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El manejo de los espacios públicos del Centro Histórico de Santa Marta (página 2)




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PROBLEMAS EVIDENCIADOS EN EL ESPACIO
PÚBLICO DEL CENTRO HISTÓRICO DE SANTA
MARTA

Andenes y calzadas afectados por las ventas
estacionarias

Uno de los problemas
más complejos que tiene el manejo del Centro
Histórico de Santa Marta, es el relacionado con la
invasión de andenes y calzadas por vendedores
estacionarios especialmente en la carrera 5, principal arteria
comercial de la ciudad.

Este fenómeno tuvo su origen con un
sistemático método de
ventas de frutas, periódicos y jugos de fruta hasta
evolucionar a almacenes de
calzados, carteras, elementos de ferretería, ropa,
mini-relojerías y un sin número de establecimientos
comerciales que impiden la libre circulación del
peatón, los cuales son forzados a caminar sobre la calzada
exponiéndose a ser arrollado por cualquier
vehículo. Además de la obstrucción de los
bordes de las calzadas con cajas, carretas y la silla de cada
puesto, que dificultan el tráfico vehicular.

Existen 540 ventas estacionarias legales y carnetizadas
a lo largo de la carrera 5, según dato suministrado por la
Secretaria de Gobierno
Distrital.

Avenida Campo Serrano (Cra 5), Santa
Marta (Colombia)

Los propietarios de almacenes legalmente constituidos y
aportantes al fisco Distrital ven en estas ventas callejeras una
competencia
desleal y oportunista, porque las tienen al pie de la puerta
de su establecimiento. Esto los ha obligado a colgar la
mercancía en su fachada para contrarrestar el
efecto.

En la zona de influencia a todo lo largo de la carrera
quinta hacia las bocacalles este fenómeno urbano de
invasión del espacio público es continuo y se
diluye al alejarse de ese corredor comercial. Este problema se
acrecentó con el transcurrir de los años porque el
flujo peatonal primario es el más intenso en la ciudad,
generado al consolidarse su uso comercial. Lo mismo acontece con
las calles de la Cárcel (14) y la Acequia (15), que son
flujos peatonales secundarios al concentrarse la zona bancaria y
administrativa de la ciudad de Santa Marta. A los anteriores
problemas se suma el abuso por parte de motociclistas que
utilizan los andenes como estacionamiento, sin pensar en los
peatones que encuentran otra barrera urbana en su ciudad. De la
misma manera encontramos que en los últimos 30 años
se han realizado campañas de arborización en el
Centro Histórico plantando especies de árboles
no apropiadas por ser raíces superficiales, que ocasionan
levantamiento de los andenes. Esto se empeora cuando el ancho del
andén mide menos de 1.20 mts. que hacen de filtros
circulatorios peatonales.

El espacio público afectado por el
estacionamiento de vehículos: calles y
plazas

Desde tiempo
atrás las calles y carreras, han sido utilizadas como
lugares de estacionamiento por todo tipo de vehículo
automotor, esto evidencia la falta de parqueaderos
públicos o privados; problema que se acrecenta por ser el
Centro Histórico el corazón
administrativo, comercial y financiero de la ciudad.

Plaza San Francisco: Un cuidado especial merece
la plaza de San Francisco hoy convertida en "parqueadero de San
Francisco". Este sitio junto con la plaza de Armas (Plaza
Bolívar)
son las más antiguas de la trama urbana de Santa Marta. El
significado práctico para lo cual fue destinado se
perdió con la invasión actual.

Plaza Bolívar: La original plaza Mayor o
de armas que dictaban las Leyes de Indias, promulgadas por
Felipe II en 1572, sufrió una metamorfosis al entrar la
época republicana. Hoy este espacio presenta cicatrices o
retazos de viejas intervenciones equivocadas que hacen del lugar
impersonal complementado con la corte real de autos
estacionados a sus costados norte–sur y santificados con
las aguas del penoso espectáculo de los lavadores de
carros.

El Perímetro Urbano del Centro
Histórico de Santa Marta
: Por su tipología vial
se considera el circuito obligado de todas las rutas de transporte
urbano y público de la ciudad. El problema se origina por
el sistema de
transporte implementado cuya característica tipo
colectivo, las atiborran en gran número con un desorden
originado por la "guerra del
centavo".

INVENTARIO DE ESPACIOS PÚBLICOS AFECTADOS DEL
CENTRO HISTÓRICO DE SANTA MARTA

 

ESPACIO

 

LOCALIZACIÓN

TIPO DE PROBLEMA

OBSERVACIONES

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 10C y 11

Ocupación ventas estacionarias

Fenómeno diluido

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 11 y 12

Ocupación ventas estacionarias

Ocupación diluida

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 12 y 13

Ocupación ventas estacionarias

Ligera disminución de ventas

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 13 y 14

Ocupación ventas estacionarias

Imposible el transito peatonal

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 14 y 15

Ocupación ventas estacionarias

Problema dilatado

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 15 y 16

Ocupación ventas estacionarias

Imposible el transito peatonal

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 16 y 17

Ocupación ventas estacionarias

Imposible el transito peatonal

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 17 y 18

Ocupación ventas estacionarias

Imposible el transito peatonal

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 18 y 19

Ocupación ventas estacionarias

Segmento critico

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 19 y 20

Ocupación ventas estacionarias

Imposible el transito peatonal

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 20 y 21

Ocupación ventas estacionarias

Segmento critico

Andén y calzada

Cra 5 entre calles 21 y 22

Ocupación ventas estacionarias

Imposible el transito peatonal

Andén y calzada

Calle 15 entre cras. 3 y 4

Ocupación ventas estacionarias

Es controlable el fenómeno

Andén y calzada

Calle 15 entre cras. 4 y 5

Ocupación ventas estacionarias

Es controlable el fenómeno

Andén y calzada

Calle 14 entre cras. 3 y 4

Ocupación ventas estacionarias

Es controlable el fenómeno

Callejón peatonal

Cra 3 entre calles 15 y 16

Ocupación ventas estacionarias

Es controlable el fenómeno

Callejón peatonal

Cra 3 entre calles 16 y 17

Ocupación ventas estacionarias

Es controlable el fenómeno

Paseo Peatonal

Rodrigo de Bastidas

Ocupación ventas ambulantes

Es controlable el fenómeno

Plaza

Estación

Ocupación vehicular

Sin tratamiento urbano

Plaza

San Francisco

Ocupación vehicular y ventas
estac.

No es una plaza, es parqueadero

Plaza

Basílica

Ocupación ventas

Pocas ventas, controlable

Plaza

Venezuela

 

Concesionada a FedeCafé

Plaza

Bolívar

Ocupación ventas estacionarias

Recuperación simbólica

Plaza

Vieja o de los Novios

Ocupación ventas estacionarias

Fenómeno incipiente

Plaza

San Miguel

Ocupación ventas estacionarias

Un único uso definido: flores

REGISTRO FOTOGRÁFICO DE LOS
ESPACIOS MAS AFECTADOS POR LA OCUPACIÓN EN EL CENTRO
HISTÓRICO DE SANTA MARTA

Andén y calzada. Cra 5 entre
calles 13 y 14 Andén y calzada. Cra 5 entre calles 14 y
15

Andén y calzada. Cra 5 entre
calles 17 y 18

Andén y calzada. Cra 5 entre
calles 14 y 15

Andén y calzada. Cra 5 entre
calles 18 y 19

Andén y calzada. Cra 5 entre
calles 20 y 21

REGISTRO FOTOGRÁFICO DE LOS ESPACIOS MAS
AFECTADOS POR LA OCUPACIÓN EN EL CENTRO HISTÓRICO
DE SANTA MARTA

Andén y calzada. Cra 5 entre
calles 19 y 20 Andén y calzada. Calle 13 entre cras 4 y
5

Andén y calzada. Calle 14 entre
cras 3 y 4 Andén y calzada. Calle 14 entre cras 3 y
4

Andén y calzada. Calle 17 Carrera 3 Plaza de la
Estación

Plaza de San Francisco Camellón.
Paseo Peatonal Rodrigo de Bastidas

Plaza de Bolívar Plaza de la
Basílica

Plaza de San Miguel Placita Vieja o de
los Novios

ESTRATEGIAS A
IMPLEMENTAR PARA EL MANEJO DEL ESPACIO PÚBLICO EN EL
CENTRO HISTÓRICO DE SANTA MARTA

El Plan
Estratégico "Una Personería moderna, para
una ciudad antigua 2004 – 2007"
plantea la
utilización de las herramientas
de la Planeación
para el mejoramiento de este ente de control con las
Macroestrategias: Mejoramiento Imagen
Corporativa, Reorganización Interna y De Cara a la
Ciudad. Cada una de estas comprende unas actividades que
permitirán llegar a la comunidad con
principios de
eficiencia,
eficacia,
oportunidad y celeridad para la atención de la problemática y de los
deberes consagrados en la constitución y la ley.

Dotar a este ente de herramientas técnicas
que le permitan actuar y ser proponente de posibles soluciones a
la problemática más diciente de la ciudad es uno de
los objetivos de
este documento, que se enmarcan en la
organización del Observatorio Urbano de la
Personería y de la generación de estadísticas y documentos
propios, así como de la participación activa en las
redes sociales
conformadas en el distrito de Santa Marta. Por ello se plantean
las siguientes estrategias
teniendo en cuenta las funciones de la
Personería y su marco legal.

Prevención y Compromiso
Ciudadano

  • Alianzas institucionales en programas de
    recuperación, construcción y sostenibilidad de espacios
    públicos.
  • Ampliar la responsabilidad y control social de los
    ciudadanos en la defensa y sostenibilidad del espacio
    público.
  • Implementación de programas de Cultura
    Ciudadana, orientadas a la pedagogía de difusión de un bien
    público y a la protección del
    espacio.
  • Prioridad de implementar un programa de
    Cultura Ciudadana especial, modificando ciertos comportamientos
    individuales y colectivos que riñen fuertemente con la
    vida social de la ciudad, a través de la
    autorregulación ciudadana.
  • Conciliaciones para entrega y devolución
    voluntaria de espacios públicos.
  • Construcción de herramientas
    pedagógicas en el entorno del espacio
    público.

Vigilancia y Cumplimento de Actos Administrativos del
Orden Distrital

  • Acceso de información de la página
    Web de la Alcaldía Distrital a los
    ciudadanos.
  • Seguimiento a los instrumentos normativos
    relacionados con el espacio público (POT), Plan Centro
    Histórico, Operador urbano y Código de Policía.
  • Las funciones preventivas, de control y
    sancionatorias, se realizan mediante conjuntos
    completos (de principio a fin) y ordenados de acciones,
    llamados intervenciones que se podrían
    clasificar:

  Interposición de Recursos y
Medidas para la Protección del Espacio
Público

  • Ingeniería de autoridad
    que corresponde a la aplicación de las funciones de
    montaje, control, vigilancia y gestión de dispositivos técnicos y
    apoyo de autoridad para conseguir con la menor inversión, el mayor cumplimiento
    progresivo de normas, la
    mayor velocidad de
    circulación, la mayor seguridad
    peatonal y vehicular de todo el sistema en su conjunto y de
    zonas especificadas.
  • Organización y planificación en la ejecución de
    obras de reparcheo de la malla vial; ya que es notorio la
    congestión vehicular causada por la realización
    de obras a lo largo de un trayecto que impide el tráfico
    por estas vías sumado a la ausencia de rutas alternas y
    señalización de las mismas.

Este mismo problema se evidencia cuando hay un desfile
o manifestación en el circuito perimétrico del
centro.

Plaza Venezuela, hoy
Café
del Parque. Santa Marta (Colombia)

  • Ante la ausencia del cuidado que merecen las plazas y
    sus zonas verdes, una alternativa es entregarla en
    concesión a empresas que se
    comprometan en su cuidado a cambio de
    permitir un uso cultural, comercial y publicitario. Ejemplo de
    ello la Plaza Venezuela, hoy otorgada en concesión a la
    Federación Colombiana de Cafeteros, comúnmente
    conocida con el "Café del Parque".

ANEXOS

ANEXO 1

CARTA INTERNACIONAL SOBRE LA CONSERVACIÓN Y LA
RESTAURACIÓN DE MONUMENTOS Y DE CONJUNTOS
HISTÓRICO-ARTÍSTICOS.

II Congreso Internacional de Arquitectos
y
        Técnicos
de Monumentos Históricos, Venecia 1964

Aprobada por ICOMOS en 1965

"Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras
monumentales de los pueblos continúan siendo en la vida
presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La
humanidad, que cada día toma conciencia de la
unidad de los valores
humanos, los considera como un patrimonio
común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce
solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos
en toda la riqueza de su autenticidad.

Por lo tanto, es esencial que los principios que deben
presidir la conservación y la restauración de los
monumentos sean establecidos de común y formulados en un
plan internacional dejando que cada nación
cuide de asegurar su aplicación en el marco de su propia
cultura y de sus tradiciones.

Dando una primera forma a estos principios
fundamentales, la Carta de Atenas
de 1931 ha contribuido al desarrollo de
un vasto movimiento
internacional, que se ha traducido principalmente en los
documentos nacionales, en la actividad del ICOM y de la UNESCO y
en la creación, por esta última, de un Centro
internacional de estudios para la conservación de los
bienes
culturales. La sensibilidad y el espíritu crítico
se han vertido sobre problemas cada vez más complejos y
más útiles; también ha llegado el momento de
volver a examinar los principios de la Carta a fin de
profundizar en ellos y de ensanchar su contenido en un nuevo
documento. En consecuencia, el II Congreso Internacional de
Arquitectos y de Técnicos de Monumentos Históricos,
reunido en Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964, ha aprobado el
siguiente texto:

DEFINICIONES

Artículo 1º – La noción de
monumento histórico comprende la creación
arquitectónica aislada así como el conjunto urbano
o rural que da testimonio de una civilización particular,
de una evolución significativa, o de un
acontecimiento histórico. Se refiere no sólo a las
grandes creaciones sino también a las obras modestas que
han adquirido con el tiempo una significación
cultural.

Artículo 2º – La conservación
y restauración de monumentos constituye una disciplina que
abarca todas las ciencias y
todas las técnicas que puedan contribuir al estudio y la
salvaguarda del patrimonio monumental.

Artículo 3º – La conservación
y restauración de monumentos tiende a salvaguardar tanto
la obra de arte como el
testimonio histórico.

CONSERVACIÓN

Artículo 4º – La conservación
de monumentos implica primeramente la constancia en su mantenimiento.

Artículo 5º – La conservación
de monumentos siempre resulta favorecida por su dedicación
a una función
útil a la sociedad; tal
dedicación es por supuesto deseable pero no puede alterar
la ordenación o decoración de los edificios. Dentro
de estos límites es
donde se debe concebir y autorizar los acondicionamientos
exigidos por la evolución de los usos y
costumbres.

Artículo 6º – La conservación
de un monumento implica la de un marco a su escala. Cuando el
marco tradicional subsiste, éste será conservado, y
toda construcción nueva, toda destrucción y
cualquier arreglo que pudiera alterar las relaciones entre los
volúmenes y los colores,
será desechada.

Artículo 7º – El monumento es
inseparable de la historia de que es testigo y
del lugar en el que está ubicado. En consecuencia, el
desplazamiento de todo o parte de un monumento no puede ser
consentido nada más que cuando la salvaguarda del
monumento lo exija o cuando razones de un gran interés
nacional o internacional lo justifiquen.

Artículo 8º – Los elementos de
escultura, pintura o
decoración que son parte integrante de un monumento
sólo pueden ser separados cuando esta medida sea la
única viable para asegurar su
conservación.

RESTAURACIÓN

Artículo 9º – La restauración
es una operación que debe tener un carácter excepcional. Tiene como fin
conservar y revelar los valores
estéticos e históricos del monumento y se
fundamenta en el respeto a la
esencia antigua y a los documentos auténticos. Su
límite está allí donde comienza la hipótesis: en el plano de las
reconstituciones basadas en conjeturas, todo trabajo de
complemento reconocido como indispensable por razones
estéticas o técnicas aflora de la
composición arquitectónica y llevará la
marca de
nuestro tiempo. La restauración estará siempre
precedida y acompañada de un estudio arqueológico e
histórico del monumento.

Artículo 10º – Cuando las
técnicas tradicionales se muestran inadecuadas, la
consolidación de un monumento puede ser asegurada
valiéndose de todas las técnicas modernas de
conservación y de construcción cuya eficacia haya
sido demostrada con bases científicas y garantizada por la
experiencia.

Artículo 11º – Las valiosas
aportaciones de todas las épocas en la edificación
de un monumento deben ser respetadas, puesto que la unidad de
estilo no es un fin a conseguir en una obra de
restauración. Cuando un edificio presenta varios estilos
superpuestos, la desaparición de un estadio subyacente no
se justifica más que excepcionalmente y bajo la
condición de que los elementos eliminados no tengan apenas
interés, que el conjunto puesto al descubierto constituya
un testimonio de alto valor
histórico, arqueológico o estético, y que su
estado de
conservación se juzgue suficiente. El juicio sobre el
valor de los elementos en cuestión y la decisión de
las eliminaciones a efectuar no pueden depender únicamente
del autor del proyecto.

Artículo 12º – Los elementos
destinados a reemplazar las partes inexistentes deben integrarse
armoniosamente en el conjunto, distinguiéndose claramente
de las originales, a fin de que la restauración no
falsifique el documento artístico o
histórico.

Artículo 13º – Los añadidos no
deben ser tolerados en tanto que no respeten todas las partes
interesantes del edificio, su trazado tradicional, el equilibrio de
su composición y sus relaciones con el medio
ambiente.

LUGARES MONUMENTALES (CONJUNTOS
HISTÓRICO-ARTÍSTICOS)

Artículo 14º – Los lugares
monumentales deben ser objeto de atenciones especiales a fin de
salvaguardar su integridad y de asegurar su saneamiento, su
tratamiento y su realce. Los trabajos de conservación y de
restauración que en ellos sean ejecutados deben inspirarse
en los principios enunciados en los artículos
precedentes.

EXCAVACIONES

Artículo 15º – Los trabajos de
excavaciones deben llevarse a cabo de acuerdo con las normas
científicas y con la "Recomendación que define los
principios internacionales a aplicar en materia de
excavaciones arqueológicas" adoptada por la UNESCO en
1956.

El mantenimiento de las ruinas y las medidas necesarias
para la conservación y protección permanente de los
elementos arquitectónicos y de los objetos descubiertos
deben estar garantizados. Además, se emplearán
todos los medios que
faciliten la comprensión del monumento descubierto sin
desnaturalizar su significado.

Cualquier trabajo de reconstrucción
deberá, sin embargo, excluirse a priori; sólo la
anastilosis puede ser tenida en cuenta, es decir, la
recomposición de las partes existentes pero desmembradas.
Los elementos de integración serán siempre
reconocibles y constituirán el mínimo necesario
para asegurar las condiciones de conservación del
monumento y restablecer la continuidad de sus formas.

DOCUMENTACIÓN Y
PUBLICACIÓN

Artículo 16º – Los trabajos de
conservación, de restauración y de
excavación irán siempre acompañados de la
elaboración de una documentación precisa, en forma de informes
analíticos y críticos, ilustrados con dibujos y
fotografías. Todas las fases del trabajo de desmontaje,
consolidación, recomposición e integración,
así como los elementos técnicos y formales
identificados a lo largo de los trabajos, serán
allí consignados. Esta documentación será
depositada en los archivos de un
organismo público y puesta a la disposición de los
investigadores; se recomienda su publicación".

ANEXO 2

NORMAS DE QUITO,
1967

INFORME FINAL DE LA REUNIÓN SOBRE
CONSERVACIÓN Y UTILIZACIÓN DE MONUMENTOS Y LUGARES
DE INTERÉS HISTÓRICOS Y
ARTÍSTICOS.

I. INTRODUCCIÓN

La inclusión del problema que representa la
necesaria conservación y utilización del patrimonio
monumental en la relación de esfuerzos multinacionales que
se comprometen a realizar los Gobiernos de América, resulta alentador en un doble
sentido. En primer término, porque con ello los Jefes de
Estado dejan reconocida, de manera expresa la existencia de una
situación de urgencia que reclama la cooperación
interamericana, y en segundo lugar, porque siendo la razón
fundamental de la Reunión de Punta del Este el
común propósito de dar un nuevo impulso al
desarrollo del Continente, se está aceptando
implícitamente que esos bienes del patrimonio cultural
representan un valor económico y son susceptibles de
erigirse en instrumentos del progreso.

El acelerado proceso de
empobrecimiento que vienen sufriendo una mayoría de
países americanos como consecuencia del estado de abandono
e indefensión en que se halla su riqueza monumental y
artística, demanda la
adopción
de medidas de emergencia, tanto a nivel nacional como
internacional, pero la eficacia práctica de las mismas
dependerá, en último término, de su adecuada
formulación dentro de un plan sistemático de
revalorización de los bienes patrimoniales en
función del desarrollo
económico social. Las recomendaciones del presente
informe van
dirigidas en ese sentido y se contraen, específicamente, a
la adecuada conservación y utilización de los
monumentos y lugares de interés arqueológico,
histórico y artístico, de conformidad con lo que se
dispone en el Capitulo V, Esfuerzos Multinacionales, literal d),
de la Declaración de los Presidentes de América. No
obstante precisa reconocer que, dada la íntima
relación que guardan entre sí el continente
arquitectónico y el contenido artístico, resulta
imprescindible extender la debida protección a otros
bienes muebles y objetos valiosos del patrimonio cultural a fin
de evitar que se sigan deteriorando y sustrayendo impunemente y
de procurar, asimismo, que contribuyan al logro de los fines
perseguidos mediante su adecuada exhibición de acuerdo con
la moderna técnica museográfica.

II. CONSIDERACIONES GENERALES

  1. La idea de espacio es inseparable del concepto de
    monumento, por lo que la tutela del
    Estado puede y debe extenderse al contexto urbano, al
    ámbito natural que lo enmarca y a los bienes culturales
    que encierra. Pero puede existir una zona, recinto o sitio de
    carácter monumental, sin que ninguno de los elementos
    que lo constituyen aisladamente considerados merezca esa
    designación.

2. Los lugares pintorescos y otras bellezas naturales
objeto de defensa y protección por parte del Estado, no
son propiamente monumentos nacionales. La huella histórica
o artística del hombre es
esencial para impartir a un paraje o recinto determinado esa
categoría específica.

3. Cualquiera que fuese el valor intrínseco de un
bien o las circunstancias que concurran a realizar su importancia
y significación histórica o artística, el
mismo no constituirá un monumento en tanto no recaiga una
expresa declaración del Estado en ese sentido. La
declaración de monumento nacional implica su
identificación y registro
oficiales. A partir de ese momento el bien en cuestión
quedará sometido al régimen de excepción que
señala la Ley.

4. Todo monumento nacional está
implícitamente destinado a cumplir una función
social. Corresponde al Estado hacer que la misma prevalezca y
determinar, en los distintos casos, la medida en que dicha
función social es compatible con la propiedad
privada y el interés de los particulares.

III. EL PATRIMONIO MONUMENTAL Y EL MOMENTO
AMERICANO

1. Es una realidad evidente que América y en
especial Iberoamérica, constituye una región
extraordinariamente rica en recursos monumentales. A los
grandiosos testimonios de las culturas precolombinas se agregan
las expresiones monumentales, arquitectónicas,
artísticas e históricas del largo período
colonial en exuberante variedad de formas. Un acento propio,
producto del
fenómeno de aculturación, contribuye a imprimir a
los estilos importados en sentido genuinamente americano de
múltiples manifestaciones locales que los caracteriza y
distingue. Ruinas arqueológicas de capital
importancia, no siempre accesibles o del todo exploradas, se
alternan con sorprendentes supervivencias del pasado; complejos
urbanos y villas enteras, susceptibles de erigirse en centros del
mayor interés y atracción.

2. No es menos cierto que gran parte de ese patrimonio,
se ha arruinado irremediablemente en el curso de las
últimas décadas o se halla hoy en trance inminente
de perderse. Múltiples factores han contribuido y siguen
contribuyendo a mermar las reservas de bienes culturales de la
mayoría de los países de Iberoamérica, pero
precisa reconocer que la razón fundamental de la
destrucción progresivamente acelerada de ese potencial de
riqueza, radica en la carencia de una política oficial
capaz de imprimir eficacia práctica a las medidas
proteccionistas vigentes y de promover la reevaluación del
patrimonio monumental en función del interés
público y para beneficio económico de la nación.

3. En los críticos momentos en que América
se halla comprometida en un gran empeño progresista que
implica la explotación exhaustiva de sus recursos
naturales y la transformación progresiva de sus
estructuras
económico-sociales, los problemas que se relacionan con la
defensa, conservación y utilización de los
monumentos, sitios y conjuntos monumentales adquieren excepcional
importancia y actualidad.

4. Todo proceso de acelerado desarrollo trae consigo la
multiplicación de obras de infraestructura y la
ocupación de extensas áreas por instalaciones
industriales y construcciones inmobiliarias que alteran y
aún deforman por completo el paisaje, borrando las huellas
y expresiones del pasado, testimonios de una tradición
histórica de inestimable valor.

5. Gran número de ciudades de Iberoamérica
que atesoraban en un ayer todavía cercano un rico
patrimonio monumental, evidencia de su pretérita grandeza;
templos, plazas, fuentes y
callejas que en conjunto acentuaban su personalidad y
atractivo, han sufrido tales mutilaciones y degradaciones en su
perfil arquitectónico que lo hacen irreconocible. Todo
ello en nombre de un mal entendido y peor administrado progreso
urbano.

6. No es exagerado afirmar que el potencial de riqueza
destruida con estos irresponsables actos de vandalismo
urbanístico en numerosas ciudades del Continente, excede
con mucho a los beneficios que para la economía nacional se
derivan de las instalaciones y mejoras de infraestructura con que
pretenden justificarse.

IV. LA SOLUCIÓN CONCILIATORIA

1. La necesidad de conciliar las exigencias del progreso
urbano con la salvaguardia de los valores
ambientales, es ya hoy día una norma inviolable en la
formulación de los planes reguladores a nivel tanto local
como nacional. En ese sentido todo plan de ordenación
deberá realizarse en forma que permita integrar al
conjunto urbanístico los centros o complejos
históricos de interés ambiental.

2. La defensa y valoración del patrimonio
monumental y artístico no contraviene, teórica ni
prácticamente, con una política de
regulación urbanística científicamente
desarrollada. Lejos de ello, debe constituir el complemento de la
misma. En confirmación de este criterio se transcribe el
siguiente párrafo
del Informe Weiss presentado a la Comisión Cultural y
Científica del Consejo de Europa (1963):
"Es posible equipar a un país sin desfigurarlo; de
preparar y servir al porvenir sin destruir el pasado. La
elevación del nivel de vida debe limitarse a la
realización de un bienestar material progresivo; debe ser
asociado a la creación de un cuadro de vida digno del
hombre".

3. La continuidad del horizonte histórico y
cultural de América, gravemente comprometido por el
entronizamiento de un proceso anárquico de
modernización, exige la adopción de medidas de
defensa, recuperación y revalorización del
patrimonio monumental de la región y la formulación
de planes nacionales y multinacionales a corto y a largo
plazo.

4. Precisa reconocer que los organismos internacionales
especializados, han reconocido la dimensión del problema y
han venido trabajando con ahínco, en los últimos
años, por lograr soluciones satisfactorias. América
tiene a su disposición la experiencia
acumulada.

5. A partir de la "Carta de Atenas", de 1932, muchos han
sido los Congresos Internacionales que se han sucedido hasta
conformar el actual criterio dominante. Entre los que más
han ahondado en el problema aportando recomendaciones concretas
figura el de la Unión Internacional de Arquitectos
(Moscú, 1958); el Congreso de la Federación
Internacional de Vivienda y Urbanismo (Santiago de Compostela
1961), que tuvo por lema el problema de los "conjuntos
históricos", el Congreso de Venecia (1964) y el más
reciente del ICOMOS en Cáceres (1967), que aportan a ese
tema de tanto interés americano, un punto de vista
eminentemente práctico.

V. VALORACIÓN ECONÓMICA DE LOS
MONUMENTOS

1. Partimos del supuesto de que los monumentos de
interés arqueológico, histórico y
artístico constituyen también recursos
económicos al igual que las riquezas naturales del
país. Consecuentemente, las medidas conducentes a su
preservación y adecuada utilización no ya
sólo guardan relación con los planes de desarrollo,
sino que forman o deben formar parte de los mismos.

2. En la más amplia esfera de las relaciones
interamericanas, reiteradas recomendaciones y resoluciones de
distintos organismos del Sistema llevaron progresivamente el
problema al más alto nivel de consideración: la
Reunión de los Jefes de Estado (Punta del Este,
1967).

3. Es evidente que la inclusión del problema
relativo a la adecuada preservación y utilización
del patrimonio monumental en la citada reunión, responde a
las mismas fundamental razones que llevaron a los Presidentes de
América a convocarla: la necesidad de dar a la Alianza
para el Progreso un nuevo y más vigoroso impulso y de
ofrecer, a través de la cooperación continental, la
mayor ayuda que demanda el desarrollo económico de los
países miembros de la OEA.

4. Lo anterior explica el empleo del
término "utilización" que figura en el punto 2, A.
Capitulo V, de la Declaración de los
Presidentes:

Esfuerzos Multinacionales

2. Encomendar a los organismos competentes de la OEA
que:

d) Extiendan la cooperación interamericana a la
conservación y utilización de los monumentos
arqueológicos, históricos y
artísticos.

5. Más concretamente en la Resolución 2 de
la Segunda Reunión Extraordinaria del Consejo
Interamericano Cultural, convocada a los únicos efectos de
dar cumplimiento a lo dispuesto en la Declaración de los
Presidentes, dentro del área de competencia del
Consejo, se dice:

La extensión de la asistencia técnica y la
ayuda financiera al patrimonio cultural de los Estados miembros,
se llevará a cabo en función de su desarrollo
económico y turístico.

6. En suma, se trata de movilizar los esfuerzos
nacionales en el sentido de procurar el mejor aprovechamiento de
los recursos monumentales de que se disponga, como medio
indirecto de favorecer el desarrollo económico del
país.

Lo anterior implica una tarea previa de
planificación a nivel nacional; es decir, la evaluación
de los recursos disponibles y la formulación de proyectos
específicos dentro de un plan regulador
general.

7. La extensión de la cooperación
interamericana a ese aspecto del desarrollo lleva
implícito el reconocimiento de que el esfuerzo nacional no
es por sí solo suficiente para acometer un empeño
que en la mayoría de los casos excede sus actuales
posibilidades. Es únicamente a través de la
acción
multinacional que muchos Estados miembros, en proceso de
desarrollo, pueden procurarse los servicios
técnicos y los recursos financieros
indispensables.

VI. LA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO
CULTURAL

  1. El término "puesta en valor", que tiende a
    hacerse cada día más frecuente entre los
    expertos, adquiere en el momento americano una especial
    aplicación. Si algo caracteriza este momento es,
    precisamente, la urgente necesidad de utilizar al máximo
    el caudal de sus recursos y es evidente que entre los mismos
    figura el patrimonio monumental de las naciones.

2. Poner en valor un bien histórico o
artístico equivale a habilitarlo de las condiciones
objetivas y ambientales que, sin desvirtuar su naturaleza,
resalten sus características y permitan su óptimo
aprovechamiento. La puesta en valor debe entenderse que se
realiza en función de un fin trascendente que en el caso
de Iberoamérica sería contribuir al desarrollo
económico de la región.

3. En otras palabras, se trata de incorporar a un
potencial económico, un valor actual; de poner en productividad una
riqueza inexplotada mediante un proceso de revalarización
que lejos de mermar su significación puramente
histórica o artística, la acrecienta,
pasándola del dominio exclusivo
de minorías eruditas al conocimiento y
disfrute de mayorías populares.

4. En síntesis,
la puesta en valor del patrimonio monumental y artístico
implica una acción sistemática, eminentemente
técnica, dirigida a utilizar todos y cada uno de esas
bienes conforme a su naturaleza, destacando y exaltando sus
características y méritos hasta colocarlos en
condiciones de cumplir a plenitud la nueva función a que
están destinados.

5. Precisa destacar que, en alguna medida, el
área de emplazamiento de una construcción de
principal interés resulta comprometida por razón de
vecindad inmediata al monumento, lo que equivale a decir que, de
cierta manera, pasará a formar parte del mismo una vez que
haya sido puesto en valor. Las normas proteccionistas y los
planes de revalorización tienen que extenderse, pues, a
todo el ámbito propio del monumento.

6. De otra parte, la puesta en valor de un monumento
ejerce una beneficiosa acción refleja sobre el
perímetro urbano en que éste se halla emplazado y
aún desborda esa área inmediata, extendiendo sus
efectos a zonas más distantes. Ese incremento del valor
real de un bien por acción refleja constituye una forma de
plusvalía que ha de tomarse en cuenta.

7. Es evidente que en la medida que un monumento atrae
la atención del visitante, aumentará la demanda de
comerciantes interesados en instalar establecimientos apropiados
a su sombra protectora. Esa es otra consecuencia previsible de la
puesta en valor e implica la previa adopción de medidas
reguladoras que, al propio tiempo que faciliten y estimulen la
iniciativa privada, impidan la desnaturalización del lugar
y la pérdida de las primordiales finalidades que se
persiguen.

8. De lo expuesto se desprende que la diversidad de
monumentos y edificaciones de marcado interés
histórico y artístico ubicados dentro del
núcleo de valor ambiental, se relacionan entre si y
ejercen un efecto multiplicador sobre el resto del área
que resultaría revalorizada en conjunto como consecuencia
de un plan de puesta en valor y de saneamiento de sus principales
construcciones.

VII. LOS MONUMENTOS EN FUNCIÓN DE
TURISMO

1. Los valores propiamente culturales no se
desnaturalizan ni comprometen al vincularse con los intereses
turísticos y, lejos de ello, la mayor atracción que
conquistan los monumentos y la afluencia creciente de admiradores
foráneos, contribuyen a afirmar la conciencia de su
importancia y significación nacionales. Un monumento
restaurado adecuadamente, un conjunto urbano puesto en valor,
constituyen no sólo una lección viva de historia
sino un legítimo motivo de dignidad
nacional.

En el más vasto marco de las relaciones
internacionales, esos testimonios del pasado estimulan los
sentimientos de comprensión, armonía y comunidad
espiritual aún entre pueblos que se mantienen rivales en
política. Cuanto contribuya a exaltar los valores del
espíritu por ajena que la intención promovente
resultase ser a la cultura, ha de derivar en beneficio de
ésta. Europa debe al turismo, directa o
indirectamente, la salvaguarda de una gran parte de su patrimonio
cultural condenado a su completa e irremediable
destrucción y la sensibilidad contemporánea,
más visual que literaria, tiene oportunidad de
enriquecerse con la contemplación de nuevos ejemplos de la
civilización occidental rescatados técnicamente
gracias al poderoso estímulo turístico.

2. Si los bienes del patrimonio cultural juegan tan
importante papel en la promoción del turismo, es lógico que
las inversiones
que se requieren para su debida restauración y
habilitación dentro de su marco técnico
especializado, deben hacerse simultáneamente a las que
reclama el equipamiento turístico y, más
propiamente, integrar ambas un solo plan económico de
desarrollo regional.

3. La Conferencia de
las Naciones Unidas
sobre Viajes
lnternacionales y Turismo (Roma, 1963), no
solamente recomendó que se diera una alta prioridad a las
inversiones en turismo dentro de los planes nacionales, sino que
hizo resaltar que "desde el punto de vista turístico, el
patrimonio cultural, histórico y natural de las naciones,
constituye un valor sustancialmente importante" y que, en
consecuencia, urgía "la adopción de adecuadas
medidas dirigidas a asegurar la conservación y
protección de ese patrimonio" ( Informe Final Doc. 4). A
su vez la Conferencia sobre Comercio y
Desarrollo de las Naciones Unidas (1964), recomendó a las
agencias y organismos de financiación, tanto
gubernamentales como privados "ofrecer asistencia, en la forma
más apropiada, para obras de conservación,
restauración y utilización ventajosa de sitios
arqueológicos, históricos y de belleza natural"
(Resolución Anexo A, IV. 24). Últimamente el
Consejo Económico y Social del citado organismo mundial
después de recomendar a la Asamblea General designar el
año de 1967 como "Año del Turismo Internacional"
resolvió invitar a los organismos de las Naciones Unidas y
a las agencias especializadas, a que dieran "favorable
consideración a las solicitudes de asistencia
técnica y financiera de los países en desarrollo, a
fin de acelerar en los mismos el mejoramiento de sus recursos
turísticos" (Resolución 1109-XL).

4. En relación con ese tema, que ha venido siendo
objeto de especial atención por parte de la
Secretaría General de la UNESCO, se ha llevado a cabo un
exhaustivo estudio con la colaboración de un organismo, no
gubernamental de gran prestigio, la Unión Internacional de
Organizaciones
Oficiales de Turismo. Dicho estudio confirma los criterios
expuestos y después de analizar las razones culturales,
educativas y sociales que justifican el uso de la riqueza
monumental en función de turismo, insiste en los
beneficios económicos que se derivan de esa
política para las áreas territoriales
correspondientes. Dos extremos de particular interés
merecen ser destacados: a) la afluencia turística que
determina la apropiada revaluación de un monumento,
asegura la rápida recuperación del capital
invertido a esos fines; b) la actividad turística que se
origina como consecuencia de la adecuada presentación de
un monumento y que de abandonarse determinaría su
extinción, conlleva una profunda transformación
económica de la región en la que el mismo se halla
enclavado.

5. Dentro del Sistema Interamericano, además de
las numerosas recomendaciones y acuerdos que abundan en la
importancia que debe concederse, a nivel tanto nacional como
regional, al problema que implica el abandono en que se halla
buena parte del patrimonio cultural de los países del
Continente, recientes reuniones especializadas han abordado el
tema específico de la función que los monumentos de
interés artístico e histórico tienen en el
desarrollo de la industria
turística. La Comisión Técnica de Fomento
del Turismo en su Cuarta Reunión (julio-agosto 1967)
resolvió hacerse solidaria de las conclusiones adoptadas
por la correspondiente Comisión de Equipamiento
Turístico entre las que figuran las siguientes:
"Que los monumentos y otros bienes de naturaleza
arqueológica, histórica y artística pueden y
deben ser debidamente preservados y utilizados en función
del desarrollo como incentivos
principalísimos de la afluencia turística". "Que en
los países de gran riqueza patrimonial de bienes de
interés arqueológico, histórico y
artístico, dicho patrimonio constituye un factor decisivo
en su equipamiento turístico y en consecuencia, debe ser
tomado en cuenta en la formalización de los planes
correspondientes". "Que los intereses propiamente culturales y
los de índole turística se conjugan en cuanto
concierne a la debida preservación y utilización
del patrimonio monumental y artístico de los pueblos de
América, por 10 que se hace aconsejable que los organismos
y unidades técnicas de una y otra área de la
actividad interamericana laboren en ese sentido en forma
coordinada".

6. Desde el punto de vista exclusivamente
turístico, los monumentos son parte del "equipo' de que se
dispone para operar esa industria en una región dada, pero
la medida en que dicho monumento puede servir al uso a que se le
destina, dependerá no ya solo de su valor
intrínseco; es decir de su significación o
interés arqueológico, histórico o
artístico sino de las circunstancias adjetivas que
concurran en el mismo y faciliten su adecuada utilización.
De ahí que las obras de restauración no sean
siempre suficientes por si solas para que un monumento pueda ser
explotado entrando a formar parte del equipo turístico de
una región. Pueden hacerse igualmente necesarias la
realización de otras obras de infraestructura, tales como
un camino que facilite el acceso al monumento o un albergue que
aloje a los visitantes al término de una jornada de viaje.
Todo ello manteniendo el carácter ambiental de la
región.

7. Las ventajas económicas y sociales del turismo
monumental figuran en las más modernas
estadísticas, especialmente en las de aquellos
países europeos que deben su presente prosperidad al
turismo internacional y que cuentan entre sus principales fuentes
de riqueza con la reserva de bienes culturales.

 

VIII. EL INTERÉS SOCIAL Y LA ACCIÓN
CÍVICA

  1. Es presumible que los primeros esfuerzos dirigidos a
    revalorizar el patrimonio monumental encuentren una amplia zona
    de resistencia
    dentro de la órbita de los intereses privados.
    Años de incuria oficial y un impulsivo afán de
    renovación que caracteriza a las naciones en proceso de
    desarrollo, contribuyen a hacer cundir el menosprecio por todas
    las manifestaciones del pasado que no se ajustan al molde ideal
    de un moderno estilo de
    vida. Carentes de la suficiente formación
    cívica para juzgar el interés social como una
    expresión decantada del propio interés
    individual; incapaces de apreciar lo que más conviene a
    la comunidad desde el lejano punto de observación del bien público, los
    habitantes de una población contagiada de la "fiebre del
    progreso" no pueden medir las consecuencias de sus actos de
    vandalismo urbanístico que realizan alegremente con la
    indiferencia o complicidad de las autoridades
    locales.

2. Del seno de cada comunidad puede y debe surgir la voz
de alarma y la acción vigilante y previsora. El fomento de
agrupaciones cívicas pro-defensa del patrimonio,
cualquiera que fuese su denominación y composición,
ha dado excelentes resultados, especialmente en localidades que
no disponen aún de regulación urbanística y
donde la acción protectora a nivel nacional resulta
débil o no siempre eficaz.

3. Nada puede contribuir mejor a la toma de conciencia
que se procura, que la contemplación del ejemplo propio.
Una vez que se aprecian los resultados de ciertas obras de
restauración y de reanimación de edificios, plazas
y lugares, suele operarse una favorable reacción ciudadana
que paraliza la acción destructora y permite la
consecución de más ambiciosos objetivos.

4. En cualquier caso, la colaboración
espontánea y múltiple de los particulares en los
planes de puesta en valor del patrimonio histórico y
artístico, es absolutamente imprescindible, muy en
especial, en las pequeñas comunidades. De ahí que
en la preparación de dichos planes debe tenerse en cuenta
la conveniencia de un programa anexo de educación
cívica, desenvuelto sistemática y
simultáneamente a la ejecución del
proyecto.

IX. LOS INSTRUMENTOS DE LA PUESTA EN
VALOR

1. La adecuada utilización de los monumentos de
principal interés histórico y artístico
implica, en primer término, la coordinación de iniciativas y esfuerzos de
carácter cultural y económico-turístico. En
la medida que esos intereses coincidentes se aúnen e
identifiquen los resultados perseguidos serán más
satisfactorios.

2. Esa necesaria coordinación no puede tener
lugar si no existen en el país en cuestión, las
condiciones legales y los instrumentos técnicos que la
hagan posible.

3. Dentro del marco cultural, son requisitos previos a
cualquier propósito oficial dirigido a revalorizar su
patrimonio monumental, los siguientes: legislación eficaz,
organización técnica y
planificación nacional.

4. La integración de los proyectos culturales y
económicos debe producirse a nivel nacional como paso
previo a toda gestión de asistencia o cooperación
exterior. Esta, tanto en el orden técnico como financiero,
es el complemento del esfuerzo nacional.

A los Gobiernos de los distintos Estados miembros toca
la iniciativa; a los países corresponde la tarea previa de
formular sus proyectos e integrar éstos con los planes
generales para el desarrollo. Las medidas y procedimientos
que a continuación se recomiendan van dirigidas hacia esa
finalidad.

RECOMENDACIONES (a nivel nacional)

1. Los proyectos de puesta en valor del patrimonio
monumental forman parte de los planes de desarrollo nacional y,
en consecuencia, deben integrarse a los mismos. Las inversiones
que se requieren para la ejecución de dichos proyectos
deben hacerse simultáneamente a las que reclaman el
equipamiento turístico de la zona o región objetivo de
revaluación.

2. Corresponde al Gobierno dotar al país de las
condiciones que pueden hacer posible la formulación y
ejecución de proyectos específicos de puesta en
valor.

3. Son requisitos indispensables a los anteriores
efectos, los siguientes: a) Reconocimiento de una alta prioridad
a los proyectos de puesta en valor de la riqueza monumental
dentro del Plan Nacional para el Desarrollo; b)
Legislación adecuada o, en su defecto, otras disposiciones
gubernativas que faciliten el proyecto de puesta en valor
haciendo prevalecer en todo momento el interés
público; c) Dirección coordinada del proyecto a
través de un Instituto idóneo capaz de centralizar
la ejecución del mismo en todas sus etapas; d)
Designación de un equipo técnico que puede contar
con la asistencia exterior durante la formulación de los
proyectos específicos o durante su
ejecución.

4. La puesta en valor de la riqueza monumental solo
puede llevarse a efecto dentro de un marco de acción
planificada; es decir, conforme a un plan regulador de alcance
nacional o regional. En consecuencia es imprescindible la
integración de los proyectos que se promuevan con los
planes reguladores existentes en la ciudad o región de que
se trate. De no existir dichos planes se procederá a
establecerlos en forma consecuente

5. La necesaria coordinación de los intereses
propiamente culturales relativos a los monumentos o conjuntos
ambientales de que se trate y los de índole
turística, deberá producirse en el seno de la
dirección coordinada del proyecto a que se refiere el
literal c) del inciso 3) como paso previo a toda gestión
de asistencia técnica o de ayuda financiera
exterior.

6. La cooperación de los intereses privados y el
respaldo de la opinión
pública es imprescindible para la realización
de todo proyecto de puesta en valor. En ese sentido debe tenerse
presente durante la formulación del mismo, el desarrollo
de una campaña cívica que favorezca la
formación de una conciencia pública
propicia.

RECOMENDACIONES (a nivel
interamericano)

1. Reiterar la conveniencia de que los países de
América se adhieran a la "Carta de Venecia" como norma
mundial en materia de preservación de sitios y monumentos
históricos y artísticos, sin perjuicio de adoptar
cuantos otros compromisos y acuerdos se hagan recomendables
dentro del Sistema Interamericano.

2. Extender el concepto generalizado de monumento a las
manifestaciones propias de la cultura de los siglos XIX y
XX.

3. Vincular a la necesaria revalorización del
patrimonio monumental y artístico de las naciones de
América a otros países extracontinentales y, de
manera muy especial, a España y
Portugal, dada la participación histórica de ambos
en la formación de dicho patrimonio y dada la comunidad de
valores culturales que los mantienen unidos a los pueblos de este
Continente.

4. Recomendar a la Organización de los Estados
Americanos, extender la cooperación que ha convenido
prestar a la revalorización de los monumentos de
interés arqueológico, histórico y
artístico, a otros bienes del patrimonio cultural que
constituyen los fondos propios de museos y archivos, así
como también, al acervo sociológico del folklore
nacional.

5. La restauración termina donde comienza la
hipótesis, por lo
que se hace absolutamente necesario en todo empeño de esa
índole un trabajo previo de investigación histórica. Dado que
España conserva en sus archivos abundante material de
planos sobre las ciudades de América; fortalezas y gran
número de edificios, junto con otra copiosísima
documentación oficial, y dado que la catalogación
de esos imprescindibles documentos se halla detenida en fecha
anterior a la de la mayoría de las construcciones
coloniales, lo que dificulta en extremo su utilización: se
hace altamente recomendable que la Organización de los
Estados Americanos coopere con España en la labor de
actualizar y facilitar las investigaciones
en los archivos españoles y, especialmente en el de
Indias, Sevilla.

6. Recomendar que se redacte un nuevo instrumento
hemisférico que sustituya al "Tratado Interamericano sobre
la Protección de Muebles de Valor Histórico"
(1935), capaz de proteger en forma más amplia y efectiva a
esa parte importantísima del patrimonio cultural del
Continente de los múltiples riesgos que la
amenazan.

7. Mientras lo anterior no se lleve a cabo se recomienda
que el Consejo Interamericano Cultural resuelva, en su
próxima reunión, recabar de todos los Estados
miembros la adopción de medidas de emergencia capaces de
eliminar los riesgos del comercio ilícito de piezas del
patrimonio cultural y que active la devolución de las
mismas al país de origen, una vez probada su exportación clandestina o la
adquisición ilegal.

8. Teniendo presente que la escasez de
recursos
humanos constituye un grave inconveniente para la
realización de planes de puesta en valor se hace altamente
recomendable proveer lo necesario para la creación de un
centro o instituto especializado en materia de
restauración, de carácter interamericano. Asimismo
se hace recomendable satisfacer las necesidades en materia de
restauración de bienes muebles mediante el fortalecimiento
de los existentes y la creación de otros
nuevos.

9. Sin perjuicio de lo anterior y a fin de satisfacer de
inmediato tan imperiosas necesidades se recomienda a la
Secretaría General de la OEA utilizar las facilidades que
brindan sus actuales programas de Becas y Capacitación Extracontinental y, asimismo
celebrar con el Instituto de Cultura Hispánica, al
amparo del
acuerdo de cooperación técnica OEA-España y
con el Centro Regional Latinoamericano de Estudios para la
Conservación y Restauración de Bienes Culturales,
de México,
sendos acuerdos de colaboración.

10. Toda vez que se hace necesario intercambiar
experiencias sobre los problemas propios de América y
conviene mantener una adecuada unidad de criterios en la materia,
se recomienda reconocer a la Agrupación de Arquitectos
Especializados en Restauración de Monumentos, con sede
provisional en el Instituto de Cultura Hispánica, Madrid, y
propiciar su instalación definitiva en uno de los Estados
miembros.

MEDIDAS LEGALES

1. Precisa actualizar la legislación
proteccionista vigente en los Estados Americanos, a fin de hacer
su aplicación eficaz para los fines que se
persiguen.

2. Precisa revisar las regulaciones locales que rigen en
materia de publicidad, al
objeto de controlar toda forma publicitaria que tienda a alterar
las características ambientales de las zonas urbanas de
interés histórico.

3. A los efectos de la legislación proteccionista
el espacio urbano que ocupan los núcleos o conjuntos
monumentales y de interés ambiental debe delimitarse como
sigue:

a) zona de protección rigurosa, que
corresponderá a la de mayor densidad
monumental o de ambiente; b)
zona de protección o respeto, con una mayor tolerancia; c)
zona de protección del paisaje urbano, a fin de procurar
una integración de la misma con la naturaleza
circundante.

4. Al actualizar la legislación vigente, los
países deberían tener en cuenta la
plus-valía que adquieren los bienes inmuebles incluidos
dentro de la zona puesta en valor, así como en alguna
medida, las aledañas.

5. Asimismo debe tenerse en cuenta la posibilidad de
estimular la iniciativa privada mediante la implantación
de un régimen de exención fiscal en los
edificios que se restauren con capital particular y dentro de las
regulaciones que establezcan los organismos competentes.
Desgravaciones de tipo fiscal pueden establecerse,
también, como compensación a las limitaciones
impuestas a la propiedad particular por motivos de utilidad
pública.

MEDIDAS TÉCNICAS

1. La puesta en valor de un monumento o conjunto urbano
de interés ambiental es el resultado de un proceso
eminentemente técnico, y, en consecuencia, su tratamiento
oficial debe estar confiado directamente a una dependencia de
carácter especializado que centralice todas las
actividades.

2. Cada proyecto de puesta en valor constituye un
problema específico y requiere una solución
también específica.

3. La colaboración técnica de los expertos
en las distintas disciplinas que han de intervenir en la
ejecución de un proyecto, es absolutamente esencial. De la
acertada Coordinación de los especialistas habrá de
depender en buena medida el resultado final.

4. La prioridad de los proyectos queda subordinada a la
estimación de los beneficios económicos que de su
ejecución se derivarían para una región
dada. Pero en todo lo posible debe tenerse en cuenta la
importancia intrínseca de los bienes objeto de
restauración o revalorización y la situación
de emergencia en que los mismos se hallan.

5. En general todo proyecto de puesta en valor envuelve
problemas de carácter económico, histórico,
técnico y administrativo. Los problemas técnicos de
conservación, restauración y reconstrucción,
varían según la índole del bien. Los
monumentos arqueológicos, por ejemplo, exigen la
colaboración de especialistas en la materia.

6. La naturaleza y alcance de los trabajos que procede
realizar en un monumento exigen decisiones previas, producto del
exhaustivo examen de las condiciones y circunstancias que
concurren en el mismo. Decidida la clase de
intervención a la que habrá de ser sometido el
monumento, los trabajos subsiguientes deberán continuarse
con absoluto respeto a lo que evidencia su sustancia o a lo que
arrojan, indubitablemente, los documentos auténticos en
que se basa la restauración.

7. En los trabajos de revalorización de zonas
ambientales, precisa la previa definición de sus
límites y valores.

8. La puesta en valor de una zona histórica
ambiental, ya definida y evaluada, implica:

a) estudio y determinación de su uso eventual y
de las actividades que en la misma habrán de
desarrollarse.

b) estudio de la magnitud de las inversiones y de las
etapas necesarias hasta ultimar los trabajos de
restauración y conservación, incluyendo las obras
de infraestructura y adaptaciones que exija el equipamiento
turístico, para su puesta en valor.

c) estudio analítico del régimen especial
al que la zona quedará sometida, a fin de que las
construcciones existentes y las nuevas, puedan ser controladas
efectivamente.

d) la reglamentación de las zonas adyacentes al
núcleo histórico, debe establecer, además
del uso de la tierra y
densidades, la relación volumétrica como factor
determinante del paisaje urbano y natural.

e) estudio de la magnitud de las inversiones necesarias
para el debido saneamiento de la zona.

f) estudio de las medidas previsoras necesarias para el
debido mantenimiento constante de la zona que se trata de poner
en valor.

9. La limitación de los recursos disponibles y el
necesario adiestramiento de
los equipos técnicos requeridos por los planes de puesta
en valor hacen aconsejable la previa formulación de un
proyecto piloto en el lugar en el que mejor se conjuguen los
intereses económicos y las facilidades
técnicas.

10. La puesta en valor de un núcleo urbano de
interés histórico ambiental de extensión que
exceda las posibilidades económicas inmediatas, puede y
debe proyectarse en dos o más etapas, las que se
ejecutarían progresivamente de acuerdo con las
conveniencias del equipamiento turístico, bien entendido
que el proyecto debe concebirse en su totalidad, sin que se
interrumpan o aplacen los trabajos de catalogación,
investigación e inventario.

LISTA DE TÉCNICOS PARTICIPANTES

Guillermo de Zéndegui, Secretario Técnico
de la Reunión; Renato Soeiro; Carlos M. Larrea;
José Ma. Vargas; Agustín Moreno; Oswaldo de la
Torre; Earle W. Newton;
José M. Glez.-Valcárcel; Carlos Flores Marini;
Manuel E. del Monte; Manuel del Castillo Negrete; Benjamín
Carrión; Hernán Crespo; Filoteo Samaniego; Carlos
Zevallos: Miguel A. Vasco; Christopher Tunnard; Jorge
Luján M.; Fernando Silva-Santisteban; Graziano Gasparini;
Instituto Panamericano de Geografía e
Historia-Representados por Lidia C. de Camacho.

ANEXO 3

CARTA INTERNACIONAL PARA LA CONSERVACIÓN DE
CIUDADES HISTÓRICAS Y ÁREAS URBANAS
HISTÓRICAS.

(Carta de Washington –
1987)

Adoptada en la Asamblea General del
ICOMOS en Washington D.C., en octubre de 1987.

PREÁMBULO Y DEFINICIÓN

Todos los conjuntos urbanos del mundo, al ser el
resultado de un proceso gradual de desarrollo, más o menos
espontáneo, o de un proyecto deliberado, son la
expresión material de la diversidad de las sociedades a
lo largo de la historia.

La presente Carta concierne a los núcleos urbanos
de carácter histórico, grandes o pequeños,
comprende todo tipo de poblaciones (ciudades, villas, pueblos,
etc.) y, más concretamente, los cascos, centros, barrios,
barriadas, arrabales, u otras zonas que posean dicho
carácter, con su entorno natural o hecho por el hombre.
Más allá de su utilidad como documentos
históricos, los referidos núcleos son
expresión de los valores de las civilizaciones urbanas
tradicionales. Actualmente se hallan amenazados por la
degradación, el deterioro y, a veces, por la
destrucción provocada por una forma de desarrollo urbano
surgida de la era industrial que afecta a todas las
sociedades.

Frente a esta situación, a menudo
dramática, que provoca pérdidas irreparables de
carácter cultural, social, e incluso económico, el
Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Históricos
(ICOMOS), ha juzgado necesario redactar una "Carta Internacional
para la Conservación de las Poblaciones y Áreas
Urbanas Históricas".

Complementaria de la "Carta Internacional para la
Conservación y Restauración de los Monumentos y los
Sitios Históricos" (Venecia, 1964), este nuevo texto
define los principios, objetivos, métodos e
instrumentos de actuación apropiados para conservar la
calidad de las
poblaciones y áreas urbanas históricas y favorecer
la armonía entre la vida individual y colectiva en las
mismas, perpetuando el conjunto de los bienes que, por modestos
que sean, constituyen la memoria de
la humanidad.

Como explícita la UNESCO en su
Recomendación relativa a la salvaguarda de los conjuntos
históricos o tradicionales y su función en la vida
contemporánea (Varsovia-Nairobi, 1976), así como en
otros documentos internacionales, se entiende aquí por
"conservación de las poblaciones y áreas urbanas
históricas" el elenco de medidas necesarias para su
protección, conservación y restauración,
así como para su desarrollo coherente y adaptación
armónica a la vida contemporánea.

PRINCIPIOS Y OBJETIVOS

1. La conservación de las poblaciones o
áreas urbanas históricas sólo puede ser
eficaz si se integra en una política coherente de
desarrollo económico y social, y si es tomada en
consideración en el planeamiento
territorial y urbanístico a todos los niveles.

2. Los valores a conservar son el carácter
histórico de la población o del área urbana
y todos aquellos elementos materiales y
espirituales que determinan su imagen,
especialmente:

a) la forma urbana definida por la trama y el
parcelario;

b) la relación entre los diversos espacios
urbanos, edificios, espacios verdes y libres;
c) la forma y el aspecto de los edificios (interior y exterior),
definidos a través de su estructura,
volumen,
estilo, escala, materiales, color y
decoración;

d) las relaciones entre población o área
urbana y su entorno, bien sea natural o creado por el
hombre;

e) las diversas funciones adquiridas por la
población o el área urbana en el curso de la
historia.

Cualquier amenaza a estos valores comprometería
la autenticidad de la población o área urbana
histórica.

3. La participación y el compromiso de los
habitantes son imprescindibles para conseguir la
conservación de la población o área urbana
histórica y deben ser estimulados. No se debe olvidar que
dicha conservación concierne en primer lugar a sus
habitantes.

4. Las intervenciones en las poblaciones y áreas
urbanas históricas deben realizarse con prudencia,
método y rigor, evitando todo dogmatismo y teniendo
siempre en cuenta los problemas específicos de cada caso
particular.

Partes: 1, 2, 3, 4
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