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"La vorágine" José Eustasio Rivera (página 2)




Enviado por Hugo Andres Correa



Partes: 1, 2

En un caserío en Orocué, contralo paludismo y
allí se reencontró con Melitón Escobar, su
antiguo compañero de comisión. A finales de enero
de 1923, se reintegró nuevamente a la Comisión.
Salieron de San Fernando, bajaron a Yavita, Maroa y Victorino, en
plena selva, y sin mapas, ni los
más elementales instrumentos de trabajo,
trazaron los límites,
en compañía de los ingenieros suizos con los que
viajaban. Según anotaciones en el diario del médico
venezolano de la Comisión, doctor Ramón
Ignacio Méndez Llamozas, «fue en los largos y
tediosos días de la permanencia en Yavita, que José
Eustasio Rivera escribió muchos de los capítulos de
La Vorágine, y fue allí donde le oí leer
algunas páginas de la obra». A finales de mayo
regresaron a San Fernando, y Rivera decidió, con
Melitón Escobar, retornar al país.

Durante el viaje de vuelta, Orinoco arriba, Rivera se
dedicó a tomar nota y a recoger toda la documentación existente sobre el abandono
en que vivían los colombianos en las fronteras. Así
conoció la explotación inhumana de los caucheros en
las selvas de Colombia,
Venezuela y
Brasil, y la
fatídica historia de los capataces de
la Casa Arana, que dominaban los territorios entre los
ríos Putumayo y Caquetá. El 18 de julio de 1923,
Rivera envió desde Manaos al Ministerio de Relaciones
Exteriores, sus denuncias sobre las injusticias y crímenes
cometidos a los colombianos en las fronteras. El 12 de octubre
regresó a Bogotá. Entre abril y mayo de 1924, luego
de organizar una Junta Patriótica de Defensa Nacional en
Neiva, se dedicó a escribir artículos de denuncia
en la prensa nacional,
pero sus advertencias y peticiones no fueron acogidas.

La Vorágine se publicó en abril de 1924,
en la Editorial Cromos de Bogotá. La novela fue
escrita durante dos años, y corregida en seis meses, entre
Sogamoso, San Fernando de Atabapo, Yavita, Maroa y Neiva.
Según Isaías Peña, algunos de los elementos
que confluyen en la novela son:
«El sentimiento trágico de la vida, como lente
condensador, y los celos como ingrediente permanente de la
relación de pareja».

La historia de Arturo Cova, protagonista de La
Vorágine, es la historia nuestra, es la historia desolada
de los caucheros esclavizados en las fronteras de Venezuela,
Brasil y Perú. Sin caer en la sociología literaria, Rivera logró
fundir magistralmente la tragedia colectiva de los caucheros, con
la tragedia individual de Arturo Cova, su vida y su turbulento
amor.
«Pocos autores como Rivera en Colombia y en el continente
latinoamericano anota Isaías Peña- han tenido ese
don de hacer hervir la conciencia de los
personajes de una obra. Por eso hombre y
naturaleza en
esta novela son un río («grávido») que
nace, crece, da muchas vueltas, se enturbia, se golpea en los
raudales, se ahonda, se embruja y se pierde en el mar o en el
cielo». En 1925, Rivera fue elegido miembro de la
Comisión Investigadora de Relaciones Exteriores y de
Colonización.

Publicó entonces una serie de artículos en
El Nuevo Tiempo de
Bogotá, bajo el título "Falsos postulados
nacionales". En estos artículos, Rivera denunció
todo tipo de irregularidades, especialmente en la
contratación del oleoducto Cartagena-Barrancabermeja.
Estas denuncias, que involucraban desde el presidente Pedro Nel
Ospina hasta el ex ministro Esteban Jaramillo, provocaron un gran
escándalo en el Congreso y en el país entero. En
1926 apareció la segunda edición
corregida de La Vorágine, y Rivera empezó a
escribir su segunda novela, La mancha negra, perdida años
después en Nueva York. En 1928 viajó a Cuba, a
representar a Colombia en el Congreso Internacional de Inmigración y Emigración de La
Habana. Después de cumplida su misión, se
embarcó para Nueva York. Allí fundó y
dirigió la Editorial Andes, y contrató con Angel
Flores y con Earl K. James la traducción de su novela.
Simultáneamente, buscó las conexiones necesarias
para pasarla al cine, sin
resultados positivos a causa de sus exigencias nacionalistas.
Más adelante, publicó la quinta y definitiva
edición de La Vorágine, con más de tres mil
correcciones. El 1 de diciembre de 1928, a los 40 años de
edad, José Eustasio Rivera murió en su apartamento
de la calle 73 en Nueva York, de muerte
misteriosa.

Su cuerpo embalsamado recorrió sin descanso,
durante un mes y nueve días, distintos lugares: primero en
la Sixaloa de la United Fruit Company, luego en el vapor-correo
Carbonell González, por el río Magdalena, y al
final por el ferrocarril central, recibiendo en cada puerto y en
cada pueblo los homenajes que nunca recibiera en vida. Sus restos
se encuentran en el Cementerio Central de Bogotá, donde
fue enterrado el 9 de enero de 1929.

IV
ANÁLISIS DE LA OBRA

ARTURO COVA

PERSONAJE PRINCIPAL DE LA NOVELA

Es un personaje indudablemente paradójico, en
constante confrontación consigo mismo y sus ideales;
muchas veces se muestra inseguro
y frágil, pero a la vez representa gran vitalidad en la
narración.

Algunos críticos han establecido que en realidad
Arturo Cova es una representación que José Eustasio
Rivera, realiza en su obra de si mismo (ver biografía de
José E. Rivera al inicio).

Muchas veces es de alguna manera exagerado ,y su
pensamiento se
contradice, pero siempre en sus diálogos denota cultura, en
medio de una relación de constantes altibajos con las
mujeres.

Es un joven que salió huyendo con Alicia (ya que
sus padres la querían casar con un terrateniente) siendo
este el inicio de la novela.

Arturo Cova, el protagonista de "La vorágine"
proviene del Tolima; es un personaje que se siente perdido en
medio de su travesía, en donde se pregunta por su viaje
por la selva y las situaciones que ocurren a su alrededor; se
cuestiona constantemente por un "algo" que oriente su
existencia.

El se caracteriza por una inmensa inestabilidad
psicológica; en su comportamiento
están presentes numerosos altibajos de
ánimo.

Es un ser que idealiza su realidad y que posteriormente
descubre que sus condiciones son diferentes a las que el
inicialmente deseo, es decir el contexto al que se enfrenta
realmente.

El mismo personaje se considera una persona
autoritaria y miserable, en el mundo que el mismo ha creado en su
mente.

V LA RELACIÓN
DE LAS MUJERES CON ARTURO COVA

"Antes de que me hubiera apasionado por mujer
alguna, jugué mi corazón
al azar y me lo ganó la Violencia.
Nada supe de los deliquios embriagadores ni de la confidencia
sentimental ni de la zozobra de las miradas cobardes.
Más que el enamorado, fui siempre el dominador cuyos
labios no conocieron la súplica. Con todo, ambicionaba
el don divino de amor ideal, que me encendiera espiritualmente,
para que mi alma
destellara en mi cuerpo como la llama sobre el leño que
la alimenta."

Arturo Cova asume un conjunto de actitudes y
comportamientos que rebajan injustamente la dignidad de
las mujeres con las que el se relaciona en su viaje; a pesar de
que se siente muy atraído por ellas y es indudablemente
mujeriego.

Generalmente piensa en la perfección de las
mujeres (las idealiza) y dedica gran parte de su tiempo a
analizar sus vivencias y reflexionar sobre ellas (desde una
visión poética); sintiéndose muchas veces
inconforme, asume una actitud en la
que el mismo se predestina al fracaso en el
amor.

Cova busca un "amor ideal" que sea capaz de llenar las
expectativas que ha mantenido. El se relaciona afectivamente con
varias de las mujeres mencionadas en el libro, entre
ellas Griselda (la mujer de Fidel
Franca) que finalmente insta para que se fugue con Barrera, y
Clarita que lo atiende muy bien. El es abstraído por la
Madona, que logra representar algunos de los aspectos que mas lo
atraen como la autoridad y
el dinero que
ella posee.

/ En aquel momento me sentí
pusilánime. No era que mi energía desmayara ante
la responsabilidad de mis actos, sino que empezaba
a invadirme el fastidio de la manceba. Poco empeño
hubiera sido el poseerla, aun a trueque de las mayores locuras;
¿pero después de las locuras y de la
posesión?…/
Dice Arturo Cova con relación a
Alicia

El considera que el amor que el ha logrado adquirir de
las mujeres es por causa del azar; y que el lo ha retribuido
guiándose por los instintos mas profundos de su
ser.

Las mujeres en el libro se encuentran paralelas a la
selva y las luchas personales de Cova, en donde las mujeres son
quienes lo llevan a analizarse a si mismo.

Las mujeres de "La vorágine" son colocadas en el
lado de la selva en la lucha de Cova contra la naturaleza:
así pues su papel es destructor. La fuerza y el
misterio de la selva son paralelos a los de la sexualidad
femenina. Ambas desencadenan en el protagonista una
relación amor-odio; el hombre
necesita de la jungla y de la mujer para llevar a cabo su
introspección.

"Aquella noche, la primera de Casanare, tuve por
confidente al insomnio.

Al través de la gasa del mosquitero, en los
cielos límites, veía parpadear las estrellas. Los
follajes de las palmeras que nos daban abrigo enmudecían
sobre nosotros. Un silencio infinito flotaba en el
ámbito, azulando la transparencia del aire. Al lado
de mi chinchorro, en su angosto catrecillo de viaje, Alicia
dormía con agitada respiración.

Mi ánima atribulada tuvo entonces
reflexiones agobiadoras:

¿Qué has hecho de tu propio destino?
¿Qué de esta jovencita que inmolas a tus
pasiones? ¿Y tus sueños de gloria, y tus ansias
de triunfo, y tus primicias de celebridad? ¡Insensato! El
lazo que a las mujeres te une lo anuda el hastío. Por
orgullo pueril te engañaste a sabiendas,
atribuyéndole a esta criatura lo que en ninguna otra
descubriste jamás, y ya sabías que el ideal no se
busca; lo lleva uno consigo mismo. Saciado el antojo,
¿qué mérito tiene el cuerpo que a tan caro
precio
adquiriste? Porque el alma de Alicia no te ha pertenecido
nunca, y aunque ahora recibas el calor de su
sangre y
sientas su respiro cerca de tu hombro, te hallas,
espiritualmente, tan lejos, de ella como de la
constelación taciturna que ya se inclina sobre el
horizonte."

VI
RELACIÓN DE LOS DISTINTOS ACONTECIMIENTOS CON EL TITULO DE
LA NOVELA

El titulo la vorágine hace referencia a la lucha
entre el individuo y su
ambiente; es
la lucha de Arturo Cova con la naturaleza, la selva, la barbarie
e incluso la injusticia, que en su caso desea intentar acabar en
relación a los caucheros.

El viaje en medio de la selva es la "Vorágine" de
varios personajes, por lo exótico, lo profuso, lo
formidable, lo desenfrenado y lo fabuloso del entorno en que
ellos se relacionan.

"Vorágine" significa, entre otras cosas,
"remolino". La palabra refiere a un hecho de la naturaleza y, por
tanto, un objeto inanimado; pero a la vez implica la acción
de engullir y, en consecuencia, la representación de la
naturaleza como una entidad capaz de realizar actos amenazantes y
asombrosos.

Finalmente es la selva la que lo engulle, la que cautiva
al personaje.

VII ESPACIO DONDE
SE DESARROLLA LA NOVELA

 

VIII ELEMENTOS
PRESENTES EN LA OBRA

Tomados de
monografías.com

¿Por qué la
Vorágine?

La Injusticia Social

José Eustasio Rivera. Como hombre político
y funcionario publico que fue supo, vivió de cerca y fue
testigo de los atropellos que contra los trabajadores
Comitán las casas explotadoras de caucho en las
selvas del amazonas lo que los impulso escribir su novela fue, en
principio la intención de denunciar esa escandalosa
situación, pero no a través de tediosas
exposiciones parlamentarias de memorables o crónicas de
efímera vida sino presentándola del modo mas vivido
y realista, es decir, a través de una historia que
permaneciera lo más verídica posible y que
además cautivara por su interés y
calidad
estética.

La Selva

Puede decirse que la selva es algo más que un
tema en la Novela de Rivera: es al tiempo, una especie de
personaje ubicuo y maligno es paisaje y escenario es rareza
geográfica antes prácticamente no auscultada el
modo directo y realista por un escritor, y es, también un
fenómeno estructurador capaz de señalarle a la obra
un derrotero preciso e identificador: por algo se tiene La
Vorágine como novela por excelencia de La
Selva.

Nos sustraemos de tratarla más pormenorizadamente
en el capitulo de personajes por resultar casi inasible como tal,
aunque es evidente que cumple funciones que la
caracterizan dentro de este grupo. Como
"tema" su tratamiento también es complicado, por que no es
un asunto univoco y simple. Quizás lo mejor sea empezar a
definirla por lo que no es.

La Violencia

Este, que es un fenómeno omnipresente en nuestra
historia republicana, no ha sido, no obstante, un tema de
fácil manejo para nuestros escritores. Cuando se lo enfoca
muy frecuentemente se le reduce a una acumulación
sensacionalista y hasta tediosa de cadáveres. Rivera
supera este riesgo con
poesía
con un lenguaje y
cosmovisión realista que a la par románticos, con
la creación de una personalidad
caprichosa e impredecible -Cova – y de un personaje
invisible y todo poderoso, como lo es La Selva. Curiosamente,
este tema, sin ser el principal parece el más actual de la
novela, dado que es uno de los problemas
jamás superados en nuestro país.

Amor y Honor

El amor no se evidencia como en tema de mayor peso en la
novela, pero hay que recocer que sustenta como un principio la
huida de las mujeres de Cova y Franco y la misma búsqueda
que estos emprenden. En oportunidades parecería más
apropiado hablar de desamor que de amor, pues la de estos hombres
son pasiones que surgen en situaciones confusas, una vez
superadas las condiciones de su origen, tienden a convertirse en
pesadas cargas en las que hay no poco de odio,
insatisfacción, celos, fastidio, traición y
utilitarismo. Los personajes femeninos son los que sin duda,
más caro pagan las consecuencias de este confuso
sentimiento; a los hombres les quedan los sinsabores de la vida y
la libertad
coartada por responsabilidades que lamentan haber
asumido.

La Eterna Guerra Entre
Voluntad Y El Azar

Para cualquier lector de La Vorágine hay una
pregunta que siempre se mantendrá vigente: ¿en
qué momento la huida de Cova y Alicia se entronca en un
problema social como lo es la explotación en las
caucherías? La urdiembre que conecta estas dos historias
es imprevisible y, por ello, cabria tildarla de azarosa. Este
azar – que no tiene los visos de un destino que obre de
maneja fatal e ineludible, como una especie de inteligencia
que acomoda fríamente los hechos para conducirlos a un fin
premeditado – opera contra los propósitos y la
voluntad de los personajes. Esta ultima sin embargo, se mantiene
y es una constante que revela la esperanza nunca perdida y la
conservación de la dignidad human, que en algunos
personajes secundario ha desaparecido por completo. Estos
resignados y vendidos que han abdicado al ejercicio de su
voluntad no merecen, casi siquiera ser rescataos, pese a que un
intento en tal sentido, casi siquiera ser rescatados, pese a que
un intento en tal sentido a través de notas al consulado,
se hace al final de la obra.

Hombre y selva

Uno de los personajes principales del relato es la selva
tropical, una fuerza que termina absorbiéndolo todo. La
Vorágine
descubre en una vertiente naturalista que la
intensidad de la lucha entre el ser humano y la naturaleza
salvaje, esconde la explotación del hombre por el hombre y
la destrucción simultánea de las personas y la
selva:

¿Yo he sido cauchero! ¡Y lo que hizo
mi mano contra los árboles puede hacerlo contra los
hombres!

El problema no es el caucho, es una costumbre
sistemática:

La costumbre de perseguir riquezas ilusas a costa
de los indios y los árboles…'

La naturaleza se defiende, pero además es
invocada por los oprimidos:

¿Por qué no ruge toda la selva y nos
aplasta como a reptiles para castigar la explotación
vil?

La selva no quiere aplastar a todos, acude en auxilio de
quienes descubren sus milagros. Una palmera de cananguche
ayudó a Clemente Silva a encontrar el camino cuando estba
perdido:

¿Sería cierto que la palmera
encumbrada en aquel destierro, como un índice hacia el
azul, estaba indicándole la orientació? Verdad o
mentira, él lo oyó decir. ¡Y creyó!
Lo que necesitaba era una creencia definitiva. Y por el
derrotero del vegetal comenzó a perseguir el propio
.
Fue así como al poco tiempo entró en la vaguada
del río Tiquié.

Contrasta con el desespero y la fe de las
víctimas, la imagen civilizada
de los líderes y empresarios de las repúblicas
latinoamericanas que en realidad es la otra cara de la moneda de
las bárbaras condiciones a que someten a sus
pueblos:

¿Cómo pensar que nos apalearan, nos
persiguieran, nos mutilaran aquellos señores de servil
ceño y melosa charla que salieron a recibirlo en La
Chorrera y El Encanto

El Estado es el
cómplice necesario:

Hasta el gobernador negociaba en cucho… El
gobernador de esta comarca es un empresario

"Señor Juez cuando se desocupe de pesar el
caucho, háganos el favor de abrir las
oficinas…

A algún visitante (un biólogo
francés) se le ocurre denunciar las violaciones de los
derechos
humanos:

"Estos crímenes que avergüenzan a la
especie humana deben ser conocidos en todo el
mundo".

Envió notas a Londres, París y Lima,
acompañando vistas de sus denuncias, y pasaron tiempos
sin que se notara ningún remedio…

La respuesta llega:

"¿Por qué pretende este aventurero
ponerle pauta a nuestro negocio? ¿Quién le
otorgó permiso para darlas de retratista?… ¡El
infeliz francés no salió
jamás!"

Desaparecido, desparecidos, drama que han vivido miles
en toda Latinoamérica. La novela llega al
corazón de la situación del continente, de los
ecosistemas
agredidos y de las gentes despojadas.

IX TRIBU
INDÍGENA DE LA OBRA

GUAHIBO:

Otros nombres: No tienen otro nombre conocido.
Distribución: La mayoría habita en
Colombia. En Venezuela se encuentran en los llanos del Estado
Apure y, más al este, en la región de San Juan de
Manapiare.

Número: Se calcula que hay más de
cinco mil en Venezuela.

Idioma: Es una lengua
independiente que no ha podido ser relacionada con las
demás conocidas.

Vivienda: Tienen casas rudimentarias reducidas a
un muro-techo y otras ovaladas, con paredes de barrotes y hojas
de palma y con techo también de palma.

Agricultura: Los grupos que viven
a las orillas de los ríos aprovechan la selva de
galería para practicar una sencilla agricultura de
quema y tala; la recolección tiene para ellos mucha
importancia ecológica.

Caza y pesca: La mayoría se dedica a la
caza y a la pesca.

Utiles: Su especialidad es la cerámica pintada.

Matrimonio: Son monógamos; la poligamia es
exclusiva de los caciques y brujos y es una manifestación
de prestigio social. Se casan, en general, entre miembros de la
misma banda que es la unidad social más extensa a que
pertenecen.

Jerarquía: Cada banda está dirigida
por un cacique, cuya función se
supone que es heredopaterna.

Ritos: Las técnicas
shamánicas incluyen las siguientes secuencias: canto con
maraca, fumigación del paciente con tabaco, masaje y
succión de la substancia patógena.

Muerte: El lugar donde entierran a sus difuntos
se convierte por ello en tabú. Hacen entierro secundario
de los huesos.

X
GLOSARIO

vorágine. (Del lat.
vorāgo, -ĭnis). f. Remolino
impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los
ríos o de los lagos. || 2. Pasión
desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos. || 3.
Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en
movimiento.

arriscadamente. adv. m. Con atrevimiento y
osadía.

chinchorro. m. Red a modo de barredera y
semejante a la jábega, aunque menor. || 2.
Embarcación de remos, muy chica y la menor de a bordo. ||
3. Hamaca ligera, tejida de cordeles o fibra.

cabestro. (Del lat. capistrum). m. Buey
manso que suele llevar cencerro y sirve de guía en las
toradas. || 2. Ronzal que se ata a la cabeza o al cuello
de la caballería para llevarla o asegurarla. || 3.
cabestrillo (ǁ cadena delgada de oro o plata).
|| llevar, o traer, del ~ a alguien. frs.
coloqs. agarrar de los cabezones.

pajonal. m. Terreno cubierto de pajón. ||
2. Am. Mer. y Hond. herbazal. ||
3. Arg. y Ur. Terreno bajo y anegadizo,
cubierto de paja brava y otras especies asociadas, propias de los
lugares húmedos. || 4. Cuba. Pelo
enmarañado de una persona.

moriche. m. Árbol de América
intertropical, de la familia de
las Palmas, con tronco liso, recto, de unos ocho
decímetros de diámetro y gran elevación;
hojas con pecíolos muy largos y hojuelas grandes y
crespas, espádices de dos a tres metros, y fruto en baya
aovada, algo mayor que un huevo de gallina. Del tronco se saca un
licor azucarado potable y una fécula alimenticia, y de la
corteza se hacen cuerdas muy fuertes. || 2. Pájaro
americano, domesticable, más pequeño que el
turpial, de pluma negra y luciente y muy estimado por su
canto.

caño. (De caña). m. Tubo
corto, particularmente el que forma, junto con otros, las
tuberías. || 2. Tubo por donde sale un chorro de
agua u otro
líquido, principalmente el de una fuente. || 3.
Chorro de agua u otro líquido. || 4.
albañal (ǁ conducto de aguas inmundas). ||
5. En el órgano, conducto del aire que produce el
sonido. ||
6. Cueva donde se enfría el agua. || 7. En
las bodegas, subterráneos donde están las cubas. ||
8. Galería de mina. || 9. En las marismas,
brazo de agua poco profundo. || 10. Mar. Canal
angosto, aunque navegable, de un puerto o bahía. ||
11. Mar. canalizo. || 12. Ven.
Curso de agua de caudal irregular y lento, sin ribera arenosa,
por el que desaguan los ríos y lagunas de las regiones
bajas. || 13. ant. Mina o
camino subterráneo para comunicarse de una parte a otra.
|| ~ de escape. m. Arg., Bol.,
Par. y Ur. Tubo de escape.

zurra. f. Acción de zurrar
las pieles). || 2. coloq. Castigo que se da a alguien,
especialmente de azotes o golpes. || 3. coloq.
Continuación del trabajo en cualquier materia,
especialmente leyendo o estudiando. || 4. coloq.
Contienda, disputa o pendencia pesada, en que algunos suelen
quedar maltratados. || 5. C. Real y Tol.
sangría (ǁ bebida refrescante).

mata1. (Quizá del lat.
tardío matta, estera). f. Planta que vive varios
años y tiene tallo bajo, ramificado y leñoso. ||
2. Planta de poca alzada o tamaño. Mata de
tomate.

Mata de claveles. || 3. Ramita o pie de una hierba,
como de la hierbabuena o la albahaca. || 4. Porción
de terreno poblado de árboles de una misma especie.
Tiene una mata de olivos excelente. || 5.
lentisco. || 6. Col., Cuba y
Ven. vegetal (ǁ ser orgánico que crece
y vive, pero no muda de lugar por impulso voluntario). ||
~ de la seda. f. Arbustillo de la familia de las
Asclepiadáceas, de uno a dos metros de altura, de hojas
lineares y lanceoladas, y flores blancas en umbela, que se abren
en estío. Vive en África y en Arabia y suele
hallarse en el Mediterráneo. || ~ de pelo. f.
Conjunto o gran porción de la cabellera. || ~
parda. f. mata baja y espesa de encina o roble,
chaparro. || ~ rubia. f. coscoja. || saltar
alguien de la ~. fr. coloq. Darse a conocer tras
haber estado oculto. || seguir a alguien hasta la
~. fr. coloq. Perseguirlo y acosarlo con ahínco. ||
ser todo ~s y por rozar. fr. coloq. U. para
referirse a un negocio enmarañado que dificultosamente se
puede desenredar o aclarar. □ V. salto de
~
.

XI
BIBLIOGRAFÍA

Gutiérrez Girardot, Rafael. Modernismo.
Barcelona: Montesinos Editor, 1983. Estudio en clave
sociológica e histórica de un gran fenómeno
cultural.

Henriquez Ureña, Max. Breve historia de la
literatura en
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México, D.
F.: Fondo de Cultura Económica, 1954. Estudio
clásico que realiza una cumplida historia del movimiento
modernista.

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México, D. F.: El Colegio de México,
1966. Estudio descriptivo y analítico del movimiento hecho
por un especialista.

Rama, Ángel. Rubén Darío y la
literatura
Caracas: Alfadil, 1985. Enfoque
histórico-social del fenómeno modernista centrado
en la figura de su iniciador.

Perus, Françoise. Literatura y sociedad en
América Latin.
México, D. F.: Siglo XXI
Editores, 1976. Lectura del
movimiento modernista en clave rigurosamente
sociológica

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hispanoamericana.
México, D. F.: Fondo de Cultura
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general.

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hispanoamericana.
Madrid:
Editorial Castalia, 1990. Obra amplia y generalista sobre las
letras hispanoamericanas.

Fernández Rodríguez, Teodosio; Millares
Marín, Serena y Becerra Grande, Eduardo. Historia de la
literatura hispanoamericana.
Madrid: Editorial Universitas,
1995. Manual ameno e interesante realizado por
especialistas.

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7ª ed., 1987. Manual sucinto y ameno. Es una edición
revisada y aumentada de la primera versión, publicada en
1973.

Madrigal, Luis Íñigo (editor). Historia
de la literatura hispanoamericana.
2 vols. Madrid: Ediciones
Cátedra, 1987. Obra actual, planteada por movimientos,
temas y autores, a cargo de especialistas.

Oviedo, José Miguel. Historia de la literatura
hispanoamericana.
2 vols. Madrid: Alianza Editorial,
1995-1997. Una historia literaria viva, enjuiciada y valorada
desde perspectivas actuales, por un gran hispanista.

Sáinz de Medrano, Luis. Historia de la
literatura hispanoamericana.
Madrid: Ediciones Taurus, 1989.
Ensayo sobre
los autores y movimientos literarios del siglo XX de la
literatura hispanoamericana.

Shimose Kawamura, Pedro. Historia de la literatura
latinoamericana.
Madrid: Editorial Playor, 1992. Sucinto
panorama de la literatura latinoamericana realizada por el gran
crítico boliviano.

 

Hugo Andrés Correa

Colegio Londres

Sabaneta

Colombia

2006

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