- Calidad del follaje como
materia prima industrial - Principales direcciones del uso
industrial del follaje - Ubicación
de los Productos Forestales No Madereros (PFNM) en el mercado
mundial - Bibliografía
1. Introducción
El bosque además de madera
proporciona una gran variedad de productos no
madereros que difieren en cuanto a su origen, naturaleza y
características. Los PFNM se clasifican en diferentes
categorías: de alimentos y
aditivos para la alimentación animal,
productos fitoquímicos y químicos
aromáticos, aceites, medicinas, bálsamos para
cosmética, entre otros (Chandrasekharan, Ch.,
1996).
La Política Forestal en
Cuba hasta el
2015, contempla en su estrategia la
utilización de las tierras útiles para nuevas
plantaciones forestales que ascenderán a 500 000 ha lo que
permitirá un incremento del área cubierta de
bosques (Linares, E., 1997), esto implica una mayor producción de madera, que aparejada a la
modernización de las instalaciones existentes y a la
introducción de nuevas
tecnologías, incrementará los desechos de
follaje, fundamentalmente de pinos y eucaliptos, los que
podrían ser destinados a una industria de
fitofármacos, contribuyendo a dar un valor agregado
a los productos forestales.
La nueva Ley Forestal y el
Programa
Forestal Nacional hasta el 2015 recogen los preceptos del uso
sostenible del recurso forestal, el derecho de los habitantes al
bosque, el uso de las tierras forestales, la aplicación de
la agrosilvicultura y la diversificación de los productos
y sus desechos para incrementar el valor agregado del recurso
forestal (Linares, E., 1997).
El follaje verde posee amplias perspectivas para los
países tropicales, dada su abundancia y los bajos costos de
producción, lo que posibilita la ampliación de
ofertas nacionales de materia prima
a diferentes ramas de la economía nacional,
contribuye a un suministro sostenible para la obtención de
PFNM, asegura un comercio
regional, nacional e internacional que reporta beneficios a la
población y fomenta sistemas de
comercio guiados por el principio de desarrollo
sostenible: sostenibilidad ecológica (uso y
conservación), sostenibilidad económica (productividad) y
sostenibilidad social (Dürbeck, K., 1999), por lo que
resulta necesario contar con una información sobre las potencialidades
disponibles de follaje verde, su calidad, su
composición química y sus
posibles usos en la industria.
2.1. Calidad del follaje como materia prima
industrial.
El follaje verde es la materia prima para la
obtención de diferentes productos y comprende las hojas o
acículas, yemas y brotes nuevos. La obtención de
esta materia prima es muy difícil desde el punto de vista
tecnológico, debido a que en la práctica, el
follaje verde cuando se acopia contiene también la
corteza, madera y mezclas
orgánicas.
En las hojas o acículas se encuentra la mayor
cantidad de sustancias extraíbles, por eso otro importante
aspecto tecnológico lo constituye el porcentaje de estas
en el follaje. Según la metodología planteada por Yagodin, V. I.,
(1981) la composición fraccionada del follaje brinda una
información de esa calidad, por lo que realizar un estudio
de esta en el follaje nos permite conocer si la materia prima
presenta la calidad requerida para su utilización
industrial en la obtención de productos con actividad
biológica.
La composición fraccionada del follaje en
especial de coníferas ha sido estudiada detalladamente por
Terzic, D. (1970); Hakkila, P. (1969); Ilvin, et al (1976)
citados por Yagodin, V. I. (1981), quienes encontraron que el
diámetro y la longitud de las ramas tienen una influencia
en la composición de las hojas o acículas del
follaje, semejantes resultados fueron obtenidos por Mitrofonov,
D. P. (1988), al estudiar el follaje de diferentes especies de
árboles, observaron que al aumentar el
diámetro de las ramas, se reduce la proporción de
acículas y crece la de corteza y madera, teniendo una
marcada influencia en el costo de la
materia prima, su calidad y en el proceso de la
extracción de las sustancias biológicamente activas
del follaje.
Un método
más rápido para determinar el contenido de hojas o
acículas fue desarrollado por (Yagodin, V. I., 1983;
Cordero, E., 2001), el cual consistió en el secado en
estufa y tamizaje del follaje. Si se comparan ambos métodos,
este último proporciona resultados a más corto
plazo y con un solo operario.
Los resultados de los estudios de la composición
fraccionada condujeron a establecer normas para
determinar la calidad del follaje de acuerdo al porcentaje de
hojas, planteando diferentes clasificaciones. Según las
normas para el follaje verde, este se clasifica en tres
categorías que norma su calidad: en la primera, se
encuentra el follaje que contiene más del 80% de
acículas (hojas), en la segunda, más del 70% y en
la tercera más del 60% (Terzic, D., 1970; Yagodin, V. I.,
1981; Polis, O., 1986).
Los estudios realizados en diferentes especies
demuestran que, en Pinus masoniana Weichun, Z. (1989)
encontró porcentajes de acículas de más del
75%, Díaz, S. (1998) plantea porcentajes de
acículas en P. caribaea Morelet var. caribaea superiores
al 70% y en P. tropicalis Morelet por encima del 75%, Cromer, R.
N. (1978), citado por Jacobs, M. R: (1981) plantea porcentajes de
hojas de 57,89% y 61,41%, para Eucalyptus globulus de cuatro a
seis años respectivamente. Este mismo autor ofrece
datos de que
la proporción de follaje en los árboles variaba
entre el 46% y 33% del total (Cromer, R. N., 1975). En la
obtención de una tonelada de pulpa de madera comerciable
se producen aproximadamente 425 kg de residuos forestales, de
ellos 86 kg son de follaje, lo cual podría aprovecharse en
la producción de sustancias biológicamente activas
(Pereira, H., 1984).
Los estudios sobre la composición de sustancias
extraíbles de los componentes del follaje en especies de
coníferas, han demostrado que la mayor composición
química y el valor del follaje como materia prima
tecnológica está en las acículas (Yagodin.,
V. I., 1981).
2.2 Principales direcciones del uso industrial del
follaje.
El uso del follaje de los árboles como alimento
animal y en la medicina ha
sido un tema de interés en
países desarrollados. Los estudios de la
composición química del follaje como una nueva
dirección del aprovechamiento forestal han
demostrado su capacidad y valor económico (De Silva T.,
1997). Las células
del follaje verde de los árboles contienen
múltiples sustancias biológicamente activas:
carbohidratos,
lípidos,
proteínas, resinas, sustancias minerales y una
rica composición de biocatalizadores que regulan las
propiedades de defensa. Por lo que puede ser utilizado para la
medicina y la alimentación animal (Solodki, F. T.,
1969).
Los trabajos encaminados a la utilización del
follaje para la alimentación y los medicamentos se han
proyectado en cuatro direcciones:
- Uso directo del follaje verde y fresco.
- Uso del follaje verde conservado.
- Obtención de aceites esenciales.
- Obtención de sustancias biológicamente
activas.
El uso directo del follaje verde y fresco resulta el
menos costoso, ya que el follaje verde se acopia, tritura y se
mezcla con la ración principal de alimento para rumiantes
y aves (Song,
Y., 1992), sin embargo tiene la desventaja de que no se puede
guardar por un largo tiempo, ya que
las sustancias biológicamente activas se descomponen muy
rápido, disminuyendo su actividad biológica y
calidad. Por otra parte, dosis demasiado grandes de follaje en
las raciones alimenticias son dañinas debido a la
presencia de compuestos fenólicos y aceites esenciales
(Polis, O., 1986).
El uso del follaje verde conservado, como alimento,
resulta más provechoso ya que permite obtener el producto seco
a altas temperaturas sin pérdidas significativas de las
sustancias biológicamente activas (Yagodin, V. I., 1981;
Polis, O., 1986; Quert, R., 1995).
La tecnología para la
producción de aceites esenciales es ampliamente conocida,
basada en las propiedades de los aceites esenciales de ser
arrastrados con vapor de agua, y no
disolverse en ella, conservando sus propiedades y su aroma
(Yagodin, V. I., 1981; Polis, O., 1986; De Silva, T., 1996;
Ciesla, W. M., 1998). En la actualidad generalmente se utilizan
cuatro métodos para su obtención:
hidrodestilación, utilizando solamente agua; destilación con agua o vapor, utilizando
uno u otro o ambos; destilación directa con vapor,
utilizando solo vapor y extracción con disolvente,
utilizando solamente disolvente orgánico (Ciesla, W. M.,
1998). Mediante esta tecnología se obtiene del follaje
residual, harina vitamínica, lo que resulta un
aprovechamiento más completo (Leyva, B., 1989,
1990).
El uso del follaje de coníferas para la
obtención de aceites esenciales ha sido tratado por muchos
autores (Tamchuk, R. I., 1973; Yagodin, V. I., 1981; Stpen, R.
A., 1986; Gornostayeva, L. Y., 1989; Quert, R., 1990,1993). Sin
embargo los mayores rendimientos de aceites esenciales se
reportan en las hojas de Eucalyptus glogulus, E. sideroxylon y E.
citriodora (Penfold, A. R., 1961; Navarro de Andrade, E., 1961;
Dadwell, H. E., 1962; Small, B. E. J., 1982). El cineol obtenido
de estos aceites es un producto de gran competencia en el
mercado (Menut,
C., 1995).
La tecnología para la obtención del
extracto lipídico es una de las direcciones más
promovidas del uso del follaje. En Cuba, Díaz y col., 1993
obtienen extractos bencínicos a partir del follaje de dos
especies forestales de la provincia de Pinar del Río,
Quert, R. y col. (1995) establecieron la tecnología para
la obtención de sustancias biológicamente activas a
partir de extractos alcohólicos del follaje de especies
forestales. Tecnologías sin residuos y de baja contaminación han sido desarrolladas en
Rusia
(Yagodin, V. I., 1987, 1989) y en la actualidad se desarrollan en
el mundo (De Silva T,. 1997).
Actualmente para la obtención de preparados
tradicionales se emplean métodos simples
(extracción con agua a 95ºC, expresión del
jugo después de la desfibración del material seco o
fresco, extracción con diferentes sistemas de solventes,
formulación de pastas, etc.).
El tratamiento químico sin desperdicio es
rápido y facilita la obtención de sustancias con
actividad biológica para la medicina y la
alimentación, según las condiciones de
producción y demanda de
productos.
En los países con tradición en el uso del
follaje con fines industriales está encaminado su empleo (seco o
verde) para la producción de preparados medicinales, que
pueden ser sólidos o fluidos; polvos o tinturas. El
desarrollo de
nuevos preparados está basado en la farmacopea
tradicional, investigación, procesamiento del material y
su formulación. Los parámetros del proceso se
llevan a escala piloto,
facilitando el trabajo de
investigación-desarrollo y la interacción universidad–industria, con el fin de
demostrar que la obtención de los productos finales a
partir del follaje puede ser elaborada a escala industrial
(UNIDO, 1991; Douglas, A., 1996; De Silva, T.,
1997).
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