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El pensamiento político de Ricardo Flores Magón (página 2)




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Capítulo dos

EL LIBERALISMO
ANTIPORFIRISTA

En 1903, la dictadura
Porfirista aplastó policíaca y militarmente a los
militantes del Partido Liberal Mexicano (PLM.), saboteando su
segundo congreso y encarcelando a sus dirigentes.

Como respuesta, el 27 de febrero, Camilo Arriaga,
Díaz Soto y Gama y los demás integrantes de la
directiva, publican un manifiesto del Club Liberal Ponciano
Arriaga, centro director de la Confederación de Clubes
Liberales de la República.

Con la frente muy alta escriben: "porque nos
llámanos liberales en ésta época de inmensa
corrupción
y con el alma
desgarrada por el triste espectáculo que hoy presenta
nuestro país, apenas la fuerza bruta
cedió significativo palmo ante la fuerza del
derecho…

"volvemos a llamar a vuestros corazones y a vuestras
arterias y a vuestros cerebros, y sin hacer resonar en el
ensangrentado templo de la República el clarín de
la rebelión, venimos a deciros que ha llegado la hora de
deslindar los campos y de que los liberales, en corto o gran
número, se presten a luchar por la resurrección de
las instituciones
que nos legaron nuestros padres.

"Se presten a luchar por el enfreno del militarismo y
del clero, por la dignificación del proletariado, por la
riqueza y engrandecimiento generales del país, por todo
aquello, en fin que constituye el honroso tesoro de los pueblos
que se consideran dignos".

Todavía no llaman a la revolución, todavía tienen esperanza
de que la dictadura les permita continuar en su lucha liberal y
democrática.

Pero ya tienen conciencia de que
la tiranía no respeta las leyes y ya saben
quienes son los enemigos de los trabajadores:

"Hoy nuestra Constitución ha muerto; no porque fuera
utópica, no porque no fuera adaptada a nuestra
generación, sino porque el pueblo ha degenerado a medida
que el clero y la tiranía han ido triunfando.

"Sin la dictadura que desde hace años nos oprime,
el pueblo hubiera entrado en el ejercicio de sus deberes y de sus
derechos y la
Constitución se hubiera reformado a su favor.

"Muerto nuestro Código
Fundamental, murieron con él en nuestro país, para
el imperio de la ley, el orden y
la libertad, y
nuestro pueblo es desgraciado.

"¿Hay igualdad en
nuestro país? No. El capitalista, el fraile y el alto
funcionario, ya sea civil o militar, no son tratados en
México,
igual que el obrero humilde o cualquier otro miembro del pueblo,
oscuro en la sociedad pero
brillante en las epopeyas de la Nación.

"Los empleados arrastran una vida de humillación
y miseria.

"Los privilegios y los fueros en vigor han plagado de
una clase de
inútiles y viciosos que podemos llamar los zánganos
del conjunto social.

"El predominio de las virtudes ha desaparecido;
predomina el oro, predomina
el poderoso, predomina el fraile, predomina el extranjero y nada
más.

"La dictadura se caracteriza por el control del
sistema
electoral.

"En los comicios no triunfa el candidato de virtudes
cívicas, triunfa el capitalista o el impuesto por la
autocracia y que puede ser útil a ésta. El sufragio es un
cadáver".

No falta la crítica
a la
educación oficial: "Desde la instrucción
primaria hasta la profesión, se resiente el abandono y la
ineptitud del gobierno… falta
dinero para la
instrucción…Sí… pero no falta para el
militarismo, pero no falta para el clero, pero no falta para los
poderosos… no falta para todos los parásitos del
país".

Al mes siguiente, en otro manifiesto, denuncian que
la
administración de justicia se
encuentra corrompida en nuestro país, porque los jueces no
son nombrados por el pueblo sino por el gobierno que los busca
dóciles a la consigna, al cohecho o a la
chicana.

Ante la amenaza de muerte, que
sufren los liberales se ven en la necesidad de trasladarse a los
Estados U nidos de Norteamérica, para, desde allí,
continuar la lucha contra la dictadura porfirista y seguir
publicando el
periódico REGENERACION, para su distribución en toda la República
Mexicana.

Como se relata en mi libro
anterior, entre 1904 y 1905, en el exilio político, los
liberales se dividen en dos alas: la reformista, dirigida por
Camilo Arriaga, y la revolucionaria, encabezada por
Ricardo.

El 30 de septiembre de 1905, aparece publicado en
REGENERACION, un manifiesto firmado por Ricardo y sus seguidores,
quienes constituyen la Junta Organizadora del PLM.

Después de atacar de frente al dictador y a sus
lacayos favoritos, los autores del manifiesto a la Nación
Mexicana afirman que "las cámaras, ese santuario augusto
del pueblo en las verdaderas democracias, sólo sirve a
nuestro país como pretexto para que el tirano mantenga una
falange de eunucos a costa del erario
público…

"hablad de abyectos, de cobardes, de viles, y hablareis
de las cámaras de México repletas de corrupción, degradadas y
hediondas.

"En ellas no vibra la voz del pueblo, sino las consignas
del tirano, ante los que doblan la frente cientos de hombres que
mejor deberían llamarse esclavos. Un esclavo no es un
hombre.

"Los tribunales de justicia son mercado de
favores; el magistrado es un comerciante; la judicatura un gremio
de explotadores. La ley se desprecia, y el oro es el que
determina los fallos de los juicios.

"Otra característica de la dictadura es aliarse
al clero católico para continuar en el
gobierno.

"De las Leyes de Reforma como de la Constitución,
no quedan sino el nombre y el recuerdo.

"El clericalismo, combatido y casi dominado por
Juárez y Lerdo, ha vuelto a robustecerse a la sombra de
Porfirio Díaz. Los gobiernos republicanos lo rechazaron;
la dictadura los acogió.

"Todo déspota lleva una escolta de sotanas: Los
pueblos que creen que cualquier fraile prostituido es un
representante de Dios, bien pueden creer que cualquier soldado
ambicioso es un admirable gobernante.

"El clericalismo constituye el sostenimiento de la
dictadura.

"La dictadura pone su fuerza, exhibe sus bayonetas, sus
cárceles, sus esbirros; el clero pone su labor tenebrosa,
siembra ignorancia, intoxica abyección y en nombre de Dios
y del infierno, demanda
resignación porcina ante todas las miserias y ante todos
los dolores.

La dictadura es clerical puesto que frailes y opresores
siempre se dan la mano para explotar y oprimir a los
pueblos".

Capítulo tres

LOS PERIODISTAS Y
LA DICTADURA.

La Junta Organizadora del Partido Liberal, dirigida por
Ricardo, publicó, en REGENERACION, el primero de junio de
1906, una circular.

En ella se dirige a la prensa nacional
independiente, con el fin de establecer entre los miembros del
periodismo un
lugar de unión y solidaridad que
los fortalezca y los aliente, para llevar a cabo la alta misión
redentora que corresponda a la prensa honrada frente a cualquier
tipo de dictadura.

Se ha dicho, y es muy cierto, que la existencia de una
prensa controlada oficialmente y de un periodismo perseguido y
reprimido políticamente y de periodistas honestos
despedidos o asesinados, son una clara prueba de la falta de
libertad y de Democracia.

Hoy la prensa es débil,- afirman los magonistas
-no hay ciudadano que no lo vea ni periodista que no lo
asiente.

El escritor público, aislado, abandonado, visto
con indiferencia hasta por sus mismos colegas, está
completamente a merced de las arbitrariedades del poder y nunca
podrá tener la seguridad de
vivir tranquilo.

A menos que resuelva renunciar a todos los más
nobles atributos de su profesión y a ser un paria sin
opiniones ni ideales, en vez de un paladín de virtudes y
un fustigador de crímenes.

Tal es el dilema: o el periodista cumple su noble
misión, ilustra al pueblo, lucha por la justicia y combate
la maldad donde quiera que se encuentre, y entonces tienen que
sufrir las vejaciones del crimen encumbrado: o acepta la paz que
el poder implacable sólo concede a los sometidos, y
entonces tienen que traicionar su misión de enseñanza y de lucha, encubriendo todo
engaño y callando ante todo abuso.

Los periodistas independientes defensores de la verdad
al no estar unidos y organizados son fácilmente reprimidos
por la tiranía.

Cada uno de nuestros periodistas está aislado: no
presta apoyo a la colectividad sino lo recibe de ella.

Por eso los miembros de nuestra prensa, en conjunto hoy,
presentan tan doloroso espectáculo de debilidad, y por eso
la tiranía se ceba en ellos con tanto desenfreno y con
tanta facilidad.

Cada vez que la garra de la arbitrariedad se tiende
sobre un periodista, lo encuentra solo: lo aplasta sencillamente:
coge a otro que está tan solo como el primero, y lo
aplasta con la misma sencillez, y sigue cogiendo y aplastando a
cuantos quiere.

Porque todos están aislados, desamparados,
indefensos: porque todos carecen de un apoyo que los sostenga:
porque la colectividad que se llama prensa, no levanta la voz
como un sólo hombre para protestar contra los atentados y
fustigar las injusticias de que son víctimas sus
miembros.

Los magonistas en esta circular no sólo plantean
la realidad de los periodistas honestos e independientes del
gobierno, sino también denuncian a aquellos
plumíferos oportunistas que sólo buscan gozar su
cercanía con el poder, corrompiéndose junto con los
funcionarios, al recibir cantidades de dinero, al estilo de
Judas, y emborrachándose con sus protectores, los padrinos
de la mafia gubernamental.

Los magonistas no se dirigen a los asalariados del poder
que son indignos del noble título de periodistas, pues
estos mercenarios de la pluma deben ser rechazados con
repugnancia.

El famoso cuarto poder no existirá hasta que la
unión consciente y la solidaridad reinen entre los
periodistas verdaderos y limpios. Las dictaduras no permiten el
poder de la prensa libre.

Las tiranías, defensoras de los intereses de los
ricos, protegen y defienden a los propietarios de los grandes
periódicos, patrones que explotan vilmente a los
periodistas asalariados.

Las organizaciones de
periodistas que debían defender a sus agremiados no lo
hacen, en parte porque la corrupción oficial completa los
ingresos
económicos de la mayoría de los trabajadores de la
prensa.

Quienes para sostener económicamente a sus
familias no les es suficiente los salarios de
hambre que reciben de sus patrones.

¿Qué plantearon los magonistas para que
los periodistas, y el pueblo mexicano en general, se enfrentaran
a la dictadura Porfirista?: el programa del
Partido Liberal Mexicano.

Los revolucionarios encabezados por Ricardo,
sabían muy bien que para concientizar a las masas
trabajadoras era necesario un programa con demandas
económicas que mejoraran las condiciones humanas de los
explotados.

Sabían que esas reformas no solucionaban
radicalmente la miseria y la injusticia política, la
organización de los rebeldes y el levantamiento armado
contra la dictadura.

Capítulo cuatro.

EL PROYECTO DEL
PROGRAMA

Casi todos los programas
políticos surgidos durante el movimiento
armado, bautizado oficialmente como "Revolución
Mexicana", fueron redactados por élites intelectuales
aisladas de las masas populares.

En cambio el
programa del Partido Liberal Mexicano (PLM.) publicado en 1906
fue redactado por cientos de liberales mexicanos, la
mayoría de ellos pertenecientes a la clase
trabajadora.

Meses antes de la aprobación de dicho programa,
en las páginas del periódico
magonista REGENERACION , órgano de la Junta Organizadora
del PLM., se publicó un proyecto de programa, que se
sometió a la consideración de los
correligionarios.

Todo el Partido político que lucha por alcanzar
influencia efectiva en la dirección de los negocios
públicos de su país, está obligado a
declarar ante el pueblo, en forma clara y precisa, cuáles
son los ideales por qué lucha y cuál es el programa
que se propone llevar a la práctica, en caso de ser
favorecido por la victoria.

Los magonistas en su proyecto previenen a sus seguidores
de que no se deben fiar demasiado en ningún gobierno por
ejemplar que parezca, sino que deben vigilarlo para que cumpla
sus deberes.

Esta es la única manera de evitar tiranías
en lo futuro y de asegurarse el pueblo, el goce y aumento de los
beneficios que conquiste.

Después de plantear la supresión de las
escuelas clericales y su sustitución por escuelas laicas o
no religiosas, los autores del proyecto plantean que no basta
establecer muchas escuelas si no se facilita a la niñez el
medio práctico de aprovecharlas.

Sabido es que el principal obstáculo para que
gran parte de nuestra niñez concurra a las aulas es la
miseria.

El reducido jornal de muchos padres de familia, no basta
para sostener a éstas, y se hace necesario para vivir que
hasta los niños
trabajen y ganen algo, en vez de ir a la escuela.

Obligar simplemente a estos niños a concurrir a
la escuela, es disminuir los ingresos de una familia, condenarla
a la miseria e inspirarle odio a la instrucción que tales
perjuicios le causa.

Para que la instrucción puede hacerse
obligatoria, sin cometer injusticias ni causar daños, no
hay otro medio que el de asignar apoyo económico a los
niños pobres, y así, las familias no
perderán por la escuela lo que estos niños hubieran
podido ganar en algún trabajo.

Los trabajadores de la educación hasta la
actualidad continúan sufriendo como los profesores de
principios del
siglo XX.

Por mucho tiempo, la
noble profesión del magisterio ha sido de las más
despreciadas, es de las peor pagadas… nadie respeta de verdad
ni guarda atención a los pobres maestros que, tienen
que vivir en lamentables condiciones de inferioridad
social.

Debe pagarse a los maestros buenos sueldos como lo
merece su labor; debe dignificarse el profesorado, procurando a
sus miembros el medio de vivir decentemente.

Una de las raíces de las élites
intelectuales burocráticas, que formarán parte de
los gobernantes parásitos (valga la redundancia) se
encuentra en la educación escolar, que congela el corazón,
educa la cabeza y menosprecia el trabajo
manual y
artístico.

Por eso hay que combatir desde la escuela ese desprecio
aristocrático hacia el trabajo manual y artístico,
que una educación viciosa ha imbuido a nuestra juventud.

Hay que formar trabajadores, factores de producción efectiva y útil, mejor
que señores de pluma y de bufete.

Para cortar otra raíz, la militar, que sostiene
alas dictaduras, es necesario, que desde las escuelas los
jóvenes se preparen en el uso de las armas.

En cuanto a la instrucción militar en las
escuelas, se hace conveniente poner a los ciudadanos en aptitud
de prestar sus servicios en
la guardia nacional, para que perfeccionen sus conocimientos
militares.

Teniendo todos los ciudadanos estos conocimientos
podrán defender ala patria cuando sea preciso y
harán imposible el predominio de los soldados de
profesión, es decir, el militarismo.

Un apartado importante de este proyecto es el dedicado a
denunciar el papel conservador y reaccionario del clero
católico que aspira a posesionarse del poder
político, de apoderarse del gobierno.

La supresión de todas las escuelas religiosas
acabaría con ese semillero maldito.

Otro tema que hasta hoy es intocable es la
reglamentación del servicio
doméstico y del trabajo a domicilio, con el fin de que
estos trabajadores domésticos y del trabajo a domicilio,
gocen de los derechos y prestaciones
de los demás asalariados.

Es importante (por su vigencia) reproducir un párrafo
de interesante actualidad, párrafo que deberá
enarbolar el día de hoy un partido que luche por la
revolución, como la iniciada por los
magonistas:

"Se confiscarán los bienes de los
funcionarios enriquecidos en la presente época de
tiranía… no se puede ni se debe reconocer derecho de
legítima propiedad
sobre los bienes que disfrutan, a individuos que se han apoderado
de esos bienes abusando de la fuerza de su autoridad,
despojando a los legítimos dueños, y aún
asesinándolos muchas veces para evitar toda
reclamación. Lo que los funcionarios de la dictadura han
robado a la nación y a los indígenas y campesinos,
debe ser devuelto a sus verdaderos dueños".

"La raza indígena debe ser educada y dignificada,
pues ella pertenece a nuestras raíces, a nuestros
abuelos".

Capítulo cinco

EL PROGRAMA DEL
PARTIDO LIBERAL

Los gobiernos emanados de la Revolución,
integrantes del semillero de Hacendados y militares
neoporfiristas, del grupo de
Agua Prieta,
Sonora por 71 años, han detentado el poder político
que le pertenece al pueblo mexicano.

Los escribas oficiales, historiadores burgueses, como
Krauze, repiten en forma fascista, por todos los medios masivos
de información, que están bajo su
control, la mentira, repetida miles de veces, de que los
gobiernos, sean de cualquier partido, representan los intereses
de todas las clases
sociales, ricos y pobres, que existen en nuestro
país.

Los escribas del grupo triunfante, cuyos gobiernos han
defendido los intereses económicos y políticos de
los capitalistas, nacionales y extranjeros, afirman que las
demandas del Programa del Partido Liberal Mexicano, publicado en
1906, fueron recogidas en la Constitución de
1917.

Es cierto que parte de esas demandas se encuentran en la
Constitución, pero también es cierto, que casi todo
el contenido de la Carta Magna es
letra congelada, letra muerta, que los gobernantes dan vida
únicamente para que los explotadores y opresores de los
trabajadores salgan siempre beneficiados.

La historia no se repite, sino
que sus etapas, por lo regular abarcan décadas.

Las condiciones económicas y políticas
de la actualidad no son una repetición de las que
existían durante el Porfiriato,
sino su continuación.

Algunos escritores, coinciden con los magonistas, en el
sentido de que no hubo ninguna revolución, sino
simplemente unos políticos pro-capitalistas, sustituyeron
en el gobierno, a otros viejos políticos.

Estamos de acuerdo con esos escritores.

Para confirmar lo anterior, reproduciremos un
párrafo, escrito por los autores del Programa del PLM en
mayo de 1906, que todavía vigente:

"En treinta años de tiranía, nuestros
opresores nos han hecho impunemente víctimas de todos los
atentados y de todos los crímenes.

"Han violado las leyes, como han violado a las mujeres;
han saqueado el tesoro público y han robado a los
ciudadanos, han asesinado al pueblo; han vendido la patria a los
extranjeros, han contraído deudas por ciento de millones,
que se han quedado en sus bolsillos, pero que la nación
tendrá que pagar en el futuro; han agobiado al país
con impuestos cuyo
producto se
distribuye como botín, han puesto la fuerza del gobierno
al servicio de los capitalistas, para que éstos puedan
robar a los trabajadores; han convertido los tribunales, los
ministerios,
todas las oficinas públicas en mercados donde se
vende el fallo de los jueces, de las concesiones ministeriales a
la protección de los funcionarios influyentes; han
devuelto al corrompido clero sus privilegios y le han garantizado
la impunidad para
todos los abusos.

"Todo esto han hecho Porfirio Díaz y sus
cómplices, aprovechándose de nuestra
resignación para soportar cuanto yugo se nos
impone".

Para terminar reproduciremos aquellas demandas del
programa del Partido Liberal Mexicano, de 1906, que consideramos
vigentes y que en los hechos todavía no se llevan a la
práctica, aún cuando están contenidas en la
Constitución de 1917:

"MEJORAMIENTO y FOMENTO DE LA
INSTRUCCIÓN"

10.- Multiplicación de escuelas primarias, en tal
escala, que
queden ventajosamente suplidos los establecimientos de
instrucción que se clausuren por pertenecer al
clero.

11.- Obligación de impartir enseñanza
netamente laica en todas las escuelas de la República,
sean del Gobierno o particulares, declarándose la responsabilidad de los directores de escuelas que
no se ajusten a este precepto.

12.- Declarar obligatoria la instrucción hasta la
edad de 14 años, quedando al Gobierno el deber de impartir
protección, en la forma que le sea posible, a los
niños pobres que por su miseria pudieran perder los
beneficios de la enseñanza.

13.- Pagar buenos sueldos a los maestros de
instrucción primaria.

14.- Hacer obligatorio para todas las escuelas de la
República la enseñanza de los rudimentos de
arte y oficios
y la instrucción militar, y prestar preferente
atención ala instrucción cívica que tan poco
atendida es ahora.

"RESTRICCIÓN A LOS ABUSOS DEL CLERO
CATÓLICO".

17.- Los templos se consideran como negocios
mercantiles, quedando por tanto obligados a llevar contabilidad y
pagar las contribuciones correspondientes.

18.- Nacionalización, conforme a las Leyes, de
los bienes raíces que el clero tiene en poder de
testaferros.

19.- Agravar las penas que las Leyes de Reforma
señalan para los infractores de las mismas.

20.- Supresión de las escuelas regenteadas por el
clero.

"CAPITAL y
TRABAJO".

22.- Reglamentación del servicio doméstico
y del trabajo a domicilio.

23.- Adoptar medidas para que con el trabajo a destajo
los patrones no burlen la aplicación del tiempo
máximo y salario
mínimo.

24.- Prohibir en lo absoluto el empleo de
niños menores de catorce años.

25.- Obligar a los dueños de minas,
fábricas, talleres, etcétera, a mantener las
mejores condiciones de higiene en sus
propiedades y a guardar los lugares de peligro en un estado que
preste seguridad a la vida de los operarios.

26.- Obligar a los patrones o propietarios rurales a dar
alojamiento higiénico a los trabajadores cuando la
naturaleza del
trabajo de éstos exija que reciban albergue de dichos
patronos o propietarios.

27.- Obligar a los patronos apagar indemnización
por accidente del trabajo.

28.- Declarar nulas las deudas actuales de los
jornaleros de campo para con los amos.

29.- Adoptar medidas para que los dueños de
tierra no
abusen de los medieros.

30.- Obligar a los arrendadores de campos y casa a que
indemnicen a los arrendatarios de sus propiedades por las mejoras
necesarias que dejen en ellas.

"TIERRAS".

35.- A los mexicanos residentes en el extranjero que lo
soliciten los repatriará el Gobierno pagándoles los
gastos de viaje y
les proporcionarán tierras para su cultivo.

36.- El Estado
dará tierras a quien lo solicite, sin más
condiciones que dedicarlas a la producción agrícola
y no venderlas.

Se fijará la extensión máxima de
terrenos que el Estado pueda ceder a una persona.

37.- Para que este beneficio no sólo aproveche a
los pocos que tengan elementos para el cultivo de las tierras,
sino también a los pobres que carezcan de estos elementos,
el Estado creará o fomentará un Banco
Agrícola que hará a los agricultores pobres
préstamos con poco rédito y redimible a
plazos.

"IMPUESTOS".

40.- Gravar el agio, los artículos de lujo, los
vicios y aligerar de contribuciones los artículos de
primera necesidad. No permitir que los ricos ajusten igualas con
el Gobierno para pagar menos contribuciones de las que les impone
la Ley.

"PUNTOS GENERALES".

41.- Hacer práctico el juicio de amparo,
simplificando los procedimientos.

42.- Restitución de la zona libre.

43.- Establecer la igualdad civil para todos los hijos
de un mismo padre, suprimiendo las diferencias que hoy establece
la ley entre legítimos e ilegítimos.

44.- Establecer, cuando sea posible, colonias
penitenciarias de regeneración, en lugar de las
cárceles y penitenciarías en que hoy sufren el
castigo los delincuentes.

45.- Supresión de los jefes
políticos.

46.- Reorganización de los municipios que han
sido suprimidos y robustecimiento del poder municipal.

47.- Medidas para suprimir o restringir el agio, el
pauperismo o la carestía de los artículos de
primera necesidad.

48.- Protección a la raza
indígena.

49.- Establecer lazos de unión con los
países latinoamericanos.

50.- Al triunfar el Partido Liberal se
confiscarán los bienes de los funcionarios enriquecidos
bajo la dictadura actual y lo que se produzca se aplicará
al cumplimiento del capítulo de tierras, especialmente a
restituir a los yaquis, mayas y a otras
tribus, comunidades o individuos, los terrenos de que fueron
despojados, y al servicio de la amortización de la deuda
nacional.

Capítulo seis

EL PENSAMIENTO
ANARQUISTA DE RICARDO (I)

La mayoría de los autores que han escrito sobre
el Magonismo, coinciden en afirmar que el pensamiento
político de Ricardo evolucionó del liberalismo
hacia el anarquismo.

Existe una carta de 1908, en
la que Ricardo reconoce ser ya un anarquista desde el principio,
es decir desde 1901.

Será el manifiesto del 23 de septiembre de
1911,donde lo declarará públicamente.

Son varias razones las que explican la
radicalización de este insigne revolucionario.

Entre las principales se encuentran:

la influencia paterna.

Las charlas de su padre, que le contaba acerca del
comunismo
anarquista indígena de la región de la
cañada oaxaqueña.

La lectura de los
libros de los
teóricos anarquistas europeos, que encontró en el
librero de Camilo Arriaga, en San Luís Potosí, en
1901.

La represión policíaca porfirista y el
trabajo conjunto con los anarquistas que encontró en
Estados
Unidos, de 1904 en adelante.

Para analizar y resumir los planteamientos anarquistas
de Ricardo, tendríamos que revisar minuciosamente todos
los escritos periodísticos que Ricardo publicó en
REGENERACIÓN, de 1911 a 1918.

Por ahora, como un adelanto de ese futuro estudio, en
forma temática expondremos en este lugar, las principales
tesis
políticas de este revolucionario
oaxaqueño:

LOS ENEMIGOS

Ya desde el manifiesto de 1911, encontramos uno de los
planteamientos básicos del anarquismo europeo, es decir,
el señalamiento de los enemigos de los trabajadores, junto
con la tesis marxista de lucha de clases:

Capital, Autoridad y Clero: he ahí la trinidad
sombría que hace de esta bella tierra un paraíso de
los que han logrado acaparar en sus garras por la astucia, la
violencia y el
crimen, el producto del sudor, de la mugre, de las
lágrimas y del sacrificio de miles de generaciones de
trabajadores, y un infierno para los que con sus brazos y su
inteligencia
trabajan la tierra,
mueven la maquinaria, edifican las casas, transportan los
productos.

Quedando de esa manera dividida la humanidad en dos
clases sociales de intereses diametralmente opuestos: la clase
capitalista y la clase trabajadora…

Entre estas dos clases no pueden existir vínculo
alguno de amistad ni
fraternidad, porque la clase poseedora está siempre
dispuesta a perpetuar el sistema económico político
y social que garantiza el tranquilo disfrute de sus
rapiñas, mientras la clase trabajadora hace esfuerzos por
destruir ese sistema inicuo para instaurar un medio en el cual la
tierra, las casas, la maquinaria de producción de
producción y los medios de transportación sean de
uso común.

EL ORIGEN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

Siguiendo a Proudhon, Ricardo afirma que la propiedad
privada es resultado del robo.

Las invasiones, las guerras de
conquista, las revoluciones políticas, las guerras para
dominar los mercados, los despojos llevados a cabo por los
gobernantes a sus protegidos son los títulos de la
propiedad territorial, títulos sellados con la sangre y con la
esclavitud de
la humanidad.

Este monstruo tiene su origen en un derecho absurdo,
porque se basa en el crimen.

Este crimen no es un obstáculo para que la ley
llame sagrado ese derecho, como que son los detentadores mismo de
la tierra los que han escrito la ley.

LA PROPIEDAD PRIVADA

Al igual que los comunistas ortodoxos, es decir, los
marxistas, los anarquistas como Ricardo vieron en la propiedad
privada, la causa de todos los males económicos, sociales
y políticos de la humanidad.

La propiedad territorial se basa en el crimen, por lo
mismo, es una institución inmoral.

Esta institución es la fuente de todos los males
que afligen al ser humano.

El vicio, el crimen, la prostitución, el despotismo, de ella
nacen.

Para protegerla se hacen necesarios: el ejercito, la
judicatura, el parlamento, la policía, el presidio, el
cadalso, la iglesia, el
gobierno y un enjambre de empleados y de
zánganos.

Parásitos mantenidos precisamente por los que no
tienen un terrón para reclinar la cabeza, por los que
vinieron a la vida cuando la tierra estaba ya repartida entre
unos cuantos que se la apropiaron por la fuerza o entre los
descendientes de esos bandidos que han venido poseyéndola
por el llamado derecho de herencia.

VIOLENCIA

El primer dueño apareció con el primer
hombre que tuvo esclavos para labrar los campos, y para hacerse
dueño de esos esclavos y de esos campos necesitó
hacer uso de las armas y llevar la guerra a una
tribu enemiga.

Fue pues, la violencia el origen de la propiedad
territorial, y por la violencia se ha sostenido desde entonces
hasta nuestros días.

EL CAPITAL

Siguiendo a Marx, Ricardo le
explica a los trabajadores mexicanos el origen y la esencia de el
Capital.

El Capital, según la Economía
Política, es trabajo acumulado.

La maquinaria, los edificios, los buques, las
vías férreas, son trabajo acumulado, esto es, obra
de trabajadores intelectuales y manuales de todas
las épocas hasta nuestros días y por lo mismo no se
ve la razón por la que ese capital deba pertenecer a unos
cuantos individuos.

EL SALARIO DEL ESCLAVO MODERNO

Proletarios, tenéis derecho a algo más que
la limosna que os dan por vuestro trabajo, porque el Capital es
de todos, hombres y mujeres, ancianos y niños.

El salario, por lo tanto, es un ultraje; es una cadena
que es preciso quebrantar para que la palabra ciudadano deje de
ser ultraje por aplicársele a verdaderos esclavos. Si eso
se hace, se habrá obtenido la libertad
económica.

CONSECUENCIAS DE LA PROPIEDAD PRIVADA

Detrás de las rejas de esos pudrideros de carne y
de espíritu que se llaman presidios, miles de infortunados
pagan con la tortura de su espíritu las consecuencias de
ese crimen elevado por la ley a la categoría de derecho
sagrado: la propiedad territorial.

En el envilecido de la casa pública, miles de
jóvenes mujeres prostituyen su cuerpo y estropean su
dignidad,
sufriendo igualmente las consecuencias de la propiedad
territorial.

En los asilos, en los hospicios, en las casas de
expósito, en los hospitales, en todos los sombríos
lugares donde se refugian la miseria, el desamparo y el dolor
humano sufren las consecuencias de la propiedad territorial
hombre y mujer, ancianos y
niños.

Presidiarios, mendigos, prostitutas, huérfanos y
enfermos levantan los ojos al cielo con la esperanza de encontrar
más allá de las estrellas que alcanzan a ver, la
felicidad que aquí les roban los dueños de la
tierra.

El rebaño humano, inconsciente de su derecho a la
vida, se encorva ante la tierra con que la naturaleza les
obsequió, perpetuando con su sumisión el imperio de
la injusticia.

Lo que hoy llamamos crimen, no es otra cosa que el
resultado directo o indirecto de causas que tienen su raíz
en la desigualdad económica, que resulta del principio de
propiedad privada o individual.

La desigualdad económica produce la miseria, y
esta empuja a los que no tienen bienes de fortuna, a tomar, de
donde lo hay, lo que necesitan para no morir ellos de hambre ni
dejar que mueran los suyos.

A eso es a los que ley llama robo, y ese delito,
así como el fraude, actos
cometidos en contra del llamado derecho de
propiedad, son los que dan el mayor contingente de habitantes
de las prisiones, pudiendo asegurarse que casi el noventa por
ciento de los reclusos de los presidios son individuos que
violaron la ley empujados por circunstancias
económicas.

ABOLICIÓN DE LA PROPIEDAD
PRIVADA.

La abolición de la miseria se obtendrá
cuando el trabajador se haga el propósito de desconocer el
derecho de propiedad… tomando posesión de todo cuanto
existe.

No paguéis contribuciones al gobierno, no
paguéis la renta de las casas que ocupáis; tomad
las haciendas para trabajar la tierra en común, haciendo
uso de la excelente maquinaria que tienen los burgueses; quedaos
con fábricas, talleres, minas, etc. Así
acabaréis con la miseria.

Como la autoridad o gobierno, se encuentra basada en la
propiedad privada, ambas deben ser eliminadas para que una no
engendre a la otra. No se necesita otra cosa para triunfar, que
desconocer el derecho de la propiedad individual y dar el golpe
de gracia a la autoridad.

Capítulo siete

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO
(II)

LA AUTORIDAD

Después del capital, el segundo enemigo de los
trabajadores es la autoridad, cuya expresión máxima
es el gobierno.

¿Para qué sirve, pues, la autoridad?: la
autoridad sirve, trabajadores para humillarlos a cada paso, para
apalearlos, para ametrallarlos cuando pedís unos cuantos
centavos de aumento de vuestro salario o la disminución de
unos cuantos minutos de las largas horas de trabajo.

La autoridad sirve para echaros el guante y encerraros
en presidio por el delito de ser pobres; pue$ bien sabeis que
vuestros amos pueden cometer toda clase de excesos sin pisar
nunca los umbrales de una cárcel.

La autoridad sirve para asegurar a vuestros verdugos el
disfrute político de lo que os roban en vuestro
trabajo.

La autoridad no hace falta más que para sostener
la desigualdad
social. ..es necesaria solamente para perpetuar el sistema
social basado en la desigualdad económica.

La autoridad garantiza al rico vivir en el ocio y
condena al pobre al rudo trabajo y a la abyecta
miseria.

El burgués, necesita que haya autoridad, pues de
lo contrario, tendría que tomar el arado, la garlopa o el
martillo para ganarse su subsistencia y la de su
familia.

Pero el pobre, ¿Para qué necesita la
autoridad? La autoridad nunca ha sido buena con él; la
autoridad ha sido para el desheredado, la madrastra
huraña, castigadora y malvada, castradora de
voluntades…

La autoridad fue instituida para cuidar los bienes
materiales de
la clase rica que se veía amenazada por los
hambrientos.

Los que no tenemos un terrón donde reclinar la
cabeza, no necesitamos autoridad.

Por el contrario, la detestamos porque ella arrebata de
nuestras filas a los más vigorosos de nuestros hermanos,
para amontonarlos en los cuarteles y hacerlos empuñar las
armas en favor de la burguesía.

Luego nos cobra contribuciones para mantener esos
soldados y todo ese enjambre de funcionarios grandes y chicos que
forman lo que se llama gobierno.

Somos nosotros, los desheredados los que no tenemos nada
que nos roben, los que estamos obligados a pagar los gastos que
origina el mantenimiento
de la autoridad, cuando lo justo sería que esos gastos
fueran pagados por los beneficiados, que son los
burgueses.

GOBIERNO

El gobierno, cualquiera que sea su forma, republicano o
monárquico, no puede estar jamás del lado del
pueblo.

EL GOBIERNO TIENE POR MISION CUIDAR LOS INTERESES DE LOS
RICOS.

No confiemos a ningún gobierno la solución
de nuestros problemas.

Los gobiernos son los representantes del capital y, por
lo mismo, tienen que oprimir al proletariado.

Para los anarquistas todos los gobiernos son malos, pues
defienden los intereses de la minoría social parasitaria,
es decir los capitalistas y sus aliados y socios, los integrantes
del clero católico romano.

La historia no registra en sus páginas el nombre
de un gobernante que seriamente se haya preocupado por salvar al
pueblo de la miseria y la tiranía.

La historia de la humanidad cuenta ya varios miles de
años.

Por ella sabemos que el gobernante, el rico y el
sacerdote de cualquier religión han sido los
aliados inseparables, confabulados en todos los tiempos para
tener al pueblo en la esclavitud.

Es una ilusión figurarse que el gobierno es la
representación del pueblo.

El gobierno es la representación de la clase
capitalista.

El pueblo trabajador no hace otra cosa que nombrar como
gobernante a quien las clases ilustradas y ricas quieren
imponer.

Es en los bufetes de los abogados, en las oficinas de
los comerciantes y de los dueños de negociaciones de todas
clases donde se escogen los hombres que han de tener por
misión el gobierno del país.

De esos bufetes, de esas oficinas no pueden salir
hombres pertenecientes a la clase trabajadora, sino simples
burgueses cuyo interés no
es otro que prolongar la agonía de los humildes, refrenar
el ansia de libertad y de justicia de los proletarios, tener en
la ignorancia y en la miseria a los trabajadores.

Asalariados convencidos de que el hombre se
envilece por la miseria y el sufrimiento.

Un hombre envilecido no piensa en su
redención.

En miles de años no se ha dado un solo caso en
que un gobierno haya puesto la mano sobre los bienes de los ricos
para entregarlos a los pobres.

Por el contrario, donde quiera se ha visto y se ve que
el gobierno hace uso de la fuerza para reprimir cualquier intento
del pobre para obtener una mejora en su
situación.

Acordaos de Río Blanco, acordaos de Cananea,
donde las balas de los soldados del gobierno ahogaron, en las
gargantas de los proletarios, las voces que pedían pan;
acordaos de Papantla, donde la metralla y la fusilería del
gobierno diezmaron a los enérgicos habitantes que se
negaban a entregar a los ricos las tierras que les daban la
subsistencia.

Por último, la solución no sólo
consiste en derrocar al gobierno sino que es necesario recuperar
las riquezas detentadas por los ricos, evitando así, de
raíz, el surgimiento de otro gobierno que reinstaure la
propiedad privada.

El gobierno es el gendarme del capital, el torvo
polizonte que cuida las cajas fuertes de las aves de
rapiña de la banca, del
comercio y de
la industria,
para el capital tiene sumisiones y respeto; para el
pueblo tienen el presidio, el cuartel y el
patíbulo.

No esperemos nada bueno del gobierno que llegue a
implantarse después de esta revolución.

Si queremos libertad, obremos por nuestra cuenta tomando
posesión de la tierra para trabajarla en común, y
armémonos todos para que si alguna tiranía quiera
arrebatamos nuestra dicha, estemos puestos a
defenderla.

EL CLERO POLÍTICO

El tercer enemigo de los trabajadores, el clero
político, es el más peligroso por encontrarse
emboscado, cubierto por el velo religioso que oculta los
intereses terrenales de este grupo social, que a lo largo de la
historia universal siempre ha estado aliado de los explotadores y
opresores de los pueblos.

No es una casualidad que todo el primer período
liberal de los opositores a la dictadura porfirista se hayan
dedicado a la denuncia y a la crítica, del papel
reaccionario del clero católico mexicano, al que la
tiranía le había dado alas de nuevo, como si no
hubieran existido las Leyes de Reforma en nuestro
país.

Los liberales mexicanos de este siglo, encabezados por
Camilo Arriaga, al publicar su primer manifiesto en contra del
clero católico mexicano, de paso invitan al pueblo a
organizar clubes liberales y a reunirse en el primer congreso
liberal, en el que la mayoría de los delegados se
manifestaron como jacobinos, come curas.

Detrás del anticlericalismo se encontraba el
enfrentamiento político en contra de la dictadura
porfirista.

En el seno de los liberales se encontraba ya, el germen
de los futuros teóricos, organizadores y dirigentes del
ala más radical de los liberales, nos referirnos a los
magonistas, que en los primeros años de este siglo se
encontraban preparándose y afilando las armas
teóricas para las futuras batallas, no sólo contra
el clero reaccionario, sino sobre todo contra la tiranía
capitalista comandada por el gobierno de Porfirio
Díaz.

Capítulo ocho

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO
(III)

LA CONSTITUCIÓN.

Mientras que en su etapa liberal Ricardo Flores
Magón defendió la Constitución de 1857, en
su período anarquista de 1911 en adelante, se
volvió el más fiero crítico no solo de esa
Constitución, sino de toda Ley, pues según
él todo el sistema jurídico está al servicio
de .los explotadores y opresores políticos de los
trabajadores.

Todo revolucionario, dirá Ricardo es un ilegal;
dentro de la Ley y del orden puedes ir a la esclavitud, nunca a
la libertad.

Es practicando la ilegalidad, es trastornando lo que la
ley llama orden como se conquista la
emancipación.

y no puede ser de otra manera: la Ley obliga a que
respetemos las instituciones políticas y sociales que
nosotros creemos malas, porque de ellas derivan la pobreza, el
crimen y la esclavitud.

Si queremos pues, cambiar esas instituciones
políticas y sociales que nos esclavizan por otras que
garanticen nuestra libertad y nuestra felicidad, tenemos que
forzosamente desobedecer el mandato de la ley que nos obliga a
respetar las instituciones existentes, y esa desobediencia
trastorna el orden.

Por eso todo revolucionario sincero, honrado y valiente
debe ser un ilegal. y el revolucionario que proclama respetar la
ley y el orden es un farsante.

O se es legalista, y entonces, hay que confundirse con
la masa de carneros que sufren con paciencia todas las
humillaciones del actual sistema, o se es ilegalista,
irrespetuoso, desobediente, revolucionario.

El ladrón capitalista utiliza las leyes que
él mismo escribió, para impedir que los
trabajadores recuperen el producto de su trabajo.

La Constitución es vuestro peor verdugo, la
Constitución prohíbe terminantemente que se ataque
el derecho de propiedad de los ricos.

La Constitución es bella en sus palabras, pero
solo beneficia a quien tiene el poder económico y el poder
político

La Constitución es utilizada por la clase rica
según su conveniencia. Si es a su favor para castigar a
los trabajadores la usa para encarcelar a los pobres y
desempleados y si es para castigar a los funcionarios y poderosos
se convierte en una mercancía fácil de adquirir y
de violar impunemente.

Una de tantas mentiras oficiales es afirmar que vivimos
en un régimen de derecho, cuando en realidad es lo
contrario, vivimos bajo una dictadura de los capitalistas, ya que
la propiedad privada es la base de todas las explotaciones, de
todas las tiranías.

La Constitución no fue escrita para emancipar a
la clase trabajadora sino para garantizar a la burguesía
el disfrute pacífico de sus rapiñas y dar a la
autoridad el prestigio y la fuerza moral que
tanto necesita para ser obedecida y temida.

La Constitución es burguesa porque sirve en forma
eficiente a los capitalistas y sus fieles servidores los
gobernantes.

Ellos sí se benefician de ella, mientras ustedes
proletarios no podéis disfrutar de los derechos,
garantías y privilegios que al ciudadano concede la
Constitución del 57 por la sencilla razón de que
sois pobres.

No podéis ejercitar el derecho de escribir y de
hablar, porque no habéis tenido la oportunidad de educaros
y de instruiros como los han tenido los hijos de la
burguesía.

Aun cuando fuerais aptos para hablar y escribir sobre
cualquier tema, tendríais que amoldaros a los gustos de
vuestros señores.

Pues si alguna vez hablaseis en contra de las leyes y de
las Instituciones existentes, y vuestra palabra, o vuestro
escrito pusieran de alguna manera en peligro la tranquilidad o
los bienes del sacerdote, del rico o del representante de la
autoridad, bien pronto ahogarían en vuestras gargantas las
palabras y encadenarías vuestras manos, para que no
hablaseis ni escribieses.

Veis pues, que esos derechos o libertades, son una
mentira cuando los que tratan de ejercitarlos son miembros de la
clase trabajadora.

EL SISTEMA ELECTORAL

Desde que existe el sistema electoral en la época
moderna capitalista, siempre ha beneficiado a los ricos, pues son
ellos, por medio del gobierno quienes han
controlado los comicios para perpetuarse en el poder.

Si no ganan utilizan todas las triquiñuelas para
no perder el poder político y en el último de los
casos tienen todas las policías y el ejército para
imponer a su candidato burgués derrotado por el pueblo, y
si es necesario, pueden quemar las boletas electorales para que
no haya posibilidad de demostrar el fraude cometido por los
gobernantes.

Y en cuanto al derecho electoral ¿Qué bien
os reporta el nombrar a las autoridades?

¿No sabéis que la autoridad tiene que
respetar el odioso libraco llamado Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, libraco que
remacha vuestras cadenas, el libraco que os hace esclavos
?

Si peleáis por ganar el voto seréis como
dice Mirabeau más estúpidos que las reses, porque
siquiera esos dignos animales no
eligen al carnicero que ha de degollarlos.

Ir a votar cuando las elecciones están
controladas por el gobierno, no beneficia económicamente a
los trabajadores, pues ¿Qué gana el proletariado
con el hecho de depositar en las urnas una boleta electoral en la
que ha puesto el nombre de la persona que formará parte
del gobierno?

En su casa no habrá más pan por el mero
hecho de que elija a Carranza o a cualquier otro hombre; ni su
compañera ni sus hijos podrán usar vestidos limpios
y confortables.

Los pobres no tienen otro derecho que el de firmar las
boletas electorales y de llevarlos a la casilla, pero sin conocer
a punto fijo las cualidades de las personas que tienen que
elegir, a quienes solo conocen por lo que de ellas dicen los
propagandistas de las clases directoras.

El derecho de votar se reduce, en tales condiciones a la
tarea de firmar.

Con ello los trabajadores y los pobres en general, nada
ganan, como no sea el de cambiar al amo, amo que no va a trabajar
en beneficio de los intereses de los pobres, sino en beneficio de
las clases altas de la sociedad, pues éstas fueron las que
en verdad hicieron la elección.

No es el voto, el derecho de pensar ni el de
reunión, ni de ninguna otra de las facultades
políticas que dan las leyes lo que da de comer al
trabajador.

El derecho de votar es un sarcasmo.

En los Estados Unidos tenemos la prueba de ello. El
pueblo de esta nación ha tenido siempre el derecho de
votar, y sin embargo las miserables barriadas de Nueva York, de
Chicago, de San Luís de Filadelfia, y de todas las grandes
cuidades americanas, son testigos elocuentes de la ineficiencia
del voto para hacer la felicidad de los pueblos.

En esas barriadas, cientos de miles de personas se
pudren física
y moralmente en covachas infectas, y en toda la nación,
todas las mañanas, cuatro millones de seres humanos salen
de esas mansiones de la mugre y del hambre a buscar trabajo para
volver a las covachas con un mendrugo de pan para la mujer y para
los hijos, pero como no encuentran trabajo, regresan con las
manos vacías y apretándose el estómago, para
reanudar al día siguiente la penosa peregrinación
en busca de amos a quienes alquilar sus brazos, y llegados el
tiempo de las elecciones, esos hambrientos se apresuran afirmar
una boleta electoral para encumbrar a otro gobernante que les
continúe apretando el pescuezo.

Si tenemos este ejemplo a la vista ¿por
qué hemos de empeñarnos en conquistar una facultad
ilusoria como es la de votar?

¿Por qué no mejor dedicar todas nuestras
energías a la conquista de la tierra que es la fuente de
todas las riquezas y que, en manos del pueblo aseguraría a
todos la vida, les daría, por lo mismo, la independencia
económica y como consecuencia de eso, la verdadera
libertad?

Capítulo nueve

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO
(IV)

LA PATRIA

Los proletarios no tienen patria, escribió Marx,
y Ricardo apoyando esta tesis afirmó: El pobre no tiene
patria porque nada tiene, a no ser su mísera
existencia.

Son los burgueses los únicos que pueden decir:
Esta es mi patria, porque ellos son los dueños de
todo.

Los pobres son el ganado encerrado en los grandes
corrales llamados naciones, y j OH ironía! a ese ganado se
le obliga a defender la patria, esto es, la propiedad de los
burgueses, y a caer por millares en los campos de batalla, donde
se deciden vulgares querellas de patrias, de la
política.

Gritan los jefes: "todo por la patria".

Los hombres que agonizan en la tierra que no es suya;
los trabajadores que pierden la sangre en las fábricas
ajenas; los mineros que socavan las minas de otros; todos los que
trabajan para beneficiar al burgués, ¿qué
patria tienen?

Si la patria es la tierra en que nacimos, esa tierra
debe ser de todos, pero no es así, esa tierra es la
propiedad de unos cuantos, y esos pocos son los que ponen el
fusil en nuestras manos para defender la patria.

¿No sería más lógico que,
siendo ellos los dueños de la patria, fueran sus manos las
que empuñaran el fusil y no las manos de los que no tienen
más tierra que la que pueden recoger en los
zapatos?

La patria, proletarios, es algo que no es nuestro, y,
por lo mismo en nada nos beneficia.

La patria es de los burgueses, y, por eso, a ellos
únicamente beneficia.

La patria fue inventada por la clase parasitaria, por la
clase que vive sin trabajar, para tener divididos a los
trabajadores en nacionalidades y evitar, o al menos entorpecer
por ese medio su unión en una sola organización mundial que diera por tierra
el viejo sistema que nos oprime

EL DESORDEN CAPITALISTA

Si todas las cosas estuvieran bien arregladas, si toda
criatura humana tuviera que comer, tuviera donde resguardarse de
la intemperie sin tener que pagar alquiler de casa, en una
palabra, si todos, con un rato de saludable trabajo al día
tuvieran lo necesario para vivir con decencia y sin incertidumbre
por el porvenir, entonces no habría nadie que se atreviera
a decir: yo soy más que tú,
obedéceme¡

Entonces habría orden porque habría
armonía.

Nadie tendría que disputar a otro, nadie
tendría envidia a nadie.

Todos seríamos hermanos y saldrían
sobrando el polizonte, el soldado, el juez, el carcelero, el
verdugo y el gobernante.

Saldría sobrando, porque conquistada la
armonía entre los seres humanos por la conquista de la
libertad económica el parasitismo de los funcionarios no
tendría ya razón de ser.

Los funcionarios públicos no son, como se cree,
los guardianes del orden.

El orden es la armonía, no necesita guardianes,
precisamente porque es orden.

Lo que necesita guardianes es el desorden.

El desorden escandaloso, vergonzoso y humillante es el
que reina en la vida política y social de la
humanidad.

Desorden es que una clase social pese sobre toda clase
social, pues no debe existir más que una sola clase, la de
los productores, esto es, la de los trabajadores.

La humanidad se convertirá en clase trabajadora,
cuando la tierra y la maquinaria pertenezcan a todos, pues
entonces todos tendrán que trabajar para comer.

Para mantener el desorden, esto es para mantener la
desigualdad política y social, para mantener los
privilegios de la clase alta y tener sometida a la clase baja, es
para lo que se necesita los gobiernos, las leyes, los polizontes,
los soldados, los carceleros, los jueces, los verdugos y toda una
caterva de altos y pequeños funcionarios que chupan las
energías de los pueblos de la tierra.

No es para proteger a la humanidad para lo que existen
esos funcionario, sino para tenerla sometida, para tenerla
esclavizada en beneficio de los que se han dado maña para
retener hasta hoy la tierra y la maquinaria.

El orden no es la esclavitud de una parte de la
humanidad por otra sino la libertad de toda la especie
humana.

Al orden burgués, los mexicanos contestamos con
nuestra rebeldía.

Contra ese orden gritamos; ¡muera el
orden!

Porque es un orden que maniata la libre iniciativa del
ser humano, porque es un orden de cuartel o de
presidio.

LAS CÁRCELES.

La inmensa mayoría de la población de las cárceles
está compuesta de individuos que han cometido delitos contra
la propiedad: robo, fraude, falsificación, etc. una
pequeña minoría de transgresores de la ley se
encuentran prisioneros por delitos contra la persona.

Abolida la propiedad privada, teniendo todas las
facultades de escoger un trabajo de su agrado, pero útil a
la comunidad;
humanizando el trabajo en virtud de que no se efectúa para
que el patrón acumule riquezas, sino para satisfacer
necesidades, devueltos a la industria los miles y miles de brazos
que hoy acapara el gobierno en sus oficinas, en los cuarteles, en
las prisiones mismas; puestos todos a trabajar para ganar el
sustento, con la ayuda poderosa de la maquinaria de toda especie,
se necesitará trabajar solamente dos o tres horas diarias
para tener de todo en abundancia.

¿Habría entonces quien prefiriese el robo
para poder vivir?

El hombre, aún el más perverso, gusta
siempre de atraerse la estima de los demás, de estar bien
con los demás.

Esto puede observarse hoy mismo, a pesar de que el medio
en que vive la humanidad embota los mejores instintos de la
especie, y si esto es cierto ¿por qué no admitir
que el hombre sería mejor en el seno de una sociedad
libre?

En cuanto a los delitos contra las personas, en su mayor
parte son el producto del medio malsano en que
vivimos.

El hombre vive en constante sobreexcitación
nerviosa; la miseria, la inseguridad de
ganar el pan de mañana; los atentados de la autoridad; la
certidumbre de que se es víctima de la tiranía
política y de la explotación capitalista; la
desesperación de ver crecer a la prole sin vestido, sin
instrucción, sin porvenir; el espectáculo nada
edificante de la lucha de todos contra todos, que nace
precisamente del derecho de propiedad privada.

Este derecho faculta a los astutos y a los malvados a
amasar capitales explotando a los trabajadores.

Todo eso, y mucho más, llena de hiel el
corazón del hombre, lo hace violento, colérico y lo
precipita a sacar el revólver o el puñal para
agredir, a veces por cuestiones baladíes.

Una sociedad en la que no exista esa brutal competencia entre
los seres humanos para poder satisfacer todas las necesidades,
calmaría pasiones, suavizaría el carácter de las personas y
fortalecería en ellas el instinto de sociabilidad y
solidaridad que son tan poderosos que, a pesar de la secular
contienda de todos contra todos, no han muerto en el ser
humano.

LA MORAL BURGUESA

Adelantándose a Wilhelm Reich, crítico de
la moral
sexual burguesa, Ricardo, en 1914, ya era un feroz denunciador de
la moral de los capitalistas y gobernantes.

El estupro, la violación de mujeres, el adulterio,
producto son igualmente del sistema social que combatimos, en que
una falsa moral hace hipócritas a los hombres y mujeres en
sus relaciones
sexuales.

Esa hipocresía conduce a histerismo y
aberraciones que no existirían en un medio de libertad y
de igualdad en que el hombre y la mujer se unieran libremente,
sin otro interés que la satisfacción de ese
conjunto de necesidades morales y físicas que se llama
amor.

Pero lejos de esta satisfacción, libre de
necesidades naturales, encontramos en la sociedad actual mil
trabas al amor, debidas unas a preocupaciones sociales a
preocupaciones religiosas otras y a dificultades
económicas las más.

Capítulo diez

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO
(V)

LA EDUCACIÓN ESCOLAR BURGUESA

Las escuelas oficiales educan al pueblo en el sentido de
hacer de cada hombre un sostenedor del sistema actual…
enseñan al niño a admirar la destreza con que
algunos hombres saben sacar provecho del sudor y la fatiga de sus
semejantes, para convertirse en reyes del acero, del
petróleo y de las otras cosas.

En la escuela se enseña al niño que el
ahorro y la
laboriosidad son el origen de las grandes fortunas que dejan
boquiabiertos a los imbéciles, cuando la experiencia
demuestra que solo las malas artes, la violencia y el crimen
pueden acumular la riqueza en las manos de un hombre.

En las escuelas de gobierno y en las particulares
también, se enseña al niño a venerar un
trapo de determinado color al que hay
que defender, aunque no tenga un palmo de tierra de
patria.

Se enseña al niño a considerar al
gobernante como aun individuo que
resume en sí al poder de todo un pueblo, cosa que es una
solemne mentira, porque el gobernante no pertenece más que
a la clase privilegiada, cuyos intereses defiende.

Con una educación así, se forman esclavos,
pero no hombres libres.

El pueblo necesita educación, pero distinta
a

la educación oficial, cuyos programas han sido
sugeridos o dictados por los interesados en perpetuar la
esclavitud de los pobres en beneficio de los audaces y de los
malvados.

La educación de las masas, para que sea
verdaderamente provechosa y vaya de acuerdo con la conquista que
ha logrado hacer el pensamiento humano, es preciso que
esté a cargo de los trabajadores, esto es, que ellos la
costeen y sugieran los programas educacionales.

De este modo se conseguirá que la juventud
proletaria entre de lleno a la vida, bien armada de las ideas
modernas que darán a la humanidad el suspirado bien de la
justicia social.

Al lado de la educación proletaria debe estar la
unión de los trabajadores, y así se logrará
romper para siempre la cadena maldita del salario que nos hace
esclavos a los pobres y amos naturales a los ricos.

Así se entregará la humanidad al disfrute
libre e inteligente de todo cuanto han podido acumular las
generaciones anteriores y que está actualmente en poder de
un reducido número de modernos negreros.

LA REVOLUCIÓN SOCIAL

A diferencia de Madero, Carranza, Obregón, etc.,
Ricardo Flores Magón en artículo publicado un
día antes del levantamiento armado del pueblo mexicano, es
decir el 19 de noviembre de 1910, definió claramente a los
trabajadores en qué consistía una verdadera
revolución social.

Un cambio radical que no se llevó acabo en
nuestro país y que hasta el día de hoy sigue siendo
la tarea histórica de los explotados y
oprimidos.

Debemos procurar los libertarios que este movimiento
tome la orientación que señala la
ciencia.

De no hacerlo así, la revolución que se
levanta no serviría más que para sustituir un
presidente por otro presidente, o lo que es lo mismo un amo por
otro amo.

Debemos tener presente que lo que se necesita es que el
pueblo tenga pan, tenga albergue, y tenga tierra que
cultivar.

Debemos tener presente que ningún gobierno, por
honrado que sea, puede decretar la abolición de la
miseria.

Es el pueblo mismo, son los hambrientos, los
desheredados, los que tienen que abolir la miseria, tomando en
primer lugar, posesión de las tierras que, por derecho
natural, no pueden ser acaparadas por unos cuantos, sino que
es la propiedad de todo ser humano.

No es posible predecir hasta donde podrá llegar
la obra reinvindicadora de la próxima revolución;
pero si llevamos los luchadores de buena fe el propósito
de avanzar lo más posible por ese camino.

Si al empuñar el Winchester vamos decididos no al
encumbramiento de otro amo, sino a la reivindicación de
los derechos del proletariado.

Si llevamos al campo de la lucha armada el empeño
de conquistar la libertad económica, que es la base de
todas las libertades, que es la condición sin la cual no
hay libertad ninguna.

Si llevamos ese propósito encauzaremos el
próximo movimiento popular por un camino digno de esta
época.

Pero si por el afán de triunfar
fácilmente; si por querer abreviar la contienda quitamos
de nuestra tendencia el radicalismo que la hace incompatible con
la tendencia de los partidos netamente burgueses y
conservadores.

Entonces habremos hecho obra de bandidos y asesinos,
porque la sangre derramada no servirá más que para
dar mayor fuerza a la burguesía, esto es, a la casta
poseedora de la riqueza.

Misma que después del triunfo pondrá
nuevamente la cadena al proletariado, con cuyo sacrificio, con
cuya sangre, con cuyo martirio ganó el poder.

Preciso es, pues, proletarios y desheredados, que no os
confundáis.

Los partidos conservadores y burgueses os hablan de
libertad, de justicia, de ley, de gobierno honrado, y os dicen
que cambiando el pueblo los hombres que están en el poder
por otros, tendréis libertad, tendréis justicia,
tendréis ley, tendréis gobierno honrado.

No os dejéis embaucar.

Lo que necesitáis es que os asegure el bienestar
de vuestra familia, cosa que no hará, ni se los
dará ningún gobierno.

Sois vosotros los que tenéis que conquistar esas
ventajas, tomando desde luego posesión de la tierra, que
es la fuente primordial de la riqueza, que tomarla vosotros y la
tierra no os la podrá dar ningún
gobierno.

La ley defiende los derechos de los detentadores de la
riqueza: tenéis que tomarla vosotros a despecho de la ley,
a despecho del gobierno, a despecho del pretendido derecho de
propiedad; tenéis que tomarla vosotros en nombre de la
justicia natural, en nombre del derecho que tiene todo ser humano
a vivir ya desarrollar su cuerpo y su inteligencia.

Cuando vosotros estéis en posesión de la
tierra, tendréis libertad, tendréis
justicia.

Porque la libertad y la justicia no se decretan; son el
resultado de la independencia económica, esto es, de la
facultad que tienen un individuo de vivir sin depender de un amo,
esto es, de aprovechar para sí, y para los suyos, del
producto íntegro de su trabajo.

Así pues, tomad la tierra, la Ley dice que no la
toméis, que es propiedad particular, pero la ley que tal
cosa dice fue escrita por los que os tienen en la esclavitud, y
tan no responde a una necesidad general, que necesita el apoyo de
la fuerza.

Si la ley fuera el resultado del consentimiento de
todos, no necesitaría el apoyo del polizonte, del juez,
del carcelero, del verdugo, del soldado y del
funcionario.

La ley os fue impuesta, y contra las imposiciones
arbitrarias apoyadas por la fuerza, debemos los hombres dignos
responder con nuestra rebeldía.

EL COMUNISMO ANARQUISTA

Para Ricardo Flores Magón, la solución a
todos los problemas actuales de la humanidad, solo será
posible cuando los trabajadores de todo el mundo recuperen las
tierras y fábricas y todas las riquezas que ellos mismos
han producido.

Para luego continuar trabajando y repartiéndose
entre sí todo lo producido.

Complemento del futuro comunismo social en que no
habrá ya parásitos capitalistas y curas corruptos
traidores a Jesús, será la desaparición de
todo gobierno compuesto por una minoría burocratizada y
defensora de ricos empresarios que ya no
existirán.

Con la consecuente organización de todos los
ciudadanos en comisiones rotativas de corto plazo, que
vigilarán la honestidad de los
que les toque dichas comisiones.

Hasta el día de hoy, no existe ningún
país en el que se haya aplicado el comunismo
anárquico.

Pero estamos seguros, como
dijo Ricardo poco antes de ser asesinado, que si la especie
humana llega alguna vez a gozar de verdadera fraternidad,
libertad y justicia social, deberá ser por medio del
anarquismo.

 

Humberto Escobedo Cetina

Partes: 1, 2
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