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El ahuyentamiento de "colas" de agua: tradición viva de un pueblo (México) (página 2)



Partes: 1, 2

CAPÍTULO 1:

BREVE
RECORRIDO POR ZINACANTEPEC

El municipio de Zinacantepec representa uno de los
territorios del Estado de
México que
ha entrado ya en el proceso de
urbanización, por lo cual ha dejado de ser visto como una
zona agrícola y de presencia indígena. Esta
situación se comprende debido a que la mayor parte de la
población que se ha asentado en este lugar
es gente proveniente del Distrito Federal y el área
metropolitana. No obstante, podemos decir que en Zinacantepec
aún se encuentran personas descendientes de los
otomíes, aunque muchos de ellos ya no hablan el dialecto
ni visten a la usanza, debido a la discriminación de que son
objeto.

Geográficamente, como se consigna en la monografía de Rosalío Pérez
Alvirde, el municipio de Zinacantepec tiene las siguientes
colindancias: al norte, con Almoloya de Juárez, al sur con
Texcaltitlán, al este con Toluca y Calimaya, al oeste con
Temascaltepec y Amanalco de Becerra y al sureste con Villa
Guerrero y Coatepec Harinas.

El municipio es relevante, en el ámbito
turístico, debido a que el Xinantécatl
(Nevado de Toluca) forma parte de su territorio y porque
también existe dentro de este lugar un espacio
histórico que es el Museo de Arte Virreinal,
el cual fue un Convento Franciscano en el s. XVI encargado de la
evangelización de indígenas.

El municipio era muy reconocido por la siembra de papa,
calabaza y haba; no obstante a partir de la desaparición
del ferrocarril como medio de transporte, el
comercio que
era destinado a Toluca para comercializarse en la Ciudad de
México descendió considerablemente. Aún
así existen dentro del territorio todavía extensas
regiones para el cultivo, principalmente en lo que se refiere a
localidades como San Juan de las Huertas, San Pedro Tejalpa y
Santa María del Monte.

En lo que se refiere a la cabecera de Zinacantepec
podemos encontrar áreas para cultivo de no más de 3
hectáreas debido a que la constante inmigración ha generado que los terrenos
sean ocupados para la construcción de viviendas.

Mi historia parte precisamente
de esta parte de Zinacantepec, pues el territorio que les fue
heredado a mis abuelos para su cultivo se encuentra en los
alrededores de la cabecera de Zinacantepec, en lo que hoy se
conoce como Barrio Santa María. A la muerte de
mi abuelo gran parte del territorio que medía algo
así como 3,5 hectáreas fue vendido o cambiado por
inmuebles o dinero. Al
llegar yo a Zinacantepec (como a los doce años) en mis
días de vacaciones mi abuela solamente poseía algo
así como 600 m², los cuales me enseñó a
trabajar en esos días donde se suponía sólo
debería ver la
televisión.

La mayoría de terrenos destinados a la siembra se
usan para producir maíz y
haba, ya que según los habitantes de este municipio es lo
que mejor "resulta"; es decir, se produce. A pesar de esto
habría que decir que su actividad sólo responde al
autoconsumo, pues muy pocas ganancias genera el vender sus
remanentes a las molineras o a los comerciantes.

El ambiente
propicio para los cultivos generó durante mucho tiempo el que
se considerase a la agricultura
una de las principales contribuyentes del desarrollo
económico del municipio. Con respecto al clima que existe
en Zinacantepec se puede decir que:

El territorio municipal comprende parte de la unidad
geomórfíca del valle de Toluca. Su clima
predominante es templado subhúmedo; teniendo clima
frío húmedo en las laderas, a pie del
Xinantécatl, con abundantes precipitaciones.

El clima es muy variable y con grandes oscilaciones
según la temporada del año, y en el transcurso
del día, en el verano se presentan temperaturas cercanas
a los 28° C, durante el invierno, en los meses de octubre a
febrero descienden hasta los 5° C bajo cero.

La temperatura
más calurosa la encontramos en los meses de abril, mayo
y junio. Los meses fríos serían de octubre a
febrero, presentándose temperaturas crudas en las
localidades cercanas al Xinantécatl como Raíces y
La Puerta del Monte.

Otra situación que se destaca dentro del
municipio es que tiene grandes temporadas de lluvia, lo que hace
propicio que existan y se produzcan buenas cosechas. En este
sentido, no es raro entonces apreciar que de vez en cuando se
produzcan tormentas o fuertes vientos, al respecto Pérez
Alvirde también explica lo siguiente:

Los vientos se presentan en los meses de enero,
febrero y marzo, siendo dominantes los que van de oeste a este
y viceversa; la estación más seca comprende los
meses de diciembre a abril.

(…)El periodo de precipitación comprende los
meses de mayo a octubre, siendo de mayor intensidad las de
julio a septiembre; las granizadas se presentan sin
regularidad. Las heladas son un fenómeno impresionante,
que afecta a algunas poblaciones, y embellece el relieve
volcánico.

Al respecto, resulta muy ilustrativo el hecho de que la
mayor parte de la gente que se dedicaba o se dedica al cultivo en
Zinacantepec tenga presente que es necesario cuidar sus parcelas
como si fuera un integrante más de su familia. Por
ejemplo, sabemos muy bien que en la concepción
indígena la tierra
representa a la madre, lo cual trae a la mente el hecho de que
sea considerada como un pilar dentro de su vida. Para el
otomí, según Jacques Galinier, la tierra tiene
el siguiente simbolismo:

En otros tiempos, durante la época de siembra,
se veneraba a la divinidad terrestre (hmuhoi). Esa practica
revelaba una gran ansiedad, en relación con el carácter ambivalente de la diosa madre
(s’ inanahoi). En efecto antes que nada, ella es la
fuente de la fecundidad, aunque también sea el lugar de
los muertos y la deidad del inframundo.

Por lo tanto, si tomamos como fundamento esta
concepción es entendible el hecho de que se mantuvieran
muy celosos de los cambios climáticos que pudieran
perjudicar su siembra. Otra razón de mayor peso para los
que no estamos muy inmersos en sus tradiciones es que
obligadamente tenían que ver por sus tierras, pues de otra
forma no podrían sobrevivir.

En lo referente a fiestas y culto a santos predomina en
la región la celebración a la Virgen de los Dolores
del Rayo, de la cual pude obtener información sobre su historia a
través de dos ex mayordomos, Alfonso Aguilar Mendoza y
Susano Víctor Chávez Reyes:

Javier Cervantes
(JC)
: ¿Desde cuándo se venera con tanta
devoción a la Virgen de los Dolores del Rayo?

Alfonso Aguilar (AA): Fíjate que es bien
bonita la historia. Se supone que todo empezó por
ahí del siglo XVIII…

Susano Chávez (SC): 1762, pa’ ser
exacto.

AA: aja, se supone que donde antes era el
convento de los franciscanos se encontraba una ermita en la que
una mujer, de
origen indígena, llevó una imagen de la
Virgen
María que es la de los Dolores y que lo había
hecho así porque era un agradecimiento porque
según la mujer la
virgen le había salvado de una epidemia que hubo en la
región llamada el Matlazahua y que había matado a
sus familiares. Poco después la virgencita hizo adeptos,
pues resultó muy milagrosa y fue trasladada dentro de la
iglesia, en
donde estaba el coro, abajo.

SC: Incluso, ya no se le conocía como
virgen de los dolores, sino como la virgencita del
coro.

JC: Entonces, ¿de dónde viene la
denominación de Virgen de los Dolores del
Rayo?

AA: Ah, mira, un 22 de mayo, pero de 1762, como
nos lo dijo Susano, el pueblo se vio amenazado por una gran
tormenta, hubo grandes nubes negras, fuertes vientos, total que
se ennegreció el cielo y esto provocó que la
gente se espantara demasiado hasta el grado de creer que
morirían.

Entonces, ya en lo mero mero de la tempestad se
oyó un trueno muy fuerte, después de esto fue
cesando la lluvia y se despejó el lugar. El tronido se
oyó en la mera iglesia y mucha gente fue a ver
qué había pasado.

Afortunadamente sólo se había
desprendido parte de la torre de la iglesia; pero que
verticalmente daba directo a donde se encontraba la imagen,
así que se metieron a verla y se percataron de que el
rayo había dado en ella, pues se supone que el rayo le
dio colores nuevos
en lugar de deshacerla o algo así…

SC: Con decirte que dicen que las paredes
estaban chamuscadas y un órgano que estaba por
ahí se echó a perder; entonces, yo me
preguntó: ¿por qué el cuadro no?…diosito
es bien grande.

AA: Ah, por cierto, además de los
colores en el cuadro apareció una cruz que no estaba
antes. A partir de entonces es nuestra patroncita y le echamos
un montón de ganas para su fiestecita.

JC: Muy bien. Tengo otra duda: ¿por
qué razón se hacen dos fiestas?, tengo entendido
que hacen otra el 4 de diciembre y por lo que he visto es
más tumultuosa y de mayor envergadura.

SC: Lo que pasa es que después de
aquello le hicieron una capilla aparte para venerarla mejor y
cuando se terminó de construir fue en esa fecha, sino
mal recuerdo el año fue 1785. Desde ese momento se le
conoció como la "fiesta grande".

Sin duda, la fiesta que se hace a esta virgen es la que
más devotamente lleva a cabo la población de
Zinacantepec. Existen otras fiestas que son importantes, por
ejemplo la de San Miguel Arcángel que se realiza el 29 de
septiembre (que se supone debería ser la más
importante) y la de Semana Santa donde se representa la
Pasión de Jesucristo.

LA VIRGEN DE LOS DOLORES DEL
RAYO

Foto proporcionada por Alfonso Aguilar,
ex mayordomo de la fiesta patronal.

CAPÍTULO 2:

ALGUNOS ASPECTOS TÉCNICOS SOBRE EL ORIGEN DE
LOS TORNADOS, TORBELLINOS O RÁFAGAS DE
VIENTO

Con el fin de entender la diferencia que existe entre
tornado, torbellino, ráfaga y tromba me he permitido
buscar información técnica al respecto, con el fin
de entender cuál es el tipo de actividad
meteorológica es la que existe en nuestro municipio. Esto
para evitar cualquier confusión al tratar conceptos cuando
hable con respecto a los rituales que se hacen para
contrarrestarlas.

La palabra tornado se deriva del latín
tonare que significa girar y cuando se haga referencia a
un tornado debe entenderse por tal al "fenómeno
meteorológico violento e impredecible, caracterizado por
vientos que giran desde una formación nubosa densa en
forma de embudo. Esta formación es visible por la
presencia de polvo que es succionado de la tierra y por la
condensación en su centro de gotas de agua". De
acuerdo a este concepto podemos
percatarnos que las "colas" de agua que se producen en el
municipio de Zinacantepec se acercan en mucho a lo
relatado.

Para empezar, cuando se lleva a cabo tal
formación una nube va poco a poco adquiriendo forma de
embudo, lo cual simula la cola de algún animal y, en
efecto, se nota que dentro de él hay movimientos
circulares. Si no se contrarresta mediante el ritual es posible
que la "cola" del tornado baje a la superficie y arrastre todo lo
que encuentre a su paso.

En este sentido, surgirían las dudas del
porqué no llamarle, torbellino o remolino, ráfaga
de viento o, incluso, hasta tromba. Pues resulta que en el caso
de los torbellinos-remolinos se entiende que son un tipo de
"viento impetuoso que sopla dando vueltas: los ciclones son
torbellinos de gran radio. Masa de
agua que gira rápidamente como un embudo."; pero que
surgen del suelo hacia
arriba. Asimismo, no podríamos denominarles ráfagas
de viento porque sólo hace una alusión general a
todos los tipos de intensidad que puede tomar el aire. Por
último, si queremos hablar de tromba necesitaríamos
explicar que el territorio de Zinacantepec no posee una
importante masa acuífera, pues sólo se denominan
así a los tornados cuando se desplazan sobre una
superficie liquida.

Dado por sentado esto podemos decir que los tornados que
se producen dentro del territorio de Zinacantepec pueden ser
denominados de acuerdo a la escala Fujita
como leves y moderados, los primeros son conocidos como F0 y
tienen una velocidad
60-100 km/h mientras que los segundos son llamados F1 y tienen la
velocidad de 100-180 km/h. En cualquiera de los dos casos los
tornados pueden tener una duración de entre 1 y 20
minutos.

Si tomamos en cuenta el hecho de que esta escala toma
como referencia la destrucción que ocasionan y no el
tamaño del tornado podemos inferir que al no ser tratados bien
pueden perjudicar seriamente un sembradío e incluso una
población.

Otra característica más es que la
generación de un tornado está determinada por
"líneas de inestabilidad o frentes fríos muy
activos, a menudo
agrupados en familias, pero también pueden observarse en
conexión con tormentas aisladas de gran intensidad.
(…)Los tornados se originan a cualquier hora del día o
de la noche, preferentemente entre las l5.00 y l9.00 hrs." Para
nuestro municipio las condiciones climáticas que tiene son
evidentes para la propagación de este tipo de
fenómenos. Por un lado, sabemos bien que la temperatura
comienza a bajar entre el transcurso de las horas
señaladas, algunas veces cae de 15º C a 4º C. De
esta manera, se entiende el tiempo propicio y el lugar, pues es
evidente que al tener cerros alrededor sea mucho más
fácil la propagación de nubes. La mayoría de
las veces en las que aparecen este tipo de actividades
meteorológicas es en el día, por tal razón
son muy fáciles de ver y de evitar; no obstante, de
acuerdo a algunos comentarios, han existido desastres durante la
noche que han afectado seriamente el municipio, pues no
está completamente plano como valle sino que presenta una
pendiente breve.

EJEMPLO DE UN TORNADO

CAPÍTULO 3:

LAS
CREENCIAS DE NUESTROS ANTEPASADOS CON RESPECTO AL VIENTO Y LA
LLUVIA

No cabe duda que uno de los principales dioses que
figuraron en el panteón mesoamericano y que se considera
una pieza clave para entender el bagaje místico-religioso
de los pueblos mexicanos antiguos fue Quetzalcoátl, el
cual tiene diferentes advocaciones e, incluso, hasta se le
llegó a considerar como un personaje humanizado
(según la historia tolteca). A este respecto, lo tomaremos
a él para hablar del viento, ya que Sahagún en su
Historia General… expresa que:

Esta gente atribuía el viento a un dios que
llamaban Quetzalcóatl, bien casi como dios de los
vientos. Sopla el viento de cuatro partes del mundo por
mandamiento de este dios, según ellos decían; de
la una parte viene de hacia el oriente, donde ellos dicen estar
el paraíso terrenal al cual llaman Tlalocan, (y)
a este viento le llamaban tlalocáyotl; no es
viento furioso, cuando él sopla no impide (a) las canoas
andar por el
agua.

El segundo viento sopla de hacia el norte, donde ellos
dicen estar el infierno, y así le llaman mictlampa
ehécatl,
que quiere decir el viento de hacia el
infierno; este viento es furioso, y por eso le temen mucho;
cuando él sopla no pueden andar por el agua las canoas y
todos los que andan por el agua se salen, por temor, cuando
él sopla, con toda la prisa que pueden porque muchas
veces peligran con él.

El tercer viento sopla de hacia el occidente, donde
ellos decían que era la habitación de los dioses
que llaman Cihuapipiltin; llamábanle
cihuatlampa ehécatl, o cihuatecáyotl, que
quiere decir, viento que sopla de donde habitan las mujeres;
este viento no es furioso, pero es frío, hace temblar de
frío; con este viento bien se navega.

El cuarto viento sopla de hacia el mediodía y
llámanlo huitzflampa ehécatl, que quiere
decir, viento que sopla de aquella parte donde fueron las
diosas que llaman Huitznahua; este viento en estas
partes es furioso y peligroso para navegar. Tanta es su furia
que algunas veces arranca los árboles, y trastorna las paredes, y
levanta grandes olas en el agua; las canoas que topa en el agua
échalas a fondo, o las levanta en alto; es tan furioso
como cierzo o norte.

Para tal efecto, se entiende a Quetzalcoátl como
uno de los dioses al cual se le debe mayor culto, pues representa
para los mexicanos antiguos el dios que le dio vida al hombre y que
prodiga de vida a la naturaleza
mediante los vientos.

Otro de los dioses que representan una alta
jerarquía dentro del panteón mesoamericano es
Tláloc y de él se ha podido conocer mucho
más, puesto que tiene esa advocación directa con el
agua, con lo beneficios o desastres que de este liquido se pueden
esperar. Sobre Tláloc, Sahagún
expresó:

Este dios llamado Tlaloc Tlamacazqui era el
dios de las lluvias. Tenían que él daba
las lluvias para que regasen la tierra, mediante la cual lluvia
se criaban todas las yerbas, árboles y frutas y
mantenimientos; también tenían que él
enviaba el granizo y los relámpagos y rayos; y las
tempestades del agua, y los peligros de los ríos y de la
mar.

El llamarse Tlaloc Tlamacazqui quiere decir que
es dios que habita en el paraíso terrenal, y que da a
los hombres los mantenimientos necesarios para la vida
corporal.

Si bien cada una de las personas que se dedicaba a las
actividades agrícolas debía realizar sus propios
ritos para obtener beneficios de los dioses, eran muy pocos los
que podían interceder directamente para pedir favores. En
este sentido, se entiende que sólo algunas personas,
sacerdotes para este tiempo, podían mediante el estudio de
la magia y la naturaleza lograr contacto con la divinidad. Muchas
de estas personas eran conocidas como curadores, chamanes o
nahuales, y cada uno de ellos tenía la gracia de
intervenir en los procesos
naturales. Para mi estudio, es imprescindible hablar del
teciuhtlazqui o "espantador de granizo" quien tenía
la facultad de ser "conocedor del lugar de los muertos, conocedor
del cielo. Sabía cuándo ha de llover o si no ha de
llover. (…)Si tenía odio a un pueblo, a un rey; si
quería que se acabara un pueblo, o que se muriera un rey, así
pronosticaba: Va a helar, o va a caer granizo."

Los antiguos mexicanos que se dedicaban al cultivo
recurrían a este tipo de chamán para evitar que su
siembra se perjudicara y es muy probable que a lo largo del
tiempo la gente se haya dado cuenta de cuál era la
técnica para ahuyentar tales nubes de tormenta y fuera
haciéndose pública su práctica.

CAPÍTULO 4:

RITUALES EN TORNO AL VIENTO Y
LA LLUVIA QUE SE LLEVAN A CABO EN NUESTROS
DÍAS

En nuestra época es muy común escuchar que
el proceso agrícola no es más que el trabajo que
se realiza para obtener ganancias mediante la producción de comestibles y, debido a esto,
a la tierra se le deja de ver como un elemento de subsistencia y
pasa a ser solamente mercancía que generará
capital. Para
el indígena, para el campesino de
autoconsumo, no obstante, este tipo de pensamiento no
encaja, pues para él hay un vinculo sentimental muy
profundo con la tierra.

Debido a esto, no es raro encontrar un sinnúmero
de rituales que se llevan a cabo en torno a la siembra y cosecha
de productos.
Primero que nada debemos tomar en cuenta cuál es el
significado que los indígenas dan a la acción
de cultivar y obtener una planta, para esto recurriré
nuevamente a Galinier y su trabajo sobre
los otomíes:

El maíz(…) al igual que otras plantas
cultivadas posee un "alma", que
es la de una divinidad muy respetada. Se representa a veces
bajo su aspecto masculino, como un anciano. Este
carácter de senectud se atribuye a las divinidades
más importantes, como el dios del fuego [Xiuhtecuhtli],
quien proporciona la abundancia a las personas que lo recogen
en el camino y le ofrecen hospitalidad. Así un grano de
maíz que haya caído en la tierra, en un sendero,
siempre debe recogerse. (…)En su aspecto femenino el
maíz aparece en forma de una mujer de largos cabellos
rubios y se llama "madre del maíz" [Cinteotl], fuente de
la vida constantemente renovada.

Ahora bien, si esto es así explica que hay una
gran preocupación en torno al buen término de la
siembra, realizarla en las mejores condiciones. Para poner ya un
ejemplo concreto
hablaré del maíz, de su cultivo en este municipio.
La mayoría de las personas que lo siembra lo hace para
obtener de él elotes y cañas de azúcar,
y si prefieren dejarlo secar obtendrán mazorcas y zacate
para el alimento de ganado. No obstante, no todo es tan
fácil en el ámbito campestre, pues es necesario que
el cultivo tenga muchos cuidados, por citar algunos diría
la fertilización, la extracción de hierba y
construcción de canales. Este tipo de labor solamente
dependerá del buen trabajo que haga el
agricultor.

Los problemas
vienen cuando las condiciones climáticas quebrantan el
buen crecimiento del cultivo y que pueden llegar incluso a
evitarlo. Una de esas causas se puede encontrar en las heladas,
algo que es muy típico de esta región debido a la
cercanía que existe con el volcán y el otro
problema está en las lluvias torrenciales que pueden
llegar a convertirse en tormentas.

Cuando llega a percibirse un nublado muy gris en el
entorno y se visualiza que se acerca una lluvia muy fuerte
tendiente a tormenta, lo primero que se escucha es el sonido de la
campana de la iglesia, la cual avisa a la población de que
algo malo viene. Enseguida, se escuchan los "tronidos" de los
cohetes, los cuales han sido comprados con anticipación. A
este respecto, el señor Jesús Reyes Corona me
explicó:

Todavía en el pueblo habemos muchos campesinos
y sabemos muy bien que la probabilidad de
que nuestras cosechas lleguen a buen término son muy
escasas. Por tal razón, hacemos reuniones entre algunos
compañeros para analizar alguna acción contra las
lluvias. Como usted debe saber estas "lluviecitas" las manda el
mismísimo demonio, pues ya sabe que siempre le da por
molestar, y entonces algo que nos dijo el padrecito desde hace
muchos años era que sólo se le podía
espantar aventándole cohetones, así que nos
sugirió que compráramos por año una tanda
de cincuenta piezas. (…)Al principio, fíjese usted,
cooperaba todo el pueblo e, incluso, una parte de la limosna
dominical iba a dar al dinero que invertíamos en
comprarlos; pero ahora ni ilusiones nos hacemos y tenemos que
poner cada uno de nosotros. (…) Yo, a pesar de que
desembolsó por año algo así como dos mil
pesos, no me arrepiento de hacer esto, pues siempre nos ha
funcionado. Lo malo está en que muchos ya no creen…con
decirle que hasta cuando tronamos los cohetes la gente cree que
va a haber fiesta.

Quise obtener también la opinión del
párroco de la iglesia de Zinacantepec; sin embargo siempre
estuvo ocupado, así que solamente pude obtener el
testimonio de una persona muy
allegada a las labores de la iglesia, José Luis Fabela
Rendón, quien ha estado involucrado con estos
rituales:

Una de las maneras más efectivas para evitar
las granizadas y las tormentas es el hecho de quemar cohetes en
dirección al lugar donde se encuentran
las nubes grises. Este fenómeno tiene que ver con la
furia de dios y es que de acuerdo al comportamiento que se tenga, así se
verá uno beneficiado o perjudicado. Es necesario que los
cohetes tengan que pasar a ser bendecidos por el padre porque
si no, no servirán para nada. Esta práctica es
bien vista por dios, pues se da cuenta de que la gente
está arrepentida y pide por sus
sembradíos.

Este tipo de testimonios da cuenta de un ritual que
atañe a varias personas y que está totalmente
difundido en el municipio y en otras partes del territorio del
Estado de México. Por ejemplo, en Graniceros.
Cosmovisión y meteorología indígenas de
Mesoamérica
que coordina Johanna Broda podemos
encontrar un artículo sobre ahuyentadores de granizo
realizado por Isabel Hernández González, en el cual
se relata el caso que se percibe en San Gaspar
Tlahuililpan:

En San Gaspar Tlahuililpan las nubes de granizo son
"espantadas", "dispersadas" con cohetones parecidos a los
usados en las fiestas de los santos, pero más potentes
para que lleguen hasta las nubes.

La nube "ya viene correteada por otros pueblos", pues
en la región acostumbran de este modo "espantar las
nubes malas". En San Gaspar Tlahuililpan, declaran que
"sólo quieren que siga su rumbo, su camino, fuera de sus
terrenos de cultivo",

De fines de junio hasta fines de julio, los pueblos de
la zona van "correteando las nubes malas de un pueblo a otro,
de manera que de San Gaspar, se dice que se va la nube a San
Miguel Totocuitlapilco y a San Lorenzo Coacalco, poblados del
municipio de Metepec.

Un mes antes se compran los "cohetones de tromba".
Anteriormente los comisionados se encargaban de pedir
cooperación en el pueblo. En estos días
sólo el señor Joaquín Villa se preocupa
por comprarlos con la ayuda de personas que aún siembran
y algunos más que se solidarizan, aunque ya no tengan
terrenos de cultivo.

Con este ejemplo podemos encontrar grandes semejanzas en
cuanto al modo de practicar el ritual de ahuyentamiento. No
obstante, creo que lo que más fascina es la manera en que
cada una de las personas de forma individual lleva a cabo el
rito. Al principio de este trabajo advertía una forma de
realización que consiste en "cortar" las nubes con un
machete o cuchillo y rezando una oración pidiendo a los
santos o a la virgen. Ahora bien, otro tipo de ritual me fue
platicado por una señora que tiene unas parcelas en el
poblado de Acahualco (perteneciente a Zinacantepec), ella se
llama Magdalena Ruiz Itla:

Cuando uno nota que está pronta la nube a
llegar al lugar donde puede hacer daño
no hay más que pararse en el sembradío y hacer
una cruz en la tierra. Posteriormente ir por las palmas
benditas que se compraron en el día de Domingo de Ramos
y quemarlos en el lugar donde se hizo la cruz. Enseguida hay
que rezar tres padres nuestros y tres aves
marías para que dios y la virgencita nos oiga y deshaga
la tormenta.

Debido a que encontré estas distintas maneras de
enfrentar el problema decidí ir a visitar a una curandera
que vive en la cabecera de Zinacantepec, ahí en el Barrio
de la Veracruz. Su fama es mucha debido a que muchos la tachan de
bruja; no obstante, decidí preguntarle cuál era su
opinión al respecto, su nombre es Marina Chávez
Colín (MCC):

JC: ¿Qué opina con respecto a la
tradición o creencia sobre el ahuyentamiento de las
"colas" de agua?

MCC: Antes que otra cosa quisiera saber si
tú lo crees porque si te vienes a burlar sería
mejor que te retiraras…

JC: No si me importa, sí creo en esto y
por eso estoy interesado en conocer más a fondo lo que
significa.

MCC: Está bien, mira ese rito viene
desde nuestros antepasados, antes todo tenía que ver con
fuerzas naturales y no precisamente con la acción de un
dios. De no ser así ningún conocimiento
hubiéramos tenido como pueblo. En cada comarca
existían hombres que se dedicaban a mirar el cielo y
entenderse con él. De esta manera ellos tenían el
poder de
saber cuándo llovía, cuándo helaba y si
iban a ser malos tiempos o buenos para las siembras y las
cosechas. Estos sabios eran muy castos, nunca tuvieron que ver
con ninguna mujer, así que los dioses los premiaban con
esas facultades. (…)Cuando se viene un conjunto de nubes
grises o blancas que están muy juntitas y soplan mucho
es indicio de que se avecina una tormenta. Muchas veces hasta
en las nubes se forma una colita que indica la velocidad que
han tomado estas nubes. Este tipo de fenómenos se lo
debemos a nuestro dios Ehécatl que es el que manda sobre
el aire y decide para dónde llevar las nubes que traen
la lluvia. Lo importante aquí es que se entienda que el
solo no puede crear las nubes de tormenta y se ayuda en el dios
Tláloc. Ellos dos intervienen en la formación y
por ello es debido que los sabios que se encargan de entender
lo celeste intervengan para ofrendar a Tláloc y a
Ehécatl.

JC: ¿Qué ofrendan los
sabios?

MCC: como estas personas viven cerca de las
colinas o en los meros cerros realizan danzas para evitar la
tempestad y hacen auto sacrificios para ofrendar sangre.

JC: Entonces lo que se hace últimamente
de echar cohetes, quemar palmas, etcétera, ¿no
sirve?

MCC: Lo que ocurre es que eso ya está
mezclado con lo que trajeron los españoles, creen que
hay que evitar demonios que vienen en la nubes y hacen creer a
la gente que sólo con cohetes santificados o quema de
palmas benditas se espanta a las nubes; pero eso no es
más que invención de los padrecitos.

Este tipo de testimonio me confundió, pues si
bien es muy creíble el hecho de que los conocimientos
hayan sido legados por los
antiguos mexicanos no pude comprender el por qué
negó que las otras creencias fueran sólo obra o
inventiva de sacerdotes, cuando ella misma al momento de que se
encarga de hacer "limpias" contra males de ojo o contra hechizos
trae a colación a un sinnúmero de santos que se ven
en el catolicismo. Afortunadamente, uno de los trabajos que tiene
uno como investigador es el utilizar sólo lo que uno cree
conveniente.

Con respecto a estas personas que se dedican al
ahuyentamiento de las nubes de tormenta podemos encontrar
referencias en el mismo artículo de Hernández
González, gracias a él podemos hacernos una idea de
cómo debe de ser alguien que se dedique a tales
actividades:

Estos especialistas del tiempo, que ahora encontramos
en algunos pueblos campesinos del centro de México
cercanos a montañas y montes, son herederos de un
complejo cultural mítico-religioso de procedencia
prehispánica, amalgamado con elementos españoles.
Lo sagrado en los mesoamericanos se encontraba en el centro de
la vida cotidiana, siendo esencial para los pueblos
agrícolas dependientes de los eventos y
regularidades atmosféricas.

Los pueblos mesoamericanos eran grandes observadores
de la naturaleza v sus procesos; llegaron a considerar a
ésta sagrada y pensaron que debía ser cuidada y
reverenciada como dadora de vida en plantas y animales.

Estos pueblos agrícolas, que hicieron
corresponder sus trabajos con los eventos naturales, crearon
prácticas propiciatorias fabricando un complejo cultural
mágico-religioso en el que se apoyaba la agricultura.
Dentro de este complejo cultural de tareas técnicas
y prácticas propiciatorias, se encuentra la razón
de ser de los graniceros;. especialistas a los que se
les responsabilizaba de cuidar los sembrados del granizo:
"ahuyentar", "espantar" y "atajar" las nubes cargadas de
granizo.

Para otro autor, Otto Gálvez Schumann, tales
personas cumplen una función
específica debido a que fueron escogidas por la misma
naturaleza; es decir, no cualquiera puede tener tal
mérito, aunque tenga todo el
conocimiento:

'granicero' era aquel que había recibido la
descarga de un rayo, y que no solamente había
sobrevivido a ella, sino que mediante la misma recibía
la facultad de desarrollarse como granicero, ya que
después de esta descarga, quien la recibe, oye a
través de sueños o trances las voces que le
indican que tiene el poder de curar y de intervenir para pedir
o tomar parte en los controles de aguas, vientos y granizadas.
Siempre está presente la posibilidad de desarrollar esta
habilidad o no, pero por lo general quienes no obedecen a estas
voces pueden enloquecer, o hasta morir.

Aquellos que quieran desarrollar las potencialidades
recibidas, están obligados a que los asistan y los
enseñen personas que ya practican esta virtud, pero no
todas lo hacen en la misma dirección, ya que algunas de
ellas se especializan en curar determinadas enfermedades, o bien se
instruyen en el conocimiento de hierbas curativas; otros se
dedican a intervenir en el control del
agua y los vientos, y otros pueden ser especializados en curar
de sustos, espantos o de caídas; quienes utilizan la
herbolaria para curar no necesariamente son graniceros, aunque
pueden serlo.

Por ultimo enunciaré el testimonio de una
señora que se dedica a ayudar en las labores
agrícolas; pero que no tiene nada que ver con la siembra
de productos, ella se llama Celia Malaquías
Sánchez. Gracias a su experiencia reconoce que sí
debe utilizarse tanto el cuchillo o el machete en el ritual de
ahuyentamiento de nubes y también el que se utilicen las
palmas benditas en el proceso; sin embargo, ella hace
alusión a otro tipo de técnica:

Cuando se vienen las "colas" de agua lo primero que
hago es ahuyentar las nubes cortando las nubes con un machete y
haciendo una cruz en la tierra con él mismo.
Después que terminó de hacer esto voy por las
palmas benditas que conseguí el día de Domingo de
Ramos y las quemó fuera de mi casa.

En dado caso que no tenga esto es usual que muchas de
nosotras guardemos el cabello que se nos cae y que guardamos en
los agujeros del adobe, con estos montoncitos de cabello
ahuyentamos también a la nube quemándolos.
Asimismo, la casa la riego con agua bendita desde la puerta,
para así evitar que los malos espíritus entren a
ella, pues se supone que este tipo de fenómenos tienen
que ver con lo demoníaco.

Si bien dentro de estas entrevistas
encontramos grandes diferencias podemos percatarnos del papel que
juegan las creencias y fuerzas que no conocemos y que, no
obstante, sentimos y sabemos que existen. De alguna u otra forma
este tipo de prácticas sugieren, como dije anteriormente,
que hay una comunicación muy específica entre
los procesos naturales y las actitudes
humanas.

Decidí no insertar las entrevistas que hice a
personas que me respondieron con sarcasmo acerca de estas
tradiciones y se burlaron de tales técnicas, por simple
falta de espacio; sin embargo, no puedo dejar de hablar de un
tipo llamado Agustín Morales Castro, de oficio ingeniero,
el cual al preguntarle sobre cuál era su opinión
con respecto al ahuyentamiento de "colas" de agua me
respondió que si lo estaba albureando. Al ver mi negativa,
cambió su actitud de
bromista por la de erudito científico y me pidió
que le explicara algo sobre ello. Al darle los pormenores del
tema, sonrió y me respondió que en eso sólo
creían los ignorantes, las personas que no tienen quehacer
y que la verdad el no hablaba de "cosas incultas". Por tal
razón, decidí agradecerle su tiempo y dejarlo hacer
su trabajo de coordinador de obras públicas.

CONCLUSIONES

Resulta gratificante reconocer que estas
prácticas siguen vigentes en mi municipio, ya que habla de
un desarrollo
cultural bien fundamentado en las creencias antiguas, las cuales
han podido mantenerse en la memoria de
las personas desde hace quinientos años; sin embargo, muy
pronto se deja el optimismo de lado al ver que ya son muy pocas
gentes las que conocen estas tradiciones y las llevan a
cabo.

La principal causa de este olvido radica primordialmente
en la
educación que recibimos desde pequeños y en la
constante desaparición de espacios para cultivo. En
nuestros días, es más importante saber sobre
computación que preocuparnos por nuestra
historia, pues la primera reditúa y la otra sólo
informa o eso es lo que se piensa. Una solución a este
problema radicaría en darle mucho mayor peso a la enseñanza del México Antiguo
analizando que nuestros logros y progresos no se
entenderían sin la aportación que hicieron los
primeros mexicanos.

Otra situación que se torna muy paradójica
es que, por mucha tecnología que
tenemos y conocimientos científicos abundantes, aún
no es posible determinar con seguridad con
qué periodicidad se pueden presentar actividades
meteorológicas como los tornados y así evitar que
haya desastres. En cambio, los
conocimientos milenarios que nos han heredado nuestros
antepasados tienen un poder sobre los designios de la naturaleza
y demuestran, como se ha podido comprobar, que estos
fenómenos desaparecen tras llevar a cabo los
rituales.

Una deficiencia que he encontrado debido al olvido o
ignorancia que tenemos sobre los conocimientos antiguos se
encuentra en el hecho de que ya no convivimos con la naturaleza,
sino que la manipulamos a nuestro antojo y sin previsión.
Si supiéramos en verdad qué papel juega la
comunicación humana con el entorno tendríamos
un mundo diferente, donde no existiría la
contaminación, ni las enfermedades gastrointestinales,
ni los problemas de tierra, ni las disputas por recursos
naturales; en fin, no seríamos tan materialistas ni
tan asesinos del ecosistema.

Una reflexión que viene muy bien en este texto es la
que hace Fernando Benítez en Indios de
México
y que dice así: "¿Qué me
enseñaron los indios? Me enseñaron a no creerme
importante, a tratar de llevar una conducta
impecable, a considerar sagrados animales, plantas, mares y
cielos, a saber en qué consiste la democracia y
el respeto debido a
la dignidad
humana. También a pasar de lo cotidiano a lo
sagrado(…)." En suma, el conocimiento indígena no
sólo permite el contacto con el entorno natural,
también logra llevar al exterior los valores
más buenos que tiene el hombre para
vivir en paz y armonía con sus semejantes.

El ahuyentamiento de "colas" de agua permite reconocer
el entendimiento y respeto que algunas personas tienen
todavía por los fenómenos naturales, por lo tanto,
puedo decir que aún no hay nada perdido y que se puede
llevar a cabo el rescate de tales tradiciones siempre y cuando se
lleven a las aulas desde que somos pequeños. De no ser
así, siempre serán los simples cuentos, casi
fantásticos, que relatan los adultos para matar el
ocio.

Hoy, desafortunadamente, he perdido a mi abuelita y con
ella se fueron infinidad de conocimientos y creencias antiguas;
no obstante, aquello que me logró heredar ha de ser
compartido y continuado por mí, mientras la vida
así me lo permita.

FUENTES

BIBLIOGRAFÍA

BENÍTEZ, Fernando,

Los Indios de México,

Ediciones Era,

México, 1989,

423 pág.

BRODA, Johanna (coord..),

Graniceros: Cosmovisión y Meteorología
Indígenas de Mesoamérica,

Zinacantepec/El Colegio Mexiquense/U.A.M. Instituto de
Investigaciones Históricas,
México,1997,

563 pág.

GALINIER, Jacques,

Pueblos de la Sierra Madre. Etnografía de la comunidad
otomí
,

Instituto Nacional Indigenista,

México, 1987,

528 pág.

GARCÍA-PELAYO y Gross, Ramón,

Pequeño Larousse en color,

Tomo II,

Ediciones Larousse,

México, 1986.

PÉREZ Alvirde, Rosalío M.,

Zinacantepec. Monografía
Municipal
,

Instituto Mexiquense de Cultura,

México, 1999,

126 pág.

SAHAGÚN, Fr. Bernardino de,

Historia General de las Cosas de la Nueva
España
,

Editorial Porrúa,

México. 1999,

1093 pág.

ENTREVISTAS

Entrevista realizada a Alfonso Aguilar Mendoza y Susano
Víctor Chávez Reyes, ex mayordomos de la fiesta
realizada a la Virgen de los Dolores del Rayo realizada el 22 de
mayo de 2003. (Fecha: Domingo 14 de diciembre de
2003).

Entrevista realizada a Jesús Reyes Corona,
agricultor de maíz, haba y cebada que vive en el Barrio de
la Veracruz en la cabecera de Zinacantepec. (Fecha: 29 de
noviembre de 2003).

Entrevista realizada José Luis Fabela
Rendón, ferviente católico y ayudante
esporádico en eventos religiosos dentro la parroquia de
Zinacantepec. (Fecha: 6 de diciembre de 2003).

Entrevista realizada a Magdalena Ruiz Itla, agricultora
y ama de casa. (Fecha: 29 de noviembre de 2003).

Entrevista realizada a Celia Malaquías
Sánchez, ama de casa y ayudante en las labores de cosecha.
(Fecha: 15 de noviembre de 2003).

Entrevista realizada a Agustín Morales Castro,
coordinador de obras públicas en el Ayuntamiento de
Zinacantepec. (Fecha: 16 de diciembre de 2003).

PÁGINAS WEB

http://www.angelfire.com/nt/DesastresNaturales

http://www.itfuego.com/desastres/defensa_civil.htm

A la memoria de mi
abuelita Leonor: A un año de tu ausencia (13 de marzo de
2005) quiero agradecerte por tus sabios y apreciados consejos.
Gracias por enseñarme que la vida vale por los actos que
se realizan en beneficio de los demás. Gracias por haber
fungido como mi segunda madre en esta Toluca que me
enseñaste a amar. Gracias por consentir todos mis deseos
y apapacharme cuando me sentía lejos de casa. Gracias
por haber nacido y haberme dado tan valiosa familia. Gracias
por todo viejita adorada, espérame que ya
llegaré.

"«Es mejor despedirse al llegar. Así no
duele tanto cuando uno se va», me dice el viejo Antonio
tendiéndome la mano para decirme que ya se va, es decir,
que está viniendo. Desde entonces el viejo Antonio
saluda al llegar con un «adiós» y se despide
alzando la mano y alejándose con un «ya
vengo».

(…)P. D. que a caballo y con mariachi, canta al pie
de la ventana de una abuela ésa de Pedro Infante que se
llama ‘Dicen que soy mujeriego’ y que
termina…

Entre mis dulces amores Una viejita muy
linda

uno vale mucho más que no creo yo
merecer

que me quiere sin rencores con su corazón me
brinda

de mí para tararirarán el
más divino querer.

Frente a una abuela uno siempre es un niño que
duele al alejarse…Adiós abuela, ya vengo. Ya acabo, ya
empiezo…

Subcomandante Insurgente Marcos,
"La historia de las preguntas", Diciembre 1994.

 

Javier Cervantes Mejía

Partes: 1, 2
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