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Esquizofrenia




Enviado por idania mendoza



  1. Introducción
  2. Justificación
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Introducción

La esquizofrenia es una enfermedad mental caracterizada
por psicosis, apatía y retraimiento social en
combinación con deterioro cognitivo, alteraciones que
ocasionan trastornos sustanciales en el desempeño laboral,
escolar, familiar y recreativo.  Entre las patologías
psiquiátricas, la esquizofrenia es la enfermedad
más incapacitante y demanda una cantidad desproporcionada
de recursos de salud. Sin embargo, se han producido avances
considerables en el tratamiento y en la actualidad muchos
enfermos pueden llevar una vida razonablemente normal. La
incidencia anual estimada es de 0.2 a 0.4 por 1 000. La
frecuencia de esquizofrenia es semejante en ambos sexos aunque en
las mujeres tiende a aparecer más tarde y a presentar un
curso más benigno, probablemente como consecuencia del
efecto de los estrógenos sobre los receptores D 2. Se
registran variaciones sustanciales en la prevalencia e incidencia
de la enfermedad de un país a otro y entre diversos grupos
culturales; sin embargo, las diferencias se reducen si se aplican
criterios diagnósticos estrictos. Los síntomas
esenciales incluyen dificultad para un pensamiento ordenado
(pérdida de las asociaciones), disminución del
afecto, pérdida del comportamiento dirigido o ambivalencia
por impulsos conflictivos, y autismo. Los principales sistemas
diagnósticos que se emplean son la Tenth Revision of the
International Classification of Diseases (ICD-10) y el Diagnostic
and Statistical Manual, Fourth Edition (DSM-IV). Ambos definen
objetivamente las manifestaciones clínicas en forma
similar. Las diferencias principales consisten en que el DSM-IV
requiere la disfunción social u ocupacional (criterio no
incluido en el sistema ICD-10) y una duración de la
patología de 6 meses (versus 1 mes en el ICD-10). Aun
así, la confiabilidad diagnóstica y
reproducibilidad de ambos esquemas son buenas.  La
esquizofrenia se caracteriza por tres tipos esenciales de
manifestaciones clínicas: síntomas
psicóticos, síntomas negativos y alteración
cognitiva. Los primeros comprenden la pérdida de contacto
con la realidad, incluidos falsos pensamientos (delirios) y
alucinaciones, entre otros. Los síntomas psicóticos
tienden a aparecer episódicamente. Los síntomas
negativos son estados de déficit en los cuales los
procesos de comportamiento y emocionales básicos
están muy disminuidos o ausentes. Tienden a fluctuar menos
que las manifestaciones psicóticas en el transcurso de la
patología.  Las alteraciones cognitivas incluyen
problemas en la atención, concentración y memoria,
en el aprendizaje y en las funciones operativas. Es común
la declinación cognitiva respecto del estado anterior a la
enfermedad; el funcionamiento posterior suele mantenerse
relativamente estable al cabo del tiempo. Al igual que los
síntomas negativos, los trastornos cognitivos afectan
considerablemente la vida en familia y sociedad; en algunas
circunstancias el impacto es de tal magnitud que obliga a la
dependencia casi absoluta y a la necesidad de internación.
La frecuencia de esquizofrenia es mayor entre parientes de
pacientes en comparación con la población general.
El riesgo aumenta 10 veces en familiares de primer orden; se
estima cercano al 50% cuando ambos padres están afectados
y del 60% al 84% cuando hay un gemelo monocigótico
enfermo. Se han identificado al menos 7 genes asociados con
esquizofrenia.

Justificación

Los médicos de familia juegan un papel importante
en la detección temprana de las personas que son
psicóticas. También son importantes en el manejo de
los pacientes que están estabilizados, pero que requieren
terapia de mantenimiento. La mayoría de estos pacientes
estabilizados se manejan mejor en la comunidad. Además,
como la tasa de enfermedades físicas, como
cardiovasculares enfermedades como, la obesidad y la diabetes son
más altas entre pacientes con esquizofrenia, en
comparación a la población general, los
médicos de familia sería capaz de diagnosticar y
dar el tratamiento de estas enfermedades. El estudio de pacientes
psicóticos y sus familiares nos acerca a una
percepción familiar en la que existe mayor nivel de
conflicto, mayor rigidez con relación al cumplimiento de
normas y reglas, así como una mayor necesidad de
planificar y estructurar las actividades. Los médicos
deben recordar que la esquizofrenia es más que la
psicosis, y que las personas con esquizofrenia tienen una pesada
carga de problemas médicos y un aumento de la mortalidad.
Debemos enseñar el concepto más exacto de la
esquizofrenia a nuestros estudiantes, nuestro los pacientes y las
familias de nuestros pacientes. La dopamina la teoría es
un modelo útil para la terapéutica de la corriente
antipsicóticos, pero no es un modelo útil del
trastorno de la esquizofrenia. Los pacientes con esquizofrenia
continúan teniendo menor acceso a la atención de la
salud física, y la calidad de la atención que
reciben es menor que la de la población general. El
desarrollo e implementación de un conjunto de directrices,
si dirigidas a las deficiencias en los médicos de estos
pacientes, puede mejorar la calidad de la atención.
Sistemas diagnósticos como el DSM-IV tengan como requisito
el deterioro en el funcionamiento social para establecer un
diagnóstico de esquizofrenia o que, desde una perspectiva
puramente clínica, no se pueda entender el tratamiento
adecuado del paciente con esquizofrenia como dirigido a una pura
reducción en la intensidad de los síntomas si esto
no se acompaña de una mejoría en su funcionamiento
social. Los estilos de vida de las personas con enfermedades
mentales a menudo se caracterizan por la mala alimentación
y los bajos niveles de ejercicio, además de contar con
mayores niveles de consumo de tabaco y alcohol que la
población general Se reconocen factores de riesgo para
aumentar las tasas de enfermedades cardiopulmonares,
metabólicas, gastrointestinales y cáncer La deriva
social es un fenómeno conocido en la esquizofrenia. Hay
altas tasas de desempleo, las condiciones de vida sin hogar y / o
de baja calidad, además de un bajo apoyo social y el
aumento del estrés psicosocial en comparación con
la población general. El tratamiento de la esquizofrenia
deben tomar una enfoque holístico y multidisciplinario. El
tipo y el alcance de intervención son, en gran medida,
específicos para las diferentes fases de la enfermedad. En
la fase aguda de la enfermedad, el paciente requiere
atención psiquiátrica especializada. La
esquizofrenia es un trastorno relativamente común
clasificada entre las diez causas principales de discapacidad en
todo el mundo. Existe un riesgo doce veces mayor de suicidio y
mortalidad por cualquier causa es de dos a tres veces mayor en
este grupo de pacientes.

Desarrollo

En el Manual Diagnóstico y Estadístico de
la American Psychiatric Association, la esquizofrenia se
clasifica como un trastorno psicótico, y el modelo que los
clínicos describen con mayor frecuencia es el de un
trastorno psicótico que se debe principalmente a una
función anormal de la dopamina. Este modelo ha dominado
las ideas acerca del trastorno durante décadas. El
concepto de que la esquizofrenia es un trastorno exclusiva o
principalmente psicótico también es algo
engañoso. La psicosis forma parte de la esquizofrenia,
pero lo mismo ocurre con otros síndromes
neuropsiquiátricos, como la depresión, el abuso de
sustancias y los trastornos de ansiedad. El deterioro cognitivo
(dificultades de memoria, atención, función
ejecutiva, etc.) es generalizado y afecta a muchos dominios
cognitivos, puede preceder al inicio de la psicosis y es un
potente factor predictivo de la función. Los deterioros
cognitivos se identifican también en los familiares de los
casos iniciales de esquizofrenia diagnosticados; algunas
anomalías se han utilizado como endofenotipos para
explorar la genética de la esquizofrenia, y estos
deterioros han pasado a ser objetivos terapéuticos para
las compañías farmacéuticas. Otra de las
debilidades del concepto común de esquizofrenia es que se
piensa que es exclusivamente un cerebro enfermo. Sin embargo, no
ha habido evidencia de muchos años que, como grupo, las
personas con esquizofrenia tienen un número de sutiles
variantes anatómicas que sólo pueden ser explicadas
como formación anormal de los órganos durante
gestación. No se trata de anomalías confinadas a la
cabeza y cuello, pero incluyen malformaciones en los dedos de los
pies, el plexo venoso de las uñas, huellas digitales, y
otros. Los pacientes con esquizofrenia también tienen una
vía de desarrollo distintivo, con el nacimiento de baja
peso y una complexión delgada desde la infancia hasta
principios de la vida adulta. (1)

La esquizofrenia es considerada una enfermedad del
neurodesarrollo por muchos autores. Saber si en los pacientes hay
variantes morfológicas producidas durante el desarrollo de
áreas anatómicas diferentes al cerebro y entender
la relación de esas variantes con el desarrollo cerebral o
con la exposición prenatal a posibles noxas, podría
dar pistas sobre los eventos que llevan al trastorno. Variantes
morfológicas inespecíficas producidas durante el
primer y segundo trimestre de gestación denominadas
anomalías físicas menores (AFM) que pueden ser
usadas como marcadores de riesgo de una enfermedad en personas
susceptibles se vienen relacionando con la esquizofrenia,
independientemente de la región anatómica en la que
se presenten. La importancia de estas anomalías en
relación con la esquizofrenia estaría dada porque
podrían ser el reflejo de un sustrato (esquizotaxia)
heredado o adquirido como consecuencia de alguna injuria(s) que
resultaría en la enfermedad en personas
susceptibles.(2)

Los pacientes con esquizofrenia tienen un riesgo
más alto de hospitalizaciones debido al cuidado de
condiciones ambulatorias sensibles, a pesar de un sistema de
salud que le de la cobertura universal para los ciudadanos.
(3)

La esquizofrenia produce limitaciones psicosociales muy
importantes. Desde que la mayoría de los pacientes
esquizofrénicos empezaron a tratarse en la comunidad en
vez de mediante la hospitalización a largo plazo, la
función social se ha considerado una medida de resultados
cada vez más importante en la investigación y la
práctica clínica con estos pacientes. Un concepto
más preciso de la esquizofrenia puede ser resumirse como
sigue:

– La esquizofrenia no es un trastorno psicótico,
es un trastorno del desarrollo con anormalidades en el cerebro de
muchas funciones, incluida la psicosis.

– La esquizofrenia no es una enfermedad del cerebro, es
un desarrollo trastorno que afecta a otras partes del cuerpo,
así como el cerebro. (4)

Desde siempre se ha considerado la familia como un pilar
fundamental en el desarrollo de la psique humana; y en
relación con los trastornos mentales sabemos que ciertos
aspectos del ambiente familiar modulan el curso de algunos de
estos trastornos. En los últimos años se ha
despertado un creciente interés acerca del papel de la
familia dentro del contexto psiquiátrico, considerando el
ambiente familiar como un factor modulador del curso de la
enfermedad. Numerosas investigaciones se dirigen a estudiar el
entorno familiar de pacientes con trastornos
psiquiátricos, dado que la familia, por un lado, puede
funcionar como potencial preventivo y curativo, pero por otro,
parece contribuir a la etiopatogenia y mantenimiento de los
trastornos mentales. (5)

En el caso de pacientes crónicos la carga
familiar aparece en relación a los síntomas
negativos, disruptivos y hospitalizaciones psiquiátricas
frecuentes y a los escasos conocimientos y recursos de
afrontamiento por parte de los familiares. En ellos es habitual
encontrar resignación, resentimiento sobre previos
contactos con profesionales, miedo a que los cambios puedan
empeorar las cosas y falta de motivación. La
situación familiar repercute en la evolución del
paciente, pues tienen más recaídas aquellos
pacientes con familias de alta emoción expresada.
(6)

La esquizofrenia es un trastorno complejo y surge de una
combinación de factores de riesgo, incluyendo la
vulnerabilidad genética. Aunque más del 80% de los
pacientes con esquizofrenia tienen padres que no tienen el
trastorno, el riesgo de esquizofrenia es mayor en personas cuyos
padres tienen el trastorno. El riesgo de por vida es de 13% para
un niño con uno de los padres con la esquizofrenia, el 35%
-40% para un niño con dos padres afectados y alrededor del
50% tasa de concordancia entre los gemelos monocigóticos.
La vulnerabilidad genética surge a partir de una
combinación compleja de múltiples genes de
pequeño efecto. Los factores ambientales de riesgo
también son necesarios y algunos funcionan temprano en la
vida. (7)

Existen importantes diferencias por el sexo en el curso,
las características y la respuesta al tratamiento de la
esquizofrenia. Aunque desde siempre se ha considerado que la
esquizofrenia presenta la misma incidencia en los varones que en
las mujeres, el riesgo puede ser más bajo en las mujeres.
Las mujeres presentan un inicio más tardío de la
esquizofrenia, ya que se produce principalmente a la mitad o al
final de la segunda década de la vida, con un segundo pico
más bajo entre los 45 y los 49 años de edad. Una
hipótesis explicativa de las diferencias en la edad de
inicio es el efecto antidopaminérgico protector de los
estrógenos en la psicosis, que daría lugar a una
presentación más tardía en las mujeres
durante los primeros años y una mayor presencia en los
años perimenopáusicos y menopáusicos.
También es posible que la diferencia de edad en el inicio
represente subtipos diferentes de la enfermedad. Estas
diferencias en la edad de inicio tienen implicaciones en el curso
de la enfermedad. A diferencia de los varones, es más
probable que las mujeres hayan finalizado la universidad, hayan
empezado a trabajar y estén casadas y con hijos en el
momento del diagnóstico. Las mujeres presentan una mayor
funcionalidad en todos los ámbitos durante los 15 primeros
años de la enfermedad; esta tendencia parece invertirse en
la tercera década de la enfermedad, quizá en
relación con el descenso de los niveles de
estrógenos con la menopausia. Las mujeres también
tienden a presentar síntomas más leves que los
varones, menos hospitalizaciones y más breves, más
empleos posteriores a la hospitalización, más
relaciones íntimas, menos problemas legales y menor riesgo
de suicidio. Las mujeres con esquizofrenia tienen más
probabilidades que los varones de tener antecedentes familiares
positivos de esquizofrenia y trastornos afectivos.. El
diagnóstico a menudo se obvia en un primer momento por la
forma «atípica» de la enfermedad en las
mujeres, que se caracteriza por más síntomas
afectivos y menos síntomas negativos y una
resolución más rápida de ambos, con dosis
más bajas de antipsicóticos. Es posible que la
necesidad de dosis más bajas se deba a diversos factores,
entre ellos el mayor porcentaje de grasa corporal en las mujeres
en las que se almacenan los antipsicóticos
lipófilos, los efectos protectores de los
estrógenos y los niveles sanguíneos más
altos de antipsicóticos. Sin embargo, las mujeres
experimentan más efectos secundarios, especialmente
acatisia, discinesia tardía, síntomas
extrapiramidales, discrasias sanguíneas y trastornos
gastrointestinales y dermatológicos. (8)

Resulta alarmante que dos tercios de las muertes de
pacientes con esquizofrenia son atribuibles a causas 'naturales'
como las cardiovasculares, las enfermedades respiratorias,
accidentes cerebrovasculares, cáncer y tromboembolismo.
Las causas más comunes de mortalidad en este grupo de
pacientes son el infarto de miocardio, accidentes
cerebrovasculares y el cáncer. La gran mayoría de
los pacientes con esquizofrenia tienen patología de base
(las estimaciones varían entre 50-74%) y tienen altos
niveles de contacto con los médicos en todas las
especialidades médicas y quirúrgicas. La
esquizofrenia es una enfermedad mental caracterizada por
múltiples síntomas que afectan los atributos
fundamentales del humano: la cognición, la emoción,
la percepción. La edad temprana de inicio, afecta en
diversos grados la capacidad intelectual y psicosocial, a largo
plazo hace de la esquizofrenia una de las mas severas y
devastadoras enfermedades mentales. Las personas con
esquizofrenia también sufren en forma desproporcionada de
un incremento en la incidencia de las enfermedades generales y un
incremento de la mortalidad, especialmente el suicidio, el cual
ocurre en más del 10% de pacientes. Ningún
síntoma es patognomónico de esquizofrenia. Los
síntomas de la esquizofrenia se dividen en 4
categorías: positivos, negativos, de
desorganización y síntomas cognitivos. Varias
combinaciones de gravedad de estas cuatro categorías se
han encontrado en los pacientes.

-Los síntomas positivos son aquellos que
aparentan reflejar la presencia de características
mentales que normalmente no deberían estar no
deberían estar presentes normalmente. Estos incluyen
alucinaciones.

-Los síntomas negativos son aquellos que
aparentan reflejar una disminución o pérdida de las
emociones y funciones psicológicas normales. Estos
incluyen aplanamiento afectivo, alogia, abulia, anhedonia, no
sociabilidad. Los síntomas negativos son menos obvios y a
menudo persisten después de la resolución de los
síntomas.

-Los síntomas cognitivos incluyen deterioro en la
atención, el razonamiento y el juicio, así como la
dificultad en el procesamiento de la
información.

– Los síntomas desorganizados se refieren a
alteraciones en el pensar, hablar, comportamiento afecto
incongruente.

Estos trastornos están asociados a una variedad
de impedimentos en el funcionamiento ocupacional o
social.

Individuos con esquizofrenia pueden también
experimentar síntomas de otros desordenes mentales
incluyendo depresión, obsesión y convulsión,
preocupaciones somáticas y otros estados de ánimo o
síntomas de ansiedad. El pico de incidencia de la
esquizofrenia es a los 21 años. El inicio es antes en los
hombres (entre los 15 y 25 años) y más tarde en las
mujeres (entre las edades de 25 y 35 años). El inicio de
la esquizofrenia en la infancia es poco frecuente, y los
síntomas psicóticos en este grupo de edad no
siempre pueden ser indicativo de la esquizofrenia. El primer
episodio psicótico es a menudo precedido por una frase
prodrómica. Esta fase implica un cambio desde
funcionamiento premórbido y se extiende hasta el momento
de la aparición de los síntomas psicóticos
francos. Puede durar semanas o incluso años. Durante la
fase prodrómica, la persona experimenta deterioro
funcional importante y los síntomas no específicos
como alteraciones del sueño, ansiedad, irritabilidad,
depresión, falta de concentración, déficit
de la fatiga, y de comportamiento tales como el deterioro en el
desempeño de su papel y el aislamiento social.
Anomalías perceptivas y suspicacia pueden surgir
más adelante en la fase prodrómica. La fase
psicótica progresa a través de una fase aguda, una
fase de recuperación o estabilización y una fase
estable. La fase aguda se refiere a la presencia de
características psicóticas floridas, tales como,
delirios, alucinaciones, pensamiento formal desorden, y el
pensamiento desorganizado. La estabilización
(Recuperación) de fase se refiere a un período
después del tratamiento agudo. Durante la fase positiva
estable, negativa y residual síntomas que pueden estar
presentes son relativamente consistente en magnitud y por lo
general menos graves que en la fase aguda fase. Algunos pacientes
pueden estar asintomáticos, mientras que otras
experimentan síntomas psicóticos, como
tensión, ansiedad, depresión o insomnio. El curso
longitudinal de la esquizofrenia es variable. La remisión
completa con una vuelta completa a un nivel premórbido de
funcionamiento no es común, aunque algunos individuos
están libres de episodios posteriores. Los resultados del
primer ingreso y el primer diagnóstico de la esquizofrenia
con un tiempo de seguimiento de más de un año
sugiere que menos del 50% de los pacientes tienen un buen
resultado – se piensa que es debido a la heterogeneidad
inexplicada en lugar de uniforme mal resultado. Una
pequeña proporción (10% -15%) permanecerá
crónica y severamente psicótica. La
detección temprana y tratamiento, conduciría a un
mejor resultado. (7,9)

En la segunda mitad del siglo XX, con la
aparición de neurolépticos, el péndulo
osciló en sentido contrario a un enfoque en la
química del cerebro restado importancia a la mente. La
esquizofrenia se considera un "trastorno de la dopamina", basado
en los efectos inducidos por la psicosis de la liberación
de dopamina, las drogas, como la anfetamina y la eficacia
antipsicótica de una veintena de fármacos que
bloquean el receptor de dopamina D2. Este punto de vista
neuroquímico de la esquizofrenia dado los medicamentos que
han transformado el tratamiento de la psicosis, lo que permite a
los pacientes a ser tratados fuera de los hospitales y, en
algunos casos, dando como resultado la remisión de los
síntomas principales de la enfermedad. Un enfoque sobre
los síntomas cognitivos ha dado lugar a una
hipótesis más reciente de la esquizofrenia como un
"trastorno de glutamato". Voluntarios sanos que recibieron dosis
bajas de antagonistas de los receptores NMDA, como la ketamina,
se manifiestan los aspectos seleccionados de la esquizofrenia,
entre ellos algunos de los problemas de atención y la
memoria. A la inversa, los agentes que modulan el sitio modulador
de glicina en el receptor de NMDA han sido reportados para
reducir algunos de los síntomas cognitivos de la
esquizofrenia. La teoría es que la esquizofrenia, en
particular, los síntomas cognitivos de la enfermedad,
puede ser consecuencia de la baja actividad del receptor NMDA en
las interneuronas inhibitorias GABA en la corteza prefrontal.
Aunque puede haber pocas dudas de que los medicamentos han
transformado el tratamiento de la psicosis, la
investigación se centra en las drogas en lugar de la
enfermedad hasta el momento ha logrado avances muy poco en la
patofisiología de la esquizofrenia. No está claro,
por ejemplo, que o bien los receptores de dopamina D2 o
receptores NMDA interneuron están relacionados con la
causa de este trastorno. Aunque estudios post-mortem han
reportado consistentemente una pérdida de GABA y la
reducción de las enzimas clave para la biosíntesis
de glutamato, lo que potencialmente consistentes con la
hipótesis de glutamato, estos cambios pueden representar
los efectos de la enfermedad crónica o el tratamiento de
la enfermedad en lugar de la causa de la esquizofrenia. En la
actualidad, el diagnóstico se basa en los síntomas
y signos de psicosis. Con la llegada de los biomarcadores y
nuevas herramientas cognitivas, así como la
identificación de las sutiles características
clínicas, estamos empezando a detectar las primeras etapas
de riesgo y pródromo. La tercera fase de la esquizofrenia
es la psicosis se manifiesta por alucinaciones, delirios, la
desorganización del pensamiento y la conducta y
anormalidades psicomotoras. Ahora está claro que los
síntomas negativos (pérdida de la voluntad, la
anhedonia, la pobreza de pensamiento) y los déficits
cognitivos (disminución workingmemory, pobre control
cognitivo) son las características esenciales del
trastorno que dan cuenta de gran parte de la morbilidad a largo
plazo y los pobres funcional resultados. Aunque el componente
avolicional de la enfermedad puede definir a un subgrupo
especial, hay un nuevo consenso de que los síntomas
negativos y los aspectos cognitivos de la patología son
las principales necesidades terapéuticas no cubiertas. Las
desventajas de la salud experimentados por los pacientes con
esquizofrenia han sido reconocidos. Los pacientes con
esquizofrenia son más propensos a requerir atención
médica, pero son menos propensos a recibir servicios de
salud. (10)

Conclusiones

Los médicos de familia juegan un papel importante
en la detección temprana de las personas que son
psicóticas. Así como en el manejo de los pacientes
que están estabilizados, pero que requieren terapia de
mantenimiento. Sin embargo no se lleva a cabo de una manera
adecuada, o hay una falta de progreso en parte por los sistemas
fallidos de atención, que aún no tienen un
conocimiento básico de la fisiopatología de la
enfermedad y por lo tanto carecen de las herramientas para el
tratamiento curativo o la prevención para la
mayoría de las personas con esquizofrenia. A pesar de bien
documentada investigación que detalla la falta de
atención médica adecuada en los pacientes con
esquizofrenia, hay una falta de conocimiento acerca de
cómo medir la calidad de la atención a esta
población.

Uno de los aspectos del tratamiento de la esquizofrenia
es la fragmentación de la atención, con la
atención médica separada de la atención
psiquiátrica y tanto aislado de las intervenciones
psicosociales, como el empleo de apoyo y educación
familiar, que tienen una fuerte base de evidencia para la
eficacia.

Podría decirse que, hacerlo mejor con los
tratamientos actuales es nuestra mejor estrategia para mejorar
los resultados a corto plazo. Un gran esfuerzo de multi-sitio en
los Estados Unidos, la recuperación después de
primer episodio de esquizofrenia (aumento) del proyecto,
está desarrollando un enfoque de mejores prácticas
para la agrupación de servicios que debe proporcionar
algunos datos sobre lo mucho que esto puede mejorar los
resultados

El tratamiento de la esquizofrenia debe tomar un enfoque
multidisciplinario. El tratamiento debe ser específico
para las diferentes fases de la enfermedad. En la fase aguda de
la enfermedad, el paciente requiere atención
psiquiátrica especializada. Mejores prácticas para
la agrupación de servicios puede mejorar los resultados en
forma importante. El estilo de vida tienen un gran impacto en la
salud, y el tratamiento debe incluir estrategias de mejora de
estilo de vida y la detección de trastornos
físicos, en combinación con el tratamiento
antipsicótico eficaz en la etapa más temprana
posible. Es factible desarrollar un programa el cual este
encaminado al diagnóstico y tratamiento correcto de los
pacientes, el cual debe estar dirigido al personal médico
encargado de dar el manejo a los mismos, ya que muchas veces no
se diagnóstica en forma temprana esta patología ya
sea porque no se tiene el conocimiento de esta patología,
o bien no se encuentra debidamente capacitado para un buen manejo
de este tipo de pacientes. Es de suma importancia ya que el grupo
de edad que se ve mayormente afectado es el grupo que se
encuentra en edad productiva, las desventajas de salud
experimentadas por los pacientes con esquizofrenia se tienen
identificadas y aún cuando tienen acceso a los servicios
de salud, las probabilidades de recibir la atención de
calidad en la misma forma que los otros pacientes es menor.
Así mismo hay mecanismos que le impiden al paciente tener
una comunicación eficiente con sus cuidadores como por
ejemplo el aislamiento, la desconfianza, insensibilidad al dolor,
esto hace que el paciente no busque ayuda médica en forma
oportuna y provoque complicaciones aunadas a su enfermedad. De
ahí la importancia de un tratamiento multidisciplinario,
así como la información amplia a los cuidadores y
familiares de este tipo de pacientes.

Bibliografía

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Autor:

Idania Mendoza Cruz

Monografias.com

16/03/12

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