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El Estado católico mexicano (página 2)




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IV

LA
REFORMA PROTESTANTE ALEMANA

Toda lucha contra el feudalismo tenia
que vestirse de ropaje antirreligioso.

La burguesía europea, surgida de la Revolución
Industrial y apoyada por las masas campesinas, llevo a cabo
contra la Iglesia
Católica terrateniente, tres grandes batallas decisivas:
la reforma protestante, la revolución
inglesa y la revolución
francesa.

Federico Engels, nos dice en su folleto Del Socialismo al
Socialismo Utópico, que al grito de rebelión de
Lutero contra la Iglesia, respondieron dos insurrecciones
políticas. Ambas fueron aplastadas a causa,
principalmente, de la falta de decisión de la
burguesía de las ciudades.

La reforma luterana condujo a una nueva religión, apenas
abrazaron el luteranismo, los campesinos alemanes se vieron
degradados de hombres libres a siervos de la gleba.

Donde Lutero fallo, triunfó Calvino. El dogma
calvinista cuadraba a los más intrépidos burgueses
de la época. Su doctrina de la predestinación, era
la expresión religiosa del hecho de que en el mundo
comercial, en el mundo de la competencia, el
éxito o
la bancarrota no depende de la actividad o de la aptitud del
individuo,
sino de circunstancias independientes de el.

Además el régimen de la iglesia calvinista
era absolutamente democrático y republicano.

Si el luteranismo alemán se convirtió en
un instrumento sumiso en manos de los pequeños
príncipes alemanes, el calvinismo fundo una republica en
Holanda y fuertes partidos republicanos en Inglaterra y
sobre todo en Escocia.

V

LA
REVOLUCIÓN INGLESA.

La burguesía inglesa encontró en el
calvinismo su teoría,
para poder realizar
su segunda insurrección en contra de los nobles feudales y
sus aliados los integrantes del clero político que se
encontraban en el mando del Estado feudal
británico.

Aún cuando los campesinos medios
ingleses, los que lucharon en el campo de batalla contra la
nobleza y lograron derrotarla, fue la burguesía
británica la que se apodero políticamente del
triunfo.

Sin los campesinos, la burguesía no hubiera
podido conducir la lucha hasta su final victorioso, ni llevado al
cadalso a Carlos I.

Una vez derrotada la nobleza inglesa y su aliada la
Iglesia, la burguesía, al frente de la insurrección
campesina, llevó a cabo una "concertación"
(léase tranza) entre ella y los terratenientes feudales de
Inglaterra.

Fruto de esta transacción fue el aburguesamiento
de la nobleza británica.

La oligarquía aristocrática feudal sabia
muy bien cuan inseparablemente unida se hallaba su propia
prosperidad económica a la de la burguesía
industrial y comercial.

Para poder exprimir, aun más, a los trabajadores
ingleses, la burguesía tenía que educarlos,
domesticarlos, por medio de la religión.

La burguesía británica se dio cuenta del
papel de la religión para convertir a los trabajadores en
sumisos servidores de sus
amos capitalistas.

Mientras el materialismo
filosófico de los científicos se encontraba
destinado solamente a los sabios y hombres cultos, la
religión se consideraba buena para la gran masa proletaria
no ilustrada.

VI

LA REVOLUCIÓN FRANCESA.

La gran revolución francesa fue la tercera
insurrección de la burguesía en contra de la
Iglesia Católica, aliada e instrumento político e
ideológico de la nobleza que destinaba el poder
político y con ello el Estado
feudal.

Esta revolución fue la primera que se
despojó del manto religioso, para dar la batalla en el
campo político abierto, y fue también la que llevo
realmente la lucha hasta derrocar completamente a la aristocracia
feudal, enemiga histórica de la burguesía
triunfante.

Mientras que en Inglaterra la transacción entre
capitalistas y nobles terratenientes encontró su
expresión y continuidad en los precedentes judiciales y en
la respetuosa conservación de las formas legales del
feudalismo.

En Francia, la
revolución rompió plenamente con las tradiciones
del pasado feudal y creó, con el Código
Civil, una adaptación magistral del antiguo Derecho Romano
a las relaciones capitalistas modernas.

En cuanto a su lucha contra la Iglesia, la
burguesía francesa le asestó un duro golpe
económico, al decretar, el 2 de noviembre de 1789, la
confiscación, en beneficio de la Nación,
de todos los bienes y las
tierras de la Iglesia.

Fueron sacadas a la venta estas
tierras, que recibieron el nombre de "Bienes Nacionales". Se
privó a la Iglesia de ciertas funciones
(registro de
nacimientos, matrimonios y defunciones), que fueron entregados al
Estado.

La burguesía francesa derrotó a la Iglesia
para poder romper las trabas que le impedían desarrollar
las fuerzas productivas, y acumular el capital
suficiente para invertir en la gran industria de
exportación del trabajo
asalariado.

Esta hazaña histórica, como veremos mas
adelante, la realizó también, la débil
burguesía mexicana durante la Reforma, cuando los
liberales expropiaron los bienes de la Iglesia Católica en
nuestro país.

VII

ORÍGENES DE LA
INQUISICIÓN

Antes de estudiar los métodos
que aplicó la Iglesia Católica de Roma para
introducir el cristianismo,
al lado y al servicio de
los conquistadores, en América
Latina y en especial en México, es
necesario retroceder un poco en la historia para analizar y
divulgar la forma de represión violenta que utilizo la
Iglesia Católica en contra de los que no estaban de
acuerdo con su religión, me refiero a la
INQUISICIÓN.

La burguesía europea y más adelante los
fascistas, los nazis y la burocracia
stalinista, así como la burguesía mexicana, por
medio de sus policías políticos, utilizaron los
métodos de la inquisición (en especial la tortura)
para tratar de doblegar a todos los rebeldes y revolucionarios
que se opusieran a su despotismo y dictadura
claro, bendecidos por el clero político dirigido desde el
Vaticano.

Any Testas y Jean Testas, autores del libro "La
Inquisición", afirman que es difícil precisar la
fecha en que se inician las funciones de la
inquisición.

Mucho antes de la guerra de los
albigenses, existía un medio de coerción ejercido
por los obispos.

En cada diócesis había un tribunal
eclesiástico y unos prelados cuya misión era
visitar e inspeccionar las parroquias. Iban en busca de herejes
pudiendo juzgar o hacer juzgar a los sospechosos.

El Papa intervenía en forma pasiva.

En 1197, el Papa Alejandro III decretó, en el
tercer concilio de Letrán, que era absolutamente necesario
oponerse a los herejes, CONFISCAR SUS BIENES y reducirlos a la
servidumbre.

La Constitución del 4 de noviembre de 1184, se
considera el origen de la Inquisición Episcopal, en la
medida en que los obispos son los encargados de mantener la
fe.

En el texto de dicha
constitución, el Papa les ordena que se informen
directamente acerca de las personas sospechosas de
herejía.

Aunque al principio la inquisición estaba
dirigida en contra de los cataros y no se aplicaba la pena de
muerte, será el Rey Federico II, en 1224, quien
decreta que, cualquiera que haya sido convicto de herejía
por el obispo de su diócesis, será apresado por las
autoridades seculares del lugar y condenado a la
HOGUERA.

El Papa excomulga a este Rey, pues solo la Iglesia es la
que debe perseguir y juzgar a los herejes.

Años después, en 1232, el Papa tuvo que
recurrir al Rey excomulgado, pues éste había
perseguido a los herejes, quedando claro que a partir de ese
momento el apóstata seria entregado a jueces seculares,
quienes de acuerdo con las leyes decretadas
por Federico II, serian QUEMADOS en nombre de la autoridad
imperial.

VIII

LA
INQUISICIÓN EN EUROPA

El primer dominico que mando QUEMAR a 60 herejes en
Tréveris, en 1233, fue Aldobrandino Cavalcante.

En 1279, en Parma, la Inquisición hizo QUEMAR a
dos mujeres, una de noble familia y otra
casada con un posadero.

La Iglesia, ante la resistencia de
los nobles y de los campesinos, creó sus propias tropas.
La ciudad de Sermione fue tomada en 1273 y 200 catarinos
sufrieron LA CONDENA A LA HOGUERA.

El 13 de abril de 1233, el Papa Gregorio IX
anunció al clero francés la próxima llegada
de inquisidores dominicos y nombró inquisidor general de
Francia al Padre Robert, quien por haber pertenecido a la secta
de los cataros, conocía sus secretos y al menor signo,
descubría herejes.

En ese mismo año, este temible personaje hizo
QUEMAR, en la Caridad, a los primeros inculpados.

En 1235, el Padre Robert se muestra
despiadado en su represión. En 1239 condeno 50 herejes,
una parte de los cuales murieron en la HOGUERA y otros fueron
ENTERRADOS VIVOS. En el mismo año, en Montwimer, mando a
la HOGUERA a 187 cataros.

Los dominicos, fueron el brazo inquisitorial del
Vaticano. En Moissac, 210 herejes sufrieron la condena a la
HOGUERA.

Su sadismo llegó hasta la necrofilia; pues varias
veces desenterraron cadáveres, que juzgaba,
exhibían por las ciudades y luego los quemaban.

En abril de 1241, a la muerte del
Papa Gregorio IX, los dominicos redoblaron sus actividades. En
Lavaur, condenaron a la HOGUERA a algunos cataros.

El 16 de marzo de 1244, 200 perfectos que se negaban a
convertirse, reunidos en un circulo al pie de las murallas de
Montsegur, se les prendió fuego. MURIERON QUEMADOS
VIVOS.

Un sacerdote secular, Conrado de Marburgo,
recibió la misión de oponerse a los luciferanos,
aun cuando no tenia el título de inquisidor, al ocupar un
cargo que lo protestaba para aplicar las ordenanzas imperiales y
los estatutos de la Santa Sede, asumía
prácticamente dichas funciones. Puso tal ardor en su
tarea, que según los anales de Worms, "fueron QUEMADOS
tantos herejes, que es imposible averiguar su
número".

Conrado de Marburgo, era el tipo perfecto del inquisidor
fanático y sin misericordia. El Papa Gregorio IX le
atribuyó, en 1232, "poderes discrecionales", y le
envió los Estatutos de la Santa Sede para que le sirvieran
de ayuda en su labor inquisitorial.

Este inquisidor, después de atacar a los
humildes, quiso mostrar su fuerza
amenazando a las gentes de buena posición. Por una serie
de hábiles interrogatorios, obtuvo abrumadores testimonios
contra personajes de la nobleza.

Atacó especialmente al Conde Sayn, uno de los
nobles más poderosos de la provincia de Maguncia,
acusándolo de herejía. Requerido ante el tribunal
de los inquisidores, el Conde se negó a obedecer y se
dirigió directamente al arzobispado. Este, en julio de
1233, reunió un concilio en Maguncia.

Allí los obispos tomaron medidas contra los
herejes, aplicándoles LA PENA DE MUERTE. Pero
al mismo tiempo
ayudaron al Conde decretando que sus bienes permanecerían
inviolables hasta que su crimen o su inocencia fueran
reconocidos.

El concilio fue incluso mas lejos, puesto que declaro
inocente al Conde y atacó al triunvirato que lo
acusaba.

Enterado el Papa intenta oponerse a una represión
tan sangrienta, pero era tarde.

Marburgo, poco tiempo después, es ajusticiado por
el pueblo.

El Papa Gregorio IX se vio obligado a excomulgar a los
asesinos y ordenó a los príncipes que persiguieran
a los herejes con las armas.

Esta clase de
cruzada dará lugar también a excesos, especialmente
en la Baja Sajonia, en la diócesis de Brema, adonde FUERON
ASESINADOS CERCA DE DOS MIL CAMPESINOS.

IX

EL CRISTIANISMO EN MÉXICO

En 1992 se cumplieron 500 años de la llegada de
los conquistadores españoles a nuestros países
americanos y junto con ellos, junto a la espada, llegaron los
evangelizadores, la cruz, a imponer la religión
cristiana.

Pocos mexicanos saben la forma violenta y sanguinaria,
como fue impuesta a los indígenas, la religión de
los conquistadores.

Una vez derrotados los ejércitos aztecas y los
colonizadores tomaron Tenochtitlan, la conquista militar de
Anáhuac había terminado.

Pero nadie puede explotar y gobernar a un pueblo solo
por la espada, se requiere el cemento
ideológico que adormezca a las masas, se necesita del opio
religioso.

Para dominar en forma estable no basta la fuerza, se
requiere un sistema
administrativo capaz de asegurar el funcionamiento de ese
dominio y su
reproducción económica, política y
jurídica.

Es por lo anterior que al lado de los soldados, y
después de ellos, tenían que llegar los sacerdotes
y los burócratas.

Enrique Sermo afirma que Hernán Cortés
sabia muy bien que sus victorias militares solo eran el primer
paso en el establecimiento del poder español,
por eso en sus Cartas de
Relación pidió al Rey que enviara religiosos para
que se hicieran cargo de la conversión de los
indios.

Como comprendía que antes de establecer la
iglesia como Institución, había que asegurar la
influencia de la religión como ideología, como un adormecedor
político, por lo que pidió no se enviaran obispos y
canónigos, sino frailes misioneros "de buena vida y
ejemplo".

Carlos V estuvo de acuerdo con esa solicitud y el Papa
autorizó, por medio de una bula, a los franciscanos y
otras órdenes mendicantes a realizar su obra misionera en
la Nueva España.

Los franciscanos arribaron en 1524, los dominicos en
1526 y los agustinos siete años mas tarde.

La tarea de los misioneros era complementaria de la
llevada a cabo por Cortés y sus hombres.

Mientras los militares obtuvieron un triunfo como
conquistadores, los frailes debían realizar la
asimilación de los indios a la nueva sociedad que
estaba naciendo.

X

LOS MISIONEROS CRISTIANOS EN
MÉXICO

Enrique Sermo en su libro, "México pueblo en la
historia", reconoce a 4 grandes misioneros que consumaron la
conquista religiosa y cultural de los indios
mexicanos.

Estos cuatro son : Pedro de Gante, (pedagogo), Vasco de
Quiroga (reformador social), Bernardino de Sahagún
(historiador y sabio) y Bartolomé de las Casas (defensor
de los indios).

En 1514, Las Casas se conmueve ante la
exterminación de los indios y se convence de que la
conducta de los
españoles en las colonias americanas es injusta y
tiránica. A partir de esa fecha se inicia su larga cruzada
en defensa de los naturales.

Las Casas es un reformador social, no un revolucionario,
por ello no pretende abolir la explotación colonial, sino
reformar esta explotación, impedir la destrucción
de los nativos y elevar los beneficios de la corona y los
colonos.

La tarea de los misioneros tuvo éxito porque se
inscribió en el proyecto
político de la corona: el de la conservación de las
sociedades
indígenas como sociedades tributarias.

Su importancia comenzó a declinar a medida que el
Estado Español comenzó a apoyar totalmente la
república en México.

La obra misionera se transformó en
IGLESIA. Los ideales resucitados del cristianismo primitivo
dejaron el lugar a los de la iglesia feudal.

Los frailes misioneros se volvieron explotadores del
trabajo indígena.

La administración hacia la cultura
indígena se trocó en prejuicios raciales
criollos.

Los reformadores sociales, como Vasco de Quiroga y Las
Casas, cedieron el lugar a los obispos y los Inquisidores. Las
órdenes mendicantes fueron sustituidas por los JESUITAS.

En 1525, los sacerdotes cristianos iniciaron una
gigantesca campaña de destrucción de templo e
ídolos.

Los frailes, ayudados por sus jóvenes
discípulos indios de las escuelas y protegidos por
partidas de hombres armados, demolían y destruían
sin misericordia miles de Códices de valor
histórico y cultural, fueron quemados o desaparecieron
(parte de ellos se encuentran en los museos europeos).

Para amedrentar a los indios que se resistían o
eran morosos en la práctica de la nueva religión,
se usaban los castigos corporales y las amenazas.

El éxito de la iglesia como Institución
Feudal al servicio de los nobles terratenientes en España,
en el tiempo de la contrarreforma, con el brazo
inquisitorial de la Iglesia Cristiana, llevaron a la
sustitución de los misioneros por ideólogos
conservadores.

La aparición de los jesuitas en la
década de los setenta, del siglo XVI, marcó el
cambio del
sesgo derechista y reaccionario de la Iglesia española en
México.

Tanto el Estado como la Iglesia comenzaron a frenar
la
educación de los indios.

El arzobispado y Virrey de la Nueva España, de
esos años, consideraba que no debía
enseñarse latín y filosofía a los indios y
que su formación debía reducirse a la
artesanía.

Los nobles indígenas que fueron útiles a
la corona tuvieron que asimilarse al modo de vida español.
Los demás que se negaron a cooperar, fueron aniquilados o
forzados a perderse entre las masas anónimas.

Los misioneros a medida que sus conventos prosperaban,
competían con los encomenderos y hacendados por la mano de
obra indígena.

El Estado y la Iglesia se unieron para debilitarlos
promoviendo el clero secular. El idealismo y la
pasión evangelizadora de los frailes, cedió lugar
al acomodamiento, la escolástica y el
enriquecimiento.

XI

LA IGLESIA DURANTE LA COLONIA

Durante la Republica de los españoles en los
siglos XVI y XVII en México, la Iglesia Cristiana-
principal terrateniente corporativo- desvía hacia fines
económicos, una importante sección del producto
excedente que debía invertirse en actividades
económicas con el fin de desarrollar las fuerzas
productivas frenadas precisamente por la falta de
capital.

El inmenso poder económico que logró
acumular la Iglesia a partir de la segunda mitad del Siglo XVI,
se deriva de una impresionante combinación de factores: la
estrecha asociación con el aparato virreynal, el dominio
irrestricto de la vida cultural y la inmensa riqueza que, de
acuerdo con él circulo conservador de alamán,
abarcaba, a finales del periodo colonial la mitad de los bienes
raíces del país.

Las órdenes religiosas acabaron por concentrar en
sus manos un vasto imperio de propiedades agrícolas,
ganaderas, urbanas; enormes ingresos
monetarios provenientes de los diezmos, censos hipotecarios,
donativos, herencias y fondos píos, así como
propiedades personales que, a pesar de la ley,
tenían muchos religiosos.

El buen ejemplo de la relación entre economía,
religión y política en el seno de la Iglesia, lo
proporciona la actividad de los jesuitas.

Veamos un caso: El colegio máximo de San Pedro y
San Pablo, fundado en 1576 en la Ciudad de
México.

Esta Institución llegó a ser el centro
educativo más influyente de la colonia. En ella se
educaba, no solo a los jesuitas, sino también a muchos
hijos de las familias más encumbradas.

A través de el, los jesuitas no solo formaban a
su imagen y
semejanza a muchos de los dirigentes de las iglesias, sino
también tejían lazos políticos y sociales
con la aristocracia terrateniente, minera y comercial.

El prestamista más importante de la colonia era
la iglesia. Al principio prestaban al 5% sobre una propiedad.
Después amplio estos prestamos con intereses, con la
garantía de una propiedad raíz.

Estos préstamos se otorgaban por un periodo de 5
a 9 años.

Teóricamente, al final del periodo debía
reembolsarse el préstamo, de manera que las propiedades
quedaban gravadas a perpetuidad y las deudas se heredaban junto
con éstas.

Los centros de la actividad financiera de la iglesia
eran los juzgados de testamentos, capellanías y obras
pías.

Hacia el Siglo XVIII, estos se habían
transformado en importantes instituciones
crediticias que manejaban capitales de varios millones de pesos y
contaban con empleados especializados y una contabilidad
detallada.

Las actividades crediticias de la iglesia, se
desarrollaron de tal manera, que la mayor parte de las
propiedades rurales y urbanas estaban hipotecadas por ella, y
casi todo el capital de préstamos se encontraba en sus
manos.

Según Chevalier, "gran numero de censos y
capellanías constituían ya pesadas hipotecas sobre
las propiedades rurales y muchos personajes, aparentemente
dueños de vastas haciendas, no disfrutaban en realidad,
sino de una tercera o cuarta parte de sus rentas.

XII

IGLESIA Y CAPITALISMO EN
MÉXICO

Adolfo Gilly nos dice en su libro "La Revolución
Interrumpida", que en 1855 la revolución de Ayutla llevo
al partido liberal al poder. El programa liberal,
enarbolado por el grupo de
intelectuales
encabezados por Benito Juárez, significaba la
organización del desarrollo
capitalista del país.

Para lograr este desarrollo, la principal y primera
traba era el mayor terrateniente de México: la Iglesia
Católica
, cuyos bienes de manos muertas
–inmensos latifundios- cerraban la vía a la
extensión del mercado
capitalista del campo.

Los liberales, ideólogos burgueses, dictaron, en
1856 la ley de desamortización, que prohibió a las
corporaciones religiosas y civiles, poseyeran bienes
raíces y dispuso que esas propiedades fueran vendidas a
sus arrendatarios, calculando su valor por la renta al 6% anual,
o en caso de que estos no las compraran, a quien hiciera la
denuncia de estos bienes.

La ley pretendía crear una clase de
pequeños propietarios agrarios, pues iba dirigida no solo
a poner en circulación en el mercado las tierras del
Clero, sino también las de las comunidades indias,
liquidando la antigua estructura de
la propiedad comunal.

El grupo de ideólogos burgueses, encabezados por
Juárez, en lucha contra el clero, los terratenientes y los
invasores franceses, se apoyó en una guerra de masas, y en
su curso dicto medidas aun más drásticas, como la
Ley de Nacionalización de los Bienes de la Iglesia en
1859.

Esta disponía la separación completa de la
Iglesia y el Estado, la secularización de todas las
órdenes religiosas, la supresión de las
congregaciones religiosas y la nacionalización de las
propiedades rústicas y urbanas del clero.

El resultado de la Ley de Reforma no fue el surgimiento
de una nueva clase de pequeños agricultores propietarios,
sino de una nueva concentración latifundista de la
propiedad agraria.

El golpe económico no solo fue contra de las
propiedades de la Iglesia, sino también contra las
comunidades agrarias indias que fueron fraccionadas y acaparadas
por los grandes latifundistas, convirtiendo a los comuneros en
peones de los terratenientes.

Sergio de la Peña, por su parte, nos dice en su
libro "La formación del capitalismo mexicano", que es de
suponer que la mayor parte de las propiedades del Clero,
susceptibles de ser desamortizadas, fueron afectadas y que la
mayoría de sus bienes raíces eran desamortizables
en vista de que la iglesia, casi no explotaba directamente sus
propiedades, sino que las daba en alquiler.

Al final del agitado año de 1856, a solo seis
meses de emitidas las leyes de Desamortización, hubo una
multitud de levantamientos de Conservadores y clericales en
Puebla, Querétaro y Veracruz.

Debe notarse que la reacción más intensa,
tuvo lugar en el Centro del País, en donde se encontraban
las estructuras
económicas y políticas más conservadoras y
reaccionarias del clero político mexicano.

En diciembre de ese año, Pío X
coléricamente declaró nulos todos los decretos y
leyes del gobierno mexicano
que afectasen los intereses del clero de nuestro
país.

XIII

LA IGLESIA Y LA REVOLUCIÓN
MEXICANA

Alicia Olivera Sedano, nos dice en su libro "Aspectos
Religiosos de 1926 a 1929", que la iglesia católica
romana, constituyó durante muchos años de la
historia colonial e independiente un factor de poder, que se
impuso en el país con todo el peso de una de las
más antiguas instituciones, defensora de las buenas
costumbres (léase defensora de la moral
autoritaria de la clase dominante), lo mismo que transmisora de
la herencia cultural
de los invasores y colonizadores.

El poderío de esta Iglesia, no solo se
apoyó en el alma de sus
comulgantes, sino también acumuló un poderío
económico y una influencia definitiva en la
política y sobre la sociedad.

En la mitad del Siglo XIX con las nuevas Leyes de
Reforma, la participación del Clero en la vida civil
disminuyo, cuando menos formalmente.

La Iglesia no solo fue desposeída de sus bienes,
sino que el Estado (burgués) la declaró
incapacitada para impartir la enseñanza; le negó la posibilidad de
dirigir los cementerios, y al instaurarse el matrimonio civil
se le hizo a un lado para sancionar ese vínculo, con el
objeto de restarle influencia sobre la
familia.

En ese entonces se redujeron las festividades
religiosas, fue censurado el encierro en los conventos y se
estableció la libertad de
prensa
(formalmente también).

Esas reformas llevaron a declarar legalmente la
separación entre la Iglesia y el Estado el 12 de julio de
1859.

El General Díaz, durante su dictadura burguesa de
30 años, asumió una política de
conciliación entre la iglesia y el Estado.

Como sabemos, el despotismo porfirista reprimió
militarmente al movimiento
obrero y al magonista, logrando la paz…. de los
cementerios.

Díaz permitió la existencia de una
oligarquía y reforzó los privilegios del alto clero
político mexicano, el más reaccionario y
conservador.

Con el movimiento armado de 1910, el asunto religioso
vuelve a tomar impulso, en particular cuando el Presidente
Venustiano Carranza da a conocer su intención de reforzar
las leyes anticlericales.

Con la Constitución proclamada en 1917, por la
burguesía triunfante, el clero político mexicano
irrumpirá de nueva cuenta en la vida política,
criticando principalmente los contenidos de los artículos
3° y 130°.

En el seno del propio constituyente, se desató
una verdadera lucha entre la ola conservadora y la jacobina
encabezada por Francisco J. Mújica, quien llegó a
declarar: "Si se deja la libertad de enseñanza absoluta
para que tome participación en ella el Clero con sus ideas
rancias y retrospectivas, no se formarían generaciones
nuevas de hombres intelectuales y sensatos…"

La discusión del artículo 3°.
Desembocó, finalmente, en una propuesta que superó
la moderación del proyecto prometido por Carranza, y se
determinó que la educación seria
laica, que ni las corporaciones, no los ministros de algún
culto podrían formar o dirigir escuelas primarias y que
las particulares solo se establecerían con vigilancia
oficial.

En cuanto al articulo 130°, se ratificó el
129° de la Constitución de 1857, en el que se define
el matrimonio como contrato civil;
la ley no reconoce personalidad
alguna a las iglesias; estas solo se crearían con la
autorización y con la vigilancia del gobierno; se
prohibía al clero participar en política; solo los
mexicanos por nacimiento podrían dedicarse al culto; se
impedía al Clero asociarse para fines políticos; y
se dejaba a las Legislaturas Estatales determinar él
numero máximo de ministros del culto.

XIV

LA IGLESIA SOBRE EL ESTADO.

Hasta aquí hemos analizado el papel
político de la Iglesia con respecto al Estado, para poder
pasar revista al
levantamiento de la Iglesia Católica Mexicana en contra
del Estado emanado de la "revolución" de 1990-1917,
será necesario estudiar, históricamente, de nuevo,
la relación Iglesia-Estado, pero ahora desde el punto de
vista de la ideología
capitalista y en especial desde la mira
ideológica-jurídica burguesa.

Durante la época prehispánica, en las
ciudades-Estado mesoamericanas, existieron estrechas relaciones
entre la organización política y la esfera
religiosa, ambas estaban fusionadas y constituían un solo
poder político.

El huey tlatoani o gran gobernante mexica,
ostentaba los cargos de máximo jefe político y
militar y al mismo tiempo desempeñaba, como representante
divino, múltiples funciones religiosas.

Los aztecas tenían organizada su sociedad con el
cemento de su religión cósmica.

Todas las actividades sociales (como el nacimiento, el
matrimonio y la muerte) y políticas, estaban dominadas por
creencias religiosas.

Los sacerdotes presidían y consagraban dichas
actividades.

En cuanto a la educación, el calmécac, o
residencia sacerdotal, daba educación, principalmente a
los hijos de los nobles.

En el calmécac se formaban las elites religiosas,
políticas y militares.

Los estudiantes de este centro recibían
conocimientos religiosos, así como administración de gobierno, justicia, de
guerra o medicina.

Del Calmécac egresaban los principales
sacerdotes, los funcionarios de gobierno y los altos
militares.

En suma, en este periodo de nuestra historia, el poder
político lo compartían los sacerdotes, los jefes
políticos y los militares, por tanto, ni el Estado estaba
por encima de la institución religiosa, ni ésta
dominaba completamente al Estado.

El equilibrio
Estado-Iglesia se rompió con la llegada de los
españoles.

En los hechos fue la Iglesia romana, con el Papa al
frente, quien utilizó a los Reyes, a los conquistadores y
colonizadores españoles, para incrementar su
poderío económico y político.

La "Santa Inquisición" fue el brazo armado de la
Iglesia Católica, brazo que utilizó, cuando fue
necesario en contra del nuevo Estado de los colonizadores de
México.

La Iglesia novo hispana, dependiente del Vaticano, tuvo
una enorme influencia en todos los aspectos de la vida social e
individual.

Por medio de la Santa Inquisición vigilaban y
castigaban delitos
cometidos contra la fe; los religiosos manejaban el registro
civil, de los nacimientos, matrimonios y defunciones.

La Iglesia no solo controlaba la educación, los
hospitales y centros píos, sino que también tuvo
una gran fuerza política, como se demuestra, con el hecho,
de que algunos arzobispos fueron al mismo tiempo
Virreyes.

En un capítulo anterior hemos señalado ya
el gran poderío económico que llegó a
alcanzar la Iglesia Católica en México, por lo que,
para no repetir, enviamos a nuestros lectores a
releerlo.

XV

EL ESTADO CONTRA LA IGLESIA

Fue dentro de la misma Iglesia, de donde
surgirían los caudillos de la Independencia:
Hidalgo y Morelos.

El Cura Hidalgo fue excomulgado y maldecido por la
Iglesia Católica mexicana.

Una vez lograda, mejor dicho, tranzada la independencia
en 1821, la Iglesia simpatizó con la declaración
Independiente.

El primer intento de colocar a la Iglesia bajo el
control y poder
del Estado, fue en 1833, por iniciativa del Vicepresidente
Valentín Gómez Farias, durante el tiempo que el
Presidente Antonio López de Santa Anna se encontraba fuera
de la Capital gozando de una licencia.

Gómez Farias intentó quitarle al clero el
monopolio de
la educación; se secularizaron las misiones de la Alta y
la Baja California, los hospicios, las fincas rusticas y urbanas
y todo el capital que poseían las misiones de Filipinas;
suspendió la Real y Pontificia Universidad;
suprimió la obligación civil de pagar diezmos y
derogó las leyes civiles a cumplir los votos
monásticos, entre otras.

Cabe señalar que el teórico de estas
medidas fue el Dr. José Maria Luís Mora, quien a
pesar de ser clérigo, tenía clara cual era la
función
eclesiástica en la sociedad.

La reacción de la Iglesia fue una rebelión
llamada de "religión y fueros". Santa Anna regreso de su
licencia y derogó las reformas religiosas.

En 1847 se dio un segundo intento de reforma,
también a cargo de Valentín Gómez
Farias.

El objetivo fue
la obtención de fondos para continuar la guerra contra los
Estados
Unidos, y para ello era necesario hipotecar o vender en
subasta publica bienes de manos muertas.

La idea no fue aceptada por el clero y, dada su
ingerencia en la política, la reforma fue
rechazada.

En 1855 fue derrocada la dictadura de Santa Anna por la
revolución de Ayutla. El 23 de noviembre de ese mismo
año, se expidió la Ley de Administración de
Justicia, conocida como Ley de Juárez.

Este ordenamiento declaró la supresión de
los Tribunales Especiales que se encargaban exclusivamente de los
asuntos del Clero y la milicia, y abolió los fueros de que
disfrutaban ambos organismos.

Mientras se daba término a la Carta de 1857,
se expidieron los siguientes ordenamientos: se decretó la
desamortización y nacionalización de los bienes del
clero de la Diócesis de puebla; se confirmó la ley
de Juárez; entro en vigor la ley que declaraba libres de
toda presión
por parte del Estado, para exigir su cumplimiento, a quienes
hubieran realizado votos monásticos; se declaró
extinguida la Compañía de Jesús y se ordeno
la expulsión de los jesuitas; se disolvió la
comunidad
religiosa de los franciscanos en la ciudad de México y sus
bienes fueron nacionalizados; se abolió el cobro
obligatorio de diezmos; se ordeno el establecimiento del Registro
civil; se secularizaron los cementerios se expidió la Ley
Lerdo, que decretaba la desamortización de los bienes del
Clero en toda la Republica, y se prohibió a las
corporaciones eclesiásticas adquirir bienes
raíces.

XVI

LA IGLESIA CONTRA EL ESTADO

En la medida que la constitución de 1857 afectaba
intereses y privilegios del clero, el Episcopado mexicano
promulgó excomuniones y exigió la retracción
de todos lo que juraron obediencia a dicho estatuto. Se desato la
guerra civil.

En plena guerra de la Iglesia contra el Estado, el
Presidente Juárez decretó las Leyes de Reforma, las
cuales comprendían a la Ley Nacional de los bienes
Eclesiásticas de los Bienes Eclesiásticos, fechada
el 12 julio de 1859.

Esta ley estableció una perfecta independencia
entre los negocios del
estado y los puramente eclesiásticos; nacionalizo todas
las propiedades muebles e inmuebles de la Iglesia
Católica; suprimió las órdenes religiosas,
archicofradías, cofradías, congregaciones o
hermandades anexas a las comunidades religiosas y prohibió
su fundación.

Se promulgó la Ley del Matrimonio civil que
estableció el matrimonio como un contrato civil, no como
sacramento, etc.

La reacción del clero político afectado
por esta legislación exacerbó la lucha civil contra
el estado.

Sin embargo, los liberales, ideólogos,
pro-capitalistas, lograron triunfar en 1861, consolidando la
constitución de 1857, las reformas contra la iglesia y
restablecimiento del estado burgués como fuerza
política dominante.

Aún cuando la Iglesia Católica fue
derrotada por el Estado mexicano, las leyes de Reforma, elevadas
al rango de normas
constitucionales, en 1872, este hecho jurídico
provocó muchas protestas, sobre todo en Guanajuato,
Jalisco, Michoacán, zacatecas y México.

El movimiento recibió el nombre de CRISTERO y fue
aplacado por el gobierno lerdista.

En un capítulo anterior dijimos que durante el
porfiriato la
Iglesia Católica fue favorecida por el Estado.

Los únicos que protestaron fueron los magonistas,
quienes en el programa del Partido Liberal de 1906, establecieron
que los templos serian considerados como negocios mercantiles y
tratados como
tales, se planteó que las penas por la infracción a
las leyes de Reforma fueran más fuertes y que se
suprimieran las escuelas "regenteadas por el clero".

A pesar de haber sido derrotada la Iglesia
Católica, no había sido vencida
completamente.

En junio de 1910, los católicos, a través
de su periódico
EL PAIS, hicieron una invitación a sus afiliados a
participar en la política nacional, con la finalidad de
crear un partido.

Así el 18 de agosto en la Ciudad de
México, Gabriel Fernández Somellera, fundó
el circulo Católico de México. No contaban con
candidato propio para las elecciones presidenciales, por lo que
apoyaron a Díaz y a corral.

El 3 de marzo de 1911 se funda el Partido
Católico Nacional (PCN.) cuyo antecesor fue él
círculo Católico. Este partido surgió como
una necesidad de defensa de la Iglesia con el fin de exigir la
participación de ella en la vida política
nacional.

Del 18 al 20 de diciembre de 1911, en la ciudad de
México, se realizó la primera asamblea de los
círculos Católicos Obreros del país, la que
tuvo como resultado la creación de la Confederación
Nacional de círculos Católicos de
Obreros.

En las elecciones de 1912, el PCN obtuvo: cuatro
senadores, 29 diputados, 4 gubernaturas y algunas
municipalidades. Los triunfos alcanzados dieron la oportunidad a
los católicos organizados de participar abiertamente en la
política.

XVII

LA CRISTIADA

Una vez triunfante el ala conservadora y burguesa del
movimiento armado, ala encabezada por terratenientes y generales
(grupo de Agua Prieta,
sonora) que se turnarían en la Presidencia de la
República, se convocó al Congreso Constituyente de
Querétaro en 1917, en donde el ala jacobina logró
que se acordaran los artículos 3° y
130°.

Respecto al 130°, quedó como estaba formulado
en la constitución de 1857.

En él se define al matrimonio como contrato
civil; la ley no reconoce personalidad alguna a las iglesias;
éstas solo se crearían con la autorización y
con la vigilancia del gobierno; sé prohibía al
clero participar en política; solo los mexicanos por
nacimiento podían dedicarse al culto; sé
impedía al clero asociarse para fines
políticos, y se dejaba a las legislaturas estatales
determinar él numero máximo de ministros del
culto.

La reacción del Clero político, ante las
decisiones del constituyente de Querétaro fue de
desconocimiento y desacato, como la carta firmada por
varios obispos en el destierro, y aprobada por el delegado
apostólico y por el Papa.

Con la reedición de esa carta, en 1926, la lucha
de la Iglesia contra el Estado se desató de nuevo.
Surgió LA CRISTIADA.

Al movimiento se le llamo cristero porque los
combatientes se lanzaban a la lucha gritando "¡Viva Cristo
rey!"

Mientras el clero reaccionario movilizó a una
parte del pueblo mexicano en contra del Gobierno Callista, con el
fin de arrebatarle el poder a la burguesía liberal y
así poder dominar el gobierno y el aparato de estado, como
lo había hecho durante la colonia, el estado
burgués, por su parte, necesitaba consolidarse y
fortalecerse por medio de un presidencialismo fuerte
(autoritario) que desplace al Clero de las funciones
políticas y terminar con la influencia política que
tenia sobre la sociedad.

A pesar de todo el heroísmo de los campesinos
cristeros, su lucha no fue apoyada ni defendida por el Vaticano,
ni por la alta jerarquía eclesiástica.

Los traidores, nuevos judas del movimiento cristero,
fueron los integrantes del Episcopado Mexicano, quienes buscaron
acercamientos con el Gobierno para llegar a una solución
negociada, por medio de la cual se toleraría su ministerio
y les sería devueltos algunos templos y otros edificios
que el culto requería.

Sin embargo, unos cuantos obispos siguieron apoyaron a
los cristeros.

El fracaso de la rebelión del General Escobar, en
quien los cristeros veían un eventual aliado, y la muerte
de Gorostieta en 1929, fueron elementos que junto con las
presiones del Embajador Norteamericano y la actitud
conciliadora del gobierno de Portes Gil, llevaron a la negociación.

Los "arreglos" entre la Iglesia y el Estado, se firmaron
el 21 de junio de 1929.

XVIII

EL ARTÍCULO 3°

"Ninguna corporación religiosa, ni ministro de
algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas
de instrucción primaria" (Artículo tercero de la
Constitución Política de los estados unidos
mexicanos de 1917).

"Las corporaciones religiosas, los ministros de los
cultos, que exclusiva o predominantemente, realicen actividades
educativas…" (…apartado IV).

Se ha dicho hasta el cansancio, incluso por los propios
abogados (sacerdotes de la ideología dominante), que la
Constitución de México, es la más avanzada
de México, y del mundo, pero que desafortunadamente no se
respeta, ni se vela por su aplicación.

Es verdad.

Otra característica de esta Constitución
es que contiene artículos contradictorios, es decir,
artículos que contiene lo inverso de otros, permitiendo
que se usen los que más convenga a los gobernantes,
capitalistas, narcos, etc.

Prueba de lo anterior lo tenemos en partes del mismo
artículo tercero que encabezan este
artículo.

En la primera cita se prohíbe a las corporaciones
religiosas que establezcan escuelas, en la segunda (apartado IV),
el Estado faculta a dichas corporaciones a realizar actividades
educativas.

La Carta Magna nos da a entender que la Iglesia depende
del Estado.

En los hechos sucede lo contrario: la iglesia
católica domina al Estado Mexicano.

Cada día brotan como hongos más
escuelas particulares de tipo religiosos.

Con el triunfo del Partido Acción
Nacional (PAN) en el 2000, no sólo la iglesia
católica cuenta con mayor poder, sino también
resurge "El yunque", organización de la ultraderecha en
México.

XIX

EL ARTÍCULO 130.

"Los ministros de los cultos nunca podrán, en
reunión pública o privada constituida en junta, ni
en actos del culto o de propaganda
religiosa, hacer crítica
de las leyes fundamentales del país, de las autoridades en
particular, o en general del gobierno…" (Artículo
130 de la Constitución…).

"Queda estrictamente prohibida la formación de
toda clase de agrupaciones políticas cuyo título
tenga alguna palabra que la relacione con alguna confesión
religiosa(Ibíd.)

A pesar de lo anterior existe en México, un
Estado dentro de otro Estado.

Dentro del Estado mexicano, se encuentra el Estado del
Vaticano, representado por la iglesia católica
mexicana.

Es una mentira que las leyes de reforma le dieron mayor
poder al Estado sobre la iglesia.

Lo que hicieron los liberales es quitarle poder
económico a la iglesia y separarla del Estado.

Prueba de lo anterior es la participación política del clero
católico mexicano en organizaciones
como el yunque, pro-vida, asociaciones de padres de familia, en
el PAN., etc.

La iglesia católica, por medio de esas
organizaciones se ha opuesto al Estado, en lo que respecta al uso
del condón y a la educación sexual en los libros de
texto gratuito, para prevenir embarazos y el
Sida.

Por cierto que dicha educación
sexual se limita a la información sobre la fisiología del aparato
reproductor humano.

No es una noticia el decir que los partidos influidos
por la iglesia son el PAN y el PRI.

Para nadie es un secreto, que en el interior de los
mencionados partidos, existen cuadros teóricos de la
iglesia que influyen en ellos.

El PRI aparenta no tener ligas con la iglesia, como las
tiene el PAN., por que afirma ser respetuoso de la
Constitución, pero en realidad si está influido por
el clero católico.

XX

LA IGLESIA DENTRO DEL ESTADO

Aún antes de que se restablecieran las relaciones
en entre el Vaticano y el Estado Mexicano, ya existían en
forma secreta.

En cuanto al reconocimiento de personalidad
jurídica a la iglesia católica, es ya una realidad
pues no sólo el Estado le permite a ella
participación política en el púlpito y en
los medios de información masivos, la acumulación
de riquezas (sin cobrarles impuestos), el
control de escuelas, sino también la participación
oculta en los partidos
políticos y hasta en la designación del
candidato a la presidencia de la república,
otorgándole un voto de calidad.

Sólo falta que se legalice la
personalidad jurídica de la iglesia.

Entonces a los alacranes del clero se les dará
alas para incrementen legalmente sus riquezas y participen
públicamente en los partidos políticos, hasta como
candidatos a puestos de elección popular.

Ya en el primer borrador de este folleto, redactado hace
varios años, preveíamos la posibilidad de que el
PAN. Ocupara la presidencia de la república.

En el 2000 esto fue un hecho.

La ultraderecha del yunque y el clero político
mexicano se encuentran ya en el poder.

A pocos días de las elecciones federales de este
año de 2006, todo parece que los dos partidos mencionados,
se turnarán en poder, como en Estados Unidos de
norteamérica, iniciando un bipartidismo de Estado, con el
fin de mantenerse en el poder muchos años, como
habían planeado los salinistas.

Esta tendencia sólo podrá ser detenida por
el propio pueblo mexicano, no votando por el PRI, menos por el
PAN.

Ni tampoco por López Obrador, para encumbrar al
Partido de la Revolución Democrática (PRD), que en
apariencia y en palabras es de izquierda, pero que en el fondo se
encuentran expriistas representantes de los grandes capitalistas
de México y de Estados Unidos de
norteamérica.

La única opción, desde nuestra
posición política, es la propuesta del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN.),
expuesta en sus documentos y en
los discursos del
subcomandante Marcos en su recorrido de la otra
campaña.

Movimiento que consideramos influido por el magonismo y
el zapatismo, el ala de izquierda radical de la revolución
de 1906, que fue derrotada militarmente por los hacendados
capitalistas triunfantes, de ese movimiento armado
popular.

 

Humberto Escobedo Cetina

Partes: 1, 2
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