Modo de producción doméstico, capitalismo y racismo en el Sudáfrica Colonial y neocolonial
Resumen
"La historia del África
del Sur puede ser considerada como un duelo feroz entre los
descendientes de los boérs y los descendientes de los
zulú, xhosa, basuto y otros pueblos negros. Es un singular
combate entre el poder blanco y
la mayoría negra"[1].
Desarrollo
Las opiniones tradicionales veían al
África un continente sin historia. Quizás la
negación de la historia africana provino del mismo
etnocentrismo europeo, el cual, además, cumplió un
papel muy importante en el origen de las políticas
racistas en África del Sur. Pero no se malinterprete; el
etnocentrismo fue solo un factor importante; hay, sin embargo,
causas más profundas.
Por lo tanto deberemos tomar conciencia de la
importancia que representó (y representa) el África
para el mundo.
En este sentido, podemos estar de acuerdo con Joseph
Ki-Zerbo cuando afirma que "allí donde haya seres humanos
hay, por definición algún tipo de progreso"[2]. Por
ello debemos descartar, de una vez por todas, esta
negación de la evolución de las sociedades
africanas. "No es posible entender a Europa sin tener
en mente la función
que África desempeño en su desarrollo y
expansión" nos dice un importante
investigador.[3]
Puesto que el trabajo que
aquí nos ocupa no nos permite un análisis profundo del África en su
totalidad, me ocuparé de un espacio relativamente reducido
del África, pero que por su precoz aparición en el
teatro mundial de
la lucha colonial, entre las distintas potencias europeas que se
disputaban sus riquezas; puede ser visto como un buen ejemplo de
las políticas y de las disputas entre los diferentes
actores que participaron; y como pantalla donde apreciar
también como se cocinó la salsa de la
explotación de los países más
débiles. Los ingredientes de esta salsa fueron los
países denominados "atrasados", especialmente los
africanos, pero también los latinoamericanos, entre otros.
Países que todavía sufren, día a día,
los efectos de la dominación imperialista.
Es por ello imperioso comprender como se produce esa
explotación, que como intentaré demostrar en este
pequeño artículo, es producto de
una terrible explotación del trabajo de
hombres y mujeres que carecen de los recursos
técnicos y políticos, además de sufrir la
conspiración de las clases dominantes locales y el
desamparo del Estado, entre
otras cosas.
África se nos muestra como el
espacio donde el imperialismo
pudo desarrollarse hasta llegar a su perfección, si bien
muestra algunas diferencias en cuanto a las formas en que fue
puesto en práctica en sus diferentes regiones, los
objetivos
siempre fueron los mismos: explotar sus riquezas con el menor
costo posible
para las potencias colonialistas.
El marco espacial, entonces, comprende la región
meridional de África; la que más tarde
recibirá la denominación de Republica de
Sudáfrica y sus alrededores.
El periodo que abarca el análisis cubren los
años que van de 1880 hasta 1948, que según Rodney,
"cubren las bases de las relaciones de producción características del
colonialismo"[4]. Además este periodo marca la
consumación de la dominación colonial con el
reparto del África por medio de la Conferencia de
Berlín[5] y la introducción del Apartheid por el Partido
Nacional (PN) respectivamente.
Hay también otras discusiones que se presentan
todavía en torno a la
historia africana, son las que se refieren al impacto que produjo
la inserción, en sus sociedades, de culturas occidentales
"más avanzadas".
Así por ejemplo, hay autores como Berteaux, que
ven en la colonización del África un proceso que
posibilitó el desarrollo de sociedades hasta entonces
"estancadas". Sostienen, por ejemplo, que este proceso
posibilitó mejoras en las condiciones de vida de las
poblaciones locales al introducir adelantos tanto en los aspectos
económicos, sociales, demográficos, e incluso, y
relacionado con este último, los sanitarios.
Señala que las políticas educativas,
sanitarias, etc., son muestras de un verdadero esfuerzo de las
naciones coloniales. Sin embargo es necesario destacar que en
África del Sur, las poblaciones negras no tendrán
las mismas oportunidades que los blancos en cuanto al acceso a
la
educación, la sanidad, etc.
Desde otro punto de vista, otros que observan el proceso
más críticamente y con una mirada un tanto
más negativa, plantean que la relación más
estrecha que trajo consigo el colonialismo modificó
radicalmente todas las características de las estructuras
tradicionales africanas, "el roce cotidiano de los africanos con
el hombre
blanco y la economía de mercado fue el
punto culminante de un proceso que se tradujo en
explotación, expropiación, y dominación de
la población africana por estas potencias"
[6].
Esta última discusión está
todavía presente, con mayor fuerza que la
anterior, en los diferentes discursos. Por
mi parte me limitaré a una breve reflexión de ello
al final del presente escrito.
Otro aspecto importante; la mayoría de los
análisis del proceso colonial en África, tomaron
como punto de exploración al hombre blanco,
parten de él, para solo rozar muy superfluamente en el
otro actor importante que tuvo el proceso. El negro africano solo
sirvió para explicar la historia de los blancos. Esto hace
más difícil una observación menos occidentalista del
proceso, ya que la mayoría del material consultado fue
escrito por europeos, no obstante la aparente objetividad de la
mayoría de ellos.
Este enfoque, lo mismo que aquel que ve en los pueblos
africanos sociedades sin historia, no tuvo en cuenta la capacidad
creadora de dichas sociedades.
Con el colonialismo, por otra parte, nace también
la discusión acerca del papel que debían cumplir
estas potencias. Ideológicamente, atendiendo al supuesto
que veía a la "raza blanca" de condición superior,
el objetivo
legitimador de la dominación era el de "civilizar" estos
pueblos "atrasados".
No obstante, en la práctica, cada potencia, puso en
juego sus
estrategias
atendiendo a sus intereses. Esto quedó plasmado en las
acciones que
se llevaron a cabo luego de la Conferencia de Berlín,
Lugard ya lo había señalado en su libro "el
Doble Mandato en el África Tropical Británica"
donde apuntaba que "el doble mandato que las potencias se
habían dado así mismas es llevar a los africanos
los beneficios de la civilización material y moral, y, al
mismo tiempo,
explotar las riquezas de África"[7].
I
"Explotar las riquezas del África", esta frase
nos introduce en un aspecto sumamente importante que
todavía no se ha señalado. Como se trata de una
noción económica dentro de un proceso colonialista
con nueva fachada, es imperioso analizar el proceso en el marco
del fenómeno capitalista, pero el capitalismo no
estuvo solo en este proceso, se sirvió de la comunidad
doméstica.
Pero ¿qué tenía el África
del Sur que ofrecer?, además de sus recursos
agrícolas y ganaderos, yacimientos de diamantes y oro,
especialmente. ¿Cómo explotarlos?; uno de los
primeros objetivos que se plantearán los colonizadores
será el de conseguir mano de obra lo más barata
posible; sin embargo, dentro de una sociedad que
se mantiene al margen de toda noción de acumulación
, poner en marcha los mecanismos capitalistas no será
tarea sencilla.
Será necesario, entonces, para el capitalismo
mantener una estrecha relación con las comunidad
doméstica para lograr "sacarle el jugo".
El problema de la relación o articulación
entre un modo de producción doméstico y el modo de
producción capitalista será, por lo tanto, el eje
principal sobre el que girará todo el
artículo.
De esta forma en este primer apartado se
definirán los conceptos que cubren todo el trayecto del
trabajo, poniendo también en discusión algunas
teorías
que explican los diferentes modos de producción con los
que se ha intentado explicar el funcionamiento de las sociedades
de África del Sur y su relación con el
capitalismo.
También se mencionarán los distintos
mecanismos que utilizó el capitalismo para lograr sus
objetivos, entre ellos, por ejemplo, la
coerción.
Godelier define como modo de producción "al nivel
de las fuerzas productivas y la naturaleza de
las relaciones sociales de producción que forman la
infraestructura de la sociedad"[8]
Aquí, a su vez, intervienen dos conceptos muy
importantes que deben explicarse, "fuerzas productivas" refiere a
la población, de la que surge el trabajo; a los medios de
producción existentes (máquinas,
instrumentos de trabajo en general y otros recursos minerales, por
ejemplo), y a la tecnología y a la
capacidad que tiene una determinada sociedad para incrementarla
con el fin de aplicarla al proceso productivo.
Las "relaciones de producción" son la forma bajo
la cual se organizan las fuerzas productivas. El funcionamiento
de un modo de producción depende de cómo se
articulan las fuerzas y las relaciones de
producción.
Por su parte, la modalidad doméstica de
producción y de reproducción de la fuerza de trabajo
está dada por una serie de condiciones que se mantienen
ajenas al capital pero
que sirven a este para aprovisionarse de mano de obra barata
especialmente en los países denominados
"subdesarrollados".
Se basa en una red de personas
relacionadas a otras donde la posesión de los medios de
producción pertenece a toda la comunidad.
Entre sus particularidades pueden observarse: una forma
de organización colectiva basada en la
producción de una agricultura de
alimentación, con baja productividad
destinada a la subsistencia.
Esta agricultura de alimentación según
Meillassoux, "está totalmente al margen de la esfera
capitalista de producción, pero está, directa o
indirectamente, relacionada con la economía de mercado
mediante el abastecimiento de mano de obra alimentada en el
sector doméstico, o de alimentos de
exportación producidos por campesinos
alimentados con sus propios productos.
Esta economía de alimentación pertenece, por lo
tanto a la esfera de circulación del capitalismo en la
medida de que lo provee de fuerza de trabajo y alimentos,
mientras que permanece fuera de la esfera de producción
capitalista por cuanto el capital no se invierte en ella y porque
sus relaciones de producción son de tipo doméstico
y no capitalista"[9].
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