
    de edad tienen experiencia sexual y no están casadas,
    según datos de la
    Federación Internacional de Planificación de la Familia,
    IPPF.
  • El 11.9 por ciento de adolescentes ecuatorianos
    declara haber tenido su primera relación sexual entre
    los 13 y 14 años; el 8.9 por ciento, entre los 15 y 16
    años; y el 2.7, entre los 17 y 19
    años.
  • Este momento hay alrededor de 600 millones de
    jóvenes entre 15 y 19 años en todo el mundo. El
    83 por ciento de ellos vive en países
    subdesarrollados.
  • La UNICEF estima que hay 20 millones de niños
    que viven en las calles en Asia, 10
    millones en Africa y
    Oriente Medio y 40 millones en América Latina.
  • En Brasil se
    calcula por sobre los siete millones de niños
    abandonados en las calles y 17 millones que trabajan en
    ellas.
  • En las áreas rurales del Ecuador, una de cada
    seis mujeres de 15 a 24 años de edad (el 18.8 por
    ciento) tuvieron relaciones
    sexuales antes de cumplir los 15 años y el 65.7 por
    ciento, antes de cumplir 18 años, según EDEMAIN
    94.
  • El uso de anticonceptivas en la primera
    relación sexual registra, en el Ecuador, de los
    índices más bajos de América
    Latina: por ejemplo, sólo el cuatro por ciento para
    todas las mujeres.
  • Los métodos
    anticonceptivos más utilizados en el Ecuador son la
    esterilización femenina (uno de cada cinco mujeres en
    unión se halla esterilizada). En segundo lugar, los
    dispositivos intrauterinos (11,8 por ciento), después
    los anticonceptivos orales (10.2 por ciento). Tienen
    también importancia el ritmo (7.4 por ciento), el uso de
    preservativo (2.6 por ciento).

CONCLUSIONES

En Latinoamérica, el tráfico de
niños y mujeres continúa pero aún se
desconoce la magnitud y gravedad del problema; a nivel
internacional este tráfico ha tomado nuevos matices que
impiden identificarlo con claridad para poder aplicar
leyes buscando proteger a las víctimas.

Es necesario fomentar en América Latina, a
través del apoyo internacional, la creación de
organizaciones
que permitan establecer un diagnóstico de la situación en los
países con mayor incidencia en el tráfico de
mujeres. Al mismo tiempo se deben elaborar programas de
rehabilitación social, psicológica y laboral para las
víctimas y apoyar campañas de información y
prevención a nivel nacional e internacional, como una
forma de alertar a las posibles víctimas de los
traficantes.

Después de haber realizado este trabajo pienso
que se debería crear una red a nivel andino para
el trabajo de protección a la mujer, tomando en cuenta las
iniciativas nacionales en torno a los
acuerdos internacionales incluyendo la especificidad de mujeres
migrantes y refugiadas.

Bibliografía

Diario EL HOY

ECUAVISA

Teresa C. Ulloa Ziaurriz. Coordinadora General de
Defensoras Populares

 

 

 

Autora:

Vanessa Elizabeth Malte Chiles

COLEGIO EXPERIMENTAL

"CARLOS ZAMBRANO"

Quito, 07 de Junio del 2006

Partes: 1, 2
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