- Las
tesis sobre Feuerbach - La
carta a Annenkov - El
manifiesto comunista - La
revolución de junio de 1848 en
Francia - "La
Comuna de Paris" - "La
Revolución Rusa" - Epílogo
Como estudioso e investigador de las ciencias
sociales, Marx
atravesó por varias disciplinas que luego
integraría a un todo concreto.
De la crítica
de la religión a la crítica de la
filosofía; de la crítica de la filosofía a
la crítica del estado; de la
crítica del estado a la crítica de la sociedad.
Es decir, de la crítica de la política a la
crítica de la economía
política, que culmina en la crítica de la
propiedad
privada.
Es en la Ideología Alemana en donde Marx elabora y
expone por primera vez su concepción materialista de la
historia.
Esta nueva concepción de la historia ya se
vislumbraba en los escritos anteriores.
A fines de 1844, Marx se hallaba sobre el terreno de un
determinismo económico.
Define la sociedad burguesa como la base natural del
Estado moderno y considera la investigación del modo de producción como condición previa al
conocimiento
de un período histórico.
Ya en la introducción a la Crítica de la
filosofía del derecho hegeliano había declarado
que la relación de la economía con el Estado es
el problema central de la era moderna.
Luego, en los manuscritos de París había
postulado toda la superestructura, familia, estado,
derecho moral,
ciencia,
arte, como
modos particulares de la producción sometidos a las
leyes de esa
superestructura.
La dialéctica de Marx puede apreciarse en la
primera parte de la Ideología Alema
En ella integra las partes que forman la sociedad en un
todo armónico y dialéctico.
La primera parte de la concepción materialista de
la historia es como una estructura
orgánica
Cuyos miembros, se unen en una conexión tan
necesaria y natural que, la ausente o inexacta
consideración de uno de ellos no puede menos que provocar
la tergiversación del todo.
Ahora bien, ¿Cuál es la diferencia entre
la dialéctica hegeliana y la dialéctica
Marxista?
La primera plantea, en forma especulativa o
teórica, la necesidad de una superación de la
contradicción y la segunda considera, como parte esencial
de su concepción, la solución real de la
contradicción.
La primera piensa la realidad y por tanto no influye
sobre las condiciones históricas.
La segunda de acuerdo con la leyes históricas
modifica, con la acción
(praxis)
consciente de los hombres, la propia realidad
histórica.
La nueva concepción materialista de la historia
sustenta la primicia del factor económico sobre los
factores sociales e históricos.
Los hombres ven la diferencia entre ellos y los animales tan
pronto comienzan a producir sus medios de
vida.
Al producir sus medios de vida, el hombre
produce, indirectamente, su propia vida material, los individuos
son tal y como manifiesta la vida.
Lo que son coincide, por consiguiente, con su
producción, tanto con lo que producen como en el modo de
cómo producen.
Marx expone por primera vez la importante influencia de
la economía sobre la estructura
social y la cultura,
relegando a un segundo término la importancia de la
estructura social.
Será Engels mas adelante quien aclarará en
una carta a Bloch, el
por que ellos dos dieron mayor importancia a la economía,
de tal modo que fueran considerados mecanicistas
económicos de la historia.
En esa misma carta Engels completa la exposición
materialista de la historia al reconocer el papel
histórico de la superestructura, en determinadas
condiciones históricas, cuando se revierte sobre la
economía y acelera el proceso
histórico.
Factor importante de la estructura social lo constituye
la ideología, producto
mental generado por el modo de producción
económico.
Al contrario de la conciencia, en la
ideología los hombres en sus relaciones aparecen
invertidos como en una cámara oscura.
Este fenómeno se deriva del proceso
histórico de su vida, exactamente igual que la inversión de los objetos en la retina se
derivan de su inmediato proceso fásico.
Esta inversión de la realidad que la
ideología proyecta en la mente de los individuos, tiene
como función
deformar ocultar y defender los intereses
económico-políticos de las clases
dominantes.
Retomando la aclaración de Engels, de la carta a Bloch,
podemos afirmar que el principal instrumento que utiliza la
clase
dominante (los capitalistas) para poder
continuar explotando y dominando a los explotados y sumisos
políticos es la ideología.
La reversión de la superestructura, y de la
cultura, sobre el cimiento económico se realiza
principalmente por la ideología.
En cuanto a la visión antropológica de
Marx cabe señalar que el hombre es
visto en su concreción real, en su relación
dialéctica con su estructura económica y
socio-histórica.
El ser social determina la conciencia social.
Está conciencia cuando no está contaminada
por la ideología, es decir, cuando es de clase proletaria,
con su praxis revolucionaria puede cambiar las condiciones
históricas del ser social
Ya desde aquí encontramos una tesis del
manifiesto
comunista: toda clase que aspire a implantar su
dominación… tiene que empezar conquistando el poder
político.
Marx aplica su concepción materialista de la
historia al darle importancia al factor político
(integrante de la superestructura) en su relación con la
producción económica.
La reversión de la política sobre la
economía.
Para Marx el proletario, la economía y el
comunismo se
dan a nivel mundial.
Y no en un solo país como luego fue postulado por
la burocracia
stalinista
La praxis revolucionaria es propuesta cuando los autores
de la ideología Alemana afirman: Para nosotros el
comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que
ha de sujetarse la realidad.
Nosotros llamamos comunismo al movimiento
real que anula y supera al estado de cosa
actual.
Las condiciones de este movimiento se desprenden de la
premisa actualmente existente.
La concepción materialista de la historia la
expone Marx así:
1. En el desarrollo de
las fuerzas productivas se llega a una fase en la que surgen
fuerzas productivas y medios de intercambio que, bajo las
relaciones existentes, sólo pueden ser fuentes de
males, son más bien fuerzas destructivas.
A la vez, surge una clase social condenada a soportar
todos los inconvenientes de la sociedad sin gozar sus
ventajas.
Clase que se ve expulsada de la sociedad y obligada a
colocarse en la más resuelta contradicción, con
todas las demás clases
sociales.
Una clase que forma la mayoría de todos los
miembros de la sociedad.
De la que nace la conciencia de que es necesaria una
revolución
radical, la conciencia comunista.
2.- Que las condiciones en que pueden emplearse
determinadas fuerzas productivas son las condiciones de la
dominación de una determinada clase de la
sociedad.
Cuyo poder social emanado de su riqueza, encuentra su
expresión práctica en la forma de Estado
imperante en cada caso.
Razón por la cual toda lucha revolucionaria va
necesariamente dirigida contra una clase que ésta
interesada en mantener el estado actual de la producción,
la que ha dominado hasta ahora
3.- Que todas las anteriores revoluciones dejaron
intacto el modo de actividad y sólo trataban de lograr una
nueva distribución del trabajo.
Al paso que la revolución comunista va dirigida
contra el carácter anterior de actividad, elimina
el trabajo asalariado y suprime la
dominación de todas las clases, al acabar con las clases
mismas.
Esta revolución es llevada a cabo por la clase
que la sociedad no considera como tal, disuelve de paso todas las
demás clases y nacionalidades.
4.- Que tanto para engendrar esta conciencia comunista,
como para llegar adelante la cosa misma, es necesaria una
transformación en masa de los hombres
Cambio que
sólo podrá conseguirse mediante un movimiento
práctico, mediante una revolución
violenta.
La revolución es necesaria porque la clase
dominante no puede ser derrocada de otro modo.
Únicamente por medio de una revolución
logrará la clase mayoritaria salir del lodo en que se
hunde y volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas
bases.
En resumen esta concepción materialista de la
historia consiste pues, en exponer el proceso real de
producción partiendo para ello de la producción
material de la vida inmediata.
En concebir la forma de intercambio correspondiente a
este modo de producción engendrada por
él.
Es decir, la sociedad civil en
sus diferentes fases como el fundamento de toda la historia,
presentándola en su acción en cuanto
Estado.
Explicando a base de él todos los diversos
productos
teóricos y formas de conciencia, la religión, la
filosofía, la moral, etc,
así como estudiando a partir de esas premisas su proceso
de nacimiento.
Lo que naturalmente permitirá exponer las cosas
en su totalidad y también por ello mismo, la
interdependencia entre estos diversos aspectos.
Esta concepción, a diferencia de la idealista, no
busca una categoría en cada período, sino que se
mantienen siempre sobre el terreno histórico
real.
No explica la práctica partiendo de la idea, sino
explica las formaciones ideológicas sobre la base de la
práctica material.
Por lo cual llega, consecuentemente a la
conclusión de que todas las personas y todos los productos
de la conciencia no pueden ser destruidas por obra de la
crítica espiritual.
Sino que solo pueden disolverse por el derrocamiento
práctico de las relaciones sociales reales, de las que
emanan estas quimeras idealistas.
De que la fuerza
propulsora de la historia, (incluso de la religión, la
filosofía y toda teoría), no es la crítica, sino la
revolución.
Las propias condiciones de vida del ser humano le
imprimen un determinado desarrollo, un carácter especial.
Por tanto las circunstancias hacen al hombre en la
misma medida en que éste hace las
circunstancias..
Marx completa la mencionada tesis sobre el destino al
afirmar que el hombre puede acelerar la historia, con su praxis
política.
Más adelante Marx afirmará:
Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a
su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos,
sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran
directamente, que existen y les han sido legados por el
pasado".
La reversión de la superestructura sobre la
economía, como hemos dicho líneas atrás, se
manifiesta en su principal instrumento, la ideología
dominante defensora de los intereses económicos de la
clase dominante.
Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes
en cada época.
Dicho en otros términos, la clase que ejerce el
poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo su
poder espiritual dominante.
La clase que tiene a su disposición los medios
para la producción material dispone con ello, al mismo
tiempo, de los medios para la producción
espiritual.
Lo que hace que se le sometan al propio tiempo por
término medio, las necesidades para producir
espiritualmente.
Las ideas dominantes no son otra cosa que la
expresión ideal de las relaciones materiales
dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes
concebidas como ideas.
Las relaciones que hacen de una determinada clase la
clase dominante, son las ideas de su
dominación.
Los individuos que forman la clase dominante tienen
también entre otras cosas, la conciencia de ello, en
cuanto dominan como clase.
En cuanto determinan todo el ámbito de una
época histórica se comprende de suyo que lo hagan
en toda su extensión.
Por tanto, entre otras cosas también como
pensadores, como productores de ideas que regulan la
producción y distribución de las ideas de su
tiempo.
Sus ideas son las ideas dominantes de la
época.
Eje esencial de la concepción materialista de la
historia lo constituye su médula humana, vinculada a su
posición proletaria que enarbola una praxis
revolucionaria.
En cuanto a la visión humanista de Marx presenta
aquí el aspecto decisivo contradictorio de la sociedad
burguesa, el de la alineación humana.
Es el punto en que la consideración
económica y la ética se
funden de suerte que ya no es posible separarlas.
Los individuos son alienados por una forma de violencia
ejercida contra ellos, que no contempla más que sus
fuerzas productivas.
Esta forma de alineación económica no les
quita ni más ni menos que la totalidad de sus fuerzas
humanas.
El individuo
económicamente esclavizado es integralmente,
éticamente, alienado, deshumanizado.
El hombre, bajo el capitalismo se
encuentra alienado por que la sociedad burguesa lo está y
sólo se reintegrará en su esencia humana cuando sea
destruida la propiedad privada de los capitalistas y se construya
la nueva sociedad.
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