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Criterios de definición y ámbitos de las PyMes (página 3)




Enviado por Guillermo Firpo



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

En la Argentina se usaba una formula polinómica
que dependía de tres atributos PERSONAL OCUPADO,
VENTAS ANUALES
Y PATRIMONIO
NETO, para saber cuando estábamos frente a una PyME. Ese
criterio fue reemplazado por la Ley 25.300 por
otro criterio cuantitativo que tiene en cuenta solamente los
niveles de facturación, reglamentado por la
SEPyME.

LEY 25.300. "Se tendrá en cuenta para determinar
la condición de la empresa, el
valor de
ventas totales anuales, excluidos los impuestos al
valor Agregado e Internos"

La SEPyME dictó una primera reglamentación
(Resolución 24 del 2001) en la que definía por
niveles de facturación a las micro, pequeño y
medianas empresas de los
sectores agropecuario, industria y
minería,
comercio y
servicios
(Res. 24/01). El 25 de octubre del año 2002, debido a las
implicancias de la devaluación sobre los precios, se
dictó una nueva resolución ajustando los montos de
facturación (Res. 675/02)

Pero más allá de las discrepancias que
puedan existir en la materia,
aún entre los Estados Partes o asociados al MERCOSUR, en lo
que sí existe coincidencia es en que las PyMEs son
generadoras del 64% del empleo mundial
y base del desarrollo
regional

Así por ejemplo se señala que existen en
la actualidad 30 millones de PyMEs entre los EEUU, la U.E y el
MERCOSUR. Claro está que las PyMEs argentinas son
más pequeñas en lo ocupacional que las PyMEs del
mundo desarrollado.

Para dar solo alguna cifra de la experiencia
internacional podemos decir que en Alemania hay
3.000.000 de PyMEs, que generan el 70% de los puestos de trabajo y el
45% del PBI.

II.- LA PROBLEMÁTICA DE LAS
PYMES

Muchas veces se preguntan cuales son las ventajas, y
cuales las desventajas de las Pequeñas y Medianas
Empresas, y cuales son las políticas
que deberían implementarse para favorecer el nacimiento y
la supervivencia de las PyMEs. La ventaja competitiva de las
PyMEs es su capacidad de adaptación, de adelantarse, de
identificar los cambios más rápidamente.

Las desventajas se centran en aquellos hechos, llamados
por la teoría
económica "fallas de mercado" que
ponen a ciertos actores en desventajas respecto a otros, como por
ejemplo el costo del
dinero que no
es igual para una gran empresa que opera
en el mercado de
capitales o se financia internacionalmente que para una
PyME.

Es bueno recordar en ese sentido que quienes estudian la
problemática de las PyMEs se encuentran rápidamente
con UN GRAN PRIMER OBSTÁCULO, la falta de información. El último censo
económico de la Argentina es del año 1994 que nos
dice que las PyMEs industriales son el 99% de los
establecimientos, el 65% del empleo y el 50% de las
ventas
.

La falta de información no nos impide conocer la
magnitud del proceso de
desindustrialización argentino, sobre todo por la
información sobre el desempleo que
suministra el Ministerio de Trabajo.

Los graves niveles de desempleo y desocupación, nos permite decir, como
señalaba un especialista en ABAPPRA que "la
problemática de las PyMEs es la problemática
política
más importante por la particular desestructuración
que han sufrido este tipo de empresas."

Más allá de las particulares
circunstancias de la Argentina, existen un conjunto de problemas u
obstáculos que pueden llamarse "problemas internacionales"
de las PyMEs. (Estos son para FIEL):

  • Acceso al crédito y costo financiero. (la mayor
    fuente de financiamiento fue la reinversión de
    utilidades y el financiamiento a proveedores, más de un 25% de las PyMEs
    declaran no haber tenido créditos bancarios) 6 u 8% más
    caro que las grandes)
  • Carga impositiva y costos
    burocráticos
  • Costos de transacción (mercados y
    tecnológica). Costos ocultos por ineficiencia del
    Estado:
    costo judicial, costos administrativos.
  • Capacitación de Gestión.

Estos problemas, para facilitar su comprensión,
pueden clasificarse en dos grandes grupos:

PROBLEMAS CUANTITATIVOS:

Financiamiento

Carga Impositiva

Cargas previsionales

PROBLEMAS CUALITATIVOS

Innovación Tecnológica

Capacitación

Acceso a mercados.

Esta no es la ocasión para señalar las
dificultades de la falta de crédito, la presión
impositiva o las cargas previsionales.

Tampoco para abordar problemas como la capacitación o la innovación
tecnológica. Pero permítanme recordar que estos
problemas a los que llamamos PROBLEMAS CUALITATIVOS, son los que
tienen mayor importancia a la hora de evaluar las empresas
competitivas de aquellas que no logran acceder a los
mercados.

Como ustedes advertirán, podríamos
continuar refiriéndonos a cada uno de estos "problemas"
vinculados con las PyMEs, también a las políticas
públicas destinadas a contrarrestar las desventajas
competitivas que se les presentan a este grupo de
empresas.

También podríamos discutir si debe
apoyarse el nacimiento o la mortalidad de las empresas, si debe
haber programas
especiales de financiamiento, y o cual debe ser la calidad de los
instrumentos específicos para las PyMEs.

Pero ello no nos debe impedir ver otros problemas
más graves porque demuestran fallas institucionales graves
para las PyMEs.

A título de ejemplo. ¿De que sirve
discutir y rediscutir un arancel sino funciona la aduana? ¿O
que utilidad puede
tener un programa de
subsidios de tasas cuando las tasas de
interés cuadriplican las tasas
internacionales?

III.- LOS CURSOS DE ACCIÓN

Dijimos que las PyMEs, en función de
su escala, tienen
una serie de "desventajas" que el Estado no
puede ignorar. Así lo demuestran las experiencias de
Brasil a
través del SEBRAE, EE.UU., España,
Italia o Francia.

Permítanme entonces hacer una reflexión:
Las PyMEs requieren básicamente dos conjuntos de
hechos.

  • En primer término, aunque parezca obvio, UNA
    BUENA MACROECONOMIA y un ambiente
    normativo y jurídico que permita tener previsibilidad en
    las decisiones.
  • En segundo lugar un CONJUNTO DE POLÍTICAS
    ESPECÍFICAS que incluyen las que se diseñen desde
    la Secretaria PyME, las implementadas desde otros organismos
    como la AFIP, Aduana; organismos Provinciales, Municipales,
    etc.

Pero en este punto queremos ser bien claros: HOY NO
SE COMPITE SOLO CON EMPRESAS SINO QUE HAY UNA COMPETITIVIDAD
PAÍS, LO QUE EQUIVALE A DECIR QUE UNA EMPRESA POR
MÁS EFICIENTE QUE SEA SINO ESTA SITUADA EN UN MARCO
COMPETITIVO NO VA A ESTAR EN CONDICIONES DE
COMPETIR.

Dicho de otra manera las empresas serán eficaces
en la medida que las actúen en un ambiente adecuado, con
correctos entornos de competitividad y una buena base de
servicios.

En nuestro país, como muchos ya dijimos, existe
una Ley conteniendo distintos instrumentos para las PyMEs
conocida comúnmente como el ESTATUTO PYME dictada durante
la presidencia de Menem, y que
fuera modificada durante la gestión del Dr. Fernando de la
Rúa a través de la Ley 25.300. A través de
estos cuerpos normativos se forma el andamiaje de la
mayoría de los Programas que elabora la llamada
SEPyME.

De todos modos es imposible referirnos a la totalidad de
instrumentos, programas e inclusive a los cursos de acción
que se recomiendan para las PyMEs.

La idea es que los programas para las PyMEs tengan al
menos la función de NIVELAR LA CANCHA DE JUEGO DE LAS
PYMES, para que las PyMEs puedan interactuar con otras
empresas.

Estos comentarios que parecen tan obvios, deben hacernos
recordar que además de la inestabilidad macro, la falta de
coordinación entre distintos organismos del
Estado, en los últimos años lo asignado a las
partidas presupuestarias correspondientes a los Programas para
Micro, Pequeña y Mediana Empresa ascendía al 0,037%
del Presupuesto. Esto
es menos que el subsidio al fondo del tabaco, y mucho
menos que el subsidio a los ferrocarriles.

Dicho sea de paso, la SEPyME fue creada también
durante los últimos años de la gestión de
Carlos Menem, y ha tenido desde entonces un largo recorrido a
través del Estado (Presidencia, Ministerio de Economía, Ministerio
de Trabajo, Ministerio de la Producción, Ministerio de Economía
ahora con grado de Subsecretaria).

Quizás podamos recordar sin embargo TRES PRINCIPIOS que
han regido en los últimos años para las
políticas PyMEs españolas;

  • HORIZONATBILIDAD
  • DESCENTRALIZACIÓN
  • ARMONIZACIÓN COMUNITARIA. (Ej. Subgrupo 7 del
    MERCOSUR, "medida provisional" de créditos a los micro
    emprendimientos en Brasil)

IV.- LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS
PYMES

Participación Argentina en el Comercio
Mundial

Quizás sea necesario recordar que la
PARTICIPACIÓN ARGENTINA EN EL COMERCIO MUNDIAL
ascendía en el año 1950 al 1,93%, en el año
1990 alcanzaba el 0.36% y en el 2000 participamos del 0,46% del
total, de acuerdo con información de la SePyME en base a
datos de la
OMC y del
INDEC.

Es decir que nuestro país se ha caracterizado
en los últimos 50 años por su DECRECIENTE
PARTICIPACIÓN EN EL COMERCIO MUNDIAL.

Pero además EL PERFIL GLOBAL DE NUESTRAS EXPORTACIONES SE
CARACTERIZA POR

  • Baja diversificación sectorial
  • Fuerte concentración en rubros poco
    dinámicos
  • Fuerte concentración en la región
    pampeana portuaria
  • Productos dependientes de fluctuaciones
    internacionales de precios.

En definitiva un perfil de especialización poco
satisfactorio.

Más de la mitad de las exportaciones son
commodities

Cereales y oleaginosas 14%

Harinas 10%

Combustibles 14%

Aceites 6%

LAS EXPORTACIONES DE LAS PYMES ABARCAN CASI LA TOTALIDAD
DEL UNIVERSO DE
ACTIVIDADES AGRÍCOLAS O INDUSTRIALES.

Predominan

alimentos y bebidas 22%

Agrícolas 22%

Maquinarias 14%

Químicos 13%

Auto partes 6%

Plásticos 5%

Impresiones 4%

LAS PyMEs argentinas han participado – en un
universo de 1.000.000 que producen bienes
transables – en un 9% del comercio exterior
argentino. Para precisar las cifras sobre 8.238 empresas que
exportaron en el año 2002 7.568 fueron micro,
pequeñas, o medianas empresas.

Y aunque el número de empresas exportadoras
sobrepase los 8000, el 91,2% de las exportaciones estuvieron en
manos de 670 empresas con ventas anuales superiores a los 3
millones de dólares.

¿Esta cifra es adecuada?. Veamos en Brasil las
empresas PyMEs participan en un 8% del total exportado, en Chile
de un 8%, en México
esos guarismos ascienden al 13% y en los EE.UU. el
11%.

Por el contrario los niveles de participación
varían considerablemente cuando analizamos países
como Francia (26%) Italia (53%) o Taiwán (56%).

De acuerdo con datos oficiales de la Secretaria de
Industria el número de empresas que participa de la
experiencia internacional ha oscilado entre 6000 y 8000, pero con
una particularidad LAS PYMES EXPORTAN EL 40% DEL TOTAL CON UN
ALTO VALOR AGREGADO.

V.- ALTAS Y BAJAS DE EMPRESAS

DEBE REMARCARSE QUE SOLO UNA PEQUEÑA PARTE DE LAS
PYMES EXPORTA DE MANERA REGULAR. Es decir que hay una gran
"entrada" y "salida" de empresas PyMEs exportadoras, pudiendo
definirse como

PERSISTENTES solo al 17% del total de las empresas, como
INCONSTANTES al 54%, y ESPORÁDICAS al 29%.

En el año 2002

Altas 5.098 empresas

Bajas 3.519 empresas

VI.- ¿ADÓNDE EXPORTAN LAS
PYMES?

Hace apenas dos años podíamos decir que
las PyMEs exportaban:

  • Un 51% al MERCOSUR
  • Un 9% a Chile
  • Un 9% a EEUU
  • Un 9% a U.E
  • Un 5% a Bolivia

En la actualidad cuando se analizan los Destinos de las
Exportaciones puede decirse que las mismas siguen
orientándose hacia el MERCOSUR, en particular Brasil,
aunque el conjunto de ventas externas se ha reducido en los
últimos tres años en un 10% anual.

Un estudios reciente de CERA señala que en el
año 2002 se produjo una reorientación de las
exportaciones hacía la Unión
Europea y el resto de ALADI. De esta
manera la UE ha recuperado los niveles que tenía en
1993

Veamos las cifras brindadas por el CEP

VII.- LOS OBSTÁCULOS PARA EL INICIO EXPORTADOR
PYME

De acuerdo a una encuesta
realizada por FUNDES los principales obstáculos para la
exportación son:

  1. Acceso a la información
  2. Precios
  3. Escaso Apoyo Oficial
  4. Escala
  5. Financiamiento
  6. Capital Humano
  7. Transporte
  8. Devolución del IVA

VIII.- ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL MERCOSUR Y LAS
NEGOCIACIONES INTERNACIONALES.

Tuvimos la ocasión de que nos suministraran un
trabajo elaborado por el IdePyME el cual contenía una
entrevista a
Roberto Bouzas (FLACSO) Juan José Taccone (INTAL) o
Enrique Mantilla (CERA) y todos ellos coincidían en
señalar LA IMPORTANCIA DEL COMERCIO
INTERNACIONAL COMO FACTOR DE DESARROLLO.

Es por esa razón que LAS NEGOCIACIONES
COMERCIALES INTERNACIONALES tienen una extremada importancia para
un país en la medida que en definitiva se trata de hacer
ciertas concesiones con el fin de abrir mercados para nuestros
productos.

Las tensiones existentes en el marco multilateral de la
OMC, las dificultades en las negociaciones del ALCA, o la
importante agenda internacional del MERCOSUR son un ejemplo de la
magnitud de los intereses que están en juego en estas
negociaciones.

En ese sentido el MERCOSUR como un mercado ampliado
entre Cuatro Estados ha tenido una gran importancia para el
comercio regional.

BASTE PARA ELLO RECORDAR LA IMPORTANCIA QUE TIENE PARA
LAS PYMES Y EL INCREMENTO COMERCIAL PRODUCIDO EN LOS
ÚLTIMOS QUINCE AÑOS.

  1. Seguramente hayan recordado LA IMPORTANCIA DEL
    MERCADO BRASILEÑO, que es un mercado en el que se
    consumen 1.300.000 lavarropas o 95 millones de litros de
    champú al año; que consume 1900 millones de
    pañales descartables, 126 millones de cepillos de
    dientes.
  2. Pero además de la importancia del MERCOSUR
    como Mercado debe prestarse una especial atención A LAS RELACIONES DEL MERCOSUR
    CON TERCEROS PAÍSES O CONJUNTOS DE PAÍSES. En ese
    marco ubicamos las relaciones con Bolivia y
    Chile, dos Estados asociados. Los acuerdos de libre comercio
    entre el MERCOSUR y Sudáfrica, India, la
    Comunidad
    Andina, China, la
    negociación con la U.E, o la del
    ALCA.
  3. Hace poco lo escuchaba a Javier Tizado contar que su
    consultora ha hecho un relevamiento sobre los mercados
    hacía donde están dirigidas el 80% de las
    exportaciones argentinas. Y afirmar los riesgos que
    en algún caso presentan los mismos ante la gran
    proliferación de ACUERDOS BILATERALES (132) homologados
    en la OMC que pueden hacer perder las ventajas competitivas de
    nuestras empresas (Ej. Cosméticos a
    Méjico)

Nosotros señalamos que como consecuencia de la
CRISIS DE LA
REGIÓN las empresas PyMEs que han disminuido sus
exportaciones a los países del MERCOSUR y aumentado sus
flujos hacía la U.E, EE.UU, y el resto de
ALADI,

Pero más allá de esto lo cierto es LA
REGIÓN SIGUE SIENDO EL PRINCIPAL MERCADO DE LAS
EXPORTACIONES CON ALTO VALOR AGREGADO.

Y al mismo tiempo YA HAY
QUIENES VISLUMBRAN UNA RECUPERACIÓN DE LA ECONOMÍA
BRASILEÑA QUE HA BAJADO SU RIESGO
PAÍS A 600 PUNTOS Y YA ANUNCIA NUEVAS INVERSIONES
EXTRANJERAS DIRECTAS.

IX.- LOS PROBLEMAS DEL MERCOSUR

Hace pocos días la sección nacional del
FCEyS señaló ante la propuesta "Objetivo 2006"
que en el MERCOSUR no se habían cumplido aún LAS
CUATRO CONDICIONES del Tratado (libre circulación de
bienes, servicios y factores, arancel externo común,
coordinación de políticas, armonización
legislativa), razón por la cual el MERCOSUR seguía
siendo un proceso en transición, con problemas en la
solución de conflictos,
incorporación normativa (solo un 30% incorporado a los
derechos
nacionales), sujeto a la variabilidad de precios relativos o a
asimetrías productivas.

Es decir que existen dificultades ciertas para avanzar,
como lo reclama el economista Roberto Bouzas, en una "Agenda
Práctica" del MERCOSUR.

X.- PERFILES GENERALS Y ESPECÍFICOS DE UN
EXPORTADOR EXITOSO

Tratando entonces de concluir esta breve exposición
recordaremos los que el Centro de Estudios de la Productividad del
Ministerio de Economía de la Nación
interpreta cuales son los perfiles generales y específicos
de los EXPORTADORES PYMES EXISTOSOS

GENERALES

  • Concepto del Comercio Exterior como un negocio
    estratégico y de largo plazo.
  • Orientación preferente hacía los
    mercados regionales
  • Vinculación horizontal o vertical con empresas
    de su sector en temas de comercio exterior
  • Profesionalización de las actividades
    relacionadas al comercio exterior.

ESPECÍFICOS

  • Desarrollo de nuevos productos
  • Participación en ferias, misiones, o viajes de
    negocios
  • Acuerdos estratégicos con socios en
    destino
  • Sistemas de calidad y
    certificación.

XI.- CONCLUSIÓN

ACABAMOS DE SEÑALAR CUALES SON A JUICIO DEL
CENTRO DE ESTUDIOS DEL MINSTERIO DE ECONOMÍA DE LA
NACIÓN LOS PERFILES GENERALES Y ESPECÍCOS PARA EL
BUEN DESEMPEÑO DE UNA EMPRESA EN COMERCIO
EXTERIOR.

AHORA QUEREMOS CONCLUIR ESTA BREVE EXPOSICIÓN
SOBRE LAS PYMES Y EL MERCOSUR PONIENDO Y PARA ELLO PRESENTAREMOS
DOS CONJUNTOS DE REFLEXIONES: UNO VINCULADO A LAS PYMES Y EL OTRO
AL MERCOSUR.

a.) LAS PYMES

  • La Argentina tiene actualmente una buena oportunidad
    de consolidar un desarrollo exportador.
  • Conocemos los obstáculos pero también
    sabemos que la experiencia internacional muestra que las
    redes entre
    grandes empresas y las PyMEs son un elemento fundamental en la
    búsqueda de competitividad.
  • En definitiva son más competitivas las
    empresas que actúan a través de "redes de
    empresas" mejorando su entorno institucional y sus relaciones
    empresariales.

b.) EL MERCOSUR

Es bueno recordar que:

  • el proceso de integración argentino brasileño
    fue concebido para referenciar dos modelos
    sustitutivos de importaciones
    frente a los desafíos del mundo. (acta de Iguazú
    de 1985)
  • apenas unos años mas tarde el MERCOSUR fue
    diseñado como una estrategia
    complentaria a los procesos de
    reformas estructurales y apertura económica imperantes
    en la región. (tratado de asunción de
    2001)
  • en esta primera década del nuevo milenio hay
    nuevamente coincidencias políticas entre los gobiernos
    de la región. (consenso de buenos aires del
    2003)
  • sin embargo aun falta un documento operativo que le
    de estructura a
    lo que hasta ahora aparece solo como voluntad.
  • en este sentido, ya comienza a oírse el
    reclamo de los empresarios en este nuevo marco deben piden que
    esas coincidencias se proyecten en una "agenda práctica"
    que favorezca el clima de
    negocios en
    el MERCOSUR.

PyMES. PATRÓN DE CRECIMIENTO Y EMPLEO EN
ARGENTINA

Marco conceptual

El desarrollo de las PyMES en Argentina, y en particular
su participación importante en la generación de
empleo, no puede ser desvinculado del patrón productivo y
el modelo de
acumulación imperante en nuestro país durante una
importante porción del Siglo XX.

Si bien siempre existieron pequeñas y medianas
empresas en nuestra economía, sin temor a equivocarse se
puede afirmar que adquirieron la mayor consistencia,
integración y competitividad económica en el marco
de lo que se denominó la "industrialización
sustitutiva de importaciones", etapa que abarcó más
de cincuenta años de la historia
contemporánea Argentina, y que tuvo características
salientes, que recién se pueden evaluar en su verdadera
dimensión, cuando son alteradas por el accionar
político.

Crecimiento articulado

La denominada ISI, que se sustentó en la
necesidad de los países de protegerse de los efectos del
deterioro en los términos del intercambio, que implicaba
para un país agro exportador vender al exterior cada vez
más cantidad de bienes manufacturados, cuya demanda
crecía con el aumento de los ingresos de la
población, pivotaba alrededor del esquema o
modelo fordista de producción, generando una serie de
articulaciones
que fueron las que posibilitaron el notable crecimiento que tuvo
el sector Pyme, no solo en nuestro país, sino en todos los
que ensayaron proyectos
autónomos o soberanos, y que fue la gran mayoría de
los que encararon una estrategia de desarrollo.

Dentro de este marco conceptual se definió un
modelo de acumulación o patrón de crecimiento y
distribución del ingreso con
características muy definidas.

Este modelo de acumulación, que dijimos fue
propicio para el desarrollo de las PyMES, que se centraba en el
desarrollo de industrias
locales, generaba una serie de articulaciones a diferentes
niveles o dimensiones, que le conferían su carácter de crecimiento auto centrado y
sustentable en el corto plazo.

Articulaciones sociales

El primer grupo de articulaciones eran las que se daban
en la dimensión social, o sea entre empresarios o
propietarios y los asalariados. Estas reducían el conflicto
entre el capital y
el trabajo en
tanto este no constituía solamente un costo de
producción, sino básicamente un factor
dinamizador de la demanda doméstica. Similarmente, la
inversión en nuevas fábricas y
establecimientos en general, una fuente de nuevos puestos de
trabajo o empleo.

Dentro de dicho contexto, los incrementos salariales,
ante la existencia de niveles básicos de
satisfacción de necesidades razonables, se centraban en
bienes con mayor elasticidad
ingreso, por lo que se incrementaba su demanda beneficiando la
rentabilidad
de los capitalistas en una especie de círculo
virtuoso.

El estado intervenía con regulaciones laborales
que establecían de algún modo mínimos
socialmente aceptables, que eran muchas veces el resultado de
negociaciones corporativas, para evitar los denominados jinetes
libre que intentaban maximizar sus ganancias o pretensiones. Es
así como surgen regulaciones de las relaciones
laborales o definiciones de políticas
impositivas.

Articulaciones sectoriales

El segundo set de articulaciones se daba en la
dimensión sectorial. Materias primas producidas en las
actividades del sector primario eran demandadas por industrias,
que a su vez precisaban de servicios dedicados al apoyo, a la
producción o la distribución; una creciente
sofisticación de servicios personales para una sociedad donde
el correr del tiempo generaba aumentos generalizados en los
niveles de vida.

Estas articulaciones sectoriales promovieron la
integración productiva de firmas de diferentes
tamaños en cadenas y entramados de proveedores y cliente, que
muchas veces trascendieron el marco de las simples transferencias
de bienes y servicios. Las PyMES y las grandes empresas tuvieron
en general, más que una creciente competencia en un
contexto de concentración para la reducción de los
costos medios, una
relación de interacción, donde se diversificaban
riesgos, a partir de la interacción con proveedores de
diversos tamaños.

Articulaciones espaciales o regionales

Particularmente en un país extenso como
Argentina, las articulaciones sociales y sectoriales se
reproducen en la dimensión regional, configurando el
espacio alrededor de especializaciones productivas.

Un sinnúmero de localidades de cierta
especialidad productiva alrededor de una sola actividad principal
o inclusive de una firma central en la misma, muchas veces
estatal, alrededor de la cual pivotaban las diferentes relaciones
económicas y sociales de la misma. Así es como se
vio pueblos anillos alrededor de alguna chimenea de una
fábrica, donde el devenir dependía del éxito
de la misma, no sólo para los propietarios, sino para toda
la localidad.

El rol de las PyMES se magnificaba en las denominadas
economías regionales, donde servían además
como proveedores y demandantes de esta compleja madeja de
interrelaciones económicas, sociales e institucionales.
Las PyMES proveían, acumulaban, consumían e
invertían en las regiones circulantes el excedente de
manera local.

Este entorno socio económico era regulado por un
estado que operaba como lugar de resolución
de conflictos, distribuyendo, muchas veces de manera
regresiva, el ingreso social, pero definiendo un marco
institucional donde se movían las relaciones.

Actuaba frecuentemente de manera anticíclica en
los momentos de recesión para mantener la demanda agregada,
ya por la generación de empleo, ya por políticas de
precios en los servicios
públicos bajo su órbita. Todo esto sin olvidar
el rol del sector
público en encarar emprendimientos que no resultaban
rentables o de lenta maduración para el sector privado, en
especial en lo que hacía a la infraestructura productiva,
financiamiento con tasas de interés
negativa, o investigación y desarrollo
(I+D).

El denominado estado de bienestar operaba de manera
plena y la condición de trabajador asalariado era el
factor de inclusión social y de ciudadanía, ya que enmarcaba el acceso a la
seguridad de los
habitantes.

En resumen se puede afirmar que el crecimiento era
más o menos homogéneo, lo cual no excluía
algunos ganadores puntuales dependiendo del ciclo. El esquema de
crecimiento era, para utilizar la alegoría de Harbergger,
como la levadura de la masa.

Los ciclos de stop and go

Sin dudas este esquema no estaba exento e problemas.
Estructuralmente nuestro país presentó siempre una
especie de conflicto ricardiano en el que el sector externo,
representado por las exportaciones agropecuarias, se enfrentaba
al sector doméstico constituido por los productores
industriales y asalariados, siendo el tipo de cambio
y el sistema
impositivo el campo en el cual se definía este conflicto.
Obviamente la puja distributiva, la apropiación del
excedente es siempre el centro de la disputa.

Los agro exportadores preferían un tipo de
cambio
más alto y menores impuestos sobre importaciones, que
incremente el valor de la renta diferencial en términos de
productos domésticos a la vez que reduciría costos
de los bienes capital e insumos importados, mientras que el
sector doméstico prefería la protección
arancelaria, mientras que un tipo de cambio bajo
permitiría por un lado la importación de bienes de capital y por otro
una canasta básica más económica, que
evitaría presiones sobre los salarios.

Este conflicto se resolvía siempre por
presión sobre el sector externo, generando
inflación y posteriores devaluaciones que hacían
que la cuenta corriente ajuste por reducción del gasto
privado, más que por cambio en la composición del
mismo, mientras el estado solucionaba su déficit, a partir
del incremento de la recaudación de los impuestos ad
valorem de las exportaciones, en lo que se denominó la
dinámica de stop and go de nuestra
economía.

Los salarios reales caían, la recesión
imperaba, hasta que el ajuste operaba en el corto plazo y se
volvía a la senda de crecimiento.

Distribución de
establecimientos industriales según tamaño Censo
Económico 1974 – INDEC

Distribución de ocupados
según tamaño de establecimientos industriales:
Censo Económico de 1974 – INDEC

Básicamente esta dinámica definía
el denominado ciclo de la economía
Argentina, en el cual la tasa de desempleo fluctuaba entre el
5 y 6,5%, dependiendo la fase del mismo en que se
encontraba.

Los datos del censo económico de 1974 para la
industria manufacturera son bastante elocuentes. Poco más
de la mitad de los ocupados lo hacían en establecimiento s
de más de 100 ocupados, aunque estos constituían
solo el 2% del total de unidades productivas en el territorio
nacional.

El 14% de los ocupados lo hacían en los tres
cuartos del total de firmas, que eran de cinco o menos ocupados,
mientras que los grupos de tamaños intermedios, se
distribuían el resto de los establecimientos y los
ocupados.

EL AJUSTE ESTRUCTURAL Y LAS
DESARTICULACIONES

Como se menciona en los párrafos anteriores, este
proceso de crecimiento articulado tenía su lógica
dentro de un esquema de economía abierta, con baja
exposición externa, y aún así, en un
país como el nuestro, las crisis externas eran las
desencadenantes de las fases recesivas.

Si hay que poner una fecha clave en el cambio de la
economía Argentina, posiblemente se recordaría el
denominado rodrigazo, cuando se aspiraba a un sinceramiento de
variables
económicas que llevaba a la reducción de la
intervención estatal en la definición de precios
claves en la economía, entre ellos el salario,
generando un proceso que se consolida con el accionar de la
dictadura
militar, que combinó represión política
y social con una política
económica tendiente a desmantelar la estructura
previa.

Esta mezcla explosiva de atraso cambiario,
liberalización y valorización financiera,
más una alta cuota de apertura externa, llevó a que
comiencen a desmantelarse las articulaciones del paradigma de
acumulación anterior. Fue justamente el sector PyME el
más afectado por las medidas, empezando por el ataque al
sistema de financiamiento local que representabas las cajas de
crédito, forzadas a la conformación de nuevas
entidades financieras por la reforma al sector de
1977.

Dentro del contexto del seguro de cambio
que implicaba la denominada tablita cambiaria y la creciente
internacionalización del sistema
financiero, el incremento del endeudamiento externo,
fogoneado por el gobierno, tanto
para el sector público como para el privado, le
adicionó a la tradicional vulnerabilidad externa de
términos del intercambio, o sea precio de
bienes, la volatilidad de la cuenta capital y la tasa de
interés internacional, que alcanzó a comienzos
de los años `80 records cercanos al 20%, nunca antes ni
después vistos.

La crisis de la deuda, que se sumó a la falta de
legitimidad y popularidad de la dictadura
militar, implicó un remolino de sucesos que terminó
con la virtual estatización de la deuda externa
privada, en una fenomenal transferencia de recursos hacia el
sector más concentrado de la economía, y generando
un nuevo corset que, no solo limitaba el crecimiento
económico y la distribución del ingreso, sino
que también restaba grados de libertad para
toda acción de política
económica.

En este contexto la Pyme fue volviéndose
más precaria, y a pesar de no perder su rol dentro del
conglomerado empresarial, su peso relativo en términos de
porciones de mercado y de potencial de crecimiento e innovador,
se vio relegado.

Este proceso de polarización y
heterogeneización continuó con la entrada de la
democracia.
Fenómenos inéditos de nueva pobreza
comenzaron a ser comunes, como nuestra palmaria de las
desarticulaciones que se iban acelerando por la falta de
crecimiento, la puja distributiva, y la falta de soporte
político y social de los gobernantes de la
democracia.

Una clara evidencia de la ruptura en las articulaciones
sectoriales está en la evolución a lo largo de 60 años del
empleo en el sector industrial, de acuerdo a los diferentes
censos económicos.

Se observa de que los establecimientos y los ocupados en
la industria crecen hasta el año 1954, y que a partir de
allí se da un crecimiento muy pequeño en el
número de ocupados, a la vez que decrece el número
de establecimientos, por lo que el número promedio de los
ocupados se incrementa.

Evolución de empresas, ocupados
y ocupados promedio en la industria manufacturera

FUENTE ANUARIO ESTADISTICO INDEC 1983 – 1986 y
CENSO ECOOMICO 1994 Base 100 = 1974

El número de ocupados promedio por
establecimiento se reduce entre 1935 y 1964 de 16.1 a 9.2 por
establecimiento, para llegar a 12.1 en 1974 y 12.6 en
1986.

Este dato muestra un quiebre en 1964, cuando las
políticas desarrollistas apoyadas en la integración
con las empresas transnacionales en el marco de la ISI comenzaron
a tomar lugar. El desarrollo de actividades más
sofisticadas con tecnología
foránea, redundó en una mayor concentración
del empleo en menos firmas.

También allí se ve la comparación
entre 1974 y 1986, donde a la caída en el número
absoluto de establecimientos industriales, se le suma la
reducción en el número absoluto de ocupados en el
sector, con una caída de un 10% en la cantidad de
trabajadores, y un 13% en el número de establecimientos,
obviamente los de menor tamaño relativo.

La tendencia continúa hacia 1994, donde el
número de ocupados totales en la industria se reduce a un
cuarto (25%), mientras que los establecimientos lo hacen en un
18%. Los trabajadores industriales registrados en 1993, valor que
releva el censo económico de 1994, son un 29% menos que
los que habían en el sector en 1974.

CONVERTIBILIDAD Y CAMBIO DE PARADIGMA DE
CRECIMIENTO

El proceso de ajuste, revalorización financiera y
desregulación económica se aceleró luego de
la hiperinflación de 1989, derivando en el
plan de
convertibilidad, al que se suma la apertura económica.
Esto implicó los cambios más dramáticos en
la estructura económica y social Argentina en cincuenta
años.

DESARTICULACIONES Y LAS
REGULACIONES

Si el modelo fordista se caracterizó por sus
articulaciones y una cierta dosis de homogeneidad en el comportamiento
sectorial o por tamaños de establecimientos, donde
"el sol
salía para todos", lo que vino después tuvo su eje
en la heterogeneidad de la performance de las empresas, sectores
y regiones.

Socialmente se desarticuló por cuanto el salario
pasó a constituir un simple costo de producción,
que había que mantener lo más bajo posible para
ganar o no perder competitividad externa, y no el factor
dinamizador que era en el pasado.

Esto indujo a profundas modificaciones en las instituciones
del mercado de trabajo, básicamente signadas por el sesgo
flexibilizador que se le impuso, fundamentalmente a partir de la
debilidad relativa de los sectores representativos de los
trabajadores a la hora de negociar o resistir estos cambios. De
manera repentina, saliendo de la crisis de la
hiperinflación y luego de una década de
estancamiento, la sociedad se sumergió en un debate que
tuvo como argumentos explícitos los siguientes:

  • Reducir el costo laboral a
    través de:
    • Disminución de las contribuciones
      patronales a la seguridad
      social.
    • Rebaja de los costos contingentes como despidos o
      accidentes.
  • Aumentar la previsibilidad de los costos
    laborales.
  • Flexibilizar la distribución del tiempo de
    trabajo
  • Descentralizar la negociación

Estos objetivos
están en línea con las propuestas del denominado
Consenso de Washington, encarnadas por el Banco Mundial,
que en su documento del año 2000 sugiere:

  • Eliminación de todo tipo de negociación
    centralizada o a nivel sectorial agregado.
  • Autorizar modalidades de contratación
    temporaria con reducción de aportes.
  • Eliminar el sistema de indemnización por
    despido e implementar un seguro de desempleo con cuentas
    individuales y capitalización.
  • Instrumentar un régimen especial para las
    PyMES.

De todos modos, se utilizaron una cantidad de
instrumentos en el mercado de trabajo, que no solo se mostraron
incapaces de bajar los niveles de desempleo, sino que al mismo
tiempo incrementaron la precariedad de los asalariados al mismo
tiempo que creció el trabajo no registrado a niveles nunca
vistos en nuestro país.

Para algunos que empujaban la visión ortodoxa de
los cambios, fue la inconclusión de los mismos lo que no
permitió mostrar los resultados positivos, empujando por
las denominadas reformas de segunda generación.

La desarticulación sectorial se dio por el
creciente grado de integración productiva con el exterior,
pero no tanto en términos de la colocación de
productos finales nacionales, sino por la incorporación,
con la consiguiente reducción de la valor añadido
localmente, de bienes intermedios importados, muchos de ellos
producidos o comercializados internacionalmente en condiciones de
dumpping, que polarizó y heterogeneizó la
estructura productiva, no solo a nivel de sectores, donde
existieron ganadores y perdedores claro, sino también
hacia adentro de los mismos, donde las diferencias fueron
notables.

Estas diferencias no tuvieron un patrón definido,
aunque se puede afirmar una tendencia a la concentración,
la transnacionalización y la articulación con
sectores de tipo monopólico o con ventajas comparativas
estáticas.

Sin dudas, en un país como el nuestro, donde el
espacio se estructuró alrededor de ciertas actividades
productivas con impactos locales, lo cual fue luego inducido por
programas estatales de promoción territorial combinó las
mencionadas anteriormente.

Localidades completas comenzaron a ver su viabilidad
como sociedad afectada, promoviendo verdaderas puebladas, que
dieron origen a lo que después caracterizó la
protesta social. Cutral-Có, General Mosconi, Aguilares,
son algunos de los nombres de las regiones afectadas por el
cierre de fábricas y actividades productivas alrededor de
las que pivotaron un importante número de empresas
pequeñas y medianas proveedoras de los más diversos
bienes y servicios.

LA EVOLUCIÓN DEL EMPLEO DURANTE LOS
`90

Hay algunas dificultades para un seguimiento de la
información sobre el empleo en la última
década por tamaño de establecimiento dada la
dualización que ha operado de manera creciente en el
mercado de trabajo, y que señaláramos
anteriormente. El crecimiento de la no registración,
denominada también trabajo en negro, ha vuelto más
compleja la compatibilización de fuentes,
especialmente en los períodos censales.

Para el análisis del empleo registrado, o sea el
que declaran las empresas y contribuye un piso en el
número total de trabajadores, se utiliza la
información que surge del Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones, trabajado por el equipo de la Dirección de Estudios y Formulación
de Políticas de Empleo de la Subsecretaría de
Programación Técnica y Estudios
Laborales, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social,
que procesaron estas bases para diversos usos.

En lo que respecta al trabajo no registrado, que tiene
mayor peso en las empresas de menor tamaño relativo,
sólo puede ser seguido a través de la Encuesta
Permanente de Hogares (EPH), ya que interroga directamente a la
población acerca de su inserción laboral, e
ingresos. La dificultad que presenta la misma es que al ser
interrogado el trabajador, o el responsable de la familia,
sobre el tamaño del lugar de trabajo, especialmente en los
casos de las menores calificaciones, se ignora esa
información o se la provee de manera errónea,
induciendo algunos problemas en las estimaciones.

Problema adicional tiene el cambio metodológico
de la EPH, que pasó de una metodología puntual, dos veces al
año, a una continua con provisión de datos
trimestrales, que cambió el tamaño de la muestra,
la forma de toma de la muestra, así como el cuestionario,
lo cual hace también que las comparaciones entre las dos
metodologías de esta fuente, pueda presentar algunas
dificultades no estimadas.

A esto habría que agregarle que EPH considera
socialmente a aglomerados capitales del interior del país,
por lo que se pueden excluir algunas actividades importantes que
tienen peso en las economías regionales o en el sector
rural, pero que por esta característica no pueden ser
captadas.

EL
CENSO DE 1994

El Censo económico de 1994 es el último
relevamiento que se realizó, y que toma como base
información del año 1993. Analizaremos para
comparar con el Censo de 1974 a la industria manufacturera y
allí verificar el proceso de desarticulaciones que se dio,
con la creciente pérdida de participación de la
industria en la economía en total.

En él se observa, que más allá de
algunos cambios conceptuales en los estratos, la estructura de
distribución de los establecimientos según
número de empleados no ha variado de manera significativa
entre el censo de 1974 y el de 1994.

Distribución de
establecimientos de la industria manufacturera según
tamaño. Censo Económico 1994 – INDEC

En efecto, la participación de los
establecimientos de más de 51 trabajadores se mantiene
constante, así como la de los establecimientos de
tamaño medio. Se evidencia una pequeña caída
en los establecimientos de menos de 5 ocupados de tres puntos
porcentuales, pero es un valor de poca
significación.

Lo que si se percibe de manera dramática es la
reducción en el número de establecimientos o
firmas, que cayó en un tercio para el total, siendo la
reducción para el segmento PyME similar a la medida para
todos los establecimientos. No obstante, mientras los
establecimientos de menos de 5 trabajadores se reducen en un
36.1%, los de 6 a 10,11 a 25 y 26 50 trabajadores lo hacen en
valores del
25.7%, 22% y 22.7% respectivamente.

En lo que respecta a la estructura de la
distribución de puestos de trabajo ocupados según
tamaño, se observa que los establecimientos de menor
tamaño relativo, hasta 50 trabajadores, incrementan su
participación en cinco puntos porcentuales, de 41% a 46%
del total de ocupados.

Los mayores cambios se dan en los segmentos de
más de100 trabajadores, donde evidentemente el cambio
tecnológico y la reorganización operativa jugaron
un rol de optimización de los puestos de trabajo y se
verifican reducciones significativas de los establecimientos
más grandes a favor a los de tamaño medio a grande
(de mas de 50 trabajadores). Este segmento pierde los cinco
puntos porcentuales que ganaron las PyMES.

En lo que se refiere al total del empleo, se destruyeron
en el sector durante el período ínter censal 600
mil puestos de trabajos de los que 190 mil correspondieron a las
PyMES. Casi la mitad de estos fue resultado de la
reducción en las empresas de menos de cinco trabajadores,
muchas de ellas desaparecieron, equivaliendo al 39% del stock de
trabajadores que tenía para 1974.

Distribución de ocupados
según tamaño de establecimientos de la industria
manufacturera: Censo Económico de 1994 –
INDEC

Los otros segmentos de industrias PyMES perdieron el 25,
el 22 y el 23% de los puestos de trabajo para los segmentos de 6
a 10, 11 a 25 y 26 a 50 trabajadores respectivamente.

Son más de 400 mil puestos de trabajo los que
destruyeron las empresas de más de 50 trabajadores entre
1974 y 1994 en el sector industrial, que como se dijo
anteriormente, lo cual implica una cuarta parte de los ocupados
en el sector en el año 1974.

EL EMPLEO FORMAL HASTA EL AÑO
2003

Como mencionamos el empleo formal se puede seguir a
partir de la base de la SIJyP y a partir de los datos que de
allí surgen se hizo una taxonomía
de empresas definida para cada grupo de actividades
productivas.

Según esta taxonomía, y considerando los
sectores industria, comercio y servicios, al tercer trimestre de
cada año entre 1996 y 2003, se observa una cierta
estabilidad en las participaciones por sector de actividad en los
cuatro tamaños definidos.

Participación del trabajo
registrado por tamaño al valor del III trimestre de cada
año.

Lo que marca un cierto
cambio es el proceso posterior a la crisis de la
devaluación, donde se observa un incremento en la
participación en el número de trabajadores de las
empresas medianas, mientras se mantienen estables las de menor
tamaño relativo, en detrimento de la participación
de las empresas grandes, que pierden dos puntos
porcentuales.

Esta reafirma algo que se plantea a partir de los datos
de creación y destrucción de empleo del equipo
mencionado, donde se ve que contrariamente a lo que
sucedió en la recuperación posterior a la crisis
del efecto tequila, cuando la creación del empleo se
centró de manera notoria en las empresas de mayor
tamaño relativo para cada sector, profundizando la
concentración económica, en la recuperación
post-devaluación, la creación neta de puestos de
trabajo está asentada en las de menor tamaño
relativo.

Creación neta de
empleo

Registrado según tamaño
en miles de puestos

Como se observa en el gráfico, la creación
de puestos netos de la destrucción de trabajo a partir de
la recuperación post-tequila fue en el caso de las grandes
empresa el doble que en las medianas, y cinco veces más
que en las micro. Allí el análisis agregado no
alcanza, ya que muchas veces ese crecimiento se debió,
más que al ciclo económico, a la
continuación de inversiones encaradas previamente en ese
shock externo, que hizo revisar una importante parte de las
firmas. Esto se torna más claro cuando se observa que
entre 1997 y 1998, cuando acontece la crisis asiática, las
empresas grandes caen significativamente en términos de
creación neta de puestos de trabajo, mientras que las
medianas crecen y las pequeñas y micro permanecen
igual.

A su vez en el inicio de la recesión 98- 99, son
las grandes y medianas empresas las que menos puestos destruyen,
tendencia que se revierte entre 2000 y 2001 en que son las
grandes las que tienen las mayores reducciones de
plantel.

La crisis de la devaluación muestra que las PyMES
destruyen en términos netos menos de la mitad de los
puestos de trabajo que las grandes, y en la recuperación,
las pequeñas generan tres veces más puestos netos
que las empresas grandes.

A pesar de que esto está muy localizado en el
tiempo y en la actualidad como para hacer una tendencia de
mediano plazo, es claro que en recuperaciones con tipo de cambio
efectivo alto, que convoca a la sustitución de
importaciones y a la vuelta a un patrón productivo similar
al previo a los años de ajuste y reestructuración
productiva, el aumento en el nivel de actividad económica
es más articulado, con mayor difusión hacia
empresas de menor tamaño relativo, el crecimiento tipo
hongos da paso
al crecimiento tipo levadura, más homogéneo y
distribuido.

EL EMPLEO ENTRE 2003 Y EL
2004

En el primer trimestre del año 2004, según
la información provista por el INDEC a partir de la EPH,
se observa que la mayor parte de los ocupados lo hacen en firmas
de menos de 100 trabajadores. Aquí hay que señalar
el peso que tienen firmas muy pequeñas, muchas veces al
margen del circuito empresarial formal, así como los casos
que ya se mencionaron de individuos ocupando puestos en locales
que corresponden a empresas que cuentan con más de un
lugar de trabajo.

El segundo sesgo que aquí se presenta es la
localización de las grandes firmas, especialmente unidades
productivas fuera de los aglomerados urbanos, que no son captados
por la RPH, tal como se ha mencionado anteriormente.

Distribución de trabajadores
asalariados según tamaño de establecimiento al 1er
trimestre de 2004. EPH – INDEC

Como se observa en los datos para el primer trimestre
del año 2004 de la EPH, aún hoy, el 68% de los
trabajadores asalariados del sector privado se encuentran en
establecimientos de hasta 25 ocupados. Si uno excluyese a los
establecimientos con sólo un trabajador, por considerarse
micro, obtenemos que el 63% del total de los asalariados
están en establecimientos de menos de 25 ocupados,
mientras que el 81% en menos de 100 asalariados.

Distribución de asalariados
registrados según EPH 1er trimestre de 2004

A su vez, si uno analiza el resto de las
categorías ocupacionales tales como cuenta propia,
changas, propietarios, etc, el 95% está ocupado en
establecimientos de cinco o menos personas.

Cuando se comparan los datos de los asalariados
registrados y los totales de la EPH, se observa que en el caso de
aquellos a los que se les realizan los aportes y contribuciones a
la seguridad social son proporcionalmente menos en las empresas
de menor tamaño relativo.

En lo que respecta a la generación de empleo a
partir de la EPH continua, se compararon la cantidad de nuevos
puestos según tamaño de establecimiento, y
allí se ve que el único estrato que tuvo una
reducción fue el de establecimientos de más de 500
trabajadores, muy influido por el ajuste de ciertas empresas de
servicios, como algunos bancos.

Por su parte, la empresa mediana entre 25 y 40
trabajadores es la que más incrementó su
dotación de personal a lo largo del 2003, estando los
otros estratos en general levemente arriba de la media para el
período.

Variación % de trabajadores
según tamaño de establecimientos según EPH
– INDEC. 1er trimestre de 2004

En lo que respecta a las tendencias, la mayoría
de los estratos muestran crecimiento a lo largo del año
2003 y el primer trimestre de 2004, con algunas excepciones. Los
cambios más significativos se dan en los segmentos medios,
aunque como se dijo antes, alrededor de la media, salvo en el
estrato de más de 500 trabajadores que presenta una
caída importante.

Como se ha manifestado, el desarrollo del sector PyME en
Argentina opera en un proceso recursivo e iterativo que articula
con el paradigma de acumulación vigente. Es
básicamente funcional a los esquemas de crecimiento
basados en la movilización ahorro
doméstico y la inversión nacional, la
dinámica del mercado interno, y la sustitución de
importaciones.

Estos componentes de la demanda agregada fueron
afectados durante los años de los modelos de ajuste,
apertura y desregulación, cambiando la forma en que el
excedente social e la economía Argentina se generaba y
distribuía, con efectos que afectaron la performance y la
estabilidad de la economía, a la vez que se generaron
situaciones de franca inviabilidad social y
política.

No debería llamar la atención que en un
contexto de concentración de ventas y ganancias el sector
de la PyME haya mantenido su participación en
términos de personal ocupado. En el contexto de la
profunda reorganización funcional de las empresas de mayor
tamaño relativo, las PyMES que sobrevivieron lo hicieron a
partir de nuevas estrategias que
combinaron desde el ingenio, innovación y la adecuación a un
medio más hostil, hasta la reducción en
expectativas empresariales y personales que se mezclaron con el
desahorro y la declinación.

Hoy existe un nuevo marco económico e
institucional que no debería dificultar el desarrollo del
sector de las PyMES, aunque para que este aproveche su potencial
y retome su rol de décadas pasadas, es central una
política de desarrollo tecnológico y crediticio
acorde a las necesidades de los sectores, a la vez que es
fundamental la recuperación del poder de
compra y de atesoramiento de los sectores más numerosos de
la población. Esto se puede resumir en que un modelo de
crecimiento sustentable, inclusive de los más diversos
sectores sociales en la totalidad del territorio nacional. En
definitiva, la restauración, fortalecimiento y
expansión de las articulaciones sociales, sectoriales y
regionales que caracterizan a las economías que crecen
sustentablemente y con equidad.

AMBIENTES
SELECTIVOS y ESTRATEGIAS DOMINANTES

(el caso de las PyMES localizadas en Bahía
Blanca)

Tradicionalmente, el análisis de la conducta
estratégica en la
organización ha sido ligado a un proceso de planificación formal y racional, formulado
en distintas etapas en base a los objetivos y visión
atribuida a la firma. Aplicada al ámbito de las
pequeñas empresas, esta corriente no ha dado resultados
satisfactorios para describir la conducta de este grupo de
firmas, debido principalmente a la lógica de
comportamiento diferencial subyacente en las empresas de menor
tamaño. Ello habilita la evaluación
de nuevos enfoques del pensamiento
estratégico capaces de integrar los rasgos distintivos de
las firmas pequeñas y medianas a una aproximación
analítica que explique el proceso de formulación e
implementación de acciones
estratégicas en las PyMES.

Los principales defensores de la corriente
teórica de la administración estratégica pretenden
proveer un marco analítico con implicancias
prácticas sobre la conducción empresarial, de
allí que las conclusiones derivadas sean
meramente prescriptivas de la conducta de la firma, en lugar de
describir el proceso estratégico desde un enfoque
dinámico.

Según este enfoque, la elección de la
estrategia por parte de las firmas supone un comportamiento
"activo" por parte de las empresas, donde el ambiente interviene
sólo como una restricción exógena es decir,
la elección está guiada por la anticipación
más que por la influencia del entorno. Aunque se admite la
posibilidad de corrección de las acciones diseñadas
en función de la divergencia entre resultados esperados y
alcanzados, esta aproximación no considera los cambios
internos a la empresa en la concepción del negocio,
imponiendo cierta rigidez en la conducta una vez establecido el
plan de operaciones.

Varios trabajos empíricos han tratado de analizar
el proceso de planificación estratégico llevado a
cabo en las pequeñas y medianas firmas y su
relación con la complejidad y variabilidad de las
acciones, indicando que en ambientes altamente inestables los
procesos de planificación generan un proceso más
disciplinado que influye positivamente en el desempeño de la firma.

El enfoque prescriptivo ha sufrido diversas
críticas en su intento de aplicación a las firmas
de menor tamaño relativo.

Según Gibb y Scott , no es fácil integrar
coherentemente el planeamiento en
el análisis de la pequeña empresa. En primer lugar,
la literatura
existente tiene un carácter más bien normativo,
donde el planeamiento es considerado como un atributo necesario
de la empresarialidad y generalmente está asociado al
desempeño. Las investigaciones
dedicadas a definir el alcance de los procesos de planificación
estratégica en el desempeño de las
pequeñas y medianas empresas, no han llegado a un
único resultado respecto a estos temas.

Mientras que algunos autores no encontraron
relación positiva entre planificación
estratégica y desempeño de la pequeña
empresa, otros, llegan a la conclusión de que existe una
relación positiva entre ambas variables.

El planeamiento
estratégico frecuentemente está asociado al
crecimiento, más que a la supervivencia. Gibb y Scott
sugieren que la tasa de cambio de una firma puede ser muy alta
sin necesidad de que ello se refleje en los parámetros que
usualmente se utilizan para medir el crecimiento. Ello limita
aún más la influencia de la conducta sobre el
desempeño. Esto no implica suponer que las firmas que no
crecen no sean dinámicas, sino que la capacidad para
administrar el cambio determinará la supervivencia o
crecimiento del negocio. Si bien el planeamiento
estratégico puede influenciar positivamente este proceso,
para comprenderlo se debe comenzar por analizar el patrón
de cambio mismo.

Por otro lado, y más allá de la falta de
acuerdo sobre la naturaleza
prescriptiva que deba mostrar el pensamiento estratégico,
el debate muchas veces se plantea en términos del grado de
formalidad implícito. Las PyMES generalmente carecen de
procedimientos
formales de planificación y no tienen proyecciones
precisas de las metas a alcanzar. Por ello la gestión
estratégica de las PyMES opera con mayor énfasis
sobre proyectos e ideas específicas que mediante
prácticas de planificación más
convencionales. En todo caso, conviene diferenciar entre
planeamiento y estrategia. Mientras que la planificación
en la empresa parece implicar una aproximación más
bien sistemática y formal para establecer la base de los
planes operativos, la estrategia se define, en cambio, como una
amplia base de conducta que guía tanto las oportunidades
como las restricciones para la toma de
decisiones.

Este concepto no
implica de manera alguna la coherencia o rigidez del proceso de
definición de la estrategia.

Otra de las razones que presentan como
problemática la utilización del enfoque tradicional
en el análisis de las PyMES es que el concepto de
planeamiento estratégico se deriva en el contexto de un
modelo de grandes organizaciones.
Gran parte de la literatura intenta aplicar las recomendaciones
de esta aproximación a empresas de menor dimensión,
suponiendo cierta transitividad de los patrones de conducta. Los
rasgos particulares de las pequeñas firmas justifican un
análisis diferenciado de la conducta estratégica en
este grupo de empresas.

Según Penrose, las PyMES porque son más
dependientes del ambiente, muestran conductas más bien
reactivas a los estímulos del mismo. Las oportunidades del
ambiente para este grupo de firmas a menudo están
delimitadas por los espacios que las organizaciones de mayor
tamaño dejan vacantes durante el proceso de
expansión. En este sentido, mientras que las grandes
firmas determinan endógenamente su capacidad de
crecimiento, las de menor tamaño distinguen su espacio de
actuación a partir de los fragmentos no ocupados por las
primeras. Así, la dinámica de un mercado
determinado dependerá del número y naturaleza de
los nichos emergentes y de la capacidad de las pequeñas
empresas para ingresar y aprovecharlos.

En consecuencia, el estudio de la gestión
estratégica en las PyMES requiere de un nuevo enfoque
basado en una mejor comprensión de los factores
críticos que diferencian a las firmas de menor
tamaño, con diferente capacidad
estratégica.

Recientemente, algunos representantes del enfoque
descriptivo han flexibilizado las premisas básicas de la
planificación estratégica introduciendo nuevos
conceptos que ayudan a comprender la complejidad de los procesos
subyacentes. Esta nueva aproximación sostiene que las
estrategias empresariales involucran procesos de aprendizaje al
interior de la firma. En este sentido, el núcleo de
capacidades competitivas básicas de la empresa es una
guía del sendero madurativo de la propia
empresa

RESPUESTAS EMPRESARIALES Y DESEMPEÑO DE LAS
PEQUEÑAS Y MEDIANAS FIRMAS LOCALES

Se analizan las estrategias seguidas por un grupo de
pequeñas y medianas empresas durante los diez
últimos años, a partir de los resultados de un
relevamiento realizado en 1997 a una muestra de 102 firmas
localizadas en el distrito de Bahía Blanca. El
análisis de los datos sigue los lineamientos conceptuales
propuestos por los enfoques anteriormente presentados.

Teniendo en cuenta que los enfoques considerados no son
mutuamente excluyentes, el análisis de los datos
empíricos sólo intenta proponer una
clasificación parcial de las conductas estratégicas
seguidas por este grupo de empresas y el ambiente en el que
operan.

Considerando la teoría de la ecología de las
organizaciones, se intentó clasificar a las firmas de la
muestra de acuerdo a los principales cambios en el ambiente
relevante y las respuestas asociadas a cada nivel de
desempeño. La identificación de los
parámetros ambientales se realizó en base al tipo
de mercado que atienden las firmas (en el caso de Alimentos y
Bebidas), a la forma de organizar la producción (en el
caso de Madera y
Muebles) y según el nivel de concentración de la
cartera de clientes (en el
sector Metalmecánico).

Esta clasificación diferencial entre sectores
responde básicamente a un criterio de homogeneidad para
reconocer los cambios operados en el entorno. A modo general, el
estudio supone un cambio radical en los vectores de
rentabilidad industrial causado por los procesos de apertura
comercial, estabilización del nivel de precios,
desregulación y privatización operados iniciados a partir
de 1991.

El conjunto de medidas económicas que definen el
cambio estructural en Argentina supuso un ambiente de negocios
con mayor dinamismo, caracterizado por la presencia de elementos
de inestabilidad y la aparición ventanas de oportunidad
para algunos sectores y conjuntamente mayor hostilidad, o
rivalidad entre las firmas de un determinado sector y condiciones
desfavorables de demanda para otro grupo de firmas.

Wiklund establece que las opciones estratégicas
difieren en función de las distintas condiciones
ambientales. Así, las respuestas más convenientes a
los ambientes dinámicos suelen ser el desarrollo de nuevos
productos o nuevas prácticas de comercialización, producción o de
administración. Mientras que ante una
creciente hostilidad, las empresas pueden integrar nuevas
líneas de productos o reorientar el mix hacia segmentos de
mercado menos competitivos.

I. SectorAlimentos y Bebidas

El ambiente y respuestas de las firmas locales que
operan en el sector Alimentos y Bebidas se pueden interpretar
según el tipo de mercado abastecido. Por un lado, el 44%
de las empresas del sector comercializan sus productos a
través redes mayoristas y minoristas, mientras que el 38%
vende la producción directamente al público. El 18%
restante se encuentra en el subsector Bebidas.

Según se observa en el Cuadro 11, la
apertura y crecimiento de nuevas superficies de venta junto con
la expansión y diversificación de firmas
líderes hacia regiones donde anteriormente tenían
una participación limitada impuso un ambiente donde las
firmas que lograron un desempeño satisfactorio a lo largo
del período 1992-1997 reorientaron la
comercialización vía supermercados, disminuyeron
deliberadamente la importancia de los comercios minoristas de
menor escala en la cartera de clientes y realizaron inversiones
destinadas a mejorar el precio y la calidad de los productos
ofrecidos.

En contraposición, las firmas que muestran
desempeño negativo durante el período parecen haber
implementado acciones opuestas, en la medida que intensificaron
el número de pequeños minoristas dentro del
portafolio de clientes.

En cuanto a las firmas con desempeño estable o
que muestran variaciones cíclicas en el nivel de
actividad, se observa una variada gama de respuestas, aunque
resulta significativo el monto dirigido a inversiones en equipos
e instalaciones de conservación y la introducción de procesos de control de
calidad.

Las empresas que comercializan sus productos en locales
de venta al público enfrentan a partir de mediados de los
’90 un ambiente con mayor hostilidad debido al ingreso de
grandes superficies de venta en la oferta. La
incorporación de panificados de producción propia
en los supermercados, la comercialización de cremas
heladas industriales y la aparición de productos frescos
envasados al vacío supuso para este grupo firmas un
entorno competitivo ampliado.

Mientras que la lógica de posicionamiento
de las empresas se basaba en la comercialización de un
producto de
baja transabilidad y en la explotación de un nicho de
mercado delimitado por el área geográfica, el
ingreso de grandes cadenas de supermercados y la
diversificación de firmas líderes significó
un aumento de la disputabilidad en este tipo de
mercados.

Las firmas de este grupo que lograron un aumento en la
facturación diseñaron estrategias de
diferenciación de producto, mediante inversiones edilicias
dirigidas a mejorar la atención al
cliente y a crear una imagen de calidad
diferenciada respecto de la nueva competencia en los
supermercados. En algunos casos, estas acciones fueron
acompañadas con reducción de precios.

Los locales con desempeño desfavorable en este
segmento en general no desarrollaron planes específicos o,
aisladamente, realizaron reformas en los locales de
atención al público. El conjunto de firmas con
desempeño estable modificó la cartera de productos
hacia rubros con menor grado de rivalidad y en algunos casos,
realizó inversiones en instalaciones de
conservación.

Cuadro Nº
11

Ambientes y estrategias
empresarias. Alimentos y bebidas

Demanda atendida

Principales cambios en el
ambiente

Estrategias aplicadas
según desempeño

Positivo

Estable o sin tendencia
clara

Negativo

Comercialización mayorista

Expansión y diversificación de
firmas líderes hacia rubros en los que
anteriormente no tenían participación.
Contracción de los márgenes por estrategias
de comercialización depredatorias de grandes
firmas y desaparición de establecimientos
pequeños en la cartera de clientes.

Ingreso a las grandes superficies de venta.
Disminución intensidad de compra de
pequeños clientes. Inversiones en equipos
destinadas a disminuir los costos y mejorar la calidad
del producto.

Inversiones en equipos de conservación y
mantenimiento. Introducción de
mejoras en procesos de control de calidad. Diversificación
del mix de productos para protegerse de estacionalidad en
la demanda y variaciones de precio. Integración
hacia atrás

Obstáculos para ingresar a la
comercialización en supermercados. Apertura de
locales de venta al público.
Intensificación de la comercialización
minorista.

Venta directa

Expansión y diversificación de
firmas líderes hacia rubros en los que
anteriormente no tenían participación.
Ingreso de grandes superficies de venta en la curva de
oferta mediante nuevas presentaciones. Aumento de la
demanda de productos frescos.

Ampliación de la cantidad de locales de
venta directa. Mejora en la atención al cliente y
distribución. Penetración de mercado
vía reducción de precios. Inversiones en
máquinas que reducen costos y
aumentan la velocidad de producción.

Enfoque hacia productos con menor grado de
rivalidad. Aumento del número de bocas de expendio
propias o mediante franquicias. Inversión en
instalaciones y equipos de conservación y
distribución.

En algunos casos se observan ampliación y
reformas de locales de atención al público.
En general, no desarrollaron planes de acción
específicos.

Bebidas

Aparición de nuevos productos o
presentaciones. Expansión de firmas líderes
hacia regiones en las que anteriormente no tenían
participación.

Cambio de presentación del producto.
Inversión en rodados para mejorar la
distribución.

Cambio en la presentación del producto.
Inversión en rodados para mejorar la
distribución. Diversificaron la cartera de
productos mediante la comercialización de marcas
de terceros.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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