Ciudades con Parentescos históricos de
hermandad
"Cúcuta y Maracay" una de la República de
Colombia y la
otra de la República de Venezuela, dos
patrias del planeta las más bellas y ricas en mineral, el
turista que nos visita, se sienten como, en su hogar,
terruños fraternal de criollos y extranjeros y cunas, del
general Simón Bolívar,
libertador, de estas nuestras tierras natal.
El Autor
Edificio de Telecon
Presentación
En el estado
Táchira, después de la población de San Antonio
del Táchira o Ureña; Nos encontramos con la
línea limítrofe de la frontera
Venezolana con la república de Colombia.
En algunos minutos, se llega a la hermosa e
histórica ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) .
Colombia.
Los ciudadanos; Colombianos y Venezolanos, podemos
estrechar nuestros lazos de hermandad y llamarnos hermanos
Republicanos, por nuestros orígenes de lucha y libertad, en
contra del Imperio Español.
El congreso de Cúcuta sanciona las leyes de la
constitución de la república de
Colombia en el año 1821. Al igual la República de
Venezuela reúne el congreso en la ciudad Angostura, en el
año 1819.
Existe una interrelación comercial entre los dos
países. (Tratado del Pacto
Andino)
En conjunto celebran las famosas ferias internacionales
de la frontera, en el mes de septiembre de cada año;
Exhibiendo en las exposiciones variedad de artículos y
productos, de
la producción agrícola, pecuaria y
tecnificación Industrial.
Dentro de sus costumbres y tradiciones, hay algunas
semejanzas; la celebración de la Semana Santa, los
Carnavales,
las Navidades.
Es mi deseo, que esta narrativa, ponga a relieve
algunos conocimientos de la idiosincrasia de la gente de estas
tierras amadas, contribuyendo de esta manera a enaltecer los
valores
morales y culturales, de estas dos naciones y pueblos
hermanos.
Al repicar de los campanarios de la Catedral y Capillas
Santuarias, un manto de calor que
cubre la ciudad de Cúcuta, de estilo colonial con calles
empedradas y hermosos templos religiosos, con sus casa de
corredores y jardines con sus techos de aleros rojos, que guardan
en su intimidad y el transcurrir en el tiempo, la
historia de su
gente, sus logros y progresos.
Desde el pórtico, de una de las entradas, de la
casa, veo la gente pasar y oigo el sonar de las cornetas y
sirenas, de los vehículos en el corredor vial de la
avenida Quinta; muy concurrida por sus gentes y turistas, por sus
grandes almacenes y
variadas cafeterías.
Al momento me pasan muchos pensamientos y recuerdos, por
la mente se me interrumpe la tranquilidad, Pancho; Al atender al
llamado de un compañero de estudios; Nectario, quien me
sugiere, sobre el estudio de unos ejercicios de la asignatura del
idioma inglés,
y conversamos muy amenamente, sobre muchos aspectos de nuestras
vidas.
Al momento del sonar de la campana, en el colegio;
Anunciando el llamado a clases; Me invita que le acompañe,
en la salida que nos corresponde el fin de semana; A visitar a su
amiga Inés Páez, a escasamente dos cuadras de las
edificaciones del instituto educacional ANDRES BELLO.
A la salida del día sábado, nos dirigimos
a la residencia de la joven no tardamos en llegar y al llamar a
la puerta, nos atiende una mujer de avanzada
edad, por lo que yo, imaginé que era la madre de la
muchacha, nos ordena que pasemos adelante y que esperemos en un
salón, con dos poltronas muy cómodas; Mientras nos
anuncia.
De regreso, la señora nos manda a seguir a una
habitación, en la cual está la joven, en estado muy
convaleciente, por una enfermedad que le afecto seriamente la
salud.
Nectario; La saluda, al momento que me presenta y le
comenta que el es un compañero de estudio, extendí
mi mano y estreche la de ella; pronunciando en tono de suave voz
¿Pancho? ¿Inés?.
Estuvimos de visita, un tiempo prudente, teníamos
que marcharnos, deseándole se reestableciera
pronto.
Mi compañero Nectario salió primero de la
habitación y luego yo.
En el trayecto del camino al colegio, le comente que, la
muchacha es muy simpática y agradable, que le
dispensaría una próxima visita en algunas semanas;
Pronto tendríamos vacaciones y volveremos a las
actividades nuevamente, el día de la celebración de
la patria el día 20 del mes de Julio.
(Conmemoración de la Independencia
de Colombia).
Me traslade a Maracay, en la República de
Venezuela, residencia de mi familia, el
trayecto lo realicé por vía terrestre en una
línea de autobuses, Expresos Occidente, el cual se
abordaba en el terminal de pasajeros de esta ciudad.
Al transcurrir de los días le envío una
carta a la
amiga Inés, informándole de lo bien que la estaba
pasando, y del disfrute de las playas en las costas
Aragüeñas; por el
conocimiento y costumbre de tu hermosa ciudad, adquiridos
desde que me residencié allí como estudiante, me
atrevo a hacer una somera comparación, de estas dos
ciudades: Cúcuta – Maracay.
La forma de relieve de estas dos ciudades es bien
parecido, lo mismo te puedo decir con respecto al clima; sus campos
o zonas foráneas presentan algunas características
o vestigios de la época de la colonia.
Con los sembradíos de caña de Otajeti,
traídas de Santo Domingo y Trinidad y llevada, desde el
puerto de La Guaira y la ciudad de Caracas a la región
fronteriza de la República de Colombia,
(Cúcuta).
Los cultivadores colombianos la denominaron caña
solera y sus cultivos extendían conjuntamente con los
sembradíos del añil, hasta los limites con el
Río Táchira ; Región llamada también
tierra de
café y
el cacao.
Allí podemos observar todavía algunos
cultivos en la vía que nos conduce a la población
de escobar y la elaboración de la panela y el aguardiente,
al igual que la ciudad de Maracay, el papelón y el
ron.
Cúcuta: ciudad de un relieve de planicie bordeado
de montañas y colinas, conformándose un valle
cruzado por torrentes de agua; El
río Pamplonita, Zulia; Abrazado por las frescas brisas que
se desprenden desde los páramos; Adornada con sus hermosos
parques; Gnral. Francisco de Paula Santander, Mercedes Abrego;
Colón y vigiladas desde las alturas por el imponente
monumento de su santo Cristo Rey.
Maracay: También conforma un valle cruzado por
torrentes de agua, el río Limón, el Castaño;
Abrazado por las frescas brisas de las montañas de Rancho
Grande y adornada con sus hermosos parques; La Plaza
Bolívar, Atanasio Girardot, Guevara Rojas y vigilada desde
las alturas por la Santa Cruz de Calicanto.
Teniendo estas dos ciudades como santo patrono el mismo;
San José de Cúcuta y San José de
Maracay.
Por esa similitud de aspectos como dicen ustedes, me
amaño en esa tu tierra de bellezas naturales, de
esperanzas culturales y de nuestros mismos lazos
históricos de hermandad.
Espero transcurran los días y volver a mis
actividades didácticas y poder
visitarte nuevamente, y sentir la cordialidad y entusiasmo de la
gente de ese pueblo hermano.
Atentamente,
Pancho Villa.
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