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Los umbrales de la Semántica y la Pragmática (página 3)




Enviado por Carlos J. Sanchez



Partes: 1, 2, 3

En el primer caso, el verbo cumple la acción
que se hace una vez dicho; únicamente a través de
la palabra "juro". En el segundo se hace exactamente lo que se
dice.

Austin señala que los actos realizativos al
expresarse en las circunstancias apropiadas no describen ni
significan que sean verdaderas o falsas, ni mucho menos ejecutar
la acción de un enunciado al expresarse, sino que tiene
que existir una relación concreta entre decir y hacer para
que las expresiones sean adecuadas al emitirse, puesto que el
hecho de expresar las palabras es la parte principal en la
realización del acto realizativo.

En el segundo planteamiento, Austin observa que
la acción de un enunciado puede ser llevado a cabo sin la
utilización de las expresiones realizativas, por lo que
las circunstancias que incluyen estas otras acciones deben
ser las adecuadas. Debido a que algunos de los "realizativos"
tales como "te prometo", deben ser dicho con seriedad y tomado
por el oyente de la misma manera, porque de lo contrario el
sentido de lo que se expresa cambiaria. En el caso particular del
realizativo "prometer", como ocurre en muchos otros, es apropiado
que la persona que
expresa la promesa tenga una determinada intención para
cumplir o no con su palabra.

Como se puede ver, el carácter intencional es uno de los temas
que Austin incluye en su teoría.

En el tercer planteamiento, Austin intenta
clasificar los tipos de casos en donde no se cumple la
comunicación, esperando descubrir cuáles son
las condiciones que deben existir para evitar el fracaso de un
enunciado, puesto que los "realizativos" no son verdaderos ni
falsos; serán adecuados o inadecuados sino se producen en
contexto apropiados. El autor desarrolla la teoría de los
infortunios para hacer su respectivo análisis.

Teoría de los infortunios.

Según, Austin la teoría de los infortunios
debe estar fundamentada de la siguiente manera.

  • Tiene que haber un procedimiento
    convencional aceptado que posea cierto efecto convencional;
    dicho procedimiento debe incluir la emisión de ciertas
    palabras por parte de ciertas personas en ciertas
    circunstancias.
  • En un caso dado, las personas y circunstancias
    particulares deben ser las apropiadas para recurrir al
    procedimiento particular que se emplea.
  • El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los
    participantes en forma correcta. Y en todos sus pasos; en
    aquellos casos en que, el procedimiento requiera que quienes lo
    usan tengan ciertos pensamientos o sentimientos, o está
    dirigido a que sobrevenga cierta conducta
    correspondiente de algún participante, entonces quien
    participa en él y recurre así al procedimiento
    debe tener en los hechos tales pensamientos o sentimientos, o
    los participantes deben estar animados por el propósito
    de conducirse de manera adecuada, y además, los
    participantes deben comportarse efectivamente así en su
    oportunidad. Austin, advierte que si violan una de estas
    reglas, la expresión realizativa será infortunada
    o inadecuada.

Austin, en el desarrollo de
su teoría, hace énfasis en las dos últimas
definiciones, resaltando algunos aspectos como los sentimientos,
pensamientos e intenciones, los cuales son determinantes para que
un acto comunicativo sea afortunado dentro del marco de la
sinceridad, ya que el proceso
comunicativo puede ser afortunado pero insincero.

A continuación, se presentan algunos ejemplos en
los que no se tienen los sentimientos, pensamientos e intenciones
de que el acto comunicativo sea sincero.

  1. "Te felicito", dicho cuando una persona no
    se siente complacida y quizás fastidiada.

  2. Sentimientos.

    "Te aconsejo hacer esto", dicho cuando no se
    piensa que el acto o actitud
    aconsejado será beneficioso para quien recibe el
    consejo.

  3. Pensamiento.
  4. Intenciones.

* "Te prometo", dicho cuando no se propone hacer lo que
promete.

* "Declaro la Guerra", dicho
cuando no se tiene intenciones de luchar.

Para Austin, en estos ejemplos se da la insinceridad, la
cual configura un elemento esencial en el mentir y que es una
cosa distinta de lo que se considera meramente decir algo falso.
Asimismo el autor, para darle mayor poder
explicativo a su teoría, analiza tres de las muchas formas
en la que un enunciado implica la verdad de otros. Austin dice
que estas son algunas de las formas con las cuales se puede errar
y hablar abusivamente de la veratitividad de los
enunciados.

  1. De "todos los hombres que se sonrojan" sólo
    "algunos hombres se sonrojan".Es decir, que de todos los
    hombres que hay, algunos de ellos se sonrojan. No se puede
    decir "todos los hombres se sonrojan", pero algunos hombres
    no se sonrojan.

    Austin dice que todos estos casos de la primera
    cláusula se sigue la contradictoria de la segunda.
    Estos ejemplos de contradicción se han venido
    estudiando desde hace mucho tiempo
    por ser la manera de demostrar la verdad de ciertos
    enunciados.

  2. Implica lógicamente.

    El hecho de que alguien diga "el gato está
    sobre el felpudo" implica realmente que ese alguien cree
    que está allí. No se puede decir "el gato
    sobre el felpudo pero no lo creo".

  3. Implica.
  4. Presupone.

"Todos los hijos de Juan son calvos", presupone que Juan
tiene hijos. No se puede decir "Juan no tiene hijos y todos sus
hijos son calvos".

Según Austin, en muchos de estos casos es donde
se fundamentan los estudios de la teoría de la verdad y
falsedad del lenguaje.

Por último, Austin, en el desarrollo de su
teoría, profundiza su reflexión al descubrir que
existen enunciados realizativos que no aparecen en primera
persona del singular del presente indicativo. Asimismo,
señala que un gran número de expresiones en primera
persona del singular del presente indicativo no son enunciados
realizativos, como se puede ver a continuación.

a.- Enunciados realizativos que no poseen la
primera persona del singular del presente
indicativo.

  1. "Por la presente usted está autorizado a
    pagar".
  2. "Se advierte a los pasajeros cruzar las vías
    por el puente".

b.- Enunciados con la primera persona del singular
del presente

indicativo que no son realizativos.

  1. "Apuesto todas las mañanas diez pesos a que
    va a llover".
  2. "Prometo únicamente cuando me propongo
    cumplir con mi palabra".

Estas reflexiones conllevan a Austin a determinar que
una forma gramatical se puede adecuar a diferentes tipos de
acciones por lo que la forma imperativa del verbo hacer
(¡hazlo!) puede utilizarse para ordenar, autorizar,
recomendar entre otros, dependiendo del modo, las circunstancias
y la correspondencia del manejo del contexto por parte de los
interlocutores.

Finalmente, Austin tomando en cuenta las circunstancias
que están presentes en el momento que se emite un
enunciado, llega a la conclusión que decir algo tiene que
ser siempre hacer algo, por lo que plantea una visión
mucho más amplia sobre el proceso que se cumple cuando se
hace la enunciación, desarrollando la teoría de los
actos de habla, de la siguiente manera:

Actos de habla, según Austin.

1).- Acto locucionario:

Este es el que se cumple en el momento que se dice algo.
Para que el acto de decir algo se lleve a cabo es necesario que
ocurran tres tipos de actos diferentes.

Acto Fonético: Este consiste en la
emisión de ciertos ruidos o

sonidos de una lengua
determinada.

Acto Fático: Este consiste en la
emisión de ciertos términos o

palabras adecuado a ciertas
gramáticas.

Acto Rético: Este se refiere a la
emisión de las expresiones con

ciertos sentidos y referencias definidas, es
decir

un significado determinado.

2).- Acto ilocucionario. Éste
está determinado por la manera

en que se está usando la
locución.

Austin, confirma que realizar un acto "locucionario" es
llevar a cabo un acto ilocucionario, el cual tiene que ver con la
forma en que se utiliza el enunciado en el momento de
expresarlo.

Los planteamientos de Austin modificaron la
teoría tradicional del significado (semántica), la cual había supuesto
la existencia de un solo significado: el proposicional, que tiene
que ver con la idea que se transmite. Austin introduce el
significado funcional-contextual el cual denominó Fuerza
Ilocucionaria que tiene que ver con el valor
intencional del enunciado en cuanto a la
acción.

3.) Acto Perlocucionario. Éste se refiere
a los efectos que

se producen por la manera en que

un acto locucionario es realizado.

Para Austin decir algo produce consecuencias o efectos
sobre los sentimientos o acciones de quienes escuchan. Es decir,
cuando se dice algo se puede transformar el contexto en donde
ocurre el acto lingüístico.

Por lo antesmencionado, se puede afirmar que para que
exista o se lleve a cabo un proceso comunicativo es necesario, el
componente convencional y contextual del significado. Puesto que
sobre la forma gramatical que representa una lengua es que
ocurren los cambios de significado provocados por el contexto o
la intencionalidad de los hablantes en un acto
comunicativo.

En tal sentido, se puede asumir que el significado
concreto de un
signo en un acto comunicativo se debe a la participación
conjunta de los componentes convencionales y contextuales del
lenguaje.

En conclusión, se puede afirmar que cuando se
enuncia algo, el acto locucionario, ilucucionario y el
perlocucionario se ejecutan simultáneamente, puesto que el
uso de una forma gramatical puede adquirir diferentes tipos de
sentidos dependiendo de la intencionalidad del locutor y el medio
donde se produzca la comunicación.

En definitiva, Austin, para extraer el significado del
signo se apoya en el aspecto convencional o gramatical de una
lengua así como también en la relación del
mismo con los hablantes, en un contexto determinado, donde la
intencionalidad define lo que se quiere expresar o
comunicar.

Hasta aquí se presentan algunos de los tantos
planteamientos realizados por Austin en su enfoque teórico
del lenguaje. A continuación, se mostrarán los
aportes más importantes de Searle para esta investigación.

Searle (1980), apoyándose en las ideas de Austin,
señala que la unidad mínima de la
comunicación lingüística es la producción y emisión de símbolos, palabras y oraciones al realizar
el acto de habla y no la mera representación gramatical.
Del mismo, expresa que hablar un lenguaje es tomar parte en una
forma de conducta altamente compleja, por lo que aprender y
dominar un lenguaje es aprender y haber dominado esas reglas,
cuyo dominio es
parcialmente descrito y manifestado en las caracterizaciones
lingüísticas del hablante.

En el mismo sentido, Searle señala que un estudio
adecuado de los actos de habla, es un estudio de la lengua,
puesto que la comunicación no sólo incluye actos de
habla, ya que, cualquier cosa que quiera ser dicha puede ser
dicha aunque un lenguaje determinado no tenga una sintaxis o un
vocabulario rico para su expresabilidad.

En consecuencia, se puede decir, que Searle en su
teoría, asume que la parte gramatical es importante en el
proceso comunicativo, porque es la forma convencional conocida
por los hablantes para representar los enunciados, pero al final
de los casos lo que decide el acto comunicativo concreto es el
contexto. En tal sentido para Searle no puede haber dos estudios
semánticos distintos. Es decir, el estudio de los
significados de oraciones y estudio de las realizaciones de los
actos de habla, puesto que la noción del significado
convencional de una oración en un cierto contexto
constituye la realización de un acto de habla particular.
Además, el autor agrega que una oración expresada a
través de los actos de habla no determina de manera
definitiva el significado, debido a que un hablante puede querer
significar más de lo que efectivamente dice.

En conclusión, se puede decir que cada acto de
habla corresponde a una determinada estructura
gramatical, pero que es el contexto el que determina en todos los
casos el significado, puesto que no siempre se pretende decir lo
que se dice. Asimismo, se puede agregar que el significado no se
produce de forma aislada sino con la acción
simultánea, tanto del aspecto convencional como el
contextual.

En tal sentido, el autor de esta investigación
demarca la diferencia entre el significado convencional
determinado por el contenido de la oración, y el
significado contextual determinado por la intencionalidad y el
contexto donde se produce, como se verá a
continuación, a través de los siguientes
ejemplos:

Enunciado Significado
Signíficado

Contextual Oracional

El tanque esta full———-Ya comí ——-El
tanque esta lleno

Voy a sembrarlo ———-Lo mataré —-Yo voy a
sembrarlo ¡Está! Bien, ¡Aristóteles! —–Eres inteligente — Tu
tienes razón

O no sabes nada

¡Llegaron las diablas! —- Comenzó la
rumba —–Las chicas llegaron

¡Muérete, vi a Pedro!
—-¡Sorprendente!, vi a Pedro —¡Muérete!,
yo vi a Pedro

¡Estás en las nubes —— Estas bobo, no
sabes nada —Tú estás en las nubes

No copié — No entendí –Yo no
copié en el cuaderno

Hijo el diablo —- Denota; regaño,
impresión —Hijo del diablo

Broma.

De acuerdo con estos ejemplos, se puede determinar que
todos los enunciados pueden ser representados por las estructuras
convencionales de la lengua, pero con la salvedad de que el
significado literal (convencional) de las oraciones no significa
lo que los enunciados quieren decir. En este sentido, sí
se puede hablar de la existencia de dos tipos de significados,
tal como lo plantea Searle a continuación.

Actos de habla, según Searle.

Searle distingue dos elementos en la estructura
sintáctica de la oración. El indicador
proposicional determinado por el contenido expresado en la
oración y el indicador de la fuerza ilocucionaria, la cual
muestra el
sentido en que debe expresarse la proposición u
oración, tal cual como se muestra a continuación a
través del siguiente planteamiento.

  • Juan fuma habitualmente.
  • ¿Juan fuma habitualmente?
  • ¡Juan fuma habitualmente!
  • Pluguiese al cielo que Juan fumara
    habitualmente.

Searle concluye que el hablante, al emitir cualquiera de
estas oraciones, está diciendo algo y no meramente
profiriendo palabras, por lo que emitir un enunciado u
oración significa que el hablante está haciendo una
aserción o enunciación, planteando una pregunta,
dando una orden, por último, expresando un
anhelo.

Searle asume que emitir cualquiera de las cuatros
oraciones el hablante está realizando tres géneros
distintos de actos de habla.

  1. (morfemas, oraciones)

  2. Acto de Emisión. Éste se refiere
    a la emisión de palabras

    referir y predicar.

  3. Acto Proposicionales. Éste tiene que
    ver con el acto de
  4. Actos Ilocucionarios. Éste se refiere
    al modo con que se

hace una enunciación. Puesto que se

enuncia, pregunta, manda y promete.

Para Searle, los actos de emisión son actos que
consisten simplemente en emitir secuencias de palabras. Y los
actos ilocucionarios y proposicionales consisten en emitir
palabras dentro de oraciones, en ciertos contextos bajo ciertas
condiciones e intenciones. Asimismo, el autor distingue en el
acto ilocucionario el contenido proposicional y la manera con que
se lleva a cabo el acto ilocucionario. En otras palabras, el
autor lo que trata de explicar es que todo acto ilocucionario, el
cual se refiere al sentido intencional o contextual con que se
expresa un enunciado, ocurre sobre el contenido proposicional.
Pero que el hecho de que el acto ilocucionario se fundamente
sobre el acto proposicional, no es razón para decir que el
acto proposicional es un acto ilocucionario.

Para propósito de esta investigación se
puede afirmar que Searle hace una distinción entre el
componente convencional y el componente intencional cuya
participación conjunta hacen posible la existencia del
significado concreto del signo en un acto
comunicativo.

Condiciones adecuadas del acto
ilocucionario.

Por otra parte, Searle define las condiciones adecuadas
para llevar a cabo el tipo de acto ilocucionario que tiene que
ver con el dar una orden, de la siguiente forma:

  1. Condiciones preparatorias, se refiere a que el
    hablante esté en posición de autoridad
    sobre el oyente.
  2. Condiciones de sinceridad, consiste en que el
    hablante desea que se lleve a cabo el acto
    ordenado.
  3. Condiciones esenciales, tiene que ver con el hecho
    de que el hablante intenta que la emisión del
    enunciado haga que el oyente lleve a cabo el acto que se le
    ordena.

Taxonomía de Searle.

Del mismo modo, Searle propone las leyes mediante
las cuales ocurren los actos ilocucionarios, como se presentan a
continuación.

  1. Siempre que se específica algún
    estado
    psicológico en la condición de sinceridad, la
    realización del acto cuenta siempre como una
    expresión de ese estado psicológico. Esta
    ley vale
    independientemente de si el acto es sincero o insincero, esto
    es independiente de si el hablante tiene no efectivamente
    el estado
    psicológico expresado.
  2. La inversa de la primera ley consiste en que
    solamente cuando el acto cuenta con la expresión de un
    estado psicológico es posible la insinceridad. No se
    puede, por ejemplo, saludar o bautizar insinceramente, pero
    sí se puede enunciar o prometer
    insinceramente.
  3. Mientras que la condición de sinceridad nos
    dice lo que expresa el hablante al realizar el acto, la
    condición preparatoria nos dice lo que éste
    implica al realizar el acto. Es decir, al realizar cualquier
    acto ilocucionario, el hablante implica que las condiciones
    preparatorias del acto se satisfacen, ejemplo. Cuando se hace
    un enunciado, implica que tiene que ser respaldado, cuando se
    hace una promesa implica que la cosa prometida interesa al
    oyente, cuando se da las gracias, implica que ha sido
    beneficioso para el hablante.
  4. Es posible realizar el acto sin invocar un
    dispositivo indicador explícito de la fuerza
    ilocucionaria cuando el contexto y la emisión clarifican
    que se satisface la condición esencial, cómo por
    ejemplo: "Te lo haré", será considerada como una
    promesa en cualquier contexto en el que sea obvio que al decir
    esta oración se está aceptando o asumiendo una
    obligación. De hecho rara vez se necesita decir
    explícitamente "Yo prometo".
  5. Donde quiera que la fuerza ilocucionaria de una
    emisión no sea explícita, puede siempre hacerse
    explícita. Constituye esto una instancia del principio
    de expresabilidad, el cual enuncia que cualquier cosa que pueda
    querer decirse puede decirse. Desde luego, un lenguaje dado
    puede no ser lo suficientemente rico para permitir a los
    hablantes el decir todo lo que quieren decir, pero en principio
    no existen barreras para enriquecerlo. Otra aplicación
    de esta ley consiste en que cualquier cosa que pueda ser
    implicada puede decirse, y que no puede decirse sin implicar
    otra cosa.
  6. El solapamiento de condiciones muestra que ciertos
    géneros de actos ilocucionarios son, en realidad, casos
    especiales de otros géneros; plantear preguntas es en
    realidad un caso especial de petición, pedir información (pregunta real) o pedir que
    el oyente exponga conocimiento
    (pregunta examen).
  7. La regla esencial para las peticiones consiste en que
    la emisión cuente con un intento de hacer que "X" haga
    algo, entonces la regla de contenido proposicional ha de
    influir la conducta futura de "X".
  8. Las nociones de fuerza ilocucionaria y diferentes
    actos ilocucionarios incluyen en realidad diversos principios de
    distinción completamente diferentes. En primer lugar,
    está el objeto o propósito del acto (la
    diferencia entre un enunciado y una pregunta), segundo lugar,
    la diferencia entre una petición y una orden; en tercer
    lugar, el grado de compromiso que se asume, es decir, la
    diferencia entre una mera expresión de intención
    y promesa; en cuarto lugar la diferencia en el contenido
    proposicional, es decir, la diferencia entre predicciones e
    informes; en
    quinto lugar, la diferencia en el modo en que la
    proposición se relaciona con el interés
    de H y O, es decir la diferencia entre jactancia y lamentos,
    entre consejos y predicaciones; en sexto lugar, los posibles
    estado psicológicos expresan (la diferencia entre una
    promesa que es una expresión de intención, y un
    enunciado que es una expresión de una creencia); en
    séptimo lugar, los diferentes modos en los que una
    emisión se relaciona con el resto de la
    conversación (la diferencia entre replicar simplemente a
    lo que alguien ha dicho y hacer una objeción a lo que
    él ha dicho).

De acuerdo con las condiciones mediante las cuales se
lleva a cabo un acto ilocucionario y las leyes bajo las cuales
ocurren, tal como lo plantea Searle, arrojan luces sobre el
significado, lo que implica que el factor psicológico es
el eje principal para que el signo sea significativo. Es decir,
para llevar a cabo un proceso comunicativo es necesario que los
hablantes tengan una actitud psicológica intacta, puesto
que deben tener su juicio a plenitud, para poder hacer uso
lógico de lo que las palabras significan convencionalmente
y que al mismo tiempo puedan reconocer que dichos significados a
los cuales se refieren pueden cambiar de sentido por el modo con
que se enuncia en contextos diferentes.

Finalmente se puede concluir que Searle, entre sus
planteamientos teóricos desarrolla tres aspectos
importantes, los cuales son fundamentales para la nueva
concepción pragmática del lenguaje. El primero
está referido a la clasificación de los actos de
habla, determinando las clases fundamentales de las acciones que
se pueden presentar mediante la utilización de los
enunciados. La segunda, tiene que ver con la definición de
las condiciones adecuadas que deben existir para que un acto
ilocucionario se lleve a cabo. Y por último la
definición de las leyes bajo las cuales ocurren los actos
ilocucionarios.

Hasta aquí se ha hecho un resumen de los
planteamientos más importantes de Searle. A
continuación, se conocerán los aportes más
importantes de Grice en los estudios del lenguaje.

Grice (1975) fundamenta sus investigaciones
en el análisis de las conversaciones que se desarrollan en
la vida diaria, tratando de encontrar las reglas tácitas
existentes que de alguna manera facilitan la comunicación
entre los seres humanos.

Al respecto, el autor señala que los intercambios
comunicativos no consisten en una sucesión de
observaciones inconexas, sino que en cierta medida son esfuerzos
de cooperación, donde cada participante reconoce de
algún modo, un propósito o propósitos
aceptados tácitamente por todos. Asimismo, el autor aclara
que en cada situación algunas de los posibles
convencionalidades lingüísticas serían
rechazadas por inapropiadas lo que conllevaría a formular
un principio general, el cual es el que se supone que observan
los participantes: haga que su contribución a la
conversación sea la requerida por el propósito a la
dirección del intercambio comunicativo en
el cual se está involucrado.

Por lo planteado, se puede decir que para que un proceso
comunicativo se cumpla es necesario no sólo la
transmisión del contenido literal de la expresión
sino que es importante que el oyente reconozca la
intención del hablante en el momento que se
expresa.

Grice, para desarrollar sus planteamientos propone, en
primer lugar, una serie de principios, los cuales, para
él, son aceptados tácitamente por quienes sostienen
una conversación. En segundo lugar, plantea el estudio de
las inferencias pragmáticas como lo son las implicaturas
conversacionales y las presuposiciones. Asimismo, considera las
implicaturas convencionales.

En la primera parte, Grice desarrolla el principio de
cooperación de la siguiente manera.

Principios de cooperación:

Cantidad: Se relaciona con la cantidad de
información que

debe darse, tomando en cuenta las
siguientes

máximas.

  • Que su contribución sea todo lo informativa
    que requiera el propósito.
  • Que su contribución no sea más
    informativa de lo necesario.

Cualidad: Que su contribución sea
verdadera.

  • No diga algo que crea falso.
  • No diga algo de lo que no tenga prueba
    suficiente.

Relación:

  • Diga cosas relevantes. Es decir, que se relacionen
    con lo que se esta hablando.

Modalidad:

  • Evite la oscuridad de expresión.
  • Evite la ambigüedad.
  • Sea breve.
  • Sea ordenado.

En el mismo orden se puede decir que Grice distingue
entre lo que un hablante dice y lo que quiere significar. Lo que
se dice tiene que ver con el contenido proposicional y lo que se
quiere decir corresponde al sentido contextual del enunciado, el
cual recibe el nombre de inferencias pragmáticas, ya que
es lo que se encuentra implícito en lo que se
dice.

Entre los tipos de inferencias que se pueden nombrar,
nos encontramos con las implicaturas convencionales y las
conversacionales.

Implicaturas convencionales.

Éstas son las que se derivan de los significados
literales de las palabras. Ejemplo:

  • Era pobre, pero honrado

Según Grice, en esta enunciación se
produce una implicatura convencional, ligada al significado
léxico de pero.

En mi opinión, desde el punto de vista gramatical
se puede ver que existe una conjunción que denota una
contradicción en la oración. Pero la
conjunción necesita del contexto para determinar el
momento cuándo se dice, porqué se dice,
dónde se dice, quién lo dice y con qué
intención se dice.

Implicaturas conversacionales.

Éstas son las que se generan en un contexto por
el uso de los elementos deícticos (él, su, mi,
donde, aquello, entre otros). Para Grice, este tipo de
inferencias son las que se producen durante el intercambio
comunicativo por parte de los hablantes en un contexto
determinado, por lo que están regidas por los principios
de cooperación.

Con respecto a los planteamientos de Grice, se puede
concluir que el investigador no sólo hace una
distinción entre el componente convencional y contextual
del significado, sino que a través de los principios de
cooperación, que tienen que existir para que un acto
comunicativo sea certero, describe el estado psicológico
que se debe tener para interactuar en un proceso comunicativo.
Quién diga algo fuera de estos principios evidentemente no
está psicológicamente acto para protagonizar un
acto comunicacional, lo que conlleva a pensar definitivamente,
que son lingüísticos todos aquellos elementos
internos de un sistema de
lengua, así como también los elementos
extralinguisticos, ya que éstos, intervienen en la
formación del significado concreto en un contexto
determinado.

Hasta aquí hemos examinado brevemente algunos de
los planteamientos de Grice. A continuación, se
expondrán algunos de los criterios teóricos de
Sperber y Wilson con respecto a las inferencias.

Ostención e inferencias.

Sperber y Wilson (1986 en Escandell 1993) expresan que
la comunicación humana pone en funcionamiento dos tipos de
mecanismos diferentes; uno basado en la codificación y decodificación, y el
otro fundamentado en la ostensión (que significa hacer
ver, en latín) y las inferencias. Los autores
señalan que, al igual que lo son codificación y
descodificación, ostensión e inferencia son dos
caras de la misma realidad, y se refieren, respectivamente, a la
producción y a la interpretación de evidencias o
pruebas.

Los humanos nos comunicamos por medios
diferentes: el primero es de tipo convencional, y consiste en
utilizar correspondencias constantes y previamente establecidas
entre señales
y mensajes; el otro es de naturaleza no
convencional, y se basa en atraer la atención del interlocutor sobre
algún hecho concreto para hacerle ver e inferir el
contenido que se quiere comunicar. Se denomina ostensivo a
cualquier comportamiento
que hace o manifiesta la intención de hacer manifiesto
algo. La inferencia es el proceso por el cual se otorga validez a
un supuesto sobre la base de la validez de otro
supuesto.

En la comunicación ostensivo-inferencial el que
comunica produce un estímulo ostensivo que hace mutuamente
manifiesto a él y al otro que, por medio de dicho
estímulo, está tratando de hacer manifiesto a un
conjunto de supuestos. El estímulo ostensivo atrae la
atención del otro y la enfoca en la intención del
emisor, tratando de revelar cuál es esa intención,
cómo por ejemplo, si una persona quiere comunicar a otra
que tiene calor, puede
hacerlo de muchas maneras diferentes.

La codificación puede consistir en emitir un
enunciado como "tengo calor". Para descifrar el mensaje, el
interlocutor no tiene más que conocer el valor que el
código
asigna a esa particular secuencia de fonemas. Pero, imaginemos
ahora que el mismo individuo, sin
pronunciar palabras, comienza a abanicarse exageradamente con la
mano o con un periódico,
o que se desabrocha visiblemente el cuello de la camisa o que se
sube teatralmente las mangas hasta más arriba del codo. En
todos estos casos se ha producido diferentes tipos de
estímulos que, sin duda, atraen la atención del
otro. Todos ellos son reacciones normales al calor. Por lo tanto,
se puede pensar que la persona tiene calor. Pero ninguno de estos
estímulos está convencionalmente asociado a un
mensaje concreto. De hecho, uno puede abanicarse porque le falta
aire o porque
cree que va desmayarse; uno puede desabrocharse el cuello de la
camisa porque le apreta.

Para que la comunicación se lleve a cabo con
éxito,
la persona a la que va dirigido el estímulo tiene que
darse cuenta de varias cosas:

  • De que se trata de un estímulo
    intencional.
  • De que dicho estímulo va dirigido a
    ella.
  • De que es una modificación del entorno hecha
    concientemente para atraer sobre algún conjunto de
    hechos.

A partir de ese primer reconocimiento de que existe una
intención comunicativa, debe inferir:

  • Qué información está siendo
    señalada; y
  • Con qué intención está siendo
    señalada.

La comunicación ostensiva consiste, por lo tanto,
en crear muestras, pruebas o evidencias que atraigan la
atención sobre un hecho o conjunto de hechos para
comunicar que algo, es de una determinada manera, con la
intención de que el otro infiera a qué realidad se
está haciendo referencia y con qué objetivo. De
este modo, la ostención proporciona dos niveles de
información diferentes; por una parte, la
información que ha sido directamente señalada, es
decir aquella cantidad de hecho sobre lo que se ha tratado de
atraer la atención del interlocutor; y por otra, la
información de que los hechos han sido intencionalmente
señalados.

Para que el proceso de la comunicación tenga
éxito no basta con que el oyente conozca y reconozca el
significado lingüístico codificado; es imprescindible
que sea capaz de inferir cuál es el significado que el
emisor le quiere transmitir.

Uno de los aspectos más destacados de la
teoría de la relevancia es el que se refiere al cálculo de
las inferencias por parte del destinatario. La inferencia es el
proceso que nos hace aceptar como verdadero un supuesto sobre la
base de la verdad de otro supuesto. Ello implica que la
inferencia es un proceso que crea un supuesto en cada uno de los
pensamientos que un individuo tiene catalogados como
representaciones del mundo real.

Hasta aquí se ha hecho un resumen de los
planteamientos más importantes que echaron los cimientos
para que la pragmática asumiera un enfoque mucho
más amplio en los estudios del significado y del lenguaje
en general.

En resumen, después de revisar y analizar las
diferentes investigaciones realizadas por Austin, Searle, Grice,
Sperber y Wilson, se puede decir una buena definición
amplia de la pragmática, sería aquella, cuyos
estudios se fundamenten tanto en el significado que se denota por
convencionalidad como el significado que se connota por la
intencionalidad o contexto donde se produce el acto
comunicativo.

En tal sentido, Levinson (1988) hace dos importantes
definiciones de la pragmática. En la primera, la autora
concluye que el término pragmática abarca tanto los
aspectos de la estructura del lenguaje dependiente del contexto
como los principios del uso del lenguaje y su comprensión.
Pero tratando de excluir la sociolingüística y la
psicolinguistica de la definición pragmática, se
queda sólo con el aspecto lingüístico y
propone que la pragmática sea el estudio de aquellas
relaciones entre el lenguaje y
el contexto que están gramaticalizadas, o codificadas en
la estructura de una lengua. Esta primera definición
según la autora restringe la pragmática al estudio
de ciertos aspectos de la estructura lingüística como
las investigaciones de las deixis, presuposiciones y los actos de
habla, excluyendo el estudio de aquellos principios del uso del
lenguaje que no demuestran tener repercusiones en la gramática de una lengua, tal cual como las
implicaturas conversacionales.

De acuerdo con lo planteado, Levinson asume que muchos
estudiosos de la pragmática no estarían de acuerdo
con tal definición y profundiza su investigación a
través del análisis de una serie de oraciones y
concluye que la información convencional no siempre dice
lo que el hablante pretende comunicar, ya que cuando se lleva a
cabo un proceso comunicativo existe en el contexto un gran numero
de inferencias que actúan en la enunciación
dependiendo de lo que el hablante quiere expresar. Es así
como la autora incluye en el ámbito de los estudios
pragmáticos las implicaturas conversacionales como
elementos fundamentales que intervienen en un proceso
comunicativo y que estos no están codificados
convencionalmente.

Tomándose en cuenta el planteamiento
teórico de Levinson, se puede decir que la
sociolingüística y la psicolingüística
como elementos extralinguisticos también son
lingüísticos, ya que éstas ayudan a definir el
significado del signo en cualquier contexto donde se produzca
considerando la manera e intención con que se lleva a cabo
el proceso comunicativo, tal cual como lo expresa Reyes (1990),
quien señala que la pragmática
lingüística estudia la lengua en uso, es decir los
procesos por
medio de las cuales los seres humanos producen e interpretan
significados cuando se usa el lenguaje.

Respecto a lo anteriormente dicho se puede exponer que
uno de los factores que le dan fuerza a la nueva
concepción pragmática como ciencia del
significado, lo constituye su perspectiva de análisis, ya
que toma en cuenta la convencionalidad lingüística y
todos los elementos de índole
extra-lingüísticos que de alguna manera influyen en
la representación gramatical del significado convencional.
En otras palabras la pragmática, considera todos aquellos
aspectos a los que no se le puede hacer un estudio puramente
gramatical: nociones como la del emisor, intención
comunicativa, contexto verbal, situación o conocimiento de
mundo, Escandell (1993).

Habiendo analizado el alcance teórico de la nueva
concepción pragmática, se puede delinear los
umbrales entre el componente convencional y el componente
contextual, los cuales se entrecruzan en la parte interna del
significado del signo para resultarlo en un acto de
comunicación concreta.

Limites del alcance convencional y contextual del
significado en la nueva concepción
pragmática.

Después de revisar y analizar algunos de los
planteamientos más importantes de las investigaciones
convencionales y contextuales del significado antes y
después de Austin, se puede concluir que no sólo se
puede dibujar su frontera, sino
que se palpa una existencia dependencia o subordinación de
la convencionalidad lingüística ante la fuerza
pragmática del lenguaje. Por lo que es necesario recurrir
nuevamente a los planteamientos de Austin (1982).

Subordinación del componente convencional ante
el poder contextual y usanza del lenguaje.

Según Austin (1982) señala que el lenguaje
ordinario no puede tener la pretensión de ser la ultima
palabra, si es que existe tal cosa. Pero incorpora, realmente,
algo mejor que la metafísica
de la edad de piedra, a saber, y como se dijo: la experiencia y
la agudeza heredada de muchas generaciones de hombres. Ahora
bien, esa agudeza se ha centrado primariamente en las ocupaciones
prácticas de la vida. Si una distinción funciona
para los propósitos prácticos de la vida ordinaria,
lo cual no deja de ser una enseñanza, pues incluso la vida ordinaria
está llena de cosas difíciles, entonces es seguro que algo
tiene que haber en ella, aunque es de esperar que no sea la mejor
forma de ordenar las cosas si nuestros intereses son más
amplios o más intelectuales
que los ordinarios. Como se puede ver, el autor señala que
el lenguaje ordinario no es la última palabra, ya que
puede ser complementado, mejorado y sustituido, es decir, el
lenguaje ordinario a pesar de no ser perfecto, es la
máxima expresión en la adquisición del
conocimiento cotidiano. Asimismo, se puede afirmar que el
lenguaje es usado por los miembros de una comunidad, porque
este es significativo durante el proceso de
comunicación.

En tal sentido, se puede decir que cuando el hombre
empezó a plantearse la razón de las cosas a
través de las diferentes ciencias que
estaban emergiendo, se hizo necesario crear un código
general de un determinado lenguaje, convencionalizando la
denotación del significado literal de los signos y la
forma más usada, bajo la cual el orden de los signos eran
expresados. Es decir, el orden más utilizado por los
hablantes de una lengua, lo que se conoce como
gramática.

En conclusión, la base principal de la
convencionalizacion lingüística y científica
del signo no es más que la existencia de la
convencionalizacion tácita del lenguaje corriente, la cual
es producto de su
usanza por los hablantes de una lengua determinada.

En definitiva, se puede señalar que a pesar de la
relación gramatical entre una oración y un
enunciado. Estas poseen en lo más profundo una
separación radical, debido a que una estructura gramatical
existe no porque el hombre
arbitrariamente dice que esta es la forma de agrupar palabras
para enunciar algo con sentido, sino que las diferentes formas
(estructura) utilizadas en la comunicación se han venido
mejorando y perfeccionando a través de los tiempos,
motivado por la necesidad del hombre en querer expresarse de la
mejor manera, para que el proceso comunicativo sea de lo
más entendible posible.

En otras palabras, la existencia de las estructuras
gramaticales se debe a la usanza de las mismas por parte de los
hablantes. Estos utilizan las diferentes formas de las lenguas
porque son significativas. En tal sentido, lo convencional no es
convencional por mutuo acuerdo de los hablantes, sino porque es
significativo para ellos. En pocas palabras, no hay
convencionalizacion científica del lenguaje, sino existe
la usanza del lenguaje corriente. Para reforzar lo dicho se puede
ver lo siguiente,

Ejemplos:

  • Playa ir toda gente.
  • Pescando comido yo.
  • Escribió mucho yer.

Éstas fuesen algunas de las estructuras
lingüísticas de la lengua castellana, sólo si
los hablantes de la lengua las hubiesen utilizados por
muchísimo tiempo, para significar algo. Pero los hablantes
decidieron contextualmente utilizar la forma significativa de la
siguiente manera.

  • Toda la gente va para la playa.
  • Yo comí pescado.
  • Escribí ayer.

En conclusión, las estructuras gramaticales y los
significados de los signos están determinados por la
usanza significativa de las expresiones por parte de los nativos
de la lengua y no por su carácter convencional.

Finalmente, se puede afirmar que los estudios
pragmáticos del lenguaje toman en cuenta tanto el
significado referencial o denotacional como el significado
contextual, situacional que los signos adquieren por la
intencionalidad de los interlocutores al llevar a cabo un proceso
comunicativo, valiéndose de todos aquellos elementos que
actúan sobre el significado convencional,
cambiándolo y adaptándolo a lo que se pretende
comunicar. En fin, la pragmática es la ciencia del
significado que estudia los signos por su significatividad tanto
convencional como contextual e intencional con que los
intérpretes se manifiestan.

CAPÍTULO IV

Reflexión epistemológica del discurso
semántico y pragmático:

Delimitación de sus umbrales.

En realidad, los estudios tradicionales del significado,
abordados por la semántica y la pragmática, no se
le pueden reconocer como investigaciones que pertenecen a
ámbitos diferentes, puesto que las definiciones
teóricas tanto semánticas como pragmáticas
sólo se limitan al estudio del significado denotacional
que la gramática de una lengua posee por su
carácter convencional.

Por un lado, las investigaciones semánticas se
limitan a estudiar y explicar todos los fenómenos de
ambigüedad que se presentan en una lengua, a través
de la polisemia, sinonimia, homonimia, antonimia, entre otros,
así como también las propiedades de verdad y
falsedad que pueden haber en una oración, y por
último se puede decir que la semántica estudia la
estilística o la manera cómo las palabras son
expresadas a través de los signos de
puntuación y entonación para significar lo que
se quiere expresar en un contexto determinado .

Por otro lado, se puede afirmar que la pragmática
en sus inicios, tal cual como la define Morris (1938), quien
propone un planteamiento amplio para estudiar la
significación al abordar todos los fenómenos
psicológicos, biológicos y sociológicos, los
cuales tienen que ver con el funcionamiento de los
signos.

En realidad, esta definición pragmática
trasciende mucho más allá de lo que se considera
meramente lingüístico. Sin embargo, la amplitud
teórica de esta definición pragmática no
tiene éxito, puesto que es limitada por Carnap (1938,
según Levinson 1988 ) al definir la pragmática como
una subdisciplina de la lingüística que se encarga de
investigar el uso de las referencias explícitas
(deícticos) por parte de los hablantes. Es decir, la
pragmática, con esta visión, toma en cuenta a los
hablantes sólo por el uso que estos hacen de algunas
representaciones gramaticales de la lengua.

En este sentido, se puede señalar que la
pragmática, no se desarrolla de manera rigurosa,
teóricamente porque se pliega a los estudios del
significado, de acuerdo con la definición de Carnap, que
no es más que investigar la significación
fundamentándose en la representación gramatical de
una lengua, limitándose al estudio del uso que hacen los
hablantes de algunas palabras o expresiones conocidas como
deícticas.

En síntesis,
se puede afirmar que la pragmática es encajonada, amoldada
y subordinada a los estudios convencionales de la lengua. A tal
punto, que ésta se podría considerar como una
categoría más de los estudio de la semántica
tal cual como se puede ver a continuación:

En definitiva, se podría concluir que a pesar de
los esfuerzos realizados por la semántica, aun
incorporando los estudios pragmáticos de los
deícticos a su desarrollo epistemológico, no puede
resolver los problemas del
significado, ya que no fue más allá que a lo
rigurosamente convencional. Es decir, al estudio del significado
denotacional del signo.

A raíz del corto alcance que los estudios
denotacionales desarrollados teóricamente sobre el
significado del signo, emerge una nueva visión
teórica del significado que reivindica a la
pragmática como ciencia amplia que estudia y explica los
problemas de la significación del signo, dónde no
sólo se considera el significado convencional sino
también la intencionalidad con que los hablantes lo
expresan. Este nuevo enfoque pragmático es impulsado en su
inicio por Austin (1982) y Searle (1980), quienes le dan un
viraje a los estudios tradicionales del significado, puesto que
en el desarrollo de sus teorías
demuestran que el fin de la existencia de una lengua es la
comunicación, por lo que consideran y estudian la manera
como los actos de habla se llevan a cabo en diferentes contextos,
por quienes los expresan, ya que una expresión no
sólo transmite una idea, sino que produce cambios en el
destinatario.

Los autores en el desarrollo de la nueva teoría
del significado toman en cuenta el carácter convencional y
contextual del lenguaje. Es decir, para ellos los actos de habla
son posibles por la representación gramatical de una
lengua y por la intencionalidad con que son expresadas en un
contexto por parte de los hablantes. En otras palabras la
significación del signo no está determinada por su
significado convencional, sino más bien por la forma
intencional con que los hablantes se expresan en un contexto
determinado.

En el mismo orden, Grice(1975) y Sperber y Wilson
fundamentan su investigación en la comunicación y
tratan de explicar la manera o el mecanismo mediante el cual un
proceso comunicativo es posible a través de la
teoría de la cooperación (Grice) y la teoría
de la relevancia (Sperber y Wilson).

Lo importante de este nuevo enfoque pragmático
desarrollado por Austin, Searle, Grice y Sperber y Wilson es que
le dan importancia al significado del signo en función de
la comunicación o el uso concreto del significado en
cualquier contexto determinado. Es importante aclarar que Austin
y Searle son los que reivindican el carácter contextual e
intencional del significado en un proceso comunicativo. En otras
palabras, toman en cuenta el significado connotacional del
significado. Por otro lado, Sperber y Wilson formulan
teorías que describen y explican los mecanismos a
través de los cuales la comunicación es
posible.

En tal sentido, se puede asumir los estudios de la nueva
perspectiva pragmática de la siguiente manera:

En el mismo orden de ideas reflexionando, sobre el
alcance explicativo de la semántica y la definición
teórica de Carnap sobre la pragmática, se puede
decir que no existen fronteras que las definan, puestos que estas
son borradas al subordinar los estudios pragmáticos al
modelo de
análisis de la semántica, pasando la
pragmática a ser una categoría de estudio mas de
las investigaciones convencionales del signo.

En resumen, el desarrollo de la semántica,
asumiendo que la pragmática es una categoría mas de
los estudios semánticos, se fundamenta en el mero
análisis del significado convencional de las
representaciones gramaticales.

En concordancia con lo que se viene planteando la nueva
definición teórica de la pragmática,
inspirada por Austin, asume en su modelo de análisis el
estudio del significado en relación con las estructuras
lingüísticas y el contexto e intencionalidad del
hablante, ya que estos factores son importantes para conformar la
concreción significativa de un enunciado en un acto
comunicativo.

Ante esta situación, se puede afirmar que se
está ante la presencia de los umbrales de una
teoría tradicional denotativa del significado,
representada por la semántica y una nueva visión
connotativa del mismo, representada por la nueva visión
pragmática. Como se puede ver, la visión denotativa
del significado está determinada por los estudios
convencionales del mismo, entendiendo que la posición de
la definición de la pragmática tradicional
está inmersa dentro de los niveles o categorías de
los estudios de la semántica, la cual tiene como
único objeto estudiar el significado convencional de un
sistema de lenguas.

La nueva visión pragmática impulsada por
Austin, entre otros está determinada por la
reivindicación del carácter contextual e
intencional con que los signos son expresados durante un proceso
comunicativo por los hablantes de una lengua. La nueva
concepción pragmática considera el aspecto
convencional, es decir, las representaciones gramaticales, ya que
sobre éstos ocurren los cambios de significados cuando son
utilizados intencionalmente por los hablantes para comunicar lo
que quieren significar en cualquier contexto.

En definitiva, la teoría semántica
tradicional del lenguaje sólo considera en sus estudios el
significado convencional, representado por la gramática de
una lengua. Y la nueva perspectiva pragmática considera
por un lado el componente convencional y contextual e intencional
con que los hablantes se expresan, subordinando al componente
convencional a los rigurosos cambios de sentidos que pueden
sufrir los significados convencionales por la manera o
intención con que son expresados por parte de los
hablantes.

Asimismo se puede dibujar y simplificar las
líneas que existen entre el componente convencional y el
componente contextual que conforman la nueva visión de la
pragmática. Como se puede ver a
continuación:

Con este novedoso enfoque del significado, se estudia la
manera cómo la lengua es usada de manera concreta en
diferentes contextos, reivindicando de esta forma lo que nunca
fue tomado en cuenta por la semántica, es decir el habla o
los actos de habla y la intencionalidad de los hablantes cuando
se expresan para comunicarse.

En otras palabras, el concepto de
pragmática se renueva puesto que toma en cuenta no
sólo el aspecto lingüístico convencional de la
lengua, sino que también considera el aspecto
psicológico y lógico, que se encuentran
implícitos en la intencionalidad de los interlocutores
cuando se pronuncian en cualquier contexto
determinado.

Asimismo, se puede sostener que la significación
del signo es lo más importante para que una lengua exista.
Y lo que es aún más relevante, el significado del
signo en la comunicación se deriva en primera instancia de
la correspondencia psicológica que los hablantes poseen
cuando se expresan en un contexto dado, a través de los
signos lingüístico con una lógica
significativa contextual

De esta manera, queda precisado que es
lingüístico todo aquello que ayuda a conformar el
significado del signo, para llevar a cabo un proceso
comunicativo.

De acuerdo con los actos de habla de Austin y Searle y a
los principios de cooperación de Grice y la teoría
de la relevancia de Sperber y Wilson, se puede ver una ley
general que es la que permite que un proceso comunicativo se
lleve a cabo. La ley de la correspondencia psico-
lógico-significativo que se produce en los interlocutores
cuando tratan de comunicarse.

En tal sentido, se puede decir que el significado del
signo es producto de una correspondencia contextual y
psico-significativa entre los interlocutores de una lengua. Esta
correspondencia está representada lógicamente por
los signos lingüísticos. Es importante exponer que el
aspecto lógico del signo o su significación
lógica se puede entender de dos formas: una determinada
por la convencionalidad lingüística, que es la que el
individuo posee en su mente de manera estándar, como
conocimiento de una lengua. Y la otra determinada por el
contexto, es decir, el oyente interpreta la significación
dependiendo de lo que el hablante pretenda comunicar en una
determinada situación. El oyente entenderá lo que
se le dice, sólo sí su mente capta la
conjugación de todos los elementos contextuales que
influyen en la producción del significado, de lo contrario
el mensaje transmitido sería vacuo para
él.

Para visualizar lo antes mencionado, veamos el siguiente
esquema sobre la conformación del significado concreto de
la lengua en un proceso comunicativo.

Conformación del significado
concreto.

Por lo arriba dicho, se puede señalar que nos
encontramos ante una nueva forma de percibir los actos de habla,
ya que estos sólo son posibles si hay una correspondencia
armónica de significados entre los hablantes. Ante esto,
se puede plantear la teoría de la
correspondencia.

Presentación de una propuesta
teórica más allá de Austin

Teoría de la Correspondencia.

Como ya se dijo anteriormente, los actos de habla o la
comunicación, sólo son posibles si existe una
correspondencia psicológica del significado entre los
interlocutores, tal correspondencia está determinada de
manera lógica por el contexto y representada
lingüísticamente por los signos de la lengua, y que
éstos no necesariamente significan lo que ellos denotan
convencionalmente sino que adquieren cualquier significado
dependiendo de la intencionalidad con que se expresen los
hablantes.

La teoría de la correspondencia se puede
clasificar como actos expresados, actos silenciosos y actos a
distancia.

Actos expresados.

Los actos expresados, son aquellos en donde los
hablantes se comunican de forma oral. En este tipo de actos los
interlocutores pueden utilizar cualquier verbo, sustantivo,
adjetivo o expresión en general, para comunicarse, pero
esta comunicación no sólo ocurre con el significado
que ellos denotan convencionalmente sino con el que las palabras
y expresiones adquieren por la intencionalidad con que son
dichas.

En el mismo orden, se puede asumir que de lo que se
dice, es escaso o poca información para la
interpretación del oyente. Éste no sólo
procesará psicológicamente lo que se dice
convencionalmente, sino que observará todos los elementos
que están en el contexto para conjugarlos y así
recrear o derivar el significado concreto de lo que se le
pretendió decir. Esta recreación
significativa se conoce como inferencias. En la vida diaria
quienes logran acertar sus inferencias se les llama "Hombres o
Mujeres Pilas", es decir
listos o rápidos de mente. Quienes hacen mal
cálculo de las inferencias se les conoce como "Personas
quedadas", es decir, toscas, tontas o sin mucho conocimiento
sobre los diferentes contextos donde se usa la lengua. Como por
ejemplo, en Caracas y en muchas Ciudades del País, la
lengua se utiliza de manera diferente. Como se presenta a
continuación:

  • ¡Epa! Convive bájate de la mula con el
    cobre,
    porque sino te siembro.

(¡Mira! Tú dame el dinero,
porque sino te mato)

  • ¡Epa! Parroquia dame lo que cargas, sino te
    quiebro.

(¡mira! Tú dame el dinero que
cargas, sino te disparo).

  • Vamos a rumbear que llegaron las
    diablas.

(Vamos a la disfrutar que llegaron las
muchachas).

  • Estoy Cool.

( Estoy bien ).

Como se puede ver, quien no esté relacionado con
este contexto se le hace difícil inferir sobre lo que se
esta diciendo. Es decir, por no tener un conocimiento real del
contexto donde las palabras son expresadas. Asimismo se puede dar
el caso que la persona no hace sus inferencias, tal vez, por no
prestar atención, por que no le interesa, por incorporarse
tarde a una conversación o sencillamente porque no
está apto psicológicamente.

Actos de gestualidad.

Estos son los actos que se llevan a cabo a través
de señas de ojos, boca; muecas, o movimientos de las manos
entre otros. Estos se producen en diferentes maneras:

  • Cuando se está distante de la otra persona.
    Aquí se hace un movimiento
    de mano para decir si o no, mas tarde, mañana, ya voy,
    vete, ven aca, que ocurre, adiós, señalar a
    alguien , o para comunicar que hizo o no hizo nada sobre algo
    que se le dijo.
  • Cuando las personas están cercas y de
    repente llega alguien más y una de las dos personas no
    quiere que la que está llegando se entere de lo que
    están hablando.
  • Cuando dos personas (Hombre-Mujer) se
    atraen, se pican el ojo o se tiran un beso. (esto indica que
    las personas tienen la intencionalidad de expresar algo, sin
    que las personas que están alrededor se den
    cuenta).
  • Cuando simplemente se ven fijamente dos personas y
    mueven la cabeza para comunicar: lo hiciste mal, estuvo bien,
    que vas hacer, entre otros.
  • Cuando se ve fijamente y se sonríe para
    expresar amor, o el
    perdón hacia alguien.
  • Cuando los jugadores de Béisbol se hacen
    seña para comunicarse y saber como van a
    jugar.

En los actos silenciosos, los interlocutores tienen que
estar atento de todos los movimientos o señas que brinda
el contexto para poder inferir y derivar acertadamente lo que se
le quiere comunicar.

Actos a distancia.

El acto de habla a distancia ocurre cuando dos personas
se encuentran en diferentes lugares, pero éstas piensan,
dicen o realizan la misma acción sin consultarse.
Aquí se puede afirmar que estas personas dicen o hacen lo
que piensan porque poseen un conocimiento contextual previo a la
acción que se ejecuta. Ejemplo:

  • El día Sábado María y Luisa
    hicieron una parrillada, dentro de todas las cosas que
    hablaron, dijeron que querían aprender a coser para
    ayudar a incrementar sus ingresos
    económicos en el hogar, puesto que la situación
    estaba un poco crítica luego no se dijo más sobre
    el asunto, y festejaron con sus familiares todo el día.
    María y Luisa no se vieron el Domingo, el día
    Lunes María salió al centro y compró una
    máquina de coser. El día Jueves Luisa fue al
    centro y también compró una maquina de coser.
    Pasadas dos semanas se reúnen nuevamente las amigas para
    compartir un momento agradable. María le dice a Luisa
    compré una máquina de coser e inmediatamente
    Luisa respondió, me adivinaste el pensamiento,
    yo también compre una.

Ante esta situación, muchos pensarían que
se comunicaron telepáticamente para comprar las maquinas
de coser. Pero no fue así, ya que había un
antecedente, con respecto al aumento de sus ingresos a
través de la costura.

En otras palabras la ejecución de este acto no se
trata de una comunicación telepática sino de un
antecedente de correspondencia de conocimiento
contextual.

CAPÍTULO V

CONCLUSIONES

Conclusiones de los estudios
semánticos y pragmáticos antes de
Austin.

  • Las investigaciones semánticas del lenguaje
    sólo se reducen a los estudios del carácter
    denotacional del significado. Es decir, a todos aquellos
    elementos que se encuentran representados convencionalmente por
    la gramática de una lengua, incluyendo los elementos
    expresivos que denotan contextos determinados, cómo lo
    son los signos de puntuación en algunas lenguas y de
    entonación en general.
  • La semántica sólo se interesa en
    describir la idea que se transmite literalmente a través
    de las proposiciones y palabras aisladas de contexto,
    fundamentándose en el contenido que le proporciona
    sólo la estructura gramatical.
  • La semántica, explica las ambigüedades
    que se presentan en ciertas expresiones de una lengua, a
    través del estudio de la polisémia,
    sinonímia, antonímia entre otras.
  • La semántica, estudia la correspondencia entre
    las oraciones y el mundo; es decir, las condiciones veritativas
    que deben cumplirse para que una oración sea verdadera o
    falsa .
  • La pragmática se plega al estudio del
    significado denotacional o convencional, al investigar las
    expresiones explícitas de la gramática de una
    lengua, como lo son los deícticos.
  • Tanto la semántica como la pragmática
    antes de Austin se caracterizan por estudiar el significado
    denotacional del signo.
  • Los estudios semánticos tradicionales
    desarrollan un riguroso alcance explicativo del significado
    convencional, subordinando a la pragmática ante su
    modelo de desarrollo, por tal motivo la pragmática como
    subdisciplina del significado no alcanzó su
    madurez.

Conclusiones de los estudios
Pragmáticos después de Austin.

  • La pragmática como ciencia del significado,
    aborda en su nuevo enfoque el componente convencional y el
    componente contextual del significado.
  • La pragmática se vale del significado
    convencional, para estudiarlo en relación a la forma con
    que los interlocutores lo utilizan intencionalmente
    cambiándolo de sentido y adaptándolo a una gran
    cantidad de contextos cuando es usado en una situación
    comunicativa concreta.
  • Los estudios pragmáticos consideran que un
    enunciado no sólo describe y transmite una idea, sino
    que produce cambio en el
    destinatario.
  • Investiga los principios que rigen la
    comunicación.
  • Intenta una teoría del significado de las
    expresiones en relación con los hablantes y el
    contexto.
  • El proceso comunicativo requiere mucho más que
    el intercambio del significado preestablecido.
  • La pragmática con el nuevo enfoque desarrolla
    un amplio alcance explicativo de los fenómenos del
    lenguaje.

La pragmática en su nuevo enfoque considera
del componente convencional lo siguiente:

  • Orden sintáctico de las oraciones.
  • Contenido proposicional, es decir, el significado
    convencional.
  • Enunciado constatativo.
  • Acto locucionario.
  • Implicaturas convencionales.
  • La representación gramatical de las
    expresiones deícticas.

La pragmática, del componente contextual toma
en cuenta lo que se presenta a
continuación:

  • Intencionalidad del hablante.
  • Los enunciados realizativos.
  • Actos ilocucionarios.
  • Actos perlocucionario.
  • El principio de cooperación.
  • Las inferencias, representadas por las implicaturas
    conversacionales.
  • Las inferencias de doble intencionalidad según
    Sperber y Wilson.
  • La insinceridad y la sinceridad expresada en la
    teoría de los infortunios.
  • La manera de como las expresiones deícticas
    son usadas por los interpretes.
  • Finalmente se comprueba que las convecionalidades
    lingüísticas están subordinadas a la usanza
    del lenguaje corriente, (Pragmática) ya que este ha sido
    perfeccionado por muchísimas generaciones y asimilado
    tácitamente por los hablantes de una lengua particular,
    por ser profundamente significativo.

En definitiva, luego de revisarse y analizarse la forma
como se concebían los estudios semánticos y
pragmáticos del significado del signo antes de Austin y la
manera en que son asumidos después de él, se puede
determinar, por un lado, que no existen los umbrales entre la
semántica y la pragmática tradicional, es decir
antes de Austin, puesto que ambos enfoques se someten al
análisis convencional del significado, ya que la
definición pragmática de Carnap es la que se
desarrolla, subordinando los estudios de la pragmática al
mero análisis de las estructuras gramaticales
explícitas, conocidas como deícticos.

Por otro lado, se puede apreciar las fronteras que
existen entre el componente convencional y el componente
contextual que conforman la nueva visión amplia del
enfoque pragmático impulsado por Austin, Searle, Grice y
Sperber y Wilson, por tomar en cuentas en sus
estudios la convencionalidad lingüística y la
intencionalidad de los hablantes al expresarse, para llevar a
cabo un acto comunicativo concreto.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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    Libertador.

Vicerrectorado de Investigación y Postgrado
(1988).

Manual de Trabajo de
Grado de Especialización y Maestría y Tesis
Doctorales. CARACAS.

TRABAJO DE GRADO PRESENTADO COMO REQUISITO PARCIAL PARA
OPTAR AL TÍTULO DE MAGISTER EN
LINGÜÍSTICA.

 

 

 

Autor:

Prof. Carlos J. Sanchez

Carlos José Sánchez, nació en el
caserío de Guasimal, Estado Sucre, 13 de Diciembre de
1.972; hijo de padre comeciante y madre del hogar, es el cuarto
hijo de ocho hijos. En los estudios Pre-Grado obtuvo el
Título de Prof. en Lengua Extranjera, Mención
Inglés
en la Universidad Pedagógica Experimetal "Libertador"
(I.U.P.E.L); en los estudios de Post-Grado obtuvo el
Título Magister en Lingüística, en la
Universidad Pedagógica Experimetal "Libertador"
(I.U.P.E.L). Docente de Profesión

Maturín, Marzo 2006.

Venezuela, Guasimal, Estado Sucre.

Partes: 1, 2, 3
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