El Buen Gobierno
Corporativo ha existido siempre, pero en estos momentos se
está produciendo una evolución a la que las empresas
familiares pueden aportar mucho.
Prueba de ello son las numerosas empresas familiares
centenarias que compiten con éxito
en todo el mundo, y que no habrían sobrevivido sin
él.
Sin embargo, para muchas de estas empresas sigue siendo
difícil definir el papel de estas estructuras o
gestionarlas con eficacia.
Sus carencias acaban por convertirse en una barrera para
el crecimiento y la capacidad de desarrollo.
Las empresas familiares, sobre todo las medianas y
grandes, llevan tiempo
trabajando en estrategias que
les permitan asegurar su competitividad
a largo plazo de forma que tanto el interés de
la familia
como el de la empresa se
vean satisfechos.
En este sentido, la creación de órganos
como el Consejo Familiar o la elaboración de protocolos
familiares deben de entenderse como prácticas de buen
gobierno, que dotan a las empresas de más transparencia y
fortalecen los valores
sobre los que debe asentarse la empresa en el
futuro para seguir siendo viable.
Partes de la empresa donde se debe afianzar el buen
gobierno corporativo:
- Los órganos familiares (Consejo de Familia)
- Los de Dirección (Consejo de Administración)
- Los de Gestión (compromiso de los principales
ejecutivos) - Y las comisiones propuestos en la nueva Ley de
Transparencia (Comisiones de Estrategia, Auditoria, Nombramientos y
Compensación, y Riesgos)
que las empresas decidan crear
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