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El tratamiento a la víctima de conductas pedofílicas -Criminología (página 2)



Partes: 1, 2

La mayoría de los padres consideran que hablar de
sexualidad con
sus hijos no es necesario, por lo tanto, mucho menos hablan de
los abusos sexuales, porque piensan precisamente que es poco
probable que sus hijos sufran abuso, otros sienten miedo o tienen
tabú de hablar de este tema y otros lo consideran
inadecuado.

Sin embargo es muy importante que los padres, la
escuela, e
incluso la comunidad en su
conjunto, sean conscientes de esta problemática y
expliquen a las niñas y niños
los riesgos, a la
vez que se les debe hablar de la sexualidad y orientar como
reaccionar en caso de abuso.

Los niños juegan al sexo pero no
poseen capacidad copulatoria; son los adultos los que los
introducen en actividades que violentan su mapa del amor.

En muchos países las leyes contra el
abuso sexual
son sorprendentemente indulgentes. En Uganda, por ejemplo, a los
victimarios se les sentencia a dos o tres meses de prisión
o simplemente se les deja en paz, porque para la sociedad
ugandesa es tabú hablar de cuestiones sexuales en
pública. En Turquía, actitudes
semejantes con respecto a la sexualidad y a la vida privada de
las familias y las personas impiden sacar a colación los
casos de abuso de menores o llevar un registro de los
mismos. 2

  1. Conceptualización de la conducta.

  1. Formas en las que se manifiesta la
    pedofilia
  2. Distinción entre pedofilia y
    pederastia
  3. Teorías que intentan explicar las
    posibles causas de la pedofilia.
  4. Secuelas en la víctima.
  5. Definición de
    niño.

La crisis
civilizatoria que ha caracterizado el nacimiento del tercer
milenio genera una sociedad mundial en conflicto
creciente, que presenta entre sus múltiples
fenómenos desesperanzadores, el inaudito y preocupante
auge de la pedofilia.

El concepto de
pedofilia se deriva del idioma griego y significa originariamente
"amor
por los niños". En la actualidad se considera la
pedofilia como un trastorno sexual de índole
clínica definido como "la atracción sexual del
adulto por niños de cualquier sexo". Evidentemente la
pedofilia como categoría clínica posee un horizonte
limitado y específico, pues "el término pedofilia,
en su sentido médico, designa al adulto que padece un
trastorno de la
personalidad consistente en mostrar un interés
sexual centrado expresamente en los niños que aún
no han llegado a la pubertad".
Expertos mundiales indican que para la calificación de
pedofilia como trastorno sexual es necesario que la conducta se
prolongue durante un periodo de al menos seis meses, incluyendo
fantasías, impulsos o comportamientos sexuales con
niños pre-púberes o un poco más mayores, por
lo general de doce años o menos.

Puede darse de diferentes formas:con
relación a la orientación, puede ser de tipos
heterosexuales, homosexuales o ambas; con relación a
objeto, éste puede ser exclusivamente pedofílicos o
no.

Las conductas de la pedofilia van del simple
exhibicionismo hasta la penetración. El adulto suele
ganarse la confianza y el cariño del niño y, por lo
general, es alguien conocido o familiar.

Se distinguen dos variantes en la pedofilia: el
sentimental homo erótico y la agresiva
heterosexual.

Los sentimentales homo eróticos tienen poco o
ningún interés por las mujeres, toda su capacidad
sexual se concentra en los niños, concretándose
bajo la forma de caricias que le provocan el orgasmo.

Los agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus
impulsos con niñas, con métodos
que van desde la seducción a la violencia,
terminando (muy pocas veces) en homicidio
sádico-criminal.

Considerada una parafilia típica, la pedofilia ha
sido erróneamente identificada con la pederastia;
aún cuando reconocemos la existencia de una evidente
cercanía conceptual entre ambos términos. Definimos
la pederastia como las relaciones homosexuales con
penetración entre varones, sinónimo de
sodomía. Deduciendo entonces que la pederastia como
práctica homosexual masculina puede implicar entre sus
manifestaciones la relación entre hombres adultos y
niños, con lo que aparece la variante pedófila de
la pederastia, estableciéndose así el punto de
contacto entre ambas categorías. Desde otro ángulo
analítico podría aceptarse una
identificación factual entre versiones de ambos
fenómenos, caracterizándose estos tipos
específicos por la coincidencia en la existencia de
niños víctimas del sexo masculino y de adultos
varones como sujetos activos del abuso
sexual.

Son múltiples las teorías
que existen para explicar las posibles causas de la pedofilia y
actualmente se ha acordado que no existe una única
teoría
que explique este comportamiento. Las investigaciones
llevadas a cabo indican que los factores pueden ser de muy
diverso tipo: orgánico, psicológico, cultural,
ambiental y social. En términos generales, existen tres
teorías principales: la teoría
psicodinámica, desarrollada a partir del psicoanálisis freudiano; la teoría
del aprendizaje, y
las teorías
sociológicas.

La teoría psicodinámica postula
que la conducta desviada de un adulto puede deberse a
experiencias adversas sufridas durante la infancia, que
hayan afectado al desarrollo de
su sexualidad y de su personalidad.

La teoría de la pedofilia
basada en errores de aprendizaje considera los efectos cognitivos
(modo de pensar y comprender) que desarrolla una persona, y los
modos en que esos pensamientos y respuestas se ven reforzados
ante ciertos estímulos. Quienes cometen abusos contra los
niños suelen tener un concepto erróneo sobre ellos,
que utilizan para justificar su conducta.

Las teorías sociológicas tienen
en cuenta, para intentar explicar la pedofilia, el efecto de la
estructura
familiar y consideran la familia
como una unidad social. Esta teoría examina también
los efectos que tiene sobre un pedófilo en concreto la
cultura en la
que se desenvuelve.

Entre las posibles causas de la pedofilia
se ha barajado también la teoría de la evolución. Las teorías evolutivas se
ocupan de los factores que permiten sobrevivir a una especie y se
ha aducido que existen preferencias sexuales que pueden
adquirirse con mayor facilidad, especialmente aquellas que
aseguran a la descendencia de cualquier unión sexual
mayores oportunidades de supervivencia. Como la juventud se
halla asociada a la fuerza
física y a
unos índices de reproducción más satisfactorios, los
estímulos sexuales asociados con la juventud
podrían contemplarse como una ayuda para la supervivencia
de la especie, al dotar de una mayor oportunidad de sobrevivir a
la descendencia. Esta teoría no tiene en cuenta el hecho
de que los niños que sufren estos abusos no han alcanzado
la edad de madurez sexual.

En los últimos veinte años
se ha venido haciendo hincapié en los efectos que tienen
los abusos sexuales perpetrados contra los niños. Estos
efectos pueden ser de diversa índole y afectar a su
funcionamiento psicológico. Habitualmente las
víctimas de abusos sexuales requieren un largo periodo de
psicoterapia
para ser capaces de superar el daño
psicológico que les ha causado la conducta del violador.
Muchos pedófilos han sido ellos mismos víctimas de
abusos durante su infancia.

La mayor o menor gravedad de las secuelas que presenta
el niño abusado sexualmente depende de varios factores,
entre los que se encuentran: el tipo de agresión, la
severidad de la violencia o coacción usada, el grado de
relación con el agresor, el desarrollo de la personalidad
del infante, la reiteración o no del abuso, el apoyo
familiar, etc. Los efectos nefastos pueden ser de varios tipos y
en función
de ello adquieren diversas clasificaciones, por ejemplo: existen
autores que dividen las secuelas del abuso sexual en: secuelas
físicas y secuelas psicológicas. Otros parten del
criterio clasificatorio proveniente de la duración de las
consecuencias, son aquellos que fraccionan las mismas en dos
grandes grupos con sus
subdivisiones correspondientes, esas amplias parcelaciones son
conocidas como: secuelas a largo plazo y secuelas a corto
plazo.

En el plano físico se presentan los dolores
corporales propios de las lesiones generadas en el transcurso del
abuso sexual violento del niño, la posible
transmisión de enfermedades
venéreas, la adquisición del SIDA,
los embarazos como subproducto del maltrato, etc.

Los efectos psicológicos por su parte, aunque no
visibles, pertenecen al grupo de los
más perdurables. Los trastornos mentales se manifiestan en
los planos emocional, cognitivo y comportamental. Sin hacer
distinción entre estos planos podemos enumerar, por
ejemplo: los estados ansiosos y depresivos, el desarrollo de
fobias asociadas a determinados estímulos recordatorios
del abuso sexual, problemas en
la autovaloración, autoculpabilización,
sentimientos de indefensión, etc. En el plano
comportamental manifiestan generalmente comportamientos
agresivos, problemas de relación a partir de elementos
hostiles hacia los demás, conductas sexuales promiscuas,
etc.

En definitiva, el abuso sexual* genera en los
niños un deterioro marcado de la autoimagen y la autoestima;
las víctimas magnifican su dolor y tragedia
percibiéndose a sí mismos como seres
estigmatizados. No resulta secreto que la acción
abusiva sexual compromete gravemente el desarrollo de los
niños y limita el acceso al pleno disfrute de sus derechos como seres
humanos.

Otro criterio al respecto centra su análisis en que los niños que han
sido abusados sexualmente arrastran problemas a lo largo de sus
vidas y suelen necesitar un apoyo o terapia psicológica
especializada para superarlos. Los efectos más comunes
como consecuencia de los abusos sexuales son:

* Odio al propio cuerpo, sentirse sucia.

* Desvalorización personal, pobre
autoestima.

* Depresión,
fobias, ansiedad y problemas psicosomáticos.

* Problemas de relación con otras personas,
social y sexualmente.

* Miedo a la intimidad e incapacidad para poner límites y
autoafirmarse.

* Comportamientos auto agresivos, mutilándose con
cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio.

* Establecer muchas relaciones de abuso, incluso de
maltrato, los varones victimizados tienden a ser abusadores y
maltratadores, mientras que las mujeres victimizadas tienden a
ser maltratadas y nuevamente abusadas.

* Juegos
más allá del típico mamá-papá
o doctor; introducir objetos por la vagina o ano.

Un punto focal de controversia entre los profesionales,
ONGs y dependencias gubernamentales que trabajan el problema de
la pedofilia, radica en la definición de niño y por
tanto en la definición de la edad en que el individuo
puede ser víctima de las prácticas sexuales
pedófilas. La Convención de los Derechos del
Niño en su primer artículo define como
niño a "todo ser humano menor de dieciocho años de
edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad". El
término niño alude un rango de edad
cronológica que comienza con el nacimiento y termina en
una edad tope determinada legalmente.

Siendo así, la definición de niño
constituye una decisión legal y de ninguna manera puede
ser interpretada a partir de si la persona desarrolló de
forma precoz las características sexuales exteriores,
tales como vello púbico, aumento de volumen de los
senos, crecimiento de los genitales exteriores, etc. A menudo se
ha usado ese desarrollo exterior prematuro como justificante en
la victimización de niños que siendo menores en
términos de edad cronológica poseen, sin embargo,
un desarrollo corporal de persona adulta. Para nuestra investigación nos escogimos una población que abarca a los menores de edad
hasta trece años identificados en el registro del
Departamento de Medicina Legal
del Hospital Comandante Pinares del Municipio San
Cristóbal, provincia Pinar del Río.

  1. Algunas
    recomendaciones para desarrollar un adecuado tratamiento a
    los niños víctimas de
    pedofilia.

Se ha confirmado cómo la indumentaria, el
aspecto, y la conducta de la víctima, así como su
edad, raza o sexo influyen de forma importante en los jueces a la
hora de dictar sentencia. Por todo ello, el Comité de
Ministros del Consejo de Europa
aprobó el 28 de junio de 1985, una serie de
recomendaciones encaminadas a mejorar la situación de la
víctima en el derecho y proceso penal
y requiere de los estados miembros, entre otras, las siguientes
medidas:

"- Cuando la víctima de un delito se dirige
a la policía debe ser tratada de tal forma que no sufra
ningún daño psíquico adicional.

– Se le deben indicar las posibilidades de recibir en
instituciones
de salud
médica y psicológica;

– Se le debe informar sobre sus derechos de
reparación contra el delincuente.

– A lo largo del procedimiento, la
víctima debe ser interrogada de forma cuidadosa y
considerada, sin que en modo alguno se pueda lesionar su
honorabilidad.

– Los niños solo podrán ser interrogados
en presencia de sus padres, tutores o guardadores".

En nuestra legislación penal varias son las
regulaciones que satisfacen los intereses de la víctima y
que tutelan los derechos siguientes:

  • A la protección legal (postfacto regula en el
    artículo 141.2) por actos de venganza por el acusado
    contra ella o sus familiares.
  • Obtener la reparación por el daño
    sufrido.
  • A la asistencia letrada cuando se ejercita la
    acción penal.
  • A la protección fuera del proceso para
    recuperarse del posible daño físico o
    psíquico que haya sufrido como consecuencia de los
    hechos.

Para la conducta que analizamos según lo regulado
en las disposiciones complementarias del apartado 1 del
artículo 309 de la legislación penal vigente, queda
claro que requiere la conducta de la persona agraviada para que
el fiscal pueda
ejercer la acción penal ante el órgano
jurisdiccional competente que conocerá la acusación
que se formula al presunto culpable. La persona agraviada es la
que debe formular la denuncia, y en su defecto, ascendiente,
hermanos, representante legal o persona que tenga responsabilidad de su guarda y cuidado.

La denuncia, a diferencia de la querella, es el acto
mediante el cual se da información a las autoridades competentes
de la existencia de un hecho punible, pero sin la
pretensión de ser parte del asunto, es decir, con el
objetivo que
se proceda a dar el curso correspondiente a la
investigación; su ejercicio constituye un derecho y un
deber.

En la conducta que analizamos, cobra especial
interés el desistimiento de la parte ofendida o
perjudicada o agraviada, antes o durante la vista del juicio
oral, en cuyo caso se archivarán las actuaciones. Todo
ello constituye a nuestro juicio una oportunidad para que la
víctima decida si desea o no que se ejerza la
acción penal contra la persona presuntamente responsable
de la lesión de un bien jurídico
personal.

En las circunstancias atenuantes y agravantes de la
responsabilidad penal del acusado previstas en los
artículos 52 y 53 de nuestro Código
Penal, también el legislador ha considerado la
relación de este con la víctima para su
apreciación, tal y como se refleja a
continuación:

  • Cometer el hecho con abuso de poder,
    autoridad o
    confianza.
  • Cometer el hecho aprovechando la indefensión
    de la víctima, o dependencia subordinación de
    ésta al ofensor.
  • El parentesco entre el ofensor y la víctima
    hasta el cuarto grado de consanguinidad.
  • Cometer el hecho, no obstante de existir amistad o
    afecto íntimo entre el ofensor y el
    ofendido.

Durante el proceso de instrucción y en la fase
del juicio oral se le reconoce el derecho al igual que al resto
de los testigos, de abstenerse o declarar, cuando una pregunta
pueda perjudicarle, material o moralmente, de una manera directa
o importante a su persona, honra o interés
(artículo 172 de la Ley de Procedimiento
Penal).

A pesar de las numerosas regulaciones enunciadas a favor
de la víctima, esto no quiere decir que nuestras leyes
adolezcan de omisiones e imperfecciones al respecto; en este
sentido nos referimos especialmente a los inconvenientes que crea
su ubicación dentro del proceso como mero
testigo:

  • Una vez denunciado un hecho delictivo, a la
    víctima le es imposible sustraerse del proceso
    penal.
  • Sin embargo no es parte en el proceso ni tiene
    derecho a revisar las actuaciones por considerarse que sus
    intereses los representa el fiscal.
  • Si se trata de una víctima-testigo de cargos,
    temerosa de posibles represalias por parte del acusado, de sus
    familiares y amigos, carece de protección policial
    legal.
  • En su condición de víctima-testigo, no
    puede presenciar el desenvolvimiento del juicio
    oral.
  • Esta obligada a declarar y ajustarse a la verdad, o
    de lo contrario podrid cometerse delito de perjurio, corriendo
    el riesgo de
    convertirse de víctima en acusada.
  • De no concurrir a las citaciones oficiales que le
    notifiquen los operadores del sistema
    judicial sin motivo justificado, podrá ser multada y
    conducida por la fuerza pública; y si persiste en su
    conducta se le podrá enjuiciar por el delito de
    denegación de auxilio a la justicia.
  • Una vez absuelto el acusado o de quedar insatisfecha
    la víctima con la sanción impuesta, si el fiscal
    decide no recurrir la sentencia, la víctima carece del
    derecho para recurrir por sí misma.

Es evidente que cualquier modificación a la
Legislación Penal que se haga para mejorar la
situación de las víctimas durante el proceso no
debe obviar estos aspectos.

En las legislaciones comparadas no obstante revelarse un
espacio legal para un nuevo rol de la víctima(en el
Código Penal argentino concordado, se regula en el
artículo 41:"el deber del Juez de tomar conocimiento
directo y de vista no solo del imputado, sino también de
la víctima"), se aprecia sin embargo cierta
desprotección en la realidad, pues así como se
identifica al autor del hecho formando parte de los sectores
más deprimidos de la sociedad, también las
víctimas muchas veces corresponden a esos sectores y no
siempre tienen el nivel cultural ni la solvencia económica
que los modernos modelos
legales nacionales demandan para que se hagan efectivos esos
derechos que quedan limitados a un reconocimiento
legal.

Uno de los fenómenos más negativos que se
aprecia en nuestro contexto latinoamericano tercermundista es la
traspolación de normas y modelos
legales sin someterlo al rigor critico de la realidad de nuestras
naciones, lo que provoca la aceptación de instituciones y
modelos foráneos muy loables en su concepción, pero
poco viable en nuestros predios.

Hoy, ante esta situación de fracaso de las
instituciones estatales en lo referente a la asistencia a las
víctimas de delitos se
advierte una corriente francamente innovadora que lleva a
propugnar incluso la modificación radical de la justicia
penal a partir de una comprensión seria de la
víctima y sus circunstancias en el fenómeno
delictivo, dando un nuevo papel a cumplir a las penas
sustitutivas de las penas privativas de libertad.

Algo esencial es creerle al niño a la primera
señal. Nunca decirle que miente, porque no es capaz de
engañar con algo así. Lo segundo es ofrecer ayuda
al cuidador de la víctima y advertirle que puede obtener
apoyo para que la agresión no siga ocurriendo con la
víctima y con otros menores. Hay que tener conciencia de que
el niño jamás tiene la culpa, ni imaginar la idea
de que hizo algo para provocar.

No es fácil descubrirlo, porque la víctima
confunde los abusos con juegos de seducción, y porque
frecuentemente hay amenazas por parte del agresor. Entran en una
dinámica de espada y pared, el abusador
manipula mucho las emociones:
"Si tu mamá se entera, por tu culpa me pueden meter
preso y a ti te van a castigar"
. O les dicen que lo hacen
porque los quieren mucho.
* Dejar muy claro que no tiene la culpa de lo que le ha ocurrido.
El adulto es el responsable.
* Decirle y agradecerle de que se lo haya contado.

* Transmitirle que siente que le haya pasado esa
experiencia y que a otras niñas y niños
también le ha ocurrido. Decirle que va a ayudarle y
protegerle.

* Animarle de forma tranquila a que hable de ello y no
se muestre enfurecida porque podría sentirse culpable de
haberlo contado.

* Si no es su madre, pídale permiso para hablarlo
con ella o para pedir ayuda profesional especializada.

No haga lo siguiente:

• No le sugiera las respuestas al
niño

• No presione al niño para que dé
respuestas que él o ella no están dispuestos a
dar

• No critique el lenguaje
utilizado por el niño

• No sugiera que el niño tiene la culpa o es
responsable de la situación

• No deje al niño solo o con personas
desconocidas

• No muestre horror o una gran impresión
respecto al niño o la situación

• No ofrezca recompensas al niño.

En España se
desarrolla el Programa de
Asistencia Integral a menores víctimas de violencia
sexual, el mismo es subvencionado cada año por los
organismos, que en cada Comunidad Autónoma, tienen
competencia en
materia de
protección de menores.

El Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones
Sexuales (C.A.V.A.S) de Madrid, recibe
ayudas para su actuación del Instituto Madrileño
del Menor y la Familia
(IMMF)

Conocer información elemental sobre el proceso de
victimización sexual en los niños y las
niñas de un territorio resulta un paso imprescindible para
iniciar medidas organizativas con vistas a su atención y consecuencias, no ya para
mejorar la actividad pericial y repercutir en casos concretos,
sino para asesorar con más sólidos argumentos al
gobierno y al
sistema judicial en lo referente a la política de esta
materia.

La información requerida para un acercamiento
mínimo al problema radica en las características de
las víctimas en cuanto al sexo, la edad, los aspectos
escolares y académicos, el posible maltrato físico
habitual, el estado
psicológico previo y posterior al delito, los antecedentes
de ser víctimas o transgresores en delitos previos, la
información sexual y las características del medio
familiar; tales como disfuncionalidad por violencia, medios
correctivos habituales empleados y actitud ante
el sexo.

Del delito conocer su tipificación penal, la
relación previa entre víctima y agresor, el lugar y
el rango del horario en que ocurre, el método
empleado en la victimización, el número de
participantes y la probabilidad de
ingestión de alcohol en los
involucrados.

En la práctica asistencial será necesario
indagar sobre la sexualidad y tratar los daños, secuelas
físicas o psicológicas que presente el adolescente
víctima de maltratos. En esa edad puede también
presentarse una desviación hacia la criminalidad u otras
conductas de riesgo, como el embarazo precoz o
las adicciones al
alcohol y otras drogas,
así como adquirir una enfermedad de transmisión
sexual* como consecuencia de la victimización.
Estas consecuencias son evitables, muy especialmente si el
adolescente y su familia reciben ayuda social, incluyendo la del
sistema de salud, con posterioridad a haber sufrido un
daño.

Este y otros aspectos vinculados a la violencia
están incorporados a los objetivos del
trabajo con
los niños y adolescentes.
A la larga un aspecto de actividad social que resulta calificado
de delito, es y deriva en un problema de salud.

Se confirma lo anterior cuando se señala que la
violencia produce muerte y
lesiones, lo que equivale a un alto costo en vidas de
los jóvenes, con su consiguiente efecto social,
económico y de sobrecarga en los servicios de
salud, ya que las alteraciones no letales que provoca, requieren
atención, generalmente de urgencia y rehabilitación
física y psíquica.-

Se ha comprobado que la orientación, la
psicoterapia y en especial las iniciativas de grupos, son
útiles después de las agresiones sexuales, sobre
todo cuando determinados factores relacionados con la violencia
propiamente dicha o el proceso de recuperación, pueden
complicar la situación.

El trabajo en grupo puede facilitar un diagnóstico, puede constituirse en un medio
de curación, puede posibilitar el desarrollo de la
investigación, así como llevar a cabo
transformaciones cuando sea necesario. También puede
contribuir al proceso de aprendizaje o enseñanza o erigirse como un instrumento
para influir en otros o dejarse influir.

Las heridas causadas por abuso sexual sea este incesto,
trauma sexual, violaciones, acoso sexual,
molestia o la mezcla de estos,* en ocasiones puede
requerir el tratamiento del problema directamente al lugar donde
se encuentra la herida.

El tratamiento toma su tiempo y a
veces el camino puede ser largo y doloroso, pero al sanar las
heridas es posible recobrar la inocencia del niño que se
perdió a una edad temprana. Superando esto, es posible
sentirse vivo (a) nuevamente, empezar a relacionarse mejor con
otros poniendo sus propios límites y empezando a confiar.
La creatividad
aumentará y el paciente se sentirá mejor con
sí mismo y descubrirá aspectos maravillosos que
había olvidado.

Como parte del proceso de recuperación es
importante buscar un psicólogo que le ayude y con el que
se sienta bien. Para brindar tratamiento efectivo a los pacientes
que han sufrido algún trauma, el terapeuta necesita saber
sobre este tema, tener experiencia, conocer diferentes técnicas e
ir despacio en el proceso porque de lo contrario, podría
reforzar ciertos patrones.

Los sobrevivientes pueden andar el camino de diferentes
maneras. Unos no van a terapia y continúan viviendo de una
forma limitada, otros deciden ir a terapia y ven que como
decía P. Levine, "el trauma es un hecho de la vida, sin
embargo no tiene que ser una cadena de perpetuidad".

El municipio de San Cristóbal carece de un
programa de asistencia cooperada para el tratamiento de
niños menores de trece años víctimas de
pedofilia. En la actualidad el procedimiento que se sigue es la
correspondiente denuncia, la remisión por el oficial de
menor al médico legal para que realice la sanidad y luego
la consulta con el psicólogo hasta llegar a la vista oral.
El menor varias veces es entrevistado por el personal encargado
de participar en el esclarecimiento de los hechos y la
recopilación de datos que
serán aportados como pruebas en el
momento del juicio.

El daño psicológico se agudiza ante la
carencia de la asistencia dirigida a obtener la
información necesaria en uno o varios momentos en los que
participen: el oficial de menores, el médico legal, el
psicólogo, un psiquiatra infantil, el fiscal y el
trabajador social. Este grupo creado con estos fines
ayudará a disminuir los trastornos ocasionados por el
hecho y el retorno del niño a sus actividades cotidianas
hasta el punto de borrar ese recuerdo tan desagradable y que lo
puede marcar para toda la vida. La sugerencia esta encaminada
además a brindarle seguimiento después del juicio
por el psicólogo y el trabajador social atendiendo a que
la recuperación puede ser en algunos casos
prolongada.

Este será un grupo de personas que obrarán
conjuntamente para lograr un único fin, prestarán
sus servicios y ayuda a personas que precisan de sus
conocimientos, entiéndase tanto víctimas como
familiares, cada profesional incidirá a partir de su
área teniendo como premisas las invariantes que dan lugar
a que la cooperación no solo sea en el convergencia en
tiempo y espacio sino también los elementos comunes
aportados por el análisis horizontal del perfil
académico y laboral de cada
uno de los integrantes que intervienen en el programa.

Llama la atención como en la mayoría de
los casos la visita a la consulta del psicólogo es
iniciativa de los padres, las denuncias son retiradas y pocas son
las demandas que tienen curso ante los órganos de
justicia.*

Es difícil establecer un único modelo de
tratamiento, múltiples son los factores a tener en cuenta
para su ejecución y que con anterioridad han sido
referidos por las autoras de este trabajo. Además no
olvidemos que cada ser es irrepetible al igual que las
circunstancias bajo las cuales pueden tener lugar los
hechos.

A continuación presentamos algunos lineamientos
que pueden ser acogidos para desarrollar el tratamiento y que no
tienen porque constituir No se pretende que los mismos sean
considerados o sirvan como una norma de atención
médica psicológica, jurídica ni de trabajo social.
Los estándares son determinados con base en todos los
hechos y circunstancias involucrados en los casos individuales y
están sujetos a cambios, a medida que el conocimiento
científico y la tecnología avanzan, y
los patrones de práctica médica
evolucionan.

Cuando se entrevista al
niño:

• Antes de la entrevista
trate de obtener información pertinente de otras personas,
incluyendo detalles del abuso: fecha, lugar, hora exacta,
secuencia de eventos, personas
presentes y tiempo transcurrido antes de buscar atención
médica, así como una historia social completa que
incluya dónde vive el niño, hace cuánto vive
ahí, demás miembros de la familia, sistemas de apoyo
al alcance de la familia y arreglos para el cuidado del
niño

• Siéntese cerca del niño, no frente
un escritorio o una mesa, y al nivel de los ojos del
niño

• Intente establecer una relación de
confianza y empatía

• Lleve a cabo la entrevista en privado y sin la
presencia del cuidador

• Haga que el niño sea entrevistado por el
profesional o profesionales más experimentados

• Averigüe quién más ha
interrogado al niño

• Explíquele al niño el
propósito de la entrevista en un lenguaje
adecuado a su nivel de desarrollo

• Cuando esto sea posible, utilice las propias
palabras y términos del niño al discutir la
situación

• Siempre pregúntele al niño si
él o ella tiene cualquier pregunta, y
respóndala

• En casos inminentes de separación,
explíquele cuidadosamente al niño la razón
por la que está siendo retirado de su casa

• Pídale al niño que le explique las
palabras o términos que resulten poco claros para
usted

• Reconozca que la situación debe haber sido
difícil para el niño y enfatice que el niño
no tiene culpa alguna

• Pregúntele si hay antecedentes de lesiones
ano-genitales y, en el caso de adolescentes, obtenga una historia
ginecológica y menstrual.

Examen médico*

Si el médico decide llevar a cabo la
exploración física, debe estar preparado para
reunir toda la evidencia forense necesaria o para detener el
examen antes de que cualquier procedimiento contamine la
posibilidad de que un experto más adecuado observe o
recopile dicha evidencia. Las metas del examen deben ser
identificar lesiones o condiciones que requieren atención
médica, documentar evidencia del abuso y asegurar al
niño o a sus padres que el pequeño estará
bien. Si la historia clínica u otras circunstancias
sugieren que la evidencia forense es necesaria, la
exploración física se debe llevar a cabo de
inmediato. En situaciones que no sean de emergencia, el examen
físico se debe programar para una fecha a corto
plazo.

Se deben explicar al niño los pormenores de la
exploración y ésta se debe realizar con su
consentimiento, en presencia de un adulto de quien no se sospeche
que es parte del abuso. El examen se debe conducir de manera
cuidadosa y sensible. No se debe usar la fuerza ni imponer
restricciones al niño, y deben incluirse todos los
parámetros de una valoración de salud
pediátrica.

Los genitales se deben explorar en el contexto de un
examen físico completo. Si el niño muestra un grado
inusual de conductas alteradas, quizás haya que arreglar
una consulta con un profesional en el campo de la salud mental,
antes del examen físico.

En casos de abuso sexual reciente, lo siguiente
constituye evidencia muy persuasiva: muestras de sangre, cabello,
orina, saliva, marcas de
mordedura y

otros hallazgos físicos. Es necesario reunir
dicha evidencia, el proveedor de salud debe cumplir con los
siguientes procedimientos o
ceñirse al protocolo estatal
apropiado:

• Pedir al niño que se pare sobre un pliego
limpio de papel cuando se desvista

• Utilizar, si es posible, una lámpara de
Wood para identificar manchas de semen en la piel y en la
ropa

• Preservar cuidadosamente e identificar las
muestras de sangre, semen, cabello u otra evidencia

• Colocar cada prenda de vestir por separado en una
bolsa de papel debidamente marcada

No haga lo siguiente:

• No intente probar que el abuso ha
ocurrido

• No muestre enojo, horror o desaprobación
respecto a los cuidadores o la situación

• No culpe a nadie ni elabore juicios

• No ofrezca retroalimentación a la explicación
de los cuidadores acerca de cómo ocurrieron las lesiones.
Esto les puede permitir usar la información que usted les
ofrezca para cambiar una explicación poco
probable.

Fotografías

Las fotografías convencionales son especialmente
valiosas como evidencia.

En cualquier caso, las fotografías no reemplazan
a una descripción médica -cuidadosa y por
escrito- de la lesión.

• Cuando sea posible, tome las fotografías
antes de dar tratamiento

• Use rollo de color, pero en el
caso de marcas por mordidas hágalo también en
blanco y negro si es posible

• Fotografíe el cuerpo completo desde
ángulos diferentes, y tome acercamientos

• Sostenga una moneda, una regla o cualquier objeto
para ilustrar el tamaño de la lesión

• Incluya la cara del niño en por lo menos
una fotografía

• Tome al menos dos fotos de cada
área importante de traumatismo

• Marque con mucha precisión todas las
fotografías, e incluya el nombre del niño, fecha,
ubicación de la lesión y nombre del
fotógrafo y demás personas presentes

• Utilice un estándar de color.

Estudios de laboratorio

Con frecuencia, se sugiere un examen inmediato de
fluidos corporales pertinentes

en un laboratorio a
fin de documentar la presencia de organismos (como trichomonas) o
esperma. Las decisiones respecto a pruebas para gonorrea,
sífilis, virus de
inmunodeficiencia humana u otras infecciones de
transmisión sexual se deben basar en los síntomas
manifestados por el niño, la epidemiología de las
enfermedades de
transmisión sexual en el área, la historia
clínica y los protocolos
estatales. En general, no se recomiendan los cultivos y los
estudios de rutina en todos los niños abusados
sexualmente.

• Mantener las bolsas en un lugar
cerrado

• Entregar lo más pronto posible todas las
muestras y demás evidencias al
personal de los cuerpos de seguridad.

El proveedor de salud debe estar preparado para
testificar acerca de a quién se le entregó cada una
de las muestras reunidas, y en dónde se encuentran en ese
momento.

CONCLUSIONES

  1. El tratamiento a los menores de trece años
    víctimas de pedofilia se circunscribe a los procederes
    legales que acontecen a partir de la denuncia y hasta la vista
    oral.
  2. La remisión al psicólogo no tiene lugar
    en todos los casos, en la mayoría de las familias
    afectadas la visita a esta consulta es por iniciativa
    propia.
  3. A pesar de que las afectaciones tanto físicas
    como psicológicas en algunos casos son patentes y
    confirmadas por el facultativo estas no tienen valor
    probatorio si no existe evidencia material para tener en cuenta
    en el momento de dictar sentencia por el tribunal.
  4. No existe en el municipio un programa de
    atención cooperada para el tratamiento a los menores de
    trece años víctimas de pedofilia lo que incide en
    que en la mayoría de los casos el menor sea entrevistado
    más de una vez en aras del esclarecimiento de los
    hechos, lo que evidentemente atenta contra su estado
    psicológico.
  5. La estructuración de un equipo de
    profesionales integrados por: oficial de menores, oficial que
    atiende los delitos más graves, medico legal,
    psicólogo, psiquiatra infantil, trabajador social y un
    fiscal capacitados para desarrollar un programa de asistencia
    cooperada con menores de trece años víctimas de
    pedofilia ayudaría a disminuir los daños
    psicológicos que en su mayoría sufren este tipo
    de víctimas.
  6. La existencia de dicho equipo facilitaría y
    viabilizaría el trabajo con el menor de manera que en
    menos tiempo se pueda obtener el mayor grupo de
    información válida independientemente de que sea
    necesaria la aplicación de otras técnicas
    atendiendo a que todos los casos no se presentan de igual forma
    ni las víctimas reaccionan de formas similares, cada
    caso requiere determinadas especificidades.

Recomendaciones

  1. Estructurar un proyecto social
    dirigido a la formación de un departamento en el
    municipio integrado por: un oficial de menores, el oficial que
    atiende los delitos más graves, un medico legal,
    psicólogo, psiquiatra infantil, trabajador social y un
    fiscal preparados para brindar a través del programa de
    asistencia cooperada la atención necesaria a los menores
    víctimas de pedofilia.
  2. Tener en cuenta las sugerencias para el tratamiento a
    los menores víctimas de pedofilia propuestas por las
    autoras de este trabajo en su tercer
    acápite.

ANEXOS
#1

ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL (ETS)
INDICADORAS DE ABUSO SEXUAL

El diagnóstico de una ETS en un niño debe
ser el resultado de un acabado y sistemático estudio. En
algunos casos ésta puede haber sido adquirida en forma
inocente por transmisión vertical de la madre al hijo,
pero en otros despierta la sospecha de abuso sexual. Las
posibilidades de infección subclínica y
períodos de incubación variable para algunas ETS
complican el diagnóstico.

EVALUACIÓN DE LABORATORIO RECOMENDADO POR EL
CDC

PARA NIÑOS PREPÚBERES ABUDASOS
SEXUALMENTE

  • Cultivo para Neisseria gonorrhoeae desde faringe,
    ano, vagina y uretra peneana
  • Cultivo para Chlamydia trachomatis desde el ano,
    vagina y uretra peneana
  • Cultivo y al fresco de descarga vaginal para
    Trichomonas vaginalis. (Considerar examen

microscópico de orina para Trichomonas en
niñas prepúberes).

  • Estudio fresco de descarga vaginal para clue
    cells
  • Cultivo para Herpes
    simple desde áreas de inflamación
  • Test serológicos para sífilis, HIV, y/o
    hepatitis B
    si existen factores de riesgo o evidencias
    epidemiológicas.

El rendimiento de los test de
laboratorio es muy bajo y los costos altos
incluyendo el costo emocional en la obtención de las
muestras con métodos invasivos. Todo cultivo positivo debe
confirmarse por un laboratorio de referencia. Ningún
método rápido de laboratorio para detección
de ETS es lo suficientemente sensible o específico en un
estudio de tipo forense. Estos factores deberán ser
cuidadosamente considerados para cada paciente.

Antibióticos profilácticos para ETS
están generalmente no indicados para niños con
sospecha de abuso sexual sin embargo, se propone que a
adolescentes sexualmente activos, que han sido abusados por un
extraño o un individuo al que no se le puede hacer
seguimiento, requieren antibióticos profilácticos
después de que los cultivos sean obtenidos.

El testeo inmediato para un supuesto agresor
proporcionará evidencia valiosa a la causa.

GONORREA:

Si se adquiere mas allá del mes de edad,
la gonorrea es virtualmente diagnóstica de abuso sexual.
En la niña prepúber, la gonorrea es casi siempre
sintomática con severa vulvitis, edema disuria y descarga
vaginal abundante y de mal olor. La gonorrea rectal en
niños es menos sintomática pero puede originar
proctitis, dolor y descarga rectal. La gonorrea faríngea
es usualmente sintomática con faringitis exudativa.
Infecciones pélvicas ascendentes no han sido reportadas en
niños. Después de la pubertad, la cervicitis y
lesiones ascendentes son más comunes. Cultivos directos
son los de mayor rendimiento lo que se obtiene colocando las
secreciones en medios de cultivo tales como Thayer-Martin y
colocadas en un ambiente rico
en CO2 para lo que se necesitan medios de transporte
especial.

CHLAMYDIA:

La chlamydia trachomatis al igual que la Neisseria
gonorrhoeae puede afectar al RN durante el

A diferencia de la gonorrea, la chlamydia puede
comportarse en forma asintomática en el recto por
más de 29 meses. La infección detectada en un
niño mayor de 2.5 años no es necasariamente
indicativa de abuso pero la vulvovaginitis por chlamydia se ha
detectado en 2-13% de los niños sexualmente abusadas.
Puede manifestarse como una descarga vaginal o ser
asintomática. En niñas prepúberes la
infección es típicamente vaginal más que
cervical. La chlamydia es un organismo delicado y morirá
en ambiente seco o si es dejado a temperatura
ambiente por algún tiempo. La obtención de muestras
requiere de personal experto.

Test rápidos usando anticuerpos monoclonales con
IFD o ELISA no son lo suficientemente sensibles o
específicos en poblaciones de bajo riesgo o en
detección de chlamydias en niños sexualmente
abusados por arrojar niveles mas altos de lo aceptable tanto para
falsos positivos como falsos negativos. El método
más confiable para la detección de chlamydia es el
cultivo directo de material celular obtenido con una
tórula a partir de faringe, vagina o recto. Esta muestra
debe ser transportada en medio apropiado en hielo directamente al
laboratorio.

TRICHOMONAS:

Se han comunicado infecciones
vaginales y nasales en el RN por trichomomas, pero
más allá del período neonatal, es una
infección sexualmente adquirida.

A menudo asintomática en el período
prepuberal, puede ser descubierta en un examen de orina en un
niño con disuria. En niñas adolescentes origina una
descarga vaginal espumosa y prurito vulvovaginal moderado. Los
cultivos para trichomonas no están ampliamente disponibles
y secresiones vaginales al fresco omitirán el 40% de
infecciones en mujeres y niñas adolescentes Aunque se
presume que la uretra masculina es el reservorio, es
difícil aislar la trichomona de este sitio.

SIFILIS:

Las manifestaciones clínicas de sífilis en
los niños son similares a las del adulto. La
infección primaria se manifiesta como el chancro
sifilítico, lesión ulcerada indolora, rojo
amarillenta, de superficie lisa, de bordes regulares. La
ubicación anal en niños es localización
frecuente en víctimas de abuso,
difícil de
distinguir de fisuras anales o celulitis.

El rash de la sífilis secundaria puede asemejarse
a un exantema viral y sin la sospecha de abuso sexual el
dianóstico puede ser pasado por alto. Condilomas planos
pueden aparecer en el área genital como lesiones planas o
verrucosas las que pueden ser confundidas con condilomas
acuminados (que son de origen viral).

En niños en que no se puede determinar si la
sífilis es congénita, se debe presumir que fue
adquirida por abuso sexual.

VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA
(VIH)

El abuso sexual en un niño conlleva
también riesgo de infección por VIH.

Test para VIH no se hace en forma rutinaria para
pacientes pediátricos víctimas de abuso y la
recomendación se hace según los factores de riesgo,
incluyendo signos
específicos de infección VIH, evidencia de otras
ETS, o presencia de fluídos
corporales (semen, sangre o saliva).

Se recomienda el examen si el hechor pertenece a un
grupo de riesgo para VIH, si múltiples o desconocidos
hechores están involucrados o si el hechor tiene
síntomas de SIDA.

HERPES SIMPLE:

El abuso sexual debe siempre ser considerado en
niños que presenten herpes simple anogenital
, aunque
una transmisión inocente también es
posible.

El período de incubación para herpes
genital se estima en 2-14 días en pacientes
sintomáticos. En niños, la infección
primaria sintomática es usualmente acompañada de
manifestaciones sistémicas tales como fiebre y
mialgia.

La infección por el virus del herpes simple se
manifiesta por una serie de vesículas agrupadas en base
eritematosa. Las vesículas ubicadas en la mucosa, se
rompen fácilmente, dejando una superficie
erosiva.

Virus herpes simple tipo 1 se ubica usualmente sobre la
cintura pero estas infecciones pueden ser transmitidas al
área glúteo genital por autoinoculación
desde la mucosa oral o por heteroinoculación
inocente a través de los pañales. Contacto
abusivo oral/genital
también puede transmitir VHS
1.

La presencia de VHS 2 en la zona anogenital supone
contacto sexual directo
. Infecciones herpéticas
anogenitales por virus herpes simple 1 y 2 no son distinguibles
clínicamente.

Una historia reciente de gingivoestomatitis
herpética, herpes labial recurrente o panadizo
herpético presume transmisión inocente.

Raramente el virus varicela zoster adopta una apariencia
similar.

Los agentes virales de las vesículas
herpéticas pueden ser confirmados por cultivo directo o
técnicas de PCR para VHS.

PAPULOSIS BOWENOIDE:

Es una condición asociada a VPH tipos 16,18,
31 y 33
, que se distingue del condiloma por su similaridad
histológica con el carcinoma escamoso in situ. Es
generalmente una infección de jóvenes, adultos
sexualmente activos, pero han sido reportados casos en
niños.

Las lesiones clásicas se presentan en una
distribución en espejo alrededor de la
mucosa y pliegues cutáneos usualmente como pápulas
pequeñas, aplanadas, con una apariencia café
aterciopelada.

La evolución de la papulosis bowenoide
generalmente es de curso benigno pero se han comunicado casos de
regresión espontánea y progresión hacia
carcinoma invasivo.

Mujeres con papulosis bowenoide y parejas de varones
efectados tienen mayores posibilidades de carcinoma de cuello. El
riesgo de enfermedad invasiva aumenta con la edad y con las
alteraciones de la función inmunitaria lo cual tiene
importantes implicaciones para niños con la
enfermedad.

El manejo de niños con papulosis bowenoide es
similar a aquellos portadores de condilomas acuminados
típicos. Debe considerarse un apropiado screening por la
posibilidad de abuso sexual. Niños asintomáticos se
aconseja una no intervención activa con monitoreo de
regresiones espontáneas. Se requiere seguimiento a largo
tiempo, con derivaciones oportunas al ginecólogo y toma de
PAP a intervalos regulares.

MOLUSCUM CONTAGIOSUM

Infección cutánea producida por
molluscipoxvirus que afecta sobre el 10% de los niños en
climas tropicales con incidencia mayor en menores de 5
años. El ser humano es la única fuente conocida del
virus.

Se transmite fácilmente por contacto directo,
autoinoculación o fomites. Los molluscum anogenitales se
adquieren mas comúnmente en forma inocente pero la
tranamisión sexual también es posible. El
período de incubación es de 2 a 8 semanas para
lesiones idividuales.

Las lesiones típicas se reconocen
fácilmente como pápulas perladas, cupuliformes, de
2-3 mm con una umbilicación central. Una biopsia de piel
puede confirmar el diagnóstico pero es raramente
necesaria. Se pueden ubicar en cualquier sitio de la piel con
predilección por áreas intertriginosas, incluyendo
pliegues inguinales e interglúteos donde pueden
confundirse con condilomas acuminados.

DERMATITIS ESTREPTOCÓCICA
PERIANAL:

Enfermedades pediátricas perianales por
estreptococo grupo A pueden confundirse con abuso
sexual.

Las manifestaciones clínicas se inician en
forma aguda con escozor o dolor al defecar. La mucosa anal se
presenta enrojecida, edematosa y resblandecida. En los casos
crónicos existen fisuras dolorosas, secresión o
spotting hemorrágico.

Balanitis y vulvovaginitis estreptocócicas pueden
presentarse con o sin compromiso perianal. Sus signos y
síntomas son variados y van desde un comienzo agudo con
eritema, edema y dolor hasta la presencia de una descarga
purulenta de presentación insidiosa.

Se presenta en la niñez con una
predilección por el sexo masculino 3:1 con un 50% de
ocurrencia intrafamiliar. 2/3 de estos niños son
portadores faríngeos de estreptococos grupo A siendo la
inoculación manual directa
desde la boca la forma más frecuente de
transmisión.

El diagnóstico se hace por cultivo de las
lesiones y el tratamiento con penicilina o eritromicina,
sin embargo las recidivas ocurren en el casi 40% de los
niños. La mupirocina ha sido propuesta como método
de prevención de recidivas

Anexo # 2 SOSPECHA DE ABUSO SEXUAL:

Pocas veces se logran encontrar en los niños
signos físicos de trauma sexual, pero se describen una
variedad de indicadores
sugerentes que pueden ayudar a establecer el
diagnóstico.

1. Indicadores Físicos

En la mayoría de los centros especializados,
menos del 20% de las niñas y 10% de los niños
referidos con historia de abuso sexual, tienen exámenes
físicos anormales. Con el fin de identificar anormalidades
que sean clara e inequivocamente el resultado de trauma sexual,
se han establecido varios sistemas de clasificación,
aunque ningún sistema único ha sido uniformemente
aceptado. Siegfried y cols consideran: hallazgos anormales
no-específicos, sugerentes, indicativos y
definitivos.

Hallazgos no específicos: son aquellos
que pueden ser ocasionados por abuso pero también tienen
una variedad de otras causas. Ejemplos de éstos son las
adherencias labiales, prurito anogenital, eritema genital difuso
y descarga vaginal.

Hallazgos sugerentes de abuso pueden tener
origen accidental o quirúrgico. Estos incluyen infecciones
que pueden ser transmitidas ya sea sexual o verticalmente tales
como virus papiloma humano y chlamydia trachomatis en una
niña menor de 2.5 años. La historia de
cirugía del tracto anogenital debería ser
rutinariamente investigada. Procedimientos de dilatación
uretral por enuresis pueden causar cambios en el himen.
Vaginoscopías pueden producir inadvertidas roturas del
himen. Procedimientos para reparar imperforaciones o estenosis
anales pueden producir cambios que sugerirían abuso
sexual. Si la naturaleza de
la injuria no es satisfactoriamente explicada por la historia,
aumenta la sospecha de abuso sexual.

Hallazgos indicativos son aquellos que no
tienen ninguna otra explicación más que
abuso.

ETS específicas indicativas de abuso incluyen
Neisseria gonorrhoeae, sífilis adquirida después
del período neonatal y chlamydia trachomatis en un
niño mayor de 2.5 años.

– En la categoría de hallazgos definitivos
se incluyen solamente aquellas situaciones en las cuales el
contacto sexual puede ser absolutamente probado, tales como
embarazo o la
presencia de semen o fluidos seminales en el interior de
cavidades corporales.

2. Indicadores Médicos:

Indicadores médicos no
específicos
tienen una variedad de causas, siendo el
abuso sexual solo una de ellas. Estos indicadores incluyen
enuresis, encopresis, disuria, dolor abdominal y
cefalea.

Indicadores médicos sospechosos
también pueden tener otras causas, pero el abuso debe ser
altamente considerado. Estos incluyen dolor anogenital,
sangramiento y descargas profusas. En estos casos se debe referir
al paciente a un especialista con experiencia para que pueda
distinguir casos de abuso de los que no lo son.

3. Indicadores Conductuales:

Indicadores conductuales no específicos
pueden ser el resultado de cualquier tipo de suceso estresante en
la vida de un niño. El abuso sexual debería
considerarse como una de las causas principales
posibilidades.

Tales conductas incluyen desarrollo de regresiones en
hábitos de toilet, agresión, aislamiento, temores
inusuales, alteraciones del sueño y pesadillas.

Conductas sospechosas son aquellas que apuntan
mas fuertemente a la posibilidad de abuso sexual y deben ser
cuidadosas y totalmente evaluadas. Estas incluyen actividades
sexualizadas tales como actos sexuales demostrados con juguetes u
otros niños, masturbación excesiva, lenguaje sexual
gráfico o conductas seductoras frente a niños. Un
niño con este tipo de conducta debe ser referido a un
especialista en detectar el problema y su tratamiento.

4. La Historia de Abuso Sexual

La historia de abuso sexual revelada por un niño
es la evidencia más importante y deberá ser
cuidadosamente documentada. Mas cantidad de condenas por abuso se
han obtenido en casos sin evidencia física cuando la
historia del niño ha sido bien documentada, que en casos
en que se incluye tal evidencia.

Cuando el abuso sexual se incluye en el
diagnóstico diferencial, una historia apropiada historia
debe obtenerse.

– Para niños mayores de 3 años es
más fácil y mas efectivo entrevistar un padre y al
niño en forma separada. Niños menores de 3
años pueden no estar dispuestos a separarse de los padres
y no estar capacitados verbalmente para una entrevista
productiva.

Cuando se entrevista a un niño, una variedad de
preguntas intrascedentes podrán ayudaran a establecer un
clima de
confianza tales como vacaciones recientes, mascotas,
condiscípulos, con énfasis en gustos y desagrados.
Esto puede ser seguido por preguntas directas. Es igualmente
importante notar la actitud del niño que niega haber sido
tocado. Si el niño es directo, impenetrable y aún
sorprendido de que tal hecho podría ocurrir, la
negación puede confirmarse. Si al efectuar preguntas
claves, el niño permanece en actitud abierta, hace
contacto visual y aparece no temeroso pero repentinamente cambia
y se torna temeroso, evasivo y pierde contacto visual,
podría a contribuir a sostener la sospecha de abuso. Este
niño no debería ser "interrogado" y si el contacto
sexual es negado se debe concluir la entrevista. Es común
en niños sexualmente abusados negar haber sido tocados,
especialmente si el abusador es un miembro cercano de la familia
o si existe amenaza.

Relatos espontáneos como podrían ocurrir
durante una evaluación
de lesiones genitales, deberían ser documentados en forma
precisa usando las propias palabras del niño, su
terminología y su estado emocional. Los médicos no
capacitados en este tipo de problemas deben referirlos a
profesionales expertos.

– La historia del cuidador comienza con
información social. Las preguntas deberán
efectuarse en un contexto claro y no como forma de juzgar a esta
persona,

5. Informe:

Si se sospecha abuso sexual ya sea relatado, o por
indicadores físicos o conductuales, debe informarse a las
autoridades competentes.

Anexos # 3

EVALUACIÓN MÉDICA DE SOSPECHA DE ABUSO
SEXUAL:

(Datos extraídos de Pediatrics Annals, Abril
de 1998, según las guías recomendadas por
la
Academia Americana de Dermatología)

Una evaluación adecuada incluye revisión
sistemática de conductas, una entrevista apropiada para la
edad del niño por un profesional experimentado y un
completo examen físico y evaluación genital forense
para detectar traumatismo genital y la presencia de ETS. Debido a
la importancia que ha cobrado con el tiempo este tipo de
problemas es que la American Academy of Pediatrics ha
desarrollado una guía para la evaluación de abuso
sexual en niños. De todo esto, la revelación del
niño es el mas seguro indicador
de abuso. Pero aún cuando un niño tenga signos
inequívocos de abuso puede no estar dispuesto o
posibilitado de revelar su historia.

La mayoría de los niños médicamente
evaluados por abuso sexual tienen exámenes genitales
normales. Las razones para esto varían. La mayoría
de los niños demoran en revelar su historia de abuso por
temor a las repercusiones, o amenazas del hechor. La
víctima puede haber sido inducida a manipular el
área genital del hechor. El abuso puede haber ocurrido en
un modo lento y progresivo sin causar cambios físicos.
Técnicas específicas y lubricantes pueden haber
sido usados para producir el menor daño posible.
Aún cuando ocurren injurias menores, ellas pueden ser de
naturaleza no específica y curar completamente dentro de
horas o días.

Cualquier niño alega abuso sexual debería
recibir una acabada evaluación médica. El
propósito es primariamente dimensionar que el niño
esté sano y no injuriado. Tales exámenes concluyen
solamente en "confirmar" o "negar" la historia del niño
prescindiendo de la dinámica de la agresión sexual
y la posibilidad de que los tejidos hayan
cicatrizado completamente después de trauma
menor.

Evaluación

La primera acción es un examen que se
efectúa en emergencia si la agresión ocurrió
dentro de las últimas 72 horas. Injurias anogenitales
agudas u otras evidencias asociadas son más posibles de
ser encontradas en ese momento. Debe investigarse la existencia
de sustancias como semen, esperma, sangre, saliva y otras
sustancias que puedan relacionar a un hechor con el niño.
Estudios forenses han demostrado que después de 72 horas
la recuperación de tales sustancias es virtualmente
imposible. Debería contarse con kits (maletines de
violación) o protocolos diseñados para recolectar,
preservar y mantener la cadena de evidencia de tales materiales.

Los niños pueden requerir modificaciones en la
recolección de los procedimientos. Otras indicaciones para
un examen médico de urgencia incluye sangramiento
anogenital, injuria, signos de infección o procedimientos
para situaciones de protección no
resueltas.

La mayoría de los niños son vistos para
examen por primera vez, después de las 72 horas. Padres e
investigadores no ven como una emergencia una revelación
del niño y requieren de una "definitiva" evaluación
médica. Estos niños deben ser referidos a un
especialista experimentado en tales hechos. Si se determina que
el niño está sano, una demora de 1 a 2 semanas no
cambiará los hallazgos en un niño
asintomático. La ley y los servicios investigadores de
protección al niño requieren de un examen
médico para la obtención de evidencia. Sin embargo,
la salud del niño y su seguridad deben ser prioritarios
para el médico y los propósitos forenses
secundarios. El examen no debe ser traumático o forzado en
un niño no dispuesto. El médico puede tomar una
conducta terapéutica en asegurar al niño que "el" o
"ella" está ahora "normal". Exámenes para ETS
pueden ser apropiadamente tomados. Para las adolescentes debe
considerarse la posibilidad de embarazo.

Colposcopía:

La colposcopía es usada para optimizar el examen
anogenital pediátrico. Es una forma de colposcopía
no invasiva y usualmente es efectuada sin problemas ni
sedación en niñas de todas las edades. Proporciona
una excelente fuente de luz con
magnificación de por 3 a por 30 dependiendo del tipo
usado. Puede agregarse equipo fotográfico incluso de
video para
documentar los hallazgos obtenidos.

Hallazgos Anogenitales:

Un examen pediátrico anogenital
sistemático es fundamental para evitar la confusión
de importantes hallazgos. La evaluación genital debe ser
parte del examen habitual para establecer una adecuada
evaluación de la salud del niño, su crecimiento y
desarrollo.

Las siguientes estructuras
deben ser examinadas: labios mayores, labios menores,
clítoris, uretra, bandas periuretrales, ligamentos, surco
perihimenal, himen, vagina, fosa navicular, horquilla posterior,
periné y ano. Importantes componentes de la
anatomóa anal, son el tono, el patrón de
distribución de los pliegues y presencia o ausencia de
marcas, fisuras u otras lesiones.

La anatomía genital
masculina también debe ser sistemáticamente
examinada poniendo atención si el niño ha sido
circuncidado, posición de la uretra, presencia de descarga
uretral y anatomía escrotal incluyendo descenso de
testículos. Raramente se encuentran anormalidades excepto
cuando existen hallazgos agudos tales como magulladuras o
abrasiones.

El himen:

Aunque injurias abusivas pueden ocurrir en cualquier
localización de los genitales externos o el ano, el himen
ha llegado a ser un foco de especial atención
médica. Estudios actuales han demostrado claramente que el
himen está siempre presente al nacimiento y la completa
ausencia de éste solamente puede ser el resultado de
injuria o cirugía. La concepción equivocada de que
es una frágil barrera a la penetración vaginal es
incorrecta y arcaica, pero desafortunadamente común
aún entre médicos. Aunque el tema es controversial,
existe un consenso emergente para muy específicos
hallazgos vistos exclusivamente en abuso de niñas. La
clara ausencia del himen o un área faltante de
éste, son causadas por penetración vaginal. Otros
hallazgos muy sugerentes son laceraciones del himen,
transecciones del himen que se extienden a la pared vaginal,
cicatrices del himen, severa atenuación del tejido himenal
a un reborde de menos de 1 mm. , injurias intravaginales y
cicatrices inexplicables de los labios menores, labios mayores,
fosa posterior, horquilla o periné. Tales hallazgos
ocurren típicamente dentro de la mitad posterior del
vestíbulo, en la ubicación entre las 3 y las 9 de
las manecillas del reloj.

La evaluación de las niñas adolescentes se
complica por efecto de estrógenos endógenos
responsables de los cambios del himen. El uso de tampones no
cambian la estructura del himen. Los tejidos que reciben
estrógenos son más gruesos, mas elásticos,
distensibles, y redundantes. Los signos de penetración
pueden no encontrarse o bien son mucho mas difíciles de
detectar.

El diámetro vaginal:

Se pensó que el diámetro vaginal era un
parámetro para determinar si ha ocurrido
penetración vaginal. Este parámetro varía
durante un simple examen, cambia con la posición de la
niña, nivel de relajación, y tipo de
tracción labial usada. Las medidas nunca han sido
estandarizadas según peso, edad, talla o raza, por lo
tanto no se recomienda como examen de rutina. Descripciones
cuidadosas y fotografías de anormalidades del himen se
prefieren.

Adherencias Labiales:

Las adherencias de los labios menores pueden ocurrir en
sobre un tercio de las niñas que no han sido abusadas. Son
el resultado de una irritación crónica menor y son
más comunes en niñas menores de 2 años pero
pueden observarse a cualquier edad. La mayoría de las
adherencias incluyen solamente los 2 a 3 mm posteriores de la
horquilla aunque pueden ser anteriores y aún incluir hasta
la porción central del labio menor. Pequeñas
adherencia no requieren tratamiento específico salvo
enfatizar en la higiene adecuada
y la evitación de irritantes. Las adherencias
también pueden ser el resultado de abuso sexual, pero en
ausencia de otra evidencia, la presencia de adherencias no es
diagnóstica. Si los labios están ocluídos en
mas del 50%, puede haber encharcamiento de orina cercano a la
fusión
provocando irritación. Cremas de estrógenos
conjugados aplicados suavemente sobre la fusión dos veces
al día producirá la lisis dentro de unos pocos
días.

Hallazgos Anales:

El ano es elástico a las injurias y cura
rápidamente. Los hallazgos anales inmediatos a la
agresión incluyen magulladuras perianales, abrasiones,
fisuras profundas y desgarros rectales. Hallazgos anales
diagnósticos de abuso son raramente vistos más
allá de la fase aguda. Las cicatrices perianales pueden
ser sugerentes de abuso, pero las cicatrices pueden ser
difíciles de distinguir clínicamente de rugosidades
anales y lesiones moderadas; estos cambios deben ser
interpretados con extrema precaución. La dilatación
anal marcada o fija o laxitud mayor de 2.0 cm de diámetro
junto engrosamiento de la mucosa indica abuso repetido y de largo
tiempo. Sin embargo dilatación anal reversible es un
hallazgo normal en niños que han sido sedados o recibido
anestesia general o espinal, tienen enfermedades
neurológicas o tienen deposiciones en la ampolla
rectal.

Anexo # 4 Manifestaciones
Pedofílicas.

Para alcanzar el primer objetivo, se estudiaron las
variables:
tipo de abuso sexual y edad, cuya operacionalización se
realizó en forma de tabla para su mejor resumen y
comprensión y es la que a continuación se
muestra:

 

Dimensión

Variable

Definición operacional de la
variable

 

 

Tipos de abusos sexuales

Abuso lascivo

Acción de toquetear, acariciar o succionar
zonas erógenas y genitales, sin tener
penetración.

Corrupción y explotación
sexual

Acto de obligar a una adolescente a traficar entre
países o en el propio país, con el fin de
ejercer la prostitución.

Tentativa de violación

Intento de realizar acciones
que forman parte de una violación.

Violación

Penetración forzada de la vulva o el ano,
usando el pene, otras partes corporales o un objeto,
mediante la fuerza física, amenaza o
coacción, por leve que sea.

Abusos deshonestos

Acciones como exhibicionismo de genitales,
masturbación, lenguaje obsceno, seducción e
insinuaciones en contra de la voluntad de la
adolescente.

Pederastia

El que cometa actos de pederastia activa empleando
violencia o intimidación, o aprovechando que la
víctima esté privada de razón o de
sentido o incapacitada para resistir

Incesto

El ascendiente que tenga relaciones
sexuales con el descendiente

Anexo # 5 Características
psicológicas

Síntoma: Sensación subjetiva
de fenómenos anormales, patológicos que
acompañan una enfermedad y que "caen con" la enfermedad.
Pueden ser subjetivos, cuando son accesibles tan sólo al
examen introspectivo y objetivos, cuando son sustraídos
por la observación médica. Para obtenerlos
se realizaron entrevistas
individuales a los adolescentes y a los padres y se les
aplicó un examen psiquiátrico a los
jóvenes.

Para la mejor comprensión de la
operacionalización de variables se confeccionaron las
siguientes tablas:

Variable

Definición operacional de la
variable

Tristeza

Disminución importante del estado de
ánimo acompañado de insatisfacción,
pesimismo e incapacidad, desesperanza e
inutilidad.

Ansiedad

Sentimiento de desagrado, inconformidad, angustia
y temor, de origen desconocido. Puede acompañarse de
signos de reacción vegetativa.

Disforia

Estado de mal humor, descontento, irritabilidad,
que puede conducir a acciones agresivas.

Impulsividad

Respuestas o actos agresivos que se realizan
bruscamente, sin motivos.

Hipobulia

Disminución de los deseos, motivaciones y
toma de
decisiones.

Distractibilidad

Disminución de la atención activa
que determina que la persona no pueda concentrarse y que su
mente vague por acontecimientos o recuerdos.

Dificultades en el
aprendizaje

Disminución del rendimiento
académico por notable disminución en las
habilidades y capacidades para aprender y
memorizar.

Desmotivación escolar

Desinterés por las actividades
escolares.

Miedos vinculados al maltrato

Sensación de temor, desasosiego,
expectación y preocupación con situaciones y
personas relacionadas con el maltrato y la
violencia.

Miedos específicos

Temor restringido a situaciones u objetos muy
específicos.

Miedos de contexto social

Temor que gira en torno a
la interacción, relación y
opinión de otras personas.

Bibliografía

  • Convención de los Derechos del Niño.
    (1990).
  • Dermatosis glúteo genitales en el niño
    disponible en Internet.
    Artículo elaborado por Martha Escamilla Rocha,
    Especialista en trauma. "Ojo con el abuso sexual"
  • Colectivo de Autores. (1996). Niños
    víctimas de delitos
    sexuales. (Primera Parte). En Revista de
    "Sexología y Sociedad". Año 2, No.6. Diciembre de
    1996. La Habana.
  • Colectivo de Autores. (1997). Niños
    víctimas de delitos sexuales. (Segunda Parte). En
    Revista de "Sexología y Sociedad". Año 3, No.7.
    Agosto de 1997. La Habana.
  • Yaumara " " Correa "Trabajo de Diploma"

 

Autoras:

Dunierkys Páez Perdomo

Coordinadora de la carrera Lic. Derecho
Sede Universitaria Municipal
"Hermanos Saiz Montes de Oca"
San Cristóbal, Pinar del Rio

Yaidelyn Collazo Fernández

Partes: 1, 2
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