- Rutina desconocida de la
sala - Falta de
intimidad - Cambios en el
vestuario - Cambio en el estatus
dependencia / independencia del arreglo
personal - Causas de
dependencia - Ayudas a la
independencia - La
cama del enfermo - Cambio de la
cama de hospital - Colchón
- Armazones para
la cama - Colocación
del paciente - Prevención
de accidentes de naturaleza mecánica - Fajas
- Vendaje
- Medias
antiembolia - Guantes
estériles - Principios de
limpieza y atuendo quirúrgico - Colocación
de la bata quirúrgica
Es necesario el
conocimiento detallado de las costumbres de vestido de cada
paciente si queremos darle la importancia adecuada a este aspecto
fundamental de la vida cotidiana en el contexto de la enfermería
individualizada.
En el pasado, cuando la enfermería hospitalaria
era muy rutinaria –cuando se daba más importancia a
las tareas que a los pacientes- no se tenían en cuenta las
costumbres y preferencias del enfermo. Esta rutina tan
rígida ignoraba por completo el hecho de que las
costumbres personales varían mucho.
Rutina desconocida
de la sala
El paciente recién ingresado ignora las
costumbres de la sala en lo concerniente a las actividades de
vestido si no se le informa previamente. Los pacientes inscritos
en la lista de espera suelen recibir información impresa sobre la ropa de dormir
que deben llevar, si pueden o no quedarse con su ropa de diario
y, si no, los pormenores de la alternativa.
El recién llegado empieza por desconocer
dónde y cuándo llevar a cabo sus actividades de
limpieza y arreglo personal.
Necesita esta información al ingresar y es función
del personal de enfermería crear una atmósfera que permita
plantear estos interrogantes.
Para la mayoría de la gente la ropa es un
símbolo importante de su independencia,
por ello los pacientes experimentan angustia cuando ven
cómo sus ropas son enviadas a su casa o al almacén
del hospital; en estos casos el personal de enfermería
hace una lista detallada de todas las prendas y le pide al
paciente que la revise y firme la planilla de cuidados de
enfermería.
Es muy importante que los profesionales entiendan el
problema del paciente: la carencia de sus ropas le hace sentirse
despersonalizado y a la vez despojado de la libertad de
abandonar el hospital inmediatamente si hubiera alguna
razón para hacerlo.
La mayor parte de las personas, incluso quienes no salen
de su casa, llevan una ropa durante el día y otra por la
noche. Es muy raro que alguien esté con el pijama puesto
todo el día. En la actualidad, los hospitales más
avanzados animan a los pacientes para que se vistan durante el
día, lo cual no sólo mejora su propia imagen, sino que
también aporta una demarcación temporal entre estar
en la cama y estar "levantado"; también ayuda a crear un
sentido de normalidad.
Falta de
intimidad
La mayoría de las personas prefieren llevar a
cabo las actividades de vestido en privado. Los baños
separados por cortinas o las cortinas que rodean las camas no
ofrecen la misma intimidad que un cuarto un cuarto de baño
con puerta; ciertos pacientes se sienten amenazados cuando los
usan. Las cortinas cortas o no completamente corridas son causa
de que algunos pacientes no se sientan del todo en
privado.
Cambios en el
vestuario
Aunque sólo tenga un antebrazo o un tobillo
escayolado es imposible ponerse prendas de mangas ceñidas
o pantalones estrechos, por lo que es necesario modificar el
vestuario. Será más fácil llevar ropas
amplias y sueltas, estén o no de moda. El paciente
suele aceptar muy bien este hecho si es por un período
corto.
Sin embargo, las prendas convencionales quizás
estén desaconsejadas en ciertas personas mayores: por
ejemplo, la necesidad de vestirse con ropa que se abrocha por
delante en vez de por detrás. De igual forma, las personas
impedidas deben usar vestuario modificado para que sean
independientes a la hora de vestirse. Conseguir la ropa adecuada
para las personas mayores e impedidas es una necesidad
básica, por eso el personal responsable debe conocer la
existencia de diseños adecuados de ropa y calzado acordes
a la necesidad, es sólo uno de los factores a tener en
cuenta.
Los profesionales de enfermería que están
en contacto directo con estos problemas,
pueden ayudar especificando las necesidades indumentarias de cada
paciente, debe mostrarse comprensiva con todos los pacientes
obligados a usar prendas modificadas y ayudarles a recobrar la
confianza y autoestima.
Cambio en
el estatus dependencia / independencia del arreglo
personal
La adquisición de soltura para la independencia
de las actividades relacionadas con el vestido exige un
funcionamiento adecuado del sistema nervioso,
no sólo un control del
movimiento de
las extremidades inferiores y una precisión de movimientos
en los superiores, sino también un aprendizaje
racional del movimiento. Es necesario además que el
sistema
musculoesquelético pueda llevar a cabo todas las rutinas
necesarias. Las malformaciones congénitas pueden excluir
la independencia plena. Cualquier anomalía del sistema
puede impedir que una persona sea
independiente, hasta el punto de hacerle dependiente en una o
más de las actividades relacionadas con el arreglo
personal.
Causas de
dependencia
- Movilización limitada: las zonas en las
que el paciente padece la limitación motriz determinan y
concretan los problemas particulares que sufren en
relación a las actividades. Una mano lisiada no puede
abrochar los botones. La rigidez de la columna vertebral impide
tanto quitarse la ropa de las extremidades
inferiores. - Carencia de miembros: los niños
con deficiencias congénitas no son conscientes de la
carencia de miembros, ya que para ellos es una cosa normal y,
por lo tanto, si ingresan en un hospital tienen ya un método
de limpieza establecido. Por otro lado, las personas que sufren
la pérdida de algún miembro están abocadas
a aprender técnicas
alternativas variables
según la minusvalía. - Movimientos involuntarios: el movimiento
incontrolado de la mano hace difícil cosas tan sencillas
como vestirse. - Inconsciencia: un paciente inconsciente
depende totalmente del profesional de enfermería para
preservar su dignidad,
seguridad e
integridad durante el movimiento de vestirse. En este estado los
miembros están globalmente rígidos y paralizados,
lo que exige que, mientras una enfermera le sostiene sin
estirarle los músculos mientras otra coloca la
vestimenta. Es importante prevenir la aparición de
úlceras por decúbito. - Trastornos psicológicos: cuando se
padece un trastorno psicológico, incluso los
hábitos de vestir adquiridos se interrumpen. Puede darse
un desinterés por la ropa. El desarrollo
de una estrategia de
enfermería consistiría en establecer un modo
gradual de recuperar los hábitos perdidos. - Enfermedades: los pacientes inconscientes,
dementes o mentalmente incapacitados dependen del profesional
para conservar su derecho a la intimidad durante la actividad
de vestido.
El plan de
enfermería debe indicar dónde se va a llevar el
vestido: en la cama o en el cuarto de baño; qué
actividades se llevarán a cabo automáticamente,
cuales no; hay muchas variables a considerar; las siguientes son
sólo algunas pautas que los profesionales de
enfermería deben tener en cuenta a la hora de ayudar al
paciente:
- Los pacientes tienen derecho a la intimidad en el
vestido. - Puede haber disparidad entre el concepto de
pudor del paciente y el del profesional de
enfermería. - Las actividades relacionadas con la seguridad,
integridad, dignidad y pudor están bajo la responsabilidad de la enfermera. - La mayoría de los pacientes tiene derecho a
tomar sus propias decisiones sobre los aspectos relacionados
con su higiene y
vestuario personales, lo cual contribuye a evitar el deterioro
de la propia imagen y la
institucionalización. - Cuando los pacientes sufren problemas en alguna de
estas actividades la utilización de los medios
pertinentes que contribuyan a conseguir la autonomía,
ayudarán tanto a los pacientes como al profesional de
enfermería.
Ayudas a la
independencia
Para el vestuario: las cremalleras largas y las tiras
de velero son un medio muy valioso para que los ancianos y las
personas impedidas puedan seguir vistiéndose con ayuda
mínima de otro. Cuando el paciente tiene un brazo o una
pierna impedida, el profesional debe ponerle primero la ropa en
ese miembro, para que así pueda ayudarse con el otro.
Cuando los dos brazos están impedidos, deberá
introducir primero una manga, luego cubrirá el tronco y
por último la otra manga en cuyo lateral se encuentra la
tira de velero o la cremallera. Si el paciente tiene dos
piernas impedidas, suele ser preferible ponerle los pantalones
mientras está acostado en la cama: hay distintos
aparatos pensados para ayudarlos a efectuar solos esta
maniobra; sirven también para las medias y la ropa
interior.
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