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La responsabilidad social y ética de los profesionales de la Ingeniería en Mecanización Agropecuaria (página 2)



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Objeto de la ética:

Se dice que la teoría
moral propugna
y justifica todos los modelos de
conducta humana y
que la ética fiscaliza esa tarea. La moral, como conjunto
de reglas históricas tiene por tanto, un aspecto
coyuntural. Pero la ética no debe perder la referencia
objetiva: antes de actuar, los hombres imaginan lo que van hacer
con fines que han analizado previamente.

De hecho, los que valoran conductas ajenas lo hacen a
partir de comparar sus conceptos con los que supone debe poseer
quien ejercita una conducta moral.
Por tanto, al hablar de esa conducta visible, se aborda el
modelo
ético que se supone existente en la conciencia
ajena.

De ello concluimos que el objeto real de la ética
es el modelo ideal de moral de los individuos, sus estructuras,
sus mecanismos de funcionamiento y la propia validez de la
reflexión ética, que incluye los fundamentos de la
creación de un paradigma
ético y los del aparato metodológico para la
asimilación y enjuiciamiento del paradigma.

El decursar histórico nos revela que el modelo
moral es diferente para los distintos pueblos y épocas. En
las condiciones contemporáneas se han estabilizado
sentimientos de nacionalidad,
formas de organización familiar, económica,
política y
comunitaria, junto a tradiciones culturales.

La ética se refiere a la conducta humana ejemplar
o ideal desde el punto de vista de persona, grupo,
clase, sector
o institución social. Sin embargo, hay quien considera que
para concebir criterios, principios,
valores o
normas morales
no es necesario recabar del concepto de ser
humano ideal, sino que basta con la voluntad de contraer
compromisos en beneficio mutuo. Sea como sea, las personas se
comportan, alaban o censuran lo que hacen y lo que hacen los
demás en dependencia de los criterios morales que
asumen.

La dicotomía existente entre ética y
ciencia se
comienza a desdibujar de la Segunda Guerra
Mundial; Según (Mitcham, p.191) resume la existencia
de tres actitudes
éticas respecto a la ciencia y a
la tecnología en diferentes momentos
históricos, de la siguiente forma:

  • Escepticismo moral: La ciencia y la
    tecnología son formas defectuosas de conocimiento
    y formas de acción humana socialmente
    desestabilizadoras (desde la antigüedad hasta el
    Renacimiento)
  • Promoción Moral: La ciencia y la
    tecnología son verdaderas formas de conocimiento y son
    socialmente beneficiosas (desde la
    ilustración hasta al siglo XVIII)
  • Duda moral: La ciencia y la tecnología
    constituyen formas poderosas de conocimiento y acción
    que son muy atractivas, pero que a veces tienen efectos
    colaterales no deseados (a partir de mediados del siglo
    XVIII).

Otros autores realizan diferentes análisis sobre la actitud
ética de la tecnología, resumiéndose cuatro
actitudes al respecto:

  • Escepticismo antiguo: El cual está
    relacionado con las actitudes expuestas en artículos de
    pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles.
  • Optimismo: que caracteriza al Renacimiento y
    la Modernidad.
  • Desasosiego o duda moral.
  • Irracional.

En esta clasificación en sentido general se
asemeja a la de Mitcham, pero agrega una cuarta actitud que
está relacionada con la actualización practica de
los conocimientos científico-tecnológicos en el
plano militar, en la explotación del medio ambiente
y del propio hombre en el
plano económico e ideológico, con la
transformación "de la racionalidad teórica y
práctica en racionalidad tecnológica, causa de la
crisis
ética de algunos representantes de la intelectualidad
científica y del rechazo al progreso al progreso
tecnológico por parte de la humanidad de nuestro siglo"
(Pimentel, 1994, p.249)

El profesional de la
Ingeniería

La ingeniería es la profesión que
utiliza todos los recursos al
alcance del hombre, conociendo y perfeccionando las aptitudes y
relaciones de los mismos, con el fin de producir y gerenciar,
sistemas
socio-técnicos que provean bienes y
servicios,
para satisfacer necesidades de la humanidad, elevar su calidad de
vida, protegiendo el ambiente
mediante un desarrollo
sustentable, sobre bases éticas y económicas.
Para ello crea con arte y ciencia
aplicando conocimiento
científico y tecnológicos y metodologías
matemáticas experimentales e
informáticas, partiendo de datos inciertos e
incompletos.

El profesional de la ingeniería posee una
cultura
tecnológica que asume mayor importancia por sus funciones como
encargado de la aplicación practica de los conocimientos a
la sociedad,
incluso hasta el desarrollo de
la tecnología, por medio de estrategias y
políticas.

Si bien dichas estrategias y políticas no surgen
del ingeniero ni de los científicos, sino que se toman y
se fundamentan, se explican, se difunden y se vuelven consenso
social merced a la labor de las ciencias
sociales y humanistas, los mismos está en la
obligación de conocerlas porque no peden reflexionar sobre
lo histórico y cultural y desarrollar adecuadamente sus
tecnologías sin esos patrones en la mente.
(Núñez, 2004, p.254)

A lo largo de las etapas humanas se crean valores
científicos relacionales y éticos que brindan una
determinada disposición y metodología para la acción
social.

Pero también se perfeccionan los elementos del
conocimiento que fundamentan las relaciones sociales.

Aunque estas ciencias no se
caracterizan por su posibilidad de transformaciones inmediatas,
si permiten desarrollar conocimientos y predicciones futuras que
pueden convertirse en proyectos y
acciones de
carácter social. Todo esto cobra mayor
importancia en el especialista de ingeniería, pues
permitiría proyectarse en el nivel tecnológico a
partir del comportamiento
social.

Sobre el término de ingeniería se conocen
dos orígenes:

Genie (del francés) que
significa: aquel que mediante el ingenio desarrolla su actividad
manual.

Engeneer (del ingles) aquel que
construye u opera una maquina.

De ambas interpretaciones extraemos la conclusión
de que la comprensión de dicha actividad (para no llamarla
aún profesión) desde sus orígenes estuvo
identificada con la del artesano, es decir, por medio de un
conjunto de habilidades mecánicas, transmitidas por
herencia de
generación en generación. (Núñez,
2004, p.255)

El rasgo más antiguo de la ingeniería es
tomado de la actividad artesanal, la cual consiste en ser un
arte, lo que significa que crea obras al tomar la armonía
del todo, con vista a poder brindar
goce mediante la satisfacción de las
necesidades.

La Historia de la
Ingeniería

La historia de la ingeniería está
relacionada a la evolución de la técnica y más
recientemente a la tecnología. Solo mediante el estudio de
su desarrollo se comprende la dimensión social y
ampliación de sus funciones.

Al hacer una breve historia el desarrollo de la
ingeniería como tal comenzó con la revolución
agrícola (año 8 000 a.C), cuando los hombres
dejaron de ser nómadas y vivieron en un lugar fijo para
poder cultivar sus productos y
criar animales
comestibles. Hacia los años 4 000 a.C., con los
asentamientos alrededor de los ríos Nilo y Éufrates
e indo se centralizó la población y se inició la
civilización con escritura y
gobierno, por lo
que con el tiempo en esta
civilización aparecería la ciencia.

Los primeros ingenieros fueron arquitectos, que
construyeron muros para proteger las ciudades y construyeron los
primeros edificios para lo cual utilizaron algunas habilidades de
la ingeniería. Seguidos por especialistas de
irrigación.

La primera disciplina de
ingeniería fue la militar, se desarrollo para ayudar a
satisfacer una necesidad básica de la
supervivencia.

A partir de los siglos XVI y XVII se sistematiza la
minería,
se impulsa la creación de maquinas y se conforman lo que
hoy conocemos como ingeniería
civil, pues, con anterioridad (siglo XIV) la actividad
ingenieril se comienza a separar de la artesanal a consecuencia
de la empresa
militar, proyectando fortificaciones, canales, armas, etc. Nace
a la vez la ciencia experimental con nuevas formas de hacer, lo
cual permite desarrollar la ingeniería como
profesión. (Núñez, 2004, p.255)

No es hasta el siglo XVIII que se integra ya consolidada
dicha enseñanza en las universidades.

Fue precisamente el descubrimiento de la electricidad lo
que impulsó las ciencias técnicas,
que evolucionaron de ciencias pragmáticas hacia el como
usar la ciencias para la solución de problemas de
la vida práctica, cambiando así los paradigmas que
hasta entonces imperaban y conformándose la
ingeniería como profesión.

La unión de la ciencia y la técnica,
así como su conocimiento empírico y teórico
elevó las potencialidades del hombre para incrementar su
bienestar.

La ingeniaría, por ser una profesión tan
cercana a la solución de problemas de la práctica,
requiere de una formación académica más
multidisciplinaria, integral, científica, práctica
y social humanista.

Hoy existe un sinnúmero de opiniones y
definiciones acerca de la ingeniería:

  • La ingeniería es el arte de la
    aplicación practica de los conocimientos
    científicos y empíricos para el diseño o perfeccionamiento de diversas
    especies de proyectos constructivos, maquinas y materiales,
    para el empleo y
    satisfacción del hombre. (Fritz, 1968, p.3)
  • Un buen ingeniero es la persona que elabora un
    diseño que funciona con la menor cantidad de ideas
    originales posibles. (Friman, 1993)
  • La ingeniería es la aplicación creativa
    de los principios científicos al diseño y
    desarrollo de estructuras, maquinarias, aparatos y procesos de
    fabricación, de sus usos y propiedades, pudiendo
    predecir su funcionamiento bajo condiciones especificas de
    trabajo.
    (Ortega, 1990)

Según Nuñez J. pone de manifiesto otras
definiciones donde incluye la actividad de administración y dirección:

  • Aplicación de los conocimientos
    científicos técnicos a la invención,
    producción y desarrollo de bienes y
    servicios, transformando los recursos
    naturales para resolver las necesidades de los hombres,
    haciéndolo de forma optima tanto económica como
    socialmente.

Dos características importantes de la actividad
ingenieril, es la creatividad y
la innovación.

Algunos autores hacen referencia a diferentes
definiciones:

  • El ingeniero es el que dimensiona el ingenio, el que
    no está conforme con lo que está acostumbrado a
    hacer y en cada caso busca una solución mejor, dictada
    siempre por la economía.
  • Es el que domina el arte de poder hacer posible a la
    humanidad de disfrutar el desarrollo de las
    ciencias.
  • Es alguien llamado a crear un producto
    versátil, con visión d futuro, mente muy amplia
    que sabe correr riesgos y
    tocar paradigmas.

Entre estas y otras opiniones es posible sintetizar
los siguientes rasgos esenciales que deben caracterizar al
ingeniero como profesional:

  • Poseer una sólida formación
    técnica-económica, capaz de racionalizar,
    optimizar recursos, alcanzar rentabilidad
    y eficiencia,
    obtener soluciones
    rápidas y sencillas, saber controlar los procesos y
    organizarlos.
  • Contar con un pensamiento
    lógico, heuristico, divergente, pragmático,
    abstracto, científico, sistémico, capaz de
    modelar sus ideas, flexible para asimilar los cambios
    rápidamente y crear un universo
    material nuevo.
  • Poseer una mentalidad amplia, concreta, de cambio, de
    visión de futuro, creativa.
  • Tener capacidad de dirección. Desarrollar
    comunicación, autoridad,
    formas de control,
    dirigir procesos, realizar trabajos en grupos y
    cooperativos, saber tomar decisiones en condiciones de riesgo e
    incertidumbre.
  • Poseer una formación cultural capaz de
    desarrollar las relaciones humanas, para ello requiere de altos
    conocimientos profesionales, sociales, ambientales, información actualizada, valores y
    sentimientos, ética profesional, autoestima.
  • Poseer un desarrollo estético por medio del
    virtuosismo profesional, la fantasía y la
    imaginación.

Responsabilidad social y moral de la
protección del medio ambiente de los profesionales de la
ingeniería.

El ingeniero que suele contar con maestría
técnica y económica debe tener muy en cuenta los
factores sociales que lo rodean. Un elemento importante hoy es la
manera en el que el nuevo producto contribuye y va en detrimento
del equilibrio
ecológico del planeta, ello dependerá del
desarrollo cultural de este profesional para el ejercicio de su
profesión.

Por lo que la preocupación por el cuidado,
protección o conservación del medio ambiente obliga
a reevaluar los criterios éticos que deberían
servir de presupuestos a
las actividades humanas como la agricultura,
la industria y el
turismo, que,
como sabemos pueden acarrear impactos ambientales adversos. Estos
presupuestos fundamentarían también la evaluación
económica del impacto ambiental
de estas actividades.

Suele entenderse que la ética cumple una función
meramente censoria, prohibitiva o punitiva, pero respecto a la
problemática ambiental es necesario entender que el
razonamiento ético debe tener una proyección
heurística, no limitándose a decir lo que debemos o
no hacer, sino también visualizar los medios
adecuados para lograr la realización de nuestras
más apreciadas convicciones morales.

Un grupo importante de esos criterios éticos que
aquí nos interesan, tiene que ver con las siguientes
preguntas interrelacionadas: ¿Debemos los seres humanos
asumir responsabilidades morales con respecto al medio ambiente?
Claro, la respuesta a esta pregunta sugiere una conducta
diferente. Así tenemos que las respuestas negativas a
estas preguntas condicionan una conducta negligente ante el medio
ambiente.

Puede afirmarse que existe un amplio consenso en que una
condición importante para resolver el problema ambiental
es el cambio de las pautas éticas, comenzando precisamente
con la necesidad de potenciar la voluntad de asumir
responsabilidades morales con relación al medio
ambiente.

Entre quienes así piensan, la cuestión que
debemos dilucidar es si esa responsabilidad moral debe ser "indirecta" o
"directa".

De un lado tenemos quienes plantean que no tenemos
porque asumir responsabilidades directas para con las cosas o los
seres vivos que no son seres humanos o personas. En
correspondencia con este parecer, argumentan que sólo
debemos atribuir valor moral en
sí a los seres humanos personas y que en todo caso, el
valor moral que pueda tener una montaña, un lago, un
bosque, una planta o un animal, es más bien indirecto, es
decir, en la medida de que su afectación perjudique a
personas

Se trata de un punto de vista ético, que suele
denominarse "antropocéntrico", "egocéntrico" o
"homocéntrico", pues supone que el centro de la
consideración moral es el ser humano.

De otro lado, tenemos quienes sugieren que los seres
humanos debemos asumir responsabilidades directas respecto al
medio ambiente, a las plantas, a los
animales, y no sólo a los seres humanos. El punto de vista
"egocéntrico" entiende que el ambiente tiene un valor
primario respecto al bienestar humano particular y, por lo tanto,
expresa esta opinión de una forma más
resuelta.

Claro, no siempre es correcto etiquetar a las personas
en uno u otro campo, pues a fin de cuentas existen
matices diferentes no siempre posibles de distinguir. Por
ejemplo, entre quienes asumen un criterio antropocéntrico
tenemos quienes justifican la expoliación desmedida de la
naturaleza en
aras del progreso productivo y económico, pero
también existen quienes alegan que precisamente bajo la
condición céntrica del hombre es necesario
considerar su responsabilidad moral para con los demás
seres.

Del lado de los que se pudieran catalogar como
ecocentristas, están quienes asumen que si bien la
sostenibilidad ambiental es la prioridad moral fundamental, eso
no significa sacrificar intereses humanos primarios y
legítimos, pero también están los que son
capaces de sugerir que por el bien del medio ambiente se puede
justificar la disminución violenta del crecimiento
demográfico.

En sí, ¿cuál de estos criterios es
el presupuesto
ético que debe fundamentar la evaluación
económica del impacto ambiental? ¿Debemos apostar
por el antropocentrismo o por el ecocentrismo? ¿Puede ser
efectiva una evaluación económica del impacto
ambiental que atribuya valor directo al ambiente, a los animales
y las plantas o simplemente no queda más remedio que
suponer que esa responsabilidad es indirecta?

Para contestar a las preguntas hay que tener en cuenta,
en primer lugar, que los puntos de vistas morales se asumen en
dependencia de la tradición cultural y no podríamos
fácil e irreflexivamente definir que una moral es mejor
que otra.

En segundo lugar hay que considerar que los puntos de
vistas morales tienen su alcance y limitaciones. Así
tenemos que un punto de vista antropocéntrico puede
minimizar la labor de protección y conservación de
la naturaleza silvestre que no tiene importancia práctica
conocida para los seres humanos, mientras que el punto de vista
ecocentrico pudiera sobredimensionar el bienestar ambiental y
hacerlo valer por encima del bienestar humano.

En tercer lugar, la evaluación económica
constituye un instrumento de análisis que puede servir a
los más variados intereses. Una evaluación
ambiental basada en un punto de vista ético
ecocéntrico puede redimensionar métodos a
los cuales el punto de vista antropocéntrico no le presta
importancia. Por ejemplo, muchos de las informaciones valiosas
hoy en día producidas por los ecologistas del Club de
Roma estaban
basados en posiciones ecocéntricas. En fin, las
perspectivas éticas pueden proyectarse en tal o más
cual sentido.

La
preocupación ética por el bienestar de las futuras
generaciones.

La cuestión de los presupuestos éticos de
la evaluación ambiental contempla también otro
aspecto que es él referente a la responsabilidad para con
las generaciones futuras de seres humanos.

Respecto a este asunto existen enconadas controversias.
Hay quien dice que es arbitrario pensar en el bienestar de las
personas futuras, pues no podríamos saber nunca el
conjunto de sus expectativas, preferencias, prioridades o
percepciones del bien y el mal, por lo tanto no hay posibilidad
de realizar cálculos económicos que midan el
impacto de nuestras actividades en beneficio o perjuicio de esas
futuras personas.

Quienes piensan así terminan diciendo que pensar
en el bienestar de las generaciones futuras es una
petición formal, pues a fin de cuentas son los hombres
actuales los que determinan la dosis de impacto ambiental
tolerable e intolerable y a lo sumo proponen que la gente preste
atención a su futuro, sin pensar en las
generaciones futuras. A partir de este "velo de ignorancia" se
garantizaría el bienestar de las generaciones
futuras.

De todas formas, pensar en las generaciones futuras
constituye una finalidad ética importante como acicate a
acciones que van más allá del interés
generacional inmediato, lo cual provocaría la necesidad de
análisis económico del impacto ambiental en su
correspondencia.

Claro, puede darse el dilema ético entre la
necesidad de satisfacer las necesidades presentes y las futuras,
de a corto y a largo plazo. Pero incluso en tales circunstancias,
no hay porque perder las expectativas éticas de velar por
el bienestar de las futuras personas e intentar obrar de modo tal
que nuestras acciones comprometan en menor medida posible la base
natural del bienestar de las mismas. La evaluación
económica del impacto ambiental, en la medida que nos
permita saber cómo valorar el futuro, puede ayudarnos
mucho a resolver este dilema.

Se puedan dar también casos de conflictos
como en el caso hipotético de una comunidad que
vive de la tala de bosques y sus miembros están
convencidos que hay árboles
para todos o que no les interesa ni el bienestar planetario ni el
de las generaciones futuras. ¿Es justo obligar por medios
violentos a que esa comunidad cese de cortar árboles?
¿Hasta que punto podríamos tolerar que alguien
dañe el medio ambiente?

La justicia
ambiental

Si de discutir cuáles deben ser los presupuestos
éticos de la evaluación del impacto ambiental,
podía faltar la reflexión sobre la vieja
problemática de la justicia, una cuestión que tiene
diversas aristas.

Una de ella tiene que ver con las cuestiones de justicia
intergeneracional o diacrónica que mencionamos
anteriormente.

Otra tiene que ver con las medidas que se toman para
prevenir, contrarrestar, evitar, mitigar o paliar los
daños ambientales. No sería justo, por ejemplo,
establecer medidas de compensación económica
igualitaria por conceptos daños ambientales, como en el
caso de la aplicación irreflexiva del principio "quien
contamina paga". A fin de cuentas a la hora de establecer cuotas
de contaminación o de responsabilidades
ambientales, es necesario valorar la situación de las
personas y entidades implicadas.

El imperativo de resolver el problema ambiental pudiera
acarrear desigualdades injustas y hacer que ciertos
contaminadores sigan contaminando más el medio ambiente y
se comprometa el bienestar de otros.

Con relación a la justicia ambiental
podríamos hablar también de las instancias
decisorias que debían estar moralmente encargadas de
impartir justicia en cuanto a cuestiones ambientales se trata.
¿Debe esa justicia estar en manos del Estado, del
mercado o de la
sociedad
civil? No se puede abordar correctamente este asunto, si
antes no se valora la proyección moral de cada una de
estas instancias de decisión.

Una última cuestión que debemos mencionar
es la referente a los derechos de propiedad
sobre el medio ambiente. ¿Privatizar o socializar el medio
ambiente? ¿Qué régimen de propiedad
daría más garantía de conservación y
protección del medio ambiente? Para abordar esta
cuestión resulta menester, por una parte, aprender de la
historia y, por la otra de la lógica.

Así tenemos que el orden de privatización es más proclive a
tolerar acciones arbitrarias en el medio ambiente, si lo
comparamos con el ámbito donde la propiedad se socializa y
estimula en virtud de ello a la participación y
cooperación con vistas a la sostenibilidad
ambiental.

La evaluación del impacto ambiental, es un
instrumento que no es neutral o imparcial desde el punto de vista
ético, pues, por una parte, se apoya en presupuestos
morales y, por la otra, puede ayudar a resolver problemas morales
que suscitan las actividades humanas que impactan el medio
ambiente.

La proyección que pueda tomar una u otra
determinada propuesta de evaluación económica del
impacto ambiental depende en no menor medida de esos presupuestos
éticos. Por ello pueden existir diferencias de
énfasis, de orientación y de efectos entre el
presupuesto.

No es lo mismo atribuirle valor moral al ambiente que no
atribuirlo, considerar que es directo o indirecto, que hay que
garantizar el bienestar futuro que negar que eso puede
concebirse, etc.

Lugar y papel de
los códigos éticos en los profesionales de la
ingeniería en el desarrollo
económico y social.

La calidad de vida
con que podemos contar en los días de hoy es fruto del
desarrollo tecnológico incorporado a los bienes y
servicios y para lo cual el ingeniero tiene un papel
fundamental.

La ingeniería que debe ser entendida cómo
una cultura, abierta para la sociedad, promoviendo su desarrollo,
que auxilia esa misma sociedad a integrarse a la nueva mentalidad
mundial, objetivando su mejor calidad de vida.

La practica ingenieril, en tanto actividad humana, no
esta exenta de valoraciones y juicios de carácter
éticos y, por tanto, de códigos que normen los
principios esenciales sobre los cuales se sustenten la actividad
laboral de los
ingenieros y su conducta como profesionales.

Los códigos por si solos no pueden determinar la
actuación de estos profesionales, es necesarios que sean
comprendidos y asumidos de formas conciente.

En la actualidad existen en el mundo diferentes organizaciones de
ingenieros con sus respectivos códigos éticos,
caracterizados por su contenido clasista, normativo y educativo.
En cuba se cuenta
con un código,
pero se limita a los arquitectos y a ingenieros de la construcción.

A partir de esta carencia se considera la necesidad de
proponer un proyecto de
código ético para ingenieros de carácter
más general. Esta actitud tiene por principio que las
concepciones éticas no pueden asumirse como resultado de
la calificación profesional, sino como parte del proceso de
formación del especialista. Es por ello que este trabajo
aborda, esencialmente, el papel que desempeña el entorno
universitario y el futuro ingeniero.

La división social del trabajo en el proceso de
especialización de los individuos, en actividades
concretas no solo dio origen a las profesiones, sino al
establecimiento de un sistema de
relaciones entre sus miembros que convencionalmente podemos
considerar como ética de la profesión. Con este
concepto se refleja, sobre todo, el grado de moralidad, o
dicho de otro modo, la medida en que las nociones morales de
determinado grupo de profesionales se corresponden con los
juicios, valores y valoraciones morales de las masas.

La ética
profesional implica:

  • La actitud del profesional ante su actividad laboral
    especifica;
  • Las cualidades propias de la
    personalidad del especialista
  • Su función social: influencia social de su
    actividad y resultados;
  • Su respuesta ante las exigencias
    sociales;
  • La relaciones con su colectivo profesional,
    dirigentes y subordinados, así como con otros
    profesionales y los usuarios;
  • La asunción de normas, valores y principios de
    su tiempo y clase.

Como imperativo histórico surge también la
necesidad de regular la conducta de los individuos que conforman
los grupos profesionales para garantizar sus intereses,
interconexos con otros grupos de profesionales y con el organismo
social en su conjunto. Nacen así los códigos
éticos.

Por lo que analizaremos algunas definiciones que nos
permitan comprender la naturaleza y alcance de los
mismos:

  1. Un codito de ética de la profesión
    define el criterio de medida para evaluar la calidad
    ética de las ejecutorias profesionales y esclarece el
    bien principal de los ideales que animan a ser profesional en
    su sentido normativo. (Lugo, 1985)
  2. Un código de ética es un conjunto
    articulados de reglas de conducta que sirven de guía a
    los miembros de una profesión en sus relaciones con los
    demás. (Código de EU, 1990)
  3. Por codito de ética profesional se entiende el
    conjunto de principios, normas y exigencias morales adoptadas
    en un medio profesional determinado, con el objetivo
    fundamental de regular la conducta moral de los distintos
    profesionales en su quehacer. (Bombino, 1994)

Independiente de los elementos diferenciales, estas
definiciones ponen de manifiesto el carácter normativo y
su papel como orientación y guía del trabajo
profesional.

La existencia de un código de ética en una
profesión determinada no significa, desde luego, que todos
los profesionales de ese sector cumplan con lo que se establece
en los mismos; pero aunque algunos miembros violen las normas no
dejaran de existir la ética de la profesión. Por
otra parte, la no existencia de un código que hagan
explicitas estas normas y principios morales no es
sinónimo de ausencia de ética de una
profesión.

Existen también exigencias morales que por su
elevado nivel no pueden ser cumplidas por todos los miembros,
contradicción manifiesta entre el ser y el debe ser, entre
lo real y lo deseado, que estimula el perfeccionamiento moral del
profesional.

En la actualidad existen en el mundo algunas
asociaciones de ingenieros como la Federación Mundial de
Organizaciones de Ingenieros (FMOI), la Unión Panamericana
de Ingenieros (UPADI) y la Sociedad Nacional de Ingenieros de
Estados
Unidos, entre otras que cuentan con sus códigos de
ética, en los cuales establecen las responsabilidades,
regulan los derechos y señalan las normas de conductas que
deben observar los ingenieros, tanto en el marco nacional como
internacional, se han creado además comités de
ética, que tiene como objetivo controlar su
cumplimiento.

Principios de un proyecto de código
ético para ingenieros mecanizadores:

  1. Del ejercicio profesional

Para el ejercicio profesional resulta esencial la
adecuada correlación entre los conocimientos y habilidades
propios de la profesión y la capacidad para aplicarlos en
la realización de trabajos de ingeniería, en la
solución de problemas de la práctica en la
satisfacción de necesidades sociales.

Por lo tanto el ingeniero mecanizador debe:

  • Velar por su autosuperación y
    actualización constante, nutriéndose de la
    experiencia nacional e internacional.
  • Garantizar la calidad de los trabajos que realice o
    del servicio que
    preste.
  • Comportarse en todo momento, con sencillez, modestia,
    honestidad y
    lealtad.
  • Investigar constantemente y esforzarse por la
    producción de sus resultados.
  • Poner siempre sus conocimientos al servicio de la
    comunidad de ingenieros y de la sociedad.
  • Mantener una elevada profesionalidad y una actitud
    creadora ante el proyecto o la obra que realiza.
  1. De sus relaciones con otros
    profesionales.

La ingeniería es hoy campo de acción no de
ingenieros aislados, sino de grandes colectivos. Su
carácter interdisciplinario exige cooperación en la
solución de los problemas.

Por lo que el ingeniero mecanizador debe:

  • Confrontar constantemente sus ideas, perfeccionarlas
    y darlas a conocer.
  • Defender sus criterios con valentía
    profesional, objetividad y respeto por
    los demás.
  • Asumir una actitud crítica y autocrítica ante los
    errores como instrumento de una constante
    autorregulación moral.
  • Mantener una actitud solidaria, de cooperación
    y de ayuda mutua.
  • Sostener como principio el respeto a la propiedad
    intelectual.
  • Aceptar los puntos de vista, así como las
    experiencias de otros especialistas, contribuyan al desarrollo
    del profesional y de la profesión misma.
  1. De su relación con la
    sociedad

La práctica ingenieril debe conjugar
armónicamente los intereses individuales con los de la
sociedad en su conjunto. La sociedad demanda del
ingeniero soluciones técnicas adecuadas a sus necesidades,
a los recursos disponibles y al momento histórico de que
se trate. Esta relación es esencial porque sirve de base a
las restantes relaciones y permite evaluar la dimensión
humanista de la ingeniería.

Por tanto el ingeniero mecanizador debe:

  • Considerar el servicio social no solo como derecho,
    sino como un deber y una responsabilidad.
  • Poner sus conocimientos y habilidades en
    función tanto del desarrollo del país como del
    bienestar social.
  • Ejercer su profesión sobre la base de la
    subordinación de los intereses individuales a los
    sociales.
  • Velar por la calidad y seguridad de
    la obra que ejecute o el servicio que preste, teniendo en
    cuenta que el principal usuario es la sociedad.
  • Advertir con profesionalidad la inviabilidad de un
    proyecto cuando no lo considere factible.
  • Abstenerse de brindar información
    compartimentada que pueda acarrear perjuicios sociales o
    profesionales.
  • Actuar en correspondencia con las leyes,
    regulaciones y normas que rigen su trabajo y las del
    país en general.
  1. De su relación con el medio
    ambiente.

La ética de la actual era tecnológica
exige tener en cuenta no solo las relaciones entre hombres, sino
también los efectos que sus acciones puedan producir al
medio ambiente.

En consecuencia el ingeniero mecanizador
deberá:

  • Estudiar y evaluar los posibles impactos que su
    acción pueda producir al entorno natural y
    social.
  • Velar por el ahorro de
    recursos, tanto renovables como no renovables, teniendo en
    cuenta, que unos se agotan y otros necesitan
    recuperarse.
  • Transmitir, teórica y prácticamente una
    educación que permita comprender la
    dimensión ambiental de la ingeniería.

A continuación relacionaremos un conjunto de
valores que proponemos a consideración de la comunidad de
profesionales de la ingeniería los cuales recogen de
manera general el comportamiento que se debe
seguir.

Valores:

  1. Ser sincero, no ocultar ni tergiversar jamás
    la verdad. Luchar contra la mentira, el engaño, la
    demagogia y el fraude.
  2. Cultivar la vergüenza, el honor y la dignidad.
  3. Fomentar y cumplir la disciplina, el respeto y la
    lealtad conscientes al partido, a la constitución y demás
    leyes.
  4. Educar y practicar la exigencia y el respeto consigo
    mismo y con los demás.
  5. Ser estricto cumplidor de los compromisos y de la
    palabra empeñada.
  6. Combatir la apatía, la indolencia, el
    hipercriticismo y el derrotismo.
  7. Ser honrado y practicar consecuentemente la
    crítica y la autocrítica.
  8. Considerar como actitud dañina el
    espíritu justificativo, la inacción frente a las
    dificultades y errores, y la ausencia de
    iniciativas.
  9. Saber rectificar buscando soluciones nuevas para
    problemas nuevos y viejos.
  10. Mantener una correcta administración de los
    recursos.
  11. Utilizar las prerrogativas y facultades a su cargo o
    responsabilidad, así como los medios y recursos
    conferidos, solo para los requerimientos del
    trabajo.
  12. Vincularse con los trabajadores y el pueblo,
    demostrar respeto y confianza en ellos y sensibilidad para
    percibir sus sentimientos, necesidades y opiniones.
  13. Basar las relaciones de amistad en la
    coincidencia de los principios y en la moral
    revolucionaria.
  14. Entregarse con amor al
    desempeño de cabal de la responsabilidad
    encomendada.
  15. Observar en su actividad laboral y social un estilo de
    vida que le haga acreedor al respeto y la confianza de los
    demás.
  16. La corrupción denigra tanto a quien incurre
    en ella como a quien la tolera.
  17. Apoyarse en el razonamiento colectivo y en la
    capacidad personal para
    tomar decisiones.
  18. Decidir dentro de las decisiones que le corresponden,
    sin aguardar por orientaciones superiores innecesarias y sin
    temor a las consecuencias de un eventual error
    personal.
  19. Desarrollar la disposición al diálogo y a la
    comunicación eficaz con el colectivo.
  20. Ser discreto y viabilizar la información
    pública.
  21. Fomentar una política de cuadros sobre las
    bases del mérito y la capacidad.
  22. Mostrarse solícito ante los problemas de sus
    compañeros.
  23. Considerar la competencia
    profesional, la integridad moral y el mejor derecho del
    trabajador sobre la base de la idoneidad y la capacidad real
    probada.
  24. Asumir la autoridad otorgada como un honor y un
    compromiso, nunca como una ventaja personal.
  25. Asumir y contribuir, conscientemente desde sus
    funciones, a defender, preservar y ser fiel a los principios
    que entrañan la patria, la revolución y el
    socialismo.

Conclusiones.

Como el compromiso de la ingeniería está
con el ser humano y con la sociedad, no podemos dejar a la libre
elección ciertos comportamientos los cuales son nocivos
para la salud del
desarrollo económico de nuestro país y que son
discordantes con nuestros principios.

Por lo que de manera general se puede concluir que la
ética actual del ingeniero en mecanización se debe
resumir por un grupo de peculiaridades donde personifica el
profesional que vele por los intereses de nuestra
revolución.

Ejemplo de ello se puede mostrar cuando se aprecia un
mecanizador que vela por la explotación de manera racional
los recursos puestos a su disposición ; se puede tener la
experiencia de mecanizadores que haciendo uso del cargo han
desviado recursos como un tractor que debe estar produciendo en
el campo en una preparación de tierra
está prestándole servicio a un campesino
dueños de tierras particulares; este es uno de los muchos
ejemplos donde no siempre los recursos puestos por el estado para
producir bienes y servicios a la sociedad son explotados
racionalmente.

Otro de los muchos ejemplos lo podemos apreciar con el
uso de los recursos energéticos, donde el país hace
grandes esfuerzos invirtiendo grandes sumas para adquirir
combustible diecel y sus derivados para garantizar la
producción agrícola, pero existen muchas realidades
donde hay situaciones en que el control y explotación de
estos recursos, depende de la subjetividad de las personas que
dirigen el proceso, haciendo una programación incorrecta de estos recursos
energéticos tan necesarios para la economía de
cualquier país.

Existen casos donde a veces la subjetividad nos juega
una mala pasada; hay momentos en que la mujer por su
preparación y formación se ha ganado un espacio
como directiva al frente de un grupo de hombres; los cuales
dentro de su idiosincrasia no siempre aprecian con un buen juicio
las potencialidades de la misma, solo por ser femenina y lidiar
con problemas complicados como los que puede apreciarse en la
vida práctica.

En nuestro país la mujer se ha
ganado el espacio con excelentes resultados gracias a una larga
lucha por sus derechos; a veces no se corresponden con nuestros
juicios, porque siempre queda el recelo de una parte de nuestra
generación con prejuicios de machismo, por lo que
recomendamos aquellas personas que si algún momento de su
vida laboral tienen la posibilidad de estar junto a alguna mujer,
la respete no solo por su sexo sino por
su capacidad como profesional y le den la misma atención
como si fuera un hombre.

Una de las cosas por la que el mecanizador debe velar es
por el uso óptimo de la maquinaria; desde su cuidado y
conservación, su explotación y sus costos de
reparación manteniendo actualizada correctamente la
depreciación de dicho activo
fijo.

En estas cuestiones el mecanizador debe estar claro de
cómo usar correctamente una determinada máquina,
como parar en el momento justo para realizarle una
reparación a la misma, velar por un adecuado control de
los mantenimientos para que se pueda alargar la vida útil,
además de velar por no caer en el fenómeno del
"canibalismo" que no es mas que quitarle a la maquina que
está en espera de reparación cualquier elemento
para ponérselo a otra; a través de estos ejemplos
de situaciones se pone en juicio la ética y el
profesionalismo del ingeniero mecanizador.

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  14. Núñez, J. La ciencia y la
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    1985.
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  19. http://www.cai.org.ar/ensenianza/proyect-def-vers6.html

  20. http://www.geocities.com/historiaingenieria/historiadeingenieria.html

 

 

 

Autor:

Leonardo Armas González

Ing. Mecanización Agropecuaria

Profesor Instructor de Mecanización.

Universidad de Pinar del Río, Cuba.

 

Partes: 1, 2
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