Teorías de aprendizaje y estimulación (página 2)

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Necesidad de aplicar las teorías de
aprendizaje.

Las cuestiones referidas al proceso de
aprendizaje
han constituido un problema latente en la historia de la
Psicología y de la Pedagogía.

Para los precursores de ambas ciencias
siempre fue una preocupación tratar de revelar los
mecanismos y regularidades mediante los cuales el hombre
aprende, interés
que tiene plena vigencia en el presente y que acumula una
considerable cantidad de investigaciones
y teorías.

Para quienes trabajamos con personas, en especial dada
nuestra labor profesional pedagógica, fundamentada en la
creación y presentación de situaciones de
interacción en la búsqueda de
modificaciones cognoscitivas, afectivas y conductuales
relativamente permanentes, el estudio del proceso de
aprendizaje y en particular las teorías que lo
fundamentan científicamente, tiene especial
relevancia.

La comprensión clara de este proceso de
interacción es de vital importancia, puesto que
constituye el primer eslabón de una cadena de
acontecimientos que conducen hacia el saber cómo se
puede orientar las modificaciones que resultan deseables y
significativas para la formación humana y profesional de
nuestros estudiantes.

En Cuba este
problema tiene gran vigencia pues durante muchos años no
fue priorizado el análisis del proceso de aprendizaje al
tener sólo en cuenta la enseñanza, la preocupación se
sentó en la actividad del maestro y no en la actividad
del alumno (L.Turner y J. Chávez, 1989)

Durante las últimas décadas se ha
producido un notorio incremento de las publicaciones y trabajos
de investigación sobre la Psicología del
aprendizaje; este hecho revela la creciente preocupación
que se ha ido generando con respecto al tema; sin embargo
abordarlo no es una tarea simple, sobre todo en la época
actual, el importante desarrollo
experimentado por los diferentes enfoques teóricos que
pretenden explicar el aprendizaje,
esencialmente, por la tendencia de la Psicología
contemporánea, a buscar modelos y
paradigmas
que posibiliten una integración entre las diferentes
corrientes.

La proliferación de varios enfoques o
concepciones teóricas y metodológicas sobre el
aprendizaje dan fe de esta situación.

Todo maestro debe hacer un análisis lo
más profundo posible de las teorías de
aprendizaje, con un carácter reflexivo a tono con las
posiciones de la Psicología y de la Pedagogía
marxista, con el fin de extraer los elementos más
valiosos y tratar de aplicarlos creadoramente, acorde con
nuestras condiciones socio ? educativas.

La realización del proceso pedagógico
escolar en Cuba, de una manera u otra contiene elementos de las
concepciones en las diferentes teorías de aprendizaje,
no es posible negar aquellos fundamentos que avalan los
mecanismos y regularidades mediante los cuales los educandos
aprenden, determinados en la historia de este
fenómeno psicológico ? pedagógico,
independientemente de la posición filosófica o de
clase de los
autores, sólo que lo hacemos sobre la base de la
concepción materialista ? dialéctica.

Durante mucho tiempo se
han concebido y enseñado estas teorías desde una
posición inadecuada, en lo que ha prevalecido la
crítica más que analizar sus
elementos positivos. Independientemente de sus limitaciones,
las teorías de aprendizaje contienen elementos valiosos
que son aplicables en nuestras condiciones.

En cada una de las teorías se encuentran
reflexiones valiosas, interesantes y de contribución
directa al desarrollo de la
educación en esta época.

La propia complejidad y multicausalidad del proceso de
aprendizaje no permiten que una sola posición pueda
agotar el análisis. El mayor error de algunos de sus
representantes fue creer que hallaban los mecanismos de
aprendizaje únicos y más valiosos para el
hombre. No
existe un mecanismo universal que explique cualquier forma de
aprendizaje.

Se revela una tendencia contemporánea hacia la
búsqueda de enfoques con afanes integradores que
intentan precedentes y que constituyen resultados
científicos indiscutibles de las ciencias
pedagógicas.

Del análisis sobre las diferentes concepciones
acerca al aprendizaje podemos significar que los mismos apuntan
hacia: la personalización del proceso, el
carácter activo del sujeto que aprende, la
vinculación del cognitivo con lo afectivo, la validez de
la interacción y el contexto donde se produce el
aprendizaje, el trabajo
individual y colectivo a través de la
comunicación maestro ? alumno y alumno ? alumno la
estimulación constante de la inteligencia
y la reactividad y la obligatoriedad de producir cambios
internos (subjetivos) y externos (conductuales) en el educando,
además no sólo aprender contenidos sino las
vías para operar con ellos (estrategias
cognitivas) para potenciar el autoaprendizaje. El desarrollo de
la autocognición influye significativamente en el curso
del aprendizaje.

Como elementos que no quedan significativamente
destacados están: el rol del maestro no sólo como
facilitador o mediador en el aprendizaje, sino como dirigente y
como estimulador de dicho proceso, que el tipo de contenido a
impartir, de acuerdo con la ciencia
que se enseña, condiciona la peculiaridad de proceso de
aprendizaje, el contenido que se aprende condiciona el
cómo se aprende y los mecanismos de aprendizaje y de
educación no son esenciales paralelas
sino como único proceso de instrucción y de
desarrollo de la
personalidad al unísono.

Los contenidos de aprendizaje no se condicionan desde
fuera, sino que se construyen desde dentro, de acuerdo con
la
motivación del sujeto, sus intenciones y sus
estructuras
conceptuales previas.

Todas las teorías tienen su grano racional, han
sido confirmadas en mayor o menor medida en algún
ámbito especifico, aunque puedan haber sido refutadas en
otros.

Al mismo tiempo es difícil que una teoría sea totalmente errónea y no
contenga propuesta de acción razonable.

De cara a la diversidad de perspectivas, surge el
imperativo de tomar posición de encontrar criterios para
la sistematización y categorización de las
distintas propuestas teóricas en consonancia con los
marcos de partida adoptados.

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