- Conversión
del tráfico en clientes: el momento de la
usabilidad - Fidelización
de clientes o permission marketing - Conversión
de clientes fieles en prescriptores - Conclusión:
una estrategia para cada objetivo
Los profesionales de la cuarta P del
marketing, la
Política
de Promoción, han tenido tradicionalmente a su
disposición un amplio repertorio de medios,
soportes y estrategias para
impulsar las ventas de sus
productos o
servicios o
incrementar la notoriedad de sus marcas.
Desde las campañas de spots publicitarios en
televisión
para una audiencia masiva a las acciones de
marketing directo para ofertar productos personalizados a un
grupo muy bien
segmentado de clientes
potenciales, pasando por acciones de patrocinio deportivo para
incrementar el reconocimiento de marca o el
product placement para destacar la presencia de sus
productos en el punto de venta.
La elección de cada una de estas estrategias o la
combinación de algunas de ellas depende de los objetivos que
en cada momento se haya planteado la empresa:
¿queremos mejorar las ventas en los periodos de alta
demanda
estacional o precisamente incentivarlas justo cuando baja la
demanda? ¿buscamos una venta rápida por impulso o
mejorar la notoriedad de nuestra marca? ¿tenemos nuestro
beneficio en el valor agregado
de un estrecho margen para un producto de
venta masiva o en el gran margen de un exclusivo artículo
de lujo?
Cuando hablamos de promoción en Internet, igualmente debemos
considerar una variedad de estrategias, todas ellas encaminadas a
atraer tráfico de calidad a una
web,
entendiendo tráfico de calidad aquél cuyo perfil
coincide con el del público objetivo de la
web, aquél que es susceptible de convertirse en cliente.
Básicamente, podríamos distinguir cuatro
fases en la trayectoria de una web:
- Atracción de tráfico.
- Conversión de tráfico en
clientes. - Fidelización de clientes
- Conversión de clientes fieles en
prescriptores.
Veamos en detalle cada una de estas fases y las
estrategias de promoción más
adecuadas.
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