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Batalla de Kursk




Enviado por osram




    (Operación
    Citadelle)

    1- El invierno de
    1942-1943 entre Kursk y el lago Ladoga

    2- Vorosilov
    libera Leningrado

    3- Von Kluge
    reduce a la mitad el frente de su grupo de
    ejércitos

    4- Hitler intenta
    por última vez mantener la iniciativa

    5-

    6- Contrapuesta de
    von Manstein

    7- Model y von
    Mellenthin desaconsejan también la ofensiva sobre
    Kursk

    8- La
    operación Citadelle comienza con dos meses de
    retraso

    9- Los medios
    defensivos rusos eran superiores a los medios ofensivos
    alemanes

    10- Los alemanes
    fracasan ante el objetivo final

    11- El desembarco
    aliado en Sicilia obliga a Hitler a abandonar la
    ofensiva

    12- Bibliografía

    1- El invierno de 1942-1943 entre Kursk y el lago
    Ladoga:

    Desencadenada el 5 de julio de 1943 contra el saliente
    de Kursk, la operación Citadelle constituyó el
    último intento del Ejército alemán para
    recuperar la iniciativa de las operaciones en el
    frente del Este. Pero antes de abordar el tema, serán
    tratados
    brevemente los acontecimientos que, durante el primer trimestre
    de 1943, tuvieron como escenario la sinuosa línea de
    combate extendida entre el norte de Kursk y el lago
    Ladoga.

    Los grupos de
    ejércitos "Centro" y "Norte", siempre a las órdenes
    de los mariscales von Kluge y von Küchler, contaban en este
    frente, el 1 de enero de 1943 y según un cuadro recogido
    en el Diario de Marcha de la OKW con 7 ejércitos, 23
    cuerpos de ejército y 117 divisiones, entre ellas 9
    blindadas y 8 motorizadas. Teniendo en cuenta la irregularidad de
    la línea sobre la que los alemanes habían
    establecido sus posiciones a finales de marzo de 1942, su
    densidad de
    ocupación sólo podía ser muy débil ,
    y, además, existía una circunstancia agravante: los
    lagos, ríos, arroyos y pantanos, tan característicos de la región,
    estaban helados y llegaban a soportar no sólo el paso de
    la infantería y la caballería, sino también
    el de los camiones, la artillería e incluso los carros de
    combate.

    El 4 de enero la agrupación Woehler, flanco
    izquierdo de von Kluge, fue perforada a una y otra parte de
    Velikiye Luki por el 3er Ejército de choque (frente de
    Kalinin). Quince días más tarde, habiendo fracasado
    todas las tentativas de mantener la fortaleza de la ciudad, sus
    defensores (reducidos a 102) consiguieron reunirse con las
    líneas alemanas, aunque para ello hubieran de abandonar
    200 heridos intransportables.

    Mucho más grave que este incidente, local a fin
    de cuentas, fue la
    derrota sufrida al sur del lago Ladoga por el 18°
    Ejército alemán (coronel-general Lindemann). La OKH
    denominaba a este sector el "cuello de botella", en razón
    del pronunciado saliente que formaba el frente entre Mga y la
    orilla meridional del lago. Evacuarlo hubiera significado
    renunciar al bloqueo de Leningrado, e Hitler en
    consecuencia, se había opuesto siempre a toda sugerencia
    en este sentido. El 26° Cuerpo de Artillería (general
    Wodrig) se encontraba en este saliente expuesto a ser copado
    desde el momento en que el Neva, que cubría su ala
    izquierda, perdiera su valor como
    obstáculo.

    2- Vorosilov libera
    Leningrado:

    Fue el mariscal Vorosilov el encargado de coordinar las
    acciones
    convergentes del frente de Leningrado (teniente-general L. A.
    Vorosilov) y del frente del Voljov (general del ejército
    K. A. Meretzkov). El primero lanzaría su 67°
    Ejército (mayor-general M. P. Dujanov) al encuentro del
    2° ejército de choque (teniente-general V. S.
    Romanovski) y del 8° Ejército (teniente-general F. N.
    Starakov), subordinados al segundo. Según el plan establecido
    en Moscú, 12 divisiones y una brigada de infantería
    soviéticas se enfrentarían en esta operación
    contra 4 divisiones alemanas. Las divisiones rusas contaban con
    10000 hombres en efectivo, mientras que las del Reich estaban muy
    debilitadas, y sobre todo, las primeras (soviéticas)
    alineaban 140 o 160 piezas de artillería y morteros por
    kilómetro, y cada uno de sus frentes disponía de un
    ejército aéreo.

    Así pues, los rusos se lanzaron al ataque de las
    líneas enemigas el 12 de enero de 1943, con un apoyo de
    fuego formidable, tras una preparación artillera de una
    hora y media. Pero el 26° AK resistió y Lindermann, y
    luego Küchler, acudieron en su ayuda, de modo que hizo falta
    toda una semana para que, atacando por el oeste y por el este, el
    2° Ejército de choque y el 67° Ejército
    soviéticos llegaran a franquear los 15 Km. que mediaban
    entre uno y otro. El 17 de enero las tropas del general Dujanov
    penetraban en Schlüsselburg; al día siguiente, la
    población de Leningrado, en medio de
    jubilosas muestras de alegría, supo que, tras 17 meses de
    pruebas y
    privaciones soportadas estoicamente, el bloqueo alemán
    había quedado roto. El 6 de febrero la capital de
    Pedro el Grande establecía una primera comunicación ferroviaria con el exterior.
    Los vencedores, en cambio,
    fracasaron ante Mga, lo que limitaba a 10 o 12 Km. la anchura del
    pasillo liberador, pero Stalin se mostró globalmente
    satisfecho con los resultados y concedió a sus
    combatientes 19000 condecoraciones.

    3- Von Kluge reduce a la mitad el frente de su
    grupo de
    ejércitos:

    Este desastre alemán, en el que perecieron por
    completo las 41ª y 227ª ID, y más aún, la
    rápida y trágica sucesión de derrotas
    sufridas al sur de Kursk, llevaron a Hitler a
    consentir ciertas rectificaciones del frente rechazadas por
    él obstinadamente el año anterior, arguyendo
    entonces el riesgo de perder
    en el curso del repliegue enormes cantidades de
    material.

    En virtud de la autorización dada a tal fin, la
    OKH hizo evacuar entre el 19 y finales del mes de febrero la
    "fortaleza" de Demiansk, unida al frente del 16°
    Ejército por un estrecho pedúnculo constantemente
    amenazado, la retirada se efectuó con orden y
    permitió recuperar 7 divisiones.

    Luego, a partir del 2 de marzo, se procedió a la
    operación Bluffe, que interesaba a 30 divisiones de los
    4° y 9° Ejércitos alemanes, e implicaba un
    repliegue de 160 Km. una vez más los acontecimientos no
    justificaron los temores, fingidos o reales, del Führer.
    Rzhev, Gzhatzk y luego Viazma fueron sucesivamente evacuadas en
    el curso de un movimiento que
    duró más de tres semanas, sin que los rusos,
    considerablemente retrasados por numerosas barreras de minas, se
    mostraran especialmente agresivos. La evacuación del
    saliente de 754 Km. de perímetro terminó el 25 de
    marzo. El mariscal von Kluge pudo así establecer sus
    ejércitos obre un frente más corto –cerca de
    la mitad (368 Km.) del anterior- y poner 14 divisiones a
    disposición de la OKH.

    El episodio merece, en nuestra opinión, dos
    observaciones. Primera: esas 21 divisiones replegadas en febrero
    y en marzo de 1943 de salientes imposibles de mantener a largo
    plazo, representaban prácticamente el efectivo del 3er
    Ejército rumano y del 8° Ejército italiano,
    cuyo aplastamiento sentenció la suerte del 6°
    Ejército alemán en la bolsa de Stalingrado.
    ¿Qué hubiera pasado si hubieran sido destinadas a
    reforzar, oportunamente, al grupo de
    ejército B en el momento en que Paulus alcanzaba el Volga?
    Como la historia no
    puede rehacerse, me limito a plantear la cuestión.
    Segunda: si el saliente de Rzhev había estado
    defendido a razón de una división por cada 25 Km.
    de frente, la operación Buffle, que entregaba a von Kluge
    16 divisiones para sostener 384 Km., no mejoraba sensiblemente su
    propia situación (384 Km. : 16=24 Km.). Así lo iba
    a demostrar, el 13 de julio siguiente, la ofensiva
    soviética dirigida contra el saliente de Orel. Pero,
    ¿podía hacerse de otra forma?

    4- Hitler intenta por última vez mantener la
    iniciativa:

    Sea como fuere, este angustioso problema no preocupaba a
    Hitler, quien el 15 de abril, firmaba 13 ejemplares de su orden
    de operaciones
    número 16. de este largo documento, como todos los
    emanados de su pluma, extraeremos los párrafos
    indispensables para comprender la evolución posterior de los acontecimientos
    en el frente del Este:

    "Estoy resuelto a desencadenar la operación
    Citadelle en cuanto el tiempo lo
    permita, como primera de las acciones
    ofensivas de este año.

    Es lo que confiere una importancia fundamental a esta
    ofensiva. Debe conducirnos a un éxito
    rápido y decisivo. Tiene que garantizarnos la iniciativa
    para esta primavera y para el verano. Por eso, sus preparativos
    deben ser realizados con las mayores precauciones y la mayor
    energía. Se emplearán en los centro de gravedad de
    la operación las mejores formaciones, las mejores armas, los
    mejores jefes y grandes cantidades de municiones. Cada jefe, cada
    hombre, debe
    estar convencido del significado capital de
    este ataque. La victoria de Kursk debe ser como la luz de un faro
    sobre el mundo entero.

    A tal efecto ordeno:

    1. Objetivo de la
    ofensiva
    : mediante un ataque conjunto al máximo,
    brutal y dinámico de los 2 ejércitos, uno saliendo
    de la región de Belgorod y otro del sur de Orel, rodear a
    las fuerzas enemigas que se encuentran en la región de
    Kursk y aniquilarlas por medio de ataques
    concéntricos.

    En el curso de esta ofensiva nos apoderaremos de un
    nuevo frente más estrecho que permitirá economizar
    medios: la
    línea Nejega-Korocha-Skorodnoie-Tim-este de
    Schigri-Sosna".

    En el punto segundo, el Führer definía las
    condiciones necesarias para el éxito de la
    empresa:

    "a) Asegurarse al máximo el beneficio de la
    sorpresa, y principalmente, mantener al enemigo en la
    incertidumbre sobre el momento del ataque.

    b) Reunir al máximo las fuerzas de ataque sobre
    frentes estrechos, a fin de obtener localmente una aplastante
    superioridad en todos los medios de
    ataque (carros de combate, cañones de asalto,
    artillería, lanzacohetes), agrupados en una sola
    línea hasta la confluencia de los dos ejércitos a
    retaguardia del enemigo, para poder cerrar
    así la bolsa tras él.

    c) Hacer avanzar tan rápidamente como sea
    posible, en profundidad, las fuerzas necesarias para cubrir los
    flancos de los vértices de ataque, de manera que estos
    sólo se preocupen de avanzar.

    d) Presionando la bolsa por los lados, y tan
    rápido como sea posible, acelerar la destrucción
    del enemigo, no dándole ninguna tregua.

    e) Ejecutar el ataque con un ritmo tan rápido que
    no pueda ni sustraerse al envolvimiento, ni recibir reservas de
    sus otros frentes.

    f) Merced a la
    organización rápida del nuevo frente, permitir
    la disponibilidad tan pronto como sea posible da parte de las
    fuerzas, especialmente blindadas, para nuevas
    misiones".

    A continuación el Führer marcaba sus
    misiones a los grupos de
    ejércitos "Sur" y "Centro" y a la Luftwaffe,
    distribuía los medios y dictaba, ciertas prescripciones
    concernientes al engaño del enemigo y al mantenimiento
    del secreto. Von Kluge y von Manstein debían estar en
    condiciones de atacar, a partir del 28 de abril, en los seis
    días siguientes a la orden dad por la OKH.

    5- Oposición de Guderian:

    La iniciativa de Hitler, que se remonta, de hecho, al
    coronel-general Kurt Zeitzler, jefe del Estado Mayo
    general del OKH, suscitó opiniones encontradas entre los
    generales, a pesar del secreto que rodeaba al tema. El mariscal
    von Kluge, claro partidario de la operación Citadelle, y
    otros muchos mandos esgrimieron contra ella objeciones
    circunstanciales.

    Hitler reunió el 2 de mayo, en Munich, a los
    grandes jefes interesados en esta empresa,
    así como al coronel-general Guderian. En su calidad de
    inspector general de las unidades blindadas, este último
    hizo notar toda una serie de argumentos contra la ofensiva
    proyectada, resumidos por el mismo de la siguiente manera:
    "Pedí la palabra y declaré que la operación
    carecía de utilidad.
    Acabábamos de recomponer nuestras fuerzas en el frente del
    Este, y una ofensiva conforme al proyecto del jefe
    del Estado Mayor general supondría inevitablemente graves
    pérdidas en carros de combate y comprometería
    nuestra recuperación. No estábamos en condiciones
    de reconstruir el frente del Este por segunda vez en 1943, tanto
    más cuanto que debía proveerse inmediatamente el
    frente occidental con carros de combate más modernos, a
    fin de afrontar con reservas móviles el desembarco de las
    potencias occidentales, previsible con seguridad para
    1944. indiqué , además, que el Panther, cuya puesta
    a punto tenía tanto valor a los
    ojos del jefe del Estado Mayor general de las fuerzas terrestres,
    adolecía aún de las múltiples enfermedades infantiles de
    los materiales
    nuevos, y no podríamos enmendar estos pequeños
    defectos antes del principio de la ofensiva".

    6- Contrapuesta de von Manstein:

    En cuanto al mariscal von Manstein, en febrero y marzo
    precedentes se había pronunciado por un sistema de
    operaciones radicalmente opuesto al que preveía la orden
    del 15 de abril, y así se lo había manifestado a
    Hitler durante la visita de este a su puesto de mando en
    Zaporozhie. Su idea consistía, sustancialmente en esperar
    la ofensiva que el enemigo no tardaría en lanzar con vista
    a la recuperación de la cuenca del Donets. Desencadenada
    esta, se combatiría en retirada hasta la línea
    Melitopol-Dniepropetrovsk, reuniendo mientras tanto en la
    región de Poltava-Jarkov un potente grupo blindado que,
    una vez caídos los rusos en la trampa,
    contraatacaría con la velocidad del
    relámpago en dirección hacia el mar de Azov. La
    superioridad de que habían hecho gala siempre los jefes
    alemanes respecto a sus enemigos, durante los movimientos
    tácticos, les aseguraría la victoria: "el principio
    de esta operación difería radicalmente del de la
    ofensiva alemana de 1942. atacaríamos a la contra cuando
    el enemigo se hubiera comprometido ampliamente y hubiera gastado
    gran parte de sus fuerzas de asalto. Nuestro objetivo no
    sería, por tanto, la conquista de puntos
    geográficos alejados, sino la destrucción de un ala
    meridional soviética gracias a un movimiento
    envolvente contra la costa. Para impedirle que se escapara hacia
    el este, como en 1942, abriríamos el camino hacia el
    Dnieper inferior, cebo en que el enemigo picaría con toda
    seguridad. Si la
    operación triunfaba, al inflingirle pérdidas
    considerables quizá se pudieran golpear por segunda vez,
    ahora en dirección norte y hacia el centro del
    frente".

    Probablemente von Manstein no pensaba que su método
    pudiera inclinar la balanza de la guerra a favor
    del III Reich, pero si obtendría de esta manera un
    aplazamiento, o lo que el general von Mellenthin denominaba unas
    "tablas", que permitieran aguantar las posiciones y ver venir.
    Pero Hitler no había aceptado esta argumentación, y
    le había opuesto sus habituales razonamientos
    económicos: el manganeso de Nikopol. "Perder Nikopol es
    perder la guerra",
    había concluido, y durante la reunión de Munich el
    vencedor de Sebastopol y de Jarkov no volvió a hablar del
    asunto.

    7- Model y von Mellenthin desaconsejan también
    la ofensiva sobre Kursk:

    Al comenzar la sesión Hitler había
    leído una parte procedente del coronel-general Walter
    Model, cuyo 9° Ejército debía llevar a cabo el
    ataque norte-sur de la operación. Como era suficientemente
    conocido, el enérgico comandante nunca había
    demostrado repugnancia alguna hacia el principio de la ofensiva,
    pero ahora le parecía peligroso intentar en mayo en el
    saliente de Kursk lo que había desdeñado hacer en
    marzo allí mismo, cuando desde entonces el enemigo no
    había perdido el tiempo.

    En palabras de Guderian, "Model había demostrado,
    gracias a las conclusiones extraídas de reconocimientos
    muy eficaces y, sobre todo, de fotografías aéreas,
    que los rusos preparaban una defensa en profundidad, muy
    cuidadosamente organizada, precisamente en los sectores contra
    los que se dirigía la ofensiva de los grupos de
    ejércitos alemanes. Los rusos habían retirado el
    grueso de sus fuerzas móviles de la posición
    avanzada, y habían constituido una defensa de
    artillería y antitanque, de potencia
    desacostumbrada, en los probables puntos de ruptura de una
    ofensiva en tenaza, conforme al esquema que habíamos
    previsto. Model sacó, pues, la conclusión
    justificada de que el adversario contaba con nuestro ataque; si
    preferíamos no renunciar a él, era necesario
    adoptar otra táctica que condujera al
    éxito".

    Algunas semanas antes, el coronel von Mellenthin, en
    calidad de
    jefe del Estado Mayor del 48° Panzerkorps, al que se
    había asignado un importante papel en esta
    operación, había comentado al general Zeitzler algo
    parecido. Esperando la constitución de una primera brigada de
    tanques Panther antes de pasar a la ofensiva,
    desaprovecharía la ocasión de atacar a los rusos
    cuando estos aún no se habían recuperado de sus
    pérdidas. Lo lograrían en uno o dos meses, y
    entonces la misión
    sería mucho más difícil de
    ejecutar.

    Aunque poco favorable en principio a la
    operación, una vez decidida esta von Manstein se
    pronunció decididamente contra toda demora: "un retraso de
    Citadelle aumentaría considerablemente los riesgos sobre el
    frente defensivo del grupo "Sur". El enemigo no podía
    pasar aún a la ofensiva sobre el Mius y el Donets. Pero no
    podríamos asegurar lo mismo en junio. Citadelle no
    resultaría fácil, pero había que tomar la
    decisión lanzarla lo más pronto posible. Como un
    caballero al ataque, era preciso lanzar primero el corazón
    por encima del obstáculo, comparación que,
    según pude darme cuenta, no produjo ningún efecto
    en Hitler porque no apreciaba ni a los caballos ni a los
    caballeros".

    8- La operación Citadelle comienza con dos
    meses de retraso:

    La argumentación de Model, en el que Hitler
    tenía total confianza, impresionó a su
    destinatario. El 10 de mayo, el Führer diría a
    Guderian: "la idea de ese ataque me encoge el estómago
    cada vez que pienso en ella".

    Como resultado, aplazó la fecha de la ofensiva
    hasta la entrada en línea de los Panther, y al ser
    informado de que 324 máquinas
    de este tipo estarían disponibles para el 31 de mayo,
    fijó el ‘Día D’ para el 15 de junio, a
    pesar de la opinión de von Manstein. Pero aún se
    producirían nuevos aplazamientos, y la operación
    Citadelle no comenzó hasta el amanecer del 5 de julio, con
    dos meses de retraso sobre el calendario inicial. Como ya se ha
    dicho, emplearía al grupo de ejércitos "Sur", por
    la izquierda, y al grupo de ejércitos "Centro" por la
    derecha.

    El mariscal von Manstein había concentrado en el
    sector de Belgorod al destacamento del ejército Kempf,
    dotado de un Panzerkorps y del 2 cuerpos de ejército
    ordinarios. A medida que subiera hacia el norte le
    correspondería proteger el flanco oriental del 4°
    Ejército blindado (coronel-general Hoth), a quien
    correspondía el esfuerzo principal: a tal efecto, se le
    había asignado el cuerpo de ejército de los Waffen
    SS (general Hauser), con sus 3 divisiones de Pazergrenadiere:
    Leibstandarte, das Reich y Totenkopf, y el 48° Pz.K.; a las
    órdenes del general Schmidt von Knobelsdorff, encuadraba
    una división de infantería, las 3ª y 11ª
    Pz.D. y la Pz.G.D. Grossdeutschland, cuyos 190 carros de combate
    y cañones-oruga estaban reforzados por una brigada de 200
    Panther. El 24° Pz.K. (17ª Pz.D.; Pz.G.D. Viking)
    quedaba como reserva del grupo de ejércitos.

    En el grupo de ejércitos "Centro", el 9°
    Ejército se había organizado en cuña al sur
    de Orel. El 47° Pz.K. (general Rauss), con 5 divisiones
    blindadas, constituía su ariete central, flanqueado a la
    derecha por los 46° Pz.K. y 20° A.K., y a la izquierda
    por los 41° Pz.K. y 23° A.K.; este último flanco,
    expuesto a los contraataques enemigos que partieran del este,
    para reestablecer las comunicaciones
    con la bolsa que se proponían cercar los alemanes,
    había sido reforzado con la 12ª Pz.D. y la 10ª
    Pz.G.D., subordinadas al 41° Pz.K. Una división
    blindada y una división de granaderos blindados formaban
    la reserva del general Model.

    En resumen, Citadelle comprometía 41 divisiones,
    todas alemanas y 18 de ellas blindas y de granaderos blindados.
    Sólo el mariscal von Manstein disponía de 1081
    tanques y 376 cañones de asalto; el apoyo aéreo le
    era suministrado por la 4ª Luftflotte, al frente de la cual
    hubiera querido colocar al mariscal von Richthofen, que se
    aburría en Italia, pero
    Hitler se opuso obstinadamente. En cuanto a Model, al completar
    sus 8 divisiones blindadas con 100 nuevos carros de combate,
    alcanzaba un máximo de efectivos que era imprudente
    superar. Disponía, además, de la artillería
    volante de la 6ª Luftflotte.

    9- Los medios defensivos rusos eran superiores a los
    medios ofensivos alemanes:

    Los repetidos aplazamientos decididos por Hitler
    permitieron a sus enemigos organizar el campo de batalla sobre el
    que esperaban ser atacados, en una profundidad de 25 a 40 Km. Una
    hábil combinación de campos de minas debía
    encauzar a los blindados enemigos contra organizaciones
    soviéticas especialmente sólidas y nutridas de
    armas
    perforantes, llamadas frentes antitanque.

    Las tropas del frente central y del frente de Voronezh
    asumían la defensa del saliente de Kursk en un
    perímetro de unos 540 Km.

    • El frente central, a las órdenes del general
      Rokossovski, tenía 5 ejércitos en primera
      línea, un ejército blindado detrás y 2
      cuerpos blindados y un cuerpo de caballería en
      reserva.
    • El frente de Voronezh (general Vatutin) tenía
      4 ejércitos en primera línea, un ejército
      de infantería y un ejército blindado
      detrás y un cuerpo de ejército de la Guardia y 2
      cuerpps blindados en reserva.
    • El frente de la Estepa (coronel-general I. S.
      Koniev), situado al este de Kursk, constituía la reserva
      del alto mando. Le habían asignado 4 ejércitos
      (uno de ellos blindado), 2 cuerpos blindados, un cuerpo
      mecanizado y 3 cuerpos de caballería.
    • Cada frente estaba apoyado desde el aire por un
      ejército aéreo.

    La historiografía soviética, tan precisa
    cuando habla de los alemanes, se niega todavía hoy a
    facilitar el número de divisiones y de carros de combate
    propios, comprometidos en esta operación. No obstante, no
    es exagerado cifrar en alrededor de 70 el número de
    unidades de infantería y en unos 2800 el de tanques. La
    Gran Guerra patriótica olvida sus reservas cuando habla de
    artillería. De acuerdo con sus datos,
    Rokossovski y Vatutin no dispondrían de menos de 20000
    cañones, obuses y morteros (6000 piezas antitanque) y de
    920 lanzacohetes. A modo de ejemplo, para cubrir la
    dirección en que se esperaba el avance principal de Model,
    el jefe del frente central destinó al 13°
    Ejército (mayor-general Pujov) un cuerpo entero de
    artillería, dotado de 600 piezas pesadas.

    Los medios defensivos del Ejército rojo
    superaban, pues, los medios ofensivos alemanes, y el perfecto
    conocimiento
    que se tenía en Moscú del dispositivo y de los ejes
    de avance previsto por los mariscales von Manstein y von Kluge,
    permitió a sus enemigos concentrar sus fuerzas de
    artillería y de blindados en la mejor situación
    para cortarles las direcciones de avance que pensaban tomar. Al
    anochecer del 4 de julio, un gastador de una división
    sudete se pasó al enemigo y comunicó la ‘hora
    H’ definitiva de la operación Citadelle. Los
    soviéticos completaban así el
    rompecabezas.

    10- Los alemanes fracasan ante el objetivo
    final:

    Como consecuencia de la deserción
    señalada, el 9° Ejército alemán, lejos
    de sorprender al enemigo, resultó sorprendido él
    mismo por el terrible fuego de contrapreparación que se
    abatió sobre sus bases de salida 20 minutos antes de la
    ‘hora H’.

    Con un total de 7 divisiones blindadas, los 47° y
    41° Pz.K. habían penetrado al atardecer unos 100 Km. a
    través de las líneas de defensas del 13°
    Ejército soviético, pero sus 90 Tiger
    (versión Porsche), provistos de ametralladoras, no
    llegaron a reducir a la infantería soviética y,
    sobre todo, el 23° A.K., protección del flanco
    izquierdo alemán, fue puesto fuera de combate ante
    Maloarjangelsk. El 7 de julio, vigorosamente mandado por el
    general Rauss, el 47° Pz.K. llegó a las
    cercanías de Oljovatka, a menos de 20 Km. de su
    posición de partida. Después, laofensiva del 9°
    Ejército alemán quedó paralizada.

    En el grupo de ejércitos "Sur", la
    operación Citadelle tuvo un comienzo más favorable,
    gracias a la perfecta colaboración entre carros de combate
    y bombarderos en picado. A costa de enfrentamientos calificados
    por el mariscal von Manstein en sus Memorias como
    muy duros, el destacamento de ejército del general Kempf
    logró tomar 2 enclaves de resistencia
    enemiga y alcanzó un punto adecuado para interceptar los
    refuerzos que el frente de la Estepa enviaba al frente de
    Voronezh. El 11 de julio la situación se anunciaba
    prometedora.

    El ataque del 4° Ejército blindado
    chocaría durante 48 horas con una resistencia
    encarnizada, descrita por el general von Mellenthin, entonces
    jefe del Estado Mayor del 48° Pz.K., en su obra Batalla de
    carros de la forma siguiente: "Durante el segundo y tercer
    día de la ofensiva sufrimos nuestro primer revés. A
    pesar del valor y de los esfuerzos de las tropas no logramos
    abrir ninguna brecha en las segunda posición de
    resistencia del enemigo. La Pz.Gr.D, Grossdeutschland
    (teniente-general Hoerlein), que se alineaba en formación
    muy cerrada, y que tenía ante sí una zona muy
    pantanosa, fue detenida por el violento fuego artillero de unas
    fortificaciones de campaña armadas con cañones
    antitanque, lanzallamas y tanques T34. Se quedó durante un
    tiempo inmovilizada en el campo de batalla preparado por el
    enemigo. No fue tarea fácil para nuestros gastadores
    establecer pasos practicables a través de numerosos campos
    de minas, o por encima de las zonas pantanosas. Numerosos carros
    de combate estallaron por la acción de las minas o
    quedaron destruidos por ataques aéreos, porque, sin
    arredrarse ante la superioridad de la Luftwaffe, la
    aviación roja se empleó con una decisión y
    un arrojo singulares".

    Por fin, el 7 de julio el 48° Pz.K. y, a su derecha,
    el cuerpo blindado de los Waffen SS lograron alcanzar terreno
    libre, tras haber rechazado violentos contraataques
    concéntricos de carros de combate. El 11 de julio,
    conquistada una cabeza de puente sobre el Psiol y alcanzadas las
    proximidades de Oboyan, la 4ª Panzerarmee había
    ganado unos 30 Km. a través del dispositivo del general
    Vatutin, mientras el destacamento del ejército Kempf,
    aunque sin conseguir adelantarse hasta las proximidades de
    Korocha, cumplía correctamente su misión de
    protección del flanco sobre la orilla izquierda de
    río homónimo. Dos días después, von
    Manstein anunciaba que, desde el ‘día D’
    había hecho 24000 prisioneros y destruido o capturado 1000
    carros de combate y 108 cañones antitanque enemigos. En
    consecuencia, parecía oportuno el empleo en la
    acción de su reserva de efectivos, constituida por el
    24° Pz.K.

    Pero, a pesar de este éxito táctico,
    Citadelle era un gran fracaso estratégico para Hitler.
    Entre las vanguardias de las 4ª Panzerarmee llegadas a las
    afueras de Oboyan, y las del 9° Ejército detenidas
    ante Oljovatka, mediaban, a vista de pájaro, unos 120 Km.
    que los blindados alemanes no franquearían nunca. Porque,
    lejos de desanimarse, Vatutin anunciaba a la Stavka en la tarde
    del 10 de julio su intención de pasar a la contraofensiva,
    y de emplear a tal efecto su 5° Ejército blindado de
    la Guardia (teniente-general Rotmistrov), provisto de 850 carros
    de combate y cañones-oruga, y el 1er Ejército
    blindado (teniente-general Katiuko).

    Al otro lado del campo de batalla, Rokossovski
    dirigió a sus ejércitos el 12 de julio la vibrante
    orden del día siguiente: "Las tropas del frente central,
    que han opuesto una mortal muralla de acero, de solidez
    y de tenacidad rusas, han agotado al enemigo durante 8
    días de combates encarnizados, sin tregua, y han contenido
    su avance. La primera fase de la batalla ha
    terminado".

    En efecto, el mismo 12 de julio los ejércitos
    soviéticos de los frentes de Briansk y del Oeste,
    según el programa
    establecido anteriormente, pasaban al ataque de las posiciones
    alemanas defensoras del saliente de Orel.

    11- El desembarco aliado en Sicilia obliga a Hitler a
    abandonar la ofensiva:

    Ante el inesperado desarrollo de
    la situación en el bastión de Kursk, Hitler
    convocó el 13 de julio a los mariscales von Kluge y von
    Manstein en su puesto de mando de Rastenburg. El primero no
    ocultó al Führer la gravedad de la situación.
    El 9° Ejército, que había perdido 20000 hombres
    en ocho días, no sólo no podía avanzar, sin
    que iba a verse obligado a ceder una parte de sus medios para
    sostener la defensa del saliente de Orel. El segundo se
    mostró más optimista, pero, aun y todo, para
    imponer al enemigo una batalla con su frente invertido en la
    región de Kursk, como proponía, era necesario que
    von Kluge contuviera ante sí al máximo de las
    fuerzas enemigas posible.

    Hitler cortaría por lo sano y concluiría
    por decidir el abandono de la operación. No tanto
    presionado por la situación local o de la defensiva
    desencadenada por los rusos contra el saliente de Orel, como
    obligado por el desembarco anglo-americano en Sicilia.

    Según el mariscal von Manstein, el Führer se
    mostraba muy pesimista respecto al futuro inmediato de este campo
    de operaciones: "La situación –empezaría
    declarando a los dos mariscales- había llegado a ser muy
    seria en Sicilia. Los italianos no resistían. La isla
    sería pérdida con toda probabilidad y, a
    continuación, los occidentales podrían desembarcar
    en los Balcanes o en Italia
    meridional. Había que desplazar pues nuevos
    ejércitos hacia estas regiones, sacándolos del
    frente oriental. Detener, en resumen, Citadelle".

    El segundo frente en el Mediterráneo, tan
    despreciado por el presidente Roosevelt, por su consejero Harry
    Hopkins y por el general Marshall, comenzaba a proporcionar lo
    que ellos no esperaban: el alivio de la presión
    alemana sobre su aliado soviético.

    Así culminaba la batalla de Kursk, la mayor de
    carros de combate si se consideran las 4600 maquinas
    blindadas y vehículos con orugas que se enfrentaron entre
    sí. ¡Para detener 1800 carros de combate alemanes,
    fueron necesarios 2800 carros soviéticos, 6000
    cañones antitanque y 400000 minas!

    12- Bibliografía

    Enciclopedia Británica http://www.eb.com

    Geschichte des grossen vaterländischen Krieder
    Sowjetunion. Tomo III. Der grundlegende Umschwung im Verlauf
    des grossen vaterlandischen Krieges. Berlín (Pankow),
    Deutscher Militärverlag, 1964.

    Grandes Batalla de la Segunda Guerra Mundial.
    Barnes & Nobles. Barcelona,
    1997.

    Guderian, Heinz: Souvenirs d’un soldat.
    París, Plon, 1954. Recuerdos de un soldado. Ed.
    Luis de Caralt, Barcelona, 1963.

    Kriegstagebuch des Oberkommandos der Wehrmacht
    (Wehrmachtfürungsstab). Tomo III (1 Januar 1943 – 31
    Dezember 1943). Zuzammengestellt und erlätert von Walther
    Hubatsch, Frankfurt am Main, Bernhart & Gräfe,
    Verlag für Wehrwesen, 1963, págs. 6-8.

    Manstein, Erich: Victories perdues. París,
    Plon, 1958. Victorias frustradas. Ed. Luis de Caralt,
    Barcelona, 1956.

    Mellenthin, F. W.: Panzerschlaten; Eine Studie
    über den Einsatz von Panzerverbänden im Zwetei
    Weltkrieg. Die Wehrmacht im kampf. Tomo 36.
    Neckargemünd, Kurt Vowinckel Verlag, 1963.

     

     

    Autor:

    Oswaldo Ramírez
    Colina

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