El paradigma histórico cultural. Consideraciones necesarias para su afrontamiento
Resumen
Las antiguas
teorías
acerca de la naturaleza
predeterminada desde el punto de vista social y biológico
de carácter unilateral del desarrollo
humano, han ido cediendo su espacio a una visión
más profunda sustentada en la dialéctica
materialista.
Se reconoce que el
desarrollo de
las capacidades humanas se produce a través de la interacción con el medio, con la cultura y con
la sociedad, de
ahí que, la educación es
reconocida como un proceso
permanente que posee una función
social, a la par de propiciar el crecimiento intelectual y
personal.
El proceso de
formación y despliegue de lo humano posee una naturaleza
social, interactiva y modificable, el presente comunicado lo que
pretende es alentar el estudio, la interpretación y aplicar en la
práctica pedagógica los postulados esenciales de la
teoría
de Vigotsky, para
asumir este reto es necesario activar los vínculos entre
enseñanza, aprendizaje y
desarrollo.
Introducción.
En la historia de la
psicología universal la elaboración de nuevas
representaciones sobre el desarrollo
personal y el aprendizaje
humano están inspiradas en las ideas del enfoque
socio-histórico-cultural de L.S.Vigotsky
(1896-1934).
La base
metodológica de la teoría de Vigotsky, aporta los
fundamentos científicos necesarios para reconocer que el
desarrollo personal está sustentado en el vínculo y
el nexo que se establece entre el hombre y
los objetos de la cultura, mediatizados por las relaciones con
otras personas. Vigotsky asigna a la elaboración y al
empleo de
instrumentos un valor
determinante que favorece la estructura
general de la producción material.
El reconocimiento
de la relación entre el sujeto y el objeto del conocimiento,
explica la forma en que cada individuo
construye su psiquis, su personalidad,
a partir de la asimilación activa y personal de lo
socio-cultural, que el sujeto hace suya, al dominar los objetos,
los modos de actuar, de pensar, de sentir y el desarrollo de las
capacidades, a la par de establecer relaciones con los otros,
favorecedoras del intercambio, la
comunicación, la cooperación y toda actividad
conjunta.
Otro aspecto que
se aprecia con claridad, es la existencia de una unidad
dialéctica entre aprendizaje y desarrollo.
El aprendizaje es
un ente facilitador, catalizador y estimulante del desarrollo, va
delante, abre el camino, por lo tanto cada nuevo nivel de
desarrollo debe ser reconocido como un resultado y un punto de
partida para los continuos o permanentes aprendizajes que la
persona
realiza en su vida.
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