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El índice de libertad económica en el campo mexicano (página 3)




Enviado por mrs



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La recta descendente es una idealización de la
conducta del
comprador: dice que si logra conseguir un precio bajo,
estará dispuesto a comprar una cantidad alta. Pero si el
precio es alto, tendrá que conformarse con una cantidad
menor.

Esta hipótesis es generalmente aceptable. Sin
embargo, existen casos en que un agente podría pensar en
comprar mucho si el precio es alto "pues significa que la gente
aprecia mucho ese bien" y por tanto, calcula que le puede sacar
buen provecho. Por otro lado, tratará de comprar poco de
aquello que tiene bajo precio pues puede significar que la gente
ya no aprecia demasiado ese bien.

Esto no quiere decir que un agente va a comportarse
siempre de la misma manera, pues todo depende de las
circunstancias, los tiempos y las contingencias. Si un agente
percibe que una semilla va a escasear, puede ser que compre
más, aún cuando hoy está más cara que
ayer. Seguramente este agente pensará que pasado
mañana la puede vender a mejor precio y así obtener
un beneficio.

En cuanto a la curva de oferta se
puede leer de la siguiente manera: "si el precio es bajo el
oferente tendrá poco interés en
comerciar o quizás sólo intercambie un poco,
esperando que mañana tenga un mejor precio; pero si el
precio que ofrecen es alto, tendrá mayor interés en
intercambiar. Pero también podría suceder que si el
precio es bajo tratará de vender mucho, pues quizás
es un producto
pasado de moda, pero si el
precio es alto tratará de vender poco porque es posible
que mañana lo pueda vender más alto aún.
Igualmente, tener una curva de oferta descendente obedece a las
distintas expectativas que poseen los agentes
económicos.

2.5 La plusvalía o juego de suma
positiva

La impredecibilidad de los agentes económicos
parece ser un factor importante para que funcione eficientemente
un sistema y
requiere un buen estudio.

Un tema interesante se refiere al encuentro de un
oferente y un demandante con sus curvas invertidas. O bien un
oferente con curva invertida y un demandante con curva normal y
viceversa.

Considerando las curvas de oferta y demanda
tradicionales: descendente la de demanda y
ascendente la de oferta; cuando los dos agentes se encuentran,
cada uno con sus intenciones y expectativas, empiezan a negociar.
El único punto que manifiesta un acuerdo es aquel donde se
cruzan las líneas. Ese es el precio de mercado. Vale la
pena recalcar que ese es el precio para ese mercado, con esos
individuos, con esas mercancías, en ese lugar y en ese
momento. Si llegan a un acuerdo intercambian a ese precio fijado
por ellos mismos. A esto se le llama equilibrio del
mercado. "Así pues -dice Arrow (1977)- un conjunto de
precios de
equilibrio es un conjunto tal que la oferta y la demanda se
igualarán en el mercado".

Los críticos del mercado señalan que esta
forma de ver la economía es obsoleta
pues en la actualidad un individuo que
quiere comprar una computadora
difícilmente se puede sentar a negociar con Bill Gates, el
dueño de Microsoft:
"Gates te impone sus precios y no puedes negociar nada". Sin
embargo esta crítica
es poco válida pues Gates no pone los precios a su antojo.
A pesar de que tiene todo el derecho de poner el precio que desee
a sus ordenadores, sabe que corre el riesgo de no
vender sus aparatos, fomentar la competencia o la
piratería. Y si el precio es demasiado bajo
es posible que tenga que cerrar su empresa pues no
alcanzaría a cubrir los costos.

Una vez que Gates o su equipo determinan a cómo
vender sus aparatos, los ofrece y si hay alguien que los compre,
quiere decir que ese es el precio para esas personas (Gates y su
cliente) en ese
lugar y en ese momento. No es un precio impuesto pues
Bill Gates no coacciona al cliente para que compre la
computadora, son operaciones
libres y voluntarias entre dos agentes privados.

Por definición, si el cliente compra a un precio
P, ese es un precio justo para ese comprador y ese vendedor ya
que es la expresión de la soberanía y libre voluntad de los agentes
involucrados.

Hay otras maneras en que se forman los precios. Por
ejemplo, en una subasta se ofrece un piano a un precio muy bajo y
habrá muchos que quieran comprar; conforme se va
incrementando el precio, el número de posibles compradores
va disminuyendo. Llega el momento en que la cifra es tan alta que
solo hay un posible comprador. En cuanto el mazo golpea el
mallete y el subastador grita "¡vendido!", en ese instante
se forma el precio justo para ese vendedor y ese comprador. Este
será el precio para ese mercado, de ese momento y en ese
lugar. Es muy posible que en la esquina vendan un piano de la
misma marca y con otro
precio. Eso no quiere decir que hubo fraude alguno. Y
el comprador no tendrá derecho de reclamar.

Hay algunos autores que hablan de intercambios fuera del
mercado, es decir, fuera del equilibrio. Es una idea sin sentido,
a menos que se refieran al ladrón de la esquina que bajo
la amenaza de quitar la vida, exige la cartera. Ese si es un
intercambio fuera del mercado ya que el asaltado no es respetado
en su voluntad y propiedad, hay
coacción y por lo tanto no hay mercado.

Por cierto, en la sociedad
existe un número importante de intercambios fuera del
mercado, pero todos ellos presuponen violencia,
coacción o delincuencia.
Por ejemplo, las negociaciones de un sindicato con
el patrón, bajo la amenaza de estallar la huelga si no
reciben el sueldo solicitado. O bien cuando los funcionarios del
Estado
determinan sus propios sueldos y bonos o
"compensaciones". O cuando se paga la gasolina que vende el
gobierno. Todos
estos son intercambios fuera del mercado porque se omite la
voluntad y soberanía de los agentes económicos (el
oferente y demandante no negocian) y descansan en fuerzas
coactivas.

León Walras estudió profundamente el
proceso del
mercado en el siglo XVIII y observó el fenómeno de
la formación de los precios. Observó que si los
precios permanecían constantes era posible calcularlos
conociendo las cantidades compradas y el total de la compra.
Walras se refería a un sistema de ecuaciones
simultáneas.

Y1=p1x11+
p2x12+ p3x13+…+
pnx1n

Y2=p1x21+
p2x22+ p3x23+…+
pnx2n

. (2.1)

Yn=p1xn1+
p2xn2+ p3xn3+…+
pnxnn

Donde Yj es la cantidad pagada por el agente
j;

pi es el precio pagado por el bien
i.

xij es la cantidad comprada del bien j por
el agente i.

Sin embargo, a pesar de ser una observación interesante, sólo tiene
sentido si los agentes no negocian y tomen los precios como
fijos. Esto, por supuesto, es una circunstancia muy especial que
no se da en una economía de mercado, donde los agentes
negocian, los gustos cambian, las disponibilidades de insumos
varían.

Ahora bien, si se admite que una hogaza de pan puede
tener diferentes precios y todos ellos son precios de equilibrio
y haciendo abstracción del tiempo, es
posible que se admita el sistema anterior de ecuaciones para
calcular el precio de mercado de cada hogaza y de cada naranja
vendida. Aquí ya se estaría considerando la hogaza
de pan vendida a las ocho de la mañana como una
mercancía diferente de la hogaza de pan vendida a las diez
de la mañana.

Todo lo que se requiere para que sirva el sistema de
ecuaciones de Walras es que sea un sistema no singular, es decir,
que su determinante sea diferente de cero. Dicho de otra manera,
que sea un sistema de ecuaciones linealmente independiente donde
hay n ecuaciones y n precios.

Si se suma

x11+ x21+ x31+…+
xn1= x1

x12+ x22+ x32+…+
xn2= x2

(2.2)

x1n+ x2n+ x3n+…+
xnn= xn

donde xi es la cantidad del bien i
intercambiada en el mercado.

Se obtiene la cantidad total vendida del bien
x1, x2,…,xn . Estas cantidades
son denominadas por muchos economistas como la demanda. Pero
igualmente podría llamarse oferta pues es lo que llevan
los oferentes al mercado.

Por tanto la igualación de la oferta y la demanda
resulta ser una obviedad.

La conjetura de Walras dice que los precios están
estrechamente relacionados con la oferta (o demanda) de productos. Es
decir, que si se conoce las cantidades que llegan al mercado, se
puede determinar de antemano el precio que van a
tener.

Intuitivamente parece una proposición aceptable,
pues si llega poca mercancía parece natural que el precio
se eleve y si se produjo mucho arroz es natural que baje el
precio. Pero una cosa es determinar la dirección de los precios y otra
encontrarlos o calcularlos de manera precisa.

Si esta conjetura fuera cierta, ya no se
necesitaría que los agentes económicos pierdan el
tiempo negociando a cómo comprar una tonelada de arroz,
bastaría tener una buena computadora y alimentarla con los
datos de las
cantidades que llegan al mercado para que la máquina, en
cosa de segundos, determine el precio. Walras sugirió
entonces que los precios dependen de las demandas de bienes, no
solo de la demanda de un bien, sino de todos los
demás.

La formulación es la siguiente:

P1=f(x1,
x2,…,xn)

P2=f(x1,
x2,…,xn)

(2.3)

Pn=f(x1,
x2,…,xn)

Sin embargo, parece ser que la conjetura de Walras posee
algunas inconsistencias si se considera el siguiente
ejemplo.

Supóngase que sólo se dispone de cuatro
naranjas y tres manzanas. ¿Como pretender que con estos
simples datos la computadora puede saber los precios que
tendrán en el mercado? Es imposible pues hay demasiadas
posibilidades. Se puede acotar si se considera que el gasto total
es de 10 pesos. Se puede pensar en un sistema como el que
sigue:

1n+2m=4

3n+1m=6 (2.4)

La solución es n=5/6 , m=7/3

Pero también podría ser:

3n+2m=7

n + m=3 y la solución es m=2, n=1

Y así se podrían construir una infinidad
de soluciones.

Luego, parece ser que no es posible concluir que,
conociendo la demanda total de n bienes es posible determinar los
n precios.

El error de la conjetura podría deberse a la
agregación de los n bienes en ecuaciones tipo (2.2). En
realidad, para determinar los n precios se requiere tener,
ciertamente n ecuaciones, pero no de forma agregada.

Se necesitan saber las cantidades que operaron en cada
mercado y el monto total de la operación. Es decir un
sistema como:

Y1=p1x11+
p2x12+ p3x13+…+
pnx1n

Y2=p1x21+
p2x22+ p3x23+…+
pnx2n

…. (2.5) .

Yn=p1xn1+
p2xn2+ p3xn3+…+
pnxnn

Donde Yj , xik son
constantes.

En estas condiciones es posible calcular los precios que
se formaron, los de las acciones de
compra realizadas. Si se quisiera usar el modelo de
Walras para pronosticar precios, se estaría abusando de su
planteamiento. En efecto, para que fuera posible pronosticar los
precios que va haber mañana, se tiene que contar con los
siguientes requisitos:

  1. los gustos de los agentes no deben
    cambiar.
  2. los agentes no deben negociar, sino tomar los precios
    como dados.
  3. deben comprar lo mismo que ayer.

Pero entonces se trata de una economía muy
especial que no vale la pena detenerse en ella. Lo cierto es que
en las economías de mercado los gustos y preferencias
globales cambian a cada momento y nadie las puede pronosticar;
Algunos agentes podrán tener gustos con duraciones
más prolongadas, pero otros cambian de manera inesperada.
Puesto que los agentes tienen libertad de
negociación, es muy posible que las
cantidades intercambiadas sean diferentes a las del día
anterior.

Otro aspecto equivocado de Walras se refiere a la
condición de beneficio nulo de las empresas. Se
trata entonces de una economía muy diferente a la de
mercado, donde los empresarios son movidos por el interés
del beneficio.

Estas distorsiones en el concepto del
mercado conduce a la idea de que un tercer agente puede
intervenir en ellos para "lograr el equilibrio". En efecto, Arrow
(1977) dice: Supongamos que los mercados se
consideran en algún orden definido. En el primer mercado,
ajustamos el precio de modo que se igualen la oferta y la
demanda, dados todos los demás precios; esto
requerirá normalmente que se eleve el precio si
inicialmente la demanda supera a la oferta; que baje en caso
contrario. Al final de la primera vuelta, el último
mercado estará en equilibrio, pero ninguno de los
demás lo estará necesariamente porque los ajustes
de los mercados subsecuentes destruirán el equilibrio
logrado en cualquiera de ellos".

2.6 El dinero como
fenómeno espontáneo

Uno de los méritos del trabajo de
Arrow se refiere a la introducción implícita del dinero. Dice
Arrow (1977) "la existencia de un mercado supone que debe haber
por lo menos, un bien aparte del que se comercia en ese mercado,
ya que un precio debe expresarse como la tasa a que un individuo
da algo a cambio del
bien en cuestión". Quiere decir que la presunción
del funcionamiento eficiente de los mercados implica la
existencia de un mecanismo que hace posible esto: el dinero. No
se necesita abundar más en ello mientras ese mecanismo no
sea pervertido por algún agente.

2.7 Los precios de mercado

La posibilidad de calcular los precios después de
realizadas las operaciones ha permitido surgir la idea de
poder calcular
los precios antes de que se realicen los intercambios.

Hasta hoy en día, no ha sido posible tener un
modelo que pronostique los precios que surgirán en el
mercado de mañana. Aún si se redujera el
ámbito del precio de las acciones en la bolsa mexicana de
valores, o
aún si se redujera a un paquete de diez acciones es
fácil que falle cualquier modelo. Incluso si se redujera
el problema a calcular el precio de una sola acción,
fallaría el modelo. Es fácil comprobar esta
afirmación si tan solo se intenta calcular la tasa de
cambio entre el peso mexicano y el dólar para el
día siguiente.

2.8 Modelos para
calcular precios futuros de mercado

Es notable ver que los modelos más elaborados
para pronosticar los precios precisos de mercado en el
próximo año, de las semillas, el oro, el
dólar o cualquier otro bien fallan con probabilidad
cercana a uno. Aún si se pronostican con horizontes
cortos, de un mes, una semana o del día siguiente, es muy
probable que fallan. La razón es muy simple. Cuando
concurren dos agentes que quieren intercambiar, interviene una
cantidad enorme de variables
difíciles de enumerar y determinar.

Por ejemplo, cada vez que una joven va a la tienda con
la intención de comprar una blusa, se fija en el color, la
textura, la combinación, la temporada, la marca, la
tienda; piensa si le va a gustar al novio, a las amigas, a sus
hermanas o al jefe. En fin, todas las variables se procesan en
esa maquinaria tan fina y compleja que se llama cerebro para
decidirse a pagar o no el precio que pide el oferente, o a
proponer otro precio hasta llegar al punto de acuerdo o
desacuerdo. El caso es que nadie puede prever el resultado final.
Es posible que no se pueda pronosticar siquiera si se hará
o no la operación.

2.9 La predicción

La imposibilidad de calcular los precios del mercado no
implica que se deba abandonar el esfuerzo por pensar en los
precios del mañana. Pero estos precios deben verse como
simples posibilidades, especulaciones que generan diversos
escenarios. En realidad todos los productores y consumidores
trabajan a base de especulaciones. Piensan que posiblemente
encontrarán un comprador que pagará diez mil
dólares por su automóvil; piensan que es muy
probable que el precio de las tortillas sea el mismo que el de
ayer. Estas especulaciones sirven para hacer cálculos
económicos a fin de tomar decisiones e intentar conseguir
los mejores resultados.

Ante la dificultad de calcular precios futuros precisos,
los modelos econométricos introducen un término de
error con el fin de determinar intervalos donde pueden ocurrir
los precios. Esto es más real, y el modelo será
más confiable mientras mayor sea la varianza del error.
Pero si la varianza es muy grande, aunque el modelo sea confiable
puede ser inútil.

2.10 Alteración de los precios de
mercado

Ya se ha visto que las operaciones de mercado
constituyen juegos de suma
positiva donde los dos involucrados ganan. No es posible explicar
los intercambios libres y voluntarios sin el presupuesto de
que ambos agentes se sienten más beneficiados que antes de
la operación.

Otro punto interesante de la teoría
económica se refiere a los mecanismos de generación
de riqueza. Aquí ya se vio que el mercado es un mecanismo
que genera riqueza para las dos partes, el oferente y el
demandante. ¿Será posible que exista otro mecanismo
más eficiente? La respuesta es negativa.

2.11 Redistribución del ingreso

Se creía que quitándoles a los que
tenían "demasiada riqueza" y distribuyéndola entre
los pobres se lograba mejorar la sociedad. Sólo que este
método
implica varios problemas.

El primero se refiere a la existencia de un agente que
se arroga el derecho de violar la propiedad privada. Si puede
violar la propiedad privada de un gran rico, también lo
puede hacer con un mediano o con un pobre.

El segundo problema se refiere a crear una sociedad o
grupo de
personas que dependen del "benefactor". Estos ya no se
preocuparán por ser productivos pues los mantiene el
Estado.

El tercer problema se refiere al acotamiento que el
benefactor les hace a "los ricos". Éstos ya no
podrán invertir más, ni comprar más materia prima,
ni crear más puestos de trabajo, ni elaborar más
mercancías pues les despojaron del capital.

El cuarto problema se refiere al crecimiento de la
burocracia del
benefactor. Necesita gente que le ayude a quitarles a los ricos y
que le ayude a distribuir. El resultado de este proceso
será que los verdaderos beneficiarios serán "el
benefactor" y su equipo de trabajo.

El quinto problema del sistema de distribución a la Robin Hood se refiere a
las conductas que genera, ya que nadie quiere hacerse rico porque
sabe que será candidato a ser expropiado. Luego, se
creará, a largo plazo, una sociedad igualitaria de
pobres.

2.12 El papel de los impuestos

Una manera de aplicar el sistema de Robin Hood es
mediante la aplicación de una política
fiscal a base de impuestos.
Especialmente si los impuestos son de orden progresivo, es decir,
cuando el Estado impone tasa mayor a la gente que gana
más.

También se ha hecho muy popular que los gobiernos
cobren impuestos por cada operación comercial. Así,
por ejemplo, si se va a comprar un automóvil de
$100,000.00 el gobierno impone un pago extra por
$15,000.

Figura 2.7 La intervención del
tercero destruye los mercados

P* es el precio de equilibrio pactado por el
oferente y demandante.

Pn es el precio dictado por un
tercero.

Qn1 es la cantidad que el oferente
estaría dispuesto a vender dado el precio
Qn.

Qn2 es la cantidad que posiblemente
podría adquirir el demandante, dado el precio
Pn.

Los efectos posibles de un impuesto a la
operación comercial son los siguientes:

  1. Puede suceder que el cliente no realice la compra. En
    este caso, el gobierno destruyó el mercado que se estaba
    formando con el comprador, el vendedor y el precio de
    equilibrio. Se trata de un juego de suma negativa, pues
    perdió el cliente (no tendrá el auto que
    deseaba); perdió el oferente, al no tener el ingreso por
    venta del
    auto. Y finalmente también perdió el gobierno,
    pues no consiguió el dinero que deseaba, al no haberse
    hecho la operación.
  2. Puede suceder que se realice la compra. Si el
    impuesto lo paga el cliente, sentirá que le han robado
    $15,000.00 que no estaba dispuesto a pagar. También se
    está destruyendo al mercado, pues la operación ya
    no depende de la libertad soberana de los agentes para
    determinar el precio. Al nuevo precio impuesto por el Estado,
    es probable que se reduzca la cantidad de clientes. Esta
    reducción conduce asimismo a una contracción de
    la planta productiva y eventualmente a despedir
    trabajadores.
  3. Si el impuesto lo absorbe el oferente, entonces se
    descapitalizará y posiblemente tenga que cerrar su
    negocio.
  4. Si el impuesto se absorbe por las dos partes
    (oferente y demandante) entonces la descapitalización es
    para ambos y por tanto, sus tasas de crecimiento serán
    menores.
  5. No hay garantía de que el dinero obtenido con
    base a impuestos tenga un efecto virtuoso en manos del
    Estado.

En resumen, el único precio que permite un
óptimo de Pareto, es el precio de mercado, es decir, el
precio determinado libremente entre oferente y demandante; el
precio donde no interviene el Estado.

El precio de mercado, o precio de equilibrio, es el
precio capaz de generar riqueza. Esta riqueza se distribuye de la
manera más justa, es un óptimo de Pareto. Se
distribuye entre los actores del intercambio y cualquier reparto
diferente que hiciera un tercer agente, perjudica a uno de los
dos.

Otro problema teórico consiste en saber si existe
alguna otra forma de generar riqueza aparte del quid pro
quo.

Ciertamente, una persona puede
acumular riqueza a base de fraudes, por ejemplo, dando kilogramos
de 800 gramos; también se puede asaltando a los
transeúntes. Ambas prácticas implican la
generación de riqueza pero fuera del principio de
intercambio libre y voluntario. No son recomendables porque
terminan por destruir a la sociedad.

Otros autores han pensado que se puede generar riqueza
por medio del gasto
público. Por ejemplo, si el gobierno construye
carreteras, va a permitir que se desarrolle el comercio, se
incremente el consumo, se
incremente la planta productiva y con ello se generan más
empleos. Para que el gobierno haga una carretera, necesita cobrar
impuestos, sea a los trabajadores, sea a los productores. Pero
entonces va a reducir el nivel de consumo de los trabajadores; y
va a reducir el nivel de inversión.

No sería mala la idea del gasto de gobierno si en
el balance, comparando el nivel de consumo perdido con el nivel
de consumo nuevo, resultara positivo; o bien, comparando el nivel
de inversión o pérdida con las nuevas inversiones,
se compensara positivamente. Pero nadie puede garantizar este
resultado. Por otra parte, la carretera se gasta, la intemperie
tiende a destruirla y puede ser que se de el caso de quedar
inutilizada antes que genere algún beneficio
económico. Por tanto, la idea de que el gobierno gaste en
una carretera, puede no ser muy buena pues termina por generar
pobreza en
algún lugar, además de que tiene que seguir
cobrando impuestos por los gastos de
mantenimiento.

Esto no quiere decir que no se deben hacer carreteras
para el desarrollo de
país. Las carreteras son necesarias, fundamentales para la
labor económica. El problema radica en quién debe
ser el sujeto que decida si se hace o no una carretera. La
respuesta es que no debe ser el gobierno.

Si hace falta una carretera, debe haber particulares que
se encarguen de construirla, que usen sus propios recursos, y
busquen la manera de recuperar la inversión. Puede ser que
ponga casetas de cobro, puede ser que conquiste el interés
de la gente para que colaboren con sus aportaciones. Puede ser
que genere una bolsa de accionistas que aporten capital debido a
que la carretera favorece a sus negocios. En
fin, hay muchas maneras de resolver el problema de la carretera.
Pero todas estas soluciones deben conservar un principio: no
despojar a nadie de su patrimonio.

Lo mismo se puede decir de los puentes, las presas, la
telefonía, la electricidad o
el
petróleo. Lo único que justificaría la
entrada del gobierno es que no existiera algún particular
interesado en brindar el producto o servicio.

Por ejemplo, si hay una epidemia de cólera
¿debe el gobierno incrementar los impuestos a fin de
contratar médicos, crear hospitales, comprar medicinas, y
curar a la gente? Si se deja al mercado, seguramente habrá
agentes que consigan las vacunas y las
ofrezcan a cambio de una cantidad de dinero. Algunos
tendrán para pagar, otros podrán pedir prestado al
banco. Pero
todos podrán resolver su problema sin necesidad de
utilizar a un Robin Hood.

En resumen hay dos modelos puros y extremos en la
economía: uno de ellos (planificación centralizada), se basa en la
concentración de las decisiones económicas en un
centro de decisiones; el otro se basa en las decisiones libres y
soberanas de cada individuo.

Son modelos extremos que parten de principios
distintos y opuestos. Uno se construye a partir del principio de
propiedad privada; el otro se erige con base a la
abolición de la propiedad privada.

Como puede verse, el principio de propiedad privada es
un concepto clave para definir los sistemas
económicos fundamentales de la economía.

El principio de propiedad privada únicamente dice
que ningún individuo puede usar la fuerza o la
coacción para quitarle a otro sus pertenencias y que un
individuo puede hacer lo que desee con sus propiedades siempre y
cuando no dañe la propiedad privada de otros. Por tanto,
el individuo puede vender, rentar, hipotecar o destruir su
propiedad siempre y cuando no dañe a otros
individuos.

Si se construye un sistema económico con base al
principio de propiedad privada, naturalmente surge el intercambio
libre y voluntario, la libre competencia. Los gobiernos quedan
limitados a cuidar que el mercado funcione.

Si se construye un sistema con base a la
abolición de la propiedad privada, naturalmente no puede
existir un comercio adecuado y se tendrá que construir un
aparato que organice a la sociedad a fin de producir los bienes
que hacen posible la existencia humana.

Empero, los modelos puros son una abstracción de
la mente, producto de la reflexión, la observación
y el estudio. En realidad, no hay ningún país que
tenga como característica que todos sus habitantes
respetan el principio de propiedad privada. Al haber robos,
asesinatos, fraudes y violencia se constata que todavía no
se ha aprendido a respetar al prójimo. Incluso, cuando se
constata la existencia de gobiernos que cobran impuestos para
usarlos en algo diferente de la responsabilidad de cuidar que el mercado funcione
bien, se puede presumir que hay violación al principio de
propiedad privada.

Tampoco ha sido posible construir un país o una
economía donde quede totalmente abolida la propiedad
privada. El hecho de ver que un individuo comercia con otro; que
un ciudadano intercambia una gallina por sal, o que se use
algún tipo de billetes para adquirir bienes en las tiendas
del Estado, quiere decir que todavía no está
erradicado el sentido de propiedad.

En realidad, las economías reales son
combinaciones convexas de los dos modelos puros: Tienen un poco
de Planificación centralizada y lo demás es
mercado, o viceversa.

Figura 2.8 Las economías reales
entre dos modelos puros

Todas las economías reales se encuentran entre
estos dos polos. Por ejemplo, Hong Kong se encuentra muy cerca
del modelo de Economía de Mercado, mientras que Corea del
Norte es la economía más cercana a la
planificación centralizada.

Cualquier país que se considere, está en
un punto intermedio pero no permanece en el mismo lugar por mucho
tiempo. Más aún, se puede demostrar que a cada
momento cambia de posición. En otras palabras, no existe
estabilidad en estos puntos intermedios.

La actividad de cada ciudadano, pero fundamentalmente la
acción del gobierno empuja a un país hacia uno u
otro de los modelos puros. Así que, se puede estudiar a
cada economía considerando su posición, su velocidad y
dirección y algo así como su
aceleración.

Por ejemplo, se podría usar una escala de cero a
diez para ubicar a cada país. Se podría calificar
con cero al país que tiene una economía totalmente
planificada y diez si es una economía de mercado pura. En
este tenor, Corea del Norte se acercaría a una
calificación de 0 y Hong Kong a una de 10. México
podría obtener una calificación
intermedia.

Para evitar apreciaciones subjetivas, es necesario
establecer una metodología bien definida para que
cualquier persona que la aplique obtenga el mismo resultado. Para
ello se pueden elegir variables que sean capaces de medirse y que
den cuenta del estado de una economía, es decir, si
está cercana al modelo de planificación
centralizada o al de economía de mercado.

2.13 El papel del Gobierno

Todos los países tienen cambios en el personal que
conforma el gobierno. Algunos presidentes duran tres, cuatro,
seis años, otros son vitalicios. Todos los gobiernos
tienen influencia sobre la economía de los países.
Algunos ayudan a mejorarla otros a empeorarla. Se puede
simplificar la acción de cada gobierno en dos tendencias:
tratar de que su economía avance más hacia el
mercado o tratar de llevarla a la planificación
centralizada.

Hasta hoy en día los gobiernos que han pretendido
empujar conscientemente a sus países hacia el mercado han
mostrado poca experiencia, ya que es una corriente relativamente
nueva. Realizan reformas que suelen ser endebles, dejando la
sensación de que empeora la economía. Se olvidan de
un principio fundamental: La gente tiene que cambiar sus ideas.
Esto significa que para construir una economía de mercado
estable y duradera, se tiene que empezar con una reforma
educativa a fin de que la gente comprenda la necesidad de
defender el principio de propiedad privada, del respeto al
prójimo, y de asumir la responsabilidad
personal.

Los que empujan hacia la planificación
centralizada no se atreven a declararse abiertamente contra la
propiedad privada. No demuestran, desde el punto de vista
teórico que el Estado tiene la ciencia, la
capacidad y la prudencia para resolver los problemas que el
mercado no puede. Esto hace que ejerzan políticas
que temporalmente ganan adeptos entre la población pero que a largo plazo crea
pesadillas económicas.

La forma en que empujan a la economía hacia la
planificación centralizada consiste en: subir o meter
altas tasas impositivas, dejar los recursos en manos del Estado,
dejar la
educación, salud, electricidad en manos
de la burocracia gubernamental, regular desde el gobierno a la
banca, el
comercio, las importaciones y
otros renglones de la economía.

Figura 2.9 El papel del gobierno en la
economía

Hay gobiernos que, sin darse cuenta, empujan a sus
países hacia la planificación centralizada
enarbolando programas
bienintencionados. Es el efecto de la ignorancia de las ciencias
económicas.

Una carencia notable de la teoría
económica se refiere a la falta de un indicador que diga
en qué punto intermedio se encuentra un país.
Qué tanta planificación central tiene o qué
tanto mercado. Este indicador podría reflejar el nivel de
grados de libertad económica que tienen los
individuos.

Un trabajo que ha servido de guía para la
presente investigación es el que ha realizado la
Heritage Foundation y The Wall Street Journal.

2.14 El índice de la Heritage
Foundation

Este indicador, creado hace menos de dos décadas,
es el que más se acerca al interés de este trabajo.
El origen de este índice se puede resumir en las
siguientes observaciones:

Aún cuando dos hermanos nacen de los mismos
padres, crecen en la misma casa y van a las mismas escuelas,
llega el momento en que se empiezan a diferenciar: uno se hace
más próspero que el otro. Lo mismo ocurre entre
países. Japón
era tan pobre o más que México a fines del siglo
XIX, pero llegó a convertirse en una gran potencia
industrial y comercial mientras que México se quedó
muy atrás. Hay regiones que en un tiempo no tenían
ninguna riqueza natural, ni siquiera agua para
tomar, pero algo ocurrió que de pronto se transformaron en
economías prósperas. Por el contrario, hay
países que han tenido toda clase de
recursos
naturales: agua, tierras fértiles o petróleo, y su población ha sufrido
las peores hambrunas.

Ha sido preocupación constante del hombre desde
tiempos inmemoriales buscar la clave de la riqueza. Se
llegó a pensar que la prosperidad era una concesión
de los dioses y para tenerlos contentos se sacrificaban en su
honor a las hijas más bellas del pueblo, aún hoy en
día se ven las grandes peregrinaciones para pedirle a la
Virgen o a los santos les conceda mejor suerte. Otros pensaban
que la grandeza se obtenía haciendo crecer el reinado, y
conquistaban tierras y pueblos para crear imperios donde nunca se
ocultaba el sol, pero con
el tiempo cayeron estrepitosamente. La última gran
aventura para lograr prosperidad se fundamenta en la creencia de
que centralizando las decisiones en un pequeño grupo de
sabios o en un líder
talentoso que administre vidas, almas y recursos, se puede lograr
que la sociedad tenga todo lo que necesita.

Tales han sido los experimentos de
la Alemania de
Adolfo Hitler, la
China de Mao,
la URSS de Stalin o la Cuba de Fidel,
pero tampoco lograron demostrar que esa concentración de
poder es suficiente para lograr el resultado deseado. La gente
común, los hombres de ciencia y los
economistas se siguen preguntando por las claves de la
riqueza.

La Heritage Foundation es un tanque de pensamiento
donde convergen científicos, economistas,
matemáticos y filósofos para estudiar a profundidad las
razones, causas o factores por los que los pueblos sufren de
pobreza.

Con mucha asiduidad han analizado teorías
de los grandes pensadores que también se han preocupado
por encontrar las claves de la riqueza. Desde Platón,
Aristóteles, Richard Cantillón,
Quesnay, Adam Smith,
Carlos Marx,
Carl Menger, Friedrich von Böhm-Bawerck, Wieser Ludwig von
Mises, Friedrich von Hayek, Rothbard, hasta autores
contemporáneos como Milton Friedman, James Buchanan, Henry
Hazzlit, Hans Herman Hoppe, Jesús Huerta de Soto y otros.
Todos han pasado por un estudio profundo, a fin de extraer lo
mejor de cada uno que de luz para
encontrar las claves de la riqueza.

El resultado ha sido lo que se conoce ahora como el
Indicador de Libertad Económica (ILE). En efecto, este
indicador no tiene gran complejidad matemática, ni necesita sofisticados
modelos econométricos; sin embargo, está resultando
una herramienta importante para el estudio de las
economías. Es una especie de "barómetro coherente
de la libertad económica" (Miles,2006). Igualmente se le
puede ver como el barómetro del estatismo o de la
burocratización de la economía.

Con el ILE se ha estudiado a más de 160
economías de todo el mundo y los primeros resultados se
dieron en 1994. A partir de entonces, y de manera continuada,
cada año se vienen publicando los resultados.

Cada economía recibe un número (su
índice de Libertad Económica) que más
adelante se dirá cómo se obtiene. Este
número está dentro del intervalo [1,5] donde la
cifra 1 significa que es una economía totalmente libre y 5
una economía sin libertad económica para los
agentes privados. De manera dual se puede decir que 1 significa
que es una economía sin planificación centralizada
y 5 es de total planificación centralizada. O en lenguaje
más popular se puede decir que 1 significa economía
de mercado y 5 economía estatalizada.

Vale la pena destacar que se ha encontrado una
sorprendente correlación entre el valor del
índice y el Producto Interno
Bruto per cápita. En efecto, véase la
siguiente gráfica.

Figura 2.10 Correlación entre ILE
y el PIB per
cápita

En esta grafica se representan los 160 países que
ha analizado la Heritage Foundation. Su ubicación depende
del valor del índice y de su Producto Interno Bruto per
cápita
. Como puede notarse, aquellos países que
tienen mejor índice, es decir, cercano a uno, son los que
tienen mayores ingresos
personales. Aquellas economías con valores cercanos a
cinco, que quiere decir que tienen muy poca libertad
económica, son los que tienen los menores ingresos per
cápita
.

Agrupando a estos países en función de
las cuatro clasificaciones de la economía (Libre,
mayormente libre, mayormente controlada y controlada) que hace la
HF, se puede calcular el promedio de Producto Interno Bruto
per cápita de cada grupo.

Figura 2.11 Relación entre ILE y
PIB per cápita en el mundo

Fuente: Index of Economic Freedom
2006

Estudiando la evolución del índice se puede hacer
algunos pronósticos. Por ejemplo, la
República Popular de China tiene un índice muy bajo
pero en tan sólo un año subió 10 lugares
convirtiéndose así en la economía
líder en el camino de la libertad económica. Otros
países han perdido posiciones pues los gobiernos
introducen reformas que reducen la libertad económica de
los individuos, el caso más notable es el de
Argentina.

Por medio del Índice es posible encontrar
explicaciones a supuestas paradojas. En efecto, ante la
drástica subida de los precios, muchos economistas
auguraban la caída de la economía
mundial, sin embargo, la tasa de crecimiento global es de
5.1%, mayor que el 4% del año anterior (Miles). Esto se
comprende bien al estudiar las tendencias del ILE.

De acuerdo al valor del índice, la Heritage
Foundation agrupa a los países en libres si se ubican en
el intervalo [1,2), mayormente libre si cae en el intervalo [2,
3), mayormente controlado en el intervalo [3,4) y reprimido si
pertenece a intervalo [4,5]. Quizás una mejor
terminología para los latinos sería Libre, Menos
libre, Controlado y Muy controlado. Pero, por ahora, se ha
preferido mantener la terminología dada por los
traductores del índice.

El resultado que se obtiene y que es congruente con la
gráfica mostrada más arriba, dice que aquellos
países con mejor índice son los que tienen mayor
ingreso bruto per cápita.

La economía más libre, de acuerdo a
los valores
del Índice, es Hong Kong con un puntaje de 1.28, en
segundo lugar está Singapur (1.56) e Irlanda (1.58). Hong
Kong se ha mantenido como líder durante todo el tiempo que
se ha publicado el índice, es el ejemplo más
cercano a lo que es una economía de mercado, con bajos
impuestos, sin aranceles de
importación, pocas regulaciones y moneda
estable.

Un caso sorprendente se puede apreciar en la
economía de Irlanda, un país pobre en la
década de los setenta del siglo XX y con altas tasas de
emigración. Empezó a liberalizar sus mercados (a
mejorar sus ILE) y en poco tiempo se revirtieron las tendencias
de migración.
Hoy es una economía preferida por los inversionistas y por
la gente que busca trabajo y oportunidades de
prosperidad.

Por otro lado, la economía más reprimida o
más controlada por el Estado, o la menos libre, sigue
siendo Corea del Norte (lugar 157 con puntaje 5) que
también se ha mantenido como líder en esa
dirección; le sigue Irán en el lugar 156 con
puntaje 4.51 y Birmania con puntaje 4.46. Estados Unidos
que sigue siendo una de las economías más
importantes alcanza el lugar 9 con un puntaje de 1.84.

Algunos países no tienen un número
asignado ya que mantienen conflictos
internos, guerras
civiles o no disponen de cifras oficiales confiables. Tal es el
caso del Congo Belga, Irak y
Sudán.

2.15 Administración del ILE

Una observación notable se refiere al hecho de
que el valor del índice depende de la voluntad política de los
gobiernos. En efecto, dada la soberanía que tiene cada
país y que está depositada en sus aparatos de
Estado, tienen la facultad de mover el valor del ILE a donde
deseen. Basta imponer las políticas acordes con el
objetivo.

México, por ejemplo, tiene la posibilidad de
decidir si mejora o empeora su índice de libertad
económica. Pero México no tiene manera de decidir
el valor del índice del resto del mundo. Puede ser que el
resto del mundo mejore su índice de libertad
económica, pero también pude ocurrir que lo
empeore. En tal caso, se generan cuatro escenarios
posibles.

Cuadro 2.4 Ganancia de México ante
movimientos del ILE

Resto del mundo

a

b

México

mejora

empeora

Mejora

2

1

empeora

-1

-2

Elaboración propia

  1. El mejor escenario se logra cuando México
    mejora su índice y el resto del mundo también.
    Quiere decir que el mundo converge hacia un mercado libre
    global donde hay libre flujo de trabajo, mercancías y
    capital. Se genera un ambiente
    donde muchos ganan y pocos pierden. Los que pierden tienen la
    posibilidad de cambiar de actividad (dada la mayor libertad)
    y el mundo sale ganando.
  2. Si México mejora su índice y el resto
    lo empeora, quiere decir que el flujo de mercancías,
    trabajo y capital se reduce entre el país y el resto
    de mundo. En el peor de los casos México podría
    quedar completamente aislado. Dicho de otro modo
    México y el resto del mundo perderían las
    ventajas del comercio libre entre naciones. Sin embargo, la
    garantía de que México no sufra demasiado
    radica en que su índice pueda alcanzar el
    máximo valor. Esto significaría que
    México le daría apertura a cientos o miles de
    inversionistas que huyen de sus países (por el bajo
    índice de libertad económica). Además,
    México estaría en el mejor ambiente de mercado
    interno: sin trabas y sin impuestos a fin de que todos los
    agentes desarrollen libremente su iniciativa motivados por la
    perspectiva de un mayor beneficio.
  3. Si México empeora su índice hasta el
    extremo en que se eliminan las libertades económicas y
    el resto del mundo mejora, se suprimiría el libre
    flujo de mercancías, trabajo y capital con el
    exterior. No habría nuevas inversiones foráneas
    y los capitales ya establecidos tenderían a salir a
    buscar mejores ambientes económicos. Internamente, se
    estaría construyendo una economía centralizada
    donde sólo el gobierno tomaría decisiones, se
    estaría desaprovechando el talento de los individuos.
    El resultado irremediable es que México
    perdería, aún cuando el resto del mundo lograra
    su mejor índice. Esto sería así porque
    siendo escaso el capital internacional y siendo amplio el
    resto del mundo, encontraría lugares propicios en
    muchos lados. Los capitales nacionales tenderían a
    salir para evitar la confiscación nacional; los
    mejores talentos buscarían en otras latitudes y
    México se quedaría con los menos aptos, los
    menos preparados, los menos audaces.
  4. Si México empeora y el resto del mundo
    también, entonces se crea un juego de suma negativa
    donde todos pierden. Es el peor de los escenarios
    caracterizados por la anulación de libertades
    económicas; el capital desaparece en ambos lados, las
    decisiones económicas se centralizan en la burocracia
    y se crea el caldo de cultivo para la aparición de
    conflictos bélicos entre los países. Cada
    nación justificará su fracaso
    económico culpando a la acción del vecino, y
    tratará de resolverlo mediante invasiones, anexiones o
    exterminio.

Ganancia de México ante movimientos internos del
ILE y del Resto del Mundo

Figura 2.12 Escenarios posibles del ILE
entre México y el resto del mundo

Elaboración propia

CAPÍTULO 3

METODOLOGÍA

Normalmente los individuos que integran la sociedad
tratarán de ajustarse a las reglas del juego establecidas
por el Estado. La acción del Estado sobre los agentes
económicos se puede medir mediante un índice. Este
índice debe incluir una serie de variables donde el Estado
refleja su actitud hacia
los ciudadanos.

Las variables pueden ser desde los impuestos que el
Estado cobra a los individuos, los aranceles para la
importación de carne, la emisión monetaria, los
empréstitos que el gobierno contrata con el exterior, la
fijación de precios oficiales, y todas aquellas variables
y políticas que inducen conductas en los individuos, sea
para inhibir o para promover mayor actividad. Si el Estado cobra
impuestos muy altos, es posible que algunos individuos prefieran
no crear nuevas empresas, otros preferirán cerrar y
emigrar.

Figura 3.1 Respuesta de los agentes
económicos ante un incremento de impuestos a las
importaciones

Elaboración propia

Si el gobierno aumenta demasiado los aranceles, los
industriales no tendrán necesidad de competir y hacerse
eficientes; si el gobierno emite grandes cantidades de dinero y
genera inflación, los inversionistas podrían
reducir su actividad; si el gobierno contrata grandes cantidades
de deuda, puede ser que los agentes contraten compras a largo
plazo y a tasa fija. Fig. 3.1.

De esta manera se puede tomar a cualquier otra variable,
por ejemplo, las regulaciones que debe cumplir un negocio para
empezar a operar. Si los requisitos se incrementan, la actividad
de apertura se reduce. Si los requisitos disminuyen, se incentiva
para que inicien nuevos negocios. Es decir, se observa una curva
como la de la figura 3.2

Figura 3.2 Respuesta de los agentes que
abren empresas

Elaboración propia

No se puede garantizar qué tipo de concavidad
tendrá esta curva, pero se puede aceptar que es
decreciente, es decir, de pendiente negativa.

< 0

Donde Q es la cantidad de negocios que se abren en un
período de tiempo, podría ser un año, y R el
número de requisitos previos a la apertura.

Todas las variables que conforman el índice
aquí propuesto tienen la característica de
pendiente negativa.

Quienes más se han dedicado a este tema son: la
Heritage Foundation (HF) y The Wall Street Journal (WSJ). Juntos
se han dedicado a estudiar las economías de 160
países, y logran demostrar que existe una
correlación positiva entre la libertad económica y
el Producto Interno Bruto per cápita. Otras
instituciones
han estudiado los efectos de la corrupción
en la economía, la delincuencia, la eficiencia y
otros conceptos. Todos estos estudios se usarán
aquí para construir el índice que se desea. Para
tal efecto, se construirá la metodología que
incluya todas las variables relevantes, se evaluará cada
variable, y se buscarán los promedios. Una vez construida
la metodología, se aplicará al caso del sector
rural mexicano a fin aceptar o rechazar la hipótesis de que
el nivel de Producto Interno Bruto per cápita del
campo mexicano tiene que ver con el margen de acción que
el Estado brinda a los agentes privados del sector
rural.

El índice que aquí se propone no es
exactamente el mismo que ha construido la H F pero son muy
compatibles. En efecto, se ha tomado como base el índice
de la H F pero se han hecho cambios y adaptaciones a fin de
hacerlo más funcional y que se pueda aplicar al caso del
campo mexicano.

Para determinar los criterios de evaluación
se ha hecho uso de la teoría económica, los dos
grandes modelos: la teoría de los mercados y de la
planificación centralizada. En cuanto a la teoría
de los mercados se ha tomado como modelo la Teoría del
Equilibrio General de John Kenneth Arrow, en tanto que para la
teoría de planificación centralizada se considera
aquí la aportada por Leonid Kantorovich (ambos premios
Nóbel de Economía)

La información que sirve para alimentar a cada
variable, se obtuvo de fuentes
oficiales (INEGI, Banco de México, OCDE, Informes de
Gobierno y otros) También se usan algunas entrevistas
con gente de los sectores estudiados.

Una vez alimentada cada variable, se tomaron los
promedios simples a fin de determinar los valores para cada
factor. Luego, se consideró el promedio simple de los
factores para obtener el Índice de Libertad
Económica en el campo mexicano en el período
comprendido entre 1994 y 2005. Se analizan los resultados a fin
de determinar si efectivamente el bajo producto interno per
cápita
del campo puede ser explicado a través
del bajo Índice de Libertad Económica que tiene
dicho sector. Finalmente se elaboraron las recomendaciones a la
luz de los resultados obtenidos.

En virtud de que el indicador de la Heritage Foundation
cubre algunas de las características que buscaba esta
investigación, se tomó como base usando su mismo
nombre (con el permiso del autor, Marc Miles). Hay que aclarar
que la metodología aquí especificada ha sido
construida interpretando la dinámica del Índice de Libertad
Económica, ya que las publicaciones de la Heritage
Foundation sólo mencionan algunas variables. Se han
eliminado algunas variables que agregaban redundancia y se ha
simplificado en otras que agregaban complicaciones innecesarias.
El modelo que aquí se propone consta de 48 variables. Cada
variable se ha elegido de tal forma que su incremento refleje una
tendencia negativa en la actividad económica de los
agentes. Esto ha requerido cambiar algunas denominaciones
agregando los términos correspondientes. De cualquier
forma, se ha cuidado la compatibilidad a fin de que este
índice sea aplicable a otros casos.

 

3.1 El Index of Economic Freedom de la Heritage
Foundation

La HF construye su Index of Economic Freedom (IEF) con
51 variables reunidas en diez factores. Para efectos de esta
investigación, se han tomado únicamente las
variables que se consideran convenientes para construir el
Indicador de Libertad Económica (ILE) de tal manera que
sea más versátil a la realidad mexicana.

Los 10 factores del ILE son:

F1. Política comercial,

F2. Carga impositiva de gobierno,

F3. Intervención del Gobierno en la
economía,

F4. Política
monetaria,

F5. Flujos de capital e inversión
extranjera,

F6. Actividad bancaria y financiera,

F7. Salarios y
precios,

F8. Derechos de
propiedad,

F9. Regulaciones en el campo

F10. Mercado informal.

Variables del factor 1 Política
comercial

V1.1 Tasa arancelaria máxima

V1.2 Barreras no arancelarias

V1.3 Corrupción en el servicio
aduanero

Variables del factor 2: Impuestos federales

V2.1 Tasa impositiva máxima sobre los
ingresos personales

V2.2 Tasa impositiva máxima a las
empresas

V2.3 Variación anual del gasto
gubernamental

Variables del factor 3: Intervención del gobierno
en la economía

V3.1 Consumo del gobierno como porcentaje de la
economía

V3.2 Empresas e industrias
gubernamentales.

V3.3 Política de subsidios.

V3.4 Producción económica generada por
el Gobierno

Variable del factor 4: Política
monetaria

V4.1 Tasa de inflación

Variables del factor 5: Flujos de capital e
inversión extranjera

V5.1 Aversión legislativa ante la
inversión extranjera

V5.2 Restricciones a la participación de
extranjeros como

accionistas de empresas mexicanas

V5.3 Restricciones para que los extranjeros puedan
comprar tierras nacionales.

V5.4 Ausencia de leyes que
garantizan un tratamiento igualitario para las empresas
extranjeras y nacionales

V5.5 Restricciones a la repatriación de las
ganancias

V5.6 Restricciones a las transacciones de
capital

V5.7 Restricción de financiamiento nacional para las empresas
extranjeras

Variables del factor 6: Actividad bancaria y
financiera

V6.1 Posesión de instituciones financieras por
parte del gobierno

V6.2 Restricciones a la capacidad de los bancos
extranjeros para

abrir sucursales y filiales

V6.3 Influencia gubernamental sobre la
asignación de créditos

V6.4 Regulaciones gubernamentales que inhiben la
actividad financiera

V6.5 Restricción para ofrecer todo tipo de
servicios
financieros,

valores y pólizas de seguro

Variables del factor 7: Salarios y precios

V7.1 Leyes de salario
mínimo

V7.2 Restricción para fijar precios en forma
privada.

V7.3 Controles gubernamentales de los
precios

V7.4 Alcance de los controles gubernamentales de los
precios

V 7.5 Política de subsidios
gubernamentales

Variables del factor 8: Derechos de propiedad

V8.1 Control
gubernamental del sistema judicial

V8.2 Ausencia de leyes para el respeto de los
contratos

comerciales

V8.3 Rechazo al arbitraje
internacional para las disputas

contractuales

V8.4 Expropiación de la propiedad por parte del
gobierno

V8.5 Corrupción dentro del Poder
Judicial

V8.6 Demoras en la recepción de las
resoluciones judiciales

V8.7 Indefinición legislativa de los derechos
de propiedad privada.

Variables del factor 9: Regulaciones en el
campo

V9.1 Licencias requeridas para operar un
negocio

V9.2 Dificultad para obtener licencias
comerciales

V9.3 Corrupción en la burocracia

V9.4 Regulaciones laborales

V9.5 Regulaciones sobre medio
ambiente, seguridad
para el

consumidor y
salud de los trabajadores

V9.6 Regulaciones que imponen una carga
económica sobre la

actividad comercial

Variables del factor 10: Mercado informal

V10.1 Contrabando

V10.2 Piratería de propiedad
intelectual en el mercado informal

V10.3 Mercado informal de producción
agrícola

V10.4 Mercado informal de actividad
industrial

V10.5 Mercado informal de servicios

V10.6 Mercado informal de transporte

V10.7 Mercado informal de mano de obra

3.2 Formulación matemática del
ILE

ILEm=
((V11m+V12m+V13m)/3+
(V21m+V22m+V23m)/3+(V31m+V32m+V33m+
V34m)/4+…+
(V10,1m+V10,2m+…+V10,7m))/10

ILEm = Índice de Libertad
Económica en el año m

Vijm= variable j del factor i en
el año m

ÍLEm = (1/10)( ∑(∑
Vijm )/kt)) i=1, 2, …, 10
(porque son diez factores)

j=1,2, … ,t t es el número de variables del
factor kt,

kt = 1, 2, …,10 son los factores que
componen este índice

s es el número de variables de cada
factor

Significa que después de evaluar a cada variable,
se calcula el promedio de los valores de la variable de cada
factor. Ese promedio es el valor que se le asigna a cada factor
en el año considerado. Finalmente se toma el promedio
simple de los valores de cada factor para obtener el
Índice de Libertad Económica del año
considerado.

3.3 Escala y criterios para evaluar a las
variables.

Aunque la mayoría de las variables aquí
consideradas son las que conforman el índice de la HF hay
que decir que se han tomado sólo las que se adaptan al
campo mexicano. En virtud de que la HF no define la escalas para
evaluar a cada variable, aquí se especifica la forma de
evaluación para todas ellas procurando que sea compatible
con el espíritu del Index of Economic Freedom.

La valoración de los factores es una consecuencia
directa del resultado de las variables y pocas modificaciones se
hicieron para dejar intacta la calificación de la HF.
Sólo se intentó poner más clara la interpretación del factor.

Hay que reconocer, sin embargo, que existe cierta
subjetividad en cuanto a la asignación del valor
más bajo o del más alto del índice.
Así, por ejemplo, si el arancel de importación es
mayor del 12 % el autor considera que se debe calificar con
cinco, que es el peor valor del índice. Pero seguramente
podría haber quien considerara que sólo si el
arancel es mayor del 80% se debe dar la peor
calificación.

Estas diferencias, ciertamente, provienen de
valoraciones propias o incluso ciertas preferencias en cuanto a
los sistemas económicos. No se puede pensar que las
preferencias que posea el autor demeriten los trabajos de
investigación pues finalmente todo ser humano tiene
preferencias. Es posible que otros investigadores tuvieran un
propuesta diferente para medir a las variables y ello
llevaría a mejorar el índice aquí propuesto
o proponer uno diferente.

De cualquier manera, hay que reconocer que estos
trabajos son perfectibles y que seguramente se puede ir mejorando
en la medida en que otros trabajos se dediquen a medir los
efectos de las políticas de Estado sobre los productores,
comerciantes, consumidores y otros sectores de la
sociedad.

3.4 Factor 1 Política
comercial

Cuadro 3.1 Tasa arancelaria

Puntaje

Calificación

1.1 Tasa arancelaria

1

Muy bueno

El gobierno declara públicamente que no
cobrará aranceles a ningún tipo de
mercancías

2

Bueno

El gobierno establece un arancel máximo
promedio del cuatro por ciento a las
importaciones

3

Regular

El gobierno establece un arancel máximo
de ocho por ciento

4

Malo

El gobierno establece un arancel máximo
promedio del 12 %

5

Muy malo

El gobierno establece un arancel máximo
promedio superior al 12 %

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12
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