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El Marxismo y el control del crimen en la sociedad capitalista neocolonial peruana




Enviado por Robert Arroyo



Partes: 1, 2

    1. El delito y la clase
      dominante
    2. El
      control del crimen como arma de defensa de los intereses de la
      clase dominante
    3. La
      desmistificación del derecho penal en la sociedad
      peruana

    "No se puede afirmar hechos e ideas nuevas si no
    se rompe definitivamente con los hechos e ideas viejas"

    (José Carlos Mariátegui)

    Empezaremos argumentando en éste humilde ensayo, que no
    se conoce y entiende completamente nuestra existencia
    contemporánea, porque nuestra comprensión del
    pasado como del presente se encuentra mistificada por una
    ideología (concepción del mundo,
    conciencia o
    filosofía), que nos miente y nos engaña
    constantemente, que sólo sirve par preservar el orden
    económico-social, político-jurídico
    vigente.

    Y si se quiere eliminar la explotación y la
    opresión de alguna época determinada, debemos
    reflexionar críticamente y en forma activa acerca de
    nuestras propias opiniones y práctica cotidianas,
    comprendiendo dialéctica e históricamente la
    cosmovisión del mundo que nos rodea. Marx,
    tenía razón al precisar que: "No es la
    conciencia del hombre la que
    determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que
    determina su conciencia".
    En tal sentido, debemos entender
    que cualquier posibilidad de una vida distinta resultará
    únicamente de nuevas ideas que se formen en el curso de la
    modificación de entender nuestra concepción del
    mundo y de nuestro modo de vida, siendo necesario para ello un
    nuevo punto de partida: intelectual, espiritual,
    políticamente y comprendiendo que son los hombres los que
    hacen su historia por su acción
    según su voluntad, que es la expresión de sus ideas
    (ideología), las que proceden de sus condiciones de
    existencia material, de su pertenencia a una clase. Por lo
    que, solamente con una filosofía de la praxis
    crítica
    de nuestras ideas para luego enrumbarlas hacia una acción
    revolucionaria precisa, solo así, podremos empezar a
    construir un mundo mejor.

    En tal sentido, podremos precisar, que en el campo del
    régimen legal, nuestro pensamiento se
    limita a confirmar una ideología oficial que respalda el
    orden social y económico vigente. Mientras no se comprenda
    la naturaleza del
    derecho en la sociedad
    imperialista-capitalista y neocolonial, seguiremos sujetos a una
    realidad opresiva. De lo señalado diremos entonces, que,
    se necesita una filosofía crítica-marxista del
    orden legal imperante, que permita encarar y procurar el logro de
    una nueva realidad.

    Por lo que, contrariamente a las interpretaciones
    liberal-burguesas, la teoría
    marxista es altamente creativa, abierto a las interpretaciones de
    cada época generacional, haciéndose necesario por
    ello, nuevos estudios e interpretaciones críticas de Marx.
    Así la filosofía crítica posibilita una
    nueva comprensión de Marx en cada época del
    desarrollo
    histórico de las sociedades.

    Entonces podríamos establecer que mediante una
    filosofía crítica del sistema legal,
    nos permitirá comprender lo que ha quedado fuera de
    examen. Porque únicamente con una comprensión real
    del significado del orden legal, a través de una
    Teoría crítica marxista, será posible
    superar el presente y crear una existencia alternativa al
    statu quo establecido, por cuanto, el objeto final de una
    filosofía crítica del orden legal, es, la
    liberación, la que se logrará a través de
    una crítica marxista y de la acción revolucionaria
    de los hombres permitiéndonos salir de esta manera de la
    ideología oficial y de las condiciones de la
    época.

    Solamente con una análisis crítico del control del
    crimen en la sociedad Capitalista Neocolonial, se podrá:
    encarar a la ley penal como
    instrumento del Estado al
    servicio de
    las clases
    sociales dominantes "para preservar el orden
    económico y social existente
    ".

    1. Es necesario previamente establecer que se entiende
      por Estado, así tenemos que según la interpretación del liberalismo burgués manifiesta que
      el Estado
      es la "nación jurídicamente
      organizada". No hace distinciones de clases: es la "nación" en su conjunto o sea, todos los
      ciudadanos de un país. El Estado, según el
      liberalismo, representaría a todos por igual. Es
      decir:

      "(…), el Estado existe para mantener la
      estabilidad de la sociedad
      civil. La ley se mira, en consecuencia, como un conjunto
      de reglas establecidas mediante consenso, por los gobernados,
      o más bien por los "representantes" de los gobernados.
      Semejante noción del Estado y de su derecho presenta
      una falsa realidad, pero una realidad que sirve para los que
      se benefician de esa concepción: los que
      gobiernan"
      .

      Para la filosofía crítica marxista el
      Estado nunca representa a "todos por igual". EL Estado es la
      cristalización institucional de determinadas
      relaciones sociales de fuerza y,
      por ello mismo, nunca es neutral ni independiente de la lucha
      de clases. El Estado defiende a algunos sectores en
      particular. En la sociedad capitalista esos sectores
      pertenecen a la burguesía. El Estado del capitalismo no es sinónimo de la
      "nación" en su conjunto. Es un Estado burgués.
      Más aún:

      "El sistema jurídico es una aparato creado
      para asegurar los intereses de la clase dominante.
      Contrariamente a la creencia general, la ley es un
      instrumento de la clase dominante".

      Es decir, el régimen legal es tan sólo
      la ordenación y regulación con que se disimula
      el poder de
      la clase dominante. Proporcionando la clase dominante, los
      medios
      represivos necesarios que se encuentran a sus servicio para
      el control compulsivo y violento de la mayoría de la
      población, como son: los cuerpos
      policiales, el ejército, la judicatura (jueces,
      fiscales) y las cárceles. El resto de las Instituciones, administración, partidos burgueses,
      escuelas, iglesias…sirven, o bien para administrar el
      capitalismo o para difundir sus ideologías entre las
      masas y mantenerlas sumisas.

      Por consiguiente el Estado:

      "(…) en el que exista la propiedad
      privada sobre (…) los medios de producción y en el que domine el
      capital,
      es, por muy democrático que sea, un Estado
      capitalista, una máquina en manos de los capitalistas
      para mantener sometida a la clase obrera y a los campesinos
      pobres (…)".

      y su sistema jurídico anexo reflejan y sirven
      a las necesidades de las clases dominantes,
      porque:

      "(…) el origen de la norma
      jurídica-penal está sujeta a influencias
      histórico-sociales que tienen ligazón con las
      condiciones económicas-sociales del momento, y
      reflejan en gran medida intereses de grupo y
      sobre todo de la clase social dominante".

      Por lo que, la santidad legal no tiene en todos los
      casos un fundamento realmente justo y consensual, y que el
      principio de la legalidad
      y la máxima "nullum crimen, nulla poena sine lege" (no
      hay crimen, no hay pena sino está previamente prevista
      en la ley), no pasa de ser una frase histórica o
      ilusión de algunos que inocentemente creen en
      líricos principios
      supuestamente defensores de la arbitrariedad y de la
      injusticia social, puesto que en la realidad de los hechos no
      existe una garantía de justicia o
      igualdad
      de la ley, porque ésta igualdad ante la ley
      es:

      "(…) alterada por la división de la
      sociedad en clases sociales y el dominio de
      las clases que detentan los medios de producción sobre
      el control de la ideología, en una época
      histórica determinada".

      En donde se observa que el Derecho Penal
      burgués, en sí sólo, protege a una
      minoría de la población, a los explotadores a
      los detentadores del poder económico y político
      y por ende propietarios de los medios de producción,
      en desmedro de las grandes mayorías, carentes de
      bienes y
      propiedad privada de los medios de producción, y que
      solo son dueños de su fuerza de trabajo
      (desocupados, explotados, oprimidos, pobres, excluidos
      sociales), impidiendo el sistema jurídico que las
      clases desposeídas adquieran poder.

      En otras palabras diríamos que tener fe ciega
      en los parámetros legales estipulados por el Derecho
      penal, y aceptar la explicación y descripción de los fenómenos del
      crimen, delincuencia sin el mayor análisis
      crítico es caer en una postura subjetiva,
      dogmática, al creer en la "cientificidad" de esta
      perspectiva de estudio del delito, de tendencia
      técnico jurídico y acrítica.

      Las tasas de criminalidad de cualquier Estado
      también constituyen un índice de la medida en
      que la clase dominante, a través de su aparato de
      derecho punitivo, debe ejercer su coerción sobre el
      resto de la población evitando de esa manera cualquier
      amenaza a su capacidad de gobernar y poseer. Así la
      ley penal como medio de coerción para el
      establecimiento del orden interno en interés de la clase dominante se
      convierte en una premisa fundamental de la crítica
      radical sobre el crimen.

      La idea de que la sociedad peruana puede
      comprenderse del mejor modo sobre la base de su estructura
      de clases choca con las nociones convencionales. Sigue siendo
      sorprendente para muchos ciudadanos enterarse de que en el
      Perú sigue existiendo un capitalismo selectivo,
      conforme da a conocer la Federación Regional de Rondas
      campesinas y urbanas de Cajamarca, al afirmar que el : Estado
      y los sucesivos gobiernos con sus leyes y sus
      políticas económicas han
      condenado a más del 50% de la población
      nacional a la miseria y a la extrema miseria, al hambre, a la
      desocupación, conduciéndolos a
      la ruina humillante e inmisericorde. El Estado y el gobierno
      son opresores, in-equitativos y excluyentes.

      De igual manera Hernando de Soto, precisa que en la
      sociedad peruana impera un capitalismo selectivo en donde no
      hay, una economía abierta a los más
      pobres que son la mayoría, sino abierta a la inversión extranjera esto se explica
      debido a que existe una mala e injusta distribución de la riqueza social, de
      la renta nacional per cápita, pues sólo: el 20%
      de la población de altos ingresos se
      lleva el 48% del ingreso nacional, en tanto, el 20% de la
      población más pobre, percibe un mísero
      ingreso del 6% que queda de la renta nacional repartida,
      entre las clases sociales antagónicas, entre la
      burguesía y trabajadores y campesinos
      pobres.

      Y más aún se pude evidenciar, que con
      la instauración del fujimorismo en el año de
      1990 y su posterior caída en el 2000 se marco una
      década de reestructuración de la
      economía neoliberal que no es sino "la
      reedición, en nuevas condiciones, del viejo Estado
      centralista, de apertura total al capital extranjero
      (especialmente norteamericano y europeo) y de exportación de materias primas,
      incondicional sujeción a los organismos financieros
      internacionales como: FMI, BM,
      incremento de la deuda externa
      total por encima de los 30,000 millones de dólares y
      la deuda
      pública trepa los 20,000 mil millones de
      dólares pese a la cancelación en los
      últimos años de 12,000 millones de
      dólares, atropello de derechos
      económicos, políticos, sociales y humanos de
      los peruanos, el capitalismo promueve el saqueo de nuestros
      recursos
      naturales, reprimarización de nuestra
      economía, arruino de la agricultura.

      Con la desregulación del trabajo laboral se ha
      intensificado la explotación del trabajo sobre todo
      juvenil, incrementándose así mismo la pobreza,
      la desocupación, exclusión social, favoreciéndose
      las elites dominantes, demostrándose en los hechos que
      el neoliberalismo (que no es más que, una
      respuesta nueva del capitalismo a su crisis de
      desarrollo), no sólo ha sido incapaz de resolver las
      necesidades básicas de la población como:
      salud,
      educación, trabajo, etc., sino que por
      el contrario ha agudizado las enormes diferencias existentes
      en nuestra sociedad actual, haciendo más pobres a los
      pobres y enriqueciendo más a los ricos todo por su
      afán de acumular más riqueza.

      Todo lo anterior ha configurado la mayor presencia y
      predominio del capital transnacional en las principales
      decisiones del Estado, en alianza con los grupos de
      poder internos, constituido por la gran burguesía
      financiera y comercial, aliado permanente y subordinado de
      las transnacionales e inversiones extranjeras aposentados en las
      finanzas,
      servicios,
      minería, comercio,
      y empresas
      privatizadas, con los que se reparten los beneficios y
      excedentes producidos por el modelo
      neoliberal, en un proceso de
      concentración y centralización de la riqueza, cuyos
      intereses no tienen ningún punto de coincidencia con
      los intereses del pueblo y nación peruanos.

      Conforme a las pruebas de
      análisis radical, el gobierno, los negocios y
      el capital extranjero son inseparables, lo que se evidencia
      en fin de cuentas el
      índice del predominio de la economía
      capitalista de mercado,
      así como del predominio de la clase burguesa que se
      beneficia de esa perspectiva. Los elementos de juicio
      respaldan ahora de modo abrumador la crítica radical
      de la sociedad peruana.

      Una crítica de la economía política peruana
      empieza entonces por la premisa, recién examinada, de
      que la vida en el Perú está determinada por el
      modo capitalista de producción dependiente o
      neocolonial. Y siendo una sociedad capitalista neocolonial
      existe una división de clases entre los que gobiernan
      y los gobernados con sujeción o dependencia al
      imperialismo norteamericano principalmente, de
      los organismos multilaterales, de las transnacionales y de
      los inversionistas extranjeros, con pérdida creciente
      de soberanía política, económica e identidad
      nacional.

      Como escribe MILIBAND aludiendo a la estructura de
      clases de las sociedades capitalistas:

      "La vida económica y política de
      las sociedades capitalistas está determinada
      primordialmente por la relación, nacida del modo de
      producción capitalista, por éstas dos clases:
      la que es dueña y controla, y la clase trabajadora.
      Estas son todavía las fuerzas sociales cuyo choque
      configura, como ninguna otra, el clima social
      y el sistema
      político del capitalismo avanzado. De hecho el
      proceso político en estas sociedades gira
      principalmente en torno al
      enfrentamiento de estas fuerzas, y pretende sancionar los
      términos de la relación existente entre
      ellas".

      Aunque existen otras clases, como la de los intelectuales, los pequeños y medianos
      productores urbanos, la división entre la clase
      dominante y la clase subordinada es la que establece la
      naturaleza de la vida política, económica y
      social capitalista.

      La clase dominante en la sociedad capitalista
      neocolonial peruana, es aquella que funda su posición
      política en la tenencia de los medios de
      producción, por lo que el Estado es una necesidad
      impuesta por los poseedores del poder económico para
      continuar imperando sobre las mayorías
      populares.

      La existencia de ésta clase arraigada
      principalmente en la gran burguesía financiera y
      comercial, aliado permanente y subordinado de las
      transnacionales e inversiones extranjeras (FMI, BM, y del
      imperialismo norteamericano) , es la clase dominante que toma
      las decisiones que determina la vida de quienes están
      subordinadas a esta clase, es decir las grandes
      mayoría nacionales desposeídas de los medios de
      producción y que solo cuentan con su fuerza de trabajo
      para sobrevivir, es "(…) esta clase la que controla las
      principales opciones políticas y la forma en que el
      Estado aplica su poder(…)".

      Evidenciándose, así, que la sociedad
      peruana se gobierna de acuerdo con los intereses de la clase
      dominante, sometida a los dictados de los grandes monopolios
      imperialistas.

      Es a través de una crítica radical de
      la sociedad peruana, que nos permitirá, percibir,
      así mismo, los intereses objetivos
      que son independientes de la conciencia de los individuos que
      la componen. Podemos, inclusive indicar valoraciones
      normativas de esos intereses.

      Por consiguiente, la teoría crítica
      marxista nos permite apreciar los intereses reales y
      potenciales de las clases, sea de la clase dominante como de
      las dominadas. Significa para una crítica del
      régimen legal que podemos dejar de lado la
      ideología oficial predominante, que sostiene la
      existencia de una diversidad de intereses entre numerosos
      grupos en competencia, determinando de esta manera los
      intereses de quienes dictan las leyes y las emplean en su
      propio beneficio.

      En tal sentido debemos entender que, el
      interés primordial de la clase dominante consiste en
      preservar el régimen capitalista existente. Con ello
      la clase dominante protege sus intereses sea existenciales y
      materiales. Esto se realiza en último
      análisis mediante el régimen legal.

      Por ejemplo a nivel internacional si existiera una
      amenaza a la seguridad
      económica de los Estados
      Unidos, está dispuesto a hacer un "uso unilateral
      del poder militar para defender intereses vitales, que
      incluyen "asegurar el acceso sin obstáculos a mercados
      clave, aprovisionamiento de energía y recursos
      estratégicos" y desde luego, todo lo que Washington
      pueda decidir que está dentro de su
      jurisdicción interna, así si algún
      Estado se opusiera o amenazara su política
      económica, como bien señala el
      filósofo y analista político CHOMSKY,
      sería calificado como "Estado Canalla", y considerado
      enemigo como es el caso de Cuba
      considerado uno de los principales Estados Canallas, debido a
      su supuesta participación en el terrorismo
      internacional, pero EE.UU. no cae en esta categoría
      pese a sus ataques terroristas y bloqueo económico por
      más de 45 años, por lo que Estado Canalla no es
      sencillamente un Estado criminal, sino un Estado que
      desafía las ordenes de los poderosos, quienes, desde
      luego, están exentos. Así bajo este
      calificativo el Imperialismo norteamericano fomenta y
      perpetúa su hegemonía y el capitalismo salvaje
      en zonas tan vastas del mundo a través de la
      intervención militar como le resulta
      posible.

      Esta es la historia de las relaciones exteriores
      norteamericanas, regidas por los intereses de las
      transnacionales y corporaciones de la clase dominante de
      EE.UU. quienes poseen el 40 % de la riqueza de la
      nación norteamericana.

      De manera análoga se aplica la ley penal en
      el interior del país por la clase dominante para
      conservar el orden interior. Los intereses de la clase
      dominante se aseguran precaviendo cualquier amenaza al
      sistema hegemónico. Así los militares en el
      extranjero y la aplicación de la ley son dos facetas
      de un mismo fenómeno, la preservación de los
      intereses de la clase dominante, en cuyas manos están
      las armas que
      controlan. Su réplica ante cualquier amenaza es la
      fuerza y la destrucción. "Las armas del control del
      crimen, así como la idea y el funcionamiento del
      derecho mismo, están regidos por la clase dominante"
      por lo que un orden establecido constituye el interés
      de la clase dominante. Desde esta visión
      crítica entender el delito, el crimen es entender la
      estructura y el funcionamiento del capitalismo neocolonial
      peruano.

    2. EL DELITO Y
      LA CLASE DOMINANTE

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