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Franceses en la Argentina (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Franceses hubo en las colonias Esperanza, San Carlos,
San Jose, Urquiza, y tantas mas. Franceses hubo en Esquel, en
Posadas, en Pedro Luro, en la colonia Hinojo, en Tornquist.
Tambien en General Lamadrid, Tapalque, Bolivar, Rauch,
Las Flores, Ayacucho, Tandi], Juarez, Laprida y en Azul. Uno de
los primeros franceses del Beam que lIegaron a Azul, fue
Marcelino Riviere,fundador de su primer molino harinero y
propulsor -filantropo- de la inmigracion. EI ayudó a venir
a sus coprovincianos, dandoles trabajo y
seguridad. Asi
lIego Luciano Fortabat, que fue luego importante
ganadero.

Pioneros de Esquel, viñateros en Cuyo, ganaderos
en La Pampa y en Azul, fundadores de ingenios en Tucumán,
molineros en Córdoba y Santiago del Estero, productores de
yerba mate en Misiones. Agricultores en Entre Ríos, en
Santa Fe y en Pigüe. Criaron ganado vacuno y ovejas,
plantaron cereales, trigo, maíz,
legumbres, árboles
frutales y vid. Cultivaron el suelo, sirvieron a la Patria y
agrandaron nuestro patrimonio
espiritual" (1).

Así se los recuerda en testimonios, memorias,
biografías, obras literarias y
películas.

Notas

  1. S/F: Para todos los hombres del mundo que quieran
    habitar el suelo argentino
    . Buenos Aires,
    Clarín.

En
testimonios

El ingeniero Felix Revol y Perier, arribó "a
nuestro país en 1843/44 en misión
oficial, como otro de los primitivos pintores que llegaron a
nuestra tierra tal
como Monvoisin, Paliere y Pellegrini, radicándose en la
ciudad de Córdoba. (…) el trazado de la ciudad de Rio IV
(Códoba) fue obra de él, como así tambien el
cauce del Río I que atraviesa dicha ciudad. Siendo
Ingeniero de Profesión, fue pintor por vocación,
entre las que podemos destacar obras como la del "Coronel
Martín Santa Coloma", hoy en el Museo Histórico de
Buenos Aires y el "General Echagüe" en el Museo
Histórico de la ciudad de Santa Fe, ambas obras ecuestres.
En el Museo de Bellas Artes
de Buenos Aires, se encuentran los retratos del matrimonio Aldao,
"Don Tiburcio Aldao" y "Doña Tránsito Zavalla de
Aldao", familia ilustre de Santa Fe.

En la catedral de la misma ciudad de Santa Fe, en el
altar mayor, hay un friso de "La Ultima Cena" pintado por Revol,
(…). También estuvo instalado en la ciudad de
Tucumán, donde compró un pequeño ingenio y
como cuenta el Historiador Carlos Paez de la Torre (h) fue quien
pintó el techo de la Catedral de aquella ciudad y que las
caritas de los ángeles eran los rostros de sus hijos,
trabajo hoy desaparecido, reemplazado por una obra de Soldi.
Felix Revol y Perier fallece en la ciudad de Córdoba el 29
de diciembre de 1867. Estuvo casado con doña Gumersinda
Núñez Bazán, de familia cordobesa y
riojana".

En 1857, el bayonés Carlos Sourigues escribe en
la Colonia San José, en Entre Ríos, una carta al General
Urquiza, en la que le informa: "Los colonos llegaron ayer a este
punto: todo están en tierra y se ocupan en hacer sus
ranchitos para esperar los primeros días; mientras
concluyo de distribuir el terreno les he hablado. Venían
algo desanimados por lo que habían visto en el Ibicuy pero
cuando vieron las tierras que iban a poseer se llenaron de
alegría; están muy conformes; los he hallado
pacientes.

La mayor parte de las familias son buenas; hay algunas
medio regulares pero en general los hombres son buenos y
robustos.

Es entre las mujeres que se encuentran algunas viejas
que poco podrán trabajar si no es en el hogar
doméstico. Según me han informado deben estar en
camino y tal vez han llegado a Buenos Aires otro número
igual de familias y creo que si deben hacer parte de la colonia
se debería evitar que fuesen al Ibicuy; a más, los
colonos que están aquí me han dicho que creen que
el señor Don Martín Schafter que es el que los ha
conducido desde Europa hasta el Ibicuy va a venir aquí
como Director de la colonia; me han hecho presente que dicho
Señor los había tratado muy mal y que no
podían conformarse con estar nuevmente bajo sus
órdenes. Esto es una queja general que he tratado de
aquietar. (…) Estoy en medio de una Babilonia, pero hasta ahora
todo va muy bien, personas y pacientes; creo en el buen éxito
de la colonia por la cual haré todo empeño y para
que marche todo bien creo preciso que el Sr. Marty se ponga a la
cabeza; es inteligente en la materia y
querido de los colonos; él está aquí; pero
me ha dicho que no sabe como no tiene instrucciones ninguna ni yo
tampoco a ese respecto, desearía que Ud. me dijese lo que
crea conveniente" (1).

El francés Alejo Peyret, Director de la Colonia
San José, sostiene que para fundarla "Se ha aceptado
apresuradamente todo cuanto se ha presentado, con la única
condición de ser católico. Se han hecho adelantos
de ingentes cantidades a familias desprovistas de todo, y que
presentan muy pocas garantías de reembolso. Por decirlo,
se ha gastado mucho dinero sin
necesidad. Digámoslo de pasada. Es imposible que una
familia a quien se han adelantado todo los gastos de viaje,
en término medio 500 pesos, la cual por consiguiente tiene
que recibir aquí los demás adelantos en terreno,
animales,
nutrición,
etc., es decir 500 pesos más, es imposible que esta
familia abone estas cantidades en las condiciones y al interés
del 18% y en el término de cinco años, que ha
estipulado el agente de S.E. (…)

Suponiendo igual capacidad para el trabajo un
colono protestante debe ser preferido al católico. El
católico (yo mismo he nacido católico, pro en el
Siglo XIX ya no merecen consideración alguna las distintas
religiones)
necesita llevar consigo todo un culto, un sacerdote, una iglesia. Si es
sincero, si es ferviente y no tiene todo aquello consigo o muy
cerca, necesariamente su conciencia debe
sufrir mucho. Pero en una colonia naciente, que no tendrá
a principio sino algunas pobres familias, ¿cómo
mantener un culto tan costoso? ¿Cómo pagar un
sacerdote? ¿Cómo comprar los objetos sagrados?
¿Cómo edificar una iglesia cuando uno no tiene
qué comer? Al contrario, el protestante lleva su libro, la
Biblia, y basta con eso. Póngasele en un desierto, en
medio de una selva, él leerá cada noche un trozo a
su familia, y ya está hecha la instrucción
religiosa. Cualquier jefe de familia es sacerdote y cualquier
casa es un templo. Es menester confesar que bajo este aspecto, la
religión
protestante es más cómoda y menos
costosa" (2).

Pablo Lantelme, piamontés afincado en la misma
colonia, sostenía: "Los feligreses de la Iglesia de la
Colonia, como los de Colón, son: o franceses, o italianos,
o suizos, o alemanes con algunos españoles. Todos
entienden el castellano y lo
hablan tan bien que mal; sin embargo, en la Capellanía
(San José), siempre se predica en lengua
francesa y en Colón siempre se ha predicado en lengua del
país. Desde ya, predicar en lengua francesa no deja de ser
una anomalía, como lo voy a demostrar y probar. (…) Para
el bien general, creo y afirmo que es necesario que la
predicación de la Divina Palabra se haga en lengua
castellana, o por lo menos, que se predique dos domingos seguidos
en castellano y uno en francés, para no cortar de un solo
golpe el sistema abusivo. Los Capellanes (de San José)
siendo franceses y poco acostumbrados a hablar en lengua
castellana, no faltarán de alegar mil pretextos contrarios
a lo que acabo de probar" (3).

"El 19 de marzo de 1858. Un sacerdote, Diego
Barbé, un seminarista, Juan Magendie y un hermano,
Joannés Arostegui, religiosos de una joven
congregación francesa fundada por San Miguel
Garicoïts, abren en el barrio de Balvanera el
histórico Colegio San José. Los porteños los
llamarán: Padres Bayoneses. La ciudad es capital del
Estado de
Buenos Aires, separado de la Confederación Argentina. Es
solamente una aldea alumbrada a kerosén, sin servicios
sanitarios y con escasez de
centros educativos. El Colegio San José aplica ya la
tradición francesa de formación integral con
catequesis y culto, estudio intensivo y deportes.

El General Mitre visita repetidas veces el colegio para
conversar con el P. Barbé y en 1863, sobre la experiencia
acumulada por el Colegio San José, creará los
primeros colegios nacionales del país. En 1880 el Colegio
San José fue el primer instituto privado incorporado a la
enseñanza oficial. A lo largo de los
años el Colegio ha ido adaptando a la realidad cambiante
del país y del mundo las instalaciones, los métodos y
los planes de estudio, en un proceso de
actualización permanente. Muchos exalumnos se han
destacado en los distintos campos del quehacer nacional. Entre
ellos: los políticos Hipólito
Yrigoyen, Benito Villanueva, y Ricardo Balbín. Los
prelados Juan Nepomuceno Terrero y Santiago Luis Copello, primer
cardenal argentino y latinoamericano. Los generales Mosconi y
Riccieri. El perito Francisco P. Moreno. El jurista internacional
Luis María Drago. Los historiadores Ernesto Quesada, Diego
Luis Molinari, José María Rosa y Félix Luna.
El novelista Ricardo Payró. Los destacados Pedro Luro,
Patricio Peralta Ramos, Pedro Lagleize, el artista plástico
Angel Della Valle (4).

Paul Groussac nació en Toulouse en 1848;
falleció en Buenos Aires en 1929. Fue escritor, ensayista
e historiador. "Llegó al país en 1866,
instalándose primero en San Antonio de
Areco (Bs. As.) y, luego, en la ciudad de Buenos Aires, donde
trabó relación con los representantes de la
Generación del 80. La amistad con
José Manuel Estrada y Pedro Goyena lo acercó a la
Revista Argentina, donde publicó su primer
artículo, un trabajo sobre el poeta español
José de Espronceda. Convocado por Nicolás
Avellaneda, entonces ministro de Instrucción
Pública de Domingo F. Sarmiento, viajó a
Tucumán, donde se desempeñó como profesor del
Colegio Nacional y terminó por ser director de
enseñanza de la provincia. Allí escribió el
Ensayo histórico sobre el Tucumán y la novela De
la cruz a la fecha
, que lo consagraron como hombre de la
cultura. Tras un viaje a su país natal, Eduardo Wilde,
ministro de Justicia e
Instrucción de Julio A. Roca, lo nombró inspector
de colegios nacionales y escuelas normales. En 1885, fue nombrado
director de la Biblioteca
Nacional. Entre sus numerosas obras, escritas en francés y
castellano, sobresalen Viaje intelectual, Los que
pasaban
, Crítica literaria y El Congreso de
Tucumán
" (5).

A criterio de Jorge Luis
Borges: "El destino personal de
Groussac fue, como el de todos los hombres, asaz extraño.
Hubiera querido ser famoso en su patria y en su idioma natal; lo
fue en una lengua que dominaba, pero que nunca lo satisfizo del
todo y en regiones lejanas que siempre fueron para él un
destierro. Su verdadera tarea fue la enseñanza del rigor y
de la ironía francesa a un continente en cierne.
‘Ser famoso en la América
del Sur no es dejar de ser un desconocido’, escribió
no sin amargura" (6).

"Hijo de un normando que había hecho fortuna con
el café en
Brasil,
Geoffroy Francois Daireaux (París, 1849 – Buenos
Aires, 1916) se establece en la Argentina en 1868,
dedicándose a la actividad agropecuaria. Hacia 1883 posee
ya tres estancias en Rauch, Olavarría y Bolivar. Compra
terrenos e instala almacenes sobre
la línea del ferrocarril al Pacífico y participa de
la fundación de la ciudad de Rufino en la provincia de
Santa Fe y Laboulaye y General Viamonte en la provincia de
Córdoba. Por problemas de
salud abandona su
labor colonizadora y se dedica a la escritura y la
docencia. De
1901 a 1903 es Inspector General de Enseñanza Secundaria y
Normal. Enseña Francés en el Colegio Nacional.
Trabaja en La Nación,
colabora en Caras y Caretas, La Prensa, La
Ilustración Sudamericana, La Capital de Rosario, y
dirige el diario francés L’independant. En su hogar
se reúnen artistas como Fader, Quirós, Sivon e
Yrurtia. Escribe relatos de costumbres –comedias
argentinas, cada mate un cuento, etc.-
y tratados como La
cría del ganado (1887), Almanaque para el campo y Trabajo
agrícola. En París publicó "Dans la Pampa"
(1912). Una escuela de artes y oficios en Rufino, calles en
varias ciudades y un partido bonaerense recuerdan su nombre"
(7).

Uno de sus descendientes, Emilio Daireaux, me escribe:
"Ud. menciona a un antepasado mío, tío bisabuelo,
Godofredo (Geoffroy) Daireaux, autor de más de 50 libros
mayormente de cuentos
criollos (y trabajos técnicos agropecuarios), a mi juicio
de gran frescura y agudeza, que pintan la colonización
rural a fines del siglo XIX. Un hermano suyo, ascendiente directo
mío fué Emilio Daireaux (1845-1914), abogado
francés, llegado al país con Godofredo hacia 1870.
Emilio también escribió varias interesantes obras
sobre nuestro país (la más conocida "Vida y
costumbres del Plata", también con versión
francesa), dirigió el
periódico L'Union Francaise, y fue un difusor de la
posibilidades argentinas para la inversión de capitales e inmigración
francesa en conferencias en Francia, en la "Revue des deux
mondes", etc. Murió en París. (…) Nuestra familia
procede de dos franceses.

Emilio y Godofredo que llegaron a Buenos Aires muy
jóvenes a la época de la guerra
franco-alemana (1870). Ambos eran hijos de un francés,
oriundo de Normandía, Francois Daireaux, que se
estableció por unos 30 años en Río de
Janeiro y habiéndo hecho una cierta fortuna con la
explotación de café, volvió a Francia hacia
1850. Mi bisabuelo nació en Río hijo de padre y
madre francesa en 1845. Godofredo en París en 1849.
Francamente no tengo del todo claro porqué eligieron venir
a nuestro país. Creo que Emilio, que era un joven abogado,
vino por razones comerciales y su hermano menor lo siguió.
Digamos que Emilio que era un tanto más estructurado que
su hermano menor, se casó con la Sra. Amalia Molina, de
tradicional familia porteña y se arraigó en la
sociedad de
aquellos años, abriendo su bufete de abogado en Buenos
Aires y relacionándose con los personajes de la
época, como Mitre, Roca, etc. Produjo varias obras de
importancia sobre el país, la principal "Vida y costumbres
del Plata" (Hachette, 1888), fundó el periódico
de la L'Union Francaise", que dirigió junto con Alfred
Ebelot y colaboró con varias publicaciones como "La Revue
de Deux Mondes", "La Revue Britannique", etc. Sus últimos
años los pasó en París donde murió en
1914. Su familia se estableció, una parte (la más
numerosa) en la Argentina y otra parte en Francia, donde
prácticamente hoy se ha extinguido. Acá en cambio se ha
ampliado considerablemente.

A su vez, Godofredo fue un hombre sumamente activo y
emprendedor ,que participó en la fundación de
diversas ciudades como Laboulaye, General Viamonte y Rufino y fue
un gran conocedor del campo argentino que inspiró su
relativamente extensa obra literaria, muy popular en sus
años. (…) Ambos hermanos Daireaux murieron en 1914. Hay
un Partido y una ciudad de la Provincia de Buenos Aires, que
llevan el nombre de Daireaux. Está situada a unos 450 kms.
al Oeste de la Capital y nuestra familia todavía conserva
campo allí. (…) Respecto de los Daireaux (descendientes
de Emilio), mi abuelo, Carlos Geoffroy estudió la carrera
naval en Brest y Toulon (Francia) y se asimiló a la Marina
argentina en 1898, como Capitán de Fragata (presidencia de
Roca), llegando al grado de Vicealmirante y Ministro de Marina.
Su hermano Jacques Daireaux Molina, fue abogado en la Argentina y
otro de sus hermanos, Max, ingeniero, vivió en Francia y
alcanzando cierto éxito como escritor literario hacia los
años 1930-1950. En Francia fue galardonado entre otros con
el Premio Municipal de Literatura de París.
Fué amigo de Marcel Proust y hace un tiempo se
publicó un interesante artículo en " La Nación
" del profesor Herbert Craig (Universidad de
Nebraska) refiriéndo aspectos de esa amistad".

"A finales de la primera mitad del siglo XIX se
empezó a dar un fenómeno que persiste hasta hoy en
día la Caricatura Política de Indole
Satírico. (…) en 1863 se funda El afamado Semanario
El Mosquito.(…) A diferencia de las anteriores
caricaturas políticas
en este caso eran la atracción principal de la revista, es
decir no adornaban noticias o
notas y era de carácter profesional (en cuanto al tema de
la caricatura) e independiente (no seguía ningún
tipo de línea política, su ideología era molestar a los
políticos con humor). Su tirada inicial era de 1500
ejemplares de 4 páginas y se distribuía por
suscripción. Su primer caricaturista y uno de sus
fundadores fue el francés Henri Meyer (1844 – 1899)
También franceses serian la mayoría de los
caricaturistas que pasen por sus paginas: Adam; Julio Monniot,
Ulises Advinent. Otros autores Henri (Enrique) Stein, Carlos
Clérice (el único de los ilustradores nacido en la
Argentina, pero de padres franceses),(…),Faría,
Demócrito (seudónimo del español Eduardo
Sojo, que se haría caricaturista célebre desde las
páginas de Don Quijote, una talentosa y combativa
publicación satírica) y E. Damblans (otro
francés que compartió la portada con el director
propietario y lo reemplazó cuando éste hizo un
largo viaje por Europa)" (8).

"Una mirada sobre la prensa francesa
en la Argentina no puede dejar de mencionar la trayectoria de "El
Mosquito" que salió entre mayo de 1863 y julio del 93. Fue
fundado por el alsaciano Henri Meyer pero alcanzó mayor
notoriedad como su principal figura, el también
francés Henri Stein . Era una publicación
independiente, satírica y burlesca, que no dejó
pasar ningún suceso del país o de la ciudad sin que
la pluma o el lápiz de sus colaboradores lo reflejasen con
humor y veracidad. Supo encontrar para todos los personajes
destacados la caricatura que exaltaba el detalle físico o
el aspecto de su personalidad
que mejor lo representaba: la galera y el poncho de Urquiza, la
naríz de Adofo Alsina, el cigarro de Mitre, la corta
estatura de Avellaneda, el mentón de Sarmiento"
(9).

Alberto Novión, autor teatral, nació en
Bayona en 1881; falleció en Buenos Aires en
1937. "Maestro del género del
sainete, entre sus obras sobresalen Facha tosta, El
tango de la
muerte
y En un burro tres baturros. En 1919, la
compañía teatral de Arata-Simari-Franco
estrenó en el Teatro Nacional
su obra El cabaret de Montmatre, cuyo rotundo éxito
se tradujo en 328 representaciones. En 1956 el director Luis
Mottura llevó al cine su obra
Bendita seas. Escribió las letras de algunos temas
que se cantaban en sus piezas teatrales, como Pavadas, que
fue registrado dos veces por el dúo Gardel-Razzano: 1919 y
1931" (10).

"La producción teatral de Alberto Novión
(1881-1937) es extensa y variada. Es autor de La chusma,
La caravana, La familia de don
Giacumín
y Don Chicho, textos que corresponden
al pasaje del sainete al grotesco criollo. Escribió
también comedias y zarzuelas. A pesar de su importancia
para el teatro argentino, últimamente fue poco
representado. Novión nació en la ciudad de Bayona,
en Francia. Se
trasladó con su familia a Montevideo, luego se
instaló en Buenos Aires y se nacionalizó argentino.
Su primera obra se llamó Doña Rosario, en
homenaje a su madre y en 1905 (en el Teatro Nacional) fue
protagonizada por Orfilia Rico. Al año siguiente
estrenó con José Podestá Jacinta. Ni
siquiera intuiría entonces que iba a escribir casi cien
obras de teatro" (11).

Un aviso publicado en la revista
teatral La Escena N° 99 anuncia que en la temporada
1920, en el teatro Politeama, se presenta la
compañía de Roberto Casaux todos los días
con extraordinario éxito. Los actores interpretan El
vasco de Olavaria
(12), de Alberto Novión (1881-1937),
obra que la publicación reproduce.

En el prólogo, don Joaquín de Vedia
escribe sobre la
personalidad de Novión, de quien dice que "es uno de
los fuertes trabajadores del teatro argentino, porque es bueno,
porque es alegre, porque ni la envidia lo devora ni la vanidad lo
irrita". Acerca de la circunstancia en que el prologuista
conoció al dramaturgo, leemos: "Lo conozco desde los
primeros días de su carrera de autor: fue mi pobre y
grande amigo Florencio Sánchez quien me llamó la
atención hacia él, cuando el estreno
de La cantina, un modelo de
sainetes populares. Desde entonces, otras obras, de diversos
géneros y de diferentes proporciones han popularizado el
nombre y han afianzado los prestigios de Novión entre los
que siguen la marcha, más o menos difícil,
más o menos ocasionada a tropiezos y barquinazos, de este
pensamiento de
hacer un teatro nacional" (13).

El pintor Fernando Fader nace "en Burdeos, Francia, en
la casa de su abuelo materno, Pedro Adolfo Bonneval, en la calle
Nauville 10, el once de abril de 1882". Ignacio Gutiérrez
Zaldívar escribe: "Fernando Fader en un reportaje que le
realizara el recordado José León Pagano en la
década del 20, manifiesta que es "mendocino", pese
a que había nacido en Francia y en todos sus documentos y
partida de casamiento, figura como nacido en Buenos Aires. Conoce
Mendoza cuando contaba cuatro años y pese a vivir tan
sólo doce años en Mendoza, su amor y
cariño hacia la provincia le hacen manifestar que
él es mendocino" (14).

En una entrevista
realizada por Ana Da Costa en 2000, Juan Filloy evoca a sus
padres. Acerca de su madre, Dominique Granje, relata: "Mi madre
fue una francesa que vino en una de las promociones de inmigración del siglo pasado, en una
inmigración de labriegos franceses que se afincaron en
Pigüé, en la provincia de Buenos Aires.

Pero ella se independizó ocupándose del
servicio
doméstico en la Capital
Federal, especialmente en el barrio de San Telmo, el barrio Sur
de Buenos Aires. Mi madre era francesa, natural de Toulouse, de
un pueblo que se llama Gourdan, que está cerca de la
línea férrea que liga Toulouse con Lourdes. De modo
que ella estaba ahí, en ese pueblo, junto a una localidad
que se llama Montesquieu,
un lugar famoso en la antigüedad por unas aguas termales, a
las cuales asistían muchas figuras próceres de la
literatura
mundial. Mi madre se casó aquí, en la Argentina,
con un español
nativo de Galicia y formaron un hogar en el cual fuimos cuatro
hermanos. Pero mi madre había tenido primero relaciones
matrimoniales con un belga que la abandonó con tres hijos,
los cuales fueron acogidos por mi padre. Los siete crecimos y
fuimos educados aquí, en la ciudad de Córdoba.
Papá y mamá se conocieron en Tandil, cerca de la
Piedra Movediza, que es una figura que se hizo sumamente popular
en casa, porque mi padre tuvo dos hijos en las proximidades de la
Piedra Movediza. Mi madre fue una persona muy
vivaz, de genio muy alegre, pero absolutamente
analfabeta.

Leí un artículo sobre Delich, que
apareció en La Nación,
en el cual confiesa que su madre fue analfabeta; bueno, yo digo
lo mismo: mi mamá fue analfabeta. Nació en Francia
el mismo día en que nació el Delfín, vale
decir, el hijo de Napoleón III y la Reina de Francia. Por esa
razón mi madre tenía derecho a una educación gratuita,
tanto para la escuela primaria,
como la secundaria y la superior. Pero mamá tuvo que venir
al país, de modo que no aprendió jamás a
leer. Era una mujer muy
inteligente, con toda la inteligencia
de los instintos. En el negocio de mi padre atendía una
sección de la tienda en la cual ella se manejaba con total
exactitud en los cálculos de los efectos que
vendía. Por ejemplo, pongamos por caso que un cliente compra
siete metros de satén, o de guipure, cuyo precio era
$1,75; mamá no necesitaba un lápiz de ninguna
especie, ella, mentalmente, en el acto, decía
cuánto era. Tenía una capacidad matemática
que es muy particular de muchas personas en Francia"
(15).

A su abuelo recordó en un reportaje Abelardo
Arias. El escritor nació en Córdoba, aunque
él hubiera preferido ver la luz en San
Rafael, Mendoza, "en la finca de mi abuela materna, donde
pasé casi todos los veranos de mi niñez y adolescencia,
en todo caso los más memorables (…) Una criolla casona
cerca del Río Diamante y del viejo fortín con foso
y puente levadizo que construyó mi abuelo francés,
el ingeniero astrónomo Julio Balloffet, el único
injerto gringo en cientos de años de
criolledad".

Mauro Apicella señala que "Tras la muerte de
Gardel se conocieron el testamento –hasta entonces guardado
en una caja de seguridad del
Banco de
Boston-, su nombre verdadero, Charles Romuald Gardes, la fecha y
el lugar de su nacimiento. Con la investigación que de allí se
desprende se descubre en Toulouse su certificado de bautismo y en
el Hospital de la Greve su partida de nacimiento"
(16).

En una entrevista (17) que le realicé, la
investigadora Jorgelina Corbatta se refirió al mito
Gardel:

– ¿Qué podríamos decir de Gardel
como fenómeno en Buenos Aires y Gardel en Medellín,
tema de un trabajo
tuyo?

– Gardel en Buenos Aires consiste en un fenómeno
propio (a pesar de las reiteradas y míticas dudas acerca
de su origen francés o uruguayo), legítimo, modelo
de conducta y motivo
de orgullo para todos los argentinos. Gardel, en MedeIlín,
es el objeto de un fenómeno de apropiación -de
transculturación, define Angel Rama-. Se lo
adopta deliberadamente, no sólo por el hecho fortuito de
que Gardel murió en Medellín, sino sobre todo
porque Gardel, y el tango que él canta, encarnan lo
porteño (lo argentino), que constituye la meca de Latinoamérica en esos años,
así como Paris ha constituído por tan largo
tiempo la de
los argentinos. Gardel es, entonces, un mito en Argentina, y un
mito doble en Colombia, en la
medida en que proviene de ámbitos fabulosos "per
se".

– ¿Cuál es la relación existente
entre imaginario colectivo y trasposición literaria,
vinculada a este asunto?

– Imaginario colectivo es esa suma de fantasías,
deseos, miedos, tabúes, que se tejen en una comunidad y van
tramando las conductas colectivas e individuales. Transposicion
literaria es la formulación de ese imaginario en una obra
escrita; por ejempIo, volviendo a Medellín, la existencia
de un libro titulado
Aire de tango, de
Manuel Mejia Vallejo, donde se nos narra acerca de Guayaquil -el
barrio tanguero por excelencia-, donde el protagonista se cree el
doble Gardel.

– ¿Qué simboliza Gardel?

– Jairo-Gardel es la encarnación literaria de una
ilusión deI habitante de Medellín de esa
época, o al menos de un pequeño grupo que
aspira a tener una cultura
tanguera y urbana heredada de los argentinos. Encarna
también el desdén por la propia vida, el culto del
coraje y cierta camaradería masculina, que son rasgos
eminentemente argentinos traspuestos a un ambiente
diferente.

Sergio Pujol se refiere a las inmigrantes
engañadas que observa en el tango: "muchas de las mujeres
del imaginario tanguero enfermaban al errar el camino y dejarse
tentar por las luces del centro. Un imaginario de la muerte como
castigo ejemplar dejaba entrever, a su vez, una gama de
posiciones. Estaban las mujeres engañadas por el sistema (como las
francesitas que llegaban a Buenos Aires mal informadas o las
provincianas que rodaban ‘una noche en el
Maipú’), pero también estaban las pecadoras
por voluntad propia" (18).

"El ‘Tortoni’ –señala Carlos
Szwarcer- lleva el nombre del famoso café
parisino homónimo y fue inaugurado en 1858 por el
francés Jean Touan. Hacia 1879 se lo vendió a su
familiar y compatriota, Monsieur Celestino Curutchet Este
singular hombre,
favorecedor de eventos
culturales, era quien lo regenteaba hacia 1920, cuando
ingresó a trabajar "el turco" Alboger, aunque en virtud de
la avanzada edad del empresario
(noventa y dos años), la dirección del local fue recayendo en sus
hijos mayores: Mauricio y Pedro Alejo. En 1925 falleció
Celestino y un año después se produjo la inesperada
muerte de Mauricio, detrás del mostrador, hechos que
influyeron para que la familia
tomara la decisión de vender el café a la firma Rey
Hnos. y Pego (19).

Félix Luna explica en un reportaje el origen de
la intolerancia: "Se había soñado con una
inmigración ideal: anglosajona, o franceses de clase
más o menos alta, casos que fueron excepcionales. En
cambio, los
que vinieron fueron en su inmensa mayoría inmigrantes
pobres, personas provenientes de zonas más atrasadas de
Europa, de
España
e Italia,
fundamentalmente, que huían de la miseria. Por eso, el
tipo de inmigración provocó alguna resistencia y,
diría, determinados rezongos en gente como Sarmiento, que
en algún momento se manifestó con criterios
antisemitas" (20).

La cocina francesa "fue simplificada en el cruce
transatlántico, y fórmulas de simple estima se
incorporaron al menú argentino, como los huevos
poche
o la versión de una omelette de
espárragos
. La famosa masa de hojaldre
conservó su carácter complejo y se utiliza aún
hoy como masa básica de las medilunas y en la
confección de platos dulces o salados. Otro tanto
pasó con la soupe a l’onion que se reserva
para los fríos días de invierno" (21)

A la Argentina –escribe Graciela Montes-, "fueron
llegando los inmigrantes. Solteros y muy jòvenes, algunos
casi niños,
venìan a ‘hacer la Amèrica’.
Provenìan de España, de Italia, de Turquìa,
de Rusia, de
Francia, de Polonia, de Yugoslavia, en general eran muy pobres y
estaban dispuestos a trabajar duro… Algunos regresaron a sus
pagos, pero la mayorìa, màs de un millòn, se
quedò. Para esos inmigrantes, los hijos eran valiosos. El
triunfo de esos hijos en la vida era la certificaciòn de
su propio èxito" (22).

"Cada primero de agosto –escribe Alejandro
Stilman, a partir de un informe de Pablo
Bizón y Diana Pazos-, en Colonia Esperanza, conmemoran el
aniversario de la Federación Helvética, la fiesta
patria suiza y, dos semanas más tarde, el nacimiento de la
Asociación Suiza Guillermo Tell. (…) Esta
‘pequeña Europa’, integrada además por
alemanes, franceses y belgas, a los que se sumaron italianos,
españoles, polacos, rusos, checos, judíos
y árabes, se fundó en 1856. La llaman ‘la
primera colonia agrícola organizada del país’
" (23).

En la colonia Pigüe, fundada por cuarenta familias
francesas, se festeja "el 14 de julio, la fecha patria, que es
comienzo de la gran Semana de Francia" (24).

"Mientras las estrofas del Himno Nacional
conmovían el corazón de
los judíos de Rajil, otro grupo de inmigrantes arraigados
a 130 km al norte de Bahía Blanca ensayaba una
versión a su manera: ‘Entendez mortels le cri
sacré/ Liberté, liberté,
liberté…’ Sólo que allí se cantaba
todos los 14 de Julio en conmemoración de la toma de la
Bastilla y era seguido por las notas de la Marsellesa. Con
desfiles, cañonazos, discursos y
premios artísticos, los franceses celebraban solemnemente
su fecha patria en Pigüé, un pueblito barroso de la
pampa donde todavía se agitaba el fantasma de las chuza
indias" (25).

Amaban la música quienes se
establecieron en la Colonia San José, en Entre
Ríos. Eran franceses, suizos, alemanes y piamonteses. "No
todos tenían gran preparación intelectual
–dice Celia Vernaz. Si bien vinieron médicos,
bachilleres y gente que tenía escuela y que pudo dedicarse
a enseñar, otros solamente sabían trabajar, aunque
algo que llama la atención es que la mayoría
conocía música y formaban parte de la Banda"
(26).

Fue franco-canadiense la esposa de Atahualpa Yupanqui:
"En 1948 marchó a Francia, confiando en encontrar
más facilidades para su arte. Tuvo la
oportunidad de conocer la intelectualidad francesa, y a
raíz de aquello, la música de Atahualpa Yupanqui
comenzó a escucharse en Europa, y también en
el estado
español, aunque sufrió la censura de Franco que no
le dejó actuar en el territorio. Vivió casi veinte
años en París, pero de vez en cuando encontraba un
hueco para volver a Argentina, sobre todo cuando la
situación política le era
favorable. Se casó con la franco-canadiense Paule
Antoinette "Nenette" Pepin Fitzpatrick, y la pareja fue un nudo
importante de creación artística: Cerca de cuarenta
obras del repertorio del Maestro son de la autoría de
Pablo del Cerro, pseudónimo que utilizaba la esposa"
(27).

La decisión de María (28) es el
libro que escribieron María Carmen Merbilhaa del Frate y
Amalia María Calandra Merbilhaa. "Las autoras, al
encontrar las cartas de su
abuela, hija de inmigrantes bearneses que se establecieron en el
campo a mediados del siglo XIX, descubren interesantes
testimonios de vida en el pueblo de General Belgrano y en la
ciudad de La Plata a principios del
siglo XX. Ellas agregan comentarios y anécdotas propias o
transferidas por sus familiares. Pretenden homenajear a su
querida abuela y contar a sus descendientes, con un toque de
humor, vivencias de la infancia que
compartieron" (29).

A los 101 años, María Trepicchio de Danna
recuerda: "Ah, la Primera Guerra se
sufrió mucho porque todos los inmigrantes tenían a
sus familiares en Europa". La ayuda a los damnificados no se hizo
esperar: "Con el Círculo de Damas Francesas tejí
para los soldados partidarios de De Gaulle". Cuando la guerra
llega a su fin, también en la Argentina festejan: "la paz
se celebró con locura, en casa entonamos La
Marsellesa
aquel día, con la bandera desplegada en el
living" (30).

Margarita Marc de Soto es hija de franceses afincados en
Alberdi. Acerca de ella escribe Carolina Muzi: "La cocina fue una
constante en su vida y las perdices en escabeche, una de las
especialidades más celebradas por familiares y amigos.
Pero Margarita no sólo las cocinaba: también las
cazaba" (31).

En Villa General Belgrano, Còrdoba, vive Pierre
Cottereau. En una carta fechada en
1997, manifestó: "si bien soy extranjero, no soy un
inmigrante. Lleguè a este paìs en calidad de
turista para conocer a unos familiares emigrados en 1889, entre
ellos mi abuelo materno que retornò a Francia en 1900 y
que no he conocido. Me quedè por pura casualidad, el haber
encontrado un trabajo provisorio que me lanzò hasta
independizarme; llegaba con el bagaje de òptico
tècnico industrial" (32).

"Todo empezó el 3 de octubre de 1964
–escribe Mónica Beltrán-. El presidente
argentino Arturo Illia y su par de la República Francesa,
general Charles De Gaulle, firmaron en Buenos Aires un acuerdo de
cooperación cultural, científico y técnico.
Dos días después, el jefe de Estado
francés, en visita oficial al país, colocó
en un terreno de más de una hectárea la piedra
fundamental de lo que hoy es el Liceo Franco Argentino Jean
Mermoz, en el barrio de Belgrano. (…) La última semana
los casi 1.600 alumnos del Liceo organizaron diversas actividades
para festejar los 30 años: los chicos de jardín y
preescolar
soltaron en el patio cientos de globos con los colores de la
bandera francesa; los de primaria bailaron el pericón y
los más grandes exhibieron sus investigaciones
sobre la vida del piloto Jean Mermoz, que prestó su nombre
a la escuela".

Daniel Fédou, rector general de la
institución, expresó: "Fue una buena iniciativa
porque los chicos no conocen demasiado a Mermoz, un hombre muy
importante para la relación entre los europeos y los
americanos. Abrió numerosas rutas aéreas en
América
del Sur, que llegaron, incluso, hasta Río Gallegos"
(33).

En una entrevista, Tini de Bocourt afirmó: "me
crié en una familia para la que lo externo no contaba para
nada. Los valores eran
otros. Ojo, no es que fueran intelectuales.
Pero mi mamá era húngara y mi papá
francés, y ponían el foco en todo aquello que no
fuera lo exterior. Y ésa fue mi salvación y mi
ancla" (34).

Claudia Lapacó desciende de franceses. Ella
afirmó: "Todas las noches rezo el Padrenuesto en
francés sólo para agradecer lo que tengo" (35). Su
origen se evidencia en su arte: "La canción no es una
novedad para esta actriz que se fogueó en temas franceses.
‘En 1985 hice tangos en francés con Virgilio
Expósito y, en 1987, junto con Elena Mignaquy. Fue mi
última actuación en la canción’ "
(36).

Notas

  1. Sourigues, Carlos: "Los colonos", en Vernaz, Celia
    E.: La Colonia San José. Santa Fe, Ediciones
    Colmegna, 1991.
  2. Peyret, Alejo: "Memoria de la
    colonia", en Vernaz.
  1. Lantelme, Pablo: "El idioma en la enseñanza", en Vernaz.
  2. S/F: "Nuestra historia", en
    .
  3. Varios autores: Enciclopedia Visual de la
    Argentina
    . Buenos Aires, Clarìn,
    2002.
  4. Borges, Jorge Luis: Biblioteca personal
    (prólogos)
    . Buenos Aires, Alianza, 1988.
  5. S/F: "Biografía de autores", en .
  6. Psicofxp: "ENCICLOPEDIA DE LA HISTORIETA EN
    ARGENTINA, Prehistoria de
    la historieta Argentina (hasta 1910)", en www.psicofxp.com.
  7. S/F: "La prensa francesa en el Río de la
    Plata", en www.embafrancia-argentina.com.ar.
  8. Varios autores: Enciclopedia Visual de la
    Argentina
    . Buenos Aires, Clarìn,
    2002.
  9. Rago, María Ana: "Autor poco representado", en
    Clarín, Buenos Aires, 10 de octubre de
    2003.
  10. Novión, Alberto: El vasco de
    Olavarría
    . En La Escena Revista Teatral
    N° 99. Buenos Aires, 1920.
  11. Vedia, Joaquín de: "Prólogo" a
    Novión, Alberto: El vasco de
    Olavarría
    .
  12. Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: Fader
    en casa
    . Buenos Aires, Zurbarán Ediciones,
    2003.
  13. Da Costa, Ana: "Entrevista a Juan
    Filloy", en www.bibnal.edu.ar,
    2 de marzo de 2000.
  14. Apicella, Mauro: "La ‘verdad
    histórica’ del Zorzal Criollo", en La
    Nación
    , Buenos Aires, 28 de septiembre de
    2003.
  15. González Rouco, María: "Jorgelina
    Corbatta, estudiosa de mitos
    argentinos", en El Tiempo, Azul, 1989.
  16. Pujol Sergio: "Peligros de la vida disipada. La
    tragedia de las Esthercitas", en Clarín, Buenos
    Aires, 31 de agosto de 2002.
  17. Swarcer, Carlos: "El café Izmir", en Todo
    es historia
    .
  18. Gilbert, Abel: Buenos Aires no es sólo Puerto
    Madero", en La Nación, Buenos Aires, 14 de
    febrero de 1999.
  19. Alvarez, Marcelo y Pinotti, Luisa: A la mesa.
    Buenos Aires, Grijalbo.
  20. Montes, Graciela: "La infancia y los responsables",
    en Machado, Ana María y Montes, Graciela: Literatura
    infantil
    . Creación, censura y resistencia.
    Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
  21. Stilman, Alejandro (texto),
    Pablo Bizón y Diana Pazos (informe): "Suizos Colonia
    Esperanza / Santa Fe La vida en una pequeña Europa", en
    "COLONIAS Y PUEBLOS DE LA ARGENTINA La ruta de los
    inmigrantes", en Clarín, Buenos Aires, 7 de
    setiembre de 2003.
  22. Stilman, Alejandro (texto), Pablo Bizón y
    Diana Pazos (informe): "Franceses Pigüé / Pcia. de
    Buenos Aires La colonia de la omelette gigante", en "COLONIAS Y
    PUEBLOS DE LA ARGENTINA La ruta de los inmigrantes", en
    Clarín, Buenos Aires, 7 de setiembre de
    2003.
  23. Wolf, Ema (texto) y Patriarca, Cristina
    (investigación): La gran inmigración.
    Ilustraciones: Daniel Rabanal. Buenos Aires, Sudamericana,
    1997. 6° ed. (Sudamericana Joven Ensayo).
  24. Vernaz, Celia: La Colonia San José. Santa Fe,
    Colmegna, 1991.
  25. "Atahualpa Yupanqui: el canto del viento", recopilado
    y ampliado por UNO, en Boletín Literario "Basta
    ya"
    , Córdoba, Octubre 30, 2005.
  26. Marbilhaa Del Frate, María Carmen y Calandra
    Merbilhaa, Amalia María: La decisión de
    María
    . Buenos Aires, Dunken, 2003.
  27. S/F: en Marbilhaa Del Frate, María Carmen y
    Calandra Merbilhaa, Amalia María: La decisión
    de María
    . Buenos Aires, Dunken, 2003.
  28. Muzi, Carolina: "El siglo que yo vi", en
    Clarín Viva, 26 de septiembre de
    1999.
  29. ibídem
  30. Cottereau, Pierre: Carta enviada a MGR en
    1997.
  31. Beltrán, Mónica: "Un colegio con acento
    francés", enClarín, Buenos Aires, 26 de
    septiembre de 1999.
  32. Sánchez, Fernanda (texto); Didari, Maximiliano
    (foto): "Tini de Bocourt ‘Mi romance con el espejo me
    costó caro’ ", en Para Ti, Nº 4247, 12
    de diciembre de 2003.
  33. Gorodischer, Julián: "CLAUDIA LAPACO, EN
    "DOBLE VIDA" Y EN "LA PROFESION DE LA SEÑORA WARREN"
    ‘Me cansé de las buenas madres’ ", en
    www.pagina12.com.ar,
    20 de mayo de 2005.
  34. Freire, Susana: "Nuevo musical con Claudia
    Lapacó", en La Nación, reproducido
    en www.ayudatareas.com.ar.

En
memorias

Amadeo Jacques nació en París en 1813 y
falleció en Buenos Aires en 1865. "En Francia,
estudió en el Liceo de Borbón y en la Escuela
Normal de París; dictó clases en Amiens y Versalles
y, a los 24 años, obtuvo el doctorado en Letras en La
Sorbona. Poco después se graduó como Licenciado en
Ciencias
Naturales en la Universidad de
París. Luego de ejercer la docencia en
otras instituciones
francesas, en 1852 se trasladó a Montevideo, Uruguay, y
más tarde se estableció en Entre Ríos, donde
se dedicó a la daguerrotipia y a la
agrimensura.

En 1858 fue nombrado director del Colegio de San Miguel
de Tucumán, donde desarrolló una obra renovadora de
los sistemas
pedagógicos. En 1860 se dedicó al periodismo,
publicando proyectos de
reglamentos sobre instrucción pública en diarios de
la provincia de Tucumán. Por ofrecimiento del
vicepresidente de la República, Marcos Paz, fue director
y, años más tarde, rector del Colegio Nacional de
Buenos Aires. En esa función
transformó la enseñanza, introduciendo las nuevas
ideas cientificistas que provenían de Europa y
planeó la educación
primaria, secundaria y universitaria. Fue un renovador de la
enseñanza en la Argentina" (1).

Miguel Canè nos ha dejado en Juvenilia (2)
testimonio de su admiración por Jacques. A las figuras del
grotesco enfermero italiano y los temibles quinteros vascos,
contrapone la grandiosidad del profesor,
sìmbolo de la inmigraciòn anhelada por los hombres
del 80. Destaca su loable acciòn académica: "El
estado de los estudios en el Colegio era deplorable, hasta que
tomó su dirección el hombre
más sabio gue hasta el dia haya pisado tierra
argentina. Sin documentos a la vista para rehacer su biografia de
una manera exacta, me veo forzado a acudir simplemente a mis
recuerdos, que, por otra parte, bastan a mi objeto. Amedèe
Jacques pertenecìa a la generaciòn que al llegar a
la juventud
encontrò a la Francia en plena reacciòn
filosòfica, cientìfica y literaria. La
filosofía se había renovado bajo el espíritu
liberal del siglo, que, dando acogida imparcial a todos los
sistemas, al lado del cartesianismo estudiaba a Bacon, a
Espinosa; a Hobbes,
Gassendi y Condillac, como a Leibnitz y a
Hegel, a
Kant y a Fichte,
como a Reid y Dugal-Stewart".

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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