Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Globalización: un reto para las administraciones tributarias y aduaneras (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Mejor práctica aplicada:

La mayoría de los países ha introducido
modificaciones en el procedimiento
aduanero de exportación a través de medidas que
facilitan la operación suavizando la rigidez de los
trámites e implantando controles selectivos dirigidos a
operaciones
que puedan representar un determinado nivel de riesgo para los
intereses fiscales, o de otra clase,
protegidos por las leyes. El
conjunto de las siguientes medidas representa la mejor
práctica en cuanto a la exportación:

  • La aduana puede
    autorizar que se realice la inspección física de las
    mercancías en las instalaciones de la empresa
    exportadora, estableciendo medidas de salvaguardia para evitar
    que las mercancías puedan ser alteradas o sustituidas
    después de la inspección.
  • La aduana acepta la declaración sin exigir que
    la mercancía se encuentre dentro del recinto del puerto
    o aeropuerto.
  • Aplicación de circuitos de
    selección de declaraciones, similares a
    los de importación, basados en análisis de riesgo. La tendencia, en la
    exportación, se sitúa en torno al 5% de
    reconocimientos físicos y 80% de embarque
    inmediato.
  • Aceptación provisional de las cantidades
    declaradas, especialmente en graneles y productos
    perecederos, con el fin de permitir que el exportador pueda
    embarcar la cantidad que le convenga de acuerdo con el espacio
    disponible en el medio de transporte.
    Una vez efectuada la carga, la aduana regulariza la cantidad
    conforme al conocimiento
    de embarque emitido por el portador.

Esta flexibilización de los datos de la
declaración es preferible a la utilización del
documento denominado "orden de embarque". Mediante esta orden,
que contiene casi todos los datos de la declaración de
exportación, la aduana autoriza el embarque de la cantidad
de mercancía declarada en la orden de embarque con
obligación de que, dentro de un plazo establecido, el
exportador presente declaración aduanera con los datos
definitivos. Esta es una práctica alternativa de segunda
clase pero no es la mejor práctica porque, aunque
también agiliza el embarque, obliga a la aduana y a los
exportadores a realizar un doble trámite y sus ventajas se
pueden conseguir más fácilmente dando carácter provisional a ciertos datos de la
declaración (cantidad de producto).

III.3.3 La Información en las Aduanas.

La información tiende a convertirse, si no lo es
ya, en el corazón de
la aduana. La función
informativa de las aduanas tiene, al menos, tres aspectos: la
obtención de la información, el uso que hace de
ella y la provisión de información a los
interesados, especialmente a los operadores
comerciales.

Incluimos aquí las mejores prácticas
relacionadas con dos de estos aspectos: la forma en que la aduana
recibe la información y la manera en que la provee a los
operadores y al público en general. El primero se refiere
a la transmisión electrónica de datos y documentos, y el
segundo al conjunto de información que los operadores
necesitan para cumplir mejor, o más fácilmente, sus
obligaciones
(normas,
criterios, procedimientos,
etc.).

III.3.3.1 La transmisión electrónica de
datos:

Las legislaciones más recientes, como las de
Costa Rica y
Perú, junto con las modificaciones introducidas en otras
como las de Bahamas y Chile, permiten la posibilidad de que las
declaraciones y otros datos puedan ser enviados y procesados por
las aduanas a través de medios
electrónicos.

No obstante de las restricciones derivadas del
estado de la
tecnología
y de los recursos
disponibles, las administraciones aduaneras y los gobiernos
expresan cierta cautela a-nte los eventuales riesgos de que
la información transmitida pueda ser interceptada o
modificada por terceras personas. Con todo, la objeción
más fuerte al uso de la electrónica para el
envío de información se refiere al campo legal, en
la medida en que las legislaciones no permiten la
sustitución del documento escrito por la
información electrónica y, sobre todo, la
sustitución de la firma autógrafa por un simple
código.
Esta limitación afecta directamente al sistema de
responsabilidades derivadas de la firma y a sus efectos
probatorios.

Mejores prácticas aplicadas:

Chile puso en marcha, en febrero de 1997, un sistema
para el envío electrónico de las declaraciones
utilizando el sistema UN/EDIFACT y redes de valor agregado
nacional (VAN). El agente o Despachante de Aduanas se conecta a
una de las VAN y envía sus declaraciones de
importación desde su oficina a las
casillas del Servicio
Nacional de Aduanas que las retira periódicamente, las
procesa, las valida o rechaza y devuelve a los agentes el
resultado de la validación.

Es cierto que una gran parte de los países
está utilizando los sistemas
electrónicos para la recepción de los datos de las
declaraciones en la aduana mediante la conexión de agentes
despachantes al sistema informático de la aduana. Lo que
diferencia a Chile del resto, en este punto, es que utiliza
el lenguaje
codificado EDIFACT/CUSDEC (Customs Declaration) que garantiza la
uniformidad de los datos y la seguridad de la
información.

El segundo país que dio un paso importanmte fue
Brasil con la
supresión del formulario "papel" de la declaración
desde el momento en que no es necesario presentar a la aduana ni
la declaración "escrita" ni los documentos que soportan
los datos declarados (factura
comercial, conocimiento de embarque, etc.).

Perú utiliza también EDIFACT para que los
navieros y otros transportistas envíen datos de los
manifiestos con anticipación a la llegada del medio de
transporte. El código utilizado, en este caso, es IFTMCS
utilizando el sistema EDI (Electronic Data
Interchangel).

En la Argentina se implementó el sistema
informático María (SIM), basado en el sistema
Francés Sofía, que utiliza el Sistema Operativo
UNIX y
Base de Datos
Oracle. El SIM
fue muy cuestionado en sus comienzos y recién a partir del
año 1999 se ha instalado en casi todas las aduanas del
país; no obstante, a pesar de que es un sistema
informático, el despachante de Aduanas desde su oficina
imprime el formulario

OM 1993 SIM con la declaración de la
mercancía y junto a la documentación complementaria lo presenta a
la Aduana para la prosecución del trámite
respectivo.

III.3.3.2 El acceso a la
información:

En una encuesta
realizada por el banco
Interamericano de Desarrollo
(BID), en 1996, el 75% de los países respondieron que los
criterios utilizados por la aduana, especialmente en materia de
clasificación arancelaria y valoración,
están disponibles para el público por escrito.
Igualmente, las normas que regulan los procedimientos aduaneros
también están disponibles para el
público.

Sin poner en duda la veracidad de las respuestas, nos
atrevemos a decir que esto es verdad, pero no toda la verdad. Las
normas generales que regulan los procedimientos y las reglas de
clasificación arancelaria y de valoración tienen
que ser publicadas en las gacetas oficiales y, en ese sentido,
están disponibles para el público. Pero existe una
serie de criterios y resoluciones, muchas veces internas, que ni
siquiera son conocidas en todas las oficinas de las aduanas;
existen procedimientos específicos y diferenciados, de
aplicación local, y que no siempre tienen la publicidad ni la
difusión de las normas generales y que, sin embargo,
deciden el desarrollo de los procedimientos de las operaciones
diarias.

La aduana de Perú ha creado una oficina de
atención al público en la que puede
efectuarse toda clase de consultas sobre asuntos particulares de
los interesados o sobre temas generales como los requerimientos
para realizar una determinada operación. La aduana
generalmente contesta en el acto o, si no tiene una respuesta
inmediata, envía la respuesta por correo y/o por teléfono u otros medios.

En forma complementaria, para cubrir otro tipo de
demandas y de público, la aduana de Perú
creó en 1996 su página WEB en Internet (WWW.
aduanas.gob.pe) en la que puede encontrarse información
general sobre la aduana, los procedimientos de importación
y exportación, la recaudación y estadísticas actualizadas sobre comercio
exterior.

En 1997, Costa Rica ha creado una interesante página web
()
en la que se puede encontrar información sobre las normas
básicas aplicables, el Arancel centroamericano y las
tarifas aplicables, los procedimientos operativos, las
declaraciones de importación, estadísticas y
algunos indicadores de
gestión. Los datos de la declaración relativos
al importador se mantienen protegidos y codificados de manera que
las autoridades habilitadas pueden identificar al importador al
que pertenecen. Hay información concreta de cada aduana
con el nombre del Administrador y
teléfono de contacto. Desde la página se pueden
establecer conexiones con otros organismos nacionales (DG de
Tributación Directa, Banco Central) e internacionales
(BCIE, OMA, BID). La Argentina con la creación de la AFIP
(fusión
de la
Administración Nacional de Aduanas y la Dirección General de Impositiva a partir de
1996), ha creado una página WEB en Internet (http:www.AFIP.GOV.AR).

III.3.4 La integridad de los funcionarios de
Aduanas

La mayor parte de los cambios introducidos por la
reforma aduanera tienden a mejorar, en cierta medida, la
integridad del comportamiento
de los funcionarios de las administraciones de aduanas. Chile,
Perú, México y
Costa Rica han adoptado una serie de medidas que contribuyen a
eliminar o al menos reducir la corrupción.

A veces no es un verdadero programa de
integridad, pero contiene elementos valiosos para conseguir el
mismo objetivo.
Estas son algunas de las medidas adoptadas:

  • Ordenamiento y clarificación de las normas
    tributarias aduaneras y reducción de los aranceles.
    La eliminación de interpretaciones ambiguas suprime las
    oportunidades de negociación; una tarifa menos dispersa y
    con impuestos
    más bajos reduce las oportunidades y el incentivo el
    fraude.
  • Simplificación, automatización y publicidad de los
    procedimientos con el fin de facilitar su conocimiento por los
    operadores y suprimir así la discrecionalidad de su
    aplicación por parte de los funcionarios.
  • Profesionalización de los recursos
    humanos. Esto incluye el mejoramiento de los conocimientos
    técnicos, una estabilidad razonable en el empleo y un
    nivel de retribuciones digno y acorde con las responsabilidades
    de cada puesto de trabajo.
  • Establecimiento de un sistema de seguimiento y de
    auditoría
    interna apoyado en sistemas automatizados de control de
    gestión que proporcione información de las
    oficinas y los empleados que puedan desviarse en la
    aplicación de los procedimientos y las
    normas.
  • Aplicación efectiva de las sanciones previstas
    en las leyes cuando se descubren casos de corrupción.

Para que este conjunto de medidas funcione en la
dirección correcta sería muy útil que se den
ciertas condiciones tales como:

  • que exista un compromiso serio, al más alto
    nivel, para respaldar las medidas que haya que adoptar en
    casos de corrupción. Obviamente, el comportamiento de
    los jefes es esencial para la eficacia de
    las medidas que desean implantar.
  • un poder judicial
    independiente y honesto que respalde los dispositivos
    legales.
  • colaboración de los operadores comerciales
    para no participar en forma activa o pasiva en prácticas
    ilícitas.
  • medios de comunicación comprometidos con la
    formación de una opinión social favorable a la
    lucha contra la corrupción.

III.4 EL FUTURO DE LAS ADUANAS

Hemos visto en el capítulo anterior que los
programas de
reforma y modernización de las aduanas de América
Latina y el Caribe incluyeron, en mayor o menor medida,
algunas de las recomendaciones contenidas en la
Declaración de Columbus. No existió un Plan
Estratégico, especialmente en los comienzos, sino que
se fueron abordando e implementando a medida que las condiciones
del país y de la aduana permitían atender las
demandas de los sectores del comercio.

Sin embargo, algunas de las recomendaciones han quedado
al margen o han sido abordadas con timidez. Este es el caso de la
cooperación con los operadores comerciales, la gestión
del riesgo, la coordinación de los organismos
públicos que intervienen en las operaciones de comercio
exterior y, en cierto modo, los programas de
integridad.

Es preciso salir del ámbito latinoamericano y del
Caribe para ver cómo otros países han asumido estas
recomendaciones y las han incluido en sus programas de
readaptación de las aduanas al nuevo entorno. En parte, se
trata de los primeros pasos que conducirán a lo que
será el futuro inmediato de las aduanas; por tanto, no hay
nada definido sino que están abiertas todas las opciones.
Cada país tendrá que decidir sus propias pautas de
trabajo para cumplir con sus fines y poner a su sector privado en
condiciones no menos favorables que las de sus competidores en
cualquier lugar del mundo.

Las mejores prácticas citadas en el
capítulo anterior no son casos aislados sino que son las
más sobresalientes entre un amplio número de
países que ya las han introducido en sus administraciones
aduaneras. Esto significa que, en términos generales, se
han mejorado los procedimientos aduaneros en la región y
se han ampliado considerablemente las facilidades a los
importadores y exportadores de cada país.

III.4.1 Las demandas del sector
privado

No obstante el avance registrado, la situación
dista mucho de ser perfecta y es natural que continúen las
demandas del sector privado para que las aduanas aumenten sus
estándares en cuanto a facilitación, eficiencia e
integridad. Para que las respuestas a estas demandas encuentren
una formulación precisa y, sobre todo, para que puedan
ponerse en práctica, se necesita un buen clima de diálogo
entre las partes interesadas y la sensibilidad adecuada por parte
de la aduana. Es en los países desarrollados donde, hasta
ahora, se ha encontrado el ambiente
más propicio para iniciar este diálogo porque
existía, entre otros motivos una menor desconfianza y
crispación entre la aduana y los operadores
comerciales.

Así mismo, las entidades que representan a los
sectores públicos o privados han hecho llegar
también sus planteamientos a la
Organización Mundial de Aduanas y a los gobiernos. En
consecuencia el resultado es que las aduanas hoy conocen, por un
camino u otro, lo que quiere y necesita el sector privado y, en
gran parte, están dispuestas a hacer los cambios
necesarios para atender estas demandas o, cuando menos,
discutirlas abiertamente.

De acuerdo con las peticiones más frecuentemente
reiteradas por representantes de los operadores comerciales a la
aduana, ellos necesitan contar con un servicio oportuno,
eficiente y acorde con las necesidades del cliente, lo que
significa:

  • El flujo ininterrumpido de mercancías, con
    servicios
    funcionando las 24hs.
  • Tener un acceso fácil a este servicio con
    funcionarios aduaneros plenamente dedicados a su
    trabajo.
  • Trabajar con procedimientos sencillos, eficientes y,
    en la medida de lo posible, similares a los utilizados por el
    sector privado.
  • Recibir un trato diferenciado de acuerdo con el
    volumen del
    negocio o las características de éste y con el
    comportamiento del operador: los clientes
    importantes o especiales, con buen historial de cumplimiento,
    deberían disponer de procedimientos y/o circuitos
    más expeditivos.
  • La asociación "Internacional Express
    Carrier’s Conference", representante de las empresas
    "couriers", insiste constantemente en que las aduanas deben
    habilitar procedimientos que se ajusten a las
    características de la mensajería rápida.
    Además, estos procedimientos deberían armonizarse
    para que el tratamiento sea similar en cualquier
    país.
  • Las multinacionales piden a las aduanas que
    modifiquen el tratamiento de sus operaciones. Por una parte,
    quieren que las aduanas consideren las transferencias internas
    como una sola operación aunque se realice entre dos
    países sin obligarles a emitir una factura para la
    exportación y otra para la importación. Por otra,
    las multinacionales de la Unión
    Europea, han planteado recientemente que los despachos de
    importación (declaración y pago) se realicen en
    la aduana del país en que radica la firma aunque las
    mercancías entren por cualquier otro país de la
    Unión.

El planteamiento, netamente federalista, desborda
claramente el ámbito aduanero por las implicaciones que
tiene en otras áreas. En organizaciones
políticas de carácter federal, este
planteamiento no tiene implicaciones fiscales pero significa un
nuevo reparto del trabajo que asignaría al país de
entrada de las mercancías los servicios menos
especializados o que producen externalidades negativas
(transporte, almacenamiento)
mientras que el país donde radica la multinacional se
reserva los servicios de carácter financiero.

Al mencionar a las multinacionales no se puede perder de
vista que más de 2/3 de las transacciones mundiales de
bienes
corresponden a transferencias internas o a operaciones entre
empresas transnacionales.

III.4.2 Respuestas de las Aduanas.

No es fácil, en un trabajo de extensión
limitada, tratar de recoger las diversas acciones de
las aduanas ante cada una de estas peticiones, teniendo
además en cuenta los distintos matices con que, en cada
país, han sido formuladas. Por este motivo y para
facilitar la comprensión de los cambios que tales
respuestas implican, se ha acotado el terreno y presentamos en
dos grupos,
según la profundidad y la extensión de los cambios.
En cada uno de estos grupos se hemos seleccionado tres
respuestas, que consideramos representativas de las "reacciones"
de las aduanas.

En ambos grupos, incluimos respuestas que trascienden el
ámbito propio de la administración aduanera y que requieren
decisiones coordinadas con otros órganos o agencias del
gobierno o que
respondan a planteamientos más amplios que afectan a la
administración tributaria en su conjunto.
En el primer grupo, la
coordinación de los organismos que intervienen en las
operaciones aduaneras es un ejemplo de esta clase de respuestas y
en el segundo, la solución a la necesidad de mayor
autonomía de las aduanas, sea como entidad independiente o
integrada con la administración de los tributos
internos.

III.4.2.1 Cambios específicos:

Se trata de soluciones concretas ofrecidas por las
aduanas de algunos países a problemas puntuales pero que,
a su vez, son comunes a muchos países. Ni el hecho de que
todavía no sean soluciones generalizadas ni el que sean
respuestas específicas les restan importancia en
comparación con los cambios de mayor impacto, analizados
en el segundo grupo, que afectan a la organización misma de las aduanas y al
manejo general de las operaciones y de los recursos.

III.4.2.1.1 Los couriers;

La participación de estas empresas en el
transporte internacional es, en conjunto, relativamente
pequeña. Sin embargo, las características de las
mercancías que transportan y el carácter urgente de
los envíos hacen que éstos hayan demandado a las
aduanas la aplicación de procedimientos más
sencillos y rápidos.

Sin perjuicio de los acuerdos logrados entre las
compañías, en conjunto o por separado y las aduanas
de los diferentes países interesa destacar aquí el
hecho de que se está trabajando a nivel regional para
implantar procedimientos ágiles y armonizados. Así,
las aduanas de América
latina han aprobado un Reglamento común para el despacho
de los "envíos y encomiendas" que transportan estas
empresas. El Reglamento incorpora facilidades otorgadas
previamente por países de mayor desarrollo y con un mayor
tráfico transportado por los "couriers".

El rasgo más destacado de estos acuerdos es que
las empresas de mensajería se convierten en un nuevo
"auxiliar " o colaborador de la aduana en el mismo sentido que
los Agentes o Despachantes de Aduanas. Son tan responsables como
éstas ante la aduana de las declaraciones que presenten y
del pago de los derechos e impuestos que
correspondan a los documentos y encomiendas transportados. Pero
presentan una diferencia notable y es que integran en una sola
figura las funciones,
derechos y responsabilidades que, por separado, tienen los
Agentes de Aduanas y los transportistas; su función va
más allá, incluso, del simple traslado puesto que
realizan por sí mismos el transporte y, además,
presentan las declaraciones directamente a la aduana.

Las empresas han elaborado sus propios programas
informáticos, sujetos a validación previa por las
aduanas, que les permiten utilizar los datos obtenidos de sus
propios sistemas
contables y de facturación. De esta manera, se
facilita el trabajo de
la empresa y los
datos resultan más confiables para la aduana, que permite
la retirada inmediata de los envíos en la medida en que
cumplan con las condiciones establecidas en el reglamento de
"couriers".

III.4.2.1.2 La coordinación de otros
organismos;

Además de la aduana, en las operaciones de
comercio exterior intervienen, según la naturaleza de
la mercancía, un amplio grupo de Organismos, Ministerios o
Agencias que controlan la calidad, cantidad
o, en general, el cumplimiento de ciertos requisitos.

En algunos casos, las mercancías son sometidas a
tres análisis similares por tres organismos distintos con
el consiguiente costo y las
demoras en la liberación de las mercancías. Es
necesario que los Gobiernos adopten las medidas pertinentes para
eliminar estas demoras en los trámites y el consecuente
costo de las operaciones y que, en definitiva, estas entidades se
acomoden a las nuevas demandas del comercio
internacional.

Se han hecho intentos de coordinación a
través de las denominadas "ventanillas únicas" que,
en general, se han limitado a la exportación solamente y
no han pasado de situar en el mismo edificio las distintas
ventanillas ante las cuales los exportadores tiene que agilizar
sus trámites. La principal dificultad para coordinar sus
actuaciones con las de la aduana no es de carácter
técnico sino, más bien, sociopolítico. El
"celo profesional" de los funcionarios de estos Organismos y la
negativa de los Ministerios de los que dependen a ceder parcelas
de actividad o poder, son los
principales obstáculos.

La OMA, en la declaración de Columbus,
recomendó a los Gobiernos que hicieran los esfuerzos
necesarios para coordinar las diferentes entidades y la aduana o
para dar competencias y
proveer expertos a la aduana para que, juntamente con los
trámites aduaneros, realicen los que corresponden al resto
de las intervenciones. Canadá y Australia son ejemplos de
cada una de estas alternativas.

Canadá a puesto en funcionamiento un sistema de
comunicación electrónica con el Ministerio de
Foreign Affairs and International Trade (FAIT) que emite
los permisos de importación cuando son exigibles y los
envía electrónicamente al sistema de la aduana para
que realice el despacho de las mercancías.

De forma similar, en 1997, la aduana se ha conectado con
la Canadian Food Inspection Agency (CFIA) encargada del
control de los
productos agrícolas, utilizando el intercambio
electrónico de datos; de esta manera se evita el
envío de papeles y se reduce notablemente el tiempo para
los trámites de importación y exportación.
La coordinación con CFIA se ha tomado como modelo para
próximos acuerdos con otros Organismos del Gobierno que
también intervienen en las operaciones de comercio
exterior, tales como salud, industria,
pesca,
recursos
naturales y medio
ambiente, estadísticas, etc.

Australia ha optado por la solución alternativa
de integrar los servicios que

tienen que ver con el comercio exterior en el
ámbito de la aduana. Obviamente, no significa que asuma
las competencias en materia de salud, agricultura,
etc. que siguen asignadas a los correspondientes Ministerios; en
la aduana se han puesto los recursos humanos y las competencias
suficientes para poder prestar los servicios y ejercer los
controles establecidos sobre determinadas operaciones de comercio
exterior en un único lugar y en una misma
actuación.

III.4.2.1.3 Los importadores
habituales:

Si bien es cierto que la mayoría de los
importadores son habituales en la medida en que la
importación es una parte o el todo de su negocio, nos
referimos aquí a aquellos que realizan operaciones
repetidas con un reducido número de mercancías; es
decir, se trata de importadores "frecuentes" de los mismos
productos. Cuando, además, estos importadores cumplen sus
obligaciones correctamente y los bienes que importan ofrecen
escaso riesgo, las aduanas de algunos países han
establecido un tratamiento especial para aligerar la
disponibilidad de las mercancías y ahorrar recursos
aduaneros para dedicarse a operaciones que puedan necesitar un
examen más minucioso.

Vale la pena mencionar dos sistemas diferentes pero que
significan importantes facilidades a los importadores que
reúnen los requisitos mencionados: 1).- el sistema de
levante rápido para importadores frecuentes implantado por
Canadá bajo las siglas FIRST (frecuent importers
release system
) y 2).- el despacho en la empresa o
factoría que España
habilitó a comienzos de los ’70 y Colombia lo
implantó en 1992 para empresas por encima de un nivel
mínimo de importaciones.

El esquema de funcionamiento de ambos programas se puede
resumir en los siguientes pasos:

  • first:

1º- El importador frecuente solicita a Revenue
Canada
(RC) los beneficios de FIRST; el expedidor (exportador
o embarcador) y el transportista tienen que estar de acuerdo para
participar en este sistema; el importador declara los productos a
importar descritos como aparecerán en la factura, la
partida arancelaria y el vendedor. Si RC autoriza la solicitud le
asigna un número de usuario.

2º- El expedidor debe preparar los documentos que
incluye el formulario especial FIRST y las facturas; el
transportista lo tiene que presentar a la aduana al entrar en
Canadá.

3º- Los números que identifican al
importador y la transacción están codificados y la
aduana los introduce en el sistema automatizado que puede
autorizar la entrada inmediata o someter la expedición al
procedimiento normal del despacho.

4º- Revenue Canada confirma la
autorización de levante al día hábil
siguiente; en el mismo plazo, el importador debe enviar a la
aduana la declaración (Formulario B3) y la
documentación de soporte en los plazos establecidos
(Memorandum
D17-1-5).

  • Despacho en factoría:

1º- La empresa importadora solicita el
régimen a la aduana aportando una relación de los
productos que importa, su descripción, número de referencia o
identificación interna de la empresa y partida
arancelaria.

2º- Las mercancías pueden llegar
directamente a los locales de la empresa o en tránsito
interno desde el puerto o aeropuerto de entrada. La empresa debe
comunicar a la aduana, inmediatamente, la llegada de las
mercancías a sus locales y enviar la factura por fax.

3º- Si en el plazo establecido (2 horas) la aduana
no ha comunicado su intención de verificar la carga y/o
las mercancías, la empresa puede disponer de ellas
libremente.

4º- El importador presenta mensualmente una
declaración que consolida todas las transacciones
realizadas en el período, liquida los derechos e impuestos
y los paga. Entre tanto, las cantidades pendientes de pago han
estado aseguradas con la correspondiente garantía bancaria
del importador.

Ambos procedimientos son indudablemente facilitadores
pero el "despacho en factoría" es más liberal en
cuanto que permite la llegada directa de las mercancías a
las instalaciones de la empresa y, además, requiere que la
aduana actúe con diligencia y, si no lo hace, su silencio
se interpreta en forma positiva como autorización de
levante.

Ambos tienen algunas restricciones lógicas tales
como el buen comportamiento del importador en el cumplimiento de
sus obligaciones, el tratarse de un número limitado de
productos cuya importación se repite con frecuencia y
normalmente vendidos por los mismos exportadores o
expedidores.

III.4.2.2 cambios estructurales:

Se consideran, en este grupo, aquellos cambios
introducidos por las aduanas de algunos países que afectan
profundamente a los planteamientos tradicionales e incluso
implican modificaciones en su organización o en la forma
en que las aduanas han afrontado las operaciones aduaneras.
Implican, por una parte, un cambio radical
en la actitud hacia
los operadores económicos y, por otra, una respuesta al
desafío de tener que atender volúmenes crecientes
de comercio exterior con los mismos recursos o, a veces, con
menores recursos, como consecuencia de la reducción del
tamaño del Estado.

Los tres ejemplos que se presentan a continuación
tienen que ver con la búsqueda de la eficiencia en la
asignación de los recursos disponibles, tratando de
maximizar los resultados o de enfocarlos hacia sectores o
actividades prioritarios.

III.4.2.2.1 La co-responsabilidad:

Las leyes aduaneras establecen ciertas obligaciones a
cargo de los importadores, exportadores, transportistas, agentes,
etc. Es indudable que éstos son los sujetos pasivos y, por
tanto, los principales obligados al cumplimiento de los deberes
formales y/o sustantivos. A la aduana corresponde velar para que
esas obligaciones se cumplan de la manera que señalan las
leyes o los reglamentos. En este sentido, hay una
co-responsabilidad de la aduana con los operadores comerciales en
el cumplimiento de las obligaciones relacionadas con el comercio
exterior.

Esta responsabilidad compartida se ha traducido, en el
pasado, en una actitud policial de la aduana, empeñada en
sorprender flagrantes infracciones de los operadores. Sin
embargo, algunos países han empezado a modificar la
posición de sus aduanas por actitudes de
cooperación con los importadores y
exportadores.

Uno de los ejemplos más significativos es el de
la aduana de los Estados Unidos.
El preámbulo de la Ley de
Modernización de la Aduana, de 1993, acogió el
concepto de
"Informed compliance", que podríamos traducir como
cumplimiento asistido, informado y que impone a la aduana el
deber de asegurarse de que los importadores cuentan con la
información necesaria y actúan con la debida
diligencia cuando realizan sus operaciones. Esto tiene
implicaciones concretas que han conducido al rediseño de
los procedimientos y a la elaboración de planes para
mejorar el cumplimiento voluntario de los
importadores.

En la nueva actitud de la aduana todos los conceptos
mencionados están interrelacionados para conseguir
la meta
común de elevar el nivel de cumplimiento voluntario que es
menos costoso para los operadores y para la aduana. De
allí el interés de
la aduana en que los operadores pongan en práctica medidas
que demuestren su intención de cumplir. La aduana
considerará estas medidas como "diligencia" en el
cumplimiento de las obligaciones y, en caso de que produzcan
errores o fallos, las consecuencias serán muy diferentes
de las que tendrán esos mismos fallos cuando el operador
no hubiera optado por las medidas que indiquen su deseo de
cumplir.

En el primer caso, la aduana proveerá
asesoría y capacitación para ayudar a la empresa a
mejorar su comportamiento y evitar los fallos en el futuro; en el
segundo, las medidas son más duras ("enforcement")
y van desde la investigación a las multas y el comiso de
las mercancías.

Desde la perspectiva de la co-responsabilidad, tanto la
aduana como los importadores deben llevar a cabo determinadas
acciones de carácter general que están relacionadas
entre sí, como se ve en el siguiente cuadro:

RESPONSABILIDAD DE LOS
OPERADORES

RESPONSABILIDAD DE LA
ADUANA

Usar la información que la aduana ofrece
en sus programas de información básica o
especializada.

Ofrecer la información básica y
especializada necesaria para cumplir las
obligaciones.

Establecer controles internos sobre las
operaciones aduaneras.

Medir el nivel de cumplimiento y la existencia
de mecanismos que aseguran la correcta declaración
de las operaciones.

Asegurarse de que el personal que realiza las operaciones
aduaneras está debidamente entrenado.

Ofrecer programas de entrenamiento sobre responsabilidades
derivadas de la Ley de Modernización de la
aduana.

Colaborar con la aduana para desarrollar
programas de cumplimiento asistido.

Realizar seminarios para mejorar los
conocimientos técnicos de los
funcionarios.

Pedir aclaración a la aduana cuando sus
requisitos o normas no se entiendan.

Contestar las consultas recibidas especialmente
las de carácter vinculante.

Además de estas actuaciones responsables de ambas
partes, la aduana ha desarrollado una estrategia
interesante para asignar los escasos recursos de la manera
más eficiente. El punto de partida es la
constatación de que un número relativamente
pequeño realiza la mayor parte de las importaciones de los
Estados Unidos: 350 empresas realizan más del 50% de las
importaciones y los 1000 importadores más grandes cubren
el 61%. Por tanto, se puede conseguir un buen impacto
concentrando los esfuerzos en estas empresas sin aumentar de
manera significativa los recursos.

Adicionalmente, la aduana americana ha utilizado tres
criterios para identificar las mercancías que merecen una
atención prioritaria: su impacto en la seguridad o en el
bienestar económico, el nivel de cumplimiento o correcta
declaración del sector analizado y su peso en el total de
las importaciones. La combinación de estos criterios
permitió identificar ocho sectores de atención
preferente que incluyen, entre otros, el acero,
automóviles, textiles y calzado, electrónica y
agricultura.

De acuerdo con su participación en las
operaciones de importación, la aduana agrupa las empresas
en grandes, medianos y pequeños importadores, con un
tratamiento diferente para cada nivel.

A cada uno de los grandes importadores, empezando por
los sectores prioritarios, la aduana le asigna a nivel nacional
un "Gerente" que
es responsable de facilitar a la empresa el cumplimiento de sus
obligaciones con las leyes aduaneras y de comercio. Esta es la
persona de
contacto entre la empresa y la aduana, cuenta con toda la
información general y específica relacionada con
las operaciones de la empresa y cuenta con los especialistas
locales y nacionales en cada materia (valoración,
clasificación, origen, etc.) para apoyar las actividades
de la empresa relacionadas con la importación.

La empresa cuenta, además, con la facilidad de
formular periódicamente sus declaraciones y el pago de los
derechos e impuestos. Se pasa así de un análisis
individualizado de cada operación de importación a
un enfoque global de todas las importaciones en un período
determinado. Para asegurarse del cumplimiento estimado, la aduana
verifica la existencia de mecanismos en la empresa que garanticen
el cumplimiento de sus obligaciones en forma correcta y oportuna.
Si el Gerente aduanero considera que no existen tales mecanismos,
propone a la empresa la adopción
de las medidas oportunas para la implementación de los
mecanismos adecuados.

Los medianos importadores son asistidos por personal de
las aduanas de entrada en coordinación con el nivel
central que les proporciona toda la información necesaria
para apoyar a las empresas y, además, informes sobre
las operaciones de la empresa en otros puertos o aeropuertos.
También en este grupo de importadores, la actividad de la
empresa se analiza en conjunto en lugar de cada una de las
importaciones por separado.

Por último, el grupo de pequeños
importadores cuenta también con el apoyo necesario para
ayudarle al cumplimiento de sus obligaciones, pero el control se
ejerce sobre cada una de las importaciones.

Es obvio que la aplicación de esta nueva
estrategia requiere ser apoyada por abundante y actualizada
información para la toma de
decisiones sobre el tratamiento aplicable y para justificar
por qué unas empresas pueden ver sometidas sus operaciones
a exámenes sistemáticos mientras que otras
sólo esporádicamente son objeto de
inspección.

III.4.2.2.2 La gestión del
riesgo:

Dentro de la modernización de las aduanas, como
hemos visto, hay una estrategia imprescindible para asignar los
escasos recursos de la forma más eficiente: analizar las
situaciones e identificar aquéllas en que la presencia de
la aduana es necesaria o puede producir un rendimiento más
beneficioso para la comunidad. Los
criterios que se utilicen para el análisis e
identificación de estas situaciones dependerá de
las circunstancias de cada país, incluso de cada
región dentro de un país, según las
características de su comercio y de los países de
su entorno, de la escala de
valores de la
sociedad a la
que sirva, etc.

Esta metodología se conoce como análisis
de riesgos y se sustenta en varios principios: la
aceptación de la imposibilidad material de examinar
minuciosamente cada una de las operaciones, la creencia en la
buena fe de los operadores y en el hecho constatado de que un
alto porcentaje de las operaciones son correctas, la necesidad de
evitar costos
innecesarios a los contribuyentes cumplidores y la utilidad de
dedicar los recursos disponibles para evitar que los no
cumplidores perjudiquen los intereses fiscales,
económicos, la salud y la seguridad de los
ciudadanos.

Además de los principios, el análisis de
riesgo necesita un gran volumen de información sobre las
operaciones de importación, el comportamiento de los
importadores, los hábitos de consumo de la
población, la desviación de las
tendencias del comercio de importación, etc. Esta
información debe estar disponible en forma inmediata y la
aduana tiene que contar con la capacidad, la metodología y
las herramientas
adecuadas para procesarla.

Mientras que en muchos países el análisis
de riesgo se aplica para determinar las

operaciones a fiscalizar por la aduana en el punto de
introducción al país, Canadá
ha desarrollado todo un sistema de gestión de
riesgos que abarca otras áreas de la administración
pública más allá de la aduana. Partiendo
de las directrices sobre manejo de riesgos, emanadas del
Treasury Board y de la Canadian Standard
Association
así como la experiencia del Servicio
Público de Australia, Revenue Canadá ha elaborado
un documento para la aplicación de estas ideas en la
actuación de las aduanas.

Desde el punto de vista de la aduana es riesgo la
posibilidad de que suceda algo que afecte negativamente a la
observancia de las leyes aduaneras; y la gestión del
riesgo es un método
sistemático para identificar, evaluar y controlar los
eventuales sucesos negativos y sus consecuencias, de manera que
la aduana pueda cumplir sus deberes legales combinando la
facilitación y las medidas coercitivas. Como en todos los
riesgos, se pueden distinguir tres aspectos: la probabilidad de
que ocurra, la magnitud del impacto y el daño
que puede causar a la organización.

El proceso de
gestión de riesgo incluye varias fases:

  • La identificación de las áreas que
    pueden representar un peligro

para los objetivos
del gobierno y, en particular, de la aduana, utilizando
diversas herramientas las tendencias de la economía, la
información y las denuncias de los directamente
afectados o la realización de auditorías, inspecciones físicas,
etc.

  • La determinación o evaluación de la gravedad del impacto
    que, de ocurrir el riesgo, producirá en los objetivos
    socioeconómicos de la política del
    gobierno o en los objetivos de la aduana;
  • La búsqueda de soluciones a la amenaza del
    riesgo, teniendo en cuenta la capacidad de respuesta de la
    aduana;
  • Definición de indicadores
    que permitan medir el éxito
    de las medidas adoptadas y;
  • Evaluación y análisis periódicos
    del proceso para ver si las soluciones son adecuadas: la
    gravedad asignada al impacto sigue siendo válida, se
    alcanzan los objetivos o se identifican nuevos problemas. Todas
    estas fases deben estar presentes tanto en el nivel
    estratégico como en el ejecutivo y
    operativo.

La gestión del riesgo, como método para
mejorar el cumplimiento voluntario de los operadores comerciales,
no se queda solamente en el nivel conceptual, sino que se aplica
a aspectos concretos del trabajo de las oficinas aduaneras. Un
ejemplo de esta aplicación es el proceso
("targeting") para identificar un importador, exportador,
transportista o una mercancía o un viajero que llega o
sale de Canadá y sobre los cuales se van a realizar
reconocimientos, comprobaciones u otro tipo de
inspecciones.

Estos "blancos" se utilizan tanto en las operaciones
comerciales como en el régimen de viajeros.
Básicamente, el perfil del blanco u objeto se define
utilizando entre uno y ocho elementos que se refieren al medio de
transporte, fecha de partida o llegada, cantidad y valor de la
mercancía, país de origen, partida arancelaria,
etc. Por cada uno de los ocho elementos se pueden seleccionar
hasta doce opciones que pueden ser países, fechas, rangos
de valor o de partidas arancelarias. Por ejemplo, para el
elemento país de origen se pueden marcar los
códigos correspondientes hasta 12 países de manera
que las mercancías o personas originarias de cualquiera de
ellos serán objeto de una revisión especial por
parte de la aduana. Los objetivos así definidos tienen un
período de validez marcado y su aplicación se puede
establecer a nivel nacional o limitada a algunas aduanas. Este
sistema se selección está incorporado en los
programas automatizados (FIRST y otros) para determinar
qué expediciones se liberan en forma inmediata y
cuáles serán objeto de un reconocimiento
detallado.

III.4.2.2.3 La autonomía:

La tendencia relativamente reciente de las aduanas a
proponer su propia autonomía es, en gran parte, la
respuesta a las demandas de eficiencia por parte de los
operadores comerciales. En efecto, uno no puede esperar un nivel
aceptable de eficiencia de una administración cuyas
decisiones en materia de recursos humanos, por ejemplo, dependen
de un largo proceso de aprobación en otras instancias
distintas y ajenas a la necesidad que motiva la
decisión.

Pero no es sólo la eficiencia la
justificación de las propuestas de autonomía para
las aduanas. La necesidad imperiosa de mejorar su nivel de
integridad requiere, sobre

todo, la autonomía técnica, de manera que
la aduana pueda organizar su gestión y tomar sus
decisiones con total independencia
de las influencias políticas respetando, obviamente, la
política
fiscal definida por el gobierno.

Es preciso señalar que se plantean tres niveles
de autonomía: financiera, técnica y administrativa.
El juego conjunto
de estas tres autonomías debe proporcionar a la aduana los
recursos económicos necesarios y, en un tiempo oportuno,
la posibilidad real de definir los criterios aplicables a la
gestión aduanera, eliminando cualquier otra influencia en
la toma de decisiones, y la utilización de los recursos
asignados, en la forma más adecuada para la
consecución de los fines de la
institución.

A partir de esa autonomía cabe esperar, y es
exigible, una mayor eficiencia derivada de la mayor agilidad y
oportunidad en la gestión de los recursos humanos,
materiales y
financieros, así como de la mayor responsabilidad de los
dirigentes y de la profesionalización de los empleados
(preparación técnica, estabilidad y salarios).

Ocurre, sin embargo, que la situación de
deterioro a que llegaron las aduanas no favorece en absoluto las
demandas de autonomía: ni el Estado ni
la sociedad civil
confían en la capacidad ni en la honestidad
institucional de la aduana para gestionar, en forma
autónoma, los recursos que pudiera asignarle la ley. Por
otra parte, la conveniencia de la autonomía no es un
planteamiento exclusivo de la aduana; antes que ella, en muchos
países, las autoridades

consideraron que la administración tributaria,
para ser eficiente y eficaz, tenía que tener la
autonomía necesaria para disponer de recursos, emplearlos
en la forma más adecuada y tomar sus decisiones con
criterios técnicos.

Se abrieron, pues, dos alternativas hacia la
autonomía de las aduanas: como entidad independiente o
integrada con la administración de los tributos internos.
Como entidades autónomas e independientes se pueden citar
las aduanas de Estados Unidos, Chile y Perú; como
entidades integradas en la administración tributaria las
de Argentina (AFIP), Brasil, Canadá, Colombia,
España, Honduras, México y Venezuela
.

No se trata aquí de discutir cuál es la
mejor fórmula; más bien, se recoge como un hecho,
la tendencia de los gobiernos a aceptar que es conveniente que
los organismos del estado con la responsabilidad de recaudar los
ingresos del
estado tengan un cierto nivel de autonomía dentro de la
administración pública. También es un hecho
que el número de países que han seguido la
vía de integrar sus administraciones tributarias es mayor
que el de los que han adoptado por dotar de autonomía a la
aduana como entidad independiente y que, hasta la fecha, la
integración ha resultado menos exitosa que
la autonomía separada, por ser aquel un proceso mucho
más complejo y por la forma en que ha sido abordada la
integración en muchos casos.

Pero no sería oportuno ni justo ir más
allá y proponer modelos ni
hacer inferencias: es pronto aún para sacar conclusiones,
puesto que se trata de procesos en
marcha. Simplemente debemos tomarlo como dos opciones que los
países pueden elegir de acuerdo con sus propias
políticas e idiosincrasias.

III.5 LA ADUANA ARGENTINA PARA EL PROXIMO
MILENIO

Obviamente la Argentina todavía tiene un largo
camino por recorrer en materia de reforma aduanera para poder
hacer frente al comercio internacional del próximo
milenio.

La Ley Nº22.415 que rige nuestro Código
Aduanero fue creada en los años ‘80, y ha pesar de
haber sido muy útil en aquellos años, no
está acorde con los cambios económicos producidos
en nuestro país y en el mundo en los ‘90, conocidos
popularmente como "Globalización".

Así por ejemplo, hasta el año 1990 no
existían los Canales de Selectividad (Verde, Naranja y
Rojo) para la verificación de las mercancías, como
tampoco el Sistema Informático María; pero estos
cambios fueron hechos mediante Resoluciones Aduaneras no
cambiando el actual Código Aduanero, lo que ha generado
desde entonces muchas controversias entre los Operadores
(Importadores/Exportadores), Despachantes de Aduana y la propia
Aduana. Como tratamos en los capítulos anteriores, las
reformas aduaneras se han encarado en forma parcial en los
países de Latinoamérica, y el país que hoy
podemos citar como mejor preparado para el nuevo milenio es
Chile.

Intentaremos aquí mencionar algunas ideas que,
aunque tal vez no sean compartidas por algunos lectores, creemos
que son necesarias para el futuro de la Aduana y el Comercio
Internacional de la Argentina con el resto del mundo.

III.5.1 El Transporte

Un tema muy importante que nunca se ha tratado
seriamente en el ámbito gubernamental es el transporte de
las mercancías que arriban y egresan de la Argentina. Como
todos sabemos desde hace muchos años el ferrocarril es
obsoleto e incluso se han levantado algunos ramales por
antieconómico, algo muy curioso ya que muchos
países han crecido y se han hecho "grandes" gracias al
ferrocarril.

Hoy en la Argentina la mayor parte del transporte de las
mercancías se realiza en camión, lo que genera
inconvenientes y costos muy elevados para muchas empresas, como
así también el deterioro de rutas y caminos. Por lo
tanto se deberían renovar las vías férreas,
crear nuevos ramales hacia los puertos más importantes e
impulsar una legislación que obligue a utilizar el
transporte por ferrocarril para distancias superiores a los 500
Kmts. Esto abarataría notablemente el costo del
transporte, ya que el ferrocarril puede transportar en un mismo
viaje el equivalente a varios camiones, no existiendo el costo de
neumáticos, sueldos de chofer, gastos de
seguro, etc.
y, por sobre todo, la disminución de la contaminación ambiental y el riesgo de
accidentes en
rutas.

III.5.2 El Control y la entrega de la
mercancía

Actualmente el control que se realiza a las operaciones
es igual tanto para grandes como pequeños operadores, lo
que en algunos casos dificulta la agilidad y, en consecuencia la
eficacia de los controles. Por ejemplo, en el rubro automotriz,
que realiza grandes volúmenes de importaciones y exportaciones, se
deben cumplimentar gran cantidad de papeles que muchas veces no
llegan a ser vistos correctamente y en su totalidad por el
verificador de la Aduana.

Nosotros pensamos que se deberían crear tres
categorías de Operadores de Comercio Internacional: a)
Grandes Operadores, b) Medianos Operadores y c) Operadores
Eventuales o No Regulares. Dichas categorías no
serían de carácter rígido, sino que una empresa que
opera dentro una categoría puede en una determinada
operación u período (por ej. por el tipo de la
mercancía) ser encuadrada en otra categoría.
Pasaremos, a continuación, a describir brevemente cada una
de estas categorías.

III.5.2.1 Grandes Operadores

Podemos citar en este caso a modo de ejemplo a las
fábricas automotrices. A este tipo de empresas, que
generalmente trabajan con la misma mercadería y en grandes
volúmenes, se debería conceder un régimen
preferencial en cuanto a la operatoria y al control. Actualmente,
previo al libramiento de la mercancía, se les exige el
pago de todos los tributos y la tediosa tarea de cumplimentar
toda la papelería para luego presentarla ante la Aduana:
Certificados de Origen, Conocimientos y/o Manifiestos de Carga,
Facturas de Compra, realizar la Declaración Detallada y
posteriormente la impresión de la misma, que resulta ser
en algunos casos, cientos de hojas, a la que, además, el
verificador no puede revisar y controlar correctamente, porque no
dispone del tiempo físico necesario.

En el caso del pago de los tributos, se les
debería permitir la liberación de la
mercancía sin el pago previo, y solo mediante la constitución de una garantía
bancaria renovable que respalde un determinado número,
período o monto de operaciones que va a realizar y que
cumplido un plazo establecido, se debite de una cuenta bancaria
designada a tal fin el importe correspondiente a los tributos a
pagar. Además el Despachante de Aduana una vez que
realizó la Destinación y la presentó
informáticamente no debería ser necesario que
realice la impresión en papel y la posterior
presentación junto con la Documentación
Complementaria ante la Aduana de la misma, sino que, una vez que
el Despachante de Aduana oficializó la Destinación
y luego la Aduana la presentó desde la sede también
informáticamente, y si luego de haber pasado las dos horas
de haber sido presentada, la Aduana no ha dado aviso de que la
misma será verificada, se procederá a liberar la
misma sin un control previo de la mercancía ni de la
documentación.

Luego, cuando la Aduana lo crea conveniente, se
realizará una auditoría en conjunto con personal de
Fiscalización de la DGI a la firma, controlando toda la
documentación interviniente en las operaciones en
cuestión, tales como: facturas de compra, certificados de
origen, conocimientos de carga, certificados de exenciones
impositivas, libros de
IVA y
ganancias, certificado de cumplimiento fiscal, etc.
Si como resultado de la auditoría se detecta alguna
infracción, se le aplicarán las sanciones
correspondientes a toda infracción aduanera y,
además,se le privará, por un período a
determinar, de operar mediante este beneficio.

Si en algún determinado momento la empresa
realiza una operación en donde la mercadería
documentada no es habitual, como por ejemplo una automotriz que
importara una máquina de control numérico, se
tratará esa operación como si fuera realizada por
un operador de otra categoría, es decir, se el
asignará Canal Roja obligatorio y se le realizarán
el control físico y el documental.

III.5.2.2 Medianos Operadores

En esta categoría se encontrarían las
empresas que realizan un volumen de Importaciones/Exportaciones
que, aunque no sean de gran volumen comparadas con la
categoría anterior, no dejan de ser por su origen,
procedencia, tipo de mercancía, antecedentes del operador,
actividad, etc. de una importancia considerable (como, por
ejemplo, un importador de juguetes que
vende al público).

En este caso, el Despachante de Aduana realiza la
oficialización de la Destinación
informáticamente en su oficina, la imprime y la lleva
junto con la documentación complementaria, al lugar
operativo en el que se liberará la mercancía. Una
vez allí, el funcionario de Aduana interviniente
realizará la presentación informática de la misma y en ese momento se
le asigna el Canal de Selectividad : Rojo, Naranja o Verde. De
acuerdo a como el Sistema Informático se lo halla
asignado, se procederá a la entrega de la
mercancía. Como explicamos anteriormente la
asignación de Canal Rojo significa que el verificador de
Aduana realizará el control físico a la
mercancía y además el control documental, Canal
Naranja significa que se realizará sólo el control
documental por parte del verificador interviniente y Canal Verde
que se libera la mercancía solo controlando la cantidad de
bultos, la medición y el peso de los
mismos.

Aquí también, en caso de que se considere
conveniente, a pesar que se ha analizado al operador a
través de todas las operaciones que ha venido realizando
de realizarle una inspección, a la que nosotros llamamos
"POST", esto es una auditoría en la empresa solicitando
las operaciones de un período determinado y los registros
contables de las mismas. En caso de que se detecte alguna
anomalía o infracción se analizará si se
comunica a un área designada a tal fin para que se incluya
a la empresa, al Despachante o ambos en Canal Rojo Obligatorio en
todas sus operaciones por un período
determinado.

III.5.2.3 Operadores Eventuales o No
Regulares

Es este caso incluimos aquellos
Importadores/Exportadores que por el valor y la cantidad de
operaciones que realizan no son de una importancia considerable.
Aquí también se le aplicaría la Selectividad
de Canales pero con la opción de que puedan realizar la
Destinación ellos mismos mediante un trámite
más sencillo, directamente en la sede de la Aduana en una
oficina habilitada para tal fin, sin la necesidad de contratar a
un Despachante de Aduanas.

Esta innovación se debe a que si es un
pequeño operador, está realizando un gran esfuerzo
y encontró un nicho en el mercado para
poder comenzar a incursionar en el comercio Internacional. En
esos casos se les debe facilitar la tarea para que disminuyan sus
costos operativos o, en su defecto, es una persona que recibe o
realiza un envío de carácter personal (como por
ejemplo una persona que recibe un envío de libros para uso
personal).

III.5.3 Una Fiscalización
Inteligente

Proponemos en este caso la creación de un equipo
de control formado por especialistas, es decir con profesionales
especializados en cada materia: ingenieros, contadores y
abogados. El equipo tendría el rango de División
dentro de la estructura de
la actual Administración (AFIP), y formada por secciones
en donde cada sección es un área especializada:
sección máquinas,
sección electricidad y
electrónica, sección metales,
sección textil, sección juguetería y
regalería, sección carnes y cueros, sección
alimentos y
vegetales, sección jurídica y sección
auditoría contable.

Esta División mediante terminales conectadas a la
red
informática de la aduana (Sistema María) y a la red
informática de la DGI (Base RAEA, Sistema 2000, RAEG,
etc.), controlará diariamente todas las operaciones que se
están oficializando y presentando, y que, mediante pautas
inteligentes, como tipo de mercancía, origen, procedencia,
valor, Despachante de Aduana, operador, habitualidad en las
operaciones, Cumplimiento Fiscal, etc., decidirá si es
importante realizarle una inspección, previamente a la
entrega de la misma o en el domicilio del Importador/Exportador o
cuando ya se halla entregado. En el caso en que se decidiera
realizar la inspección previa a la entrega de la
mercancía, el Inspector procederá a bloquear
informáticamente la operación, sin que pueda el
Guarda o Verificador asignado entregar la misma hasta que el
Inspector lo autorice. En el caso que se crea conveniente se
podrá realizar una inspección y/o auditoría
conjunta con personal de la DGI en el domicilio del
operador.

Se llevará una estadística mensual de las irregularidades
o infracciones detectadas y luego se informarán los
resultados a un área designada a tal fin, que
evaluará si a ese operador, Despachante de Aduana o
Posición Arancelaria se la incluye en Canal Rojo
obligatorio. Cabe destacar que esta fiscalización se
realizará a las Destinaciones a las que el Sistema
Informático María le haya asignado Canal Naranja o
Verde.

III.5.4 Los Tributos Aduaneros

Actualmente en la Argentina los tributos para la
importación de mercancías van desde el 0% hasta
alrededor de un 18%, de acuerdo a la Posición Arancelaria
en que corresponda clasificar a la mercancía.

Existen dos criterios para la aplicación de
tributos. Por una parte, existe la dispersión Arancelaria,
que aplica distintos tributos para cada tipo de mercancía
(los tributos varían para cada Posición
Arancelaria) y es la que actualmente se aplica en la Argentina.
Por otro lado existe un arancel único para todo tipo de
mercancía (todas las Posiciones Arancelarias tienen la
misma carga tributaria) y es el que se aplica actualmente en
Chile.

El método de arancel único permite que la
empresa más eficiente sea la que se imponga, porque todas
las empresas estarían en iguales condiciones; lo ideal
sería el 0%, pero ello significaría abandonar la
soberanía de un país en materia
comercial.

Nosotros consideramos que se debería analizar
cuál es el método más conveniente para
aplicar en la Argentina; por lo que debe ser la carga tributaria
que más nos permita acercar nuestros productos al
mundo.

Ahora bien, en la exportación se encuentra lo que
a nuestro entender es el tema más importante a tratar "El
Exportador Argentino". Como todos sabemos, la Argentina desde
hace varios años tiene un importante déficit fiscal
y la única manera de reducirlo es que ingresen divisas al
país; un modo de que esto sea posible es que aumenten las
exportaciones. En consecuencia se debe apoyar al Exportador
Argentino reduciéndole las cargas impositivas, porque si
es una PYME, ha hecho un
gran esfuerzo y ha conseguido un espacio en el mercado para
colocar sus productos, por lo tanto debe tener un incentivo por
parte del estado.

Lo que la Argentina ha exportado siempre en mayor medida
hasta nuestros días son Commodities, por lo tanto
el precio de esas
mercancías lo establece el comercio internacional;
ahí por ejemplo, el precio de venta en la
operación de exportación de cereales no lo
establece el mercado ni el exportador argentino sino el mercado
internacional. Por lo tanto, lo más importante para
controlar en la exportación son los reintegros y las
mercancías que tienen crédito
fiscal. Cabe recordar que por reintegro se entiende a la
devolución de los tributos pagados por la
importación de mercancías que luego es utilizado
para la producción de un nuevo bien, o que
perfeccionadas éstas mediante un proceso o trabajo
productivo le haya agregado valor para luego ser exportadas
nuevamente.

Aquí lo importante para controlar es cómo
se cobró la venta de lo que se exportó: al contado,
mediante un crédito, transferencia, etc. Ello se puede
realizar mediante una auditoría en la empresa, lo que
hemos llamando Control Post.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter