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Dinámica familiar-escolar en la educación del niño (página 2)



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"Para educar a un niño se necesita un pueblo
entero" . La tarea singular de educar a una persona es una
responsabilidad compartida por todos: la familia, la
escuela, la
sociedad. Por
lo tanto, cualquier intento de mejorar la educación requiere
el compromiso simultáneo de todos esos protagonistas. Lo
expresó muy bien Daniel Filmus: "Sin la escuela , no se
puede, pero la escuela sola, no puede".

Es fundamental la actitud de la
sociedad en su conjunto frente a la educación. La
situación actual sólo podrá mejorar si un
número creciente de personas logra comprender que la
educación encierra la única esperanza de conseguir
personas más completas y economías más
competitivas así como sociedades
democráticas más responsables y justas. Se debe
establecer un nuevo contrato con la
escuela poniendo énfasis en el
conocimiento concreto,
mejor educación para más gente y
jerarquización del trabajo
docente en vistas a un futuro con más equidad y
garantías democráticas para nuestros niños,
jóvenes y para el conjunto de la sociedad.

El Dr. Juan Carlos Tedesco en su escrito "Un sistema, una
pedagogía y una gestión
que orienten el camino hacia una educación superadora"
explica que la crisis actual
que vivimos (producida por las transformaciones en la
organización del trabajo, las transformaciones en la
política y
la cultura)
está haciendo perder importancia a todas aquellas
instancias formadoras de nuestra identidad a
nivel nacional y personal que nos
indican quiénes somos y en estas cuestiones los valores
ocupan un lugar fundamental. Antes los recibíamos de la
familia pero
la familia actual es muy distinta a la que era hace cincuenta o
cien años atrás ya que cambió su
composición, el carácter de los vínculos que la
definen y además ha cambiado la familia como
institución transmisora de valores.
Está en crisis la idea misma de transmisión. La
familia se ha democratizado y hoy hay mucho más
"intercambio" que transmisión. Hay intercambio de
opiniones, de maneras de ver o sentir pero no de
transmisión porque ésta supone la aceptación
de cierta asimetría y de cierta autoridad. La
familia actual tiene una tendencia a transformarse en una
institución donde se intercambia, negocia, discute, donde
la autoridad tiene que ser conquistada y no existe
naturalmente.

"Ser padre es construir una vida nueva no sólo en
el otro ser, sino también en la propia conciencia y en
la propia dimensión de humanidad de la persona que ejerce
la función
paternal. La paternidad es en definitiva, una experiencia que
mejora y dignifica a los dos protagonistas del vínculo: al
que forma y al que es formado"

"Educar implica transmitir una visión del mundo y
supone, al mismo tiempo, poner
límites, marcar un hasta
aquí".

"Asumir la responsabilidad paternal de una manera
rígida o deshumanizada significa tratar al hijo como un
objeto y no como una persona. Ser padres, obviamente, es otra
cosa. Ser padre es transmitir un modo de ver la vida y fijar las
pautas y límites de comportamiento."

Además hay que tener en cuenta que los
niños entran muy tempranamente a otras instituciones
distintas a las familias. Los adultos significativos son otros y
la carga afectiva con que se transmite la socialización primaria es
distinta.

Entonces ¿cuál es el papel de la escuela y
los docentes
frente a este niño que se está formando en estas
condiciones?

Existen dos grandes pilares en la educación que
son: "aprender a aprender" y "aprender a vivir juntos". El
primero sintetiza todo lo que tiene que ver con el campo
cognitivo, con el desarrollo de
la inteligencia,
con el desarrollo de la capacidad para comprender el mundo para
entenderlo y movernos en él. El segundo, "aprender a vivir
juntos" refleja todo lo que tiene que ver con los objetivos
sociales de la educación, vinculados a la cohesión
social, lo que nos une con los demás.

Cuando se hace referencia a "aprender a aprender" no se
refiere a la transmisión de conocimientos con el
consiguiente desarrollo de la inteligencia como se creía
antes. Frente a los cambios y la renovación de los
conocimientos estamos obligados a aprender en forma permanente.
Por lo tanto lo que debe enseñar la escuela es "el oficio
de aprender que no es lo mismo que el oficio de alumno".Se hace
necesario el dominio de las
operaciones
cognitivas que están detrás del proceso de
aprendizaje y
que permiten acceder, entender, analizar la información, recreándola y
renovándola. Esto modifica el papel del educador que se
transforma en guía, acompañante cognitivo y
también modifica los valores que están vinculados
con el aprendizaje.
De este proceso de aprender a aprender se deducen una serie de
valores que son muy importantes y que están muy ligados a
la tarea del aprendizaje: la curiosidad, el esfuerzo, la
constancia, la sistematicidad, entre otros. Es muy importante que
las escuelas y educadores tengan en cuenta dichos valores en la
tarea misma del trabajo escolar (la única forma de
transmitirlos es aplicándolos en la práctica
cotidiana).

En cuanto al "aprender a vivir juntos", es necesario
recuperar la idea de escuela como espacio de socialización
relativamente artificial donde podemos programar las actividades
de aprendizaje que tienen lugar en ese espacio. Si queremos
promover la solidaridad no
podemos ajustarnos a las demandas que vengan de afuera, tenemos
que compensar con experiencias de socialización escolar
los déficits que existen fuera de la escuela. Si
allí predomina el individualismo y la competencia
salvaje, dentro de la escuela tenemos que construir espacios de
trabajo en
equipo, de colaboración, de respeto por el
otro, de encuentro con el diferente. Es decir, "hacer de la
escuela un espacio diferente".

Por otra parte no se puede pretender transmitir visiones
únicas. Vivimos en una sociedad compleja,
democrática, donde el respeto a la identidad de cada uno
es fundamental de manera que no se trata de "transmitir valores
sino de transmitir la capacidad de construir valores, la
capacidad de elegir, de tomar decisiones".

Es fundamental tener el sentido de nuestra
función como docentes dentro de la escuela, es decir, ser
conciente del sentido de para qué estoy haciendo lo que
estoy haciendo. Es necesario transmitir a las nuevas generaciones
la capacidad para que definan su proyecto de
vida.

"Hoy el sentido de nuestro trabajo es crear sentido, es
crear la capacidad de que nuestros alumnos sepan para qué
están, sepan a dónde quieren ir y qué
proyecto de vida quieren tener".

Daniel Filmus también habla sobre la
situación de la escuela y cómo ésta es
fuertemente cuestionada por la sociedad. La escuela como
institución ha perdido su vigencia en este mundo
globalizado de cambios científico-tecnológicos
continuos, permanentes.

"La escuela imaginada por Dewey como la locomotora que
conduciría a la sociedad hacia el desarrollo y el progreso
ilimitados se ha transformado en el furgón de cola que va
a la saga de los cambios de la época"

"Muchas veces nos sentimos inmersos en instituciones que
parecen dinosaurios en
la época del satélite, el microchip y la realidad
virtual".

Pese a las opiniones de algunos autores que indican que
la institución educativa puede ser reemplazada por
los medios de
comunicación y que el trabajo
docente personalizado se podrá sustituir por redes como Internet, los trabajadores
de la educación están convencidos de que esto no es
así (aunque muchas veces no tienen los elementos para
argumentar y sostener su idea).

El docente siente que fue preparado para un mundo de
certezas y debe educar para un mundo donde predomina la
incertidumbre y el cambio.
Vivimos en un escenario donde se transforman ciudadanos en
consumidores, compañeros en competidores, trabajadores en
marginados y se tiende a impedir la posibilidad de construir
identidades y proyectos
comunes. ¿Cuál es, entonces, el papel de la escuela
en un mundo con estas características? ¿Qué
hacer con una institución que se sustenta en el trabajo
con tiempos prolongados, en la profundidad del compromiso con la
distribución y construcción de valores y conocimientos, en
el esfuerzo dedicado a la incorporación de todos los
niños en una sociedad más integradora? Sin lugar a
dudas es necesario hacer una transformación.

Al augurar el fin de la escuela se está haciendo
referencia a la desaparición de uno de los únicos
espacios públicos que trabajan por la integración frente a las fuertes tendencias
hacia la exclusión. No existe otra institución que
sea la escuela y que esté en condiciones de crear, recrear
y transmitir los saberes y valores que se requieran para la
integración social.

La escuela frente a este nuevo mundo con nuevas demandas
no debe resistir ni copiar. De nada sirve resistir sosteniendo un
modelo
pedagógico que no da cuenta de los cambios ni tampoco se
puede mimetizar con el contexto imprimiéndole la velocidad de
un medio que parece moverse por los dictámenes del
mercado. La
escuela debe encontrar el equilibrio,
recuperar su sentido y colocarse a la altura de las necesidades
actuales, no puede quedarse en la historia. Su compromiso con
el pasado se afirma al brindar los saberes acerca de nuestros
orígenes y nuestra evolución que permita forjar la identidad
para poder
comprender los procesos
sociales actuales y proyectar un futuro.

La escuela ya no puede ser la transmisora de contenidos
enciclopédicos y los alumnos meros receptores y
repetidores pero sí puede dotar a los alumnos de la
capacidad para recurrir a la información cuando sea
necesario. La escuela no puede moverse a la velocidad de los
cambios y la información renovada y constante. Pero
sí puede brindar los elementos y competencias que
le permitan el procesamiento, la interpretación y la lectura
crítica
de la información.

La escuela ya no puede garantizar el empleo, pero
sí la empleabilidad en un mercado laboral cada vez
más selectivo. La institución educativa debe
asegurar la distribución democrática de las
competencias que se requieren para asegurar la igualdad de
posibilidades en el mundo del trabajo.

La escuela no puede formar en la última tecnología pero puede
brindar una educación tecnológica que permita
comprender la evolución de los procesos productivos,
adaptarse a los cambios y potenciar la capacidad de aprender a
aprender.

La escuela no es la única formadora para la
ciudadanía pero a través de
gestiones democráticas, prácticas participativas y
desarrollo de capacidades que permitan comprender los procesos
sociales puede brindar las condiciones para un protagonismo
activo.

Para que estas transformaciones sean posibles son
indispensables el perfeccionamiento docente, mejorar las
condiciones institucionales (promoviendo mayores niveles de
autonomía y creatividad,
generando la oportunidad del trabajo grupal y el aprendizaje
permanente) y la jerarquización de la tarea docente, a
nivel salarial y profesional, garantizando la posibilidad de una
vida digna, una dedicación real al perfeccionamiento y una
revaloración social que permita recuperar el prestigio
frente a la comunidad.

Por lo tanto, lejos de tender a su desaparición,
la escuela con estas características tiene una
función insustituible y los docentes se encuentran frente
a un gran desafío: "formar democráticamente y sin
exclusiones a hombres y mujeres con las capacidades necesarias
para imaginar, diseñar y construir sociedades en donde
primen los valores de la paz, la tolerancia, la
justicia y la
igualdad."

Entonces, ante la transformación de la
institución educativa ¿qué debe
enseñar la escuela? Hay que tener en cuenta que el docente
ya no puede ser sólo el transmisor de conocimientos que
deben ser rigurosamente memorizados ni dichos conocimientos
presentarse en forma fragmentada, descontextualizada y
desvinculada de los interese y preocupaciones de sus alumnos. Por
otra parte y como se mencionó anteriormente, el
vertiginoso avance de los conocimientos científicos y la
lentitud en la transformación de los contenidos escolares
hacen que las informaciones transmitidas se conviertan en
obsoletas rápidamente. Esto nos da cuenta de que gran
parte de lo que se enseña sólo tiene vigencia
dentro de la escuela. Afuera existe otra realidad en la que un
conjunto de procesos naturales, tecnológicos y sociales
llaman la atención de niños y jóvenes y
les despiertan interrogantes a los que muchas veces la escuela
tradicional no puede responder.

La escuela no puede quedar al margen de estas
transformaciones. La Conferencia
Mundial de Educación para Todos, organizada por la UNESCO
y la UNICEF en Tailandia, debatió acerca de qué
conocimientos debe transmitir la escuela y llegó a la
conclusión que deben ser un conjunto de herramientas y
contenidos que permitan desarrollar una vida plena y digna; estos
saberes varían de acuerdo a cada país,
región o cultura y cambian con el transcurso del tiempo.
Además hubo un gran consenso en que el papel de la escuela
debía estar centrado en el desafío de generar
competencias que favorezcan la participación social,
responder creativamente a las demandas cambiantes, identificar y
resolver problemas,
evaluar los resultados obtenidos, comprender información,
dominar las habilidades necesarias para el trabajo grupal y
sostener una predisposición para adaptarse a los cambios
continuos. Para lograrlo son imprescindibles dos condiciones: por
un lado que las tendencias hacia la transformación en el
ámbito educativo sean sostenidas en el tiempo y por otro
que es necesario el apoyo del conjunto de los sectores de nuestra
comunidad ya que la escuela sola no puede.

Teniendo en cuenta las distintas lecturas se puede
distinguir que Daniel Filmus tiene una visión más
optimista, más abierta y renovadora frente a los cambios y
las nuevas demandas. Propone que la institución escuela,
debe transformarsede acuerdo a las nuevas demandas
sociales.

Guillermo J. Etcheverry presenta tendencias más
tradicionales y centra más la problemática en el
niño (falta de interés,
esfuerzo y bajo rendimiento), fuera de la escuela: en la falta de
compromiso del Estado y la
familia y cómo ésta está dejando de lado sus
funciones como
institución básica de socialización
primaria.

El Dr. Julio Tedesco hace hincapié en los valores
y al cambio de la familia como institución, el papel de la
escuela con todas sus funciones y con especial atención
trabajando con dichos valores que antes eran enseñados por
la familia.

Si bien cada uno de los autores tienen distintas
visiones sobre la situación, coinciden entre otros
aspectos, en resaltar el sentido y la importancia de la
educación y la escuela como pieza fundamental,
indispensable y la necesidad de revalorar el rol docente para
lograr el desarrollo de niños, jóvenes y por ende
el desarrollo de la sociedad.

Conclusión

Es evidente que los padres tienen excesivas demandas
hacia la escuela que no están relacionadas con sus
funciones principales prevaleciendo aún más las
necesidades sociales que las específicamente educativas
escolares.

Estas exigencias están depositadas en la escuela
pero no son recíprocas, a pesar que las propuestas que
brinda la institución escolar en la mayoría de los
casos resultan interesantes no se evidencia compromiso con la
institución escolar.

Sin lugar a dudas esta situación influye en las
cuestiones pedagógicas porque el docente se corre de su
rol de ser quien enseña, acompaña, guía para
ser el que protege, consuela, contiene y alimenta. He aquí
una situación confusa que no ayuda a que el niño
aprenda más y mejor. La sociedad necesita sanearse. Si
todos jugáramos a "Antón
Pirulero, cada cual atiende su juego", la
situación cambiaría. Cada uno debe cumplir sus
funciones. Los padres, marcando los límites que organicen
la vida de sus hijos, desarrollando sus hábitos primarios
y enseñando los valores básicos fundamentales que
guíen la vida de sus hijos.

Por su parte la escuela debe ofrecer una
educación de calidad,
atendiendo la diversidad, las necesidades de la comunidad, las
necesidades individuales, con igualdad de oportunidades para
todos. Se hace inminente reivindicar la profesión docente.
El maestro debe recuperar el saber, perfeccionarse y a la vez
nutrirse de las experiencias. Se debe establecer la
relación profesional trabajador que implica desmitificar
el ideal apostólico y recuperar la dimensión
intelectual.

Consideramos que la escuela debe transformarse, porque
la sociedad se ha transformado y sigue haciéndolo, pero
creemos que ésta es una necesidad que surge y se palpa
desde adentro, desde la escuela, porque es allí donde se
evidencian las dificultades y problemáticas.

Es fundamental que todos los integrantes de la comunidad
escolar participen en el análisis de la problemática para que
entre todos se busque la solución, abordando la misma a
través de las estrategias
más adecuadas, tendiendo a mejorar la relación
entre la escuela y la familia logrando así el compromiso
de todos. Una alternativa podría ser a través de
técnicas de investigaciónacción-participativa en las que toda la
comunidad se involucra por ejemplo en la realización del
PEI o en la toma de
decisiones importantes frente a las problemáticas que
surjan.

Los padres demandan, los maestros resisten y los
chicos… a pesar de todo subsisten, pero lo justo, lo
conveniente y necesario sería que se formen integralmente
con vocación nacional, proyección regional,
continental y visión universal. Que se realicen como
personas en las dimensiones cultural, social, estética, ética y
religiosa, acorde con sus capacidades, guiados por los valores de
vida, libertad,
bien, paz, solidaridad, tolerancia, igualdad y justicia. Capaces
de elaborar su propio proyecto de vida, siendo ciudadanos
responsables, protagonistas críticos, creadores y transformadores
de la sociedad, defendiendo las instituciones democráticas
y el medio
ambiente.

Por último y frente a esta problemática
abordada consideramos que no debemos bajar los brazos. Como dice
Javier Serrano Ruiz "El trabajo en educación se basa en la
esperanza. Quien no ve futuro posible no encuentra sentido alguno
en la formación de los jóvenes. Educar es una tarea
de esperanza, porque significa creer que las generaciones
jóvenes y venideras tendrán un lugar en el
mundo".

"Como programa, la
desesperanza nos inmoviliza y nos hace sucumbir en el fatalismo
donde no es posible juntar las fuerzas indispensables para
transformar el mundo. No quiero decir que por ser esperanzado,
atribuyo a mi esperanza el poder de cambiar la realidad. Mi
esperanza es necesaria pero no es suficiente. Ella sola no gana
la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Los
educadores precisamos de la esperanza crítica, como el pez
necesita del agua no
poluida".

Paulo Freire

NOTAS

Jaim Etcheverry, Guillermo:La tragedia educativa,
página 11

2 Blejmar, Bernardo, apuntes de
cátedra: Gestión y conducción de proyectos
en contextos socio-económicos desfavorables.

3Proverbio chino.

4 Jaim Etcheverry, Guillermo : Op. Cit.,
página 140

5:Jaim Etcheverry, Guillermo: Op. Cit., página
140

6 Jaim Etcheverry, Guillermo: Op. Cit.,
página. 148.

7 Proverbio africano

8 Estudios realizados por el Banco Mundial
señalan que la persistente desigualdad y la baja calidad
caracterizan los sistemas de
educación básica en América
Latina. Las desigualdades en educación (acceso a la
escuela, disposición, calidad de la enseñanza y resultados del aprendizaje)
perpetúan las desigualdades en la sociedad y en los
ingresos y
contribuyen a hacer de América
Latina y El Caribe una de las regiones del mundo con más
elevada desigualdad.

9 Director del Instituto Internacional de
planeamiento
de la Educación (UNESCO)

10 Informe de la
Nación
, Buenos Aires,
19 de septiembre de 2004. Ver anexo.

11 Tedesco, Juan Carlos. Valores, pensamiento
crítico y tejido social. Página 20.

12 Tedesco, Juan Carlos. Op. Cit
Página 23.

13 Tedesco, Juan Carlos. Valores, pensamiento
crítico y tejido social, página 23

14 Filmus, Daniel. Una escuela para la
esperanza, página 20

15 Filmus, Daniel. Op. Cit., página
20

16 Filmus, Daniel, Op.Cit., página 24

BIBLIOGRAFÍA

ANDER Egg: "Técnicas de investigación
social", Ed. Lumen, Buenos Aires, 1995 Capítulo:
Cuestionarios.

BLEJMAN, Bernardo: Apuntes de cátedra,
módulos de Gestión y conducción de proyectos
en contextos socio-económicos desfavorables.

DESSEIN, Daniel: "Reinventar la Argentina", Ed.
Sudamericana, Buenos Aires, 2003

Filmus, Daniel: "Una escuela para la esperanza", Ed.
Temas, Buenos Aires, 2002

JAIM ETCHEVERRY, Guillermo: La tragedia educativa",
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2000

martiñá, Rolando: "Escuela y familia, una
alianza necesaria", Ed. Troquel, Buenos Aires, 2003

RUIZ, Javier S: "Revista
Iberoamericana de Educación" N° 17, 1998

Sierra Bravo, R: "Técnicas de
investigación social", Ed. Paraninfo, 1999

TEDESCO, Juan Carlos: "La educación. Valores,
pensamiento crítico y tejido social", YMCA,
2003

 

DATOS BIOGRÁFICOS DE LAS AUTORAS:

Scibona, Ana María:

argentina, nacida en la Ciudad de Buenos
Aires.

Docente en educación primaria con
veintidós años de antigüedad en el
área.

Títulos:

Profesora para la enseñanza primaria

Técnica Superior en conducción y administración educativa

Mediadora Preventiva en adicciones

Especialización en intervención
pedagógica –didáctica en contextos de
pobreza

Técnica en Computación educativa

Papel, Graciela Clara

Argentina, nacida en la Ciudad de Buenos
Aires

Docente en la educación primaria con veinte
años de antigüedad en el área.

Títulos:

Profesora para la enseñanza primaria

Técnica Superior en conducción y administración educativa

Mediadora Preventiva en adicciones

Especialización en intervención
pedagógica –didáctica en contextos de
pobreza

Especialización en prevención primaria de
la salud
escolar

 

Partes: 1, 2
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