- Historia del cobre en el
Perú - Cobre.
Tratamiento, usos, aleaciones - Ventajas del
cobre - El cobre en la
alimentación humana - Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La minería
peruana está orientada principalmente al mercado externo y
es el sector económico que más contribuye en la
balanza
comercial, con alrededor de 45% de las exportaciones
totales. Sin embargo, dado su reducido encadenamiento productivo
e intensidad de mano de obra, representa apenas entre 4 a 5% del
PIB nacional y
entre 2 a 3% del empleo del
país. Esta última cifra no incluye la
subcontratación de mano de obra, a los mineros informales,
ni mujeres ni niños.
Este bajo grado de utilización de mano de obra, sumado a
crecientes requerimientos de trabajadores altamente calificados,
han creado problemas con
la población local que espera obtener mayor
empleo en la explotación minera y ve con desagrado la
presencia de personas foráneas. Asimismo, no se han
satisfecho adecuadamente las demandas de desarrollo
local.
Otro factor preocupante es el impacto ambiental
de la minería; puesto que ya en los años 80 era
señalada como la actividad económica más
contaminante. El cual se han establecido programas de
evaluación ambiental y planes de
adecuación para la gran minería.
Se establece que la
contaminación se daba en cuencas petrolíferas y
lavaderos de oro. No
obstante, la indefinición de derechos de propiedad
reduce los incentivos para
que las normas
ambientales sean aplicadas y dificulta la
fiscalización.
En un contexto de ampliación de la frontera
minera, superposición de intereses entre minería y
pequeña agricultura
campesina, poca generación de empleo directo
(eslabonamientos) y preocupación por los impactos
ambientales de la minería, se vienen desarrollando y
consolidando nuevas formas de organización de actores locales, tales como
la Coordinadora Nacional de Comunidades Afectadas por la
Minería y la Asociación de Municipalidades Mineras.
Al mismo tiempo, tanto
en el sector
público como el privado, se registra un conjunto de
cambios institucionales y de gestión, que deben permitir en el futuro
cercano alcanzar en el sector nuevos modelos de
cogestión de impactos sociales y ambientales.
Desde inicios de la República, la minería
ha sido uno de los sectores más dinámicos de la
economía
peruana. El oro y la plata y, posteriormente, los metales
básicos han sido los pilares de la minería peruana.
En la actualidad, Perú es el octavo productor de oro en el
mundo, el segundo de plata, el séptimo de cobre, y el
cuarto de zinc y de plomo. La producción minera se destina principalmente
a mercados
externos, por lo que la minería se convierte en un
importante generador de divisas.
Asimismo, la explotación minera se realiza muchas veces en
zonas alejadas en donde no se realizan otras actividades
productivas, convirtiéndose así en un importante
impulso económico, al proveer de infraestructura física y de servicios
sociales básicos. El impulso económico de la
minería resulta insuficiente para generar un desarrollo
sostenido sin la participación del Estado y la
promoción de otras actividades productivas.
Esto se puede apreciar en la limitada generación de empleo
directo, por ser una industria
sumamente intensiva en capital, que
requiere de mano de obra especializada. Un puesto de trabajo
generado en este sector genera cuatro puestos adicionales en
otros sectores productivos, cifra semejante a otros países
de América
Latina.
HISTORIA DEL COBRE EN EL PERÚ
El cuarto o quinto milenio A.C. se producen
transformaciones importantes debido a cambios
climatológicos.
La agricultura presupone sedentarismo porque entre
cosecha y cosecha el hombre
tiene tiempo para inventar nuevos utensilios; perfeccionarlos y
darles formas artísticas. Para este entonces el cobre ya
se conoce.
Uno de los artefactos de cobre más antiguo que se
haya conocido en esta época. Se trata de un pedazo de
cobre laminado que probablemente colgó de un collar u otra
pieza de joyería. Esta pieza es de alrededor del
año 50 de nuestra era y fue encontrada en Moquegua. El
hombre no
sólo conoce la agricultura, conoce la cerámica, la orfebrería y
también construye viviendas y templos.
Todo este progreso conlleva el advenimiento de las guerras ya que
el hombre se enfrenta por la tenencia de la tierra y
del agua. Es
necesario entonces perfeccionar las armas. Finalmente
todo ello exige la formación de una clase
dirigente que entre muchas cosas utiliza vestidos y ornamentos
que la distinguen como tal. A esta etapa se le conoce con el
nombre de periodo formativo. Poco a poco aprendió a
trabajar con metales, pasó de procedimientos
poco elaborados de metalurgia a
destrezas que perfeccionarían en etapas posteriores. Sin
embargo, no es un hombre minero.
Hay evidencia de trabajo metalúrgicos en
Chongoyape –Lambayeque, de clara influencia Chavín y los
de la cultura Vicus
-Chulucanas, Piura- que trabajaron especialmente el cobre, el oro
y el cobre dorado con la técnica llamada Mise en Couleur"
que consistía en atacar la superficie de una
aleación de cobre y oro mediante ácidos que
extraían del jugo de plantas que
corroían el cobre dejando intacto el oro. Caracteriza a la
metalurgia de esta cultura los pectorales de cobre dorado,
provista de abundantes colgajos.
Más sofisticada aún es la metalurgia
"Frías" -Ayabaca, Piura. Al término del periodo
formativo empieza el apogeo cultural. Las culturas que pertenecen
a esta época son: Mochica, Nasca, Tiahuanaco y Huari. Los
Mochicas, notables alfareros, heredaron una magnífica
tradición metalúrgica de sus antepasados los Vicus.
Los Nasca, famosos por el cromatismo y el extraordinario brillo
de su cerámica, así como el gran despliegue de
colores de su
tapicería tuvieron manifestaciones artísticas
metalúrgicas aunque fueron más pobres en
comparación con la tradición norteña. La
Cultura Tiahuanaco y Tiahuanaco-Huari abarcaron la zona del
Antiplano hasta la zona de Ayacucho y de ahí
amplían su zona de influencia hasta el norte del
Perú, en periodos histórico sucesivos. Entre los
años 500 a 700 de nuestra era, florecieron los
metalurgistas de Tiahuanaco. Aleaban el cobre con estaño
para fabricar bronces duros y resistentes, así como piezas
fundidas con finos detalles. Fundieron barras especiales de cobre
que utilizaron para asegurar piedras gigantescas de edificios
especialmente imponentes. Luego fue la hegemonía de los
Huari, de ellos nos queda entre otras cosas una porra de cobre,
la primera arma de metal, utilizada para la defensa de Cerro
Baúl -Moquegua.
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