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Tendencias del cuento venezolano en tres autores de los 80 y 90: Luis Barrera Linares, Ángel Gustavo Infante y Miguel Gomes (página 2)



Partes: 1, 2

 

En "Rutina" se presenta la vida, tediosa e insoportable
de un habitante del cerro, y la agresión constante a que
son sometidos, no solamente por los azotes de barrio, sino
tambièn por la policía.

Estos "cerrìcolas" se debaten entre la
desesperación, la rutina, la borrachera y la muerte: "El
borracho sacò un revòlver. Apuntò a la
mancha blanca màs allà de la reja. Disparò
dos veces y recayò sobre los escalones.(…) Da Silva
sintió el impacto: la segunda bala le perforò un
pulmòn. Sintió como sus piernas se aflojaban, fue
deslizándose y desprendió varias botellas de vino
del estante izquierdo al lado del mostrador." (INFANTE, 1986:
41).

Este fragmento nos recuerda el puro, seco y brillante
estilo de Hemingway, lo cual denota en el autor de
Cerrìcolas un tremendo y profundo trabajo con
el
lenguaje.

En este recorrido por la ciudad, bajamos del cerro, un
poco agotados por la violencia y el
embrutecimiento, y comenzamos a caminar por las aceras de una de
las avenidas que conoce tan bien Miguel Gomes
en su La cueva de Altamira (1992). Libro de
relatos que continùa y fortalece este tipo de cuento
urbano.

Estos prácticamente parten del espacio donde los
deja Angel Gustavo Infante, y son la continuidad por intentar
atrapar la ciudad de los primeros años del fin del siglo.
Gomes los ha fechado entre (1984-1991) y encontramos al personaje
que ha bajado del cerro, pero que se siente en una càrcel
mayor, la inmensa ciudad que agobia, aprieta y
comprime.

El libro està formado por diez relatos:
"Travesía", "Lo que yo traigo", "Seis, siete meses",
"Tagliavini: 12:00 M ? 3:30 P.M., "La cueva de Altamira",
"Souvenir", "De un album", "Mitologías", "Domingo por la
tarde" y "Un adios catalán".

En "Travesía" un joven busca por todos los
medios escapar
de la recluta, pero siente que no hay escapatoria: "(…) un
requisito para que las cosas sigan existiendo en todo El Centro.
La ciudad se estrecha, se comprime, se anuda aquì, y la
sientes en tu garganta, en el resuello impredecible de la prisa."
(GOMES, 1992:15). Y es allì cuando nos damos cuenta que al
parecer estamos atrapados para siempre, no hay salida, estamos
cercados: "El Àvila, al fondo, oculta el horizonte,
sellando toda salida posible. Què lejos queda el mar tras
la montaña."(GOMES, 1992:17) nos viene el recuerdo de una
película de Ridley Scott, donde la ciudad del futuro
serà una inmensa prisión: Blade
Runner
.

Y como en esa película no estamos solos en esta
ciudad finisecular, otros seres: extranjeros que comparten su
suerte de galeotes, y lo hacen con la conciencia (o
falta de ella) del que ha perdido la esperanza de algo diferente,
de un futuro mejor. Veamos en "Tagliavini…", quien pasa los
dìas en una camioneta por puesto, haciendo la ruta una y
otra vez, dìa a dìa: "Umberto Tagliavini no sabe
por què todos los dìas le parecen iguales, huecos,
hechos de cosas y personajes traslùcidos, anodinos. Eso,
desde hacìa algunos años. Tal vez sea la vejez. Tal vez
necesite un descanso. O retirarse. La vida es absurda como una
estampa muda sin leyendas ni
explicaciones."(Ibid:34).

La breve revisión de estos autores, nos demuestra
dos cosas; que nuestra narrativa corta està cimentando las
bases para el desarrollo
pleno de este gènero, y que puede compararse a la de los
mejores narradores de nuestro continente. Por otro lado se ha
intentado establecer los lìmites de esta urbe que nos
apasiona, como un gran crisol donde todo se mezcla. Y por
ùltimo la lucha del individuo por
encontrar su identidad, en
un medio que establece un cerco sobre nuestras vidas, en un
tiempo donde
la misma se cotiza por muy poco valor.

BIBLIOGRAFÍA

Barrera Linares, Luis, 1985: Beberes de un
ciudadano
, Caracas, Ediciones Caribana.

Gomes, Miguel, 1992: La cueva de Altamira,
Caracas, Alfadil Ediciones.

Infante, Angel Gustavo, 1987: Cerrìcolas,
Caracas, FUNDARTE.

ANEXOS

Entre la montaña y el
llano

Un Ensayo
Biográfico sobre

Orlando Araujo
(1927-1987)

Por Carlos Torres
Bastidas

¿Y la piedra de la quebrada de mi
pueblo?

Como una muela fuera del agua buscaba
el

alimento de un dios bajo la tierra.
Mascaba,

palabra de honor que mascaba; era parte de
una

mandíbula y de un rostro y de un
cuerpo varonil y

terrible. Sucede que la piedra
sentía como una

novia.(…) yo se bien que aquella piedra
y otras

más sufren de nostalgia por mi
ausencia y por

la muerte de mi
amigo. Quiso decir que no son

dichosas, y que saben llorar de amor
cuando

mi padre regresa y sólo se oye un
rumor de aguas

lejanas, ya en la tarde, al toque de
oración. Amigos

míos.

Orlando Araujo.

I

Calderas es
una hermosa población, ubicada en el Estado
Barinas, en el piedemonte andino, tierra de
hombres trabajadores y dedicados a las labores del campo,
acariciada eternamente por la neblina y por el imponente
Río Azul, quien con su murmullo poderoso acompaña
las frías noches de los habitantes. Cuna de famosos
jinetes y de hombres recios, en cuyo seno vio la luz Orlando
Araujo.

El escritor caldereño Orlando Araujo fue uno de
los valores
más importantes y trascendentes de la literatura venezolana.
Creó una prosa magistral y única, fue un hombre
desgarrado por lo que sucedía en su país y
preocupado por el rescate de nuevos valores dentro
de la literatura.

Nació en el año 1927, aunque en muchas
solapas de sus libros, en las
reseñas biográficas publicadas, se señala el
14 de Agosto de 1928. El Club Rotario de Barinitas señala
en una placa colocada en su casa natal el 14 de Agosto de 1928.
Para asegurarnos que esta era la fecha correcta, acudimos a la
Jefatura Civil de Calderas, y revisando el libro de Partidas de
Nacimiento del año 1928 nos percatamos del error, ya que
el 17 de Agosto de 1928 fue presentado por el señor
Sebastián Araujo de 32 años, el niño
JOAQUÍN ANTONIO, quien nació el 16 de Agosto de
1928.

Pero al revisar el libro del año 1927 encontramos
en la Partida No.102 que Sebastián Araujo de 30
años presentó el 28 de Septiembre de 1927 al
niño ORLANDO RAFAEL, hijo del presentante y de su esposa
Eden Ciangherotti, de 23 años. Como podemos ver estos son
los padres de JOAQUÍN ANTONIO quien nació en 1928,
la fecha en que se señala que nació Orlando (1928)
es incorrecta, y podemos afirmar por eso que nació en
1927.

Como sabemos que es importante determinar la fecha de
nacimiento, y los nombres de los padres de Orlando Araujo nos
permitimos reproducir íntegra la Partida de nacimiento de
este gran escritor: "PARTIDA NÚMERO 102. José
Jesús Rosario, Primera autoridad
civil del Municipio Calderas, hace constar; que hoy veintiocho de
Septiembre de mil novecientos veintisiete, se presentó
ante este despacho el Ciudadano Sebastián Araujo, de
treinta años, casado, comerciante, vecino de este
Municipio y manifestó que nació en el pueblo el
niño ORLANDO RAFAEL, hijo legítimo del presentante
y de su esposa Eden Ciangherotti, de veintitrés
años, casada, de oficios del hogar. Fueron testigos
presenciales de este acto Jasinto (sic) Rangel y Manuel Barroeta,
mayores de edad y vecinos de este Municipio. Leída que les
fue la presente acta manifestaron estar conformes y no firman por
no saber. El Jefe Civil (fdo) José Jesús Rosario.
El secretario (fdo) Fortunato Aponte."

Sus hermanos fueron: Joaquín Antonio, Irma y
Omaira. Se casó dos veces; en el primer Matrimonio con la
Sra. Morella con quien tuvo dos hijas: Inés Morella y
Mariace.

En su segundo matrimonio con Trina Urbina con quien tuvo
dos hijos: Sebastián y Juan. Tuvo una hija
ilegítima con la Sra. Amélida Quintero:
Olga.

Realizó sus Estudios Primarios y Secundarios en
Calderas y Barinitas (Barinas), en Valera (Trujillo) y San
Cristóbal (Táchira).

Según Diego José Sanguinetti: "Su
niñez fue como la de todos los niños
de su época; su viveza y curiosidad lo destacan entre sus
compañeros; su mente aguda y su ligereza mental lo llevan
a un mundo de fantasía que lo hacen diferente dentro de un
gobierno familiar
en que lo correcto y el cumplimiento de sus acciones lo
convierten en un modelo de
aquel pequeño pueblo serrano.

Cada vez que Orlando Araujo se solía escapar para
irse a bañar en el cristalino pozo denominado La Piedra
del Patio, el río Calderas con su fuerte caudal sonaba
como si quisiera hablarle al pequeño niño y
decirle: Ten cuidado, que en un mañana el mundo de las
letras y de la economía
recibirán en su seno a un eterno soñador de lo
humano y lo divino."

Orlando Araujo recuerda su niñez y el encuentro
con la literatura en De lo humano y lo divino: "Yo
conocí a Rubén
Darío muy de mañanita, en una hacienda de
café de
mi padre, al pie del monte andino. Qué alegre y fresca la
mañanita, me agarra el aire por la
nariz, los perros ladran, un
niño grita, y una muchacha gorda y bonita sobre una piedra
muele maíz. Y
para mí esto era la calle de los mamones y del calvario
allá en Calderas. Y eran las hijas de Carmelita Moreno
moliendo el maíz de las arepas y era Filipillo
Raspacabulla dando brincos; y era, en fin. Rubén
Darío, amigo mío, ya definitivamente metido en mis
diez mil infancias.

Rubén convivía con Vargas Vila en la
caballeriza de mi casa en el pueblo. Vargas Vila era clandestino.
Yo leía Aura o las Violetas, y leía El
Huerto del Silencio
para llorar con las mujeres leprosas
mientras el caballo turco de mi padre miraba tratando de
comprender, y enmudecía."

Pero no sólo le interesó la Literatura,
también la Economía, materia en la
que destacó profesionalmente, ya que fue asesor en
diversas compañías, y profesor en la
Escuela de
Economía de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, de la Universidad
Central de Venezuela,
donde dictó las materias: Seminario sobre
Industrialización de Venezuela entre 1962-1965. Fue
Profesor fundador de la Cátedra "Problemas
Económicos de Venezuela". 1965-1969. Posteriormente esta
Cátedra se funde con otras en "Formación
Socio-Económica de América
Latina".Profesor Miembro de la Cátedra de Integración
Económica, de la Cátedra "Formación
Socio Económica de América
Latina", y de Estructura
Social de Venezuela en la Escuela de Psicología de la
Facultad de Humanidades y Educación.

En esta Institución no sólo prestó
servicios como
docente, también en cargos directivos y gremiales, entre
los cuales tenemos: Representante de los profesores en el Consejo
de la Facultad de Humanidades y Educación, Representante
de los profesores en el Consejo de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, y Representante de los profesores
ante el Consejo Universitario de la Universidad Central de
Venezuela.

Su obra literaria comprende la Crítica
y la Creación, entre las que tenemos: Lengua y
Creación en la obra de Rómulo Gallegos
(1955),
Juan de Castellanos o El Afán de Expresión
(1960) sobre el cual Orlando Araujo escribe lo siguiente: "Juan
de Castellanos era casi un niño cuando vino a
América. Soldado desde los catorce hasta casi los sesenta,
la melancolía sexagenaria lo encuentra convertido en monje
escribiendo versos, allá en el retiro de Tunja, ciudad de
conventos, de poetas y de panaderos. Juan de Castellanos
escribió 150.000 versos que yo leí, creedme amigos,
cuando era adolescente, tratando de encontrar alguno bueno, y, en
efecto, algunos encontré como quedó consignado en
un pequeño libro que hace años escribí sobre
el soldado poeta.

Pero lo que interesa para la memoria no
es tanto los valores poéticos de Castellanos, sino el
artículo y el afán de sus octavas reales: eran
elegías escritas para que la posteridad no se olvidara de
los varones ilustres que vinieron, vencieron y murieron en Las
Indias: Elegías de varones ilustres de Indias. Tal
fue el título y el afán de aquellos infinitos
versos."

Orlando Araujo se interesó en sus ensayos por la
literatura y la Economía de su país, obras como
La Palabra Estéril, publicada por la Universidad
del Zulia en 1966, y que obtuvo el Premio Ensayo Universidad del
Zulia. Operación Puerto Rico sobre
Venezuela
(1967), Situación Industrial de
Venezuela
(1969), lo demuestran ampliamente.

En el año 1970 aparece su libro de relatos
más conocido, Compañero de Viaje, el cual
fue llevado al cine por
Clemente de la Cerda, donde rescata una gama de personajes
importantísimos para la historia de Calderas, su
pueblo natal, como por ejemplo "Pedro Terán". Araujo habla
con una prosa que parece más bien poesía,
donde con trazos precisos pinta las bellezas de su tierra, y
habla de personas que conoció en su niñez y que
siempre llevó consigo en su recuerdo.

Dentro de la creación literaria una veta poco
explorada por los escritores de nuestro país, la literatura
infantil fue tema también para este hombre
múltiple ?como lo llama el profesor y escritor Earle
Herrera-, con Miguel Vicente Patacaliente(1971) al que le
fuera otorgado el Premio de Literatura Infantil del Banco del Libro.
Los Viajes de
Miguel Vicente Patacaliente
, publicado en abril de 1978,
donde Araujo hace un derroche de imaginería, y demuestra
su maestría en desarrollar personajes atractivos para
el universo
infantil.

La Obra Literaria de Enrique Bernardo
Núñez
(1972), es un estudio en el cual analiza
una por una, todas las obras del autor de Cubagua, La
Galera de Tiberio
y El hombre de la levita
gris
.

Narrativa Venezolana Contemporánea (1972)
con el cual obtiene el Premio Municipal de Prosa, donde analiza
la obra de escritores tan importantes como Rómulo
Gallegos, Teresa de la Parra, Arturo Uslar
Pietri, Salvador Garmendia, Guillermo Meneses, Julio
Garmendia, hasta los valores más resaltantes de los
años setenta. Este es un texto de
consulta casi obligatorio, para cualquier estudiante de Letras o
profesor de la materia, ya que es una guía útil y
precisa.

En colaboración con Armando Córdova
publica: Sobre la Integración de América Latina
(1973) y con el profesor Oscar Zambrano Urdaneta La Palabra
Activa
un ensayo
sobre el escritor y poeta Antonio Arráiz, con el que
obtiene el Premio de Ensayo "El Nacional" en 1968. Es una
investigación sobre la obra literaria de
uno de nuestros más importantes escritores: Antonio
Arráiz, quien dio un gran impulso a la poesía
venezolana con su poemario Áspero y que fue autor
de la novela
Puros Hombres, que según Araujo es: "una de las
mejores novelas de este
país", y de los cuentos de
Tío Tigre y Tío Conejo. Además:
"escribió un casi desconocido relato sobre el Diablo. Era
uno de los diablos menores de la corte de Satanás, se
llamaba Jatar, y entró en negociaciones, en tiempos
coloniales, con un gran jugador que le ganó la partida y
prácticamente lo convirtió en esclavo." Comenta
Araujo en "Luzbel, amigo mío".

En 1972 Orlando Araujo obtiene el Premio Nacional de
Literatura, el más alto galardón que puede obtener
un escritor en nuestro país, con la obra: Contrapunteo
de la Vida y de la Muerte
(1974). Pero no era un hombre
conformista ni que se dormía en sus laureles, y comienza
una investigación sobre la violencia literaria y social en
Venezuela, y en 1974 publica: En Letra Roja: La Violencia
Literaria y Social en Venezuela
. También sigue
trabajando con la literatura infantil con El niño que
llegó hasta el Sol
(1978).

En 1977 bajo el sello editorial Contexto Editores,
aparece un conjunto de relatos, titulado 7 Cuentos que
luego serían reeditados por la prestigiosa editorial
española Plaza y Janés, en 1980 lo cual promueve su
obra a nivel internacional. Estos cuentos se caracterizan por su
concisión en el manejo del lenguaje, y
precisión en la configuración de
personajes.

En 1980 aparece Glosas del Piedemonte, en 1985
Mis Canciones ya viejas y Viaje a Sandino. En 1987
aparecen: El Tesoro de Lucía y El Niño y
el Caballo
. En 1988 postumamente se publican De lo humano
y lo divino
; textos radiales recogidos por Trina Urbina,
Cartas a Sebastián para que no me olvide y Elia
en azul
.

Al citar la obra de un escritor tan prolífico,
podemos dejar fuera parte de la producción de Orlando Araujo, pero lo que
nos interesa es traer a nuestra mente, los títulos de sus
libros más importantes, y el ejemplo de un hombre de
provincia que supo conquistar el mundo, con tesón y
esfuerzo.

II

Desde sus años de juventud
Orlando Araujo fue un notable estudiante. Después de
graduarse de bachiller, se fue a estudiar Economía en la
Universidad Central de Venezuela, enviado por su padre
Sebastián Araujo, que era un hombre práctico, y
así lo hizo. Pero por recomendación del Profesor
Edoardo Crema "uno de los hombres de más serena inteligencia
que yo haya conocido", quien le dijo que estudiara Letras, ya que
tenía madera para
ser un buen crítico literario, Orlando Araujo se vio de
pronto en el doble compromiso de seguir las dos carreras. Para
quienes hemos pasado por las aulas de la Central, nos parece
admirable y sumamente difícil sacar dos carreras tan
contrapuestas, en esa casa de estudios, y más aún
graduarse Cum-Laude de Economista en Julio de 1953, y de
Licenciado en Letras, Summa Cum Laude en Septiembre del mismo
año.

Orlando Araujo no se quedó en la torre de marfil
del intelectual que no quiere involucrarse en los problemas de su
sociedad, o
que no toma acciones directas sobre su entorno. Desde su
época de cursante de la carrera de Letras, prestó
sus conocimientos a la investigación entre 1949 y 1953, y
como Miembro del Personal Docente
y de Investigación en el Instituto de Filología
"Andrés
Bello" de la Facultad de Humanidades y Educación desde
1953.

Dentro de su labor Docente en Letras tenemos que fue
Profesor de la Cátedra de Literatura Venezolana en la
Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades y
Educación, entre 1958 y 1960. Profesor de Literatura
Contemporánea en la Escuela de Comunicación
Social (Escuela de Periodismo)
entre 1958 y 1960.

Profesor del Seminario de Literatura Venezolana en la
Escuela de Letras entre 1967 y 1972.

Dictó muchos seminarios sobre escritores
venezolanos, y alcanzó el puesto de Director de la Escuela
de Letras, puesto en el que se mantuvo hasta el día del
allanamiento.

Como Director dio un apoyo decisivo a la
"Renovación de la Escuela de Letras", que permitió
la inclusión de nuevas materias en el Pensum de estudios,
y abrió nuevas posibilidades para el desarrollo de los
estudiantes de las promociones futuras, se mantuvo firme en su
puesto hasta que fue Profesor titular jubilado de la Universidad
Central de Venezuela desde 1978.

En el área de la Economía, Orlando Araujo
produjo interesantes estudios: Caracterización
histórica de la Industrialización en
Venezuela
(1964), Operación Puerto Rico sobre
Venezuela
(1967), Venezuela Violenta (1968) que fue
traducido al alemán por la editorial Suhrkamp de Frankfurt
en 1971. Situación Industrial de Venezuela (1969) y
Sobre la Integración de América Latina,
escrito en colaboración con Armando Córdova en
1973, y dirigió muchos seminarios sobre la
problemática económica en Venezuela, los libros que
escribió sobre el tema se estudian actualmente en la
Escuela de Economía de muchas universidades. Fue
también Miembro y Representante de los profesores en el
Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales,
y desarrolló una intensa actividad en la Empresa
Privada como Asesor, donde obtenía muy buenos ingresos
económicos, pero el gusanillo literario estaba dentro de
él, y decidió dejar la Economía para
dedicarse a lo que llamaba él, "mis queridas letras", y
tenía que hacerlo ya que lo esperaban muchos premios y
reconocimientos en esa área.

Entre sus premios literarios más importantes
tenemos: El Premio de Cuentos de "El Nacional" que obtuvo en dos
oportunidades, en 1968 con el cuento: "Un muerto que no era el
suyo" y "Contra la ira Templanza". El Premio de Ensayo "El
Nacional" en 1968 que obtuvo con "La Palabra Activa" con el Ensayo
sobre Antonio Arráiz, en cooperación con Oscar
Zambrano Urdaneta.

En 1956 el Premio "Miles Sherover" con Lengua y
Creación en la obra de Rómulo Gallegos
. En 1965
el Premio Ensayo Universidad del Zulia, con La Palabra
Estéril
. En el año 1972 el Premio Municipal de
Literatura, en 1974 el Premio Nacional de Literatura, y en 1979
obtiene la Mención de Honor de la UNESCO por Los viajes
de Miguel Vicente Patacaliente
. Esta serie de reconocimientos
y distinciones mostraron que su talento era de gran
valía.

Orlando Araujo no sólo se desarrolló en
las Letras y la Economía, también fue Periodista y
Comunicador Social, tuvo un programa de
radio: "De lo
humano y lo divino" que Araujo mantuvo por algún tiempo en
la Radio
Nacional de Venezuela, donde hablaba de todo lo que le interesaba
profundamente. Los textos que escribió para sus programas fueron
reunidos por Trina Urbina, y editados bajo el auspicio de la Casa
de la Cultura de
Barinas en un libro de título homónimo.

Como periodista desarrolló un importante papel
con artículos polémicos en el diario "El Nacional",
del cual fue colaborador permanente desde 1958. Fue Fundador
Director de la Revista "El
Mes Económico" desde 1958 hasta 1962, Jefe de Redacción del diario "El Venezolano" en
1963, Director del Diario Vespertino "La Extra" en 1964,
Co-Director del Semanario "Qué pasa en Venezuela?" entre
1964 y 1966, Co-Director del Quincenario "Deslinde" entre 1969 y
1970.

En el género de
la Crónica desarrolló sus experiencias de un viaje
a Nicaragua, y lo tituló: Viaje a Sandino (1985), y
un libro de recuerdos sobre amigos, sus escritores y poetas
preferidos al que tituló: Crónica de Caña
y Muerte
(1982) donde tal vez previó el final de su
existencia, y dejó en estas páginas sus amores y
desvelos, sus preocupaciones y sueños, sus anhelos y sus
tristezas, es un libro que debe ser leído como su
testamento literario para la posteridad.

Allí encontramos opiniones y poemas de sus
compañeros: el novelista Adriano González
León, el poeta y crítico Alejandro Oliveros, el
profesor Oscar Zambrano Urdaneta y muchos otros que compartieron
con él, la difusión y el desarrollo de las letras
en nuestro país.

No queremos pasar por alto la poesía, que
también desarrolló, pero de una manera más
íntima y personal, en Mis canciones ya viejas
(1985), y con su pequeño libro titulado El tesoro de
Lucía
(1987), una joya de inapreciable valor para los
estudiosos de la obra de Araujo.

Es importante que nos acerquemos a la obra de este
Caldereño y venezolano excepcional, un hombre que supo
prestarse al servicio de
los demás con sus conocimientos y su enorme sensibilidad
creadora, puestos al servicio del colectivo.

Así lo expresa Oscar Zambrano Urdaneta (1988),
quien fue uno de sus mejores amigos: "Nada de lo que Orlando
Araujo vivió o escribió se encuentra desprovisto de
pasión y ternura, lo que en modo alguno significa que no
conociera la objetividad y el equilibrio
propios de los temperamentos serenos y reflexivos. Desde luego
que todo escritor apasionado es, por naturaleza,
combativo y polémico, con posiciones definidas que suele
defender con bizarría y coraje. Esto no descarta cierta
dosis de arbitrariedad inevitable, que en Orlando Araujo estuvo
siempre contrarrestada por su capacidad de rectificación
cuando llegada al convencimiento de que, en algunos de sus
juicios o hipótesis de trabajo, podía haber
sido injusto o inexacto.(…) Semejante conducta, sin
duda poco frecuente, habla muy alto de su hidalguía de
espíritu, de su honradez y valor para reconocer los
propios errores, lo que no excluye, por supuesto, su firmeza
acerada cuando se trataba de sostener y defender puntos de vista
o ideas y posiciones de principio en los que creía
firmemente, y en aras de las cuales pudo haber rendido la vida,
si hubiese sido necesario."

Orlando Araujo, quien dejó de ser nuestro
"compañero de viaje" el 15 de septiembre de 1987, nos
enseñó con su vida y su obra a vivir entre la
montaña y el llano, entre la ciudad y el campo, entre la
poesía y la economía, entre lo humano y lo divino.
(Torres B. 2002)

"Y VA DE ENSAYO", de M. PICÓN
SALAS

(Análisis)

Por Carlos Torres Bastidas

Mariano Picón-Salas reflexiona sobre los
géneros literarios. En especial sobre el ensayo, ya que
para eso fue invitado por la Universidad Santa María. El
autor de este ensayo, se queja de ser catalogado como
"ensayista", y hace la comparación con un carpintero, que
solamente hiciera sillas y que no pudiera complacer a sus
clientes con
otros encargos.

Y tiene razón, ya que el oficio de escritor es
integral. Comprende la poesía, la novela, el cuento
y por supuesto el ensayo.

Aunque en momentos de grandes tensiones sociales, cuando
es necesario el discernimiento ante tanta violencia y
anarquía, el ensayo surge como el género literario
que permite la interpretación de los hechos. Establece
nuevos paradigmas y
los contrapone con los que funcionan en la actualidad.

Picón-Salas habla de un género literario
para quienes ya no se satisfacen con las clasificaciones
embalsamadas de la antigua preceptiva. Se diferencia no solamente
por la técnica utilizada, sino por la función
que cumple. Es entonces un género funcional.

Luego de una descripción "poética" de los tres
géneros fundamentales, concluye que la función del
ensayista es la de conciliar la Poesía y la
Filosofía. Es decir el uso de imágenes
hermosas y pensamiento
profundo.

Tarea difícil entonces la del ensayista, quien no
pretende ser poeta, pero debe expresarse como tal, y que tampoco
busca explicar complicadas teorías
sobre el mundo que le rodea, sino por el contrario, debe
sugerir.

Es una búsqueda no sólo intelectual sino
también plástica. Y claro, ya que
Picón-Salas está escribiendo un ensayo sobre las
cualidades del ensayo, él mismo aplica esas máximas
en lo que está desarrollando.

Cuando describe la imagen del
científico y filósofo Isaac Newton,
lo hace como un poeta: "Probablemente aquella tarde otoñal
inglesa (notemos las pinceladas del lírico) en que el
físico Isaac Newton vio
caer una manzana, el ensayista acaso se hubiera contentado con
describir el hecho y dejar al buen Isaac cargado de
cavilaciones[…] hasta que no formulara en lengua clara y
distinta las leyes de la
atracción universal."

El ensayista debe manejar sus herramientas,
para perfilar o describir los síntomas, puede tener la
capacidad de hacer predicciones, mostrar qué es lo que
puede venir, hacia donde nos pueden llevar ciertas situaciones o
hechos. No está en la obligación de presentar
grandes teorías, pero si nos puede dar la carta de
presentación de pensadores revolucionarios.

Adolfo Bioy Casares quien hace la presentación de
un magnífico volumen de
ensayistas ingleses, concuerda con lo que expone Picón
Salas: "En todos los géneros
literarios hay un juego
dramático y formal que, en apariencia, estorba la
expresión y la distrae de las verdades esenciales. El
novelista y el dramaturgo encaran el mundo a través de
personajes, el crítico debe atenerse a la obra que estudia
y el poeta, intrínseco y puro, supedita su visión a
los criterios de la rima y del metro. Como tantas veces ocurre,
las trabas son, para ellos, mercedes ocultas, ya que decir de
paso alguna verdad ( y encontrar fortuitamente alguna dicha) a
todos no está concedido. En la novela abundan los
elementos irresistibles […] y en la hereditaria
sabiduría de un soneto, ¡cuánto mediocre
subsiste, noble y adamantino! Pero el hombre que
toma la pluma para discurrir sobre Una caminata por los
suburbios, Los parientes pobres, Nuestra amistad con los
libros, La vanagloria, La ambición
, llama a su
alma y
directamente la interroga; las verdades que encuentra son las que
salió a buscar; todo el mérito de sus escritos le
corresponde; es el artista más digno" (Ensayistas
ingleses, 1948: XXX
)

Picón-Salas privilegia al ensayista sobre el
novelista, quien con sus personajes, debe presentar una
situación. Mantener la tensión y atención del lector con sus herramientas;
la descripción y la narración, mientras que el
autor de un ensayo debe necesariamente aspirar, a eso que llaman
"realismo".

Es interesante tomar en cuenta esta afirmación:
"Por su propia naturaleza el Ensayo se desarrolla de preferencia
en épocas de crisis, cuando
el hombre se siente más confundido y están
crujiendo, amenazantes […] los valores de una vieja cultura."
Por eso es que en la actualidad tiende a confundirse el
artículo de opinión con el ensayo. Algunas investigaciones
sobre ciertos temas también se confunden con ensayos.
Podemos leer en los subtítulos de ciertas publicaciones,
"ensayo biográfico", también "ensayo sobre
economía", "ensayo político" y por supuesto
"ensayo" cuando pretende ser simplemente literario. Pero esto se
debe principalmente a que somos hijos de una época de
crisis. Nuestros valores se tambalean. Los avances
científicos y tecnológicos nos hacen reconsiderar
ciertos paradigmas a los que estamos condicionados. El
surgimiento de la "Nueva Era", la libre interpretación de
fenómenos como el terrorismo o
la
clonación de seres humanos. El deterioro del planeta,
y los viajes fuera del nuestro para buscar nuevos recursos que son
necesarios para la raza humana.

Es aquí cuando el ensayista debe jugar su papel.
Es un visionario, es un pensador que busca en otros y en
él mismo, posibles respuestas y soluciones a
todos los problemas que aquejan actualmente a la
humanidad.

El ensayista es un buscador. Tal como dice
Picón-Salas, cuando vuelve a casa, reflexiona sobre lo que
ha visto y vivido. Busca la respuesta en viejos pensadores, y
trata de explicar por comparación con hechos sucedidos y
pensados en el pasado, a qué norma el hombre puede
acudir.

Pero un punto determinante en cuanto al género y
al cultor del mismo, está en el punto decisivo y
fundamental del planteamiento de Picón-Salas. Ya que nos
advierte, que no solamente es asunto de reflexionar sobre temas o
problemas de nuestra época candente de crisis. Ya que si
esto solamente bastara, pues todos pudieran escribir ensayos. Y
en cierta medida de eso se encargan en la actualidad los
periodistas. El problema o asunto fundamental para el ensayista,
es "como las cosas se dicen" y aquí claro está, ya
estamos dentro de la Literatura.

Leer un buen ensayo que hable de la tolerancia y de
la justicia es
importante. Pero mucho más es la forma como se nos
presenta este tema. Si está escrito en una lengua
"suculenta, nerviosa, cortada y concisa, no tanto delicada y
peinada como vehemente y brusca", nos encontramos cara a cara con
Montaigne, con su personalidad
que dejó huellas intensas en lo que reflexionó y
escribió.

La conclusión a la que llega Picón-Salas,
es que el ensayo debe seguir las reglas de todo el resto de la
Literatura: tener algo que decir, y hacerlo de modo que agite la
conciencia y despierte la emoción de los otros hombres, y
en una lengua tan personal y propia, que ella se bautice a
sí misma".

La frase final de este ensayo nos deja pensando en la
máscara que se pone la Literatura, para nosotros esa
máscara de gases, no es
más que la de la actualidad.

BIBLIOGRAFÍA

AA.VV.: (1948) Ensayistas
ingleses
. Clásicos Jackson, Volumen XV

(Estudio preliminar por Adolfo Bioy Casares, selección
Ricardo Baeza), Buenos Aires,
W.M. Jackson Inc. Editores.

 

Por

Carlos Torres Bastidas

Partes: 1, 2
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