Significados o
valores que
adquiere según el contexto
(Puesta en
práctica de una actividad didáctica dirigida al sexto grado de la
segunda etapa de la educación
básica)
CAPITULO
I
MARCO TEÓRICO
Introducción. Reseña histórica de la
lengua.
Gramática: tipos e historia
Pronombres
(concepto,
tipos y pronombre demostrativo). Aplicación y análisis del corpus en situaciones orales y
escritas. Diferencias entre lenguaje oral
y escrito
INTRODUCCIÓN
El lenguaje
es universal, está presente de la misma manera en todos
los seres humanos, independientemente de su lugar de origen y del
momento histórico en que vive. Sin embargo, lo que
sí varía de grupo en grupo
y de hablante en hablante son los usos de la lengua. Los seres
humanos lo emplean de variadas formas y en diversas situaciones:
el dedo encima de los labios indicando silencio, la escritura de
una tarjeta, la lista del mercado, el
programa de
radio, las
conferencias en la universidad… todos son ejemplos de las
múltiples formas como se concreta el
lenguaje.
El lenguaje es una
facultad poderosa que puede ser utilizada tanto para encantar,
seducir, consolar, como para manipular, agredir, ofender. Puede
manifestarse en forma verbal o no verbal. Un Epa como te
va o una "torcida de ojos" nos da un mensaje que entendemos
fácilmente.
Todos hacemos uso
del lenguaje, pero no expresamos nuestras ideas de la misma
manera. Cada grupo humano crea sus propios signos para
relacionarse gracias al lenguaje. El producto de
esa creatividad es
lo que se conoce con el nombre de lengua.
La lengua a la que
se refiere este trabajo es la
lengua española, la lengua de Cervantes, la
que hablamos la mayoría de los venezolanos. Es la que nos
une, la que nos permite afianzar nuestra identidad,
interactuar con los miembros de nuestra comunidad,
adquirir conocimientos o compartir nuestra cultura.
La
conversación en diferentes contextos y la intencionalidad
del hablante producen cambios en algunas partes de la
oración, como adverbios, conjunciones, pronombres,…
que en su funcionamiento adquieren otros valores.
El español de
Venezuela es
presentado en este trabajo con variados ejemplos que permiten
identificar a un hablante como venezolano en la cual se pone de
manifiesto la creatividad y el humor del venezolano, pero, sin
dejar de utilizar las reglas de la gramática, por ejemplo,
y para interés de
éste trabajo, el uso del pronombre
demostrativo.
RESEÑA
HISTÓRICA DE LA LENGUA
La lengua que
trajeron los colonizadores era el castellano, que
inicialmente era el idioma de Castilla, una región de
España.
¿Por qué hablaban ese idioma? Los colonizadores
procedían de muchas partes de España, pero,
tenían una lengua común porque, para el momento en
que ellos vinieron a América, el castellano no se hablaba
sólo en su lugar de origen, sino en casi todo el suelo
español.
En tiempos
remotos, en lo que hoy se llama España se hablaba varias
lenguas, eso ocurría porque el territorio estaba habitado
por pueblos iberos y celtas, los cuales tenían idiomas
diferentes, y por los antepasados de los vascos, que
tenían su propia lengua, distintas de las otras dos. Para
contemplar esta diversidad, había colonias de comerciantes
fenicios y
griegos, y en ellas se hablaba la lengua de estos
colonos.
Llegan a esa
tierra los
romanos y las lenguas autóctonas son gradualmente
sustituidas por el latín, en el siglo III antes de Cristo,
las tropas romanas conquistan el territorio ibérico y lo
convierten en una provincia del imperio Romano, a
la que denominan Hispania. Los iberos y los celtas asumen la
cultura romana, lo que hace que abandonen sus idiomas nativos
para adoptar la lengua de los conquistadores: El latín.
Cuando cae el imperio Romano, el latín comienza a
transformarse en romance hispánico, en el siglo V
después de Cristo, unas tribus a las que los romanos daban
el nombre de "bárbaros", invaden el imperio Romano y
provocan su desaparición. A Hispania llegan varios
grupos
bárbaros. El más importante de ellos es el de los
visigodos, quienes fundan allí un reino. Los visigodos no
imponen su lengua, sino que, por el contrario, aprenden el
latín de sus súbditos. Pero durante su mandato, el
idioma se transforma gradualmente. Ese latín modificado
que se habló en Hispania en tiempos de los visigodos
recibe el nombre de "romance hispánico".
Más tarde
llegan los árabes y del romance nace el castellano; en el
siglo VIII, el reino visigótico es invadido por los
árabes, quienes fundan en el sur una provincia del imperio
árabe a la que dan el nombre de Al-Andalus. Los pobladores
de esa zona continúan hablando romance hispánico,
pero le agregan muchas palabras árabes, creando una lengua
mixta que se conoce con el nombre de "mozárabe". Fuera de
los límites de
Al-Andalus, en la parte norte de España, el romance cambia
de una región a otra, originando variedades
geográficas, es decir, maneras de hablar
características de una zona. La variedad que surge en el
área de Cantabria sería más tarde conocida
con el nombre de castellano.
Se funda el reino
de Castilla y el castellano comienza a crecer; en el siglo X se
funda en Cantabria el reino de Castilla, llamado de ese modo
porque en la región había numerosos castillos.
Aunque se trata de un reino pequeño, pronto comienza a
expandirse hacia el sur, reconquistando territorios en poder de los
árabes. En cada zona recuperada, el castellano desplaza al
mozárabe. En el siglo XIII, el rey Alfonso X el Sabio
ordena que todos los documentos se
redacten en castellano y funda una escuela de
traductores para que pongan en este idioma muchas obras
científicas, humanísticas y literarias escritas en
latín, en árabe y en hebreo; todo ello hace que el
castellano se fortalezca.
España se
unifica y el castellano se convierte en su lengua, en el siglo
XV, Castilla es un reino poderoso. Su reina, Isabel, contrae
matrimonio con
Fernando, el rey de Aragón, y de este modo se fusionan los
dos reinos
principales. Estos gobernantes, conocidos en la historia como los reyes
católicos, terminan además de recuperar el
pequeño territorio que aún queda en poder de los
árabes y conquistan el reino de Navarra. Con esas acciones, la
mayor parte del suelo español queda unificada y el
castellano se convierte en el idioma de todos. Lo que era una
variedad regional se transforma en una vigorosa
lengua.
España es
el centro de un imperio y el castellano llega a América,
durante el reinado de los Reyes Católicos, los
españoles llegan a América y fundan numerosas
colonias en el continente. España se convierte en la
cabeza de un gran imperio. El castellano se impone en estas
tierras del nuevo mundo, desplazando las lenguas indígenas
precolombinas. Por ser la lengua de todo un imperio y no solo de
uno de los reinos, el castellano comienza a ser conocido con el
nombre de español.
La conquista de
América implicó la imposición de la lengua
de los conquistadores a los pueblos sometidos. El proceso de
castellanización de este contenido fue muy lento, debido a
la gran diversidad de lenguas indígenas y a la gran
extensión del territorio americano. No obstante, poco a
poco, la catequización, la convivencia y el mestizaje
consolidaron el uso de la lengua española. El
español americano tiene características peculiares
que lo diferencian del peninsular, puesto que el hombre
llegó a América y, posteriormente, el hombre
americano lo adaptan a una realidad económica,
geográfica y espiritual diferente. Los vocablos
españoles en el habla de los americanos revelan una nueva
visión de las cosas, nuevos intereses vitales. Por eso se
puede hablar de nuestro español como una
manifestación del ser americano.
GRAMÁTICA: TIPOS E
HISTORIA
Gramática:
Rama de la lingüística que tiene por objeto el
estudio de la forma y composición de las palabras,
así como de su interrelación dentro de la
oración o de los sintagmas.
Tipos de
gramática
La gramática normativa es el conjunto
de reglas que establece el correcto funcionamiento de las
estructuras
lingüísticas de una determinada lengua, de las
diversas partes de la oración según la norma de
cada lengua. Dictamina qué palabras son compatibles entre
sí y qué oraciones están bien formadas o son
gramaticalmente correctas.
La gramática histórica aborda el
estudio de los cambios que ha habido en la formación de
las palabras y de las oraciones a lo largo de la historia; por
ejemplo, cómo era una determinada palabra o una construcción en el español antiguo o
en el del siglo de oro
(véase Lengua española). Las
gramáticas comparadas estudian las semejanzas y
diferencias que existen entre las lenguas y establece de
qué forma influye una lengua sobre otra y si hay
relaciones de parentesco entre las mismas. La gramática
funcional, por su parte, investiga el empleo de las
palabras y de los distintos tipos de oraciones según el
contexto social.
Desde otra perspectiva, la de la gramática
descriptiva, se analiza cómo están organizadas las
unidades mínimas con significado que forman las palabras
(morfemas) y las que forman las oraciones (sintagmas). Su estudio
abarca un estado de
lengua en un momento dado. La gramática descriptiva indica
qué lenguas —incluso aquéllas que nunca se
han escrito ni registrado por ningún otro procedimiento— tienen una estructura
parecida.
La gramática generativa fundada por el
investigador estadounidense Noam Chomsky intenta establecer las
reglas que permiten a los hablantes generar todas las oraciones
gramaticales de una lengua.
Historia de la
gramática
Quienes iniciaron el estudio de la
gramática fueron los griegos, que lo hicieron desde una
perspectiva filosófica y describieron la estructura de la
lengua. Esta tradición pasó a los romanos, que
tradujeron los términos gramaticales, tanto de las partes
de la oración como de las categorías gramaticales;
muchas denominaciones han llegado a nuestros días (como
por ejemplo nominativo, singular, neutro). Pero ni los
griegos ni los romanos supieron cómo estaban relacionadas
las diversas lenguas. Esta aproximación surgió con
la gramática comparativa, que fue el enfoque dominante en
la lingüística del siglo XIX.
Al parecer, las primeras investigaciones
gramaticales del mundo moderno han ido emparejadas con el
afán por descifrar las inscripciones y textos antiguos. De
ahí que la gramática estuviera ligada a las
sociedades que
poseían una extensa tradición de textos escritos.
La primera gramática que se conoce es la Panini para el
sánscrito, una lengua de la India. En ella
se mostraba cómo se formaban las palabras y qué
parte de las mismas era la que llevaba el significado. Los
trabajos de Panini y de otros estudiosos indios sirvieron para
interpretar los libros
sagrados de los hindúes, que se escribieron en
sánscrito. Otro pueblo que prestó gran atención a su lengua fueron los
árabes, que en la edad media
introdujeron en Occidente todo el saber de los filósofos griegos, olvidados hasta que
ellos llegaron.
Realizaron la
traducción de las obras de la
antigüedad a su lengua, y en función de
su expansión geográfica estuvieron en contacto con
otras lenguas desde la cuenca mediterránea hasta Persia en
el extremo oriental. Gracias a la convivencia que tuvo lugar en
la península Ibérica de las culturas árabe,
hebrea y cristiana se desarrolla en Toledo la Escuela de
Traductores, donde se copian y traducen importantes obras que
así llegaron al conocimiento
de Occidente. A lo largo del siglo X, los judíos
completaron el inventario
léxico del hebreo, conocido como el lexicón,
término de origen griego, y asimismo llevaron a cabo lo
que hoy se denominaría primer estudio filológico
del Antiguo Testamento.
Al gramático griego Dionisio de Tracia
se le debe el esfuerzo de elaborar su Arte de la
Gramática, primera gramática de su lengua en
términos modernos, difundida por los árabes y que
ha servido de base a las gramáticas del griego, del
latín y de otras lenguas europeas hasta bien entrado
el renacimiento.
Durante toda la edad media quienes en Europa se
dedicaron al estudio conocían, además de sus
propias lenguas y el latín, las de los pueblos vecinos con
quienes estaban en contacto. Aprovechando esta circunstancia se
plantearon de qué forma podía hacerse la
comparación entre las lenguas. Con la llegada del renacimiento y su
admiración por el mundo clásico se cae en la trampa
de pensar que el ideal en los estudios gramaticales consiste en
describir cualquier lengua conforme a la estructura que
poseían el latín y el griego.
Durante los siglos
XVI y XVII, lo que se intentó fue determinar qué
lengua era la más antigua, dado el
conocimiento que de ellas se había adquirido durante
la edad media y el renacimiento. Como tuvieron en cuenta su
tradición cristiana y por tanto la Biblia, en muchos casos
se llegó a la conclusión de que se trataba del
hebreo. También se eligieron otras lenguas por
circunstancias ajenas a lo lingüístico: ése
fue el caso del holandés en el entorno centroeuropeo y muy
relacionado con la reforma protestante y la expansión
comercial. Durante el siglo XVIII se inician las comparaciones
entre las lenguas, que culminan con la afirmación de que
existe una única lengua, origen de cuantas se hablaban en
Europa, Asia y Egipto
—la que se llamará más tarde
indoeuropeo—, hecho que afirmó el filósofo
alemán Gottfried Wilhelm Leibniz.
En el siglo XIX los estudiosos
desarrollaron un análisis sistemático sobre
determinados aspectos de las lenguas, realizado con el modelo que
supuso el sánscrito. La guía para elaborar las
gramáticas de muchas lenguas europeas, la egipcia y
algunas asiáticas, fue la gramática de Panini. A
estos estudios ya situados en la comparación de las
lenguas relacionadas utilizando la obra de Panini como
guía se les denomina gramática indoeuropea, que es
un método
para comparar y relacionar las formas de la oración que
poseen muchas lenguas.
No obstante, el enfoque renacentista que
consiste en describir las lenguas bajo el modelo grecolatino
tardó en desaparecer. No se inició la descripción gramatical de las lenguas
dentro de sus propios modelos hasta
principios del
siglo XX. Bajo esta nueva perspectiva hay que colocar el
Manual de las lenguas indígenas americanas (1911),
obra del antropólogo Franz Boas y sus colaboradores,
así como los trabajos del danés Otto Jespersen,
dentro ya de la escuela estructuralista y descriptiva, que
publicó Filosofía de la Gramática
(1924). La obra de Boas ha sido la base en la que se han
inspirado muchas gramáticas descriptivas estadounidenses.
La de Jespersen ha sido la precursora de otros enfoques de la
teoría
lingüística, como por ejemplo la gramática
generativa.
Boas desafío la metodología tradicional de la
gramática al estudiar otras lenguas no indoeuropeas y que
no tenían testimonios escritos, como las lenguas indias de
Estados Unidos
(véase Lenguas aborígenes de Estados Unidos
y Canadá). Creía que la capacidad humana que es el
lenguaje se organiza en la gramática de cada lengua
concreta. Toda gramática descriptiva debería
describir las relaciones que se establecen entre las palabras y
las oraciones de una lengua, a partir del inventario del que
disponen las personas en el lenguaje.
Gracias al
esfuerzo innovador del trabajo de Boas, la
lingüística descriptiva se convirtió en la
gramática dominante en Estados Unidos durante la primera
mitad del siglo XX.
Jespersen, lo mismo que Boas, pensaba que las
lenguas había que estudiarlas a partir de las
manifestaciones orales de sus hablantes y no de los documentos
escritos, porque como ha demostrado Bühler en su
Filosofía del lenguaje, la lengua hablada y la
escrita representan distintos niveles del lenguaje. Buscaba
Jespersen los elementos comunes a todas las lenguas y los
clasificó en su teoría de los tres rangos, para
encontrar la estructura en la que se organizan, tanto en su forma
presente (el conocido por estudio sincrónico) como en su
forma a través de la historia (conocido por estudio
diacrónico). El análisis descriptivo, representado
en estos dos autores, desarrolla unos métodos
precisos y científicos, y además consigue describir
las unidades formales mínimas de cualquier lengua. Como
aísla esas unidades y encuentra la estructura que las
relaciona, se conoce por gramática estructuralista. Fue
concebida en primer lugar por el lingüista suizo Ferdinand
de Saussure, que distinguió entre la estructura general
que poseen todas las lenguas, y que él denominó
lengua (con el término francés
langue), y las realizaciones concretas de esa
estructura que hacen todas las personas cuando hablan, a lo que
denominó habla, parole en palabras de
Saussure.
La lengua es el
sistema que
sostiene cualquier idioma concreto, esto
es, lo que hablan y entienden los miembros de cualquier comunidad
lingüística porque participan de la gramática
de ese idioma. El habla es la realización concreta de la
lengua, pero en sí misma no es lo que describe la
gramática. La gramática estructural concibe cada
lengua particular, ya sea el chino, el francés, el
español, el swahili o el árabe, como un sistema que
tiene varios niveles, cada uno con sus elementos propios
—fonemas, morfemas, sintagmas y semantemas, esto es, los
elementos mínimos de la fonética, la morfología, la sintaxis y la semántica— y que se interrelacionan
en esa gran estructura. Así pues describe y estudia las
relaciones que existen en todos los niveles del habla en cada
lengua concreta. Y ello esté o no escrito, hablado o
grabado en una cinta magnetofónica.
A mitad del siglo XX, Chomsky, que
había recibido una formación estructuralista en la
escuela de Bloomfield, buscaba la forma de analizar la sintaxis
del inglés
dentro de los principios estructurales. Su esfuerzo le condujo a
concebir la gramática como la teoría de la
estructura y no como la descripción de unas oraciones
concretas. La entiende como un mecanismo que produce una
determinada estructura, que no es sólo de una lengua
determinada, sino que pertenece a la competencia, es
decir la capacidad que tienen las personas para emitir y entender
las oraciones que forman parte de su lengua o de cualquier otra.
Su teoría, de carácter universal, está relacionada
con las de los estudiosos de los siglos XVIII y XIX, quienes
estaban buscando la raíz lógica
de la gramática, para que fuera la clave que analizara el
pensamiento. A
esa escuela perteneció el filósofo británico
John Stuart Mill, que ya en 1867 creía que las reglas
gramaticales de una lengua eran la forma que correspondía
al modo en que estaba organizado el pensamiento humano
universal.
PRONOMBRE
(Concepto, tipos y pronombre demostrativo)
PRONOMBRE, parte
de la oración que puede ocupar el lugar de un nombre o
hacer alusión a él. Procede del latín
pronomen, que significa ‘en lugar del nombre’;
sustituye en ocasiones, aunque no siempre, a un sustantivo, al
que se denomina antecedente.
Los
gramáticos latinos mantenían una categoría
gramatical única que incorporaba las funciones del
artículo y del pronombre. Fue en el siglo XVI cuando J. C.
Escalígero demostró que en el pronombre
confluían tres funciones, la de señalar la
atención sobre un nombre presente, como en: A María
‘le’ duele la cabeza; la de auténtico
sustituto del nombre, como en: Vi a María contenta y
‘la’ saludé, y la de
figurar junto a un nombre con valor
enfático, como en: ‘Nosotros’ los
venezolanos.
Algunas
gramáticas distinguen entre pronombres sustantivos,
aquellos cuya aparición evita la repetición de un
sustantivo nombrado anteriormente: Encontré a Marcos en la
calle, ‘lo’ encontré, y pronombres adjetivos,
los que acompañan a un nombre, modificándolo, al
tiempo que
reproducen a otro anterior o sobrentendido: ‘nuestro’
equipo. Otras prefieren denominar directamente a los primeros
como pronombres y a los segundos como adjetivos. También
algunos adverbios pueden funcionar como pronombres: donde,
cuando.
Ambas
categorías se presentan en grupos de número
limitado: personales (sólo pronombre sustantivo),
demostrativos, posesivos, indefinidos, relativos, numerales,
interrogativos y exclamativos.
Muchos de ellos
presentan en su flexión variaciones de género
masculino, femenino e incluso neutro: alguno (-a, -os, -as),
suya, aquello; de número singular y plural:
ésta/éstas, él/ellos, y los personales y
posesivos también indican la persona
gramatical. Otros se mantienen invariables en cuanto a la forma,
por lo que se debe recurrir a la concordancia para conocer su
género o número.
Los pronombres
realizan las mismas funciones que los adjetivos determinativos
(pronombres adjetivos): determinante o modificador del sustantivo
al que acompaña: ‘éste’ por este papel;
sustantivos (pronombres sustantivos): sujeto:
‘éste’ me gusta, complemento directo:
‘las’ vendí, complemento indirecto:
‘les’ compré la máquina, atributo: Juan
es ‘aquél’, complemento circunstancial:
¿con ‘quiénes’ saliste?…; adverbios
(pronombres adverbios): complemento circunstancial: ésta
es la ciudad ‘donde’ nací.
Su significado es
casi siempre contextual porque depende en muchos casos del
significado de alguna palabra del texto en el
que se halle inserto el pronombre o del contexto: éste
puede referirse a una persona, animal o una cosa, según a
lo que haga alusión. Algunos de ellos son
deícticos.
Los pronombres
personales yo y tú indican las personas que intervienen en
un discurso;
otros hacen una referencia anafórica a algo expresado
anteriormente: un sustantivo, un sintagma nominal o una
proposición; un tercer grupo anticipa algo que se expone
con posterioridad (referencia catafórica): un sintagma
nominal o una proposición.
En este mismo
orden de ideas, la gramática tradicional define el
pronombre como una clase de
palabra cuya función es sustituir al sustantivo. Esta
definición es válida para los pronombres de tercera
persona, pero no para los de primera y segunda persona, en los
que éstos asumen el papel de la persona que habla en el
discurso. El significado de los pronombres es, por lo tanto,
ocasional y, aunque funcionan como un sustantivo, poseen, frente
a éste, algunas características
diferenciales.
Hay dos tipos
fundamentales de pronombres:
- Los pronombres deícticos
se refieren a elementos del contexto: señalan a las
personas que intervienen en la
comunicación. No sustituyen a ningún
sustantivo e incluso pueden omitirse. - Los pronombres
anafóricos son los que sustituyen a un sustantivo que ya
ha aparecido en el discurso y que recibe el nombre de
antecedente.
Según sus
diversas características y funciones, los pronombres se
clasifican en personales, demostrativos, posesivos, relativos,
interrogativos e indefinidos. Cada uno de estos grupos participa
de las características vistas: la deixis y la
anáfora. (Enciclopedia temática Encarta
2005)
La Enciclopedia
escolar el universal 2005, al respecto expresa que:
PRONOMBRES
PERSONALES: Sirven para mencionar a la persona que participa
en el discurso, señalan el papel de cada individuo en
un acto de comunicación. La 1ra persona se refiere al
emisor; la 2da al receptor y la 3ra al que está fuera de
la conversación. Los pronombres personales tienen
flexión de número y, solo en algunas formas de la
3ra persona, flexión de género. Las funciones que
pueden desempeñar en la oración son: sujeto (S),
complemento directo (CD) y
complemento indirecto (CI). Algunos pronombres personales,
necesitan estar acompañados por una preposición
(este regalo es para ti).
PRONOMBRES
DEMOSTRATIVOS: Las formas de los pronombres personales
coinciden con las de los determinantes de la misma clase. Sin
embargo, se diferencian porque no desempeñan la misma
función en el contexto oracional. Los pronombres
demostrativos indican la posición espacial de una realidad
respecto a los participantes en un acto de comunicación o,
en el caso de un contexto, respecto a su antecedente.
También a diferencia de los determinantes demostrativos,
los pronombres demostrativos pueden llevar tilde, aunque su
empleo es potestativo, excepto si existe riesgo de
anfibología o posibilidad de confusión entre el uso
del determinante y el pronombre demostrativo, en cuyo caso debe
aparecer necesariamente.
PRONOMBRES
POSESIVOS: Formalmente, los pronombres posesivos coinciden
con los determinantes posesivos, con excepción de las
formas apocopadas (mi/ mis, tu/ tus, su / sus). Los
pronombres posesivos están relacionados, también,
con las personas del discurso. Sirven para indicar la
posesión de una o varias realidades por parte de alguna (o
de varias) de las personas que participan en el habla.
PRONOMBRES
RELATIVOS: Señalan anafóricamente a otras
palabras u oraciones aparecidas anteriormente. También
introducen oraciones subordinadas. Como pronombre
anafórico tienen un antecedente en la
oración.
En la
oración el libro que
estoy leyendo es muy interesante, el pronombre relativo
anafórico es que y la palabra libro es el antecedente. Los
pronombres relativos son muy pocos y tienen
características propias.
PRONOMBRES
INTERROGATIVOS Y EXCLAMATIVOS: Sirven para preguntar sobre
algo de lo que se está hablando en el discurso (dime
quién es). La nómina
de pronombres interrogativos es muy similar a la de los
pronombres relativos. Las formas de los pronombres exclamativos
son idénticas a las de los interrogativos, aunque su modo
de funcionar en el discurso es diferente. Los interrogativos
siempre llevan acento gráfico.
PRONOMBRES
INDEFINIDOS: Expresan el grado de cantidad, número o
intensidad con que se percibe una determinada realidad, y lo
hacen de modo subjetivo; es decir, según percibe el
hablante esa cantidad. La nómina de indefinidos que
refieren una cantidad. La nómina de indefinidos que
refieren una cantidad se establece alrededor del pronombre
todo, del que parten el resto: mucho, poco, bastante y
demasiado. Todos tienen flexión de género y
número, excepto bastante, que solo varía en
números: bastantes.
Ahora, y para
interés de esta investigación desarrollaremos el
PRONOMBRE DEMOSTRATIVO
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