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Franceses en la Argentina (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

En efecto, si bien cronológicamente posible, el
intento de crear una figura verosímil que, de un modo
psicológico coherente, pueda enlazar, en trato
íntimo sucesivo, a protagonistas culturales tan distintos
como Carlitos Gardel y Toulouse-Lautrec, resulta un tanto
forzado. Al enfrentar ese desafío, la autora corre el
riesgo de
distraer al lector de una sostenida atención por la trama
misma del relato. Una vez leída esta novela, Mireya
aparece ante nuestra memoria como una
sucesión de brillantes y agudos posters, sintetizadores de
una época rica y desgarrada, expuesta bajo el foco potente
de un ojo despiadado y de una pluma tan ágil,
humorística y lúcida como los bocetos del genial
enano de Montmartre. No imprime, en cambio, esa huella profunda
que dejan a su paso las historias con que podemos identificarnos
más plenamente. Historias menos habitadas acaso por
personajes y trasfondos culturales célebres o populares,
pero en las cuales el hilo mismo de la narración nos va
estrangulando de ansiedad por saber, no sólo lo que ocurre
después, sino cómo pudo ocurrir lo sucedido antes.
Historias donde los móviles misteriosos y absurdos del
corazón
de seres a veces mediocres, esnobs, cotidianos o provincianos
(como Swann o Mme. Bovary) son los motores
inconscientes del devenir, y no las fechas o los lugares del
kitsch o el pop histórico que recogerán los
investigadores del futuro. Más brillante y
pictórica que íntima y profunda, Mireya
podrá permanecer en nuestra memoria, sin embargo, como un
talentoso fresco realizado con brío innegable por una de
nuestras menos frívolas y mejores escritoras actuales"
(11).

En La noche que me quieras, de Jorge Torres
Zavaleta, un protagonista de avanzada edad recuerda su juventud,
cuando, después de matar en un duelo al marido de una
amante, decidio viajar a Paris. El presente de ese anciano que
recuerda transcurre en 1988 y se altema con su rememoracion, que
se inicia con episodios sucedidos a partir de 1928.

La juventud de ese hombre, tan lejana ya, está
unida indisolublemente a una figura mitica, Carlos Gardel, quien
lo trata afectuosamente. Las paginas en que el protagonista se
entrevista con El Zorzal para ofrecerIe las letras de tango que
compuso brindan al lector una imagen vivida del cantor. Un
personaje lo describe asi, recordando lo comentado por uno de los
peones: «Gardel Ie hablaba en lunfardo, y como este
muchacho era del interior y recien habia llegado a Buenos Aires,
no Ie entendia ni medio. Dijo que siempre le hacía
preguntas sobre su trabajo: si losyobacas dormian bien, como
habian trabajado, Carlitos se interesaba por lagente, por eso lo
adoraban» (9).

Para algunos, hablar más de un idioma, era
testimonio de su condición de inmigrantes. Para otro, en
cambio, era un sello de clase. En
La noche que me quieras, Torres Zavaleta muestra el
conocimiento de otras lenguas vinculado a un estamento
social: "Arturo era un muchacho educado, se vestía bien,
por supuesto, se la arreglaba con los idiomas. Algo te ha quedado
de tantas profesoras franchutas e inglesas de cuando eras
borrego" (12).

Orellie Antoine de Tounnens "encontró la manera
de convencer a los mapuche, y a un mes de haber llegado al
territorio araucano decretó el nacimiento de la primera
monarquía constitucional y hereditaria de
La Araucanía. Según la interpretación del biógrafo
más importante de Tounnens, Armando Braun Menéndez,
los caciques lo aceptaron debido a que en él veían
el símbolo de la resistencia frente al Estado
chileno. Asimismo, por una leyenda mesiánica, influida por
su cristianización colonial, que decía que la
guerra y la
esclavitud
terminarían el día en que llegara un hombre blanco
a la región. A su proclamación como Rey, muy pronto
siguieron la promulgación de la Constitución de la Monarquía, su
difusión en varios periódicos y las cartas de aviso
al gobierno de Manuel Montt. El 20 de noviembre
de 1860 decidió además incorporar la Patagonia a su
reino, fijando los límites de
la Monarquía en el río Biobío por el norte,
la costa del Pacífico por el este, la costa
atlántica desde el río Negro al sur por el oeste, y
el Estrecho de Magallanes por el sur" (13).

El protagoniza El rey de la Patagonia (Orellie
Antoine I)
, de Claudio Morales Gorleri (14).

En La logia del umbral, de Ricardo Feierstein,
narra uno de los personajes, que vivía en Villa
Pueyrredón, a mediados del siglo pasado: "Por las
mañanas, en la escuela
pública donde todos concurríamos,
conviví con el inglés Stanley y el italiano
Badaracco, protagonistas de una pelea memorable donde vi correr
sangre por
primera vez; con el galleguito Pérez y un francés
medio raro que se hacía dibujos en las
manos con hojitas de afeitar" (15).

En El infierno prometido Una prostituta de la Zwi
Migdal
(16), Elsa Drucaroff demuestra su talento en la
composición de los personajes, especialmente los
femeninos. Muestra una Dina que evalúa los beneficios y
los perjuicios de las decisiones a tomar. Ella sabe; es esa
sabiduría la que la vuelve distinta de las demás.
La protagonista puede escapar –o al menos, intentarlo-,
pero no lo hace en un principio. Ahí es cuando se pone
sobre el tapete la trama de intereses privados, familiares y
sociales que permitían que estas mujeres llegaran en esa
forma a la Argentina, eludiendo controles, con documentos
falsos, burlando a la Asociación Judía para la
Protección de Niñas y Mujeres.

Porque -demuestra Drucaroff- las mujeres que trae el
tratante de blancas, o ya saben a qué vienen, o cuando se
enteran, son más seducidas por un plato de comida que
atemorizadas por los golpes. La escritora ejemplifica esta
aseveración mediante los personajes de Dina, sometida
voluntariamente por temor a volver a su tierra, y Rosa, una mujer
que creía haberse casado por poder y, ya en Buenos Aires,
se niega a trabajar. A ella, le surtió más efecto
una buena cena que el castigo físico y el encierro. En
esta obra, la autora se refiere a las prostitutas francesas y
polacas, destacando que las primeras eran mejor pagadas que las
segundas.

Notas

  1. López, Lucio V.: La gran aldea Costumbres
    bonaerenses
    . Buenos Aires, CEAL, 1980.
  2. Frugoni de Fritzsche, Teresita: "En la
    sangre
    ", en Cambaceres, Eugenio: En la sangre.
    Buenos Aires, Plus Ultra, 1968.
  3. Cambaceres, Eugenio: En la sangre. Buenos
    Aires, Plus Ultra, 1968.
  4. Martel, Julián: La Bolsa. Buenos Aires,
    Huemul, 1979. Prólogo de Diana Guerrero.
  5. Marechal, Leopoldo: Adán Buenosayres.
    Buenos Aires, Sudamericana, 1984.
  6. Vázquez-Rial, Horacio: Frontera Sur.
    Barcelona, Ediciones B, 1998.
  7. Verbitsky, Bernardo: Un noviazgo. Buenos
    Aires, Planeta, 1994.
  8. Zappietro, Eugenio Juan: De aquí hasta el
    alba
    . Barcelona, Planeta, 1971.
  9. Giardinelli, Mempo: Santo Oficio de la
    Memoria.
    Buenos Aires, Seix Barral, 1991.
  10. Dujovne Ortiz, Alicia: Mireya. Alfaguara, 1998. 239
    páginas.
  11. Bordelois, Ivonne: "Peripecias de una musa de
    Toulouse-Lautrec y de Gardel Brillante fresco de época",
    en La Nación, 26 de agosto de 1998. Reproducido
    en www.literatura.org.
  12. Torres Zavaleta, Jorge: La noche que me quieras.
    Buenos Aires, Emece, 2000.
  13. Buenos Aires, Planeta, 1999.
  14. Feierstein, Ricardo: La logia del umbral.
    Buenos Aires, Galerna, 2001.
  15. Drucaroff, Elsa: El infierno prometido Una
    prostituta de la Zwi Migdal
    . Buenos Aires, Sudamericana,
    2006. 336 pp. (Narrativas históricas).

En
cuentos

"La escalinata de mármol (1852)" es uno de los
cuentos de
Misteriosa Buenos Aires, de Manuel Mujica Láinez.
Lo protagoniza Monsieur Benoit, de quien se dice que era en
realidad Luis XVII. En sus postreros instantes, el francés
recuerda su vida: "¡Cuánto dibujó!
¡Cuántos planos nacieron bajo sus dedos
hábiles! Desde que llegó a la Argentina, en 1818,
no cesó de dibujar. Dibujó flores y animales
extraños para el naturalista Bonpland; dibujó
bellas fachadas para el Departamento Topográfico:
edificios neoclásicos con frontones y columnatas, proyectos de
canales, de muelles, de puentes, un mundo fantástico
surgió de su pluma finísima, en la trabazón
aérea de las cúpulas, de las torres, de los arcos.
Antes, en Francia, había sido marino. Sirvió en las
cañoneras del Emperador y en las goletas del Rey. Antes
estuvo en muchas partes, en las Antillas, en Oriente, en Inglaterra, en
Calais… Antes… antes había una terrible enfermedad,
dolores agudos, una neblina que le sofocaba… Por más que
se afanara en despejar las sombras que envolvían a su
infancia, nada
conseguía ver. Sin duda aquella enfermedad esfumó
su memoria. Lo único que como un solitario
peñón emergía en mitad del lago negro, era
la escalinata de mármol" (1).

En "Trampa", escribe Elías Carpena: "Don Julio
Sosa era patrón de una tropa de carretas y trabajaba con
los hornos y con las quintas de los franceses". Alberto Oscar
Blasi, autor de las notas, explica: "En la Loma Verde de
Morón, las quintas de melones y espárragos, y los
montes de duraznos, pertenecían a familias francesas"
(2).

En "El piola", Adolfo Pérez Zelaschi presenta a
un individuo que
se quiere hacer pasar por francés: "Monsieur
Gastón lo esperaba en un barcito cercano, donde la
mayoría de los clientes se
ocupaban más o menos de lo mismo, en mayor o menor escala,
muchos de ellos como simples comisionistas de ignotos monarcas
del mercado negro que operaban desde lejos, más
allá del bien y del mal. Otros parecían trabajar
por su cuenta, como este indescifrable Gastón, que se
hacía pasar por francés acentuando algunas oes,
pero que quizás era griego, o persa, o portugués.
Vestía siempre anónimos trajes grises y usaba un
eterno bastón, a tal punto que los iniciados lo llamaban
también Monsieur Bastón. Según era
fama, a veces lo había manejado con destreza en el azaroso
curso de su actividad" (3).

El ingeniero civil Alfredo Ebelot nació en Saint
Saudens en 1837 y falleció en Toulouse en 1929.
"Secretario de redacción de la Revue des Deux
Mondes
, publicación francesa dedicada a Europa y
América, se radicó en Buenos Aires en 1871. En 1875
dirigió la construcción de la llamada ‘zanja
de Alsina’, pensada por el ministro Adolfo Alsina para
contener a los malones indígenas. Posteriormente
acompañó al general Julio A. Roca en la Conquista
del Desierto" (4).

Ebelot es el protagonista de "El francés de la
zanja", cuento de María del Carmen García, quien
escribe: "El ingeniero Alfredo Ebelot llegaba con su andar de
trancos largos, sombrero de fieltro curiendo su rubia y rizada
cabellera, botas altas y un poncho pampa cubriendo el hombro
izquierdo. El francés se sumaba con frecuencia a beber
unas ginebras y a oír y narrar los avatares de un
día más en ese confín del mundo en
América. Lo había contratado el ministro Alsina, al
que conoció en una cena en casa de alguna de las familias
distinguidas de Buenos Aires.Su conversación franca y
sencilla, su prodigiosa imaginación y sobre todo su
espíritu de aventura, convencieron al ministro de
Avellaneda de que ése era el hombre
indicado para realizar su absurda cruzada contra el indio: la
construcción de una gran fosa de cien leguas de
extensión que detuviera las incursiones de los malones que
asolaban fortines y pioneros. Partiría desde Bahía
Blanca y sería completada con la construcción de
ochenta fortificaciones. Alsina, enfermo y exaltado, deseaba
sellar con una gran obra sus funciones como
ministro de guerra" (5).

En "Unico testigo", Jorge Alberto Reale se refere a una
inmigrante: "Manón, Griseta, La Francesita, eran los
nombres de la misma mujer. Su aspecto absurdo, de melena
recortada y la cruz de su boca bien roja, acompañaban la
soledad de aquel lugar. Aquel lugar era el rincón del Bar
103. (…) Llegó a nuestro país engañada por
un paisano suyo, con la ilusión de casarse, formar un
hogar, tener hijos. Duval parecíaun buen
hombre.

En Francia, se habían conocido. Ella vivía
pobremente con la esperanza de un buen matrimonio y
cambiar de rumbo. La inestabilidad social cada vez
másaguda y el rumor de una posible guerra con Alemania, la
impulsaron a apresurar su viaje a Sudamérica. Cuando
llegó, comprobó su error tardíamente. Su
hombre cambióde actitud hacia
ella. Pasó días extraños, agónicos,
sórdidos. Sufrió hambre, vejaciones y finalmente
ante la necesidad de sobrevivir tuvo que ceder. Su fe se fue
agostando hasta llegar a secar las lágrimas de su
corazón y convertirse en una cualquiera.
¡Cómo añoraba su país! -¡Su
querido París!- ¡Su Barrio Latino! Cuando llegaban
los 14 de Julio lloraba desconsoladamente" (6).

En "Mujer de facón en la liga", escribe Edgardo
Cozarinsky: "El nombre del viejo Kutschinski era impronunciable
para nosotros; de allí derivó que a su farmacia la
llamáramos la farmacia de K. y a su hija Irene K.
Sabíamos que eran franceses, los habíamos oído
hablar francés entre ellos, aunque otros juraban que en
aquella casa hablaban una especie de dialecto alemán. Nos
desorientaba la consonancia eslava del apellido.
‘Habrán venido de Francia nomás, pero para
mí que son judíos’ murmuraba mi padre antes de
añadir, cabizbajo, ‘están en todos
lados…’ " (7).

Notas

  1. Mujica Láinez, Manuel: Misteriosa Buenos
    Aires
    . Buenos Aires, Sudamericana, 1977.
  2. Carpena, Elías: Los trotadores. Buenos
    Aires, Huemul, 1973.
  3. Pérez Zelaschi, Adolfo: "El piola", en Varios
    autores: El cuento policial. Buenos Aires, CEAL,
    1981.
  4. Varios autores: Enciclopedia Visual de la
    Argentina
    . Buenos Aires, Clarín, 2002.
  5. García, María del Carmen: Cuentos de
    criollos y de gringos
    , en colaboración con Fanny
    Fasola Castaño. Buenos Aires, Editorial Vinciguerra,
    1996.
  6. Reale, Jorge Alberto: "Unico testigo", en el
    grillo
    , Buenos Aires, N° 37, Mayo-Junio de
    2004.
  7. Cozarinsky, Edgardo: "Mujer de facón en la
    liga", en Tres fronteras. Buenos Aires, Emecé,
    2006.

En cuentos
infantiles y juveniles

Carlitos Gardel protagoniza una historia de Graciela
Beatriz Cabal, quien relata que el pequeño "se
había ido por esas calles de Dios, colgado del pescante de
algún carro lechero. Cuando aparecía de vuelta en
el conventillo, la madre lo corría por el patio, con la
chancleta en lo alto, las peinetas a medio salir y los pelos
tapándole los ojos. -¿Dónde anduviste
metido, desgraciado?- parece que quería decirle. Pero como
estaba muy enojada se lo decía en francés (idioma
rarísimo pero que era el de ella). Y entonces los vecinos,
que habían sacado las sillitas a la puerta de las piezas
para observar todo con detalle (sin intervenir porque una madre
es una madre), se quedaban en ayunas" (1).

En "El ovillo del destino", escribe Emilio Saad: "no
podía negarse que Buenos Aires progresaba. Ya tenía
ferrocarril, calles empedradas y alumbrado público. La
aduana
proveía riquezas y al puerto llegaban cada vez más
inmigrantes. Algunos llamados por el propio gobierno, como
Monsieur Duclós, el otro habitante de la casa. Un
biólogo que tenía la misión de estudiar la
flora de la provincia. Era un caballero alto y distinguido y al
hablar, apenas se notaba su acento. A Lina lo que mas le
sorprendia era su sencillez" (2).

Notas

  1. Cabal, Graciela Beatriz y Contarbio, Delia:
    Carkitos Gardel. Buenos Aires, Libros del Quirquincho,
    1991.
  2. Saad, Emilio: "El ovillo del destino", en Varios
    autores: La ultima rebelion y otros cuentos de nuestra
    historia
    . Ilustraciones: Graciela Sennes. Buenos Aires,
    Amauta, 2006. 112 paginas. (Narrativa infantil
    argentina)

En
textos escolares

Cien lecturas se titula el libro destinado a
alumnos de quinto grado, que pubicó la Editorial Guillermo
Kraft Limitada. Son sus autores José Mazzanti e I. Mario
Flores. La lectura
41 de esas cien, es "Los inmigrantes". Transcribo un fragmento de
la misma: "¿Quiénes son los que se han atrevido a
desafiar así las penurias de la travesía,
abandonando su hogar y su patria? Son los inmigrantes. A medida
que van desembarcando, les oímos hablar veinte idiomas
distintos. Ved aquel italiano, que baja, de amplio
pantalón de pana y raro sombrero; aquel español,
de chaqueta corta y ajustada; aquel alemán, rubio y
mofletudo… Y desfilan así, con sus trajes y rasgos
característicos, rusos, franceses, turcos, belgas…
ciudadanos de todos los países que vienen en procura del
pan y del bienestar que ofrece nuestro pródigo suelo a todos los
hombres de buena voluntad que deseen habitarlo".

Notas

  1. Mazzanti, José y Flores, I. Mario: "Los
    inmigrantes", en Mazzanti, José y Flores, I. Mario:
    Cien lecturas. Buenos Aires, Editorial Guillermo Kraft
    Limitada, 1956. 19° edición. 249 pp.

En
poesías

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos", Alfredo Bufano –nacido en Córcega-
canta a la inmigración francesa: "Salud, hijos de las Galias
gloriosas/ que sabéis abrir surcos y leer a Ronsard,/
hijos de aquella tierra que oyó la voz de Hugo/ y que
derrama pródiga su vasta claridad./ ¡Salud, hijos
del Arco de Triunfo, hijos magníficos/ de la
sabiduría y de la libertad!" (1).

En uno de los poemas
reunidos en Monsieur Jaquin (2), José Pedroni
evoca, a partir del relato de una colonizadora, la muerte de
Ana Esser en el litoral, al desembarcar: "Por bajar mirando al
cielo/ cayóse de la planchada/ con todo el pelo rubio,/
con toda su carne blanca./ El Paraná, boca arriba,/tres
días que la miraba,/ los ojos llenos de peces,/
ofreciéndole naranjas".

César Fernández Moreno es el autor del
poema "Argentino hasta la muerte", en el que se refiere a su
condición de descendiente de franceses: "a buenos aires la
fundaron dos veces/ a mí me fundaron dieciséis/
ustedes han visto cuántos tatarabuelos tiene uno/ yo acuso
siete españoles seis criollos y tres franceses/ el partido
termina así/ combinado hispanoargentino 13 franceses 3/
suerte que los franceses en principe son franceses/ si no
que haría yo tan español" (3).

Notas

  1. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.
  2. Pedroni, José: Hacecillo de
    Elena
    .
  3. Fernández Moreno, César: "Argentino
    hasta la muerte", en Varios autores: La poesía argentina. Buenos Aires, CEAL,
    1979.

En
letras de tangos

En ‘Griseta’ (1), tango de 1924, con
música de
Enrique Delfino y letra de José González Castillo,
se evoca a la inmigrante de ese origen:

Mezcla rara de Museta y de Mimí

con caricias de Rodolfo y de Schaunard,

era la flor de París

que un sueño de novela trajo al
arrabal…

Y en el loco divagar del cabaret,

al arrullo de algún tango
compadrón,

alentaba una ilusión:

soñaba con Des Grieux,

quería ser Manon.

Otra francesa aparece en el tango "Madame Ivonne" (2),
musicalizado por Eduardo Pereira, con letra de Enrique
Cadícamo:

Mamuasel Ivonne era una pebeta

que, en el barrio posta del viejo
Montmartre,

con su pinta brava de alegre griseta

animó las fiestas de Les Quatre
Arts.

Era la papusa del Barrio Latino

que supo a los puntos del verso inspirar…

pero fue que un día llegó un
argentino

y a la francesita la hizo suspirar.

Notas

  1. González Castillo, José: "Griseta"
    (fragmento), en www.todotango.com.
  1. Cadícamo, Enrique: "Madame Ivonne"
    (fragmento), en F. García Jiménez, H. Manzi, C.
    Castillo y otros: Tangos antología. Volumen 2.
    Selección, prólogo y notas por Idea
    Vilariño. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo,
    vol.121).

En
teatro

En ¡Al campo!, comedia en tres actos de
Nicolás Granada, aparece una modista francesa de quince
años. La joven habla castellano con dejos de
francés, como se podrá observar en estas frases:
"Pardon, monsieur, pero yo no tieng la culp…", "Merci,
monsieur… La otr companier viendrá luego a probar los
vestids de las senioras", "Sí, monsieur, los vestids de
conciert" (1).

Armando Discépolo y Rafael José De Rosa
son los autores de Mustafá. En ese sainete,
estrenado en 1921, don Gaetano destaca el clima amistoso
del conventillo, en el que viven franceses: "E lo lindo ese que
en medio de esto batifondo nel conventillo todo ese
armonía, todo se entiéndano: ruso co japonese;
francese con tedesco; italiano co africano; gallego co marrueco.
¿A qué parte del mondo se entiéndono como
acá: catalane co españole, andaluce co
madrileño, napoletano co genovese, romañolo co
calabrese? A nenguna parte. Este e no paraíso. Ese ne
jauja. ¡Ne queremo todo!" (2).

En Mishiadura & Metejón, obra teatral
con guión de Faruk y Tito Rivadeneira, "La Ñata y
Pepino viven en una pieza de conventillo. Ella ama a su hombre y
él, un vivillo mantenido, hace lo imposible para no
trabajar y a la vez demostrarle su amor. La Ñata decide
dejarlo, y un posterior encuentro los muestra en otras
condiciones. Ella es alternadora en un cabaret y Pepino ha
modificado notablemente su vida. Viste bien, maneja dinero, y
todo a causa de su proximidad con negocios no
muy santos. Una francesita, como en todo tango
característico de la época, se cruza entre ellos.
Pero la nostalgia por los años vividos los hace recuperar
los tiempos del conventillo" (3).

Notas

  1. Granada, Nicolás: ¡Al campo!, en
    Varios autores: El teatro
    argentino 3.Afirmación de la escena nativa
    . Buenos
    Aires, CEAL, 1980.
  2. Discépolo, Armando y De Rosa, Rafael:
    Mustafá, citado en Páez, Jorge: El
    conventillo
    . Buenos Aires, CEAL, 1970.
  3. Pacheco, Carlos: "Amor de milonga, tango y
    conventillo", en La Nación, Buenos Aires, 10 de octubre
    de 2004.

En
cine

Camila O’Gorman descendía de franceses e
irlandeses; su padre era Adolfo O’Gorman y Pericho de
Vendeuil. Escribe Lucía Gálvez: "En las
cercanías (de la iglesia del Socorro) vivía la
familia O’Gorman, compuesta por el padre, de origen
francoirlandés; la madre, porteña de antigua
estirpe, y seis hijos, entre los que se distinguía Camila"
(1).

En 1984 se estrenó Camila, film dirigido
por María Luisa Bemberg, que fue nominado para el Oscar de
la Academia de Artes y Ciencias de
Hollywood, como Mejor Película Extranjera. Recibió
el Premio a la Mejor Interpretación Femenina en los
Festivales de Karlovy Vary y La Habana y el Primer Premio del
Público en el Festival de Biarritz. Fue distribuido en
Chile, Uruguay,
Puerto Rico,
Colombia,
Venezuela,
España,
Nicaragua, Costa Rica,
Guatemala,
Honduras, El Salvador y Panamá,
Cuba y Toda
América.

"En una hermosa casa colonial, con fuentes y
magnolias en el jardín que mira al río, Camila
O’Gorman toca el piano. No lejos, tañen las campanas
de la Iglesia del Socorro donde oficia el presbítero
Ladislao Gutierrez. El destino teje su trama. Camila, educada
bajo las severas consignas de una familia tradicional, donde la
virginidad y el acatamiento a las virtudes domésticas es
un mandato, se enamora del joven jesuita. Con él se ha
encontrado a sí misma, se siente existir.

En la plenitud del verano porteño y con la
exaltación de sus años se atreve a seducirlo. Le
declara su amor con toda inocencia, ya que para ella el amor lo
purifica todo. Para Gutierrez, subyugado por la belleza de
Camila, en quien se unen pasión y pureza con una
inesperada sensualidad, comienza una ardua batalla interior entre
el cumplimiento de sus votos y el amor naciente. Llega a recurrir
al silicio para mortificar su cuerpo febril. Cuando finalmente,
el muchacho se entrega a esa pasión prohibida, no
dejará nunca de sentir que es un hombre caído. Un
sacerdote. Cunde el escándalo en Buenos Aires. La
hipocresía y el culto a las normas no toleran
la realidad de la fuga de ambos, símbolo de una libertad
inadmisible. Los detractores del gobierno, exiliados en Uruguay,
Chile y Bolivia, no
vacilan en utilizar a los fugitivos como prueba de la corrupción
y decadencia de la dictadura de
Rosas. Desde la prensa desatan
una campaña burlona y feroz.

En la capital
porteña, el propio padre de Camila acude al Restaurador
pidiendo el castigo de su hija y el sacerdote por cometer
‘el acto más atroz y nunca oído en el
país’. A partir de ese momento se inicia la
persecución que logra descubrirlos en una escuelita
perdida en la selva norteña. Allí, Camila y
Ladislao, protegidos bajo nombres falsos, creen haber encontrado
un refugio para amarse en libertad. Son felices y en el cuerpo de
la muchacha asoma la promesa de una nueva vida. El miedo que
creían haber dejado atrás vuelve a atraparlos. Son
descubiertos. Se los detiene, encarcela y condena. La hija de
Rosas, amiga de Camila, trata desesperadamente de ayudarlos, pero
el Restaurador de las Leyes no perdona
las transgresiones. En un frío amanecer del 18 de agosto
de 1848, Camila O’Gorman y Ladislao Gutierrez son
fusilados. Los acribillados cuerpos de los amantes logran
finalmente perpetuar el abrazo por el cual se les quitó la
vida : un mismo cajón de armamentos les sirve de
sepultura. Horas antes, el jesuita le había escrito a
quien consideraba su esposa : ‘Camila mía :Acabo de
saber que mueres conmigo. Ya que no hemos podido vivir en la
tierra unidos, nos uniremos en el cielo ante Dios. Te abraza…
Tu Gutierrez’ " (2)

Aller simple: Tres Historias del Río de la
Plata
se estrenó en video en Buenos
Aires en 1998, en el cine Cosmos.
Es una coproducción francoargentina de 1994, de 82 minutos
de duración, codirigida por los franceses Noel Burch y
Nadine Fischer y el uruguayo Nelson Scartaccini –a quien
pertenece la idea original-, presentada por la productora
Cine-ojo, de Marcelo Céspedes y Carmen
Guarini.

Acerca de este film, escribió Diego Lerer: "El
documental ficción es un registro que
pocas veces encuentra salida comercial en la Argentina. Es por
eso que el estreno en video de Aller Simple: Tres historias
del Río de la Plata
, un filme que indaga en las
peripecias de la inmigración en la Argentina y el Uruguay,
es motivo de celebración".

"Aller Simple (Pasaje de ida) elige un peculiar
sesgo narrativo para adentrarse en esta larga historia. La
cámara se planta fija en una calle cualquiera de Buenos
Aires y vemos pasar gente mientras una voz describe la dura
situación económica que atraviesa el país,
haciendo pie en el peso de la deuda externa
sobre cada uno de los argentinos. En un momento, la cámara
se detiene y quedan tres rostros, elegidos al azar, que nos
enfrentan. Dos hombres y una mujer. A partir de esas caras, la
película se adentra en las ficticias historias familiares
de cada una".

"Presuponen, los realizadores, que uno es
francés, el otro italiano y la tercera española. Y
arman mediante fotografías de época,
películas históricas del cine argentino (como
Pampa bárbara y Su mejor alumno) y material
documental antiquísimo, una suerte de rompecabezas de la
inmigración en la Argentina en el siglo que va de 1830 a
1930. Aller simple presenta, una por una, las historias
familiares. La del francés, que se convirtió en un
rico integrante de la Sociedad
Rural; el italiano, que se fue al Uruguay y le costó
levantar cabeza pese a la solidez económica comparativa de
ese país respecto del nuestro; y, por último, la
española, que se integró a la clase media
cuentapropista poniendo una carnicería".

"Si bien hay que tener en cuenta que es un material
francés y no puede dar ningún dato como presupuesto, a la
película no la favorece su excesivo didactismo y su algo
arquetípico dibujo del trío de historias
(reflejando, cada una, una diferente clase social y una distinta
extracción política). Allí donde
debería soltar la imaginación que ha puesto en la
selección del material visual, la película prefiere
ceñirse al tono educativo, casi de material
escolar".

"Pero aún así, es un material de alto
interés, que consigue amalgamar –y esto es su
mérito más interesante- las pequeñas
historias con la gran historia, las penurias económicas
individuales con los grandes eventos sociales
y políticos de ese siglo. La historia de la familia
francesa, italiana y española es modificada por acciones como
la guerra de la Triple Alianza, la Campaña del Desierto,
la llegada del radicalismo, la gran crisis del 29
y el golpe militar del ’30".

"El gran mérito del filme, sin embargo,
está en conseguir que el espectador se identifique, que
‘suspenda la incredulidad’ que propone la
ficción, cuando en realidad sólo está viendo
una narración de fotografías y textos
fílmicos ajenos y jamás accede a los rostros cuyas
historias se están contando. Acaso, porque la historia (la
pequeña) se permite jugar con la Historia (la grande) de
una manera provocadora y, por momentos, ambigua".

"Aller simple, codirigida por un uruguayo (Nelson
Scartaccini) y dos franceses (Noel Buch y Nadine Fischer), es una
presentación de la productora Cine-Ojo, de Marcelo
Céspedes y Carmen Guarini, los responsables de Jaime de
Nevares: último viaje
y La noche eterna. Y se
inscribe en la misma búsqueda social que la mayoría
de sus filmes propone: encontrar las raíces profundas de
lo que damos, cotidianamente, por supuesto. Así,
detrás de ese plano de tres rostros que cruzan una tarde
cualquiera una calle de Buenos Aires, puede esconderse la
historia de un país" (3).

Ricardo García Olivieri considera que la
película "se engalana con un portentoso trabajo de montaje
a partir de una no menos notable búsqueda de imágenes.
Entre tantos documentos, no son menos valiosas algunas ficciones
de la época de oro del cine argentino: así
Francisco Petrone en Pampa bárbara (se entera con
desagrado que debe transportar mujeres a la frontera) y
Angel Magaña en plena batalla de Curupaytí en Su
mejor alumno
. El filme va de sorpresa en sorpresa y salta
permanentemente de un personaje a otro y de época en
época. Al final, imágenes de la Buenos Aires
actual, llena de gente. El narrador dice: ‘Y allí
están los descendientes, esperando que Menem cumpla las
promesas que llevaron hasta allí a sus antepasados’.
Y, sí, hacerse la América nunca fue fácil"
(4).

Notas

  1. Gálvez, Lucía: "Grandes pasiones.
    Camila O’Gorman & Ladislao Gutiérrez. El amor
    más prohibido", en La Nación Revista, 30
    de enero de 2005. Ilustraciones de Huadi.
  1. S/F: en www.litastantic.com.ar
  2. Lerer, Diego: "Tres caras de la historia", en
    Clarín, Buenos Aires, 4 de julio de
    1998.
  3. García Olivieri, Ricardo: "Un documental de
    excepción", en Clarín, Buenos Aires, 31 de
    julio de 1997.

En
televisión

En 2006 se vio en la Argentina la miniserie Vientos
de agua
, una coproducción del canal Telecinco de
España, Pol-Ka y Cien bares (la sociedad de Campanella y
el autor Eduardo Blanco. La dirigen Juan José Campanella,
Sebastián Pivotto, Paula Hernández y Bruno Stagnaro
(1).

Sandra Russo entrevistó a Campanella: "La
coproducción argentino-española, una historia de
exilios cruzados entre inmigrantes de las primeras décadas
del siglo XX y los argentinos que huyeron en el 2001 admite,
según Campanella, una clara connotación: "Tenemos
la fantasía de ser ‘apolíticos’, pero
hacemos política permanentemente, hasta cuando miramos
televisión".(…) Cuenta Campanella que
para los trece capítulos de Vientos de agua trabajaron dos
años y medio. "Escribimos los dos primeros guiones cuatro
autores juntos: Aída (Bortnik), Juan Pablo (Domenech),
Aurea (Martínez) y yo. Fueron ocho meses. No sólo
había que recrear la génesis de los personajes,
sino el modelo de estructura
sobre el que descansaría la historia. Mucho ida y vuelta,
mucha reescritura.

El resto de los guiones se llevó adelante desde
marzo de 2004." La idea de entrecruzar a un inmigrante asturiano
analfabeto que abandona su tierra natal perseguido por la Guardia
Civil con la de su propio hijo, un arquitecto que en 2001 cruza
el Atlántico hacia España buscando cómo
rearmar su vida y mantener a su familia, se le ocurrió al
director mientras vivía en EE.UU., donde residió 18
años. "Un día, en Nueva York, me desperté a
las cinco de la mañana para leer todos los diarios
argentinos antes de ir a filmar, y pensé ‘pobre el
abuelo, que no podía hacer esto’, pero
después, destruido por la realidad argentina, me dije:
‘bueno, qué suerte que el abuelo pudo olvidarse de
todo y empezar de cero’. O sea, el desarraigo, antes y
ahora, es tremendo." Y sobre el desarraigo cabalga Vientos de
agua, porque tanto en el barco "Aquitaine", que trae al asturiano
Andrés Olalla a la Argentina, como en el piso
madrileño en el que se hospeda muchas décadas
más tarde su hijo, hay cubanos, húngaros,
franceses, italianos, gente que por un motivo u otro tuvo que
dejar su tierra y se hace mutuamente una compañía
precaria pero al mismo tiempo férrea: la
compañía que se hacen los desesperados. Allí
nacen esas amistades que se mantendrán de por vida y los
roces inevitables de los que intentan permanentemente mantener
algún tipo de equilibrio"
(2).

Notas

  1. Lamazares, Silvina: "DETRÁS DE ESCENA DE LA
    GRABACION DE ‘VIENTOS DE AGUA’ Una historia de
    inmigrantes en dos tiempos", en Clarín, Buenos
    Aires, 2 de setiembre de 2005.
  2. Russo, Sandra: "Vientos de agua", la miniserie
    dirigida por Juan Jose Campanella "Antes y ahora, el desarraigo
    es tremendo", en www.pagina12.com.ar,
    11 de Junio de 2006.

…..

Así vivieron los franceses en la Argentina. En la
opulencia o en las condiciones más precarias, con
formación académica o sin ella, se forjaron un
destino en el país que los recibió.

 

Trabajo enviado por

María González Rouco

Licenciada en Letras UBA, Periodista

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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