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Neoliberalismo: Aspectos sociales




Enviado por lmjd




    Será, primordialmente, una revolución
    que resurge de la lucha en variados frentes sociales, con muchos
    métodos,
    bajo diferentes formas sociales, con grados diversos de
    compromiso y participación.

    Temas tratados:

    Neoliberalismo: Aspectos Sociales.

    – Noeliberalismo y Democracia.

    – EL Neoliberalismo
    en América
    Latina.

    – El Neoliberalismo; ¿Una Nueva Religión?.

    – La Social Democracia y
    la Planeación
    Estratégica.

    Keynes
    Alreves.

    – Frente a los cuatro modelos de
    planeación.

    EL NEOLIBERALISMO: ASPECTOS SOCIALES.

    El neoliberalismo como ideología contiene significados, ideas, y
    valores
    basados en los principios
    sociales del liberalismo
    clásico: el mercado libre, el
    individualismo, la ocupación con un egoísmo
    estrecho, y el propósito que éstos lograrán
    el bienestar social. El neoliberalismo también ofrece un
    repertorio de estrategias a
    través de los cuales se puede dominar, subordinar,
    asimilar y excluir a la gente. El neoliberalismo es una respuesta
    a un ciclo anterior de lucha por la parte de obreros,
    estudiantes, mujeres, minorías y campesinos que
    llevó el neoliberalismo a un punto de crisis; una
    respuesta que busca deshabilitar a todos estos grupos
    convirtiendo sus diferencias en antagonismos de salarios, raza,
    género
    y etnicidad.

    Los programas
    políticos neoconcervativos del neoliberalismo socava a la
    clase media reduciendo su temor del descenso contra ellos quienes
    luchan más abajo en la jerarquía de salarios. La
    reducción de programas
    sociales y derechos legales tratan de
    deshabilitar a los movimientos comunitarios, dejándolos
    susceptibles a las demandas de las grandes empresas. Las
    luchas por igualdad son
    atacadas por la criminalización de programas de
    Affirmative Action. El triunfo de lograr una heterogeneidad
    cultural en el sistema escolar y
    universitario se enfrente con la reducción en la
    diversidad de la facultad, en el plan de cursos y en la
    fundación de programas. La libertad
    reproductiva de la mujer, la
    liberación sexual y la independencia
    económica han sido atacadas ferozmente por los ultra
    cristianos a la derecha. La homofobia de éstos
    también da la oportunidad de reducir los derechos gay a través
    de la violencia
    privada y las leyes
    públicas.

    El neoliberalismo xenofóbico ha sido utilizado
    para promover una histeria antimigrante y un temor de la gente de
    color. Tales
    esfuerzos han producido comunidades y sitios de trabajo
    amurallados y vigilados.

    EL NEOLIBERALISMO Y LA VIOLENCIA.

    La violencia, manifiesta y estructural, está al
    centro de la creación de tales antagonismos. La violencia
    manifiesta o física ha sido
    promulgada legalmente por el terrorismo en
    masa, y la militarización de la frontera y muchas
    comunidades. Ha sido promulgada ilegalmente por linchamientos
    privados, la violación, golpeos a manos de las fuerzas
    públicas y tiroteos e incendios a
    manos de grupos
    paramilitares. La violencia estructural, social como
    económica, se ha hecho resaltada a través de
    símbolos, la ideología y programas públicos
    para someter a unos y amenazar a otros con los horrores de
    la pobreza,
    hambre, las enfermedades evitables, la
    mal educación, la servidumbre y la
    privación del derecho de ciudadanía.

    A pesar de una retórica penetrante que exige un
    límite al gobierno,
    el estado en
    realidad ha aumentado su papel intruso
    en la sociedad por la
    guerra contra
    las drogas, la
    vigilancia de poblaciones y la intervención
    domésticas e internacional, de la policía y las
    fuerzas armadas. El ejercito, el INS, el FBI y otras unidades
    militares y agencias policiales han empezado una guerra de baja
    intensidad en la frontera y en áreas urbanas, con operaciones como
    Operation Hammer, operation Rock Crusher, y
    Operation Hold the Line. Prisioneros y campamentos de trabajo en
    crecimiento rápido alojan a un número creciente de
    jóvenes de color,
    criminalizados por ser joven, por asociarse con comunidades
    alternativas, y por tratar de explotar mercados
    lucrativos e ilícitos.

    LA RESISTENCIA.

    La resistencia a
    toda esta violencia manifiesta y estructural ha sido a la vez
    individual y colectiva. Los esfuerzos más efectivos han
    sido basados en luchas anteriores donde la gente aprendió
    a trabajar en conjunto en redes informales
    autónomas, en comunidades y espacios sociales que acepten
    la diferencia y la diversidad. No ha sido fácil para los
    neoliberales reducir los triunfos de los años 60s y 70s.
    El pueblo ha resistido los ataques sobre los sueldos, los
    gastos
    sociales, y el tiempo libre a
    través de retrasos de trabajo, robos, sabotaje y motines.
    Otros han explotado mercados
    alternativos a través del comercio
    ilícito y de sistemas
    clandestinos de redistribución. Aún otros han
    elaborado nuevas críticas culturales por la música, el arte y el
    teatro.

    LA LUCHA CONTRA PROGRAMAS SOCIALES
    NEOLIBERALES.

    La superación de programas sociales neoliberales
    se depende de la transformación creativa de instituciones
    tradicionales en nuevas redes sociales que permiten
    a la gente tomar control de su
    propio aprendizaje,
    redistribuir sus recursos conforme
    a sus necesidades, y gozar de la diferencia sin antagonismo,
    mientras que busque la elaboración de sus propios deseos.
    Mucha gente se ha quebrado con la exaltación restrictiva
    de la familia
    nuclear tradicional, siguiendo alternativas de modas de vida,
    arreglos de vivienda, y relaciones sociales. Otros han disputado
    abiertamente los valores
    neoliberales de propiedad
    privada, la competición y el énfasis en el éxito
    individual que viene del trabajo sin fin y el consumo
    ostentoso. Llegando a ser parte de barrios y organizaciones y
    centros comunitarios, la gente promueve esfuerzos cooperativos en
    la producción y distribución de necesidades mientras que
    trasforma sus relaciones personales en formas más
    autorizantes y mutualmente sustentadoras. Muchas de estas
    alternativas han incorporado una búsqueda para nuevas
    vías de entrada a interrelaciones entre seres humanos y el
    resto de la naturaleza. La
    abolición exitosa de programas sociales neoliberales solo
    puede ser realizada superando los viejos métodos
    con los esfuerzos de construir un nuevo mundo y así
    proveer la fuerza
    necesaria para la destrucción de esos viejos
    programas.

    NEOLIBERALISMO Y DEMOCRACIA.

    Hoy, en el despertar de la crisis del
    Keynesianismo, el neoliberalismo racionaliza la
    destrucción no solamente de comunidades tradicionales sino
    también de programas sociales del gobierno ganados
    en luchas anteriores para proteger a la gente de las fuerzas del
    mercado. Se trata
    de imponer el valor del
    mercado en todas las esferas de la vida. La naturaleza, la
    contaminación, el bienestar humano,
    la
    educación y todo comportamiento
    social están medidos puramente por su contribución
    a hacer ganancias en la histeria capitalista más insana
    que el mundo ha conocido. El cambio
    neoliberal de programas públicos al sector privado ha
    tratado de remover todas las protecciones de las fuerzas del
    mercado. Transferiendo poder de la
    legislatura al ejecutivo, se ha reducido la efectividad de
    presión
    por parte de las masas. El uso de los medios de
    comunicación para dominar el debate
    electoral ha concentrado el poder en las
    manos de los adinerados y ha fortalecido el monopolio de
    partidos
    políticos y sus patrocinadores
    empresariales.

    RESISTIENDO LA POLÍTICA
    NEOLIBERAL.

    Se ha resistido ha todos estos cambios, a veces de una
    manera parcial, por ejemplo el esfuerzo para proteger programas
    de beneficio social, a veces estructuralmente, por ejemplo, los
    esfuerzos para detener la poca democracia que hay en sistemas
    políticos contemporáneos. Ha habido más
    logros en estas luchas que lo que usualmente se reconoce. Si
    comparamos lo que los neoliberales han querido hacer con lo que
    han sido capaces de hacer hasta ahora, podemos ver el alcance de
    sus derrotas. Un problema importante con la mayoría de
    estas luchas de resistencia, sin embargo, es que al aceptar la
    estructura del
    sistema en
    sí misma, solo han podido aspirar a reformas marginales.
    Los mejores medios para
    resistir neoliberalismo quedan afuera y en contra de su propio
    marco no democrático.

    COMO LUCHAR EN CONTRA DE LA POLÍTICA
    NOELIBERAL.

    Lo que esta historia de política
    liberal, Keynesiana y neoliberal enseña es la necesidad de
    transformar radicalmente las estructuras de
    la política: las maneras en que la gente se reúne
    para hacer decisiones colectivas y públicas sobre como
    vive. La fachada democrática de políticos
    profesionales debe ser desgarrada y nuevas formas de
    política democrática inventadas. Aunque partidos
    basados en ideología pueden sobrevivir, deben ser
    reducidos solamente a una forma de auto-organización colectiva entre otros dentro
    de un sistema verdaderamente democrático. Hay
    alternativas, una variedad amplia de auto-actividad
    política requiriendo una democracia más
    participativa contribuyó a la caída del
    Keynesianismo y desafía a los esfuerzos neoliberales de
    reprimirla o coaptarla. La lucha política, hoy debe crear
    más espacio por tal auto-actividad para elaborar y
    consolidarse a sí mismo, en todos los niveles, en cada
    aspecto de la sociedad. La
    gente indígena de Chiapas han articulado claramente la
    clave conceptual y organizacional para la democracia:
    autonomía. La manera de organizarlo cambia mucho pero la
    autonomía de las comunidades de grupos étnicos y
    lingüísticos, de las regiones y otros grupos
    auto-definidos es la única manera posible para un
    verdadero pluralismo, un neo-pluralismo que sea verdaderamente
    democrático. Autonomía no significa
    abolición de la política o fragmentación de
    las sociedades. La
    política es un elemento ineludible de la vida social
    humana. La política autonómica simplemente rehusa
    la estructuración de esta dinámica a través de la
    imposición de una serie de reglas universales de valores y de
    comportamiento. En cambio, se
    celebra una visión de diálogo
    sin fin e interacción dentro de una comunidad de
    comunidades siempre cambiante, tanto en escala local como
    universal.

     EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA
    LATINA.

    Carta de los Provinciales Latinoamericanos de la
    Compañía de Jesús.

    Queridos compañeros:

    1. Nosotros, Superiores Provinciales de la
      Compañía de Jesús en América
      Latina y el Caribe, siguiendo el llamado de la
      Congregación General 34 a profundizar nuestra misión
      fe-justicia.
      Queremos compartir con todos los que participan de la
      misión apostólica de la
      Compañía de Jesús en el continente y
      todas aquellas personas preocupadas y comprometidas con la
      suerte de nuestro pueblo, especialmente los más
      pobres, algunas reflexiones sobre el llamado neoliberalismo
      en nuestros países. Nos resistimos a aceptar
      tranquilamente que las medidas económicas aplicables
      en los últimos años en todos los países
      latinoamericanos y el Caribe, sean la última manera
      posible de orientar la economía y que el empobrecimiento de
      millones de latinoamericanos sean un costo
      irremediable de un futuro crecimiento. Detrás de estas
      medidas económicas existe una estrategia
      política, subyace una concepción de la persona
      humana y una cultura
      que es necesario discernir desde nuestros propios modelos de
      la sociedad a la que aspiramos y por la cual trabajamos, al
      lado de tantos hombres y mujeres movidos por la esperanza de
      vivir y dejar a las futuras generaciones una sociedad
      más justa y humana.

      Son solamente reflexiones que encontramos
      pertinentes sobre las consecuencias y criterios del
      neoliberalismo; y características de la sociedad que
      anhelamos. Nuestra preocupación principal, al
      compartir estas reflexiones, es de orden ético y
      religioso. Los comportamientos económicos y
      políticos a lo que nos referimos reflejan en el
      ámbito de lo público los límites y los contra valores de una
      cultura
      fundada en una concepción de la persona y la
      sociedad ajena al ideal cristiano.

       LA SOCIEDAD DE LA QUE SOMOS
      PARTE.

    2. Las consideraciones presentadas no pretender ser el
      análisis científico de un asunto
      complejo que requiere investigación desde muchas
      disciplinas.
    3. En el umbral del siglo XXI las comunicaciones nos unen estrechamente, la
      tecnología nos da nuevas posibilidades de
      conocimiento
      y creatividad,
      y los mercados penetran todos los espacios sociales. En
      contraste con la década pasada, la economía de la
      mayoría de nuestros países ha vuelto a
      crecer.
    4. Este auge material, que podría abrir esperanza
      para todos deja sin embargo a multitudes en la pobreza, sin
      posibilidades de participar en la construcción del destino común,
      amenaza la identidad
      cultural y destruye los recursos
      naturales. Calculamos que en Latinoamérica y el Caribe por lo menos
      180 millones de personas viven en la pobreza y 80
      millones sobreviven en la miseria.
    5. Las dinámicas económicas que producen
      estos efectos perversos tienden a transformarse en
      ideologías y absolutizar ciertos conceptos: el mercado,
      por ejemplo, de un instrumento útil y hasta necesario
      para elevar y mejorar la oferta y
      reducir los precios,
      pasa a ser el medio, el método y
      el fin que gobierna las relaciones de los seres
      humanos.
    6. Para lograrlo, se generalizan en el continente las
      medidas conocidas como neoliberales.
    • Ellas ponen el crecimiento
      económico y no la plenitud de todos los hombres y
      mujeres en armonía con la creación como
      razón de ser de la economía.
    • Restringen la intervención del estado hasta
      despojarlo de responsabilidades por los bienes
      mínimos que se merece todo ciudadano por ser
      persona.
    • Eliminan los programas generales de creación
      de oportunidades para todos y los sustituyen por apoyos
      ocasionales a grupos focalizados.
    • Privatizan empresas con el
      criterio de que en todos los casos el estado es
      mal administrador.
    • Abren sin restricciones las fronteras a
      mercancías, capitales y flujos financieros y dejan sin
      suficiente protección a los productores más
      pequeños y débiles.
    • Hacen silencio sobre el problema de la deuda externa
      cuyo pago obliga a recortar drásticamente la inversión social.
    • Subordinan la complejidad de la hacienda
      pública al ajuste de las variables
      macroeconómicas: presupuesto
      fiscal
      equilibrado, reducción de la inflación y balanza de
      pagos estables; como sí allí se siguiera todo
      bien común y no se generarán nuevos problemas
      para la población que tienen que ser atendidos
      simultáneamente.
    • Insisten en que estos ajustes producirán un
      crecimiento que, cuando sea voluminoso, elevará los
      niveles de ingreso y resolverá por rebalse la
      situación de los desfavorecidos.
    • Para incentivar la inversión privada, eliminan los
      obstáculos que podrían imponer las legislaciones
      que protegen a los obreros.
    • Liberan a grupos poderosos de impuestos y de
      la obligación con el medio
      ambiente y los protegen para acelerar el proceso de
      industrialización, y así provocan una
      concentración todavía mayor de la riqueza y el
      poder económico.
    • Ponen la actividad política al servicio de
      esta política
      económica, con lo que caen en la paradoja de quitar
      todas las trabas al libre ejercicio del mercado, y al mismo
      tiempo
      controles políticos y sociales, por ejemplo a la libre
      contratación de mano de obra, para garantizar la
      hegemonía del mercado libre.
    1. Debemos reconocer que estas medidas de ajuste han
      tenido también aportes positivos. Cabe señalar la
      contribución de los mecanismos del mercado para elevar
      la oferta de
      bienes de
      mejor calidad y
      precios. La
      reducción de la inflación en todo continente. En
      quitar a los gobiernos tareas que no les competen para darles
      oportunidad de dedicarse, si quieren, al bien común. La
      conciencia
      generalizada de austeridad fiscal que
      utilizan mejor los recursos
      públicos. Y en el avance de las relaciones comerciales
      entre nuestras naciones.
    2. Pero estos elementos están lejos de compensar
      los inmensos desequilibrios y perturbaciones que causa el
      neoliberalismo en términos de concentración de
      los ingresos, la
      riqueza y la propiedad
      de la tierra;
      multiplicación de masas urbanas sin trabajo o que
      subsisten en empleos inestables y pocos productivos; quiebra de
      miles de medianas y pequeñas empresas,
      destrucción y desplazamiento forzado de poblaciones
      indígenas y campesinas; expansión del narcotráfico basado en sectores rurales
      cuyos productos
      tradicionales quedan fuera de competencia; desaparición de la
      seguridad
      alimentaria; aumento de la criminalidad provocada no pocas
      veces por el hambre; desestabilización de las
      economías nacionales por los flujos libres de la
      especulación internacional; desajuste en comunidades
      locales por proyectos de
      empresas multinacionales que presiden de los
      pobladores.

      LA CONCEPCIÓN DEL SER
      HUMANO.

    3. En consecuencia, al lado de un crecimiento
      económico moderado, aumenta en casi todos nuestros
      países el malestar social que se expresa en protestas
      ciudadanas y huelgas. Vuelve a tomar fuerza en
      algunos lugares la lucha armada que nada soluciona. Aumenta el
      rechazo a la orientación general que, lejos de mejorar
      el bien común, profundiza las causa tradicionales del
      descontento popular: la desigualdad, la miseria y la corrupción.
    4. Detrás de la racionalidad económica que
      suele llamarse neoliberal hay una concepción del ser
      humano que delimita la grandeza del hombre y la
      mujer a la
      capacidad de generar ingresos
      monetarios. Exacerba el individualismo y la carrera por generar
      y poseer, y lleva fácilmente a atentar contra la
      integridad de la creación. En muchos casos desata la
      codicia, la corrupción y la violencia. Y, al
      generalizarse en los grupos
      sociales, destruye radicalmente la comunidad.
    5. Se impone así un orden de valores donde priva
      la libertad
      individual para acceder al consumo de
      satisfacciones y placeres; que legitima, entre otras cosas, la
      droga y el
      erotismo sin restricciones. Una libertad que rechaza cualquier
      interferencia del estado en la
      iniciativa privada, se opone a planes sociales, desconoce la
      virtud de la sociedad, y solo acepta las leyes del
      mercado.
    6. Por el proceso de
      la
      globalización de la economía, esta manera de
      comprender al hombre y a
      la mujer
      penetra nuestros países con contenidos simbólicos
      de gran capacidad de seducción. Gracias al dominio sobre
      los medios de
      comunicación de masas rompen las
      raíces de identidad de
      culturas locales que no tienen poder para comunicar su
      mensaje.
    7. Comúnmente los dirigentes de nuestras sociedades, articulados a estos movimientos de
      globalización y embebidos en la
      aceptación indiscriminada de las razones del mercado,
      viven como extranjeros en sus propios países sin
      dialogar con el pueblo, lo consideran obstáculo y
      peligro para sus intereses, y no como hermano,
      compañero o socio.

      LA SOCIEDAD QUE QUEREMOS.

    8. De manera más general, esta concepción
      considera normal que nazcan y mueran en la miseria millones de
      hombres y mujeres del continente incapaces de generar ingresos
      para comprar una calidad de
      vida más humana. Por eso los gobiernos y las
      sociedades no experimentan el escándalo frente al hombre
      y la incertidumbre de multitudes desesperanzadas y perplejas
      ante los excesos de los que usan, sin pensar en los
      demás, los recursos de la sociedad y de la
      naturaleza.
    9. Gracias a Dios, hay iniciativas de
      transformación que insinúan el resurgimiento de
      un mundo nuevo desde diversos grupos culturales, etnias,
      generaciones, género y sectores sociales.
    10. Animados por estos esfuerzos queremos ayudar a
      construir una realidad más cercana al reino de justicia,
      solidaridad y
      fraternidad del evangelio; donde la vida con dignidad sea
      posible para todos los hombres y mujeres.
    11. Una sociedad donde toda persona pueda acceder a los
      bienes y servicios
      que se merece por haber sido llamada a compartir este camino
      común hacia Dios. No reclamamos la sociedad de
      bienestar, de las satisfacciones materiales
      ilimitadas, sino una sociedad justa, donde nadie quede excluido
      del trabajo y del acceso a bienes fundamentales para la
      realización personal como
      la educación, la nutrición, la
      salud, el hogar
      y la seguridad.
    12. Queremos una sociedad donde todos y todas podamos
      vivir en familia y mirar
      al futuro con ilusión, compartir la naturaleza y legar
      sus maravillas a las generaciones que nos
      sucederán.
    13. Una sociedad atenta a las tradiciones culturales que
      dieron identidad a los pueblos indígenas; a los
      pobladores que llegaron de otra parte, a los afro americanos y
      mestizos.
    14. Una sociedad sensible a los débiles, a los
      marginados, a quienes han sufrido los impactos de procesos
      socioeconómicos que no ponen al ser humano en primer
      lugar. Una sociedad democrática, construida
      participativamente, donde la actividad política sea la
      opción de los que quieren entregarse al servicio
      de los intereses generales que imponen a todos.

      TAREAS

    15. Somos conscientes de que alcanzar este tipo de
      sociedad tiene un precio
      elevado, por los cambios de actitudes,
      hábitos y valoraciones que exige. Nos reta a hacer
      aquellos elementos positivos de la modernidad,
      como el trabajo,
      la
      organización, la eficiencia, sin
      los cuales no podemos construir esa sociedad que
      soñamos. Queremos finalmente contribuir a al construcción de una comunidad
      latinoamericana entre nuestros pueblos.
    16. Tenemos delante una tarea enorme para realizar en
      distintos campos: emprender al lado de muchos otros, a partir
      de nuestras universidades y centros de estudio, investigación y promoción, un esfuerzo intelectual de
      gran envergadura en ciencias
      sociales, teología y filosofía, para conocer
      el neoliberalismo, explicar su racionalidad profunda y sus
      efectos sobre el ser humano y la naturaleza. Sopesar en el
      discernimiento las líneas de acción que se sigan
      del análisis, y tomar las opciones
      pertinentes.
    17. Este conocimiento
      y estas decisiones deben llevarnos a:
    • Acompañar el camino de las víctimas,
      desde comunidades de solidaridad.
      Para proteger los derechos de los excluidos, y emprender con
      ellos, en el diálogo con los sectores que controlan las
      decisiones, la construcción de la más inclusiva o
      incluyente de las sociedades posibles.
    • Fortalecer las tradiciones culturales y espirituales
      de nuestros pueblos para que se sitúen, desde su propia
      identidad, en el espacio de las relaciones globalizadas sin
      menoscabo de su riqueza simbólica y su espíritu
      comunitario.
    • Incorporar en el trabajo
      educativo, que hacemos con muchos otros, el orden de valores
      necesario para formar personas capaces de preservar la primicia
      del ser humano en el mundo que compartimos, y dar a los alumnos
      la preparación requerida para entender y trabajar en la
      transformación de esta realidad.
    • Resistir particularmente a la sociedad de consumo y
      su ideología de la felicidad basada en la compra sin
      límite de satisfacciones materiales.
    • Comunicar por todos los medios los resultados del
      análisis sobre le neoliberalismo, los valores
      que deben ser preservados y promovidos y las alternativas
      posibles.
    • Proponer soluciones
      viables en los espacios donde se toman las decisiones globales
      y macroeconómicas.
    1. Trabajaremos por fortalecer el valor de
      la gratitud, en un mundo donde todo se exige por un precio;
      por estimular el sentido de la vida sobria y la belleza
      simple; por favorecer el silencio interior y la
      búsqueda espiritual y por vigorizar la libertad
      responsable que incorpora decididamente la práctica de
      la solidaridad, desde la espiritualidad de San Ignacio de
      Loyola comprometida en la transformación del corazón humano.

      Queremos así reafirmar la opción
      radical de fe que nos llevó a responder el llamado de
      Dios en el seguimiento de Jesús en pobreza, para ser
      más eficaces y libres en la búsqueda de la
      justicia.

    2. Para hacer creíble nuestro empeño, y
      para mostrar nuestra solidaridad con los excluidos del
      continente y evidenciar nuestra distancia del consumismo,
      procuraremos no solamente la austeridad personal, sino
      también que nuestras obras e instituciones eviten todo tipo de
      ostentación y empleen medios coherentes con nuestra
      pobreza. En su
      política de inversiones
      y de consumo no deberán apoyar a empresas que
      notoriamente infringen los derechos
      humanos y vulneren la ecología.
    3. Buscaremos con muchos otros una comunidad nacional y
      latinoamericana solidaria, donde la ciencia,
      la tecnología y los mercados estén al
      servicio de todas las personas de nuestros pueblos, donde el
      compromiso con los pobres ponga en evidencia que el trabajo por
      la plenitud de todos los hombres y mujeres, sin exclusiones,
      sea nuestra contribución, modesta y seria, a la mayor
      gloria de Dios en la historia y en la
      creación. Esperamos que estas reflexiones animen los
      esfuerzos por mejorar nuestro servicio a los pueblos
      latinoamericanos.

    EL NEOLIBERALISMO; ¿Una nueva religión?

    Por Horst Kurnitzky.

    "La democracia en sí misma jamás ha
    sido un valor central del neoliberalismo."

    Friedrich Hayek.

    Liberada al fin de la pasada confrontación
    este-oeste y, con ello, de la falsa alternativa de la planificación económica socialista,
    hoy en día, la democracia económica de libre
    mercado se está zafando, también en el mundo
    occidental, de las últimas ataduras impuestas en los
    pasados 100 años por los movimientos obreros y las ideas
    de economistas como John Maynar Keynes. Desde
    su nuevo centro, Chicago, comenzó su victoriosa marcha por
    el mundo bajo la bandera del neoliberalismo. Su llamamiento
    declara, "dejar el mercado al libre juego de las
    fuerzas de la competencia", se
    ha constituido en un concepto de
    bienestar que reconoce en estas fuerzas la única
    regulación que, elevadas al rango de fuentes de la
    riqueza, garantiza no solamente el bienestar social sino
    también en última instancia, el bienestar
    individual.

    No es algo nuevo decir que el concepto
    básico de la ideología neoliberal descansa, sobre
    todo, en la idea de que la libertad del hombre es debida a la
    protección de la propiedad y al ilimitado aprovechamiento
    e igualmente ilimitado intercambio de los bienes producidos. En
    los Bill of Rights de Norteamérica y en la
    Declaración de los Derechos del Hombre de la Revolución
    Francesa ya estaban establecidos estos derechos fundamentales
    que hasta hoy pertenecen a las irrenunciables garantías
    fundamentales que otorga el Estado de
    Derecho. Esta es la protección asegurada por
    tribunales independientes de la libertad, igualdad y
    propiedad. Cuando el 8 de Junio de 1.774, el ciudadano
    Robespierre, armado con un ramo de flores en una mano y una
    antorcha en la otra, proclamó la Religión de la
    Humanidad en París, ya era común entre la opinión
    pública creer que la naturaleza divina, a la cual en
    última instancia le debemos todo, también encierra
    los poderes que prometen la felicidad y el bienestar del hombre.
    El reino de estos poderes sin límites
    automáticamente garantiza esto. La meta
    señalada por los economistas liberales es abolir cualquier
    limitación artificial del comercio y de
    la industria a
    fin de que los hombres sean libres para perseguir sus intereses
    individuales.

    El poder de interpretación y por ello en parte
    también el poder político que hasta entonces
    correspondía a los representantes de dios en la tierra se
    trasladó, en la ilustración, a los mediadores entre la
    naturaleza y la sociedad. Con la misma autoridad con
    la que los líderes eclesiásticos proclamaron la
    voluntad de Dios y supieron imponer sus intereses, ahora las
    revoluciones liberales podrían citar el libro de la
    Naturaleza, interpretar las leyes naturales y, y cuando les era
    posible, aprovecharlas en su favor. También se
    podría decir que los liberales sustituyeron a la Biblia
    por Libro de la
    Naturaleza. Cuando antes el benevolente o encolerizado dios
    dirigía tanto la economía como la sociedad, era
    entonces la mano invisible la fuerza dinámica e impulsora que, desde
    atrás, arreglaba la reciprocidad de acción entre
    oferta y
    demanda.

    La nueva religión de la humanidad, que reconoce
    el hombre como
    único ser supremo, ha liberado sus necesidades
    psíquicas y sus cualidades de carácter
    de la tutela social, ignorando sus condiciones de desarrollo
    tanto históricas como sociales y, en consecuencias, las ha
    elevado al rango de formas naturales de expresión y
    existencia que no deben ser restringidas. Esta condición
    del hombre está libre de cualquier responsabilidad
    social. Perseguir sin límites sus intereses personales
    también quiere decir perseguir a la naturaleza
    inconscientemente; ahí donde domina la ley de la selva,
    donde el instinto lo es todo y la reflexión y la responsabilidad social están canceladas. De
    este modo, la sociedad se convierte en una sociedad de sacrificio
    total, es decir, el sacrificio pierde su elemento racionalizante
    y la masacre social lo sustituye.

    Sustituir la todo poderoso y también injusto dios
    creador por una no menos todopoderosa pero inhumana naturaleza
    significa dejar a la sociedad en manos de un – en muchos
    sentidos – desconocido sujeto que, como dios, está
    reconocido como creador de la sociedad humana pero no es
    responsable de los hombres ni de la sociedad. La naturaleza como
    sujeto no establece ninguna relación humana con la
    sociedad. El amor y el
    odio sobre los que se constituye la sociedad son objetos de
    investigación de las ciencias
    sociales, aunque para la naturaleza inconsciente, estas emociones no sean
    elementos de una formación reactiva. La naturaleza no
    piensa ni siente, no es un ente social.

    Además, las leyes de la naturaleza, que para el
    liberalismo
    también incluyen a la economía y a la sociedad,
    están formuladas por un interés
    dirigido hacia la sumisión y la explotación. Su
    carácter provisional, las ciencias
    siempre entienden las leyes de la naturaleza como hipótesis, el cual amplía el
    conocimiento de la naturaleza, esto es, la imagen que
    nosotros nos hacemos de ella, indica, sobre todo, el progreso de
    las técnicas
    de explotación de la naturaleza misma.

    Francis Bacon, quien como accionista de la East Indian
    Company debía saber esto, en su Nueva Atlantis. Con otras
    palabras, leer el Libro de la Naturaleza quiere decir ganar poder
    sobre ella. Quien conoce su nombre aprehende sus leyes, es decir,
    tiene poderes sobre la naturaleza, como no lo enseñan el
    cuento de los
    hermanos Grimm del Enanito Rumpelstilzchen. Para los
    revolucionarios liberales del nuevo orden económico, la
    naturaleza era un dios y un demonio al mismo tiempo; como una
    arcaica figura de culto que tenían que poner a su
    servicio.

    Pero hay algo que añadir: la meta de la
    aspiración humana era bajada del cielo a la tierra.
    Puesto que el paraíso prometido por la religión
    todavía tenía que ser comprado por medio de
    sacrificios, éste ya no fue colocado en el más
    allá, sino en la vida terrenal, como un fuego fatuo
    brillando en el horizonte del progreso social. Sólo la
    acumulación de la riqueza social e individual, es decir,
    la ambición de fortuna en la vida económica la
    persecución imperturbable de los intereses personales
    automáticamente conduce a ala tierra
    prometida. Así lo planteó en todos los casos la
    Declaración de Independencia
    de los Estados Unidos de
    Norteamérica. Desde entonces, la ambición de
    fortuna no fue un derecho humano sino un deber. En el país
    de las grandes oportunidades, hasta hoy en día, juventud,
    fortuna y éxito económico son los requisitos del
    prestigio social.

    Finalmente, la idea del progreso condujo y para entonces
    ya estábamos en el siglo XIX a este concepto de evolución que formuló Charles
    Darwin como la
    ley de la
    supervivencia de los más aptos (Survival of the fittest).
    Como lucha por la existencia, este principio de la evolución de las especies se
    convirtió en un lema empleado para la descripción de liberales procesos
    económicos y sociales. Con todo esto, muchas veces no se
    entiende que la lucha por la existencia en la naturaleza no tiene
    lugar entre el gato y el ratón sino entre el ratón
    que se traga al gato y el ratón que escapa, una
    oportunidad de sobrevivir que, en la lucha económica no
    existe para los débiles.

    Tampoco resulta claro que las leyes de la naturaleza,
    formuladas por Darwin, de hecho
    son una proyección de las leyes del liberalismo
    económico de su tiempo a la naturaleza. Lo que se busca se
    encuentra; de todos modos, la experiencia de cualquier progreso
    es el resultado de una lucha que ha influido profundamente en el
    pensamiento y
    en las acciones de la
    sociedad. Hasta hoy, no existe ninguna doctrina económica
    influyente que de alguna manera no tenga sus bases en el
    postulado de la libre competencia como fundamento al progreso, el
    crecimiento y bienestar social; y la única ley que admite
    el neoliberalismo es la de Darwin pero formulada con un poco
    más de elegancia: En lugar del survival of the fittest ha
    sido retomado por el laissez faire.

    Una parte de las drásticas transformaciones de
    nuestro tiempo ha sido la liberación económica y
    social de aquellas sociedades que por decenios estuvieron
    sometidas a la absoluta tutela de un partido único y de
    una economía de planificación burocrática: Los
    estados de la antigua Unión Soviética y
    también una serie de estados del llamado Tercer Mundo que
    se orientaron al modelo
    Soviético o que se desarrollaron en una sociedad
    caracterizada por caudillos nacionales y una dictadura de
    partido. Todos esos países, en conjunto, siguen un
    supuesto político económico neoliberal establecido
    por el Banco Mundial
    y el Fondo Monetario
    Internacional que les permite obtener créditos. Está condición se
    atribuye a la influencia que ha tenido la escuela de
    Chicago en el grupo de las
    siete potencias industriales dirigentes. Como en la época
    del liberalismo, Gran Bretaña ha jugado aquí, un
    papel
    protagónico, bajo el nombre de Thacherismo, el
    neoliberalismo entró, como un costoso experimento, a la
    historia económica de Inglaterra,
    destruyendo las posibilidades de vida de amplios estratos
    sociales. A través de sus principales instrumentos (el
    comercio mundial, los acuerdos sobre aranceles y
    las comunidades económicas) este modelo se
    convirtió en la doctrina general de la política
    económica contemporánea.

    Cuando en 1962 Miltón Friedman con su libro
    Capitalism and Freemon en cierto modo fundó la nueva
    escuela del
    neoliberalismo en Chicago, el público no tomó nota
    de su intento para revitalizar el liberalismo económico
    radical. Las dos grandes guerras, en
    donde tuvo lugar la lucha por la existencia a nivel
    económico y en consecuencia, también a nivel
    nacional, no se había olvidado; así como la idea
    del socialismo, a
    pesar del terror y la represión en los estados
    socialistas, no estaban tan arruinada como para que un
    contramovimiento pudiera ganar terreno. Al contrario, los
    movimientos para la liberación nacional en el tercer mundo
    y la crítica a la guerra de Vietnam
    emprendida por los Estados Unidos,
    junto con los movimientos políticos de protesta hicieron
    que las ideas socialistas y sus modelos fueron todavía
    atractivas.

    Finalmente, la crisis económica y la
    descomposición del mundo socialista que se avizoró
    a fines de los sesenta, en conexión con la crisis
    económica y del estado benefactor ocurrida en occidente
    provocaron un cambio en la política económica
    mundial. Al hacerse evidente que el estado benefactor no
    podía financiarse más por los caminos acostumbrados
    y cuando la alternativa socialista cayó en el
    descrédito total, la recurrencia a viejas doctrinas de
    salvación fue notable. Quizá el fracaso del llamado
    experimento socialista ha impedido entender que la
    economía mundial, por lo menos en lo que se refiere en las
    metas humanas del liberalismo, también ha fracasado
    miserablemente.

    ¿Qué es la libertad política sin
    libertad económica, sin que la mayor parte de la población lleve una idea humana con
    libertad de información y formación?.

    Si la economía quiere hacer una
    declaración relevante acerca de la sociedad debe
    entenderse a sí misma como una ciencia
    social.

    Precisamente, las sociedades socialistas y fascistas de
    este siglo no estuvieron al margen del proceso económico
    sino que siempre formaron parte de la economía mundial.
    Ambas se entendieron como respuestas al liberalismo, ambas
    radicalizaron parte del liberalismo: En la sociedad Nazi, la idea
    del progreso retornó en eugenesia, en criaderos de raza
    pura, en el salvajismo del mundo de las especies, cuando la misma
    idea para la sociedad socialista se reducía, como en las
    sociedades arcaicas tribales, al simple plan de distribución. En lugar de retomar la
    razón del siglo de las luces para criticar al liberalismo
    con el fin de transformar la sociedad en una sociedad humanizada
    y justa para los individuos, las respuestas al liberalismo
    siempre se refirieron a quimeras sobre el mito del
    origen: Aquí la horda del origen germánico,
    allá al paraíso de la sociedad tribal del comunismo
    primitivo.

    Con la reducción de la
    ilustración a la racionalidad de la acumulación
    capitalista o socialista fue posible, a través de una
    crítica igualmente simplificada, quitarle la ilustración su fundamento en el humanismo
    universal. Lo que ha quedado ha sido el caos de sociedades en
    descomposición en las cuales se ha podido extender los
    organismos sobrevivientes del salvajismo económico:
    Fomaciones mafiosas que con terror y violencia han arrebatado la
    riqueza de las naciones.

    Parece una burla de la historia que precisamente fuera
    Chicago donde en los años veinte la mafia de Al Capone se
    apropió de la ciudad, la policía, los tribunales y
    todas las instituciones sociales y a donde el gobierno en
    Washington pensó en enviar al ejército el lugar en
    donde sé de desarrollo la
    doctrina de salvación que tradujo la práxis de la
    mafia en una teoría
    económica pseudocientífica y que, a demás,
    se vendiera al mundo con éxito como neoliberalismo. Por su
    puesto hoy en día, aunque los orfanatorios y dispensarios
    de Al Capone se llamen pacto de solidaridad, estos sirven para un
    mismo fin: A la carnicería lucha económica por la
    sobrevivencia le da un toque de carácter social con el
    objeto de influir, como un calmante, sobre la población
    asustada y apelar a una conciencia humana
    que desapareció desde hace mucho tiempo de la realidad
    social.

    La catastrófica situación económica
    y social, en que gracias a una economía monopolizada por
    el estado o monopolista liberal, se encuentran ahora en la mayor
    parte de los hombres, ha desencadenado una angustia y letargia
    generales; pero no ha dejado entender que toda una época
    de la economía mundial ha fracasado y que todo los
    imperativos sociales de la humanidad y de la moral que
    organizaban la cohesión social se encuentran hoy en
    descomposición. Todos los temas o religiones de moda, desde el
    posmodernismo hasta el supuesto "fin de la historia" o la entrada
    a una nueva época de libertad absoluta, con los que se
    intentan explicar la situación actual de la sociedad, son
    solamente la expresión de una específica
    condición social; son los síntomas de la crisis
    general en la que se encuentra tanto la economía como la
    sociedad.

    El hecho de que una parte importante de la
    economía se encuentre desde hace mucho tiempo en manos de
    bandas internacionales no es un secreto. Los carteles de drogas, los
    carteles de armas, las bandas
    de los mercados informales del este y del oeste que ponen casi
    todo a la venta desde el
    vulgar contrabando hasta el plutonio, todos lavan su dinero
    ilegalmente ganado en el archipiélago de los restos de la
    economía formal que casi completamente controlada por
    monopolios, ha abandonado todas las relaciones y compromisos
    sociales. El gobierno de los carteles, conectado con grandes
    capitales no controlados, en muchos países ha cambiado y
    ala economía en una economía de bandas que ha
    contribuido en una enorme barbarización de la sociedad.
    Este es un fenómeno que el secretario general de las
    Naciones Unidas,
    Boutros Gahli, ha señalado como el mayor peligro para la
    paz en el mundo, porque los carteles, pueden transferir, en
    tiempos más cortos, sus enormes capitales especulativos a
    cualquier destello de crisis y con ello atizar conflictos
    armados de grandes dimensiones. En las sociedades en
    descomposición, a esta selva corresponde una
    disposición y necesidad de violencia que se descarga en
    conflictos de
    religión, de regiones o naciones, o como violencia
    cotidiana en las pandillas de kids en los patios de las escuelas
    y en los barrios miserables que llaman la atención de los mass media. También
    se puede decir: Los marginados de la economía ejecutan el
    neoliberalismo a su manera emulando los métodos y valores
    de los grupos dominantes.

    Con el abandono de la ilustración y la
    reflexión, el liberalismo económico radical
    dejó todos los fines humanos de la sociedad para
    convertirse en un apologeta de la brutal lucha de la competencia
    social. La batalla por la sobrevivencia en su forma más
    desnuda, como lo ha vivido y elogiado Ernest Jünger con
    respecto a las trincheras de la primera guerra
    mundial, se ha extendido hasta los últimos rincones
    del mundo. En relación con esto, el proceso de
    destrucción social no ha generado una reflexión
    sobre la economía la sociedad y la historia, acerca de las
    perspectivas y metas de vida, sino solamente ha preparado el
    terreno para la emergencia de nuevos movimientos
    salvacionistas.

    El miedo a la catástrofe y la fascinación
    a ella favorecen el surgimiento de movimientos fundamentalistas
    de salvación que, como en la época medieval,
    protestan contra la miseria y prometen la salida de la crisis
    universal. Esto concreta el frente de salvación del
    Islam con el
    nuevo fundamentalismo del Vaticano y con las numerosas sectas y
    movimientos de salvación guiados por gurúes. En
    este contexto, el neoliberalismo aparece como una variante
    adicional en la asociación de las nuevas doctrinas de
    salvación, todas ellas vinculadas por un consenso
    común fundamentalmente antiiluminista.

    El regreso a mitos eternos
    y la tendencia a la mistificación del mundo parecen ser
    características de las doctrinas de la
    salvación pos modernas. En lugar de ilustrar acerca de los
    fines sociales y de reflexionar en todo a sus perspectivas, se
    espera que potencias oscuras y místicas salven al mundo:
    Las desconocidas fuerzas del mercado regulándose por
    sí mismas.

    Este es el efecto imperial del mercado neoliberal, que
    no deja espacio alguno a otras formas económicas, a otras
    formas de vida, fuera de este mercado. El mercado neoliberal es
    el "mercado total", así subrayen incansablemente sus
    propagandistas su fin totalitarista.

    Esto es la ideología, en realidad, el
    neoliberalismo aprovecha más la ayuda del estado a
    través de políticas
    fiscales, subvenciones, etcétera que ninguna otra forma
    económicas anterior.

    Combatiendo el nazismo
    así como al estado de bienestar, Hayek escribió, en
    1.944, camino a la servidumbre. El argumento era que "la social
    democracia moderna inglesa conduce al mismo desastre que el
    nazismo
    alemán". En 1.947 un grupo de
    simpatizantes del neoliberalismo se reunió en Mont
    Pélerin, Suiza y fundó una sociedad de amigos
    fraternos que, como las ordenes de caballería o, como dice
    Perry Anderson, la francmasonería, perseguía el fin
    de combatir al comunismo. Entre
    ellos estaban: Milton Friedman, Karl Popper, Ludwig Von Mieses,
    Walter Lippman y Salvador de Madariaga. Este grupo existe hasta
    hoy y se reúne cada dos años para discutir las
    estrategias para
    implantar el neoliberalismo en todo el mundo. Se trata de un
    grupo de conspiradores que se amplía cada año con
    nuevos miembros como el economista neoliberal Gary Becker y
    escritores propagandistas del neoliberalismo como Vargas
    Llosa.

    DESECHAR EL
    NEOLIBERALISMO

    El neoliberalismo está resultando un modelo
    económico residual que desecha a las grandes
    mayorías de los Colombianos a quienes no tienen nada que
    ofrecer: Ni empleo ni
    bienestar. Se nota un modelo económico no solamente ajeno
    a la idiosincrasia de los Colombianos, sino antifuncional. De
    plano imponerlo en Colombia a
    constituido un error garrafal de la clase política
    tecnocrática actualmente en el poder.

    Además de ser un modelo injusto y antifuncional,
    también a resultado un modelo hipócrita, porque
    finge dejar las soluciones a
    las fuerzas del mercado, sobre todo si se trata de no solucionar
    las necesidades de las mayorías, pero otorga gigantescos
    subsidios a los banqueros.

    El neoliberalismo a resultado un sistema que quita el
    subsidio a los pobres y lo entrega a los ricos (a los superricos)
    en forma paladina y descarada. En el subsidio a los bancos entonces
    sí entonces no hay que dejar las soluciones al mercado,
    sino a las finanzas
    públicas.

    Se dejan en libertad todos los precios de bienes de
    consumo y de servicios, en
    perjuicio de la economía popular, pero se mantienen bajo
    control los
    salarios, las tasas de
    interés y el tipo de
    cambio, que representan en forma u otra subsidios a los
    grandes industriales exportadores y al sistema
    financiero nacional.

    El neoliberalismo ha destruido la agricultura
    nacional dando paso a importaciones sin
    límites de granos y alimentos; a
    desmantelado la planta productiva industrial que producía
    para el mercado interno, para el consumo de los
    Colombianos.

    El neoliberalismo está entregando la riqueza
    nacional a intereses extranjeros: La planta industrial, los
    bancos, la
    bolsa de
    valores, los aeropuertos, los puertos, el gran
    comercio.

    El neoliberalismo ha expropiado los bienes de los
    Colombianos a través de la davaluación y el
    perverso sistema
    financiero. Los Colombianos han perdido sus casas, sus
    automóviles, sus industrias, sus
    parcelas agrícolas. Es más, los Colombianos han
    perdido sus empleos.

    El neoliberalismo desecha a los Colombianos cualquiera
    que sea su clase social y no tiene nada para ellos. Es hora de
    desechar el neoliberalismo.

    El neoliberalismo no tiene nada para los
    Colombianos.

    LA SICIAL DEMOCRACIA Y LA PLANEACIÓN
    ESTRATEGICA.

    DOS MODELOS DE
    PLANEACIÓN

    LA "PLANEACIÓN ESTRATEGICA" Y LA
    "PLANEACIÓN INDICATIVA": DOS MODELOS DISTINTOS, CON
    PRINCIPIOS Y
    OBJETIVOS
    DETERMINADOS, PARA ORIENTAR LA ECONOMÍA DE LOS
    PAÍSES. ¿CUÁL ESCOGER?

    El debate central
    de todo cuerpo constituyente no debe girar al rededor de los
    mecanismos que le pueden dar operatividad al Estado.

    En este sentido es necesario entender que las dos
    alternativas básicas son la de dar prioridad a la libertad
    individual o el condicionar ésta a unos propósitos
    de igualdad social; de este dilema fundamental se derivará
    el carácter de nuestra Constitución.

    En el aspecto económico las dos opciones se
    reflejan (a nivel teórico) en que para algunos el mercado,
    como la expresión de la libertad individual, es por
    definición "bueno" y se legitima este principio con el
    argumento de que además es la forma más
    idónea para explotar adecuadamente los escasos recursos de
    una sociedad. Quienes no adhieren a la premisa que el derecho
    individual es el aspecto más importante que debe preocupar
    al Estado descartan la definición del mercado y la
    propiedad privada como buenas per-se y, por considerar que la
    realidad económica no coincide con las condiciones
    abstractas del modelo ideal – luego este no operar -,
    proponen que el Estado debe asumir la responsabilidad de toda la
    organización económica a través de una
    planeación centralizada, de donde la necesidad de la
    colectivización de los medios de producción.

    Es decir, que las diferencias entre los dos paradigmas o
    modelos extremos se concretan en la función o
    la importancia que asignan a la planeación.

    La historia que todo lo enseña demostró
    que estos modelos no sólo no son únicos sino
    tampoco necesariamente excluyentes.

    Políticamente la evolución del mundo
    superó los absolutismos y el acceso al poder de
    regímenes socialistas como en Italia, Francia o
    España
    y la ola liberacionista de la ex Cortina de Hierro o de
    China muestran
    que la búsqueda de soluciones intermedias siempre es un
    cambio viable.

    Paralelamente, la necesidad de la planeación
    tanto como del mercado para que cada cual aporte sus elementos
    positivos a la ordenación de un país también
    es motivo de consenso.

    El éxito de países como Japón o
    Corea es atribuido al modelo de "Planeación
    Estratégica" que explícitamente asumieron y las
    economías Suecas, Alemana o Suiza han estado siempre
    regidas por un sistema de "Planeación
    Indicativa".

    La primera cosiste en que se ve el sistema nacional como
    una unidad dentro del total del mundo económico, es decir
    dentro del contexto internacional y después de un estudio
    de las condiciones externas y una evaluación
    de las condiciones internas del país se diseña una
    "estrategia" o
    política industrial para participar del mercado total.
    Acorde con eso las medidas que se toman es que el Estado
    interviene o asume la responsabilidad de apoyar aquellos sectores
    definidos como necesarios para lograr el objetivo
    estratégico (con investigación tecnológica,
    crédito, negociación política en los mercados
    internacionales, etcétera…) dejando en plena libertad
    sin apoyo pero sin intervención el resto de las
    actividades económicas. Planeación a largo plazo,
    hacia fuera y mercado libre interno.

    La segunda toma como universo
    principal el conjunto del mercado nacional y tiene por
    propósito buscar una estrategia entre los diferentes
    sectores entre los cuales el externo es sólo uno
    más. La intervención se dirige a crear condiciones
    internas para que las necesidades generales de generación
    de empleo y
    abastecimiento de productos y
    servicios para la población se satisfagan, mediante
    estímulos transitorios que se van ajustando según
    la evolución de la economía. Intervención a
    corto plazo en lo interno y libertad en el mercado
    externo.

    El modelo "estratégico" es implícitamente
    desarrollista en la medida que la prioridad es el enriquecimiento
    global de la Nación
    y la redistribución se asume como subproducto conexo con
    el anterior. El intervencionismo sería el inspirador del
    modelo "indicativo" en la medida que la satisfacción de
    las necesidades de la población es el objetivo y el
    desarrollo – probablemente por ya haber sido alcanzado – no
    es una obsesión.

    La Planeación Estratégica es una propuesta
    para países en vía de desarrollo, la indicativa
    parece más apropiada para economistas ya
    desarrolladas.

    KEYNES AL REVES

    EL EQUIPO ECONÓMICO DEL GOBIERNO
    HA INVERTIDO LA RACIONALIDAD ECONÓMICA DE LA TEORIA
    KEYNESIANA, CONVIRTIENDO EL MEDIO EN OBJETIVO.

    Desde la perspectiva de la economía
    política la más importante al estudiar una
    materia
    básica como la macroeconomía no es la
    formulación y el manejo mecánico de la misma sino
    el para qué propósito sirve, qué aspectos
    específicos aporta para entender y administrar mejor la
    sociedad a través de un mayor dominio de los
    fenómenos económicos.

    Por ejemplo, para mejorar la comprensión del
    análisis y de las propuestas de Keynes se plantea la
    pregunta de cuál es su más importante
    contribución a la "ciencia" de la
    economía, (obviamente no con el fin de encontrar una
    contestación sino de dar alguna orientación al
    estudio de sus planteamientos y familiarizarse con
    ellos).

    Dos posibles respuestas me parecen importantes
    destacar:

    1. Una sería su inclusión dentro del
      análisis económico, de los factores
      psicológicos, sociológicos y políticos, al
      señalar que no sólo existe la realidad de las
      cifras concretas sino que también las expectativas, es
      decir, el clima
      político o los conflictos sociales, forman parte del
      manejo y del campo de la economía.
    2. Otra sería el cuestionamiento dentro de la
      misma ortodoxia económica entonces vigente (es decir,
      desde la misma perspectiva y como desarrollo de los
      conocimientos aceptados hasta entonces) del supuesto que las
      fuerzas del mercado tienden a optimizar la explotación
      de los recursos al equilibrar el conjunto de la demanda y la
      oferta de todos los sectores: Keynes planteó que si bien
      es cierto que existe tendencia al equilibrio
      éste puede presentarse a cualquier nivel de
      explotación de la capacidad productiva instalada y no al
      máximo (por ejemplo, si se reduce la capacidad de oferta
      de las empresas cerrándolas el crédito y la capacidad adquisitiva de los
      consumidores reduciendo el circulante se logra un equilibrio a
      un nivel bajo de la utilización industrial).

    De estas dos consideraciones concluyó Kaynes que
    la intervención del Estado era necesaria para procurar que
    el cruce oferta – demanda sea un
    alto nivel de ocupación del potencial productivo y que
    esta intervención debe ser tanto en la forma de medidas
    concretas como de la generación de
    expectativas.

    Por eso la inflación, sea ésta creada
    alrededor de expectativas (la que llaman inercial) o alrededor de
    medidas concretas (v. Gr. La expansión monetaria), es
    vista como una variable para el manejo de la política
    económica y no como un objetivo de ella.

    El actual equipo económico parece haber reducido
    cada uno de los anteriores planteamientos a sólo uno de
    sus componentes: Del seguro
    sólo se interesa en la importancia del equilibrio sin
    tener en cuenta a qué nivel; y del primero admite la
    capacidad de crear fenómenos económicos alrededor
    de simples expectativas pero relega a un segundo plano la
    inevitabilidad de que éstos sean producto
    también de las realidades concretas en particular de la
    estructura del
    aparato productivo o de la distribución del ingreso que
    determinan.

    Es así como se ha logrado invertir la
    racionalidad económica de la teoría
    Keynesiana y convertir el medio en objetivo: los índices
    inflacionarios dejaron de ser una consecuencia de las políticas
    que se utilizaban para alcanzar otros fines, para convertirse
    ellos en un fin sí.

    Pero al romper la lógica
    teórica necesariamente se perturba su aplicación a
    la realidad: Se combaten las expectativas como factor
    inflacionario (con medidas contuyurales que, sin duda,
    algún efecto producen a corto plazo) pero a costa de
    alterar en forma inflacionaria a mediano plazo las condiciones
    reales de la economía (incremento en costos por unidad
    de producción por altos intereses y altos costos
    fijos).

    Lo malo de la opción que escogió el
    gobierno es que es engañosa, puesto que las medidas
    tomadas son de efecto inmediato pero de breve duración en
    el espacio inflacionario, mientras que su impacto recesivo es de
    efecto retardado y de larga permanencia.

    EN TORNO A LA
    INTERVENCIÓN DEL ESTADO

    EL ORIGEN DEL INTERVENCIONISMO DE ESTADO Y LOS ADALIDES
    LIBERALES DE SU APLICACIÓN EN COLOMBIA.

    DISCREPANCIAS Y PRECISIONES SOBRE UN ARTÍCULO DE
    WILLIAM JARAMILLO

    Interesante el artículo del doctor William
    Jaramillo "Estatismo, Libre Empresa y
    Democracia", (El Espectador, Feb. 26) no sólo por
    importancia de su autor sino porque permite debatir el origen del
    pensamiento
    liberal de intervencionismo de Estado.

    Propone le senador que serían ciertos pensadores
    del siglo pasado (Sismondi, Hobson, León XXIII), quienes
    habrían inspirado una propuesta política que se
    fundamenta en los criterios de justicia social, y sería
    una tergiversación la que ha hecho pensar que estos
    propósitos son influencia del marxismo;
    tendría el intervencionismo de Estado su origen en un
    pensamiento filosófico – político y no en una
    escuela económica; existiría una
    identificación entre el pensamiento del liberalismo
    colombiano y el de la Social Democracia; sería el doctor
    López Pumarejo el creador y representante de esta
    propuesta en Colombia y Carlos Lleras y la Reforma del 68 el
    epítome de la misma, en el sentido de establecer la
    compatibilidad de la defensa de la libertad de empresa y la
    justicia social.

    Discrepo del doctor Jaramillo:

    No fue un pensamiento político o una
    filosofía la que dio origen al intervencionismo de Estado:
    Éste nació como consecuencia de que la Primera
    Guerra Mundial
    y la Gran Depresión
    crearon una serie de problemas que
    obligaron a manejar en forma agregada las informaciones, forzaron
    al estado a dar una orientación "social" a sus decisiones
    y lo convirtió en el mayor partícipe de la
    actividad económica, validando casi involuntariamente el
    enfoque de la propuesta del señor Keynes, – lo que hoy
    llamamos macroeconomía –, en el sentido de que la
    función del Estado no podía cumplirse bajo la
    teoría del laisser faire, sino que tenía la
    necesidad de integrarse a la actividad económica como el
    agente de mayor dimensión, capaz de producir efectos no
    sólo por la vía normativa, sino por la vía
    participativa.

    La segunda discrepancia, también de orden
    fáctico, es que la Social Democracia vino a nacer a partir
    de los 70, como una vía para romper la polarización
    que existía hasta entonces entre los bloques comunista y
    capitalista; bajo la orientación de líderes como
    Willy Brandt y Olaf Palme, independientes de los grandes centros
    de poder e ideológicos; sobre la base de reconocer la
    imperfección de cualquiera de los dos modelos tanto en lo
    económico como en lo político; y con el
    propósito de dar una motivación
    de carácter socio – político a la toma de
    decisiones económicas, que permitiera buscar un
    equilibrio, un orden armónico, entre los diferentes
    sectores de población, no sólo a nivel interno de
    cada país sino a nivel industrial entre los países.
    Ante el cuestionamiento de la eficiencia de la
    teoría Keynesiana en cuanto al manejo de la
    economía y ante el embate de la entonces ya floreciente
    Escuela de Chicago, lo que hizo la Social Democracia fue cambiar
    la base de sustento del intervencionismo de Estado, de un
    argumento de orden estrictamente económico como era hasta
    entonces, a un propósito sociopolítico o
    moralpolítico que es el que hoy reivindica.

    Mal podía ser entonces el doctor López
    Pumarejo el representante de un partido o filosofía
    política que en ese momento no existía.

    Las otras discrepancias son más de
    carácter apreciativo, pero no por eso menos
    importantes:

    1. Consideraría innegable que la paternidad de la
      defensa de la justicia social, (no en la forma condescendiente
      de "paternalismo"), y del principio que la función del
      Estado debe ser la búsqueda de la igualdad aún en
      detrimento de las libertades individuales, corresponde como
      escuela a Marx y a sus
      seguidores. Otros pensadores (llamados genéricamente los
      utópicos), también lo propusieron, pero la
      importancia del marxismo, a
      nivel del peso político que adquirió,
      consistió no propiamente en que fueran aceptadas sus
      conclusiones y sus diagnósticos, sino justamente en que
      al presentar como propósito de su análisis la
      búsqueda de una sociedad más justa,
      acompañándola de una metodología y unas propuestas que de otra
      forma habrían sido rechazadas de plano, volvió
      debates sobe realidades lo que antes era sólo un
      eclecticismo utópico.
    2. Al doctor López Pumarejo más que
      motivarlo un gran sentido de sensibilidad social, – que mal
      entendida podría confundirse con sensiblería -,
      lo que lo motivaba era un gran sentido del realismo, –
      que yo denominaría sensatez -. Lo que él
      pretendió hacer, y en buena parte lo hizo, fue
      actualizar el Estado y sus instituciones a la realidad que
      estaba viviendo su época. En cuanto al ordenamiento
      constitucional buscó que éste respondiera a un
      criterio de funcionalidad en el sentido de ser un instrumento
      que permitiera la convivencia entre los ciudadanos y lo
      sustrajo a la polémica sobre cuáles valores
      debía representar o defender del Estado como arma de
      unos sectores de la población en contra de
      otros.

    Por último, creo que si bien es cierto que le
    doctor Lleras ha sido el defensor del principio de la
    intervención a través de la planeación, me
    parece que en su caso este pensamiento tiene su origen en
    criterios de orden estrictamente administrativos. El doctor
    Jaramillo está acertado al asociar el pensamiento de
    Lleras Restrepo con el del doctor López pumarejo, en el
    sentido de que ambos defienden el derecho de
    intervención del Estado y el principio filosófico
    central de la Reforma del 36, respecto a que "la propiedad es una
    función social" (Art. 30 Constitución Nacional); pero lo que plasma
    la Reforma del 68 no es el Derecho sino la
    Obligación ("El Estado intervendrá por
    mandato de la ley…" Art. 32 Constitución Nacional) de
    esta misma intervención, norma que responde a la propuesta
    central de la llamada Social Democracia, pero que
    infortunadamente parece que aquí nadie comprende,
    defiende, ni representa. Quien más se ha acercado a ella,
    quien probablemente la incluyó en la Reforma del 68 y
    probablemente quien por eso fue elegido para darle vigencia bajo
    el nombre de "Mandato Claro", fue lo que se ha dado en llamar el
    Ala Progresiva o de Izquierda del Partido Liberal, liberada en
    aquella época por el doctor López Pumarejo
    Michelsen, pero huérfana desde entonces de dirigentes o
    representantes.

      

    FRENTE A LOS CUATRO MODELOS DE
    PLANEACIÓN.

    COLOMBIA DEBE DECTETAR LAS
    CARACTERÍSTICAS DE LOS MODELOS DE PLANEACIÓN DE LAS
    DIVERSAS ECONOMÍAS IMPORTANTES EN EL MUNDO, PARA
    CONCEPTUALIZAR SU PROPIO ÓRGANO DE PLANEACIÓN Y LA
    FUNCIÓN DEL ESTADO FRENTE A ÉL.

    Siguiendo la clasificación de modelos de
    intervención estatal y de la función que se asigna
    a la planeación dentro de cada uno, podemos distinguir
    cuatro bloques
    económicos que caracterizan cada una de las
    opciones:

    Las economías socialistas optaron por la
    planeación central; las economías europeas por la
    planeación indicativa o intervención selectiva en
    la cual el Estado tiene por propósito la armonía de
    todos los sectores, incluyendo dentro d estos el exportador, y su
    función es programar los desarrollos y métodos de
    apoyo que subsanen las limitaciones del sistema del mercado; los
    países asiáticos (Japón y los cuatro
    dragones) por la planeación estratégica o
    política industrial que promueve el desarrollo del
    país por la vía de la participación en
    franjas determinadas del comercio mundial, concentrándose
    en esto la intervención y planeación del Estado
    complementando estas con la libertad del merado interno; y la
    economía del mercado con ausencia de intervención y
    planeación que es el modelo aplicado por los Estados
    Unidos.

    La tendencia de la nueva derecha ha sido la de presentar
    los procesos en el bloque soviético sólo como un
    contraste con el "sistema capitalista" pretendiendo que por
    éste se debe entender el modelo americano.

    Una lectura
    diferente de la misma historia podría mostrar que lo que
    ha caracterizado las dos últimas décadas es un
    retroceso comparativo de los modelos dogmáticos y
    paradigmáticos de los antiguos polos económicos y
    políticos y un prodigioso avance de las propuestas
    más empíricas y más orientadas al bienestar
    de la propia población que a la confrontación con
    otros modelos.

    Dentro de esta perspectiva el retroceso de los Estados
    Unidos respecto a Alemania o
    Japón no es menor que el de la Unión
    Soviética.

    Y la nueva orientación de las economías
    del Este no sería, como se pretende, un acto de
    contrición y reconocimiento de la superioridad del sistema
    de los EE.UU., sino una reacción más inteligente y
    más realista que la de estos, al renunciar a un dogma de
    planeación total para aprovechar las enseñanzas de
    otros y acercarse a un modelo ya probado exitoso de
    planeación parcial.

    También desde el punto de vista bloques es
    interesante analizar que, mientras en los últimos tres
    lustros el bloque socialista prosperó en conjunto y cada
    país individualmente respecto a sí mismo, con el
    mejoramiento del producto bruto
    y del ingreso per-cápita de todos los miembros, el bloque
    americano desmejoró en conjunto y exceptuando los EE.UU.,
    quienes por vía de la devaluación y de la inflación
    trasladó sus problemas a los países de la
    órbita del dólar (deuda latinoamericana), todas las
    demás naciones retrocedieron al punto que se
    denominó a los 80 la "década perdida" (salvo
    Colombia como caso único).

    Es decir que, como modelo, el "modelo americano" fue
    más inadecuado que el de los países del Este, pero
    que para su cabeza los traslados internos del mismo le
    permitieron prosperar a costa de su periferia.

    Por último vale la pena distinguir entre los
    modelos socialista y asiático – que son esquemas
    para hacer el cambio del subdesarrollo
    a la modernización –, de los modelos americano y
    europeo – que son propuestas diseñadas para, y
    aplicados a, sociedades que ya han cumplido su proceso de
    desarrollo –.

    Lo provechoso para nosotros no es comparar y calificar
    los diferentes modelos para defender uno u otro, sino entender
    sus características para detectar entre los elementos
    positivos de cada uno, cuáles coinciden con la
    situación y la idiosincrasia Colombiana y así
    conceptualizar un órgano de planeación y una
    función de intervención del Estado acorde con
    ellos.

     

     

    Autor:

    Juan David Zapata Agudelo

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