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La Revolución Mexicana (página 2)



Partes: 1, 2

  1. El incumplimiento de las declaraciones en
    la
    entrevista "Díaz-Creelman".
    En esta entrevista
    el dictador Porfirio de la Cruz Díaz Mori, en 1908,
    manifiesta al periodista norteamericano J. Creelman, entre
    otras cosas, que ya no volvería a ser candidato a la
    presidencia en 1910, que México estaba preparado para la democracia,
    que vería con buenos ojos la aparición de
    partidos
    políticos de oposición, que ya ha
    había una clase media
    que era el motor de la
    sociedad; en
    suma, hizo declaraciones que pusieron en actividad a aquellos
    sectores de la sociedad mexicana que querían participar
    de la vida política del
    país y que hasta el momento no podían hacerlo o
    si algunos lo hacían era para seguirle el juego al
    gobierno de
    Díaz. Así se creó, en 1909, el Club
    Central Antirreleccionista dirigido por Francisco I. Madero,
    que dio pauta a la creación del Partido Nacional
    Antirreleccionista, del cual fue elegido candidato presidencial
    para participar en las elecciones de 1910, contra
    Díaz.
  2. El fraude
    electoral de 1910 contra Madero.
    – Como candidato a la
    presidencia, Madero inició su campaña
    proselitista, que al principio, el gobierno de Díaz no
    le tomó importancia, pero a medida que la popularidad
    del candidato se fue incrementando, empezó a preocupar a
    la dictadura y
    pasó a tomar cartas en el
    asunto, mandó encarcelar a Madero acusándolo de
    incitar al pueblo a la violencia,
    pero logra huir hacia San Antonio
    Texas, Estados Unidos,
    donde redacta el Plan de San
    Luis en donde declara nulas las elecciones y hace un llamado al
    pueblo a levantarse en armas a partir
    de las seis de la tarde del 20 de noviembre
    de 1910. Rosendo Bolívar Meza nos dice como fue el fraude
    electoral de 1910: "… Estando preso Madero, se
    realizaron las elecciones en que Díaz se reeligió
    una vez más. Aunque en estas elecciones hubo gran
    cantidad de votos a favor de Madero, estos fueron anulados
    porque le habían quitado sus derechos
    constitucionales."2
  3. La difusión de las ideas del
    magonismo.
    Las ideas revolucionarias de los hermanos
    Flores Magón que hacían un llamado al pueblo a
    tomar las armas contra la dictadura desde antes de 1910, fueron
    abriendo las mentes y las conciencias de campesinos, pero
    fundamentalmente de los obreros de las fábricas, a
    través del periódico Regeneración y
    del Manifiesto del Partido Liberal Mexicano en 1906. La
    importancia histórica del magonismo, según El
    Colegio de México es que: "… dirigieron las
    críticas más constantes y certeras al
    régimen porfirista y gracias a
    Regeneración se concientizaron y politizaron
    muchos mexicanos; en sus filas adquirieron experiencia varios
    líderes que luego destacarían en la revolución
    Mexicana, y sus estancia en Estados Unidos sirvió
    para minar el prestigio internacional de don
    Porfirio"3
  4. La crisis
    económica de 1908.
    Este año
    cayó la producción de maíz y
    los precios de
    otros productos.
    La balanza
    comercial fue negativa al bajar las exportaciones e importaciones.
    Esto trajo como resultado el deterioro del nivel de vida de
    amplios sectores de la población lo que aumentó el
    descontento social.
  5. Descontento de la clase media
    emprendedora
    . La situación financiera
    estaba totalmente acaparada por el grupo
    más cercano a Díaz, los "científicos" que
    destinaban los créditos a financiar sus propios proyectos. Por
    otro lado los terratenientes o latifundistas, al tener sus
    tiendas de raya, a través de la cual les pagaban el
    mísero salario a
    sus trabajadores, obstaculizaba el desarrollo
    del capitalismo
    al limitar el intercambio dinero-mercancías. Esto no era nada
    favorecedor para la clase media que aspiraba a crear negocios o a
    que crecieran los que ya tenían.
  6. Descontentos de los campesinos. Los
    campesinos mexicanos trabajaban sus propias tierras como
    jornaleros, porque éstas les habían sido
    arrebatadas por la política agraria de Porfirio
    Díaz para beneficiar a los aristócratas o a los
    que le habían apoyado para llegar al poder y
    permanecer en él. Las compañías
    deslindadoras que se crearon para denunciar tierras
    vírgenes, catastrarlas y hacerlas productivas, optaron
    por lo más fácil, arrebatar las tierras a las
    comunidades indígenas, argumentando que no tenían
    dueño. El gobierno les regalaba a dichas
    compañías un tercio de lo deslindado y los otros
    dos tercios se los vendía a precios bajísimos, de
    tal manera que por este medio se formaron inmensos latifundios
    a costa de la propiedad
    comunal indígena. Por estos hechos, los campesinos se
    levantaron en armas al llamado del Plan de San Luis, porque en
    él Madero prometía restituir las tierras a las
    comunidades que habían sido despojadas de ellas por
    medios
    ilegales.
  7. La sobreexplotación del trabajo
    asalariado en minas, fábricas y
    haciendas.
    Si ciertamente durante el porfiriato
    se dio un gran crecimiento
    económico, éste fue posible a la
    explotación del pueblo trabajador y a la
    explotación inmoderada de los recursos
    naturales. Los peones en las haciendas trabajaban de sol a sol,
    las deudas con la hacienda, injustas, se heredaban de padre a
    hijo, les pagaban un raquítico salario y además
    sufrían constantes humillaciones y vejaciones por parte
    de los hacendados que eran totalmente inmunes por cuanto
    delito
    cometían. En las fábricas de los extranjeros, los
    obreros trabajaban largas jornadas de trabajo (12 a 14 horas
    diarias), con mísero salario, sin indemnizaciones,
    pensiones ni ninguna prestación social de la que ahora
    gozan los trabajadores. Trabajaban mujeres embarazadas, menores
    de edad, en fin era una explotación cercana a la
    esclavitud,
    aunque ésta, según Kenneth Turner, en su obra
    México Bárbaro, se encontraba, hacia
    finales del porfiriato en su más amplia y cruel
    expresión, principalmente en los valles henequeneros del
    Valle de Yucatán.

DESARROLLO.

Plan de
San Luis y sus repercusiones

La Revolución
Mexicana inició con la proclamación del Plan de San
Luis, fechado el 5 de octubre de 1910. En este plan, Madero
hacía un llamado al pueblo a levantarse en armas para el
20 de noviembre, declara nulas las elecciones presidenciales de
1910 por considerarlas fraudulentas, se proclama presidente
provisional, consagra el principio de sufragio
efectivo, no reelección, así como también
promete restituir a los campesinos las tierras que les
habían sido arrebatadas por los hacendados a raíz
de la cruel política agraria del porfiriato. Pronto se
desató el movimiento
armado, primero en Chihuahua, Durango, después en Morelos
y así por toda la República para luchar contra el
gobierno porfirista. Ante el avance de la revolución
maderista, Porfirio Díaz intentó hacer algunas
reformas a la Constitución, pero entrarían en
vigor hasta que terminara su periodo presidencial (1916),
también el viejo dictador tuvo que reconformar su gabinete
por la renuncia de algunos de sus integrantes; evidentemente que
tales acciones no
contuvieron a los revolucionarios, el río caudaloso de la
historia era ya
incontenible y en éste, la caída de la vieja
dictadura. La toma de Ciudad Juárez el 10 de mayo de 1911
por Francisco Villa y
Pascual Orozco fue determinante para que el gobierno del general
Díaz enviara representantes para terminar con la
revolución y lograr una negociación muy favorable, no precisamente
para Díaz, pero si para sus colaboradores que
permanecerían en el poder. A esta negociación,
pacto o tratado se le conoce como el Tratado o Acuerdo de Ciudad
Juárez firmado el 21 de mayo de 1911.

Acuerdos de Ciudad Juárez y sus
contradicciones (revolución no
aprovechada)

Astutamente, el gobierno porfirista, al verse perdido
ante la ola revolucionaria maderista, negocia su derrota para
triunfar. Al relacionar y comparar los puntos del Plan de San
Luis y de los Acuerdos de Ciudad Juárez, se observan en
éstos grandes diferencias y contradicciones. Primero, en
los Acuerdos de Ciudad Juárez se acepta la renuncia de P.
Díaz y Ramón
Corral como presidente y vicepresidente de la República,
respectivamente; esto quiere decir que se estaban reconociendo
sus cargos, mientras que en el Plan de San Luis se
desconocían porque habían llegado a ellos en forma
fraudulenta. Segundo, en los Acuerdos de Ciudad Juárez se
acepta que la presidencia recaiga en Francisco León de la
Barra, miembro del gabinete porfirista, el cual convocaría
a elecciones presidenciales; tenemos aquí otra
violación al Plan de San Luis porque según
éste, Francisco I. Madero asumiría la presidencia
provisional, sin embargo dejaba ésta en manos de los
porfiristas, otro gran error de Madero. Tercero, se declaraba el
licenciamiento de las fuerzas armadas, porque según estos
negociadores la revolución había acabado,
Díaz se retiraba del poder y ahora todo sería paz y
tranquilidad, sin embargo en este tratado no se hacía
ninguna mención de la restitución de las tierras
que se habían prometido en el Plan de San Luis, por lo
tanto los campesinos se sintieron traicionados, no depusieron las
armas por la simple y sencilla razón de que no les
habían entregado sus tierras.

Revolución que transa, que negocia, es
revolución suicida. Así fue, una revolución
triunfante fue prácticamente regalada al enemigo. Madero,
que creía ciegamente en la democracia y en los hombres,
pactó el triunfo revolucionario con los porfiristas
prácticamente derrotados, entregó el gobierno
provisional a ellos y como resultado de los Acuerdos de Ciudad
Juárez se creó un gobierno mixto, se repartieron
entre maderistas y porfiristas las gubernaturas de los Estados y
las posiciones en el gabinete presidencial. Antes de firmar los
Acuerdos de Ciudad Juárez, Venustiano carranza fijó
su postura en contra de éstos, de manera clara veía
venir lamentables sucesos al negociar de esa forma con el enemigo
y sentenciaba: "… Revolución que transa, es
revolución perdida. Las grandes reformas sociales que
exige nuestra patria, sólo se llevarán a cabo por
medio de victorias decisivas. Las revoluciones para triunfar de
un modo definitivo necesitan ser implacables. ¿Qué
ganamos con la retirada de los señores Díaz y
Corral? Quedarán sus amigos en el poder; quedará el
sistema
corrompido que hoy combatimos.

El interinato será una prolongación
viciosa, anémica y estéril de la dictadura. Al lado
de esta rama podrida el elemento sano de la Revolución se
contaminaría. Sobrevendrán días de luto y de
miseria para la República y el pueblo nos maldecirá
porque, por un humanitarismo enfermizo, habremos malogrado el
fruto de tantos esfuerzos y tantos sacrificios. Lo repito:
revolución que transa, se suicida."4 Los
sucesos ocurridos durante el interinato de León de La
Barra y de la presidencia de Madero confirmaron este
presagio.

El propósito de los Acuerdos de Ciudad
Juárez, como lo dice Rosendo Bolívar Meza fue
"… dar por concluida la revolución y realizar el
licenciamiento de las tropas revolucionarias, es decir, desarmar
a las masas campesinas y restablecer el orden jurídico
burgués, sin embargo, no hacían mención
sobre el problema de la tierra, ni
sobre ningún otro de los puntos mencionados en el Plan de
San Luis…"5. Los operadores de los Acuerdos de
Ciudad Juárez creyeron que terminaba la revolución,
bueno, la de ellos sí, que era eminentemente
política, que buscaba sólo cambios y reacomodos en
el poder, pero en el horizonte mexicano, en el campo, en las
ciudades y en todas partes de la República
iniciaría la revolución social, la que demandaba
mejores condiciones de vida y de trabajo para obreros y
campesinos; por lo tanto, era evidente que el movimiento popular,
social y sobre todo agrario, seguiría su lucha,
principalmente con Emiliano zapata y
Francisco Villa.

El gobierno de Madero y sus
dificultades.

Al llegar Francisco Ignacio Madero a la presidencia de
la República a principios de
noviembre de 1911, después del interinato de Francisco
León de la Barra, la situación no era nada
favorable para el caudillo coahuilense. Tenía enemigos por
todas partes. Como resultado de los Acuerdos de Ciudad
Juárez, muchos porfiristas quedaron en el gobierno
interino que se encargaron de hacerle la vida imposible. Como
Presidente de la República se enfrentó a una gran
inestabilidad política: primero, tuvo que luchar contra un
poder
legislativo que le era totalmente adverso, pues era
mayoritariamente porfirista; segundo, aprovechando la libertad de
prensa, fue
atacado por sus enemigos que lo ridiculizaban severamente;
tercero, tuvo que enfrentar las rebeliones armadas de Bernardo
Reyes, Pascual Orozco, Félix Díaz, y, la de
Emiliano Zapata. Madero era una persona que
confiaba en la gente, creía que con la democracia se
resolverían todos los problemas de
la sociedad. No estaba en contra de la inversión
extranjera, sólo pensaba que había que
regularla adecuadamente. Pensaba que a los peones había
que pagarles más y darles un mejor trato, no estaba muy
convencido de expropiar los latifundios y entregárselos a
los campesinos. Esto último lo entendió muy bien
Zapata y proclama su Plan de Ayala a menos de un mes de que
madero asumiera la Presidencia de la República.

En suma, para principios de 1913, se presagiaba el fin
del gobierno maderista, pues tenía en su contra tanto a
revolucionarios como Zapata, como a fuerzas conservadoras que
deseaban el retorno a la paz porfiriana, éstos
últimos organizarían la contrarrevolución
por medio del golpe de estado a
partir del 9 de febrero de 1913 hasta el 19 de ese mismo mes,
conocido como la "Decena Trágica", en la que obligan a
renunciar a Madero y a Pino Suárez a la presidencia y
vicepresidencia de la República, respectivamente, teniendo
este episodio el desenlace fatal del asesinato de ambos el 22 de
febrero.

El Plan de Ayala, programa
eminentemente agrario y social.

Emiliano Zapata junto con sus más cercanos
colaboradores, entre ellos su hermano Eufemio y su compadre
Otilio Montaño, redactaron el Plan de Ayala el 25 de
noviembre de 1911, teniendo como principal justificación
el incumplimiento que Madero había hecho a los campesinos
de restituirles las tierras. Se consideraba a Madero traidor, por
lo tanto, se desconocía su gobierno y se demandaba
fundamentalmente la devolución de las tierras a los
campesinos que se las habían arrebatado.

Los acuerdos de Ciudad Juárez no convencieron a
los zapatistas, por lo tanto, no entregaron las armas, ellos
querían la tierra, su
medio fundamental de subsistencia, no entendían para nada
acerca de la democracia y la democratización de la vida
política del país, seguramente pensaban que con la
democracia no se come y con la tierra sí, querían
una solución inmediata a su problema agrario, pero Madero
pensaba solucionarlo gradualmente, al no estar totalmente
convencido de expropiar los latifundios que estaban en manos de
poderosos terratenientes.

La
Decena Trágica y sus responsables

Las fuerzas más conservadoras, recelosas y
totalmente desconfiadas de un gobierno titubeante e inexperto,
decidieron asestar el golpe de Estado que
daría fin al gobierno democrático maderista. Los
líderes golpistas fueron los militares Manuel
Mondragón y Gregorio Ruiz, secundados por el civil Rodolfo
Reyes que pretendía liberar a su padre Bernardo Reyes, de
la cárcel de Tlatelolco. Este suceso comenzó el 9
de febrero con la liberación de Bernardo Reyes y
Félix Díaz que se sumaron al movimiento
contrarrevolucionario. Madero confía las tropas del
gobierno al general Victoriano Huerta, pero éste retarda
las acciones porque también estaba inmiscuido
traidoramente, en contra de Madero. El 19 de febrero se consuma
el golpe de estado al obligar a renunciar a Madero y a Pino
Suárez a sus respectivos cargos.

Cabe aclarar que en este lamentable acontecimiento,
resalta la participación del embajador norteamericano
Henry Lane Wilson, apoyando abiertamente a los golpistas, porque
según él las relaciones diplomáticas entre
México y los estados Unidos se habían deteriorado,
los intereses económicos estadounidenses en nuestro
país habían disminuido, además envió
informes
alarmistas sobre la inseguridad de
los estadounidenses, sus propiedades y capitales invertidos en
México. En la embajada norteamericana se acordaron las
acciones y todo el plan a seguir para el golpe de Estado; al
respecto Rosendo Bolívar Meza expresa: "La Decena
Trágica concluyó con un acuerdo entre los jefes
rebeldes encabezados por Félix Díaz y el jefe del
ejército federal, Victoriano Huerta, por el cual se
destituyó a Madero de la presidencia, se designó a
Huerta presidente provisional, se formó un nuevo gabinete
y quedó Félix Díaz en libertad de acción
para presentar su candidatura a la presidencia de la
república en las siguientes
elecciones."6.

A este acuerdo se le conoce como el Pacto de la
Embajada. Tras la renuncia de Madero, asume la presidencia
provisional, de acuerdo a la Constitución, el Secretario
de Relaciones Exteriores, Pedro Lascuraín, pero
sólo el tiempo
necesario (menos de una hora), para nombrar Secretario de
Gobernación a Victoriano Huerta, renunciar a la
presidencia y así abrirle paso a la presidencia de la
República, por el hecho de estar vacantes la presidencia,
la vicepresidencia y la Secretaría de Relaciones
Exteriores. Así, manchado de sangre y de
manera "legal", Victoriano Huerta usurpa la presidencia de la
República. Pero los revolucionarios se agruparían
contra esta usurpación e ilegalidad y se daría
inicio a la etapa constitucionalista encabezada por Venustiano
Carranza, entonces Gobernador de Coahuila.

El Plan de
Guadalupe. En busca de la legalidad.
Reagrupación de diferentes tendencias
revolucionarias.

Con la llegada a la presidencia de Victoriano Huerta de
forma ilegal y manchado de sangre como consecuencia de la decena
trágica, Carranza rompe relaciones con este usurpador y
encabeza el Plan de Guadalupe, fechado el 26 de marzo de 1913,
que a la letra dice:

Primero. Se desconoce al general Victoriano
Huerta como Presidente de la República.

Segundo. Se desconoce también a los
Poderes Legislativo y Judicial de la
Federación.

Tercero. Se desconoce a los gobiernos de los
estados que aún reconozcan a los poderes federales que
forman la actual administración, treinta días
después de publicado este plan.

Cuarto. Para la
organización del ejército encargado de hacer
cumplir nuestros propósitos, nombramos como Primer jefe
del Ejército, que se denominará
"Constitucionalista", al ciudadano Venustiano carranza,
gobernador del estado de Coahuila.

Quinto. Al ocupar el Ejército
Constitucionalista la ciudad de México, se
encargará interinamente del Poder
Ejecutivo el ciudadano Venustiano Carranza, Primer Jefe del
Ejército, o quien le hubiera sustituido en el
mando.

Sexto. El Presidente interino de la
República convocará a elecciones generales tan
luego como se haya consolidado la paz, entregando el poder al
ciudadano que hubiese sido electo.

Séptimo. El ciudadano que funja como
Primer Jefe del Ejército Constitucionalista en los estados
cuyos gobiernos hubieren reconocido al de Huerta, asumirá
el cargo de gobernador provisional, y convocará a
elecciones locales, después de que hayan tomado
posesión de sus cargos los ciudadanos que hubiesen sido
electos para desempeñar los poderes de la
Federación, como lo previene la base anterior.

Como se observa, en este plan no se incluyen las
demandas sociales que le estaban dando la fuerza al
movimiento armado, era más bien un programa de orden
político, para restaurar la legalidad y el orden
constitucional, no se prometía nada a las masas populares,
aunque Carranza consideraba que las reformas sociales
vendrían por sí solas, gradualmente, primero lo
primero y esto implicaba para él, el restablecimiento del
imperio de la ley, las reformas
tendrán que hacerse, decía, después, pero
sin prometerse en este plan.

El 24 de septiembre de 1913, Venustiano Carranza
pronuncia en hermosillo, Sonora, uno de los discursos
más importantes de la Revolución, en donde resalta
lo siguiente: "El Plan de Guadalupe no encierra ninguna
utopía, ni ninguna cosa irrealizable, ni promesas
bastardas con intención de no cumplirlas; el Plan de
Guadalupe es un llamado patriótico a todas las clases sin
ofertas ni demandas al mejor postor; pero sepa el pueblo de
México que terminada la lucha armada a que convoca el plan
de Guadalupe, tendrá que principiar formidable y
majestuosa la lucha social, la lucha de clases, queramos o no
queramos nosotros mismos y opónganse las fuerzas que se
opongan…"7 Carranza sabía muy bien la
naturaleza de
las revoluciones y que el río caudaloso de la historia no
podía detenerse, que aunque el no quisiera, se
tendrían que dar las reformas sociales y económicas
que el pueblo necesitaba.

Aún cuando en el Plan de Guadalupe no se
incluían, ni por asomo, las demandas sociales que
demandaban los campesinos y los obreros, los grupos
revolucionarios que habían apoyado a Madero, le dieron su
apoyo, como el caso de Villa y Zapata; Pascual Orozco en cambio, se
puso del lado de Huerta. En esta etapa llamada constitucionalista
aparece Álvaro Obregón, dándole el apoyo
militar y político a Carranza, comandando el
Ejército del Noroeste, al que la División del Norte
de Francisco Villa estaba adscrito. Pablo González, por su
parte encabezaba el Ejército del Noreste, con el que
Carranza coincidía más en lo político e
ideológico, pero que desafortunadamente para el Primer
Jefe, tenía una menor fuerza social y militar que Villa y
Obregón.

Francisco Villa, con su División del Norte,
encabezaba el ejército más poderoso de la
revolución y su papel fue decisivo en la derrota del
huertismo, pero Villa no era de las simpatías ni
confianzas de Carranza, sin duda en esto influían la clase
social a la que pertenecían, su ideología y cultura. En
Carranza hubo un cierto temor a que el villismo lo rebasara e
hizo todo lo posible por debilitarlo y entorpecerlo. Villa
envía su renuncia como jefe de la División del
Norte ante Carranza, éste la acepta, pero los generales
villistas sostienen a su jefe, insubordinándose contra el
ejército constitucionalista. Sin embargo, mediante el
Pacto de Torreón, el 8 de julio de1914, se resolvieron
aparentemente las diferencias entre Villa y Carranza, a esto nos
dice Bolívar Meza: "…

En este pacto la división del norte
reconoció a Carranza como primer jefe del ejército
constitucionalista y cesó su insubordinación, y la
jefatura constitucionalista reconoció a Villa como jefe de
la división del norte (…). Carranza se
comprometió también a convocar a una
convención de jefes constitucionalistas, una vez derrotado
Huerta (…) implantar un régimen democrático,
procurar el bienestar de los obreros, emancipar a los campesinos
y distribuir las tierras."8

Como resultado de las victorias del ejército
constitucionalista, Victoriano Huerta renuncia a la presidencia
el 15 de julio de 1914, sustituyéndolo Francisco Carbajal,
quien se rindió a los revolucionarios, a través de
los Tratados de
Teoloyucan, el 13 de agosto de 1914. Al día siguiente, el
ejército al mando de Obregón, hace su entrada
triunfal a la capital del
país y Carranza, en atención al Plan de Guadalupe, asume la
Presidencia Provisional de la República.

En cuanto a Zapata, Carranza le da un trato de bandolero
y no de revolucionario. Así como con Villa, Zapata no era
para nada en quién confiar. Zapata entendió que el
Primer Jefe no le resolvería el problema agrario que
fundamentalmente estaba demandando. Aunque Carranza argumentaba
que la reforma social vendría, pero todo a su tiempo y
anteponiendo la ley y el orden a ello, los zapatistas
querían solución inmediata a su demanda por la
tierra, por lo tanto, en agosto de 1914, dieron a conocer un
manifiesto donde fijaron sus posiciones políticas,
donde dan a conocer que su participación en la
revolución no era para conquistar puestos
políticos, sino para recuperar sus tierras; plantearon que
fueran los jefes combatientes los que designaran al presidente
interino y que quien asumiera el cargo aceptara los tres grandes
principios del Plan de Ayala: expropiación de tierras por
causa de utilidad
pública, confiscación de bienes a los
enemigos del pueblo y restitución de tierras a los
individuos y comunidades despojadas. De no lograrse lo anterior,
la lucha zapatista seguiría hasta
imponerse.9

Conclusión

Con todo lo anterior, podemos afirmar que en el seno de
la revolución mexicana, participaron dos movimientos
distintos. Uno político, de carácter burgués, que sólo
pretendía un cambio y reacomodo en las relaciones de
poder, representado por Madero, Carranza y Obregón; este
movimiento demandaba sufragio efectivo no reelección,
libertad de prensa, elecciones libres, libertad municipal,
restablecimiento de la ley y el orden, en suma, democratizar la
vida política del país, sin trastocar a fondo la
estructura
social que resultaba en una profunda, injusta e intolerable
desigualdad
social. El otro movimiento, de carácter social, que
demandaba disminuir la desigualdad social mediante el reparto
agrario y mejores condiciones de trabajo y de vida para los
campesinos y obreros, representado por Villa y Zapata.

Estas diferencias ideológicas e intereses de las
distintas fuerzas revolucionarias (carrancistas, obregonistas,
villistas y zapatistas), provocaron que, después de la
caída de Huerta, se separaran y lucharan entre sí
para tratar de lograr sus objetivos.
Seguiría la lucha entre estas facciones revolucionarias,
carrancistas contra zapatistas y contra villistas, y,
después, obregonistas contra carrancistas. Después
de silenciado, hasta cierto punto el movimiento social, para
1920, se hacía más evidente la lucha por el poder,
que Carranza pagaría con su vida.

NOTAS:

  1. Kenneth Turner John, México
    Bárbaro
    , Ed. Quinto Sol, México, p.
    107.
  2. Bolívar Meza Rosendo, Historia de
    México Contemporáneo II
    , Ed. Instituto
    Politécnico Nacional, México, 2004, p.
    47.
  3. El Colegio de México, Nueva Historia
    Mínima de México, Ed. El Colegio de
    México, México, 2004, pp. 227-228.
  4. Krauze, Enrique, Biografía del Poder/ 5,
    Venustiano Carranza (Puente entre siglos),
    Ed. Fondo de
    Cultura Económica, México, 1987, pp.
    18-19
  5. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p.
    50.
  6. Ídem, P. 62.
  7. Enrique Krauze, Op. Cit., p. 41.
  8. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p.
    71.
  9. Ídem, pp.74-75.

 

Marco Antonio Borboa Trasviña,

Nació en Los Mochis, Sinaloa, México, el
24 de abril de 1964. En 1984 ingresó al Instituto de
Antropología de la Universidad de
Occidente donde cursó la Licenciatura en Sociología Rural titulándose de la
misma en el año de 1989. Obtuvo el Grado de
Maestría en Comunicación para el Desarrollo
Social, por parte de la Universidad de Occidente, Unidad Los
Mochis, el 11 de diciembre de 2003, mediante la tesis Las
relaciones Interculturales entre "yoris" y
"yoremes"

Profesionalmente se ha desempeñado en la
Universidad de Occidente, Unidad Guasave desde 1988 hasta la
fecha actual, ocupando diferentes cargos o responsabilidades:
Delegado de Servicio
Social, Jefe del Departamento Académico de
Sociología, Responsable de Área de
Superación Docente, Jefe del Departamento Académico
de Ciencias
Sociales y Humanidades; Consejero Propietario
Académico y Técnico en varias ocasiones; ha sido
nombrado Presidente de la Comisión de Carrera de la
Licenciatura en Desarrollo
Comunitario; así como también ha participado
como sinodal para titulación de alumnos de las carreras de
Sociología Rural y Desarrollo Comunitario vía
examen por conocimientos. Es maestro titular de las asignaturas
de Desarrollo Histórico de México I y II,
además tiene una experiencia docente de 18 años
impartiendo cursos fundamentalmente sobre Historia de
México, sociología y antropología

Ha participado activamente en la elaboración y
actualización de cartas descriptivas y ahora programas
indicativos en la Universidad de Occidente. Ha sido conferencista
de temas relacionados al grupo indígena mayo yoreme del
norte de Sinaloa y comentarista del libro Los
Mayos del antropólogo Jesús Ángel Ochoa
Zazueta; así como del libro Compendio Toponímico y
Geográfico del Estado de Sinaloa de maestro Teodoso
Navidad.

Actualmente es Profesor de
Tiempo Completo categoría "D" adscrito al Departamento
Académico de Ciencias
Sociales y Humanidades de la Universidad de Occidente, Unidad
Guasave, del cual también es Jefe.

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