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del programa - El programa
del partido liberal - El
pensamiento anarquista de Ricardo
Capítulo uno
EL PARTIDO
LIBERAL MEXICANO
El treinta de agosto de 1900 Camilo Arriaga publica en
San Luís Potosí, el Manifiesto de invitación
al Partido Liberal.
Este documento, firmado por 126 ciudadanos, es una
declaración liberal en contra del clero político
católico mexicano, que resurge, apoyado por la
tiranía porfirista defensora de los intereses de los
hacendados y empresarios capitalistas, nacionales y
extranjeros.
Este Manifiesto constituye el acta de nacimiento del
Partido Liberal Mexicano, del que saldrá el núcleo
dirigente Magonista.
Al final este Manifiesto propone a los liberales del
país lo siguiente:
I.- Que todas las ciudades del país, se organicen
y sostengan clubes liberales en constante relación entre
sí, que procuren impedir infracciones a las Leyes de Reforma
y que por medio de órganos de prensa den a
conocer los abusos del clero y propaguen las ideas y los principios
liberales.
ll.- Que cada club nombre uno o varios delegados a un
Congreso Liberal que se reúna en esta ciudad el 5 de
febrero del año entrante.
m.- Que este Congreso discuta y resuelva los medios para
llevar a la práctica la unificación, solidaridad y
fuerza del
Partido Liberal, a fin de contener los avances del clericalismo y
conseguir dentro del orden y la ley la vigencia
efectiva de las Leyes de Reforma.
La respuesta del Obispo de San Luís
Potosí, Montes de Oca y Obregón, consistió
en excomulgar a los firmantes de la invitación a organizar
el Partido Liberal.
El manifiesto circuló por todo el
país.
Los liberales de trece estados y del Distrito Federal
organizaron aproximadamente cincuenta clubes
liberales.
A fines de 1900, los Estados de Hidalgo y San
Luís Potosí contaban con la mayor parte de los
clubes, las otras entidades fueron: Chihuahua, Coahuila,
Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Nuevo León,
Michoacán, Puebla y Veracruz.
Uno de los más entusiastas que respondió
al llamado de los liberales potosinos fue Ricardo Flores
Magón quien, junto con su hermano Jesús,
había comenzado a publicar el 7 de agosto de ese mismo
año, un periódico
llamado "REGENERACIÓN".
Ricardo, en unión con otros jóvenes de la
capital no
sólo organizó un club liberal, sino desde su
periódico comenzó a llamar a todos los liberales
para asistir al primer Congreso del Partido Liberal.
A partir de ese momento "REGENERACIÓN" se
convirtió en órgano del Partido Liberal Mexicano
(PLM).
El 31 de enero de 1901 Ricardo escribió en
"REGENERACIÓN", un artículo donde invita a sus
lectores para que asistan al mencionado acto del 5 de
febrero.
El relato de lo sucedido en el primer Congreso del PLM.
puede leerse en mi libro
anterior: SEMBLANZA BIOGRÁFICA DE RICARDO FLORES
MAGÓN.
El 28 de febrero de 1901, las resoluciones tomadas por
el primer Congreso Liberal fueron publicadas por
REGENERACIÓN.
Los títulos de los seis apartados fueron los
siguientes:
I.- De la
organización del Partido Liberal.
11.- De la propagación de los principios
liberales.
111.- Medios de combatir la influencia política del
clero.
IV.-Medidas encaminadas a obtener estricta justicia
en
el país.
V.–Garantías propuestas para asignar los
derechos de los
ciudadanos, y
VI.- Libertad
municipal.
En pocas palabras; la esencia de esas resoluciones fue
anticlericalita.
La tendencia dominante, encabezada por Camilo Arriaga,
plasmo su pensamiento
reformista, defensora de los principios de las Leyes de
Reforma.
El ala radical en la que se encontraba Ricardo,
todavía no estaba preparada teóricamente, no
tenía la experiencia política suficiente para
criticar a los reformistas, radicalizar la lucha y llamar a las
armas para
derrocar ala dictadura.
Un paso hacia la radicalización del movimiento fue
el manifiesto del Club Liberal "Ponciano Arriaga" de San
Luís Potosí, firmado por Camilo Arriaga y Antonio
Díaz Soto y Gama.
Su fecha de publicación fue el 31 de marzo de
1901.
En este documento las baterías comienzan a
enfilarse en contra de la dictadura Porfirista.
En uno de los párrafos claves se afirma que "las
reformas contenidas en las resoluciones del primer Congreso
Liberal, mientras impere el actual estado de
cosas, serán impracticables y utópicas porque el
poder desea
que la libertad de imprenta siga
siendo un mito, la
responsabilidad de los funcionarios una
ilusión burlesca, y la instrucción pública
una piadosa mentira que asegure definitiva- mente la
sumisión de un pueblo afeminado al que ha herido el
acicate de la dictadura dominante y el silencio de la
clerecía triunfadora.
"Pero si el pueblo no puede mandar en su
legislación, que es y seguirá siendo tenebrosamente
elaborada en el secreto de los gabinetes ministeriales si puede
reclamar la supremacía práctica e inviolable en los
comicios.
"Por eso, el que quiera permanecer a un club liberal
debe comenzar por saber elegir un criterio y un civismo, elegir
conforme a los dictados de su conciencia y a
despecho de las amenazas y de las ridículas consignas del
tirano.
"Ejercitemos pues, este derecho, ya que es el
único que se nos deja en nuestra democracia
representativa, para que ésta, en vez de ser el grotesco
carnaval del sufragio
libre, abra paso a la intervención honrada del ciudadano
en los asuntos públicos".
Con este manifiesto, los liberales mexicanos, deseando
hacer algo más provechoso que el ataque virulento al
fraile, presentaba un reto directo a la dictadura
porfirista.
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