- Heurística
en la Astronomía y en Física (Estática,
Dinámica y Cinemática - La
historia de las ciencias positivista y la Filosofía de
la Historia de las Ciencias de Alexandre
Koyré - La
actitud mental en el marco de pensamiento
organicista - De
"Mélanges de Duraciones", a las Heterocronías e
Interfases. (El orden en la complejidad
"Nada ha tenido una influencia más nefasta
sobre la historia que la
noción de "precursor". Considerar a alguno como
"precursor" de algún otro es, muy ciertamente, impedirse
comprenderlo" Alexandre Koyrén Introduction a Des
Révolutions des Orbes Celestes de Nicolás
Copérnico.p.6
Hay algunos factores constantes en la forma de
interpretación de Alexandre Koyré
a lo largo de sus Etudes de la Pensée Scientifique, y de
sus Etudes de la Pensée Philosophique. Koyré hace
un esfuerzo por mantenerse dentro del sistema de
ideas de cada filósofo y científico estudiado.
Ese esfuerzo sostenido por analizar las ideas de sus autores
dentro de los marcos de pensamiento
que animan a cada uno de ellos, antes de realizar una
exploración más profunda desde puntos de vista
comparativos, o de trazar una fenomenología de las distinciones,
diferencias y diferimentos, o de trazar cuadros epocales
o contraponiendo los distintos sistemas de
ideas unos con otros. Ese es el momento empático. En
cierta forma, hay alguna economía en la
técnica historiográfica, cierta compleja
simplicidad, aunque no sencillez. Sus análisis y perspectivas de
monografista se despliegan adentrándose en las
obras de antiguos, clásicos y modernos, de
contemporáneos, para comprender y exponer, desde el
interior mismo cada sistema de ideas que ha
recorrido.
Solamente después de haber ingresado en el
interior de cada sistema de ideas y ha realizado una
recomposición de las relaciones entre Ciencias y
Filosofía teniendo a la vista otras historias, como las
de Crombie y Duhem, Koyré abandona casi podríamos
decir que parece olvidar las monografías, y se
sitúa en un conjunto epocal más amplio, en sus
tesis
panorámicas de El mundo cerrado al Universo
Infinito. Las influencias cercanas y lejanas en el tiempo
reacomodan –diríamos con Jean Piaget–
sus ontologías, sus materialismos, y la
conservación de sus significados.
En la compleja simplicidad koyreana aparecen dos
criterios complementarios: en un lado su insistencia en dejar
hablar a los filósofos y científicos a
través de sus propias obras, sobreabundando en largos
comentarios a pie de página en lenguas de uso antiguo
como latín y griego, tanto como en inglés, francés, alemán e
italiano. Estilísticamente, el recurso de
temporalización que proveen las lenguas es
extraordinario, tanto para los hermeneutas como para los
efectos ambientales de un historiador que quiere inducir
al lector a vivir (en) el pasado. La reconstrucción de
dibujos con
los datos
originales, acaso indujeron a los historiadores experimentales
de las ciencias a reconstruir los laboratorios de Galileo,
Pascal y
Targaglia. 1 Por otro lado Koyré recusa
sistemáticamente el empleo
indeterminado y abusivo de la noción de "precursores". Y
logró renovar la crítica historiográfica en este
campo.
Antes de los trabajos de Koyré, el empleo de la
noción de "precursor" resultaba un lugar común de
la narrativa, que a fuerza de
indeterminación de su uso, no dejaba ver la diversidad
de matices que podía derivarse en ese concepto. Que
podía establecer conectivas donde había hiatos,
esperas, bifurcaciones, olvidos, metamorfosis, y quizás
también nada y vacío. Si el concepto de
precursor era un puente, al naturalizarse el paisaje
olvidábamos el río. Después de
Koyré, Georges Canguillhem, y en un estudio más
reciente, Helgue Kragh 2 han resumido las variantes
de ese concepto en la Historia de las Ciencias. Pero fue
Koyré quien advirtió que, detrás de un uso
conceptual descuidado, se perdían posiciones
interpretativas especialmente en torno a las
imágenes
del tiempo histórico, que son como veremos,
muchas.3
Una de las imágenes del tiempo histórico
es progresiva-lineal. Y relacionar en las ciencias los
descubrimientos o aportes en la investigación de filósofos y
científicos mediante el recurso de los precursores, es
conducir la narración al relato progresivo y lineal,
siguiendo el decurso pasado-presente-futuro. Ya Auguste Comte
sabía que así no se podía entender el
desarrollo
del espíritu positivo .Incluso el propio Auguste Comte
se asignaba un precursor, en el "ilustre y desafortunado
Concorcet"4 . Pero las ciencias en particular, como
la Física,
han tenido historiadores que han tomado dos criterios
narrativos combinados: eliminar la metafísica (y con ella muy buena parte de
la filosofía) del relato histórico, y luego
ensamblar teleológicamente a los precursores que
"anticiparan" las líneas de
investigación.
Una Historia de la Física de esas
características es la de Desiderio Papp. Allí
leemos "el legado de los precursores" que había influido
en el joven estudiante Galileo
Galilei. Leemos también de un "gran precursor,
Guillermo Gilbert" y de –en torno al siglo XVII, "un
genial precursor del siglo venidero: Daniel
Bernouilli.5 En efecto, la Historia de la
Física de Desiderio Papp se aleja proporcionalmente de
la Filosofía tanto como se acerca a la Tecnología. Es evidente que el
tratamiento teórico que Desiderio Papp realiza de
Newton es
mucho menos filosófico que el de Koyré en
Newtonian Studies. En cambio, no
se podría decir que The Astronomical Revlutin es
un estudio menos físico-Matemático y
Astronómico que la Historia de la Física de
Desiderio Papp. ¿En qué difieren entonces? Papp
apenas si retrocede del siglo XVII. La Física comienza
realmente con Galileo. Y desde allí su recorrido es
cronológico: cuantos más siglos pasan más
aumenta la capacidad explicativa de la Física. Y con el
uso de instrumentos, hay una segunda naturaleza,
una ontología tecnológica nueva que se
torna indiscernible de los niveles fenoménicos
observables y determinables experimentalmente. Y no hay
–aparentemente- saltos en la continuidad paralela del
orden de los acontecimientos y el orden de los
descubrimientos.
Pero, si Desiderio Papp escribe una ciencia
continuista y en progreso, en cambio, expulsa la
filosofía y la metafísica del mundo. Alexandre
Koyré, que recurre a Arquímedes y Zenón aún
cuando se refiera a Galileo y Descartes, o
al platonismo místico cuando explica a Kepler, o al
teólogo Brawardine cuando habla de Newton, desacomoda
en cambio todos los presente históricos que la
cronología de Desiderio Papp deja en estado de
sucesión narrativa. Pero Papp utiliza su término
clave: los precursores para una historia evolutiva lineal. Como
los planetas que
periódicamente retrogradan, en cambio, Koyré
combina una evolución lineal con una evolución
circular, con ciertos retornos parciales.
¿Se trata de un efecto de la narración,
escribir en una clave verbal de futuro
anterior?6¿O es acaso una ficción,
una filosofía del como sí, inherente al
historiador que decide metodológicamente situarse en la
antinomia? ¿Tiene la misma significación Aristóteles leído por sus
contemporáneos que Aristóteles leído por
Simplicio? ¿Tiene sentido referirse a los
contemporáneos del pasado? Todas estas preguntas no
representan dificultad alguna para una Historia de la
Física como la de Desiderio Papp: son preguntas
filosóficas, no la manera de interrogar de un
físico. Y es que entrañan niveles
fenomenológicos de muchos materialismos. Además
son preguntas de fundamento, suponiendo que hubiera algunos que
fueran algo más que la duración contingente de
ciertas premisas. Pero Desiderio Papp hace deslizar el sentido
sobre los hombres de ciencia, hace teleología, trae al
presente el efecto resultante de las técnicas
y las teorías. No piensa empáticamente,
no se sitúa como quieren los fenomenólogos, en la
conciencia,
en el espíritu de Kepler o de Newton, narra siempre
desde el exterior. No hay ninguna Psicología en la
Historia de la Física de Desiderio Papp, en cambio en
Koyré pueden encontrarse muchas. No hay exámen de
las teorías del conocimiento
en el –con todo erudito- libro de D.
Papp.
En cambio, en Koyré constantemente hay un
ambiente de
análisis de teorías del conocimiento, como una
música
de fondo. Desiderio Papp es fuertemente experimentalista, no
admite ningún platonismo en Galileo. Escribe al modo
continuista y positivista. Se trata de las antípodas estilísticas y
metodológicas con las que trabajaba Koyré. Sin
embargo, hay que decir también que, aún
más allá de hacer una apreciación
dialéctica, Alexandre Koyré necesitaba ese tipo
de versiones del pensamiento científico, y más
aún, para comprender mejor la crítica a la
noción de "precursores", es conveniente leer literatura
científica como la de D. Papp. –escrita hacia
1945- para advertir la evolución de la filosofía
de las ciencias que se ha producido luego de que Koyré,
y también Gastón Bachelard, cambiaran el marco de
pensamiento, la actitud
mental de los historiadores de las ciencias. Koyré se
entiende mucho más en relación a Pierre Duhem el
físico teórico de la termodinámica que escribió diez
tomos de una historia de las ciencias de los sistemas
cosmológicos.
Pero Desiderio Papp es uno de los típicos
historiadores de la Física que prescinden de las
ontologías y las filosofías naturales. No podemos
reprochar esta actitud, que es válida, sino advertir los
cambios historiográficos. Actualmente (porque
también debemos asignarle sentido a esta especial manera
de percibir) los historiadores de las ciencias son
también filósofos, y algunos con formación
especializada en ciencias particulares, pero todos ellos
conocen libros como
el de Papp y críticas como las de Koyré. Y tanto
Helge Kragh en Dinamarca, Gérard Jorlan en Francia como
Jean Françoise Stoffel en Bélgica; Guillermo
Boido en la Argentina y José Manuel Sánchez Ron
en España,
han asimilado la relativa vigencia del positivismo
como de la crítica de Koyré en los últimos
años.
No leer ninguna filosofía como precursora de
alguna otra. ¿Por qué? Para evitar la deriva
teleológica del sentido. Para evitar la clarividencia
implícita de las teorías destinadas a encontrar
sus sucesores. Par evitar asignar influencias construidas ad
hoc en las reconstrucciones racionales. Pero, en particular,
para situarse en un modo de comprensión más bien
inmanente, y no trascendente: como las monografías y
ensayos, la
unidad de análisis y selección propendía a un sistema
cuasi-monadológico.
Al estudiar a Valentín Weigel, un
místico protestante del siglo XVI, y encontrar algunas
analogías en su filosofía con algunas
temáticas epistemológicas de la Crítica de
Kant,
Koyré dice: "Queremos ensayar un estudio de las
doctrinas de Weigel en función
y a la luz de sus
maestros y de sus derivaciones, y no a la luz de sus sucesores
lejanos", contra el hábito de "considerar a
Weigel como un precursor de la filosofía idealista
alemana"7.
En su trabajo de
presentación del primer libro de Nicolás
Copérnico, "Des révolutions des orbres celestes",
también hace distinciones del mismo tono: "la primera
precaución a tomar es la de no ver en Nicolás
Copérnico un precursor de Galileo y Kepler, y de no
interpretarlo a través de ellos (p.6). En "Science de la
Renaissance", publicado en la compilación de René
Taton, "La Sience Moderne", leemos: "Nicolás de Cusa
no es precursor de Copérnico" (p.54) Si bien no pudo
evitar una reacomodación de los precursores,
puesto que a éstos los elegimos libremente en gran
medida, en una sorprendente actitud anacrónica y hasta
postmodernista8, Koyré dejó en
cuestión los eslabonamientos con que se habían
presentado las historias de las ciencias que habían
relegado a la metafísica a la pre-historia del
conocimiento humano, y retenido en cambio a las ciencias
particulares (paradigma
institucional y pragmático), desplazando la
Filosofía Natural que todavía para Auguste Comte
era muy semejante a la Filosofía del Espíritu
Positivo.9 Alexandre Koyré, en torno a los
ancestros y precursores, como advirtieron Kragh y Jorland, no
puede evitar el recurso a este concepto-llave, una conectiva
cuasi-causal diseñada especialmente para
reconstrucciones históricas. Y es, muy probablemente por
esta proximidad de explicación cuasi-causal lo que
produce su mayor potencial explicativo.
¿Cómo modificar la impresión de
que los precursores no significan causalidad material?
Podríamos recurrir a una imagen
fisicalista, diciendo que la fuerza impelida a un móvil
se transmite al chocar éste con otro, y a otro
más. Pero la conservación de la cantidad de
fuerza se modifica por el rozamiento. Tal cosa
acontecería con el concepto de precursores, y la
conservación del significado, por así decirlo, se
modifica por el transcurso del tiempo y por las distorsiones de
la transmisión del significado. Así, en cierta
forma. Weigel no era kantiano antes de Kant, ni Hiparco,
copernicano antes de Copérnico. Pero las cosas acontecen
como si los precursores fueran antecedentes lógicos e
históricos a la vez. Y el acuerdo entre lógica e historia no suele producirse
más que por tramos, momentos, circunstancias epocales.
Además, Koyré también emplea el concepto,
pero con una resultante sorprendente. Arquímedes fue
precursor de Galileo, nos dice en los Estudios
Galileanos10 Precisamente para que podamos advertir
que, a pesar de los dieciocho siglos transcurridos para una
historia internalista, en términos lógicos esos
dieciocho siglos atraviesan, sencillamente, una nada de
tiempo internalista. ¿Cómo pueden existir
dieciocho siglos para una forma de la historia, y un "ayer
nomás" para otra forma de la historia? La
contraposición del tiempo calendárico y el tiempo
lógico es el resultado directo de la existencia de la
Historia de las Ciencias. Koyré se dio cuenta de esta
situación precedido parcialmente por Engels, Hegel y
Dilthey, y en menor medida, por Auguste Comte, aunque su
sistema de Filosofía del Espíritu Positivo lo
hubiera llevado, quizás, a la misma concepción
epistemológica, a la misma concepción
filosófica de la historia de las ciencias. Para ello, si
ya en Comte se hallaban los esquemas formales básicos de
lo que luego se haría evidente para Engels en la
Dialéctica de la Naturaleza, de 1890, y mucho más
aún para el joven Koyré que lee a Jacob Boheme y
estudia la teoría de conjuntos de
Rusell, entonces, si esos esquemas formales de Comte
sólo necesitaban evolucionar para llegar a Koyré,
nos preguntamos aquí qué es lo que hace que los
esquemas lógicos se relacionen con el tiempo, o
también, como se temporalizan los esquemas
lógicos.
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